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25 Resultados de las investigaciones de campo en El Perú-Waka: Primera temporada, 2003 – David Freidel y Héctor L. Escobedo – Simposio 17, Año 2003

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Freidel, David y Héctor L. Escobedo

2004        Resultados de las investigaciones de campo en El Perú-Waka: Primera temporada, 2003. En XVII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2003 (editado por J.P. Laporte, B. Arroyo, H. Escobedo y H. Mejía), pp.250-263. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

25

RESULTADOS DE LAS INVESTIGACIONES DE CAMPO

EN EL PERÚ-WAKA’: PRIMERA TEMPORADA, 2003

David Freidel

Héctor L. Escobedo

El sitio arqueológico El Perú se localiza en el Parque Nacional Laguna del Tigre, una reserva eco-arqueológica de la Biosfera Maya ubicada en el municipio de San Andrés, en la zona noroeste del departamento de Petén. La zona arqueológica ocupa la ribera este del río San Juan, 6 km al norte del río San Pedro Mártir, hacia el oriente de la laguneta El Perú y al norte de la laguneta El Pato, sobre una escarpa que se eleva aproximadamente entre 100 y 164 m sobre el nivel del mar. Su localización precisa aparece registrada en el plano 1:50,000 «Río San Pedro,» Edición 1-DMA, E754, Hoja 2167 IV del IGN.

El Perú es uno de los sitios Mayas más grandes y estratégicos que se localizan en la importante ruta navegable entre los centros mayores del centro de Petén, como Tikal y Uaxactun, y los reinos de la región del Usumacinta, como Piedras Negras y Yaxchilan. Sin duda, El Perú dominaba la confluencia entre los ríos San Juan y San Pedro Mártir, en una elongación de 80 km de agua navegable, a una distancia de 72 km hacia el oeste de Tikal. El centro de El Perú se extiende aproximadamente a lo largo de 1 km² y cuenta con numerosos grupos de plaza asentados sobre la superficie de la escarpa, siguiendo un ordenamiento oeste-este. El nombre antiguo de El Perú fue Waka’, un toponímico que se deriva del término wak, que significa “cosa empinada”, o «escarpada», como ha sugerido Stephen Houston (comunicación personal, 2003). Una traducción libre de Waka’ sería “ciudadela escarpada”, recinto de fortificación permanente sobre una escarpa que sirve de último refugio a su guarnición.

El tamaño y posición geográfica de El Perú sugieren que fue un centro político y económico sumamente importante en el mundo Maya. Este papel está confirmado por la existencia de textos jeroglíficos que narran las interacciones históricas entre la casa real de Waka’ y las capitales dominantes de las Tierras Bajas Centrales. Sin embargo, este sitio arqueológico no había sido objeto de estudios científicos hasta este año, aunque sí de múltiples saqueos desde la década de los sesenta, luego de ser descubierto por un equipo de exploradores petroleros. Desde entonces, El Perú ha sufrido daños severos, como el desmantelamiento de varios de sus monumentos de piedra tallada y el deterioro a la estabilidad e integridad de las estructuras monumentales y la configuración de su arquitectura, debido a las excavaciones de saqueo. Además, el Parque Nacional Laguna del Tigre enfrenta actualmente la amenaza de invasores, madereros, saqueadores y narcotraficantes. Así, no es por casualidad que durante este verano ocurrieron cerca de 400 incendios en el parque, algunos de ellos muy cercanos a El Perú.

Tras considerar el potencial de investigación y amenazas de preservación de El Perú, los autores decidieron organizar el Proyecto El Perú-Waka’ para llevar a cabo una investigación arqueológica, epigráfica y de conservación a largo plazo. Nuestro proyecto es un programa multi-disciplinario y bi-nacional patrocinado por la Universidad Metodista del Sur de los Estados Unidos de Norteamérica, basado en la información de la historia antigua, para demostrar la veracidad y utilidad de los datos epigráficos y recabar evidencia material para extender el conocimiento de la comunidad, más allá del simple entendimiento de los temas discutidos en escasas publicaciones. Las investigaciones sistemáticas en El Perú tienen por objetivo contribuir a la conservación e investigación del sitio arqueológico. Por tanto, involucran la realización de una serie de estudios enfocados en rescate, conservación, ecología, mapeo, excavaciones de sondeo en plazas, arquitectura monumental, plataformas residenciales, recolecciones de superficie y análisis de laboratorio.

