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40 – UN ACERCAMIENTO AL SISTEMA DE ASENTAMIENTO EN SOBLONKE, UN SITIO ARQUEOLÓGICO DE LA REGIÓN DE YUCATÁN, MÉXICO – Luis Pantoja Díaz, María José Gómez, Cecilia Medina Martín y Felipe Cerón Cetina – Simposio 21, Año 2007

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Pantoja Díaz, Luis, María José Gómez, Cecilia Medina Martín y Felipe Cerón Cetina

2008        Un acercamiento al sistema de asentamiento en Soblonke, un sitio arqueológico de la región de Yucatán, México. En XXI Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2007 (editado por J.P. Laporte, B. Arroyo y H. Mejía), pp.643-668. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).

40

UN ACERCAMIENTO AL SISTEMA DE ASENTAMIENTO EN SOBLONKE, UN SITIO ARQUEOLÓGICO DE LA REGIÓN DE YUCATÁN, MÉXICO

Luis Pantoja Díaz

María José Gómez

Cecilia Medina Martín

Felipe Cerón Cetina

Centro INAH Yucatán

Palabras clave

Arqueología Maya, Yucatán, Mérida, Caucel, salvamento, reconocimiento

Abstract

AN APPROACH TO THE SETTLEMENT SYSTEM AT SOBLONKE, AN ARCHAEOLOGICAL SITE IN YUCATAN, MEXICO

The site of Soblonke is located in the region formerly occupied by the ancient Ichcansiho, where the city of Merida lies. As a consequence of current urbanization, various investigations have been undertaken, which have provided information on the Prehispanic settlement dated from the Early to Late Classic periods. In this work we present the preliminary findings of the settlement patterns, which include the analysis of archaeological traces, their relationship to the occupied space, and the topography. The results are integrated within a regional model proposed for the Classic period, which will allow us to understand the social dynamic at Soblonke during the different stages of its development.

El estudio de los asentamientos humanos prehispánicos ha sido y es uno de los principales temas de estudio en la investigación arqueológica, ya que a través de éste se pretende entender la relación entre el entorno ecológico y la distribución espacial de las estructuras la cual refleja la organización social, económica y política de la gente que habitó estos lugares.

En esta investigación se presenta el análisis del patrón de asentamiento del sitio de Soblonke, comprendido en la actual población de Caucel que presenta una ocupación desde el Preclásico hasta el Clásico Tardío (800 AC-700/750 DC). Entre los aspectos mencionados destaca la relación con el periodo ocupacional, los espacios y las características constructivas, lo que permitió una aproximación al tipo de asentamiento.

Los resultados obtenidos son integrados dentro de un modelo regional propuesto para el Preclásico y Clásico en el área noroeste de las Tierras Bajas Mayas, lo que permitió comprender la dinámica social de Soblonke durante las diversas etapas de su desarrollo (Robles y Andrews 2003).

El análisis deriva de las exploraciones arqueológicas previas a la construcción del mega proyecto habitacional denominado Ciudad Caucel. Como consecuencia de las obras de desarrollo urbano en el sector poniente de la capital yucateca, se planteó el proyecto “Salvamento Arqueológico en Áreas de Crecimiento Urbano de la Ciudad de Mérida, Yucatán”, cuyo objetivo principal fue prevenir en lo posible la afectación de los vestigios prehispánicos e históricos de la nueva zona habitacional en el sur de la comisaría meridana de Caucel.

Para ello se propuso rescatar la información de los elementos y materiales arqueológicos, establecer la cronología del sitio, las características arquitectónicas y el patrón de asentamiento que permitan definir los espacios, la función de los edificios y así contribuir con futuras investigaciones en la región, además este trabajo arqueológico persigue la finalidad de integrar las construcciones prehispánicas al proyecto de urbanización moderno.

En mayo del año 2005 se iniciaron los trabajos de salvamento arqueológico de la Fase I, que comprendió el sitio de estudio en el cual se registraron 122 estructuras, de las que 68 fueron excavadas y el resto conservadas a través de un polígono de protección para su posterior investigación. De la muestra registrada en 49 estructuras de diversas dimensiones y en una cueva se recuperó material cultural que permitió obtener información cronológica del lugar.

