Categorías

40 Resultados de los análisis de las figurillas de Piedras Negras – Matilde Ivic de Monterroso – Simposio 15, Año 2001

Descargar este artículo en formato PDF

Ivic de Monterroso, Matilde

2002        Resultados de los análisis de las figurillas de Piedras Negras. En XV Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2001 (editado por J.P. Laporte, H. Escobedo y B. Arroyo), pp.480-494. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

40

RESULTADOS DE LOS ANÁLISIS

DE LAS FIGURILLAS DE PIEDRAS NEGRAS

Matilde Ivic de Monterroso

Este trabajo representa la culminación de la investigación de 4863 fragmentos de figurillas de Piedras Negras, que inicié en 1999. Esta muestra, que en su mayor parte pertenece al Clásico Tardío, se obtuvo de las excavaciones que de 1997 a 2000 fueron llevadas a cabo por el Proyecto Arqueológico Piedras Negras, de las Universidades de Brigham Young y Del Valle de Guatemala.

Con la muestra obtenida en 1997 y 1998, establecí una tipología que se basó en la técnica de manufactura utilizada en la elaboración de las figurillas (Ivic de Monterroso 1999:359-374). Además de las técnicas de: modelado, cara con molde y cuerpo modelado, y completamente en molde, en Piedras Negras también existen notables diferencias en cuanto al ensamblaje de la pieza, especialmente por la presencia de cabezas con espigas para ensartarlas a torsos vacíos (Figura 1). En publicaciones sobre las figurillas de Palenque, Chiapas (Flores Jiménez 2000:44) y de Jonuta, Tabasco (Álvarez y Casasola 1986: Láminas 5, 8 y 17), aparecen ejemplos con esta técnica, en ambos casos correspondientes al periodo Clásico Tardío.

Uno de los propósitos de mi estudio era comprobar o rechazar hipótesis sobre que las distintas técnicas de elaboración de figurillas reflejarían niveles de especialización y que habría diferencias de acceso a las mismas entre los distintos grupos sociales de Piedras Negras. Esperaba que las figurillas finamente modeladas estarían más representadas en las zonas de la élite y cercanas a la Acrópolis, mientras que las moldeadas serían más comunes en las zonas asociadas a la gente común. Pensé que, dada la maestría en escultura que caracteriza a este sitio, pudo haber especialistas que elaboraban las finas figurillas modeladas y que de éstas se obtenían los moldes que eran adquiridos por el resto de la población. Sin embargo, como se verá mas adelante, los resultados no apoyaron esta hipótesis. Empero, abrieron posibilidades para otras interpretaciones.

En esta investigación existen dos limitaciones importantes, por lo que los resultados sólo permiten un acercamiento a cuestiones como la elaboración y función de las figurillas de Piedras Negras. La primera se refiere a que la muestra proviene de rellenos de los edificios, es decir de contextos secundarios o terciarios. La segunda limitación se relaciona con la movilidad o portabilidad de las figurillas. Quizá el hecho de encontrarlas en contextos domésticos, indique en dónde fueron utilizadas y desechadas después de cumplir su función, pero también es posible que esto no provea información sobre su lugar de manufactura. Al respecto se puede comentar que hasta el momento en Piedras Negras no se ha encontrado evidencias de talleres especializados en la elaboración de figurillas en áreas cercanas a plazas, templos o zonas residenciales, de manera similar a la producción de navajas prismáticas de obsidiana que se ha descubierto en las residencias (Hruby 1999:376). Entonces, tal vez las figurillas eran elaboradas de manera dispersa, en las residencias que formaban parte de Piedras Negras. Además, como se observará, datos arqueológicos de varios sitios del área Maya y de Oaxaca, México, así como datos etnohistóricos, señalan asociaciones con áreas domésticas y específicamente con actividades de mujeres.

