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096 – LA ESTRUCTURA II DE CALAKMUL: 1200 AÑOS DE HISTORIA CONSTRUCTIVA – Omar Rodríguez Campero – Simposio 22, Año 2008

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Rodríguez Campero, Omar

2009        La Estructura II de Calakmul: 1200 años de historia constructiva. En XXII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2008 (editado por J.P. Laporte, B. Arroyo y H. Mejía), pp.1343-1355. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).

96

LA ESTRUCTURA II DE CALAKMUL:

1200 AÑOS DE HISTORIA CONSTRUCTIVA

Omar Rodríguez Campero

Proyecto Arqueológico Calakmul – INAH

ABSTRACT

STRUCTURE II AT CALAKMUL: 1200 YEARS OF CONSTRUCTION HISTORY

The importance of certain buildings for wielding political power within a society is an idea no long debated. For the ancient Maya city of Calakmul, Structure II is an architectural element that condenses a series of meanings that orders space as well as coexistence within society. This work will present architectural characteristics present from 400 BC to AD 900 that determined Structure II’s function, as well as its use as a principal axis in the urban planning of the city and as a symbol that legitimized ruling groups throughout the site’s 1200 years of history.

LA ESTRUCTURA II

Dominando el entorno de la antigua ciudad Maya de Calakmul se alza la Estructura II, la cual no solamente es el basamento más imponente de la Plaza Central, es el eje rector de toda la ciudad (Figura 1). Su importancia se puede señalar en varias vertientes, por ejemplo, es uno de los edificios con la secuencia constructiva más completa de toda el área Maya, reflejada a lo largo de siete fases arquitectónicas, que abarcan desde el siglo V AC hasta finales del siglo VIII DC.

Además, es un excelente ejemplo a nivel ideológico de la materialización del concepto montaña–cueva, en cuyo eje gira una visión cíclica, que se respalda en un sistema de creencias que mantenía un estrecho vínculo entre el hombre y su entorno natural (Carrasco 2005; Rodríguez 2006, 2007a).

Otro aspecto relacionado de manera directa con lo anterior, es el funcionamiento que ejercieron este tipo de programas arquitectónicos en la conformación y mantenimiento del poder de los linajes gobernantes que integraban la sociedad, así como para los rituales ligados a la veneración de los ancestros, lo que se refuerza con sus nueve cámaras funerarias, así como con la iconografía y morfología asociada a sus fases arquitectónicas (Carrasco 1996, 2004, 2005; Carrasco, Boucher y Álvarez 1997; Carrasco et al. 1999b; Rodríguez 2007b).

Por otra parte, podemos resaltar los avances tecnológicos que representan las soluciones arquitectónicas a requerimientos ideológicos, como es el caso de las bóvedas de cañón corrido y punto rebajado que se ubican en los edificios de la Subestructura II c., y en el aplanado de la bóveda de la Tumba 4 de la Subestructura II B (Carrasco 2001a, 2001b, 2005; Rodríguez 2003, 2006, 2007b).

INTERVENCIONES REALIZADAS

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CAMPECHE

Los trabajos de investigación desarrollados en este edificio se remontan a 1984 cuando fue intervenida por el proyecto dirigido por el Dr. William Folan de la Universidad Autónoma de Campeche hasta el año de 1994. Durante este tiempo exploraron la fachada Norte del basamento y tres de los cuatro edificios que lo coronan (Folan 1985, 1999; Folan et al. 1995, 2007; Folan y Folan 1994, 1999; Folan y Morales 1996).

A partir de sus trabajos establecen tres grandes momentos para este edificio, el primero ubicado en el Preclásico Tardío caracterizándolo como una “estructura triádica sagrada” similar al edificio Tigre del El Mirador. El segundo momento corresponde al Clásico Temprano, el cual se constituiría en una estructura “tipo Witz”  que fue alargada para colocar mascarones en su nivel inferior.