LA PRIMERA TEMPORADA DE CAMPO EN WAKA’

Pese a enfrentar varias dificultades, como lo incendios forestales por ejemplo, la primera temporada en El Perú fue productiva y compensadora. A continuación se presentará una breve síntesis de los principales descubrimientos hechos en el sitio, junto con la discusión de las operaciones individuales que se llevaron a cabo.

Las investigaciones de campo se iniciaron en la primera semana de febrero y concluyeron en la tercera semana de mayo de 2003. Desde el inicio de las investigaciones, contamos con el beneficio del mapa detallado del epicentro de Waka’ (Figura 1), que fue hecho por Ian Graham y sus colegas de la Universidad de Harvard. Dicho mapa es aún la referencia principal para cualquier investigación en el sitio, pues es bastante preciso en términos generales, pese a que fue hecho siguiendo las convenciones de Maler. Sin embargo, nuestro proyecto ha iniciado una prospección topográfica en el sitio por medio del uso de una variedad de avanzados programas de computación, que mejorarán la recolección y precisión de los datos. Así, utilizando teodolitos electrónicos, Lia Tsesmeli y Melissa Knight empezaron las labores de cartografía necesarias para hacer los mapas digitales de Waka’ y Chakah. Tsesmeli y Knight solamente registraron los contextos de los edificios que fueron excavados durante la primera temporada, pero durante la segunda se intentará extender el mapa hasta cubrir toda el área del plano del sitio elaborado por los colegas de la Universidad de Harvard.

Antes del inicio del proyecto, habíamos planteado la hipótesis de que las estelas de Waka’ habían sido sistemáticamente quebradas y dispersas como resultado de una guerra que Tikal emprendió contra esta entidad política en el 743 DC. Sin embargo, el gobierno real de Waka’ no solamente sobrevivió la derrota ante Tikal, sino que siguió dedicando estelas con regularidad hasta el siglo VIII. Tras un siglo de alianza con la dinastía de Calakmul, Waka’ retornó a la hegemonía de Tikal. Nuestras excavaciones indican que el mayor episodio de destrucción de estelas aconteció poco después del 800 DC, junto con algunos elaborados depósitos de terminación. Sin embargo, el análisis de dichos depósitos aún no ha proporcionado información clara sobre tal episodio de destrucción. Sin embargo, es claro que los responsables estaban interesados particularmente en destruir las estelas. La energía invertida en quebrar y dispersar los monumentos fue realmente impresionante, por lo que este hecho representa una de las destrucciones más sistemática de estelas que se conozca en las Tierras Bajas Centrales.

Luego del episodio de destrucción, una población considerable ocupó nuevamente el centro de Waka’ durante el Clásico Terminal. Estas gentes intentaron remodelar los edificios monumentales y construir grandes complejos residenciales. Aunque no tallaron estelas, sí movilizaron grandes fragmentos de monumentos más antiguos y los re-erigieron en asociación con los edificios que renovaron. Pese a nuestros esfuerzos, en algunos casos no fue posible conectar en forma estratigráfica las estelas fechadas con los edificios originalmente asociados a las mismas, para contrastar la historia epigráfica con la evidencia arqueológica contemporánea. Así, los resultados de la primera temporada sugieren que la mayoría de las estelas excavadas in situ fueron aparentemente re-erigidas en el Clásico Terminal. Sin embargo, la información recabada apoya la idea de que Waka’ fue una comunidad grande y próspera durante dicho periodo. Además, la persistencia de contactos comerciales a larga distancia indica que volvió a dominar al menos una parte de la estratégica ruta de intercambio asociada con el río San Pedro. Como resultado, esperamos hacer un aporte al conocimiento del emergente, rico y complicado registro arqueológico de la ocupación Clásico Terminal en las Tierras Bajas Centrales.

