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Paredes Umaña, Federico y Marlon Escamilla
2008 El estilo Izapa y el occidente de El Salvador: Evidencia en la sierra de Ahuachapán. En XXI Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2007 (editado por J.P. Laporte, B. Arroyo y H. Mejía), pp.1193-1209. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).
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EL ESTILO IZAPA Y EL OCCIDENTE DE EL SALVADOR:
EVIDENCIA EN LA SIERRA DE AHUACHAPÁN
Federico Paredes Umaña
Marlon Escamilla
CONCULTURA, El Salvador, y Universidad de San Carlos de Guatemala
Palabras clave
Arqueología Maya, El Salvador, estilo Izapa, Preclásico Tardío, escultura, entierro
Abstract
IZAPA STYLE AND WESTERN EL SALVADOR: THE CASE OF SIERRA AHUACHAPAN
Located in the Sierra Apaneca-Ilamatepec in western El Salvador, the archaeological site of Ataco constitutes the first site with documented Izapa style sculpture in this country. The finding was realized by workers of the municipality of Concepción de Ataco while leveling a small mound in front of the modern cemetery. The discovery consists of twelve stone sculptures, which were probably a funerary offering in the Preclassic period, the highlights of which are three sculptures of stylized jaguar heads, and one carved stela fragment with its four side showing a standing personage in characteristic Izapa style. This discovery not only constitutes the largest number of carved monuments in a single archaeological context in this country, but it also promises to contribute in an important way to the investigation of complex societies in southeastern Mesoamerica.
Durante el mes de junio del año 2006 el Departamento de Arqueología de CONCULTURA recibió una llamada telefónica de la Alcaldía de Concepción de Ataco, departamento de Ahuachapán. El objetivo de la llamada fue dar aviso sobre un hallazgo arqueológico en las cercanías del actual cementerio de dicha municipalidad. Este descubrimiento, según la llamada telefónica, consistía en un “muñeco de piedra”.
En base a lo anterior se realizó una inspección arqueológica con la finalidad de confirmar el hallazgo; este episodio dio lugar a uno de los descubrimientos más importantes de la Arqueología de El Salvador en los últimos años, se trataba de un asentamiento prehispánico del periodo Preclásico Tardío con complejas prácticas de organización social, cuyo carácter evidencia tanto dinámicas locales como una preocupación por establecer y mantener relaciones con la dinámica regional Mesoamericana de la franja sur del área Maya (Figura 1).
INICIO DE LAS INVESTIGACIONES
El día 28 de junio del mismo año se desarrolló una visita de campo. Durante el recorrido se constató la existencia de un sitio arqueológico localizado en el terreno donde se ubica actualmente el cementerio municipal y sus alrededores. Dentro de los linderos del cementerio municipal se identificó un montículo de aproximadamente 8 m de altura que presentaba un alto porcentaje de destrucción y alteración; el montículo tenía más de 100 cruces dispersas en su base, parte media y superior, correspondientes a más de medio siglo de uso como panteón municipal.
Inmediatamente después del recorrido en el sitio, se realizó una visita a las bodegas de la Alcaldía Municipal con la finalidad de confirmar el hallazgo del “muñeco de piedra” reportado. Sorprendentemente, el descubrimiento arqueológico consistía de doce monumentos líticos con variedad de dimensiones y estilos. Dicho hallazgo constituye a la fecha el mayor reporte de esculturas líticas localizadas en un mismo contexto en el territorio salvadoreño.
En el año de 2006 se produjo el primer mapa del sitio con colaboración de estudiantes de la Universidad Tecnológica, en el 2007 se llevó a cabo una temporada de investigaciones que abarcó del 2 al 13 de julio, bajo el nombre de Proyecto Arqueológico Ataco, con el apoyo de la Alcaldía Municipal, el Departamento de Arqueología de CONCULTURA, la Universidad Tecnológica y la Universidad de Pennsylvania; el objetivo de esta temporada fue recuperar materiales arqueológicos que permitieran establecer cronología para el hallazgo arriba mencionado (Figuras 2 y 3).