El tercer momento sucede en el Clásico Tardío, cuando se transforma de una estructura de tipo sacra a una de tipo sacro-secular. Para este efecto, se coloco un relleno de piedra para levantar un muro rústico sobre casi toda la fachada lateral del basamento inferior del periodo anterior, con ello se cubrieron los mascarones excepto la frente y nariz de uno, y parte de la nariz de otro. Además, se levantaron dos edificios abovedados en su base. Para este momento la estructura cambia de un edificio triádico a uno de tipo cuadrangular con una gran escalinata central (Folan et al. 2007:138-139).

Para el Clásico Terminal, la Estructura IIB se divide en nueve cuartos incluyendo un temascal, así como modificaciones en la fachada inferior del edificio colocándose 56 cuartos, conceptualmente similares a los observados en Ek Balam, el Palacio de Sayil y el Palacio de los Siete Pisos en Edzna  (Folan et al. 2007:139), relacionando estos espacios no solo con actividad habitacional, sino con actividades ligadas a la fabricación de productos para las elites locales incluyendo la talla de lítica, trabajos en concha, hueso, papel y jadeíta (Folan et al. 2007).

INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA

Los trabajos de investigación desarrollados por el Proyecto Arqueológico Calakmul del INAH desde 1993 a la fecha, nos han permitido tener una visión global del desarrollo de la estructura, por medio de un extenso programa de sondeos estratigráficos que incluyo, desde pozos para obtener muestras de material arqueológico provenientes de contextos sellados, hasta túneles de exploración a través de los que se ha podido caracterizar las diferentes fases arquitectónicas (Carrasco et al. 1996–2007; Carrasco y Rodríguez 2003).

A partir de lo anterior, las primeras tres fases arquitectónicas que muestra el edificio se remontan desde el siglo V hasta el siglo III AC, donde se ubica la Subestructura II c. Para este momento, se observa la tendencia a reproducir necesidades de tipo ideológico por medios artificiales, como sería la recreación de espacios naturales como el complejo montaña–cueva.

Para la cuarta fase arquitectónica situada entre los siglos I o II AC, cambios de carácter sociopolítico contribuyeron para la transformación morfológica de la Estructura, ya que para este momento, el discurso mediático se transforma y la monumentalidad cobra preponderancia sobre la recreación de los elementos naturales del periodo anterior.

Las siguientes tres fases arquitectónicas (que abarcan del siglo II DC hasta el VIII DC), conservan en términos generales la misma morfología de la cuarta fase, es decir su monumentalidad y volumetría. La quinta fase ubicada entre los siglos IV y V DC presenta modificaciones en su fachada norte, donde se plasman en ambos lados de la escalera central, grandes mascarones delimitados en los extremos por escalinatas laterales. Esta fase se asocia con la Estela 114 que se coloca al pie de su escalinata central (435 DC).

En la sexta fase arquitectónica fechada para el siglo VII DC, se agregan en la fachada norte nuevos mascarones que recubren los anteriores, además en el primer nivel se colocan tres edificios precedidos por una gran escalinata. Por otra parte se tiene registro para este momento, de las Estructuras II C y II D que actualmente se observan.

La séptima fase arquitectónica corresponde al siglo VIII DC, mostrando como modificaciones los paramentos lisos que recubren los mascarones de la etapa anterior, así como la demolición parcial de los edificios superiores elevándose la porción frontal del basamento 8 m para construir un nuevo recinto de tres crujías y nueve cuartos (Estructura II B), asociándose la Estela 116, así como la jamba conocida como Estela 115, y las cinco estelas (38, 39, 40, 41 y 42) que se colocan enfrente de la escalera central.

FASES ARQUITECTÓNICAS

PRIMERA Y SEGUNDA FASES

Las dos primeras fases arquitectónicas de la Estructura II, se encuentran caracterizadas a partir de los sondeos estratigráficos realizados durante la exploración de la Subestructura II c, (Pozo Estratigráfico 4, No.de control 1330), la segunda fase (Subestructura II d) asociada a una rampa de estuco (Capa D) y a los restos de un edificio que se observan en el desplante de la Sub II c1. La primera fase (Subestructura II e) corresponde a una segunda rampa de acceso (Capa F) relacionada a los restos de un basamento con una altura de 1.20 m constituido por tres muros formando una esquina. En términos generales el material cerámico extraído nos ubica dentro de los complejos Takan (Preclásico Medio) con un 63% y Zihanal (Preclásico Tardío) con un 36%.