Figura 1

Debido a la naturaleza de la ocupación del Clásico Terminal, en Waka’ es difícil encontrar los vestigios de las fases más antiguas de ocupación. Sin embargo, los resultados del programa de sondeo han demostrado que Waka’ se transformó en un centro a partir del Preclásico Terminal. El texto de la Estela 15 revela que Waka’ estuvo aliada a Teotihuacan en el Clásico Temprano, y la recuperación de navajas de obsidiana verde de Pachuca ha confirmado la existencia de intercambio a larga distancia con esta urbe mexicana. El periodo Clásico Tardío, que de acuerdo con la evidencia arqueológica fue una época de gran ocupación y construcción, cuenta hasta ahora con una modesta representación en las excavaciones horizontales. En la próxima temporada de campo esperamos encontrar más evidencia del Clásico Tardío, a medida que se profundicen las excavaciones en los edificios remodelados durante el Clásico Terminal. En resumen, aunque se encontró evidencia de apoyo para confirmar nuestra hipótesis de que Waka’ fue un centro estratégico en la ruta de intercambio a lo largo del río San Pedro, fue sorpresiva la abundancia del material del Clásico Terminal.

OPERACIÓN 1: ESTRUCTURA O12-1

Con respecto a las excavaciones, la Operación 1 consistió en la exposición horizontal del área alrededor de las Estelas 9 (circa 500 DC), y 10. Estos monumentos se ubican cerca del muro de la terraza noroeste de la Estructura O12-1, un complejo arquitectónico denominado como Acrópolis Sureste. Debido a que ambas estelas datan del Clásico Temprano, fue necesario determinar si se erigieron originalmente en asociación con la fase constructiva final de dicha estructura, o si fueron re-ubicadas en alguna época posterior. La parte superior de la Estela 10, en donde se encuentra la cabeza del personaje, está intacta y su posición es vertical, mientras que la Estela 9 consiste de fragmentos de la base del monumento, que yacen cerca del nivel del último piso estucado de la plaza. El área de las estelas fue perturbada por saqueadores que excavaron alrededor de los monumentos. David Lee y Marco Tulio Alvarado supervisaron originalmente la Operación 1, con la ayuda de Jennifer Piehl y Olivia Farr. Posteriormente, Farr se hizo cargo de la supervisión debido a que Lee y Alvarado iniciaron dos nuevas operaciones. Por otra parte, Piehl pasó a ser la antropóloga física del proyecto, teniendo bajo su responsabilidad los entierros y restos humanos descubiertos.

Al iniciar las excavaciones se encontró evidencia de que las Estelas 9 y 10 fueron incorporadas a los depósitos de terminación. Infortunadamente, los saqueadores alteraron los contextos al excavar alrededor de los fragmentos de las estelas y tirar el escombro formando grandes apilamientos de escombro. Se procedió a excavar dichos apilamientos en forma sistemática, para encontrar tiestos de las vasijas que fueron quebradas de manera intencional durante los rituales de terminación (Figura 2), tanto en los contextos perturbados, como en aquellos in situ. Por ahora, es seguro que este rasgo corresponde a depósitos de terminación localizados directamente hacia el noroeste de los fragmentos de la Estela 9, sobre el nivel del piso de plaza. Estos depósitos incluyeron grandes fragmentos de piedras de moler colocados contra el muro de la terraza, objetos preciosos de concha y piedra, artefactos para auto-sacrificio, fragmentos de puntas de proyectil, herramientas de piedra astillada, figurillas, huesos humanos y cerca de 80,000 tiestos. La cerámica recuperada indica que los rituales de terminación y el saqueo de la Estructura O12-1 acontecieron a principios del siglo IX.

Figura 2

OPERACIÓN 2: ESTRUCTURA M12-35

La Operación 2, a cargo de Héctor Escobedo y Mary Jane Acuña, se enfocó en la Estructura M12-35, una pirámide ubicada al noroeste de la Acrópolis Sureste, que se eleva sobre una plaza alta al sur y otra plaza hundida al norte. Este edificio también se conoce como de la Pareja Real, pues está flanqueado hacia el lado sur por las Estelas 11 y 12, que representan al rey K’inich B’ahlam II, “el longevo”, y a su esposa la señora K’ab’el, una princesa de Calakmul. Además, las Estelas 33 y 34 (692 DC), en el lado norte, retratan a los mismos personajes. Aunque todos esos monumentos corresponden al Clásico Tardío, las excavaciones en la pirámide revelaron que su núcleo constructivo fue elaborado en el Clásico Temprano, o sea, antes de la existencia de la pareja real. Una trinchera a lo largo del lado sur y dos pozos profundo en la base y en la cima del edificio, descubrieron una subestructura del Clásico Temprano (Figura 3), denominada M12-35-Sub-1, que fue substancialmente demolida y reconstruida durante el Clásico Terminal. Es posible que las Estelas 11 y 12 fueron re-colocadas en este último periodo, por lo que su asociación con M12-35 es algo problemática.

