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63 – LAS ESTELAS LISAS DE NARANJO, GUATEMALA – Karen Pereira, Bárbara Arroyo y Margarita Cossich – Simposio 20, Año 2006

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Pereira, Karen, Bárbara Arroyo y Margarita Cossich

2007        Las estelas lisas de Naranjo, Guatemala. En XX Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2006 (editado por J. P. Laporte, B. Arroyo y H. Mejía), pp. 1054-1080. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

63

LAS ESTELAS LISAS DE NARANJO, GUATEMALA

Karen Pereira

Bárbara Arroyo

Margarita Cossich

Palabras clave

Arqueología Maya, Guatemala, Tierras Altas, Valle de Guatemala, Naranjo, Kaminaljuyu, estelas, altares, Preclásico Medio, Preclásico Tardío

Abstract

THE PLAIN STELAE OF NARANJO, GUATEMALA

Naranjo is a Middle Preclassic site located in the Valley of Guatemala, which had a religious tradition tied to the plain stelae cult. This practice played a fundamental role at the site, where, the importance of the spatial layout and the locations of the plain stelae is obviously apparent. El Naranjo has three principal alignments of plain stelae, in addition to isolated monuments throughout the site. Plain monuments have been reported at other Mesoamerican sites for the Late Preclassic, such as Izapa, Ujuxte and others on the South Coast of Guatemala. This paper presents the most important data on ritual activity related to the Naranjo plain stelae and their dating. At the same time, we will explore the singularity and diversity of forms among the monuments and why the stela-altar relationship is not a consistent feature at the site.

Naranjo está ubicado en la zona 4 de Mixco, 3 km al norte en línea recta con Kaminaljuyu. Se posiciona en el área norte del valle de Guatemala, donde se encontraban otros sitios contemporáneos como Brigada, Bran (Shook 1952) y Rosario Naranjo (Jacobo 1992), sitios que también tenían estelas lisas (Figura 1).

Como se menciona en otros trabajos, el sitio data para el Preclásico Medio y es re-visitado durante el Clásico Tardío, patrón que también prevalece en el culto a las estelas lisas, pues todos los monumentos fueron dedicados en el Preclásico Medio, algunos de los cuales se re usaron en el Clásico Tardío.

MONUMENTOS LISOS EN NARANJO

Desde el inicio del Proyecto se contó con los dos primeros mapas arqueológicos realizados del sitio. Williamson (1877) visitó el sitio en 1876 e hizo un mapa detallado ubicando las estructuras y sus monumentos (Figura 2). A pesar de su confusa lectura, este artículo fue una de las mejores guías para localizar todos los monumentos en campo. Williamson (1877) situó tres filas de monumentos entre el conjunto de edificaciones al oeste del sitio y el cerro natural que se encuentra al este, además de otras áreas del epicentro, contando un total de 15 monumentos. Posteriormente, Edwin Shook (1943) llegó a Naranjo en 1943 y reportó 21 monumentos, incluyendo los mismos que ya habían visto Williamson y algunos más (Figura 3). Además, marca 12 agujeros o depresiones que él consideró fueron lugares donde había estelas que fueron removidas. Sin embargo, estos agujeros bien pudieron ser depresiones formadas por la siembra de árboles de café, los cuales también estaban alineados norte-sur.

El Proyecto de Rescate Naranjo logró identificar 19 monumentos en el epicentro, localizando los que Williamson menciona y otros más que no siempre son los mismos del mapa de Shook (Figura 4). Todos los monumentos fueron excavados para conocer su fecha y los rasgos arquitectónicos asociados, así como cualquier evidencia de actividad ligada a los mismos.

El arreglo espacial de Naranjo juega un papel importante al momento de comprender el sitio como una unidad. La mayoría de monumentos lisos están dispuestos en un espacio abierto y plano que podría interpretarse como una plaza, que está delimitada al oeste por los montículos principales, alineados de norte a sur, y al oeste por un cerro natural pequeño (Figuras 5 a 7). Los monumentos conforman tres filas paralelas alineadas norte-sur, orientación compartida con otros sitos del Preclásico Medio (Shook 1952; Bove 1989).