ANTECEDENTES DEL SITIO ARQUEOLÓGICO
El sitio arqueológico ubicado en el cementerio de Concepción de Ataco, Ahuachapán, fue registrado por Herbert J. Spinden (1915:446-487) en su artículo titulado “Notes on the Archaeology of Salvador”, en esta publicación Spinden registra un sitio con el nombre de Ataco, lo ubica 8 km al sur de Ahuachapán y lo describe como un lugar donde se encuentran “figuras de piedra talladas”.
Posteriormente, John M. Longyear publica en 1944 la existencia del sitio usando los datos de Spinden en su libro “Archaeological Investigations in El Salvador”. Actualmente el sitio se encuentra registrado en los archivos del Departamento de Arqueología de CONCULTURA con el nombre de Ataco (4-4) y cuenta con una escueta ficha de registro realizada por M. Solís en 1976, quien describe el sitio como “figurillas de piedra tallada”.
CONTEXTO GEOGRÁFICO
Situado a 1275 m sobre el nivel del mar, sobre una meseta de la Sierra Apaneca-Ilamatepec. El sitio se ubica al costado oeste del actual pueblo de Ataco, específicamente en el cementerio municipal y en los terrenos hacia el norte. El topónimo Ataco significa “En el barranco o Lugar Barrancoso”, proviene de las raíces Nahuas Atahti=Barranco y Co=en o lugar. Otro significado podría ser “Lugar de elevados manantiales”, proveniente de las raíces At=agua, manantial Acu=elevado y Co=sufijo locativo, “Medio Río” por ser una variante de “Atahcu” (Ministerio de Obras Públicas 1985:150).
La geografía que se observa desde el sitio hacia el este, la conforma una sucesión de conos montañosos de sur a norte conocidos localmente como: 1) cerrito de Apaneca, 2) cerro de oro, y 3) Chichicastepeque, o cerro grande de Apaneca. Cabe agregar que el sitio arqueológico Ataco está trazado sobre la planicie que gobierna un valle hundido hacia el este. Dicho valle ahora conforma el asentamiento de Concepción de Ataco. Hacia el oeste el terreno inicia los escarpados descensos hacia la ciudad de Ahuachapán, localizada a 780 m sobre el nivel del mar, al pie de la sierra.
DESCRIPCIÓN DEL SITIO
El sitio arqueológico Ataco se ubica en los terrenos de la finca El Panteón. Actualmente la finca posee un área de seis manzanas aproximadamente y se encuentra sembrada de café en su totalidad, lo que dificulta enormemente la visibilidad. Por lo anterior, se desarrolló un reconocimiento sistemático, el cual consistió en la ejecución de transectos sobre un eje este-oeste separados cada 10 m. El sitio está compuesto por al menos seis montículos ubicados sobre una plaza central. El Montículo 1 mide de base aproximadamente 60 m y tiene una altura de 8 m.
- Como se mencionó anteriormente, el Montículo 1 presenta alto porcentaje de destrucción debido al uso del terreno como cementerio. Asimismo, cuando se construyó la antigua carretera que conduce de Ataco hacia Ahuachapán, ésta cortó una porción del costado norte del edificio.
- El Montículo 2 ha sufrido grave destrucción, sin embargo, aún es posible aproximar sus dimensiones. Su base midió entre 30 y 35 m aproximadamente y alcanzó una altura máxima de 3 m sobre el nivel de plaza actual. La parte suroeste del Montículo 2 presenta un alto grado de alteración. Dicho edificio es el recinto de un enterramiento, mismo que dio origen al presente estudio y que será descrito más adelante.
- El Montículo 3 posee una base aproximada de 65 m y una altura de 3 m. Actualmente, se encuentra alterado debido a que en la parte superior del mismo existen cinco residencias habitacionales contemporáneas de madera, lámina y teja; por esta razón el subsuelo ha sido perturbado drásticamente.
