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106 La ocupación de los sitios grandes en la Cuenca Mirador, Guatemala – Donald W. Forsyth – Simposio 25, Año 2011

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Forsyth, Donald W.

2012        La ocupación de los sitios grandes en la Cuenca Mirador, Guatemala. En XXV Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2011 (editado por B. Arroyo, L. Paiz, y H. Mejía), pp. 1318-1324. Ministerio de Cultura y Deportes, Instituto de Antropología e Historia y Asociación Tikal, Guatemala (versión digital).

106

LA OCUPACIÓN DE LOS SITIOS GRANDES EN LA CUENCA MIRADOR, GUATEMALA

Donald W. Forsyth

PALABRAS CLAVE

Cuena Mirador, Mirador, Nakbe, Calakmul, cerámica

ABSTRACT

Archaeological investigations in the large sites of the Mirador Basin during the last 20 years have demonstrated that the region had an intense occupation during a considerable period of time, extending from the Preclassic period to the Classic.  Nevertheless, the occupation during the Middle and Late Preclassic marked the high point of this occupation.  Evidence from these sites indicates that civilization arose in the Mirador Basin, as well as in other Lowland regions, much earlier than had been thought to be the case only a few years ago.

Nuestro conocimiento arqueológico sobre cuándo, dónde y cómo la civilización maya surgió en las Tierras Bajas ha cambiado sumamente durante las últimas cinco décadas.  Aunque investigaciones en Uaxactun en los años 1920 y 1930 revelaron indicios de una cultura significativamente desarrollada antes del período Clásico, no fue hasta los años 1960 y después, que los arqueólogos empezaron a apreciar palpablemente la escala del desarrollo preclásico en las tierras bajas de la zona maya. William Coe (1965) al analizar los resultados de sus excavaciones en la Acrópolis Norte de Tikal, notó que los restos arqueológicos que él encontró enterrados debajo de las estructuras del Clásico representaban algo más complejo que una sociedad formativa que, hasta entonces, los arqueólogos habían contemplado.  De ahí empezó la revolución en nuestro entendimiento de los orígenes de la civilización maya en las Tierras Bajas (Sharer 2010:8).

Sin embargo, por varias razones la mayoría de los arqueólogos en las Tierras Bajas solían y suelen concentrar sus esfuerzos en sitios clásicos.  Esto probablemente se debe al hecho que el período Clásico parece representar un auge en la creación y elaboración artística de los mayas, que naturalmente atraían su atención.  Otra razón es ciertamente que los restos del período Clásico generalmente eran los últimos en construirse y, por consiguiente, se encuentran cerca a la superficie.  La investigación de períodos anteriores, aunque es posible, se dificulta porque los restos están enterrados debajo de construcciones posteriores.

No obstante, varios investigadores empezaron a notar lo mismo que Coe (1965) indicó—que los restos preclásicos también presentaron evidencia de complejidad.  Entre ellos cabe mencionar al Dr. Ray Matheny, quien, desde muy temprano, argumentó que el período que los arqueólogos llaman el Precláscio era más extenso y desarrollado que hasta entonces se creía.  Sus investigaciones en sitos come El Aguacatal y Edzná al noroeste y norte de la Meseta Kárstica Central lo impulsó a investigar el sitio de El Mirador ya que Ian Graham (1967) había indicado que la arquitectura del sitio parecía pertenecer a este período.  Las investigaciones subsiguientes en los años 1970 y 80, confirmaron no solamente la complejidad del Preclásico, pero también que El Mirador fue, en las palabras de Matheny (1985), “una ciudad preclásica”.  En aquel momento, esa fue una declaración muy atrevida, pero correcta.  Una gran ventaja de El Mirador (y otros sitios de la Cuenca) era que la ocupación preclásica no era enterrada debajo de construcción posterior de modo que ella podía ser investigada directamente sin tener que destruir las estructuras estratigráficamente superiores.  Las investigaciones subsecuentes en la Cuenca Mirador, en Nakbe y otra vez en El Mirador, y el reconocimiento de sitios como Tintal, Wakná y otros, establecieron que la Cuenca era un área con una enorme ocupación preclásica.