Al final de la presente versión digital se ha incluido una serie de figuras y esquemas adicionales que representan el trabajo efectuado en Soblonke (Figuras 10 a 23).

GENERALIDADES

El sitio arqueológico Soblonke se encuentra ubicado en el sector noroeste del municipio de Mérida, dentro de la jurisdicción de la actual comisaría de Caucel, en el estado de Yucatán. Hasta ahora se desconoce el tamaño real del sitio (Figura 1).

La zona no cuenta con corrientes de agua superficiales, no obstante, esa ausencia se compensó con los cenotes que representaron una fuente del líquido vital (Chnaid 1999:21, Flores 1994). El clima es cálido subhúmedo, con lluvias en verano, interrumpidas con las llamadas sequías de medio verano. La vegetación local es considerada como selva baja, asociada a suelos muy someros y pedregosos (Flores 1994).

ANTECEDENTES DE INVESTIGACIÓN EN EL PONIENTE DE ICHCANZIHO

Soblonke fue un asentamiento periférico localizado al sur del sitio arqueológico Caucel, este último es mencionado en las fuentes históricas como parte de la antigua capital de Chakan, una de las 18 provincias en las que se congregaban los Mayas peninsulares para el Postclásico, las que en el momento del contacto con los Españoles mantenían un poder central de cuchcabal y cuya territorialidad destacaba por la grandeza de las regiones y por sus riquezas naturales (Roys 1957).

Durante el contacto, estos asentamientos indígenas fueron la base de las divisiones territoriales que se realizaron en la Colonia y posteriormente en la época Independiente. Los primeros reportes de Caucel datan de 1542 con la fundación de Mérida, ciudad prehispánica conocida como T’ho (Ichkansiho) que al igual que Caucel, pertenecía a la provincia de Chakan (López de Cogolludo 1957).

Posteriormente, Roys (1957) hace un estudio para relacionar los pueblos modernos con los descritos por los conquistadores y confirma en Caucel la existencia de vestigios arqueológicos sobre los que se asentó el templo católico al momento de la conquista. Recientemente, los reconocimientos de superficie, levantamientos y salvamentos arqueológicos en diversas partes del área circundante de Caucel constatan su ocupación desde el Preclásico (Hernández y Góngora 2001, Robles et al. 2003).

El área nuclear de la zona de Caucel está marcada en el Atlas Arqueológico del Estado con la clave 16 Qd(4)18, catalogado como sitio de rango IV, cuya categoría refiere desde conjuntos aislados de dos o tres plataformas hasta asentamientos de amplia extensión y numerosas estructuras, pero con muy poca arquitectura monumental (Garza y Kurjack 1980:37).

El sitio de Soblonke fue registrado con la clave 16Qd(4)8 y con rango IV (Garza y Kurjack 1980:89) con pequeñas estructuras y ausencia de arquitectura monumental. Compartió temporal y espacialmente la región durante el Preclásico Tardío con otros sitios de arquitectura monumental como Komchen y aun la misma T’ho, y con otros sitios cercanos que evidenciaron cerámicas del Preclásico Medio al Clásico Tardío y Terminal, tales como Anicabil, Tzecul, Xtobo I, Cometa, Tzeme y Ch’el, por citar algunos (Anderson 2003:49-53).

El PATRÓN DE ASENTAMIENTO

En Soblonke no fue posible distinguir un núcleo totalmente definido como se ha dado en otros sitios de la región con estructuras de tipo piramidal o distribuido a manera de grupo. Las construcciones se encontraron asociadas a espacios intermedios a manera de patios y algunas aparentemente estuvieron aisladas, sin embargo, se ubicaron cercanas a fuentes de agua o grandes extensiones de tierra fértil, lo que indicó la existencia de un control sobre esos bienes naturales (Figura 2).

En el sistema constructivo y arquitectónico las estructuras del sitio no presentaron gran complejidad, los datos recuperados en las excavaciones indican que la mayoría de éstas fueron utilizadas para vivienda. Las construcciones se encontraron en regular estado de conservación, puesto que debido al saqueo presentaron un daño significativo.