TERCERA FASE

Esta fase se constituye por un conjunto de siete edificios aproximadamente, formando dos plazas con altura diferente, los cuales se localizan sobre un basamento de 8 m de altura dividido en dos cuerpos. Su fachada principal se orienta al norte, por donde se asciende a través de una escalera de tipo remetido enmarcada por dos mascarones de estuco, y que comunica el espacio de la Plaza Central con el edificio-montaña que cumple la función de portal, denominado Sub II c 1. En la fachada de este edificio se construyó un friso modelado en estuco de 20 m de largo por 3.5 m de altura, en el cual se refuerza la alegoría de la montaña. Además, para acceder al interior del conjunto se hizo un pasadizo empleando una bóveda de punto rebajado, única en su género que recrea a la cueva por la cual se accede al interior de la montaña (Figura 2).

Al cruzar este pasadizo se entra a una plaza de aproximadamente 1225 m², en cuyo extremo sur se levantó un edificio-altar nombrado Sub II c 2, el cual se conforma de un basamento de tres cuerpos con escaleras remetidas en sus extremos y en cuyas fachadas norte y sur se modelaron en estuco dos mascarones que abarcan casi la totalidad de la misma. Una de las funciones de este edificio consistió en permitir el acceso a la segunda plaza, la cual es de tipo hundido, para lo cual se retoma la técnica de bóveda de cañón para simular la garganta de los mascarones, ya que se ingresaba por la boca abierta del Mascarón Norte y se salía por la de su compañero al sur que limita directamente a las escaleras de acceso a la segunda plaza.

Por otro lado, se tiene explorado el Edificio Sub II c 3 que forma parte de la primera plaza cerrando el espacio al este. Presenta dos crujías paralelas cuya comunicación se realiza por un acceso desfasado hacia el norte, su morfología es similar a lo reportado en las Sub H 4 y 5 de Uaxactun (Carrasco 2005; Carrasco et al 2003, 2004; Rodríguez 2003, 2006; Valdés 1986). Temporalmente esta fase se ha datado con dos fechas de radiocarbono que fueron obtenidas del material asociado con la SubII c1 y que arrojan una temporalidad de 390-405 AC (Fontugne 2000) y a partir del material cerámico que se relaciona al complejo Zihanal (Preclásico Tardío) y en menores proporciones al Takan (Preclásico Medio).

CUARTA FASE

Para la siguiente fase arquitectónica (Subestructura II b), se encuentra un cambio total en la configuración del edificio, ya que aumenta sus dimensiones y altura con un basamento piramidal de más de 100 m por lado, dividido en dos secciones, la primera se subdivide posiblemente en tres cuerpos escalonados con mascarones de estuco flanqueando una escalera central, la cual concluía en una plataforma localizada a 18 m de altura, desde la cual se debieron desplantar el o los edificios que la coronaban. La segunda sección corresponde al basamento de la Estructura II A que se elevaba a más de 30 m de altura (Figura 3).

De esta fase solo tenemos evidencia fragmentaria en los rellenos constructivos que conforman la Estructura II – A (Folan 1999; Rodríguez 2007a) y en túnel de exploración donde se ubicó parte de la escalera central y tres cuerpos del basamento en su fachada Norte (No.de control 1297). El material cerámico se asocia principalmente al complejo Takan (Preclásico Superior) con un 98% y en menor frecuencia al Zihanal (Preclásico Medio) con un 1.5%.

Por otra parte, en el Edificio II-2 en el Pozo 14 (No.de Control 1241) se hallaron en la Capa F, cuatro escalones que deben corresponder a la escalera de esta fase, cuyo material cerámico también se relaciona al complejo Takan. Además en el Pozo 9 (No.de Control 1284) situado sobre la plataforma de acceso a la Subestructura II B se encontró en las capas subsecuentes (Capas D, E y F) debajo de un piso de estuco de 0.30 m de grosor, parte de la escalera central con escalones de 0.70 por 0.50 m cuyo material cerámico se asocia con el mismo complejo. Con respecto a la afirmación de que esta fase se constituye por un edificio triádico, es necesario realizar más exploraciones para confirmar o refutar este patrón del que tanto se ha hablado (Folan 1985, 1992; Folan y Folan 1994; Folan y Morales 1996; Folan, Gunn y Domínguez 2001; Folan et al. 2007).

