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43 – ¿SERÁ UN PALACIO?… ¡NO! ¿SERÁ UNA ACRÓPOLIS?… ¡NO!: UN CONJUNTO DE FUNCIÓN DESCONCERTANTE EN EL CENTRO DE PUEBLITO, PETÉN – Juan Pedro Laporte y Jorge E. Chocón – Simposio 21, Año 2007

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Laporte, Juan Pedro y Jorge E. Chocón

2008        ¿Será un Palacio?… ¡No! ¿Será una Acrópolis?… ¡No!: Un conjunto de función desconcertante en el centro de Pueblito, Petén. En XXI Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2007 (editado por J.P. Laporte, B. Arroyo y H. Mejía), pp.696-712. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

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¿SERÁ UN PALACIO?… ¡NO! ¿SERÁ UNA ACRÓPOLIS?… ¡NO!: UN CONJUNTO DE FUNCIÓN DESCONCERTANTE EN EL CENTRO DE PUEBLITO, PETÉN

Juan Pedro Laporte

Jorge E. Chocón

Atlas Arqueológico de Guatemala

Palabras clave

Arqueología Maya, Petén, sureste de Petén, Pueblito, función de conjuntos arquitectónicos, mercados, Clásico Tardío, Clásico Terminal

Abstract

IS IT A PALACE? … NO! IS IT AN ACROPOLIS? … NO! AN ARCHITECTURAL GROUP WITH A DISCONCERTING FUNCTION IN THE CENTER OF PUEBLITO, PETEN

Within the urban design of Maya cities there are few open spaces that are not defined by various structures. It is rarer still to demonstrate the presence of multiple low walls, generally in a single row, that incorporate small spaces whose function is more complex. We present here a concrete case explored in the central area of Pueblito, bordered by causeways near different sectors of the ceremonial and administrative area. We compare this finding with other spaces and confusing constructions that also have been reported in sites from the southeastern Peten, like K’ax Ba in the Mopan heights, Ixtutz in the basin of the Poxte River, and Maringa along the Chiquibul River. Could these peculiar spaces be concrete examples of the little known markets of the Lowlands?

Por muchos años los estudios arqueológicos han estado preocupados en discernir algunas de las funciones que pudieron suceder en cada conjunto arquitectónico presente en las ciudades Mayas. De esta manera se han aislado los Conjuntos de tipo Palacio, los de tipo Acrópolis, aquellos de tipo Grupo E y –-por supuesto-– los campos para el Juego de Pelota. A ellos se agregan los conjuntos residenciales y habitacionales. Como es de esperar en este tipo de clasificación, cada una de estas categorías tiene a su vez sub-divisiones, a modo de tener Acrópolis de tipo Triádica, de tipo Informal o las de tipo Palacio; o Palacios de tipo unitario, de dos, tres o más estructuras; o Conjuntos de tipo Grupo E completos o incompletos, etc.

A todos ellos se les ha diseñado alguna función general, la cual no es siempre la más acertada o la más completa, pero tales definiciones ayudan grandemente en la descripción de cada uno de los centros urbanos, pudiendo ser comparados entre sí o bien resaltar la ausencia o la duplicación de algunos o de varios de estos conjuntos.

No obstante, el contar ya con estas múltiples divisiones de carácter funcional hay también abundantes casos en que grupos de estructuras y además edificios individuales no tienen alguna función que claramente se pueda establecer. Solamente tómese como ejemplo el caso de los denominados «templos», entre los cuales cabe cualquier tipo de edificación mientras ésta tenga cierta altura que proporcione una verticalidad y alguna edificación en la parte superior.

Es más, ahora aquí se tratará con otro fenómeno en la distribución interior de las ciudades Mayas: el de los espacios no ocupados.

Dentro de la estructura urbana de las ciudades Mayas son escasos los espacios abiertos que no estén delimitados por distintas estructuras, es decir, los comúnmente llamados patios o plazas. Pero no es a este tipo de espacio al que ahora se hará referiremos, puesto que también hay espacios mayores que forman parte del diseño urbano y que no están delimitados por otros basamentos. Así, es evidente que tuvieron alguna función específica como para ocupar una posición importante dentro de la estructura urbana, un espacio que bien podría haber servido para construir alguno de esos conjuntos de los cuales sí se conoce su probable función.

Con el fin de observar el carácter de estos espacios vacíos se expone en esta ocasión un caso concreto explorado en el área central de Pueblito, una ciudad de las varias que han sido identificadas en los últimos años en el sureste de Petén (Figura 1). Este espacio está enmarcado por varias calzadas y se encuentra junto a distintos sectores del área ceremonial y administrativa (Figura 2).