En la segunda etapa de esta investigación agregué la variable de los temas representados en las figurillas de Piedras Negras. En las antropomorfas, con base en la presencia o ausencia de peinados «escalonados», joyería, y vestimentas elaboradas, establecí las siguientes categorías: humano masculino élite; humano masculino sencillo; humano femenino élite; humano femenino sencillo; humano indefinido. Además agregué las categorías de deidad y animales, tomando en cuenta los temas más repetidos. También incluí los sectores del sitio en donde aparecían estas categorías y se les procesó electrónicamente utilizando el programa Excel y paquetes estadísticos.

Con el propósito de proveer algunas explicaciones sobre la manufactura de las figurillas de Piedras Negras, su distribución y posible función, en este análisis he tratado de mitigar las limitaciones impuestas por los contextos y la portabilidad de estos artefactos utilizando información arqueológica, etnohistórica y etnográfica de otras regiones y periodos.

Figura 1  Cabezas provistas de espigas y torsos vacíos

TÉCNICAS DE MANUFACTURA Y MATERIA PRIMA

En relación con la forma en que están elaboradas las figurillas, en la segunda parte del análisis se mantuvieron los tipos previamente identificados y son:

Tipo 1A                Modelado Fino con Espiga

Tipo 1A1        Modelado Fino sin Espiga

Tipo 1B                Modelado Burdo

Tipo 2                Cabeza hecha con Molde y Espiga y Cuerpo Modelado

Tipo 3                Cabeza Sin Espiga hecha con Molde y Cuerpo Parcialmente Modelado

Tipo 4                Cabeza y Cuerpo hechos en Molde

Además, se encontró fragmentos de piernas quebradas a la altura de la ingle, lo que me permitió descubrir un tipo nuevo, el 1C «Modelado Alrededor de un Palo» (Figura 2). Para ello conté con la colaboración de Marion Popenoe de Hatch. Este tipo se caracteriza por el hecho de que para darle movimiento y ángulo a las piernas masculinas se les colocaban dos palitos incrustados a la sección inferior de la cadera y alrededor de ellos modelaban los muslos. Durante la cocción o con el paso del tiempo, el palo se desintegró, dejando un agujero. Entonces, es claro que los artesanos, o talvez las antiguas manufactureras, experimentaron con una variedad de técnicas, algunas veces bastante ingeniosas.

Figura 2  Técnica modelado alrededor de palo

        Los porcentajes señalan que la técnica más empleada fue la de molde con el 37%, seguida por la de modelado fino con espiga que tiene el 13 %. Las técnicas mixtas representadas por el Tipo 3, cabeza sin espiga hecha con molde y cuerpo parcialmente modelado, el Tipo 2, cabeza hecha con molde y espiga y cuerpo modelado, tienen respectivamente el 12 y 11%. El resto de técnicas presentan porcentajes mínimos. Obviamente, el uso del molde era la forma más fácil de elaborar una figurilla por lo que era el más utilizado. Además, casi la totalidad de silbatos y ocarinas están hechos con moldes. Sin embargo, se desconocen detalles acerca de quiénes elaboraban los moldes y la disponibilidad de los mismos en las áreas domésticas. Es muy difícil descubrir moldes en las excavaciones, dada su fragilidad. En Piedras Negras se encontró el de una cara masculina y otro que debió ser de cuerpo entero (Figura 3).

Es interesante notar que la mayor parte de figurillas modeladas representan individuos masculinos, mientras que una buena cantidad de las femeninas se hicieron con molde. Esto puede relacionarse con que el cuerpo del hombre muestra más detalles expuestos en sus extremidades y torso, mientras los cuerpos femeninos eran cubiertos por huipiles largos, fácilmente elaborados con los moldes.