- El Montículo 4 tiene una base aproximada de 40 x 60 m y una altura de 5 m. En la parte superior de la estructura se construyó una glorieta contemporánea.
- El Montículo 5 constituye la estructura de mayor altura con una base aproximada de 60 m y una altura de 9 m. Dicho montículo se encuentra dividido por el actual cerco de la finca que la separa de otra finca cafetalera.
- El Montículo 6 presenta una base aproximada de 45 x 30 m y una altura de 2.50 m.
Todas las estructuras fueron ubicadas con GPS (Sistema de Posicionamiento Global) y fueron mapeadas con brújula Brunton y cinta métrica. En los últimos días de la temporada 2007 fue posible identificar al menos una estructura de más de 1.5 m de altura aproximada al sureste del Montículo 1 (cementerio).
ATACO, SUS VECINOS Y LA IMPORTANCIA DE LA ARQUEOLOGÍA DE EL SALVADOR EN LOS ESTUDIOS MESOAMERICANOS
El sitio arqueológico Ataco constituye un conjunto con arquitectura pública formado por edificios dispuestos sobre una planicie. Las observaciones que hasta la fecha se han podido realizar confirman que se trata del trazo de un conjunto monumental cuyas características no son ajenas a la Arqueología del sureste mesoamericano.
La Sierra de Apaneca-Ilamatepec no ha sido explorada arqueológicamente de manera sistemática, sin embargo, se sabe de su importancia para el desarrollo de las sociedades complejas del sur de Mesoamérica gracias a los trabajos de A. Demarest en Santa Leticia, un asentamiento que incluye un centro ceremonial sobre una terraza artificial en la cual se localizaron tres esculturas monumentales del estilo conocido como “Barrigón” y asociados a éstos, dos mascarones del estilo conocido como “Cabeza de Jaguar”, este vínculo será importante para la discusión a futuro y marca las tradiciones más locales del occidente de El Salvador.
Durante el Proyecto Chalchuapa, Robert Sharer (1974:170) dedicó esfuerzos a examinar la evidencia de la presencia Olmeca en la región, y dijo “… hay algunas indicaciones que Chalchuapa puede no haber sido el único (asentamiento Olmeca) en esta región”. Discutiendo tales sitios comerciales en México central, Grove (1968b:180-182) nota su usual ocurrencia cerca de rasgos estratégicos como pasos de montaña.
“Chalchuapa es un sitio en valle abierto. Sin embargo, a unos 25 km al oeste de Chalchuapa, cerca de Ahuachapán, el valle está cerrado por las alturas de la Sierra Lamatepeque (sic), de esta cuenta, la entrada de la costa pacífica podría controlarse fácilmente. Probablemente es significativo que los informes más frecuentes de hallazgos de artefactos «Olmecas» (especialmente serpentina y estatuillas de jade verde) por coleccionistas locales vengan del área de Ahuachapan. Si existe un sitio de intercambio Olmeca en esta región, probablemente se encontraría en el área de Ahuachapan”.
Menos de una década después, Arthur Demarest excavó un centro ceremonial con el potencial entero de ser el sitio Olmeca esperado, sin embargo, encontró en su lugar un asentamiento Preclásico Tardío (Kal-Chul-Caynac). Aunque la presencia Olmeca en la región no fue claramente dirimida, el sureste Mesoamericano ganó un fechamiento seguro para el estilo Barrigón (500 AC-100 DC; Demarest 1981).
Posteriormente esfuerzos combinados llevaron a un entendimiento más amplio de las relaciones cerámicas del Sureste Mesoamericano, incluyendo el occidente de El Salvador y dos esferas cerámicas fueron propuestas para el Preclásico Tardío: Providencia (400-100 AC) y Miraflores (100 AC-250 DC; Bishop, Demarest y Sharer 1989:144). Es bajo esta perspectiva que el estudio del asentamiento Preclásico de Ataco debe ser examinado.