La principal clase de estructura encontrada en el sitio fue el “basamento” en sus variantes simple, compuesto y con construcción superior de material perecedero (Sierra 1994, Quintal et al. 1999).  Estos basamentos presentaron principalmente un cuerpo compuesto por un núcleo de piedras sin labrar de diversos tamaños y rellenos de tierra que poseían muros de contención formados por hiladas de piedra toscamente labradas, a veces a manera de bloques o de doble hilada. Las formas fueron rectangulares, características de la región. En algunos casos se observaron estructuras superiores o huellas de éstas y algunas subestructuras.

La siguiente clase de estructuras reportada fue el denominado “cimiento” y por último, los montículos chi’ich ubicados a nivel del terreno sobre los afloramientos de roca. El tamaño de los basamentos respondió a las necesidades de los ocupantes, por lo que las de estructuras superiores tipo “cimiento” se disponían de tal manera que permitían interactuar y compartir un espacio común evidenciando diversas áreas de actividad como lo demostraron la presencia de piedras de moler entre otros elementos de uso cotidiano, además de almacenes y fuentes de agua.

LOS GRUPOS ARQUITECTÓNICOS DE SOBLONKE

En el análisis espacial del sitio se distinguieron siete concentraciones de estructuras, las cuales se denominaron Grupo A, B, C, D, E, F y Central (Figura 3), que son descritos a continuación:

  • El Grupo A, se ubicó al sur de la parte central y estaba compuesto de estructuras menores de las clases montículo chi’ich, construidas sobre el afloramiento de la roca madre. Este grupo se constituye por un mínimo de cinco estructuras cuyo periodo de ocupación se remonta al Preclásico Tardío con una mayor ocupación en el Clásico Temprano.
  • El Grupo B se encontraba al sureste del área central y estaba compuesto de cuatro estructuras de las clases cimiento y basamento de las que sobresalió, por su tamaño un basamento simple, denominada Estructura 35. Esta estructura presentó una subestructura del periodo Preclásico Tardío que corresponde a un cimiento con núcleo de forma circular. Posteriormente, para el Clásico Temprano la construcción crece hasta conformar el basamento el que desafortunadamente estaba muy dañado. En este grupo se reportó la presencia de una fuente de agua localizada al noreste de la estructura previamente descrita, donde se pudo observar su acondicionamiento que se evidenció por la construcción de un brocal.
  • El Grupo C es también llamado Pet Ha. Se conformó por siete estructuras, las cuales consistieron en tres basamentos simples de forma rectangular y las restantes son construcciones menores denominadas Chi’ich. El conjunto fue fechado para el Preclásico Tardío y presentó escasa evidencia de ocupaciones posteriores. Pet Ha distó 200 m del núcleo aproximadamente, lo cual permitió un amplio y suficiente espacio para el cultivo, además fue favorecido por un cenote.
  • El Grupo D se encontró a 350 m al este del área central. Está compuesto por ocho estructuras en las que siete de ellas correspondieron a la clase montículo chi’ich y una a la clase cimiento. En este grupo no se hallaron fuentes de agua. Sobresale el hecho de que sólo se reportó evidencia de ocupación del Preclásico Tardío y en menor cantidad del Clásico Temprano. Este conjunto al igual que Pet Ha, se encuentra distante del resto del asentamiento, lo que indicó que sus ocupantes se dedicaron a las labores agrícolas. Se pudo observar que no hubo desarrollo en las construcciones.
  • El Grupo E, localizado al este del Grupo Central se conformó de cinco estructuras de las clases montículo chi’ich, cimiento y basamento, de las que una sobresale por sus dimensiones, todas presentaron un periodo de ocupación del Preclásico Tardío y en este grupo no se localizó alguna fuente de agua.
  • El Grupo F se ubica 250 m al norte del Central, fue un grupo compuesto por varias construcciones de la clase basamento. Su ocupación abarca desde fines del Preclásico Tardío hasta el Clásico Tardío. Inicia con basamentos menores los cuales dan origen a estructuras de mayor dimensión y complejidad como es el caso de las Estructuras 87 y 91.

Es importante mencionar que en la Estructura 88 se encontró un elemento arquitectónico de forma elíptica cubierto de piedras a manera de tapas con dimensiones de 3.40 m por 1.20 m y una profundidad de 1 m que pudo funcionar como depósito para almacenar algún tipo de producto. Hacia el costado oriente del grupo se encontró un pozo prehispánico. El Grupo F destacó por tener una continuidad que va desde el Preclásico Temprano prolongando su permanencia hasta fechas más tardías.