Por otra parte, en los porcentajes obtenidos de la comparación cruzada de los datos de tecnología y procedencia se obtuvo la dominancia de la técnica de modelado en áreas de la élite y la gente común. Por ejemplo, en la Acrópolis el 47.4% correspondió al molde y el 31.2 % a modelado. En el grupo de residencias al sur de la Plaza Oeste el 40.5% de las figurillas fueron hechas en molde y el 22.8% modeladas. En las residencias posiblemente elitistas del Sector U, el 47.2% fue para la técnica con molde y el 28.3% para la modelada. El Sector C, al norte del sitio, corresponde a residencias no elitistas. Allí la técnica de molde representó el 40% mientras que la modelada fue del 20%. En consecuencia, los resultados no mostraron que determinados sectores de la población tenían más acceso a las figurillas modeladas que a las de molde. Todas las áreas residenciales tienen ejemplos modelados y hechos en molde, pero quizá algún miembro de la familia era más diestro/a para realizar las modeladas. Al observar los detalles de la manufactura se notan las huellas y los espacios dejados por dedos pequeños y finos, tal vez de mujeres.

Figura 3  Molde de cabeza y figurilla elaborada con este molde

Otro detalle importante de la manufactura de las figurillas mesoamericanas que puede reflejar una asociación con las mujeres, es que están hechas de barro cocido. La alfarería tradicional es una actividad humana comúnmente relacionada con las mujeres. Hay muy pocos casos etnográficos en donde los hombres son los alfareros. Lo femenino es asociado con la tierra, la frialdad y la humedad. En el siglo XVI en referencia a los Mayas de Yucatán, Diego de Landa (1959:48) refirió que “Tenían unos pocos ídolos de piedra y otros de madera. . ., pero no tantos como de barro”. Acerca de los usuarios Landa señala “Los más idólatras eran los sacerdotes, chilanes, hechiceros, médicos. . .”, pero agrega que “. . . las mujeres eran harto santeras”, refiriéndose por supuesto a las representaciones plásticas. En Colombia se reportan casos etnográficos en que chamanes masculinos elaboraban figurillas humanas para procedimientos curativos, pero su materia prima era la madera (Reichel-Dolmatoff 1961:231-234).

CONTEXTOS ARQUEOLÓGICOS

En Piedras Negras, las concentraciones más altas de figurillas ocurren en áreas habitacionales (Figura 4), tanto en grupos de la élite como de los más comunes. El grupo al suroeste de la Plaza Oeste, las residencias del Sector U, las Estructuras C-10 a C-14, la Estructura R-20 y la Acrópolis son algunos de los lugares en donde las figurillas fueron más numerosas. El primero de los referidos colinda con la Acrópolis, y pudo estar habitado por grupos de la élite o al servicio de la misma. Allí se descubrieron basureros, enterramientos, grandes cantidades de cerámica y de figurillas (Urquizú 1997:79-83). Las residencias del Sector C, por su ubicación más lejana y la falta de objetos elitistas, se cree que correspondían a un estrato económico más bajo (Golden 1997:137). La Estructura R-20 forma parte de un grupo habitacional al oeste de la Plaza Sur. Además de enterramientos de niños, y de artefactos domésticos, se descubrió evidencia de la elaboración de artefactos de lítica (Monterroso 1998:103-112). En la Acrópolis de Piedras Negras también se encontró una concentración importante de figurillas. Esta zona tuvo funciones religiosas y habitacionales (Golden y Pellecer 1999:11).

Figura 4  Mapa de Piedras Negras (según Parris)

         Por otro lado, en los templos y las plazas en donde se llevaban a cabo los ritos públicos se encontraron cantidades mínimas de figurillas. Como ejemplos pueden mencionarse las Estructuras J-4, K-5, O-13, R-4 que fueron construidas en la Acrópolis y en las plazas más importantes de Piedras Negras. El templo de la Estructura J-4 está en la orilla noreste de la Acrópolis y es también conocido como “Templo de las Ocho Estelas”, ya que frente a su base se encontró esta cantidad de monumentos con fechas que van del 687 DC al 721 DC (Escobedo 1997:67-73). Igualmente, frente a las escalinatas de las otras estructuras mencionadas, que funcionaron como templos, se encontraron estelas que contienen fechas, información dinástica, derechos ancestrales, registros de eventos importantes como guerras, capturas, etc.