UN ENTERRAMIENTO DEL PERIODO PRECLÁSICO TARDÍO
Los Srs. Manuel Eduardo Díaz y José Rivera, trabajadores de la municipalidad de Concepción de Ataco, relatan uno de los descubrimientos más importantes en la arqueología del occidente de El Salvador en las últimas décadas. Después de dos semanas de trabajo, un grupo de quince personas que removía tierra de un pequeño montículo (Montículo 2) frente al cementerio municipal, al otro lado del camino antiguo hacia Ahuachapan, descubrió una piedra plana (laja) de unos 3 m de largo que estaba flanqueada por diversas piezas escultóricas (Figuras 4 y 5).
Al remover la piedra se toparon con una tumba prehispánica que contenía restos óseos de al menos un individuo, una ofrenda cerámica que incluía incensarios espigados, cuencos de pasta crema y un vaso cilíndrico acanalado, nueve monumentos tallados, una columna basáltica y una columna irregular de roca ígnea. Por la descripción que se ha recogido de los trabajadores es posible interpretar que la laja de piedra funcionaba como tapadera de la tumba, y se apoyaba en dos rocas como sostén.
La primera de ellas, una roca ígnea de 1.40 m de largo con al menos un lado alisado por trabajo humano (Monumento 11 de Ataco), y la segunda, un fragmento de estela con iconografía Preclásica (Monumento 1 de Ataco) tallada en sus cuatro lados. El frente, el reverso y un lateral conservan aún la talla en bajo relieve y uno de sus laterales está casi completamente perdido.
En el exterior de la tumba habría sido localizado un conjunto triádico del tipo escultórico conocido como “cabeza de jaguar” (Spinden 1915; Richardson 1940; Fidias Jiménez 1957, 1972; Perrot-Minnot y Paredes Umaña 2006; Paredes Umaña s.f. a, b) de buena manufactura (Monumentos 2, 3 y 4 de Ataco), un fragmento cilíndrico que presenta detalles fragmentarios de un rostro zoomorfo estilizado con cavidades oculares y una proyección que podría representar el hocico (Monumento 5 de Ataco), una roca tallada en forma de cráneo con cresta de 23 cm de diámetro (Monumento 6 de Ataco).
Una ancha columna semicilíndrica tallada en bulto que lleva una figura zoomorfa coronando la columna con cuatro extremidades, cabeza, y cola (Monumento 7 de Ataco, un altar con tres depresiones cóncavas que presenta la talla de un rostro humano y al menos una extremidad superior (Monumento 8 de Ataco), una roca que presenta una concavidad en su parte superior (Monumento 9 de Ataco) y una columna basáltica de planta pentagonal de 37 cm de alto (Monumento 10 de Ataco).
DESCRIPCIÓN Y DIMENSIONES DE LOS MONUMENTOS
MONUMENTO 1 DE ATACO
Fragmento de estela tallada en sus cuatro lados. Uno de sus lados presenta 90% de exfoliación, pudiendo reconocerse talla únicamente en los tres restantes (Figura 6).
La figura principal es un personaje antropomorfo de pie con una pierna delante de la otra. Las piernas van decoradas con tres cuentas en cada tobillo, aunque la pierna trasera presenta erosión. El personaje se encuentra en posición erguida y está parado sobre un elemento rectangular que contiene símbolos de difícil lectura; esta escena se encuentra sobre un motivo que circunda el monumento.
Sólo uno de sus laterales ha conservado el motivo intacto, se trata de una banda con tres líneas diagonales a cada lado de un símbolo U, motivo que es repetitivo en el arte de Izapa, interesantemente este motivo ocurre en dicho sitio arqueológico como parte de la llamada banda celestial, en contraposición con el Monumento 1 de Ataco, donde se ve formando parte de una banda bajo los pies del personaje principal. El monumento está tallado en bajo relieve con una ejecución de gran calidad. Contiene formas curvas y rectas combinadas de manera ingeniosa, la simbología que puede ser distinguida recuerda monumentos en estilo “Maya Temprano” o del “Horizonte Izapa” en los términos de Parsons (1986:120).