Figura 3

Las Estelas 33 y 34 estaban en excelente estado de conservación cuando fueron descubiertas por saqueadores a finales de los sesenta, y sus superficies talladas se encuentran en exhibición en los museos de arte Kimbell de Fort Worth y de Cleveland, respectivamente. Actualmente estamos negociando con el Museo Kimbell un permiso para hacer una réplica de la Estela 33. De tener éxito, su réplica será colocada en su lugar original. Ahora se considera que la pirámide del Clásico Temprano, venerada por la pareja real, puede haber tenido algo que ver con los esfuerzos de K’inich B’ahlam II por asociarse con un famoso antecesor del mismo nombre, quien es mencionado en la Estela 15. Además, las excavaciones de sondeo dirigidas por Griselda Pérez sugieren que un área hundida en la plaza, directamente al norte de M12-35, pudo ser utilizada como embalse antes de ser rellenada en el Clásico Tardío.

OPERACIÓN 3: ESTRUCTURA M12-32

La Operación 3, un programa de rescate y consolidación a largo plazo para estabilizar los túneles hechos por saqueadores en la Estructura M12-32, contó con la supervisión de Juan Carlos Pérez. Esta elevada pirámide cónica es el edificio monumental más grande del sector oeste del centro de Waka’ y se localiza hacia el noroeste de la Estructura M12-35, con su fachada hacia el noreste. Los saqueadores pensaron que la Estructura M12-32 era una pirámide funeraria, por lo que procedieron a excavarla por medio de túneles (Figura 4). Por fortuna, hasta donde se ha podido determinar, los saqueadores fracasaron en su esfuerzo por descubrir una tumba real. En esta temporada se dio inicio a la estabilización y relleno de los túneles y enormes agujeros dejados por los saqueadores, para permitir hacer investigaciones sistemáticas posteriores dentro del edificio. Las Estelas 24 y 25 (761 DC), frente a la posible escalinata de la pirámide, sugieren que su fase constructiva final corresponde al siglo VIII. También se descubrió evidencia estratigráfica de construcciones más tempranas, que quizá datan del Clásico Temprano. En el curso de su trabajo, abajo del escombro dejado por los saqueadores, Pérez descubrió fragmentos de un monumento del siglo V, no registrado por Ian Graham, el cual fue denominado como Estela 40.

Figura 4

OPERACIÓN 4: ESTRUCTURA L13-22

La Operación 4 se centró en la exploración de la Estela 15 (Figura 5), y la Estructura L13-22, un montículo largo, bajo y rectangular, adyacente al este. Al principio, Michelle Rich y Stanley Guenter supervisaron esta operación, pero cuando Rich se trasladó a la Acrópolis del Templo, Guenter se quedó como único encargado de la misma. Las excavaciones demostraron que N12-35 fue construida en el Clásico Terminal, mucho después de la dedicación de la Estela 15 (415 DC), y que sus fragmentos fueron re-ensamblados durante esa época. La base de dicho monumento estaba erguida y al este se localizaron grandes fragmentos adicionales caídos. Además, sondeos cercanos a la Estela 15 revelaron un escondite Clásico Temprano, con cerámica y otros materiales, que fue re-enterrado en la fase constructiva del Clásico Terminal. La Operación 4 también produjo significativos materiales preciosos como los que se asocian a rituales de terminación. Infortunadamente, debido a la perturbación causada por los saqueadores, no ha sido posible determinar la naturaleza precisa de este tipo de depósitos de terminación.