QUINTA Y SEXTA FASE

Desde el siglo I o II AC la volumetría y morfología que poseía la Estructura II se mantuvo hasta mediados del siglo VIII DC. Variando solo en lo que se refiere a su fachada norte y a la disposición de los edificios que la coronan. Por las características tanto de su exploración, como de su descripción, ambas fases recibieron la nomenclatura de Subestructura II a. Además, ambas comparten un mismo periodo de desarrollo, pero difieren al responder a necesidades específicas, la quinta fase como modificación a la fase anterior con un aumento en sus dimensiones en la fachada norte. Y la sexta fase como el edificio donde fue sepultado uno de los gobernantes más connotados de Calakmul, Yukom Yich’ak K’ak’ o Garra de Jaguar.

SUBESTRUCTURA II A – 1

Bajo esta nomenclatura nos referimos a la quinta fase arquitectónica, la cual se asocia con la primera parte del Clásico Temprano entre los siglos IV y V DC. La evidencia con que contamos para este momento se refiere a su escalinata central, que se localizó durante las exploraciones realizadas en la excavación de las Tumbas 4, 6 y 5 de la Subestructura II B. En el Pozo 9 (No.de Control 1284) ubicado sobre la plataforma de acceso a la subestructura, se identificaron tres peldaños de 0.35 x 0.40 m debajo del nivel del piso y cuyo material cerámico se relaciona a los complejos Jeep (Protoclásico) y Kaynikte (Clásico Temprano). Otra evidencia de esta fase la constituye la Estela 114 (435 DC) que se coloca al pie de su escalera central (Figura 4).

Por otra parte, en el túnel de exploración hecho a partir del primer cuerpo de la fachada norte en su costado oeste (No.de control 1296) se detectó el relleno que cubrió al basamento de la cuarta fase y cuyo material cerámico se asocia principalmente al periodo Takan (Preclásico Superior; 86%), pero con materiales de los periodos Kaynikte (Clásico Temprano; 12.5%) y Jeep (Protoclásico; 0.84%). Así mismo, durante la exploración de los mascarones que decoran la fachada norte se registró la presencia de los que corresponden a esta fase detrás de los anteriores, los cuales estaban policromados aunque en mal estado de conservación (Ramón Carrasco, comunicación personal, 2008).

Otra evidencia de este periodo, se halló en la Estructura II C en el Pozo 6 (Node control 1279), excavado en la puerta de la primera crujía, donde se encontraron los restos de un basamento con moldura en delantal cuyo material cerámico se asocia al complejo Kaynikte con 90.5% y Takan con 9.4%. En el pozo siguiente (No.7; No.de Control 1280) realizado en la puerta de la segunda crujía se relaciona a un piso de estuco en la Capa C con material Kaynikte con 72% y Takan con 27%. En estos dos pozos el relleno lo limita la subestructura.

SUBESTRUCTURA II-A

A esta fase arquitectónica se asocia el edificio conocido como Subestructura II-B, cuya plataforma muestra para este momento una altura de 22 m, una escalera central, las Estructuras II C y II D, así como los cuerpos del basamento con los mascarones que actualmente se observan en la fachada norte  (Figura 5).

La Subestructura II B se caracteriza como un edificio de tres crujías abovedadas en el cual se registraron modificaciones que implicaron cambios en los pisos en dos ocasiones. La primera modificación se hace cuando se abre el piso de la segunda crujía para construir la cámara funeraria de Yukom Yich’ak K’ak’ o Garra de Jaguar. Una vez construida la cámara se llevó a cabo una ceremonia de fuego y se selló con un nuevo piso, creándose posteriormente un escalón en el acceso al segundo cuarto con el propósito de ocultar la presencia de la tumba. El material cerámico que se asocia a estas exploraciones proviene del Pozo 2 (No.de  Control 1206) en las primeras cuatro capas (A, B, C y D) que presentan la totalidad del complejo Ku (Clásico Tardío), con respecto a las capas posteriores relacionadas a la fase anterior y al complejo Kaynikte (Clásico Temprano).