Ahora bien, ¿Cómo se formó este espacio en el área central? Las extensivas exploraciones ya efectuadas en Pueblito por el Atlas Arqueológico de Guatemala y el programa conjunto con el Área de Arqueología de la Universidad de San Carlos han permitido conocer en detalle el crecimiento de la zona central a través del tiempo. Una breve revisión puede ofrecerse.

  •  Aunque se ha determinado una ocupación que refiere al horizonte Mamom del Preclásico Medio, solamente se conocen pisos estucados y otras nivelaciones en algunas secciones del sector norte del sitio; sin embargo, no se conocen construcciones formales.
  •  Para el Preclásico Tardío se forma una versión del primero de los complejos arquitectónicos formales, el Conjunto de tipo Grupo E, en este caso en la denominada Plaza A, la cual marcaría el límite noroeste en las versiones posteriores del sitio.
  •  Contra todo pronóstico, en el Clásico Temprano sucede una importante ampliación del área del sitio; es más, desde entonces será marcado tanto el eje rector norte-sur de la ciudad, como también los límites del desarrollo urbano posterior. Se forma la denominada Calzada del Eje y se construye sobre un escarpado cerro al sur del asentamiento a la Acrópolis Sur.
  •  Como es de esperar, en el Clásico Tardío la complejidad del sitio incrementa, llenándose distintos espacios dentro de los límites establecidos anteriormente. Así, se habilita la primera versión de la Plaza C, aquella de las estelas lisas, incluyendo a la Acrópolis Central y a la sección inicial de los palacios de la Plaza B. Al mismo tiempo se forma la Calzada Sureste que procede de un grupo ritual situado hacia el este de la Plaza C y que hace que el alto Cerro Este se integre al patrón urbano de la ciudad.

En el extremo noreste también se habilita una calzada que llega a delimitar a la anterior Plaza A; se construyen nuevas unidades que seguramente incidieron en el abandono de las antiguas funciones ceremoniales inherentes al Conjunto de tipo Grupo E.

  •  Desde el final del Clásico Tardío y durante el Clásico Terminal se habilitan nuevas versiones de prácticamente todas las estructuras para entonces existentes. Para este análisis es más importante la construcción de una nueva calzada paralela a una parte de la anterior Calzada del Eje. Es la Calzada Norte, la cual une a las nuevas versiones de las Plazas B y C, así como al Juego de Pelota. Asimismo, se habilita la compleja Calzada Noreste, la cual circunda al Cerro Este. En su extremo norte, esta avenida llega a delimitar al espacio vacío que aquí interesa.

De esta manera queda claro que este espacio vacío fue deliberadamente concebido y que ocupa una sección primaria dentro de la estructura urbana de Pueblito.

Ahora, ¿Por qué se considera que éste es un caso desconcertante? Pueblito en general, es un sitio ahora cubierto de pasto para ganado -–es un verdadero lujo de pasto dadas las condiciones óptimas de humedad y los arroyos que delimitan al sitio. Cuando fue levantado por primera vez en 1992 y posteriormente ampliado en 1995 y vuelto a levantar en 1997, se atravesó por el área vacía cuando menos un centenar de veces; sin embargo, nunca se vieron elementos constructivos asociados a este espacio.

Repentinamente, con una quema del pasto para resembrar y por la acción tan devastadora del paso del ganado hacia los arroyos y en el proceso de pastura, surgieron por primera vez algunos alineamientos de piedra. Se pudo evidenciar entonces la existencia de múltiples muros de baja altura, generalmente de una sola hilada, que integran espacios reducidos. Fue necesario denominar el área como la Plaza E de Pueblito.

El área se asocia a grupos importantes como la Plaza C o Plaza de las Estelas al sur, al norte el Juego de Pelota y la Plaza B con sus amplios palacios. Al este y oeste existen sectores bien definidos por calzadas. Así, se forma un área de 80 m de largo norte-sur y 70 m de ancho este-oeste.

Inicialmente esta sección fue explorada en dos frentes para lograr determinar estos rasgos poco visibles en la superficie. Fueron divididos en sectores suroeste y noreste, estando su exploración a cargo de Marco Antonio Monroy y Claudia Valenzuela en Junio del 2003 (Laporte et al. 2004). Posteriormente, en junio del 2007, fue promovida una nueva exploración de la zona a cargo de Jorge Chocón, la cual dio por resultado la ampliación de estos rasgos de superficie y el descubrimiento de otros más, con lo cual aumentó grandemente la complejidad del conjunto (Figuras 3 y 4).