     

Figura 1 Mapa del área norte del valle de Guatemala (Google Earth 2006)

FILA 1

Esta alineación de monumentos se ubica de forma paralela, a 30 m aproximadamente de la línea norte-sur de las construcciones principales que incluyen al Montículo 1, la Plataforma Sur y la Plataforma Norte. Williamson (1877) reportó cuatro monumentos en esta fila, incluyendo al Monumento 1 que no está totalmente alineada con el resto. Por su parte, Shook (1943) reconoció estos mismos monumentos y agregó cinco más a la fila, quedando un total de nueve monumentos. Lamentablemente, el Proyecto Naranjo ya no observó la misma cantidad de monumentos, quedando actualmente sólo siete en pie, un monumento caído y varios fragmentos de monumentos en superficie.

Cabe mencionar que todos los monumentos en esta fila poseen diferente forma y dimensiones (Figura 8), una diferencia que sobresale al hacer la comparación con las otras dos filas que serán descritas más adelante. Además, esta fila fue la única que tuvo todos los monumentos in situ a la llegada del Proyecto, los cuales tenían su lado frontal hacia el oeste, viendo a las edificaciones del epicentro.

Figura 2 Mapa elaborado por Williamson (1877)

Figura 3 Mapa elaborado por Shook (1943)

Figura 4 Mapa Proyecto de Rescate Naranjo

Figura 5 Perspectiva del área central del sitio

Figura 6 Posición de monumentos

Figura 7 Proceso de exploración en la zona de los monumentos

Figura 8 Línea 1 de Monumentos

MONUMENTO 9

Este monumento encabeza el lado norte de la fila. Tiene un tamaño reducido y su forma es de una columna circular natural. La cúspide del monumento está aplanada, posiblemente por alguna actividad cultural ligada al mismo o tal vez fue la forma que se le dio desde el inicio de su colocación. El monumento de basalto está enterrado dentro del piso de plaza, que en esta parte del sitio se sitúa a escasos 0.80 m debajo de la superficie y su largo total es de 1.19 m (Figura 9).

 

Figura 9 Monumento 9

MONUMENTO 8

El monumento se localiza 5 m al sur del Monumento 9 en la misma línea. Es una estela rectangular que sobresale visiblemente de la superficie y está ligeramente inclinada hacia el este. De todos los monumentos de Naranjo, este es el que tiene la forma más convencional a lo que se conoce comúnmente como estela (Figura 10). Su largo total fue de 2.52 m y la espiga estuvo enterrada en el mismo piso de plaza que el Monumento 9 y 7. Al excavarse, se hallaron tres piedras sobre el piso que estaban pegadas al lado oeste del monumento, además en el lado este se ubicó una piedra de tamaño mediano que en un principio se pensó era un altar, aunque su tamaño fue relativamente reducido en relación al monumento.

Figura 10 Monumento 8

MONUMENTO 7

Este monumento se sitúa a 5 m al sur del Monumento 8. Su largo total es de 1.88 m y al momento de excavación ya estaba fragmentado en la parte superior y es posiblemente una fractura natural. Las excavaciones revelaron que el monumento estaba enterrado dentro del mismo piso de plaza que el resto de monumentos en esta fila, con piedras como cuña (Figura 11). Llamó la atención que dentro de las cuñas se observó un fragmento de piedra de moler, rasgo compartido con el Monumento 3. Además, 0.10 m debajo de este se encontró un depósito compuesto en su mayoría de piedras y barro cocido, quizá relacionado con la dedicación del monumento. Esta fue la única ofrenda asociada al monumento.