Por otro lado, para este momento se presentan dos edificios colocados sobre la plataforma superior de la primera sección, en sus extremos este (Estructura II C) y oeste (Estructura II D). Además que en la fachada norte se adicionan nuevos mascarones que recubren los del periodo anterior.

Otras modificaciones se realizan en el primer nivel de la fachada norte, donde se levantan tres edificios precedidos por una gran escalinata (Edificio II–1, II–2 y II–3) en el del extremo este (Edificio II–1) queda en su interior la Estela 43 fechada para el 514 DC (9.4.0.0.0 13 Ahaw 18 Yax). El material cerámico asociado a estos edificios nos indica una tendencia al complejo Ku (Clásico Tardío) con proporciones menores del complejo Kaynikte (Clásico Temprano) como se observó en los Pozos 1 (No.de Control 1201) y 14 (No.de Control 1241) ubicados al interior del Edificio II – 2.

SÉPTIMA FASE

Para este momento el edificio alcanza una altura de 30 m en su primera sección que está coronada por la Estructura II B, y 50 m en la plataforma superior de la Estructura II A en su segunda sección. Además son recubiertos en su totalidad los mascarones que flanqueaban la escalera central por muros de paños lisos; asociándose para este momento la Estela 116, así como la Estela 115. Y las cinco estelas (38, 39, 40, 41 y 42) que se colocan enfrente a la escalera central, estando fechadas para el 702 DC (9.13.10.0.0 7 Ahau 3 Cumku; Ruppert y Denison 1943:108 -109; Figura 6).

La Estructura II B es un edificio de tres crujías abovedadas con tres vanos en su fachada principal que dan hacia la escalinata central. Las crujías se dividen a su vez en tres aposentos, cada uno formando nueve cuartos, que parecen ser el resultado de contrafuertes que se colocan después de construido el edificio ante fallas estructurales de las bóvedas. Estos cuartos muestran banquetas que en algunos casos ocupan un tercio de la habitación, y en otros, como es el cuarto central de la tercera crujía, lo llena en su totalidad.

En el Cuarto Suroeste de la misma crujía se observa que aparentemente fue clausurada, dejándose únicamente un pequeño orificio en la base del muro, lo que ha sugerido para los investigadores de la Universidad Autónoma de Campeche que esta hubiese sido utilizada como Temascal (baño de vapor; Folan, Folan y Cauich 1999:126) aunque por la información con que contamos no podemos confirmar esta suposición.

Los materiales cerámicos asociados a esta fase pertenecen básicamente al complejo Ku (Clásico Tardío) y en menores proporciones al Halibe (Clásico Terminal) como se observó en el Pozo Estratigráfico 9 (No.de Control 1221) situado en el costado oeste en el segundo nivel del basamento donde se reportan en la Capa A materiales del periodo Halibe en un 4.85% y Ku con 32.16%. En el Pozo 3 (No.de Control 1261) ubicado en la Estructura II B en su fachada sur Sector Este, se registró material del complejo Halibe en un 10.47% y del Ku con un 41.88%. De manera similar en el Pozo 2 (No.de Control 1259) localizado en la primera crujía en el lado oeste de la Estructura II D, se extrajo material Halibe en un 1.23% y Ku en 45.66%.

CONCLUSIONES

Como podemos observar, el desarrollo arquitectónico de la Estructura II es amplio, reflejando en su proceso cambios tanto en el sistema constructivo, como en el morfológico. Como hemos apuntado en otros trabajos (Enríquez y Rodríguez 2006; Rodríguez 2006, 2007a), si bien el edificio sufre este tipo de transformaciones, su connotación simbólica original permanece a todo lo largo de su ocupación. De esta forma, son varias las vertientes que expresan su importancia no solo para la antigua ciudad Maya de Calakmul, sino para el resto de los monumentos arqueológicos que comparten sus características a lo largo del área Maya.