El conjunto de estructuras muestra una desviación general de 17º al este del norte. Resalta la técnica constructiva de las plataformas, todas ellas compuestas por una sola hilada de piedra, la cual no está preparada para formar muros de fachada, es decir, es piedra poco labrada. Esta situación favorece considerar que se trata de estructuras que tuvieron muros de material perecedero solamente acomodado mediante la fila de piedras inferior, una técnica poco convencional para la zona central del sitio, sobre todo al considerar la calidad constructiva contemporánea de los palacios de la Plaza B o de los edificios de la Acrópolis Central.

De forma por demás interesante, se trata de basamentos de 30 m de largo, enfrentados uno con otro en un principio y formando líneas concéntricas angulares después, hasta contar con un total de 14 basamentos de una sola hilada de piedra. Los cuartos que se desarrollan sobre los basamentos pueden ser entre dos y ocho unidades, formándose recintos que promedian 5.40 m de largo y 3 m de ancho, es decir, 16 m² por cada cuarto.

Aunque hay distintas posibilidades para considerar el ingreso hacia el conjunto ya que las esquinas son abiertas, especialmente la suroeste, es más probable que el ingreso original fuera desde el lado oeste en donde la separación de las Estructuras 10 y 12 es evidentemente mayor y en posición centrada, respecto del patio central del conjunto; este ingreso fue bloqueado posteriormente con la construcción de la Estructura 11.

Es evidente que en el sector sur del conjunto se encuentra alguna sección especial, es decir, de la Estructura 8, tanto por su posición respecto de la calzada al ser la única con un frente abierto, como por su asociación con la Plaza C en general, representa una sección especial dedicada a función diferenciada respecto de los demás cuartos del conjunto.

Aunque en una construcción completamente superficial, es complejo decidir acerca de diferencias cronológicas en cuanto a la habilitación de los varios componentes del conjunto, es claro que hay cuando menos tres estadios de construcción:

  • El Estadio 1, es decir, el original, contuvo a las Estructuras 3 al norte, 6 al este, 8 al sur, y 10 y 12 al oeste (Figura 5)
  • Poco tiempo después debió habilitarse a las dos estructuras interiores (1 y 7) y las exteriores 4 y 5 en el extremo noreste y 11 en el lado oeste (Figura 6).
  • Un tercer estadio se puede componer con las más periféricas 9, 13 y 14, y con las Estructuras 2 en el interior del conjunto, sobre todo si se toma en cuenta la anómala posición del extremo oeste de la Estructura 2, la cual llega a adosarse al cuarto 2 de la anterior Estructura 12 (Figura 7).

El material cerámico recuperado en las excavaciones de este sector es escaso y poco diagnóstico al ser exclusivamente de superficie. La mejor evidencia del estadio de construcción al cual pertenece la versión original del conjunto es el hecho de que el parapeto de la Calzada Noreste llega a adosarse a la esquina noreste de la Estructura 14. Esta calzada corresponde a las acciones constructivas del segundo estadio del final del Clásico Tardío, o ya directamente al iniciar  el Clásico Terminal.

Se perforaron dos pozos en el patio general del conjunto, uno en cada sector. Ambos pozos descienden por más de 1.50 m de profundidad con varios estratos que representan al relleno que elevó todo el sector a partir de la tierra natural de consistencia arcillosa. En la parte inferior de uno de los pozos fue conocida la presencia de un muro de contención para retener secciones de este relleno, lo cual indica la calidad de esta acción de nivelación entre los dos sectores principales de la ciudad. Los dos estratos inferiores tienen una evidente asociación con material del Preclásico Tardío, cuando aún el Conjunto de tipo Grupo E era el área principal de la incipiente ciudad.

Sin embargo, la asociación cronológica de los rasgos constructivos de la superficie corresponden a muchos siglos después, ya en la época Clásica, y según lo indica la propia evolución de la ciudad, del inicio del siglo VIII, cuando terminaba el Clásico Tardío e iniciaba el Terminal.

A pesar de una extensa exploración siguiendo las filas de piedras en la superficie y definiendo las múltiples esquinas que representan a todas estas plataformas, el material cerámico y lítico recuperado fue escaso (solamente 750 tiestos en total).