Los descubrimientos de figurillas concentradas en áreas domésticas y escasamente presentes en templos o plazas públicas han sido reportados en varios sitios del área Maya y de Oaxaca. Este patrón tal vez puede explicarse por medio de una división del espacio ritual entre hombres y mujeres, tal como lo propuso Joyce Marcus en 1998 en referencia a la distribución de las figurillas Preclásicas de Oaxaca. Es importante mencionar que esta hipótesis recibe apoyo de datos arqueológicos, etnohistóricos y etnográficos del área Maya y de Oaxaca. Además, hay que recordar que en 1999 señalé la presencia de influencia teotihuacana en las figurillas del Clásico Temprano de Piedras Negras, pues en las masculinas hay ejemplos de tocados con la serpiente de fuego, anteojeras de Tlaloc y el símbolo trapezoide del año. En su apogeo, durante el Clásico Temprano, Teotihuacan y la zona de Oaxaca, especialmente Monte Albán, tuvieron relaciones importantes.

Marcus (1998) se inspiró en el estudio pionero que publicó Evon Z. Vogt en 1969 acerca de la división conceptual de espacios de trabajo, y de culto de hombres y mujeres en las casas Mayas de Zinacantán en Chiapas. Las figurillas Preclásicas de Oaxaca son principalmente femeninas y aparecen en residencias, entierros de mujeres y en escondites rituales. Marcus las interpretó como los medios utilizados para invocar y consultar los espíritus de ancestros cercanos, pero que éstos eran tratados como parientes y no como deidades, es decir era una invocación ritual pero no un culto. La razón para invocarlos en las viviendas se relaciona con que se les enterraba debajo del piso. Se les cuestionaba sobre asuntos familiares, y se les ofrecía comida y bebida, replicando el papel de “alimentadora” que tiene la mujer con su familia. Después de utilizarlas eran quebradas a propósito, para que nadie más las utilizara. Por el contrario, los edificios públicos de Oaxaca no fueron contextos primarios para figurillas, sino que en éstos se encontraron elementos rituales como agujeros llenos de ceniza, tal vez restos de tabaco y plantas narcóticas usadas por hombres.

Asimismo, Marcus (1998) señaló que en varias comunidades tradicionales de Mesoamérica, África, China y Japón, los rituales de las mujeres se refieren especialmente a la adivinación, la curación y el llamamiento en sus viviendas de los ancestros recientemente fallecidos. Agregó que existe una diferencia entre los ancestros cercanos y lejanos, establecida a partir de la memoria de una familia hacia sus muertos, que puede cubrir hasta cuatro o cinco generaciones. Newell (1976, citado en Marcus 1998) propuso que los ancestros son percibidos como benéficos cuando están más cercanos a la familia y punitivos o peligrosos cuando son más lejanos. Los rituales de los hombres se refieren al culto a ancestros más remotos o cuya injerencia puede afectar a la comunidad y para ello utilizan edificios públicos (Marcus 1998:2).

Hacia 1560, acerca de la religión Maya Postclásica de Yucatán, Landa (1959:89) mencionó que: “Venido, pues, el año nuevo, se juntaban todos los varones en el patio del templo, solos, porque en ningún sacrificio o fiesta que en el templo se hacía habían de hallarse mujeres, salvo las viejas que habían de hacer sus bailes ”. Landa (1959:93) también menciona que“. . . se juntaban los médicos y hechiceros en casa de uno de ellos, con sus mujeres,. . . sacaban los envoltorios de sus medicinas. . . y sendos idolillos. . . ”. De ello se puede inferir que, al menos en esta región y periodo, a las mujeres jóvenes y de edad mediana no se les permitía participar en ceremonias en los templos, pero que sí podían asistir a las que se realizaban en las casas.