En primer lugar, en lo que se refiere a su sistema constructivo, podemos observar que el tipo de materiales que se emplean tanto para el relleno de los cuerpos del basamento, como para la elaboración de sus sillares, se pueden separar en dos periodos claramente diferenciables (Carrasco 2006). El primero que abarcaría desde el 450 AC hasta el 550 DC en el cual, los cajones de relleno se componen de muros de contención rústicos formando un retícula irregular, que se rellenan de piedra grande; la cual por su morfología parece material de desecho de las canteras, empleándose como aglutinante lodo de akalche, además se utilizan como sellos estructurales apisonados de sascab o pisos de estuco.

Por otra parte, los sillares que conforman los paramentos se crean con piedra labrada en forma rectangular de grandes dimensiones y aristas romas, que oscilan entre los 0.60 m a 1 m de largo, como de ancho, y de 0.30 a 0.60 m de alto, entre ellos se advierte una capa delgada de akalche que funciona como mortero. Así mismo, se registra el uso de cuñas con el propósito de dar estabilidad estructural, ya que tienen la función de expandir el mortero logrando una mejor adhesión entre los sillares. Además los aplanados de estuco son gruesos con la finalidad de uniformizar su acabado.

El segundo momento abarcaría a partir del 550 DC hasta el 900 DC, en el cual se presentan cambios tanto en los materiales para los rellenos constructivos como en la manufactura de los sillares. Para este periodo el lodo de akalche comienza a dejarse de utilizar como aglutinante, en especial como mortero de junta, y da paso a la argamasa con cal; aunque perdura en los rellenos constructivos de cajones y muros durante los primeros años.

La evidencia arqueológica nos señala que los materiales empleados en los rellenos constructivos cambian, introduciendo desde desechos de antiguas edificaciones (sillares, tapas de bóveda o restos de la decoración), hasta materiales provenientes de basureros, principalmente de áreas habitacionales. En este momento, las modificaciones en el labrado de los sillares son significativas ya que sus dimensiones se reducen, las caras son más lisas y las aristas angulares, el uso de la cuña también disminuye para la nivelación de los sillares y los aplanados emplean capas más delgadas (Enríquez 2006).

En segundo lugar, el sustento simbólico con que se concibió la Estructura II se basa en el concepto de Montaña-Cueva, considerada como el lugar de origen, al interior del cual se encuentra un universo o espacio paralelo atemporal donde todo ya existe. Este espacio puede y ha sido nombrado de diversas formas como Xibalba o como la “Montaña de la Flor”, aunque su categorización o nomenclatura es tema para otra discusión (Carrasco 2001b, 2005; Rodríguez 2003, 2006, 2007a; Taube 2004).

De acuerdo a las investigaciones del Proyecto Arqueológico Calakmul este discurso ideológico que connota al edificio como una montaña se ve reforzado sucesivamente, tanto por la decoración que la Sub II c1 despliega en el área del friso, así como en la volumetría y morfología que adopta en los siglos posteriores.

Es decir, las primeras tres fases arquitectónicas destacan la recreación icónica del concepto Montaña–Cueva. Siendo una de las primeras manifestaciones en la arquitectura pública de la sociedad Maya de dicho concepto. Posteriormente, para las siguientes cuatro fases, esta postura se desarrolla hacia la monumentalidad, de manera similar no solo a lo registrado en el área de las Tierras Bajas Centrales, sino en regiones como Quintana Roo en Coba, en el área Chenes como en Dzibilnocac o en las Tierras Bajas del Norte en sitios como Izamal.

De acuerdo a esta postura, este tipo de edificaciones responden a diferentes aspectos de la sociedad. Al respecto de lo ideológico, si consideramos que su fundamento tiene sustento en una especie de animismo, similar a lo reportado para otras sociedades no occidentales como la cultura China temprana o la Japonesa. En las cuales la materialización de las fuerzas naturales, son las que modelan e influencian la vida cotidiana. Bajo esta visión, el concepto de Montaña-Cueva cobra preponderancia con respecto a otros elementos simbólicos que se manejan, como sería el caso de la Ceiba y su papel de axis mundi.