El material cerámico corresponde por lo general a los tipos más usuales utilitarios y de color rojo, con algunos pocos ejemplares decorados con impresión (Chaquiste y Pantano Impreso), y algunos pocos policromados, todo lo cual representa una colección poco diagnóstica en lo temporal que indica al Clásico Tardío y Terminal. Hay un tiesto trabajado. Los artefactos líticos están representados por dos residuos y 18 fragmentos de navajas de obsidiana; un fragmento de piedra de moler de basalto y tres más de cuarcita; un residuo y un núcleo de pedernal; y un fragmento de cuchillo de pedernal y un cincel (L1250). Además, hay un malacate de caliza silicificada (L1265). Este contenido lítico podría referir a algunas actividades de producción.

SECCIÓN COMPARATIVA

Debido a la práctica ausencia de materiales que puedan ayudar a diagnosticar la función de este peculiar rasgo arquitectónico, así como por el propio carácter anómalo de estas hiladas de piedra y la complejidad interna representada en su planta, son dos los caminos que deben seguirse para encontrar alguna comparación con otras ciudades del área Maya. Primero se considerarán los espacios vacíos en las áreas centrales y luego sobre algunos casos arquitectónicos que podrían ser comparables al de Pueblito.

Para ilustrar los casos de áreas vacías junto al conjunto central principal y además asociadas con calzadas se han elegido aquí a dos centros de las Montañas Mayas.

K’ax Ba es un asentamiento relativamente complejo, dado que hay tres plazas en el área central, además de una amplia zona de tipo habitacional (Laporte 2001). Un Conjunto de tipo Grupo E es el área central del sitio (Plaza B). Directamente al este de esta plaza se encuentra otra más, un área plana sin ningún rasgo constructivo. Cuando se efectuó el levantamiento no se observó ningún elemento en ella, aunque bien podría tratarse de un mismo caso que el sucedido en Pueblito.

Otro caso parecido es el de Xa’an Arriba, otro asentamiento complejo y bien dispuesto, compuesto por una amplia sección central en donde existen siete patios (Laporte 2001). El área central del sitio (Plaza A) es un Conjunto de tipo Grupo E, teniendo su ingreso por dos calzadas en los extremos norte y sur de la Plataforma Este. Nuevamente hacia el este del conjunto central hay un amplia plaza llana, aunque hay dos pequeñas estructuras, las que solas no justifican semejante área sin ocupar. Este peculiar sector está asociado directamente con la calzada que lleva curiosamente hacia el río Xa’an.

Por lo tanto, otra comparación puede ser efectuada con dos sitios que muestran amplias áreas centrales con rasgos arquitectónicos menores y de poca definición. Son los casos de Maringa en el río Chiquibul, e Ixtutz.

Otro elemento de asociación más doméstica que ritual fue sorpresivamente detectado en el amplio sitio Maringa situado en la cuenca baja del río Chiquibul (Urbina 1998). En la planicie donde se ubica el sitio resaltó entre la tierra una serie de hileras de piedra que en algunos casos comunican y en otras delimitan a los patios habitacionales. En otras áreas del llano estas hileras se pierden o se tornan confusas. Promedian 0.80 m de ancho, comprobándose en un caso que las piedras están sentadas sobre el barro natural.

Aunque se ha reportado este tipo de rasgos lineares en varios sitios de las Tierras Bajas, como en Calakmul en Campeche y Chunchucmil en Yucatán, es claro que existe una amplia variedad en cuanto a su forma, intención constructiva y función (Fletcher 1983; Dahlin 2000, 2003), por lo que puede tratarse de elementos de función múltiple, aunque en su mayor parte ligados a la delimitación de espacios habitacionales o de terrenos de cultivo, o de algún tipo de producción especializada. Igual se pensó que podrían funcionar como elementos para barricadas de defensa (Demarest et al. 1997).

Así, surge una analogía con un caso controversial también reportado en el sureste de Petén: el de Ixtutz, en el área montañosa, en donde existe un área cuadrangular junto al área central, en donde hay formaciones de roca en hileras paralelas (Greene 1972; Graham 1980; Chase y Chase 1983; Jacobo 1993a, 1993b). El área enmarcada es irregular, con unos 6000 m². Un relleno de roca subyace en toda el área a 0.45 m de profundidad promedio, el cual debió tener una función hidráulica para el control de inundación mediante un proceso de filtración y aprovechamiento del agua, un tipo de tecnología conocida en otros sitios de la región, como Ixtonton e Ixkun.