Finalmente, en el Grupo Central se observó una saturación de construcciones en el uso del espacio en donde predominaron los basamentos. Estos tienen sus orígenes en el periodo Preclásico y un desarrollo hacia el Clásico Temprano, el cual se mantuvo para posteriormente mostrar un crecimiento hacia finales de éste periodo. Tal es el caso de las Estructuras 20, 22, 33 y 62.

Fue precisamente en el Grupo Central en donde se detectó la presencia de materiales suntuarios, muchos de ellos importados, como por ejemplo: cascabeles de cobre, vasijas del tipo gris y naranja fino, jadeíta, obsidiana, estas últimas en forma de navajillas y cuentas, entre otros artículos que denotan estatus socioeconómico alto.

También se concentraron 12 depósitos mortuorios en las Estructuras 4, 20, 22, 24, 45, 55 y 95 (Pantoja et al. s.f.), y cuyo patrón funerario es consistente con el de la región peninsular. Hasta ahora se han reportado dos fuentes de agua una de los cuales se encontró asociada directamente a la Estructura 20. La otra se localizó en el costado este del grupo.

En resumen, se pudo observar que en el Preclásico Tardío se desarrollaron pequeños grupos de construcciones dispersas conformados por estructuras chi’ich las cuales corresponden al 59% de la muestra de ese periodo y en menor cantidad de pequeños basamentos.

Lo anterior posiblemente refleja que al originarse el asentamiento éste estuvo conformado por familias dedicadas probablemente a las actividades agrícolas debido a las grandes extensiones de tierra que rodeaban los conjuntos. También es importante mencionar que estos grupos incipientes estaban asociados a fuentes de agua y al aprovechamiento de los recursos naturales como se pudo observar en la cueva Actun kat, que fungió como área de actividad basada en la explotación de materiales pétreos (Figura 4).

Para el Clásico Temprano se identificó que en los grupos, el desarrollo de construcciones comenzó a tener auge, pues se observó que a partir de pequeños basamentos simples dio origen a otros más complejos. Esto indica una mayor cantidad de inversión de horas/hombre que demuestra una especialización en la forma de construcción y una organización sociopolítica más desarrollada, así como un excedente en la producción de bienes de consumo, lo que también se ve reflejado en actividades productivas y comerciales (Figura 5 y 6).

La evidencia es palpable por la presencia de elementos y artefactos que indican la actividad pesquera (pesas de red) y materiales de origen marino que demuestran la interacción con la Costa del Golfo de México. Durante el Clásico Tardío los basamentos continúan su presencia, sufren modificaciones y adosamientos, es notable el sistema constructivo caracterizado por el uso de piedras megalíticas de hasta 1 m de largo (Estructuras 33, 62, 93) en la construcción de estas estructuras y posteriormente piedra semilabrada de doble hilada (Estructuras 22 y 87; Figura 7 y 8).

Es notoria una mayor presencia de construcciones de diversas características en el área central del asentamiento mientras que los grupos iniciales ya no presentan ocupación, es decir, los Grupos C, D y E. Sobresalieron los basamentos de grandes dimensiones. Puede haber señas de un urbanismo incipiente, debido a que la población se agrupa y el espacio queda reducido. Finalmente, para el Clásico Tardío/Terminal se halló escasa evidencia cerámica y el cese de las actividades constructivas, lo que evidenció un declive en la ocupación del sitio.

SOBLONKE Y LA SECCIÓN NOROESTE DE YUCATÁN

Los primeros asentamientos Mayas en el noroeste de Yucatán son fechados para la segunda mitad del Preclásico Medio, es decir, posterior al 700 AC. Al parecer eligieron el área cercana al extremo noroeste de Ichkansiho (actual ciudad de Mérida, capital del estado de Yucatán) y hacia la zona de la Costa Norte entre Chuburna Puerto y Progreso. Robles y Andrews (2003:2) opinan que esto se debió a que existían mejores tierras para áreas de cultivo. Esto propició los primeros asentamientos dedicados a las actividades agrícolas en el área de Soblonke (Figura 9).