Figura 5

La Estela 15 (415 DC), es el monumento histórico mejor preservado y cuenta con un texto clave que menciona la llegada de Siyaj K’ahk’ a Waka’ en el 378 DC, ocho días antes de arribar a Tikal para imponer un régimen pro-Teotihuacano. Siyaj K’ahk’ fue recibido por K’inich B’ahlam I, quien hizo algo importante en un lugar llamado Wite’ Naah (quizá la misma Estructura N12-35), un tipo especial de edificio del siglo IV que era utilizado por los Teotihuacanos para alojar el fuego sagrado. Por ello no es sorprendente que después de su aparente destrucción en el Clásico Tardío, la gente del Clásico Terminal se esforzara tanto en trasladarla y colocarla junto a uno de sus edificios, quizá para propósitos ceremoniales. Como los antiguos reyes de Waka’ mencionados en esa estela, ellos tal vez deseaban ser considerados como señores con conexiones a larga distancia, más allá del mundo Maya.

OPERACIÓN 5: ESTRUCTURA L13-17

La Operación 5, iniciada por Horacio Martínez y continuada por Ana Lucía Arroyave, comprendió una serie de trincheras que expusieron la Estructura L13-17, una alargada plataforma rectangular baja, localizada en el lado norte de un grupo de patio, hacia el sur de N12-35. Por su apariencia, era casi seguro que este fue un complejo residencial, pero se desconocía si había sido construido en el Clásico Temprano, la época de las estelas asociadas con dicha plaza, o en tiempos posteriores. Las excavaciones demostraron que su forma final data del Clásico Terminal, aunque puede tener una fase constructiva más temprana en su interior. Las excavaciones revelaron desechos domésticos de dicha época en el lado norte de la estructura. También se encontraron dos entierros de infantes cerca del lado sur del edificio (Figura 6). Además, en la cima, se expuso un rasgo constructivo rectangular, tal vez un soporte de columna que sostuvo una superestructura de materiales perecederos del Clásico Tardío.

Figura 6

OPERACIÓN 6: ESTRUCTURA L11-38

A mediados de la temporada, se iniciaron excavaciones en otras partes del epicentro, como el Palacio Noroeste, quizá la residencia real principal Waka’ en el Clásico Tardío. Uno de los lados de este complejo de tipo Acrópolis, mide más de 100 m, por lo que constituye el grupo residencial mayor del sitio. David Lee tuvo a su cargo la Operación 6 en la Estructura L11-38 (Figura 7), una plataforma rectangular relativamente pequeña, localizada en el lado noroeste de la plaza superior cerrada principal del Palacio Noroeste. Se ha planteado la hipótesis que este edificio pudo ser el cuarto del trono, debido a que mira hacia la escalinata monumental del complejo. Las excavaciones en L11-38 revelaron que la escalinata sobre su lado este fue modificada y reconstruida varias veces durante el Clásico Terminal. Esta escalinata fue hecha por medio de bloques de piedra bien tallados, reutilizados de episodios constructivos más tempranos y, evidentemente, proporcionó acceso a la cima del edificio a manera de rampa de piedrín y estuco.

Figura 7

En asociación con la remodelación del Clásico Terminal, se encontró un sorprendente pendiente de concha inciso que representa a un señor que desde su trono observa a un cautivo sedente de alto rango (Figura 8), con vestimenta similar a la descrita por Merle Greene Robertson en Xtelhu, un sitio Yucateco de esa misma época. Este es uno de varios indicios de que los líderes de Waka’ gozaban de buenas conexiones con el mundo exterior en el Clásico Terminal. Debajo de los niveles de esa época, se encontraron los restos colapsados del muro frontal de la superestructura del Clásico Tardío. Este edificio de mampostería fina tuvo un atípico pilar redondo en el pórtico, con un contrafuerte rectangular hacia el lado este. Por otra parte, las excavaciones hechas por los saqueadores confirmaron que hay varias subestructuras de mampostería enterradas dentro de los episodios constructivos más tardíos.