Figura 11 Monumento 7

MONUMENTO 1

El Monumento 1 sobresale de la fila porque no está totalmente alineado con el resto de monumentos y por su forma muy peculiar. Se localiza 2 m al este de la fila, entre el Monumento 7 y el Monumento 2. Tiene un agujero en la parte alta, al centro de la piedra, el cual fue tallado culturalmente, aunque el resto de la piedra no muestra señas visibles de talla o alisado (Figura 12). Además, se ubica ligeramente inclinado 30 º al este de forma similar al Monumento 8. El monumento se compone de roca andesita y al excavarlo se hallaron piedras de tamaño mediano (0.20-0.40 m de diámetro) que lo sostenían como cuña. Su largo total fue de 2.52 m y estaba enterrado 0.80 m debajo de la superficie, colocado dentro del mismo piso de barro que los Monumentos 7, 8 y 9, a 0.80 m de profundidad. En esta excavación tampoco se encontró alguna ofrenda asociada.

Figura 12 Monumento 1

MONUMENTO 2

El Monumento 2 se localiza al sur del Monumento 1 y forma parte de la Fila 1. Actualmente tiene sólo 0.20 m visibles sobre la superficie, pero su tamaño original es de 1.91 m. Es un monumento de andesita y tiene una forma rectangular (Figura 13). Estaba colocado dentro del mismo piso de la plaza que los Monumentos 1, 7, 8 y 9 y tenía piedras medianas como cuña en su espiga. No se localizó ninguna ofrenda asociada al monumento.

Figura 13 Monumento 2

MONUMENTO 3

Es una columna de basalto erguida como estela con un altar (Altar 2) asociado. La columna de basalto apenas sobresalía 0.15 m de la superficie actual y su largo total llegó a 1.60 m (Figura 14). El Altar 2 de forma ovalada natural fue ubicado directamente sobre el piso donde estaba enterrada la estela. Era el mismo piso de plaza ya mencionado. Asociado al piso se recolectó una muestra de carbón sometida a análisis de C14, que dio un resultado de 800 a 750 AC (700-540 AC), colocando así por seguro, el culto estela-altar en Naranjo y el Altiplano de Guatemala para el Preclásico Medio Temprano, tema que será discutido más adelante. Esta fecha fue corroborada por medio de la estratigrafía y el análisis cerámico. Al excavar parte de la espiga del monumento se hallaron varias piedras utilizadas como cuña y llamó la atención el uso de fragmentos de manos y piedras de moler que también tuvieron dicha función. No se encontró ofrenda o algún depósito asociado al monumento.

Figura 14 Monumento 3

MONUMENTO 4

Este monumento estuvo alineado 10 m al sur del Monumento 3. Al igual que este, solamente la cúspide podía verse sobre la superficie actual y al terminar de excavarse llegó a tener 1.76 m de largo (Figura 15). Se descubrió que era una estela muy bien delineada de grandes proporciones, la cual poseía un altar (Altar 1) sobre la superficie del mismo piso de plaza ya mencionado. El altar, también de gran tamaño, tenía una forma ovalada y midió 1.97 m de largo por 1.13 m de ancho y 0.60 m de alto.

Con este descubrimiento fue evidente que el Monumento 3 y éste fueron erigidos en la misma fecha, además de ser los únicos dos con altares. Es importante mencionar que estos dos monumentos son los últimos dos al sur de la Fila 1 y se sitúan frente a la Plataforma Sur, en vez del Montículo 1, al igual que el resto de los otros monumentos de la misma fila. Como se ha mencionado, la Plataforma Sur, pareciera tener la ocupación más temprana del sitio en la fase Las Charcas, lo que podría decirse también de los monumentos, quedando en evidencia una ligera diferencia cronológica entre los monumentos de la Fila 1 para el Preclásico Medio.

Figura 15 Monumentos 4 y 8

FILA 2

Esta fila de monumentos se encontró 100 m al este de la primera fila (Figura 4). Todos los monumentos fueron abatidos en tiempos de la finca y se localizaron fuera de contexto; sin embargo, gracias al reconocimiento de campo y a las pruebas del magnetómetro y GPR (Neff et al. 2006) pudieron ubicarse cuatro de los cinco monumentos registrados por Williamson y Shook.