Dimensiones: Alto: 55 cm; Ancho: 56 cm; Profundidad: 36 cm.
MONUMENTO 2 DE ATACO
Escultura del tipo “Cabeza de Jaguar Estilizado”, originario del occidente del territorio salvadoreño. Representa un rostro zoomorfo tallado en bulto (Figura 7). Este es un ejemplo atípico del estilo, aunque retiene rasgos específicos que lo hacen formar parte del tipo escultórico, estos son la cresta sagital y las fauces protuberantes. No presenta volutas ni orificios oculares como en el caso de los Monumentos 3 y 4 de Ataco, con los cuales forma un conjunto triádico.
Dimensiones: Alto: 60 cm; Ancho: 46 cm; Profundidad: 40 cm.
MONUMENTO 3 DE ATACO
Escultura del tipo “Cabeza de Jaguar Estilizado”, representa un rostro zoomorfo tallado en bulto. Presenta alto y bajo relieve. Incluye cresta sagital, orificio nasal, voluta sobre el ojo derecho, cavidades laterales en la porción inferior, y dentadura superior e inferior (Figura 7). No tiene espiga horizontal, el volumen del ojo izquierdo ha sido removido por medio de golpes.
Dimensiones: Alto: 56 cm; Ancho: 57 cm; Profundidad 53 cm.
MONUMENTO 4 DE ATACO
Escultura del tipo “Cabeza de Jaguar Estilizado”, representa un rostro zoomorfo tallado en bulto (Figura 7). Presenta alto y bajo relieve. Incluye cresta sagital, orificio nasal, volutas sobre el ojo derecho e izquierdo. Se distingue por su particular cavidad nasal de donde surge un volumen vertical que parte la dentadura en dos. En su porción derecha presenta dentadura, en la izquierda no, en su lugar se observan volutas. Presenta una pequeña espiga horizontal en su parte posterior.
Dimensiones: Alto: 48 cm; Ancho: 44 cm; Profundidad: 31 cm.
MONUMENTO 5 DE ATACO
Fragmento columnar cilíndrico que presenta detalles fragmentarios de un rostro zoomorfo estilizado. Presenta cavidades oculares y una proyección que podría representar el hocico. Tallado en basalto.
Dimensiones: Alto: 30-32 cm; Ancho: 29-30 cm; Profundidad: 25 cm.
MONUMENTO 6 DE ATACO
Fragmento de cráneo con cresta.
Dimensiones: Alto: 23 cm; Ancho: 23 cm; Profundidad: 32 cm.
MONUMENTO 7 DE ATACO
Columna semicilíndrica que lleva una talla en bulto de una figura zoomorfa con cuatro extremidades, cabeza, y cola coronando la columna.
Dimensiones: Alto: 75 cm; Ancho: 43 cm; Profundidad: 25 cm.
MONUMENTO 8 DE ATACO
Altar con tres depresiones cóncavas o receptáculos. Presenta un rostro antropomorfo y al menos una extremidad superior.
Dimensiones: Alto: 40 cm; Ancho: máximo: 66 cm; Espesor: 80 cm. Diámetro depresión mayor: 26 cm.
MONUMENTO 9 DE ATACO
Roca con depresión cóncava. Tallada en Basalto.
Dimensiones: Alto: 55 cm. Diámetro depresión: 23 cm.
MONUMENTO 10 DE ATACO
Columna basáltica de planta pentagonal.
Dimensiones: Alto 37 cm; Ancho 15 cm.
MONUMENTO 11 DE ATACO
Columna de roca ígnea con un lateral modificado por trabajo humano.
Dimensiones: Alto: 140 cm; Ancho: de 33 a 40 cm.