Para el periodo Preclásico es posible distinguir en el noroeste de Yucatán sitios que por su extensión y monumentalidad son considerados mayores: Cometa, Tzeme y Chel, e inclusive otros alcanzan una categoría de capital regional, tal es el caso de Komchen y probablemente Xtobo I. Para este mismo periodo, las recientes investigaciones señalan que T’ho inició su ascenso regional, rodeado de otros sitios localizados en el área de influencia que también muestran una ocupación Preclásica, ampliando la información obtenida a través de las fuentes históricas que relatan la organización política al momento del contacto.

Entre los sitios de la periferia de T’ho que presentan ocupación temprana se pueden mencionar Xoclan (Sierra y Vargas 1990), Chuburna de Hidalgo (Maldonado 1976), Dzoyila (Gallareta 2000) y Soblonke. Para el Preclásico Tardío, Tzikul, ubicado al sur de Chuburna Puerto, surge como importante sitio costero, cuya ocupación se prolonga hacia el Clásico Temprano (Robles y Andrews 2003:6). En Soblonke se encontraron materiales culturales que evidenciaron contactos con esta región marítima.

Para el Clásico Temprano T’ho alcanzó un auge en demografía y en actividad constructiva monumental. A su vez, Soblonke alcanza su máximo periodo de ocupación. Para el Clásico Tardío/Terminal, se consolidan otros grandes sitios como Caucel, Ucu, Chel, Muka, Ku’uk, Chuh Ku, entre otros, así como los puertos de Xlabarco, Xcopte y Progreso (Robles y Andrews 2003:2). Para este periodo Xcopte fue un puerto importante, ya que vinculaba la costa de Campeche con el litoral centro norte de Yucatán.

Para este mismo periodo Soblonke presentó un declive en la ocupación, debido posiblemente al gran auge de su vecino Caucel.

COMENTARIOS FINALES

Este trabajo representa un primer análisis del patrón de asentamiento de Soblonke. Con ello se pudo determinar el desarrollo ocupacional, la secuencia constructiva y parte de su organización social.  Los resultados amplían y ampliarán la visión de la ocupación temprana del noroeste de Yucatán.

AGRADECIMIENTOS

A los arqueólogos que participaron en el Proyecto Arqueológico Ciudad Caucel Fase I. Soblonke del Centro INAH Yucatán: Georgina Delgado, Silvia Estrada, Carlos Canché, Yonni Mex, Cecilia Bautista, Roberto Can y Aarón D. M.

REFERENCIAS

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1994        Tipos de vegetación de la península de Yucatán. En Etnoflora Yucatanense, fascículo 3. Universidad Autónoma De Yucatán, México.

Gallareta, Tomás

2000        Dzoyila-Las Granjas, una importante zona arqueológica de la ciudad de Mérida. Ichcanzihó 4:8-9.

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1980        Atlas Arqueológico del Estado de Yucatán. Centro Regional del Sureste-INAH, México.

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1957        Historia de Yucatán. Quinta edición, Academia Literaria, México.

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Quintal, Beatriz, Thelma Sierra, Leticia Vargas y José Huchim

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1990        Informe de Inspección. En Archivos de la sección de Arqueología del CRY/INAH,  Mecanuscrito, Mérida, Yucatán, México.

Figura 1 El sitio arqueológico de Soblonke se encuentra a 10 km al noroeste de la ciudad de Mérida, Yucatán, México

Figura 2 Distribución de las estructuras de Soblonke

Figura 3 Grupos arquitectónicos de Soblonke

Figura 4 Ocupación durante el Preclásico Tardío

Figura 5 Ocupación durante el Preclásico Tardío/Clásico Temprano

Figura 6 Ocupación durante el Clásico Temprano

Figura 7 Ocupación durante el Clásico Temprano/Tardío

Figura 8 Ocupación durante el Clásico Tardío

Figura 9 Región Noroeste de la península de Yucatán (Robles y Andrews 2003)

Figura 10

Figura 11

Figura 12

Figura 13

Figura 14

Figura 15

Figura 16

Figura 17

Figura 18

Figura 19

Figura 20

Figura 21

Figura 22

Figura 23

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