Entonces, es posible imaginar que en Piedras Negras las estelas de los templos y plazas eran objetos rituales, dedicados al culto público de los ancestros de los gobernantes, importantes para el bienestar de la comunidad. Según los desciframientos de las inscripciones jeroglíficas, estos rituales eran dirigidos por los hombres poderosos de Piedras Negras. En estos rituales las figurillas no estaban involucradas, lo cual explicaría la poca cantidad que aparece cerca o en los templos y los espacios adyacentes. Por el contrario, las figurillas son numerosas en las áreas domésticas, en donde algunas de ellas quizá se usaron como medios para convocar y consultar los espíritus de ancestros cercanos a las familias nucleares y extendidas que allí residían o para rituales curativos. En éstos tal vez las mujeres tuvieron una participación activa.

Con lo anterior, no quiero decir que todas las figurillas encontradas en Piedras Negras tuvieron la función de invocar y consultar ancestros. La presencia de atributos como agujeros o acanaladuras alrededor de las cabezas para llevarlas suspendidas, apéndices para sostenerlas de pie, y la presencia de silbatos y ocarinas con boquillas y salidas de aire, demuestran que se usaron para distintas funciones. Al menos una de ellas tiene una clara connotación sexual (Figura 5). Otras masculinas presentan tocados idénticos a los que aparecen en estelas, por lo que pueden representar gobernantes o nobles. Empero, la hipótesis de Marcus provee algunas respuestas para explicar por qué gran cantidad de las figurillas aparecen en áreas domésticas.

Figura 5  Figurilla con escena sexual

Figura 6  Representaciones de muertos amortajados

Figura 7  Enano con sifosis

 

Uno de los contextos en donde, de manera interesante, se presentan figurillas son los baños de vapor, con un total de 221 fragmentos. En éstos las figurillas masculinas son más numerosas que las femeninas. Entre éstas se encuentran cuatro cabezas de la categoría “flat mexican” cuyos tocados han sido relacionados por algunos con comadronas (S. Houston, comunicación personal 1999). Este tipo de figurillas en Piedras Negras data del Clásico Temprano. Otras dos figurillas que representan mujeres son viejas. Dos de las antropomorfas representan individuos muertos y hay al menos ocho enanos. Además también hay figurillas zoomorfas que corresponden a variedad de animales, entre las que se destacan sapos y ranas, tal vez asociados con la humedad y vapor de estas estructuras; jaguares, conejos y aves, quizá con algún papel ritual.

Los baños de vapor han sido extensamente relacionados con rituales y curaciones. Precisamente Piedras Negras es famoso por sus ocho ejemplos. Tal vez la presencia de figurillas femeninas esté relacionada con los baños que se hacían las mujeres después de dar a luz, una característica que aún perdura entre algunas comunidades Mayas del Altiplano de Guatemala. También la presencia de muertos amortajados podría indicar algún tipo de limpieza durante o después de un funeral. En Piedras Negras las figurillas no acompañan enterramientos, pero la existencia de individuos representados amortajados, señala alguna connotación funeraria o relacionada a los ancestros. Es más, uno de las figurillas de muertos tiene a su lado una ofrenda de comida (Figura 6).

Asimismo, varias investigaciones de las figurillas mesoamericanas las relacionan a ritos de curación. En el sitio La Blanca se han encontrado numerosas figurillas Preclásicas que representan anormalidades o enfermedades, como labio leporino, ojos infectados, abdómenes inflamados, etc, por lo que se cree que se usaron para capturar el mal y destruirlas al final del ritual (Popenoe de Hatch, comunicación personal 2001). En Piedras Negras, las anormalidades se limitan a enanos, algunos con jorobas (Figura 7), y casos aislados de abdómenes hinchados. No obstante, se encontró un ejemplar que representa una vieja (Figura 8) con el pecho descubierto, en cuya espalda existen dos agujeros profundos y alargados, como para asirla y pasarla sobre el cuerpo. Para el área Maya es interesante mencionar que durante los estudios etnográficos de Cabarrús (1998:55, 74) entre los Q’eqchi´ informó del caso de una niña que fue curada por una mujer quien mandó hacerle “un su muñeco” y colocarlo en el lugar en donde había perdido “su mu” o su espíritu. También reporta la elaboración de “muñequitos de barro”.