MONUMENTO 12 DE ATACO
Dos porciones de una laja fragmentada. Según el relato del descubrimiento, esta laja era la tapadera de una tumba que contenía al menos una osamenta y ofrendas cerámicas. Fragmento 1 Largo: 70 cm; Fragmento 2 Largo: 50 cm; Fragmento 1 Ancho: 70 cm; Fragmento 2 Ancho: 70 cm.
La reconstrucción del contexto de este enterramiento con ofrendas por medio de informantes presenta limitantes, es por esta razón que se decidió conducir una excavación controlada en los alrededores del hallazgo en un área no contaminada por los trabajos municipales. La Temporada 2007 ha dejado una buena muestra cerámica y datos de los rellenos constructivos del Montículo 2 asociados a fuegos intensos y abundantes muestras de carbón directamente asociados a restos cerámicos en contextos sellados.
Dichas muestras están ya en camino al laboratorio. Durante las dos semanas de excavación en el Montículo 2 fue imposible alcanzar la profundidad deseada para recuperar los restos óseos que según los informantes yacen enterrados en una bolsa de cemento a una profundidad mayor a los 2 m bajo el nivel actual del suelo. La Operación 1, un pozo de 3 x 2 m localizó dos rasgos que consumieron el tiempo de excavación, ambos consistentes en material cerámico desechado.
El Rasgo 1 consistió en una acumulación de cerámica fragmentaria, obsidiana, carbón y piedra cortada en fragmentos de hasta 10 cm en un contexto sellado (Figura 8). Dicha cerámica ha sido utilizada para proveer una cronología relativa a la construcción del montículo y a la tumba, pues dicho rasgo se localiza en un nivel estratigráfico superior. Si se supone que el material más tardío recogido del Rasgo 1 puede marcar el momento en que la tumba fue sellada, entonces es posible adelantar un juicio sobre el fechamiento de este evento importante en la vida del sitio arqueológico Ataco.
ANÁLISIS CERÁMICO
La muestra cerámica recolectada del 2 al 13 de julio de 2007 brindó datos para la ubicación cronológica del sitio Ataco (Figuras 9 y 10). Basándose en la descripción cerámica hecha por Arthur Demarest en el libro “The Archaeology of Santa Leticia and the Rise of Maya Civilization” (1986), se logró clasificar la cerámica, identificando tiestos del grupo cerámico Lolotique (rojo), la cual constituye una cerámica roja en algunos casos con un acabado fino y brillante exhibiendo decoración de finas a medianas incisiones post cocción en diseños de líneas y rectilíneas.
Este grupo cerámico se ubica en el complejo cerámico Kal (750 a 400 AC) con extensiones hacia el final del complejo Colos y principios del complejo Chul. Robert Sharer en el libro “The Prehistory of Chalchuapa, El Salvador” (1978) clasifica el grupo cerámico Cara Sucia, del cual se lograron identificar tiestos en Ataco. Este grupo cerámico exhibe una superficie no pulida expuesta a poca cocción y de color ante.
La superficie presenta una banda circundante impresa. Sharer ubica a este grupo dentro de los complejos cerámicos Kal, Chul y Caynac. Asimismo, se identificaron tiestos del tipo Usulután con decoración negativo-batik pertenecientes a los Complejos Cerámicos Chul y Caynac, los cuales se ubican en el periodo Preclásico Tardío. En base al análisis cerámico preliminar, el mayor porcentaje de cerámica proveniente de las excavaciones se ubica cronológicamente en el periodo Preclásico Tardío.
Sin embargo, aunque en baja densidad, se logró identificar presencia cerámica perteneciente al Preclásico Medio. Por ejemplo, el tipo Huiza Inciso de la variedad Huiza pertenecientes al Grupo Cerámico Jerónimo del Complejo Cerámico Colos. De igual forma se identificó cerámica perteneciente al Grupo Cerámico Lamatepeque, la cual exhibe decoración incisa y punzonada.