La fila estuvo compuesta por los Monumentos 22, 27, 28 y 29. Todos ellos fueron piedras naturales de inmensas dimensiones y con pocas partes alisadas salvo el lado frontal (Figuras 16 y 17). A pesar del disturbio hallado se excavó cada monumento, logrando así recuperar la mayor cantidad de información posible dadas las circunstancias. Al parecer, las piedras estuvieron muy bien acuñadas en su lugar original, pues al excavar se encontraron todavía piedras de tamaño mediano que sirvieron para tal propósito. Se logró observar que los monumentos estuvieron asociados al mismo piso de plaza que los de la Fila 1. Además, se obtuvo una fecha de C14 asociada a las cuñas del Monumento 22, que dio un resultado de 790 a 500 AC (460-430 AC), lo cual permite asegurar que estos monumentos fueron erigidos durante el Preclásico Medio. No había ofrendas ni altares asociados.

Figura 16 Fila 2 de monumentos

Figura 17 Varios monumentos

FILA 3

Esta fila se situó 14 m al este de la segunda fila (Figuras 4, 17 y 18). Según Williamson (1877) había cuatro columnas de basalto en pie enterradas en la superficie. A la visita de Shook (1943) ya solamente quedaban tres en pie. Al igual que la Fila 2, todos estos monumentos fueron enterrados en tiempos de la finca y fueron detectados por medio de sondeos, pruebas de magnetómetro y GPR. Se localizaron dos agrupaciones de columnas de basalto, las cuales se cree formaban parte de algunas de las columnas mencionadas por Shook y Williamson. Lamentablemente, poco puede decirse de su fechamiento, aunque es casi seguro que formaban parte del arreglo del sitio desde el Preclásico Medio, ya que el piso de plaza donde estuvieron enterradas las espigas pudo identificarse. Además, este piso es el mismo asociado a los monumentos de la Fila 2, que con la fecha radiométrica ya mencionada apoyan la dedicación de la Fila 2 y 3 para el Preclásico Medio.

Figura 17 Fila 3 de monumentos

Figura 18 Varios monumentos

OTROS MONUMENTOS

Además de las tres filas descritas, se ubicaron otros tres monumentos in situ, uno asociado al Montículo 1 y los otros dos a la Plataforma Norte.

MONUMENTO 17

Este monumento no está alineado con ninguna otra estela y se sitúa a 10 m de la orilla oeste del Montículo 1, y se orienta al centro del mismo (Figura 19). Cuando se encontró solamente 0.10 m sobresalían de la superficie, caso similar al de los Monumentos 2, 3 y 4, pero al terminar de excavarlo llegó a medir 1.52 m. Lo interesante de este monumento es que dentro del piso en el cual estaba enterrada su espiga, se hallaron cuatro hachas de piedra verde, cada una asociada a un lado del monumento. Este es el único caso claro de ofrenda de dedicación localizado en los monumentos de Naranjo. Es interesante relacionar que este fue el monumento con mayor número de navajas prismáticas asociadas al piso (Margarita Cossich, comunicación personal 2006).

Figura 19 Monumento 17

MONUMENTOS 16 Y 21

Estos monumentos se ubican en la Plataforma Norte, conformando un arreglo especial que involucra un fogón de grandes dimensiones, trece piedras y varias ofrendas de re uso durante el Clásico Tardío (Figura 20). Al parecer, todo el conjunto fue construido en el Preclásico Medio y vuelto a utilizar durante el Clásico Tardío.

El Monumento 21 es una columna de basalto colocada en el centro de una fila de 13 piedras que se extienden de este a oeste. Al momento de la excavación, esta columna estaba caída cerca de su lugar original.

El Monumento 16 se situó 8 m al sur en línea recta con el Monumento 21. Su forma es de una columna circular natural con la parte superior cóncava. Su largo total fue de 0.71 m. Al excavar el monumento se encontraron cuatro ofrendas de dos vasijas Clásico Tardío cada una, puestas en sus alrededores. Sin embargo, el material localizado debajo del apisonado sobre el que estaba enterrado el monumento se fechó para el Preclásico Medio.