Figura 8  Mujer de edad con asidero en su parte posterior

TEMAS REPRESENTADOS

En Piedras Negras, hubo mayor interés por las representaciones humanas. El 56% de las figurillas corresponden a humanos, el 16 % a animales y 1% a representaciones antropomorfas y antropo-zoomorfas con atributos sobrenaturales, que han sido interpretadas como deidades. El resto corresponde a fragmentos indeterminados. En las figurillas antropomorfas, el 42% son hombres y el 35 % son mujeres. Aquí existe un sesgo, ya que las piernas masculinas se elaboraban hasta la altura del muslo, mientras que la mayoría de las femeninas llegaban hasta el tobillo y luego se adhería una porción de barro para elaborar un huipil largo o en algunos casos el corte. Las figurillas femeninas podían tener el torso desnudo pero sólo en casos muy raros, que probablemente son Preclásicos, se modelaban las piernas arriba de las rodillas. Entonces, gran cantidad de pies encontrados corresponde a la categoría de humanos indefinidos. Por otra parte, los brazos y manos no son buenos indicadores de sexo, pues pocos casos son notablemente gruesos y masculinos, y el resto son iguales.

En las figurillas femeninas de Piedras Negras los rasgos faciales son estereotipados, pero hay interés particular en los detalles de la joyería y los peinados, y al igual que las figurillas Preclásicas oaxaqueñas, muestran conocimientos en su elaboración. Según la hipótesis de Marcus (1998:3, 5), el estilo de peinado, la posición del cuerpo, la vestimenta y los ornamentos representan en realidad a la persona social definida por género, grupo de edad, estado marital y rango. Además, la maestría en la elaboración de peinados puede señalar que fueron hechas por mujeres.

Un alto porcentaje de las figurillas femeninas de Piedras Negras cae en la categoría “humano femenino élite”, definido por peinados altos y geométricos, y joyería. Una mínima cantidad corresponde a “humano femenino sencillo,” caracterizado por el pelo partido a la mitad y arreglado con trenzas (Figura 9). Es posible que estas diferencias en peinado denoten estados maritales y de rango económico, como lo informan fuentes etnohistóricas de las distintas regiones mesoamericanas (Landa1959:55,56). Sin embargo, también existe la posibilidad de que provengan de otro sitio y esto únicamente sería comprobado a través del análisis de la pasta. En la muestra de Piedras Negras se encuentran imágenes de mujeres jóvenes, de mediana edad y viejas, pero la mayoría corresponden a la mediana edad. A este respecto, merece mencionarse que de los 10 esqueletos identificados como mujeres en Piedras Negras, los análisis señalan que cuatro fallecieron entre los 35 y 50 años de edad, es decir adultos medios (Scherer, Yoder y Wright 1999:387:400; Scherer y Wright 2001).

Figura 9  Mujeres no elitistas o sencillas

        En cuanto a las figurillas masculinas, la mayoría corresponden a representaciones elitistas y muy pocas a humano masculino sencillo. En muchos casos, el pelo de los hombres es indicado por incisiones verticales. Varios ejemplos del Clásico Temprano llevan tocados con iconografía teotihuacana y, como ya se mencionó, para el Clásico Tardío algunos tocados son idénticos a los de las estelas de Piedras Negras. Entonces, es posible que estos tocados refuercen la posición social del individuo representado. También se encontró representaciones masculinas relacionadas a aspectos bélicos, como guerreros vestidos con pieles de animal, escudos, hachas y dos figurillas de cautivos (Figura 10).