A la vez, la investigación progresiva de los restos arqueológicos que yacían debajo de los materiales y estructuras visibles en la superficie de varios sitios arqueológicos, paulatinamente condujo a los arqueólogos a percibir que el Preclásico fue un período de amplia complejidad, y que muchas de las características culturales que antes habían sido consideradas como atributos que emergieron sólo al comienzo del Clásico, en realidad tuvieron sus orígenes en el Preclásico. Con la intensidad creciente de la investigación arqueológica en la zona maya, la evidencia progresiva de la complejidad de esta cultura preclásica surgió en sitio tras sitio a lo largo de las Tierras Bajas, gradualmente persuadiendo a muchos arqueólogos que el Preclásico había sido mucho más desarrollado y complejo culturalmente que antes se creía.  Los resultados de investigaciones arqueológicas durante los últimos 20 años lo han corroborado (compárese Vargas 2002:47-48; Estrada-Belli 2011).  Hoy en día se puede afirmar que virtualmente todas las características culturales, y su integración en un sistema cultural funcional, que tradicionalmente se empleaban para definir el período Clásico, tuvieron su origen en el Preclásico.

Se puede concluir, por lo tanto, que la investigación arqueológica demuestra que los mayas alcanzaron un nivel de complejidad cultural, que se llama civilización, aproximadamente 600 años antes de lo que se estimaba.  Alrededor de 300 años antes de Cristo la población de casi todas las tierras bajas estaba participando en un sistema cultural complejo caracterizado por ideas, costumbres y símbolos compartidos.

De hecho, se podría argumentar que en realidad el Preclásico Tardío representa la primera etapa del Clásico (Forsyth 1999), considerado, en ese sentido, como una etapa cultural en vez de un período cronológico. Por lo tanto no sería ilícito calificar al período Preclásico Tardío como la verdadera etapa Protoclásica, ya que el prefijo proto significa el primero en tiempo o en una serie, en prioridad, o el primero a materializarse.  Otra posibilidad sería tildarlo el Clásico Inicial a fin de no confundir la terminología establecida.

Hoy en día hay un gran número de sitios que han proporcionado datos sobre el desarrollo de la civilización dentro y fuera de la Cuenca Mirador.  Entre ellos cuentan Uaxactún, Calakmul, Cival, Tikal, Cerros, El Tigre, Edzná, Komchén, y muchos otros.  Pero dentro de la Cuenca, los sitios de El Mirador y Nakbe han sido los más importantes por haber sido los más investigados intensivamente.

Las investigaciones en Nakbe complicaron el escenario aún más porque, aunque se encontró una ocupación semejante a la de El Mirador, también emergieron indicios de complejidad aún más temprana que en el caso de El Mirador.  Arquitectura de gran escala y otra evidencia de complejidad cultural apareció fechada a la parte tardía del Preclásico Medio, algo que no había sido evidente en El Mirador en aquel entonces.  Además, tanto dentro como fuera de la Cuenca, investigaciones subsiguientes también revelaron evidencia de rasgos culturales que no tantos años atrás eran considerados como  marcadores del Clásico, y más recientemente, del Preclásico Tardío.  Investigaciones en lugares tales como Calakmul, Cival, Ceibal, Nakbe, El Mirador, El Pesquero y el noroeste de Yucatán han revelado sociedades avanzadas mucho antes de lo que se creía hace pocos años.  El número de dichos sitios es suficiente para poder concluir que el origen de la civilización maya en las Tierras Bajas se remonta a un período muy remoto en el pasado.  Todo esto pone en tela de juicio la suposición, largamente sostenida, de un desarrollo lento y gradual  de una etapa “Formativa” que, al fin, resultó en la evolución de la civilización en el Clásico.  Parecería en base a los datos que están emergiendo de la arqueología que la etapa “Formativa” era más corta que la etapa de la civilización.  Pero no se puede descartar la probabilidad que sí, había una larga evolución Formativa, pero que hasta el momento no se ha podido encontrar mucha evidencia de ella.  Pues hay indicios que el cultivo de plantas domesticadas tiene una antigüedad mucho mayor que la evidencia de las primeras aldeas y pueblos que se tiene hoy en día.  Pero por el momento solamente se puede especular sobre ella y la forma de vida que supuestamente estos habitantes originales practicaban.