Figura 20 Monumentos 16 y 21

COMPARACIÓN CON OTRAS REGIONES Y SITIOS DE MESOAMÉRICA

El culto estela-altar y la colocación de monumentos lisos es un rasgo característico de muchos sitios durante el Preclásico Medio y Tardío. Este culto se extiende desde el Altiplano de México, pasando por el Golfo de México, la Costa Sur del Pacífico y el Altiplano de Guatemala.

En el valle de Guatemala, Shook (1952) registró una serie de sitios tempranos en los que se reportan monumentos lisos, dentro de los que se puede mencionar a Bran, Brigada, Cerrito, Amatitlán, Chacaya, Cieneguilla, Virginia, Santa Isabel y Piedra Parada.

Lamentablemente es casi seguro que ya ninguno queda en pie, lo cual dificulta mucho su comparación con Naranjo, ya que los monumentos no fueron excavados o cuando Shook los vio ya estaban fuera de contexto. Además, es posible suponer que algunos de los monumentos tuvieron altares enterrados, como el caso de los Monumentos 3 y 4 de Naranjo, donde la tierra ocultó totalmente el altar y gran parte de la estela.

Incluso dentro de Kaminaljuyu se reportaron estelas lisas en la finca Las Charcas, en el Montículo A-IV-2 (Velásquez 1993:381), el Montículo D-III-13 y el Montículo C-III-6. En este último se excavó una extensa ofrenda intrusiva dentro del montículo fechado para la fase Las Charcas (Figura 21). La ofrenda se compuso de múltiples columnas de basalto, una de las cuales estaba esculpida y se denomina Estela 9 de Kaminaljuyu (Shook 1951:240-244).

Figura 21 Monumentos de Kaminaljuyu

En el Altiplano Noroccidental de Guatemala hay menos reportes de monumentos lisos, sin embargo se menciona uno para el sitio de Cambote en Huehuetenango (Clark et al. 2001). También en el Altiplano Norte hay sólo un registro en el sitio de Chichen, Alta Verapaz. Es interesante la descripción que Smith (1955) hace del único monumento liso del sitio, pues menciona que al excavarlo no se halló ofrenda alguna (Smith 1955:61), rasgo común también en los monumentos de Naranjo.

La Costa del Pacífico fue un lugar de intercambio de ideas donde las estelas lisas no fueron la excepción. Bove (1989) reporta seis sitios con estelas lisas los cuales se encuentran mayoritariamente en Escuintla. También Estrada Belli (1999) localizó esta manifestación en el este de la Costa del Pacífico en Santa Rosa (Figura 22). Sobresalen sitios como Monte Alto, El Bálsamo, El Pilar y Ujuxte.

Es interesante notar que en la Costa Oeste del Pacífico, también existió esta tradición en sitios predominantes del Preclásico, como lo fue Tak´alik Ab´aj (Lavarreda y Orrego 2001) e Izapa (Lowe et al. 1982). Sin embargo, existe una diferencia fundamental en ambos: son sitios que perduran por más tiempo y tienen una larga tradición escultórica. Estas ideas fueron expuestas por Bove (2002) al proponer una diferencia en el sistema de gobierno, dividiendo la Costa del Pacífico oeste del este. La propuesta indica que los sitios del oeste estaban más centralizados a diferencia de los del este, donde un sistema de centros regionales medianos estaba en competencia.

Figura 22 Monumentos en la Costa del Pacífico

Esta idea bien pudiera aplicarse al valle de Guatemala, donde los sitios del Preclásico Medio con estelas lisas fueron luego abandonados coincidentemente hacia inicios del Preclásico Tardío, donde Kaminaljuyu comienza a consolidarse como centro regional mayor. Sin embargo, hace falta un análisis más profundo para comprender porqué hay sitios con estelas lisas y esculpidas, mientras que en otros solamente existen estelas lisas.