OPERACIÓN 7: ESTRUCTURAS L11-31 Y L11-32

La Operación 7, supervisada por Juan Carlos Meléndez, se enfocó en el Juego de pelota de Waka’, integrado por las Estructuras L11-31 y L11-32, localizado en el lado noreste de la plaza principal. Las excavaciones en el centro del corredor de juego no revelaron ningún marcador, pero sí algunos rasgos interesantes. Enterrado en el relleno constructivo debajo del corredor, apareció una concentración grande y complicada de materiales del Clásico Temprano. A primera vista, este rasgo parecía ser un basurero, pero la presencia de vajillas muy finas, así como de tiestos grandes quebrados y de un hueso de jaguar, condujeron rápidamente a su designación como depósito problemático. Directamente debajo del hueso de jaguar, se encontró un escondite con dos vasijas casi idénticas, en excelente estado de preservación, depositadas labio a labio (Figura 9). Complicando la interpretación de este rasgo se detectó una plataforma enterrada y restos de un drenaje subterráneo hecho con bloques de piedra. Aunque es posible que el escondite corresponde a una fase constructiva del Juego de Pelota, la ausencia de pisos relacionados con el corredor, junto con la evidencia de la cercana escalinata jeroglífica, sugieren que este patio fue importante a finales del siglo VII y a principios del VIII, lo que hace difícil determinar cuál fue su relación con el depósito problemático. Trincheras laterales sobre L11-31, la estructura norte del Juego, revelaron las superficies laterales inclinadas del patio.

Figura 8

Figura 9

OPERACIÓN 8: ESTRUCTURA N14-12

El centro de Waka’ se divide en dos lugares públicos monumentales, el Centro Palaciego Occidental (en donde se llevaron a cabo la mayoría de las operaciones de la primera temporada) y la Acrópolis del Mirador hacia el este (Figura 1). Este ultimo complejo arquitectónico es una elevación natural grande que fue modificada en la antigüedad para formar el núcleo de una Acrópolis que sostiene tres pirámides truncadas. Michelle Rich está a cargo de las investigaciones en la Acrópolis del Mirador, como parte de un trabajo sobre el paisaje sagrado de Waka’. La Operación 8 consistió en la exposición horizontal de la cima de la Estructura N14-12, la menor de las tres pirámides truncadas. Frente a ésta hay una estela fragmentada, cuya base fue saqueada exponiendo depósitos de tiestos grandes, que sugieren que este fue un lugar para rituales de terminación durante el Clásico Terminal. Un área larga y baja alrededor de la línea central de la Estructura N14-12, sugería que ésta pudo ser perturbada como parte de un acto de sacrilegio en la antigüedad. Sin embargo, las excavaciones de Rich a lo largo del frente del edificio revelaron que este no fue el caso, sino más bien que el escombro superficial recubrió los restos de una superestructura alargada con pilares rectangulares de mampostería que definían tres pórticos.

La fachada de la Estructura N14-12, tal vez un templo por su localización dentro de la Acrópolis del Mirador, fue repetidamente modificada durante el Clásico Terminal. Es difícil saber si la superestructura estaba abierta o arruinada en esa época, pero parece ser que su área fue modificada para realizar rituales en la superficie y no como parte de un evento de remodelación. Este hecho subraya la importancia de la ocupación Clásico Terminal y proporciona intrigante evidencia de que durante la ocupación posterior al colapso, la población reverenció algunos edificios arruinados de Waka’, sin intentar remodelarlos.

OPERACIÓN 9: ESTRUCTURA N14-1

La Operación 9, supervisada por Marco Tulio Alvarado, se centró en un grupo residencial sobre una elevación natural al este del Centro Occidental. Calas de aproximación y pozos de sondeo en la Estructura N14-1, uno de los edificios del grupo, demostraron que fue construida en el Clásico Terminal. Se expuso una banca bien preservada en forma de C sobre la cima de la plataforma. Este es un rasgo arquitectónico típico del Clásico Terminal, identificado en Ceibal por Gair Tourtellot, y en los distritos lacustres por Don y Prudence Rice, así como también en sitios contemporáneos de las Tierras Bajas del Norte. Su descubrimiento proporcionó otra clave importante para conocer las conexiones de Waka’ con otras áreas durante el Clásico Terminal. Además, hay varios edificios más grandes en este grupo que pese a estar saqueados, prometen proporcionar mejor información sobre las residencias elitistas de la ocupación Clásico Terminal de Waka’.