Dentro de la Cuenca los dos sitios más grandes en tamaño son El Mirador y Tintal.  Este ha sido investigado solamente superficialmente, pero se sabe que fue una ciudad grande en el Preclásico y siguió siendo un sitio importante en el Clásico.  Es factible que fuera el centro principal de ocupación en la Cuenca durante el Clásico Tardío, pero no se puede confirmarlo sin investigaciones intensivas.  Pero no cabe duda que fuera un lugar importante en el Preclásico.

Uno de los problemas persistentes de la interpretación del desarrollo de la cultura en la Cuenca Mirador ha sido la relación entre Nakbe y El Mirador.  En las primeras investigaciones en El Mirador por Matheny y Dahlin; (Matheny 1980; 1986; 1987), la evidencia para una ocupación durante el horizonte Mamom era efímera.  Solamente se produjeron ejemplos de cerámica de dicho horizonte en un pequeño número de excavaciones en sondeos hondos en unas cuantas estructuras grandes.  En Nakbe, por otro lado, la evidencia para una larga evolución del sitio durante el Preclásico Medio era contundente.  Con la reanudación de investigaciones en El Mirador por el Proyecto Cuenca Mirador las temporadas iniciales en el lugar tampoco produjeron evidencia de una ocupación fuerte anterior al horizonte Chicanel.  Se infirió de esto que hubo una diferencia entre el desarrollo de los dos sitios (Forsyth 2005).  En una serie de publicaciones (Forsyth 2005, véase también 2006) se planteó la hipótesis que:

La anomalía final de la Cuenca es que [el desarrollo] insólit[o] de la ocupación Mamom en Nakbé parece contrastar pronunciadamente con el sitio cercano de El Mirador, en el cual la evidencia de una ocupación Mamom es relativamente escasa.  Al contrario, El Mirador parece haber sido un sitio principalmente del Preclásico Tardío, que estalló durante la época Chicanel, eclipsando el desarrollo sostenido en Nakbé.

Pero ya que las conclusiones en la arqueología siempre son susceptibles a la contradicción con la próxima paletada, se añadió lo siguiente (Forsyth 2005):

Sin embargo, cabe señalar que esta conclusión podría ser un resultado de la naturaleza de las excavaciones llevadas a cabo hasta la fecha…  Operaciones más extensas quizás… obligarían a revisar la conclusión actual que solamente existió una ocupación pequeña durante la época Preclásica Media…

Y así sucedió.  Excavaciones en el Grupo Cascabel de El Mirador produjeron evidencia clara, no solamente de una ocupación del sitio, sino que de la construcción de edificios significativos del período Mamom.  Y otras zonas del sitio también han producido restos del mismo horizonte.  No es posible todavía discernir la forma de la ocupación Mamom en El Mirador por causa de la explosión de construcción en el horizonte Chicanel.  En Nakbe, por otro lado, donde el crecimiento subsecuente no transformó el sitio a la misma medida, es posible apreciar la escala del desarrollo cultural en esta época.

Investigaciones futuras ciertamente darán la oportunidad para comparar la naturaleza de la ocupación Mamom en Nakbé y El Mirador, y quizás otros sitios.  Una comparación de la arquitectura, patrones de asentamiento, y otros factores culturales sin duda proporcionaría una visión más compleja del desarrollo durante este período.  Pero por el momento los datos no son suficientes para realizarlo en una forma concluyente.