Por último, resulta interesante mencionar que las estelas lisas están presentes en los sitios mayores del Preclásico de la Costa del Golfo (Figura 23), como La Venta (González 2000), San Lorenzo (Coe y Diehl 1980; Cyphers 2004), Tres Zapotes y Cerro de las Mesas (Stirling 1943). Por aparte, hay una referencia de un monumento liso en Teopantecuanitlán, Guerrero (Martínez 1992; Figura 24).

Figura 23 Monumentos en La Venta, Tabasco

INTERPRETACIÓN DE LAS ESTELAS LISAS EN NARANJO

En los sitios que tienen estelas y monumentos esculpidos, las estelas lisas han quedado relegadas a un segundo plano, dificultando la información que existe sobre ellas. Sin embargo, algunas interpretaciones se han dado con respecto a su característica de monumentos sin esculpir.

Aparentemente las ideas han girado alrededor de agregar diseños con pintura sobre la cara lisa de los mismos. Guernsey (1997) propone para Izapa que las estelas lisas estaban envueltas en textiles donde se podían pintar diseños. Ideas similares ha propuesto Norman (1973) quien habla de la posibilidad de aplicar pintura directamente sobre la piedra o incluso, estucar la piedra para pintar sobre ella.

A simple vista, los monumentos de Naranjo no presentaron restos de pintura, pero para comprobar esta hipótesis El Proyecto de Rescate Naranjo tomó muestras de suelo adyacente a los monumentos para analizar posibles restos de pigmentos, investigación que todavía está en proceso (Carmela Barrientos, comunicación personal 2005).

Además, hay que considerar que existen otros sitios como Kaminaljuyu, Izapa y Tak´alik Ab´aj, que poseen monumentos lisos y esculpidos a la vez, lo que lleva a la pregunta: ¿por qué pintar los monumentos lisos si ya existían los esculpidos? Incluso se ha documentado restos de pintura en los monumentos esculpidos. Aunque las estelas lisas tengan en muchos casos la misma forma que las esculpidas, pareciera que no necesariamente fueron erigidas para colocar un mensaje pictórico en ellas.

Por lo observado, los monumentos lisos de Naranjo fueron usados en su mayoría como estelas, erguidas de pie en la plaza o área central del sitio formando tres alineaciones norte-sur. Los antiguos habitantes escogieron piedras que naturalmente ya tuvieran una forma especial, lo que resulta en el poco trabajo que sufrieron las piedras antes de ser colocadas. En todos los monumentos se verificó que el lado frontal estaba alisado, no así el resto del monumento, como fue el caso de la Fila 2. Como excepción sobresalieron los Monumentos 8 y 4, los cuales presentaron una forma rectangular tallada culturalmente.

Figura 24 Monumentos referidos en otras zonas de Mesoamérica

También es importante mencionar el uso y preferencia de columnas de basalto, ya que la fuente de columnas de basalto más próxima se localiza en Palín, a 22 km de Naranjo (Rodolfo Alvarado, comunicación personal 2006) y los recursos gastados para su transportación debieron de ser compensados con tener estas estelas en Naranjo, incluso resulta interesante resaltar que la Fila 3 estaba compuesta solamente de columnas de este tipo. De las 19 estelas identificadas en Naranjo, siete de ellas fueron columnas de basalto.

El uso de columnas de basalto como estelas ha sido ampliamente documentado para Mesoamérica (Stirling 1943; Shook 1952; González 2000). En el sitio La Venta se hallaron estelas de este tipo en el centro del Conjunto A, además de haber sido usadas para construir una tumba de grandes proporciones en el mismo conjunto (González 2000:381). En el Altiplano de Guatemala, Shook (1952) menciona la preferencia de estas columnas para usar como estelas; por ejemplo, en El Sitio en San Marcos se ubicaron varias columnas erguidas como estelas (Shook 1947:179-184).