Un levantamiento en las áreas de más intensidad de fosfatos y potasio, permitió localizar diez estructuras largas rectangulares que forman pasillos entre sí, así como dos patios y otros espacios libres. Esta es sin duda una distribución poco convencional asociada con la función del conjunto en sí. Aunque el área libre no permitiría lograr cosechas aceptables para cualquier cultivo limpio, no se descarta la posibilidad del desarrollo de especies arbóreas de porte medio en los espacios libres, entre las que se incluyen el cacao y una gran gama de frutales, es decir, un área de agricultura de jardín establecida y controlada en cuanto a su rendimiento.

Así, se han revisado los varios tipos de espacios vacíos y peculiares elementos que se presentan en ellos y que han sido reportados en Petén. Sin embargo, por la conformación de los muros de Pueblito resultó evidente que se trataba de algo similar en forma –aunque por supuesto no en grandeza constructiva– a otro conjunto de función poco precisa conocido desde tiempo atrás en Tikal: el llamado Mercado de Tikal situado en la Plaza Este, atrás del Templo 1 (Grupo 5E-III;Jones 1996).

En este cuadrángulo, tres lados están formados por la Estructura 5E-32, mientras 5E-99 forma el lado este del conjunto (Figura 8). Tiene 55 m por lado. En el interior hay otras cuatro estructuras, esta vez una similar en cada lado, separadas unas de otras. 5E-34 y 36 en el este y sur fueron excavadas, mientras 5E-33 y 35 no lo fueron. Es una construcción del pleno Clásico Tardío y tiene ocupación del Clásico Terminal. Es de interés la asociación a un Juego de Pelota.

El de Tikal indica que como mercado cumple con algunos requisitos:

  • Localizado junto a la unión de dos calzadas: las Maler y Méndez
  • Está cerca del área ceremonial principal
  • Está cerca de un Juego de Pelota
  • En sus alrededores hay largas estructuras tal vez abovedadas, como especies de arcadas
  • Presenta un diseño de calles alrededor de un centro que a su vez está abierto (5E-32 a 36 y 99)
  • Hay construcciones menores en las esquinas (5E-30, 40, 97)
  • El material interior no fue abundante

La Plaza E de Pueblito y los otros espacios vacíos mencionados en cuatro ciudades más del sureste de Petén cumplen con todos estos requisitos (salvo la monumentalidad de Tikal, lo cual no es de extrañar), por lo que: ¿Podrían ser estos peculiares espacios ejemplos concretos de los poco conocidos mercados de las Tierras Bajas? (Figuras 9 y 10).

Se debe considerar que un rasgo de este tipo solamente se ha descrito en un sentido arquitectónico en una ciudad como Tikal, por supuesto, la mayor y la más diversa en cuanto a conjuntos arquitectónicos. Se esperaría que la siguiente vez que se determinara un rasgo semejante fuera en otra ciudad rival en cuanto a grandeza, ya sea en Yaxha (Plaza J, junto a la Calzada Lincoln), Nakum, Piedras Negras, El Perú-Waka´, o aún en Ceibal (sección norte de la Plaza A).

Sin embargo, resulta que es una ciudad menor, en el oscuro sector sur de Petén, una de aquellas ciudades que aún no son consideradas tan abiertamente en la literatura arqueológica de las Tierras Bajas Centrales. Otras ciudades Mayas en donde alguna vez ha sido mencionada la posibilidad de algún mercado son Yaxchilan, Copan, Quirigua, Coba, Nohmul, Caracol, Sayil y Chunchucmil (Dahlin y Ardren 2002).

No es ahora donde deban analizarse las implicaciones de un mercado en la teoría económica aplicable al caso Maya. Por lo pronto, se trata de conocer la función de un conjunto arquitectónico peculiar y muy distinto al modelo propuesto para otros grupos dentro de la conformación de las ciudades Mayas. La existencia y naturaleza de los mercados en el periodo Clásico es altamente controversial. Predomina el concepto de que salvo por una minoría de la población, los pueblos Mayas estaban fuera de la economía de mercado con poco que comprar y poco que vender (Farriss 1984).

Es probable que el sistema de intercambio de subsistencia estuviera caracterizado por la combinación de simple trueque y/o reciprocidad basada en las relaciones sociales y de mercados no centralizados, o por una combinación de mercados locales y regionales (Foias 2002). Sin embargo, el asunto es preguntarse cuán frecuente y vital era para la mayoría de la población.