En tercer término, el papel que la Estructura II ejerció en la configuración y desarrollo de Calakmul, implicó en términos de urbanismo una relación armónica con su medio. En ella las diferentes necesidades de la sociedad generaron el ambiente construido y se reflejaron en la arquitectura como la materialización de estas actividades. En este sentido, los edificios como la Estructura II además de poseer un valor funcional, tenían un carácter ideológico, concibiéndose entonces a la arquitectura como: “cualquier proyecto que modifique la realidad a nivel tridimensional, con el fin de permitir el desarrollo de cualquier función vinculada a la vida asociativa.” (Eco 1981:323). Por lo anterior, su papel como elemento que cohesiona a la sociedad que la creó, se describiría como un acto de comunicación, sin por ello excluir su sentido de funcionalidad.

Por otra parte, los planteamientos de los investigadores de la Universidad Autónoma de Campeche, no poseen datos que sustenten sus interpretaciones ya que se observó que estos trabajos fueron hechos con una falta de comprensión del sistema constructivo en el proceso de exploración, lo que se vio reflejado en la consolidación, pues en el edificio se apreciaban diferentes fases arquitectónicas sin hacer alguna diferenciación entre cada una de ellas.

Lo que se ejemplifica con los cajones de relleno de la última fase constructiva que generaron tal confusión que se consideraron habitaciones, ya que los muros poseen apariencia rústica, con pisos de estuco que sellan el espacio para impedir el paso de la humedad al relleno constructivo. Además por su temporalidad, estos cajones se rellenan con materiales provenientes de basureros y contienen la más amplia índole de ellos, como pueden ser desde desechos de lítica hasta restos óseos de animales y humanos.

Esta interpretación afectó la configuración de los tramos de las escalinatas que daban acceso a los edificios superiores, ya que hacia imposible acceder a ellos. Otro ejemplo de la falta de comprensión en el sistema constructivo se vio en la Estructura II D (Estructura II-H), en la cual no se concluyó el proceso de exploración, consolidándose el derrumbe que se encontraba en el interior del sector este del cuarto frontal, como si éste fuera aparentemente un relleno intencional de una construcción tardía (Carrasco et al 1998; Folan y Morales 1996)

Con respecto a su propuesta de cambio de función de la Estructura II para el Clásico Terminal, no la consideramos viable por lo expuesto líneas arriba. Además, tomando en cuenta lo registrado en las estructuras que integran la Plaza Central y otros edificios de gran importancia para cada uno de los conjuntos urbanos de la ciudad (Estructura XX, XIII y XV de la Gran Acrópolis, Estructura I de la Acrópolis Chiik Naab y la Estructura GNE III del Grupo Noreste), en ninguna de ellas se advierte la pauta de comportamiento que se propone para la Estructura II. En la cual, un edificio con estas características y morfología cambie de su función ideológica original a una de uso habitacional y de talleres de producción de insumos.

De esta forma podemos concluir que por sus características arquitectónicas, ideológicas y tecnológicas, por la evidencia de la decoración asociada a sus diferentes fases arquitectónicas, a la presencia y simbolismo de sus nueve cámaras funerarias y de los diferentes contextos ofrendarios, así como su ubicación espacial, el elemento que dio sentido a la vida de la sociedad de Calakmul a lo largo de su ocupación por más de 1200 años fue la Estructura II.

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Figura 1 Plano General de la antigua ciudad Maya de Calakmul

(Omar Rodríguez C., Proyecto Arqueológico Calakmul, redibujado de Ruppert y Denison 1943)

Figura 2 Tercera Fase Arquitectónica Subestructura II c

(Imagen digital realizada por Rocío Ruiz Rodarte, Proyecto Arqueológico Calakmul)

Figura 3 Cuarta Fase Arquitectónica Subestructura II b

(Imagen digital hecha por Rocío Ruiz Rodarte, Proyecto Arqueológico Calakmul)

Figura 4 Quinta Fase Arquitectónica Subestructura II a – 1

(Imagen digital creada por Rocío Ruiz Rodarte, Proyecto Arqueológico Calakmul)

Figura 5 Sexta Fase Arquitectónica Subestructura II a

(Imagen digital realizada por Rocío Ruiz Rodarte, Proyecto Arqueológico Calakmul)

Figura 6 Séptima Fase Arquitectónica Estructura II

(Imagen digital hecha por Rocío Ruiz Rodarte, Proyecto Arqueológico Calakmul) 

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