Otro rasgo que parece dominar el culto de monumentos lisos en Naranjo es la ausencia de ofrendas asociadas. Solamente en el Monumento 17 se encontró alguna ofrenda de dedicación, ya que ninguna de las excavaciones realizadas al resto de monumentos presentaron ofrendas, incluso, la cantidad de cerámica y restos culturales recuperada fue limitada. También en Ujuxte, Santa Rosa, se excavaron seis complejos de estela-altar donde la ausencia de ofrendas fue el patrón (Estrada Belli 1999:44-46). Esto pone en evidencia que las áreas de uso de los monumentos y sus alrededores se mantenían limpios, además de cuestionar el papel que jugaron los monumentos en la vida de los antiguos habitantes de Naranjo: ¿será posible que estos monumentos hayan sido objeto de rituales? De ser así ¿por qué no hay evidencia de ello? o ¿será que simplemente estas estelas fueron erigidas con otro propósito?

Al observar detenidamente el arreglo del sitio, parece interesante contrastar las Filas 2 y 3 en las que todos los monumentos eran de forma similar versus la Fila 1, donde se da la mayor diversidad de estelas. Es posible que alguna diferencia cronológica sea la respuesta; sin embargo los contextos alterados no permitirán ahondar más en el tema y los pocos datos recuperados parecieran indicar que estuvieron dedicados en el mismo piso de plaza que la Fila 1. Lo que es evidente, es que la Fila 1 está directamente frente a las construcciones principales, muy cerca de las mismas, mientras que las otras dos filas se centran en el sitio con una distancia equidistante de la orilla del Montículo 1 y la orilla del cerro natural.

Las alineaciones de monumentos lisos y esculpidos han sido discutidas con anterioridad. En Tak´alik Ab´aj se han encontrado tres filas de monumentos, aunque en este caso hay esculpidos, orientadas de sur a norte y apuntando a la Estructura 7A (Schieber y Orrego 2001:18). Según Hatch (2001) las alineaciones fueron colocadas para hacer observaciones astronómicas durante el Preclásico Medio, que involucraban la observación del tránsito meridiano de las estrellas a la media noche, con propósitos calendáricos. La propuesta involucra a las constelaciones de la Osa Mayor y Dragón (Hatch 2001:437-439). También en Izapa, Norman (1973:3-4) propone que muchos grupos de estelas y altares están alineados en los extremos cíclicos del Sol y la Luna, y que la mayoría de monumentos (esculpidos o lisos) tiene una función calendárica.

En Naranjo existe la posibilidad de que las alineaciones hayan sido parte de un sistema calendárico. Bruce Love (comunicación personal 2006) menciona que dichos monumentos pudieron ser usados como marcadores de eventos que ocurren de este a oeste, como la salida del Sol. Será interesante seguir investigando sobre este tema para llegar a propuestas más concretas en un futuro.

Es importante resaltar que de todos los monumentos ubicados en Naranjo, solamente dos fueron del complejo estela-altar y el resto fueron estelas sin altar asociado. Según Lowe et al. (1982) las estelas con altar serían más antiguas, idea que habrá que ahondar más en Naranjo con el caso de los Monumentos 3 y 4.

Por último hay que mencionar los inicios del culto estela-altar. El fechamiento de radiocarbono mencionado indica claramente que este culto se fecha para el Preclásico Medio en Naranjo. Ya otros sitios tempranos tienen manifestaciones de esta tradición, como se reporta en Chalcatzingo (Grove 1987), Tres Zapotes (Stirling 1943), Ujuxte (Estrada Belli 1999), Tonalá (Ferdon 1953) e Izapa (Lowe et al. 1982), donde incluso se propuso el inicio del culto estela-altar para el Preclásico Tardío.

Este hallazgo es el primer paso para la comprensión de los inicios del culto estela-altar en el valle de Guatemala y en el resto de Mesoamérica. Parece necesario ahondar en el tema haciendo comparaciones que vayan más allá del mero fechamiento, ya que es probable que no todas las manifestaciones de estela-altar representen las mismas ideas o incluso es una tradición que cambia con el tiempo. Parte de los retos para esta comparación es comprender primero la relación de los monumentos lisos dentro del mismo sitio, antes de comparar sitios entre si.

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