Pero una categoría de datos que tal vez llega a ser adecuada para poder esclarecer un poco sobre el período es la cerámica, de la cual hay muestras de varios sitios en la Cuenca.  Entre ellos cuentan Nakbé, El Mirador y La Florida.  Hay, por supuesto, otros.  Pero no fueron recuperados por excavaciones controladas como en los tres sitios mencionados.  La Cuenca parece ser un lugar donde la producción de la cerámica Mamom, por lo menos en su etapa más perfeccionada, fue coincidente con el desarrollo de los primeros pasos hacía una sociedad más compleja.  Como resultado tanto del tamaño de la muestra como también de los muchos y bien controlados contextos de que las muestras han sido recuperadas, la cerámica Mamom de Nakbé constituye la muestra más amplia y robusta.  Una comparación de los datos de los tres sitios sugiere que hubo más diferencia entre los productores de la cerámica en la Cuenca que en períodos más tardíos.  Las diferencias entre ellos aparecen al nivel tipológico, aunque son más frecuentes  y sobresalientes al nivel de los modos   Además Nakbé produjo un gran número de tipos que no se presentan en las colecciones de El Mirador.  Probablemente eso era de esperarse ya que el tamaño de la muestra de Nakbé rebasa por mucho la magnitud de la de los otros dos sitios.  Aún así, la cerámica Mamom de El Mirador y La Florida parece ser menos desarrollada que la de Nakbé.  Ya que el Complejo Ox de Nakbé es un complejo cerámico que se extiende por un largo período de tiempo, es posible que las diferencias entre las colecciones sean el resultado de comparar muestras, no solamente de tamaños distintos, pero también de puntos diferentes en la cronología del complejo.  Por el momento no es posible especificar las razones para dichas discrepancias con exactitud.  Pero sería interesante averiguar si hay diferencias también en otros aspectos de la cultura, tal como la arquitectura, la importación de conchas, las figurillas, etc.

Sea o no correcta la aseveración de diferencias entre las prácticas de los pueblos del horizonte Mamon en la Cuenca, el período que lo sigue presenta, sin duda alguna, una gran uniformidad por toda la Cuenca.  El Mirador, Nakbé, y ciertamente Tintal, entre otros, formaban parte de un sistema cultural, y probablemente político, manifestado por la similitud en la cerámica, arquitectura, iconografía, y otros rasgos culturales.  Eso no quiere decir que los sitios son todos idénticos, sino que es posible discernir un grado de consonancia en los restos materiales que aparentemente no existía antes.  Además, aunque mayor en escala que en otras regiones, el patrón fundamental de la Cuenca se asemeja fuertemente a otras regiones de las tierras bajas a pesar de variedad estilística y regional (Coe 1965; Freidel 1981; Freidel y Schele 1988; Matheny 1986; 1987; Hansen 1990; 1998  Hansen and Guenter 2005; Valdés 1992; Laporte y Fialko 1995; Grube 1995:2,4; Carrasco 2005; Estrada-Belli 2011).  Esto indica que los grupos que conformaban la “Cultura Chicanel” (Forsyth 1999), que abarcaba una gran parte de las Tierras Bajas, participaban en un sistema cultural generalizado.  Fueran como fueran sus diferencias y disputas étnicas, políticas, religiosas o lingüísticas, compartían un mundo mental y material concordante, y quizás mucho más.  Cabe enfatizar que:

el proceso cultural materializado en la Cultura Chicanel [o Clásico Inicial,] constituyó el colmo de un largo proceso de integración cultural en las tierras bajas.  Es decir, el proceso uniformizante del Preclásico representó la incorporación creciente de los varios pueblos de las tierras bajas, voluntaria o involuntariamente, en sistemas de producción y consumo, organización social, y de expresión y creencia cada vez más homogéneos sin, por supuesto, borrar todas las diferencias que existían entre ellos.  Ese proceso constituyó la «creación» de la cultura maya [si ya no existía antes,] por lo menos en las tierras bajas, (Forsyth 1999)

En La Cuenca Mirador propia, hay una serie de restos de la cultura material que incluyen desde elementos monumentales, tal como la arquitectura pública, hasta artefactos de menor inmensidad, tal como la lítica o la cerámica, presentan un cuadro de regularidad impresionante.  Esto tiende a implicar una integración en la producción que no es visible en el Horizonte Mamom.  Sin embargo, no es posible descartar por completo la posibilidad que dicha integración se realizó antes del Horizonte Chicanel, y que los datos disponibles al momento, por ser menos abundantes, no presentan un indicio fidedigno de ello.

Las investigaciones en la Cuenca Mirador han demostrado que la civilización maya emergió por un proceso todavía que no se comprende completamente, pero de gran antigüedad y gran escala.  Junto con otros sitios en la Meseta Kárstica Central y más allá, la Cuenca jugó un papel central en el desarrollo de la civilización.

REFERENCIAS

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