OPERACIÓN SN: SONDEOS EN LAS PLAZAS DEL CENTRO OCCIDENTAL

El programa de excavaciones de sondeo a cargo de Griselda Pérez, proporcionó importante información cronológica de la ocupación de Waka’. Todos los pozos de sondeo fueron excavados en el Centro Occidental, o en las terrazas adyacentes al mismo. Las excavaciones revelaron plataformas monumentales que datan de finales del Preclásico Terminal o Protoclásico (Figura 10). Ahora es evidente que fue en este periodo cuando Waka’ emergió como un centro mayor. Los desarrollos históricos regionales, tales como el colapso del estado Preclásico Tardío en la cuenca de El Mirador, puede haber jugado algún papel en la fundación de Waka’ sobre una escarpa defensiva, en una posición propicia para controlar el intercambio a través del río San Pedro.

Figura 10

Algunos pozos en la Plaza Central revelaron lo que parece ser barro de algún lugar acuoso, lo que sugiere que existió un embalse que fue cubierto en la parte final de la historia del sitio. La Estela 33, cerca de dichos pozos, representan a K’inich Bahlam II, el rey del siglo VII, retratado vistiendo un tocado de la Serpiente del Nenúfar. El texto que acompaña la escena declara que el rey está “en el agua de la cosa empinada”. David Stuart ha especulado que quizá el gobernante se paró efectivamente en una plaza inundada, durante el evento ritual registrado en la Estela 33. El otro periodo bien representado en las excavaciones de sondeo es el Clásico Terminal, al grado que la cerámica recuperada sugiere que las principales modificaciones de las plazas acontecieron en esa época.

INTERVENCIÓN DE LOS MONUMENTOS

La última faceta de nuestros trabajos consistió en la intervención de los monumentos, a cargo de Hugo Martínez y Efraín Peralta. Esta labor tuvo éxito en unir todos los fragmentos quebrados y aserrados de las estelas localizadas en el sitio. Ahora, los monumentos pueden ser apreciados por estudiosos y turistas, sorprendiendo a todos por su gran tamaño y alta calidad artística. Además, Martínez y Peralta también hicieron réplicas de las Estelas 15 y 23, los dos monumentos históricos mejor conservados del Clásico Temprano. Durante la próxima temporada, se tiene planificado seguir haciendo réplicas de monumentos seleccionados de Waka’, para que los visitantes puedan ver como lucían antes de ser quebrados.

Por otra parte, la actividad de unir las piezas de los monumentos reveló nuevos fragmentos e importante información epigráfica. Entre otras cosas, Stanley Guenter determinó que en el texto de la Estela 39 (749 DC), se menciona a Aj Yax Chow Pat, un nuevo rey que fue instalado seis años después de la guerra que perdió su antecesor B’ahlam Tz’am contra Yik’in Chan K’awiil de Tikal en el 743 DC. Además, en la Estela 32 (790 DC), Guenter identificó una segunda pareja real del Clásico Tardío que vivió en la parte final del siglo VIII.

INVESTIGACIONES EN CHAKAH

Al inicio de la temporada se descubrió un centro satélite de Waka’ sobre la escarpa adyacente a un sibal, el cual fue denominado Chakah. Este sitio se localiza a 0.5 km hacia el sur de la guardianía del IDAEH, a un lado de una vieja carretera de terracería construida por una petrolera en los años setenta. Dicha carretera continua hacia terrenos más altos que pueden ser transitados en todas las temporadas, y tal vez corresponde a la ruta pedestre principal en la antigüedad. Ahora los montículos que integran Chakah muestran daños severos por saqueo que acontecieron después de la apertura de dicho camino en la selva. No hay duda de que los habitantes prehispánicos contaron con brechas, así como con la ruta del río San Pedro que los conducía hasta la playa localizada a 6 km hacia el sur del epicentro. Fabiola Quiroa y Olivia Farr iniciaron las excavaciones en Chakah y luego, durante la mayor parte del resto de la temporada, Quiroa supervisó esta investigación.