MONUMENTO 1 DE ATACO ¿ESTILO IZAPA O MAYA TEMPRANO?
La escultura Preclásica del Occidente de El Salvador ha sido documentada en escasos trabajos (Spinden 1915; Richardson 1940; Sharer 1978; Demarest 1989; Perrot-Minnot y Paredes Umaña 2006; Paredes Umaña s.f. a, b) y a la fecha los monumentos tallados con representaciones en bajo relieve de personajes del periodo Preclásico se remiten a los Monumentos 1 y 12 de Chalchuapa.
El primero representa un personaje sedente de perfil acompañado de ocho columnas glíficas y asociado al estilo Maya Temprano (Preclásico Tardío Terminal o Protoclásico) y el segundo representa cuatro personajes, tres de pie y uno sedente con elaborados trajes y cetros que se han asociado con el estilo Olmeca (Sharer 1978), fechado para el Preclásico Medio.
Fue Thompson (1943:105) quien acuñó el término “Estilo Izapa” para referirse a una serie de características escultóricas que aparecían diseminadas por los corredores del sur del área Maya, sin embargo, como refiere Guernsey (2006:72), es un término problemático pues a lo largo de siete décadas ha sugerido tal vez sin proponérselo un punto de origen que pareciera irreconciliable con la evidencia a la luz de nuevos descubrimientos.
Ahora bien, es evidente que cuando en un ambiente profesional se hace mención de dicho término, éste prueba ser por lo menos útil. Siendo así, se decidió utilizarlo en el título de esta ponencia, no sin antes reflexionar en las contribuciones a la definición del estilo que el Monumento de Ataco puede aportar.
El “Estilo Izapa” se caracteriza “típicamente por el uso de líneas que marcan la superficie inferior, volutas curvilíneas, figuras asimétricas que implican movimiento, ejecución fluida de la línea y el uso predominante de formas curvas, la utilización de los campos pictóricos y sus límites de manera consciente y una atención al aspecto general de la composición entre el primer plano y el plano de fondo de la piedra tallada, la cual se modifica de manera premeditada, pero retiene sus contornos naturales” (Guernsey 2006:71).
La cita anterior hace referencia a la calidad de ejecución de los talladores y a las convenciones artísticas que permiten reconocer dos o más monumentos como parte de una misma tradición, ahora bien, se debe poner atención a que el Monumento 1 de Ataco posee una característica particular que no está contenida en dicha definición, y es la preparación de la piedra antes de la talla, formando cuatro superficies regulares.
De hecho, el hallazgo del Monumento 1 de Ataco muestra una estela tallada en sus cuatro lados y representa en su panel principal un personaje que camina sobre una banda terrestre, característica que comparte con las tallas de sitios arqueológicos como Izapa, Tak’alik’ Ab’aj y Kaminaljuyu. Este es, sin duda, un evento trascendental para documentar el vínculo de la cordillera de Apaneca-Ilamatepec con los dinámicos eventos del periodo Preclásico Tardío que presencian el desarrollo de sociedades complejas.
Dicha complejidad viene dada por la ventaja que la tecnología hidráulica aprovechada en cultivos brindó a estas sociedades tempranas, como ha sido documentado en Tak’alik’ Ab’aj (Marroquín 2005), Chocola (Paredes Umaña et al. 2005), Kaminaljuyu (Barrientos 1996), además de la construcción de edificaciones con barro apisonado y la modificación de elevaciones naturales con terrazas artificiales (Demarest 1981).
La elaboración de monumentos que contienen una carga ideológica y simbólica expresan identidades locales y dinámicas internacionales a través de procesos de organización social, es así que el estilo escultórico conocido como “Cabeza de Jaguar” ha probado ser característico de la zona occidental de El Salvador, dicho estilo escultórico se extiende en un área de 3100 km² que incluye los departamentos de Ahuachapán, Sonsonate y Santa Ana; estudios recientes (Paredes Umaña s.f. b) han podido establecer que dicho estilo no cruza la frontera natural del río Paz, actualmente la frontera entre El Salvador y Guatemala.