Figura 10  Figurilla de cautivo

Con respecto a las figurillas zoomorfas, la mayoría corresponden a los animales consumidos por los antiguos Mayas, como aves, venados y perros. Es curioso que estos últimos son representados con collares (Figura 11), como queriendo denotar su condición de animal doméstico, mientras que los otros mamíferos no lo tienen. En la etnohistoria se consigna que las mujeres eran expertas criadoras de aves y que en las casas se criaban unas especies de “perrillos”. Los animales mencionados se utilizaban y algunos se continúan usando en rituales con características prehispánicas, lo cual sería una explicación de su inclusión como figurillas. Landa (1959:66) menciona que en unas ceremonias las viejas bailaban con perros hechos de barro en las manos y que luego debían sacrificar un perrito.

Otro animal representado es el jaguar, que en la cosmología mesoamericana era una deidad importante relacionada al sol nocturno. Las figurillas con forma de jaguar están pintadas con manchas negras. En Piedras Negras se encontró una máscara en forma de jaguar, similar a la encontrada recientemente en Cancuen (Figura 12). Un dato curioso encontrado en este estudio es que en los animales la piel era lisa, pero cuando un ser humano está vestido con piel de animal se le hacían manchas, incisiones o punzonados para remarcarlo. Además, las patas de muchos animales llevan tres incisiones que denotan la presencia de cuatro dedos; el quinto no era indicado. Algunas patas tienen una línea horizontal como queriendo marcar una pezuña. A diferencia, una buena cantidad de los pies de los humanos presenta cuatro incisiones, que separan los cinco dedos.

Figura 11  Perro con collar

Figura 12  Máscara o casco en forma de jaguar

        Ya se mencionó que numerosas figurillas son pitos u ocarinas, con boquillas y salidas de aire. Muchos ejemplares representan enanos con parafernalia relacionada al juego de pelota (Figura 13). Otros posiblemente representan comadronas y algunos animales, muchos de ellos aves. Es posible que en ceremonias como el juego de pelota se emitiera sonidos (Ivic de Monterroso 1999) y que también durante el parto la comadrona, o tal vez la misma madre, hiciera lo mismo.

Figura 13  Enano con vestimenta del juego de pelota

CONCLUSIONES

Los resultados muestran que en la elaboración de figurillas de Piedras Negras dominó la técnica de molde en áreas de la élite y de los comunes, por lo que la hipótesis sobre que un sector de la población tendría más acceso a las figurillas modeladas no fue comprobada. Lo que sí es claro es que su distribución está principalmente concentrada en zonas domésticas, en donde se encontraron ejemplares hechos con todas las técnicas de elaboración. Aunque los datos sobre los lugares en donde se elaboraban figurillas son escasos, la falta de talleres sugiere que se les manufacturaba en las residencias de manera similar a lo que sucedía con las herramientas de obsidiana.

Por otro lado, su alta frecuencia en áreas domésticas, mientras que escasamente se presentan en templos y plazas públicas, las relacionan con ellas. Los datos arqueológicos de Chiapas, como también algunos relatos etnohistóricos del área Maya apoyan la hipótesis de que se les utilizaba en las residencias, en ritos de diversa naturaleza. Aunque no puedo llegar a conclusiones definitivas, las evidencias recabadas en Piedras Negras desde el punto de vista de: (a) los contextos en los que se les encontró; (b) las técnicas de su manufactura; (c) el material de elaboración y (d) los temas representados, podrían sugerir que una buena cantidad de los ejemplares descubiertos se relacionaba con ritos domésticos, tal vez llevados a cabo por mujeres.

Hay que resaltar que aquí no estoy afirmando que todas las figurillas de Piedras Negras servían para esta función, ya que como indiqué algunas presentan pruebas de que eran llevadas suspendidas al cuello, otras presentan apéndices con los que las sostenían de pie y otras se usaban para emitir sonidos. Ahora bien, esta variedad puede ser un indicio de su producción doméstica, en donde hubo mayor libertad para su elaboración en comparación con lo que habría sucedido si las normas hubieran sido controladas por alguna autoridad central.