El centro de Chakah es una extensa plaza baja localizada sobre una amplia sección de la escarpa, que desciende en arroyos empinados en los lados norte y sur. En el lado norte del grupo principal hay un montículo rectangular grande saqueado que quizá mira hacia el sur. La altura y escala de este edificio sugiere que Chakah fue un centro de función cívico-religiosa. A lo largo de los otros límites del grupo, hacia el sur y sureste del montículo mayor, hay dos montículos más pequeños en donde se excavaron pozos de sondeo y trincheras. El primero, el que cierra el patio en el lado sur, de planta casi cuadrada, proporcionó clara evidencia de dos episodios constructivos. La fase más temprana, de fina mampostería, parece datar del Clásico Temprano. La segunda fase, de mampostería burda, fue del Clásico Terminal. El segundo montículo, rectangular y mayor que el anterior, tiene una historia constructiva más compleja, pero la fase más temprana data del Clásico Temprano, con reconstrucciones subsecuentes en los periodos Clásico Tardío y Terminal. Además proporcionó un entierro con ofrendas funerarias del Clásico Tardío.

CONSTRUCCIÓN DEL CAMPAMENTO

Por ser un esfuerzo de investigación a largo plazo, con la aprobación previa de las autoridades regionales de CONAP e IDAEH, nuestro proyecto ha construido una serie de edificios permanentes en la guardianía del IDAEH, en las inmediaciones de un sibal (la única fuente de agua casi potable), localizada a más de 3 km de distancia de la zona arqueológica. Las nuevas instalaciones incluyen dormitorios, cocinas, comedores, letrinas, duchas y basureros. Aparte de las construcciones permanentes para alojar al personal del proyecto, se edificó un laboratorio de campo para llevar a cabo el análisis preliminar de los artefactos, así como centro de cómputo para generar el mapa del sitio y obtener registros digitales de los contextos y artefactos excavados. También se hizo una bodega para guardar el material excavado, previo a ser trasladado y depositado en las instalaciones del laboratorio en la ciudad de Guatemala. Las instalaciones construidas podrían eventualmente ser donadas al IDAEH después de la conclusión del proyecto, teniendo el uso potencial de alojar vigilantes, investigadores y turistas.

CONSIDERACIONES FINALES

Cuando iniciamos las investigaciones en Waka’, se contaba con mucha información epigráfica, pero no arqueológica. Ahora tenemos más información histórica, así como también otra de índole arqueológica que en su mayor parte no parece relacionarse directamente con los textos. Nunca asumimos que sería fácil utilizar un enfoque conjuntivo, pero nuestros retos actuales son tanto intrigantes como significativos. Son intrigantes debido a que los líderes de Waka´ del Clásico Terminal aparentemente decidieron reutilizar los fragmentos de los monumentos del periodo Clásico, en vez de tallar nuevos por sí mismos. Así, varias estelas, tanto del Clásico Temprano (e.g., Estela 15) como del Clásico Tardío (e.g., Estelas 11 y 12), fueron al menos parcialmente re-ubicadas en contextos conectados con la ocupación del Clásico Terminal. Por fortuna, este patrón no es universal, pues las Estelas 24 y 25 del Clásico Tardío aparecen en su lugar original junto a M12-32, la pirámide de estilo tikaleño. Por supuesto, aún hay otras estelas cuyo contexto estratigráfico será necesario investigar durante la próxima temporada.

Pese a todos los retos, estamos seguros de que Waka’ proporcionará evidencia significativa sobre el colapso de los centros Mayas de la región occidental de Petén, tanto en términos del violento episodio de destrucción que terminó con la corte real, así como de la subsiguiente ocupación robusta del Clásico Terminal, por gente que llegó posteriormente a revivir el centro.

De momento estamos seguros de que los ocupantes del Clásico Terminal fueron bastante desordenados, pero dejaron un rico registro de sus actividades. Ahora sabemos que los antiguos saqueadores del centro al final de Clásico, fueron pródigos en sus rituales de terminación en algunos lugares claves. Y hay buenas razones para pensar que la élite Clásica fue atacada y abandonó los edificios apresuradamente, quizá dejando atrás la clase de materiales que han descubierto nuestros colegas en la región de Petexbatun en sitios como Aguateca, que fueron rápidamente abandonados. Debajo de todo esto está el centro Clásico Temprano de Waka’, que debe proporcionar pistas sobre la interacción Teotihuacan-Tierras Bajas Mayas, y del periodo de fundación en el Preclásico Terminal. Para concluir, gracias a la primera temporada de campo iniciamos un viaje al pasado, desde el final hasta el inicio de la historia de Waka’. Sin duda, esta será una jornada tan larga como fructífera.

 

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