Tal vez la mejor evidencia para la presencia de mercados proceda de las colecciones cerámicas, con las amplísimas redes desarrolladas durante muchos siglos, con lo cual se indicaría que las ciudades mayores contenían mercados para sus centros subordinados y comunidades de apoyo (Masson 2002).

De todas formas tendrían que existir una variedad de localidades y de tipos de mercados. El de Pueblito viene a ser por ahora un caso concreto de la estructuración de este tipo de conjunto en un nivel arquitectónico.

REFERENCIAS

Chase, Arlen F. y Diane Z. Chase

1983        Intensive Gardening among the Late Classic Maya: A Possible Example at Ixtutz, Guatemala. Expedition 25 (3):211. University Museum, University of Pennsylvania, Philadelphia.

Dahlin, Bruce

2000        The Barricade and Abandonment of Chunchucmil: Implications for Northern Maya Warfare. Latin American Antiquity 11 (3):283-298.

2003        Chunchucmil: A Complex Economy in NW Yucatan. Mexicon 25 (5):129-138. Möckmühl.

Dahlin, Bruce y Traci Ardren

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Demarest, Arthur A., Matt O’Mansky, Claudia Wolley, Dirk Van Tuerenhout, Takeshi Inomata, Joel Palka y Héctor Escobedo

1997        Classic Maya Defensive Systems and Warfare in the Petexbatun Region: Archaeological Evidence and Interpretations. Ancient Mesoamerica 8 (2):229-253. Cambridge University Press, Cambridge.

Farriss, Nancy M.

1984        Maya Society Under Colonial Rule. Princeton University Press, Princeton.

Fletcher, Laraine A.

1983        Linear Features in Zone 1: Description and Classification. Coba: A Classic Maya Metropolis (editado por W. Folan, E. Kintz y L. Fletcher), pp.89-102. Academic Press, New York.

Foias, Antonia E.

2002        At the Crossroads: The Economic Basis of Political Power in the Petexbatun Region. En Ancient Maya Political Economics (editado por M. Masson y D. Freidel), pp.223-248. Altamira Press, Walnut Creek, California.

Graham, Ian

1980        Corpus of Maya Hieroglyphic Inscriptions, Volume 2, Part 3: Ixkun, Ucanal, Ixtutz, Naranjo. Peabody Museum, Harvard University, Cambridge.

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1972        Notes on the Ruins of Ixtutz, Southeastern Peten. Contributions of the University of California Archaeological Research Facility 16:89104. Berkeley.

Jacobo, Álvaro L.

1993a        La aplicación del análisis de fosfatos como técnica de prospección arqueológica para diagnosticar áreas de actividad en el sitio arqueológico de Ixtutz, Dolores, Petén. Tesis de Licenciatura, Área de Arqueología, Escuela de Historia, USAC, Guatemala.

1993b        Aplicación de técnicas de prospección química de suelos en Ixtutz, Petén. En VI Simposio de Investigaciones Arqueológicas de Guatemala, 1992 (editado por J. P Laporte, H. Escobedo y S. Villagrán de Brady), pp.297-310. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

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Laporte, Juan Pedro

2001        La historia arqueológica de un paso de montaña: La cuenca del río Xa’an en Dolores, Petén. Revista Estudios, Diciembre:2-29. Instituto de Investigaciones Históricas, Antropológicas y Arqueológicas, Escuela de Historia, USAC, Guatemala.

Laporte, Juan Pedro, Jorge E. Chocón, Karen Pereira, Sandra Carrillo Ballejos, Juddy Carrillo Vallejos, C. Elizabeth Castañeda, Yolanda I. López, Marco Antonio Monroy, Armando Rodríguez, José Marcelo Rodríguez y Claudia Valenzuela

2004        Exploración arqueológica en Pueblito, municipio de Dolores: El sector de la Plaza C y de la Acrópolis Central. En Reporte 18, Atlas Arqueológico de Guatemala, pp.109-143. Instituto de Antropología e Historia, Guatemala.

Masson, Marilyn A.

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Figura 1 Plano geográfico del sureste de Petén, con la ubicación de Pueblito

Figura 2 Área central de Pueblito

Figura 3 Mercado de Pueblito: Vista general

Figura 4 Mercado de Pueblito: Vista general

Figura 5 Mercado de Pueblito: Estadio 1

Figura 6 Mercado de Pueblito: Estadio 2

Figura 7 Mercado de Pueblito: Estadio 3

Figura 8 Mercado de Tikal (tomado de Jones 1996) y el de Pueblito aquí presentado

Figura 9

Figura 10

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