Este dato es reforzado por los reconocimientos en Santa Rosa llevados a cabo por Estrada Belli (1999), quien no reporta un sólo ejemplar que contenga las características de dicho estilo en territorio guatemalteco, sin embargo, sí reporta asentamientos del Preclásico Tardío que comparten la tradición cerámica de las esferas Providencia y Miraflores.
El carácter internacional de la región puede establecerse a raíz de la talla del Monumento 1 de Ataco en un claro esfuerzo por vincularse con los desarrollos que se estaban llevando a cabo a lo largo de la franja sur del área Maya, la cerámica también atiende a conceptos internacionales sobre todo los tipos identificados como Lolotique (rojo), y cerámica café negro inciso con motivos de grecas que se registran en el Altiplano Guatemalteco.
CONSIDERACIONES FINALES
El sitio arqueológico Ataco (4-4) constituye uno de los sitios más importantes de la zona. Desarrollar investigaciones arqueológicas en el sitio brinda la oportunidad de conocer cómo sus pobladores habitaron el territorio durante el periodo Preclásico Tardío, pero también muestra que la ocupación del sitio y sus alrededores inician por lo menos en el Preclásico Medio.
El hallazgo de las doce esculturas líticas constituye el mayor hallazgo arqueológico de esculturas registrado en el país. Asimismo, el descubrimiento del Monumento 1 de Ataco abre un panorama cultural que ubica al sitio de Ataco en una categoría de sitio de primer orden, el cual probablemente tuvo nexos culturales, políticos, sociales, entre otros, con sitios como Izapa, Tak’alik Ab’aj, Chocola, El Baúl y Kaminaljuyu, sin descuidar el carácter local que generó expresiones muy propias en una región que comparte vínculos a una menor escala, por ejemplo, con sitios como Tapalshucut, Izalco, La Cuyancúa también en Izalco, y finca Santa Teresa en Santa Ana.
Estos sitios poco estudiados se suman a decenas de asentamientos que esperan por ser registrados y estudiados sistemáticamente para avanzar en la definición de una esfera local. El sitio de Ataco posee toda una ventana hacia el pasado, específicamente al Horizonte Preclásico. Solamente a través de investigaciones arqueológicas podrá obtenerse una perspectiva más amplia sobre la interacción de los antiguos pobladores del Formativo.
AGRADECIMIENTOS
Expresamos nuestros más sinceros agradecimientos a la Alcaldía Municipal de Concepción de Ataco por todo el apoyo otorgado al Proyecto Arqueológico Ataco. De igual forma manifestamos agradecimientos a la Coordinación del Departamento de Arqueología de CONCULTURA. De gran ayuda fue el soporte otorgado por la Universidad de Pennsylvania y la Universidad Tecnológica de El Salvador. De manera muy especial y afectuosa agradecemos a nuestro amigo e ilustrador del Proyecto Daniel Salazar por el empeño mostrado en sus obras.
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1943 Some Sculptures from Southeastern Quetzaltenango. Notes on Middle American Archaeology and Ethnology, No. 17, pp.100-112. Carnegie Institution, Washington D.C.
Figura 1 Mapa del Sureste Maya con los sitios Preclásicos mencionados en el texto
Figura 2 Plano Sitio Arqueológico Ataco elaborado en 2006
(cortesía Departamento de Arqueología CONCULTURA)
Figura 3 Fotografía de hallazgo 2002 cortesía Municipalidad Concepción de Ataco
Figura 4 Plano de excavación temporada 2007
Figura 5 Ilustración de cortes Norte y Este Montículo 2
Figura 6 Monumento 1 de Ataco
Figura 7 Monumentos 2, 3 y 4 de Ataco
Figura 8 Rasgo 1 vista de planta
Figura 9 Cerámica recuperada del Montículo 2
Figura 10 Cerámica del rasgo 1