En la metodología utilizada se encontraron algunas limitaciones, pues es posible que aunque la porción estudiada sea modelada, pudo formar parte de una figurilla con tecnología mixta. Además la alta proporción de figurillas masculinas probablemente se debe a que sus cuerpos eran manufacturados de una manera más expuesta y clara. Muchos de los fragmentos clasificados como indeterminados pudieron formar parte de los largos huipiles, aunque también pudieron pertenecer a cuerpos masculinos o de animales. Las cabezas son índices mucho más claros de la presencia de lo masculino y femenino, pero por falta de tiempo este dato no fue procesado.

Llama la atención la gran cantidad de figurillas descubiertas en Piedras Negras. Cuando se llegue a establecer los tipos que corresponden a cada fase temporal sería interesante comprobar si las figurillas aumentan llegando al Clásico Terminal, cuando el llamado Colapso Maya Clásico estaba teniendo efectos devastadores, en momentos cuando la religión del estado sufría una crisis de credibilidad y las familias extendidas se reunían en sus hogares, buscando en sus ancestros cercanos consejo y consuelo a su ya difícil situación, quizá apoyándose en el papel ritual de las mujeres más experimentadas de la familia.

AGRADECIMIENTOS

A los directores del Proyecto Arqueológico Piedras Negras, Stephen Houston y Héctor Escobedo, y a Alfredo Román por la gran calidad con la que ejecutó los dibujos de las figurillas seleccionadas para ilustrar este trabajo. El procesamiento electrónico y el análisis estadístico de los datos se realizó gracias a la valiosa ayuda de Roberto Molina y Luisa Escobar. Así mismo, a Bárbara Arroyo.

REFERENCIAS

Álvarez, Carlos y Luis Casasola

1985        Las figurillas de Jonuta, Tabasco. Universidad Autónoma de México, México.

Escobedo, Héctor L.

1997        PN 7: Excavaciones en el templo de la Estructura J-4. En Proyecto Arqueológico Piedras Negras: Informe Preliminar No. 1, Primera Temporada 1997 (editado por H. L. Escobedo y S. D. Houston), pp.67-70. Reporte entregado al Instituto de Antropología e Historia, Guatemala.

Flores Jiménez, María de los Ángeles

2000        Las figurillas antropomorfas de Palenque. Arqueología Mexicana 8 (45). México.

Golden, Charles

1997        PN 17: Excavaciones de sondeo en el Cuadrante C. En Proyecto Arqueológico Piedras Negras: Informe Preliminar No. 1, Primera Temporada 1997 (editado por H. L. Escobedo y S. D. Houston), pp.137-140. Reporte entregado al Instituto de Antropología e Historia, Guatemala.

Golden, Charles y Mónica Pellecer

1999        PN 11: Excavaciones en el Patio 3 de la Acrópolis. En Proyecto Arqueológico Piedras Negras: Informe Preliminar No. 3, Tercera Temporada 1999 (editado por H. L. Escobedo y S. D. Houston), pp.1-20. Reporte entregado al Instituto de Antropología e Historia, Guatemala.

Hruby, Zachary

1999        La lítica de Piedras Negras, temporada de 1999. En Proyecto Arqueológico Piedras Negras: Informe Preliminar No. 3, Tercera Temporada 1999 (editado por H. L. Escobedo y S. D. Houston), pp.375-388. Reporte entregado al Instituto de Antropología e Historia, Guatemala.

Ivic de Monterroso, Matilde

1999        Las figurillas de Piedras Negras: Un análisis preliminar. En Proyecto Arqueológico Piedras Negras: Informe Preliminar No. 3, Tercera Temporada 1999 (editado por H. L. Escobedo y S. D. Houston), pp.359-374. Reporte entregado al Instituto de Antropología e Historia, Guatemala.

Landa, Fray Diego de

1959        Relación de las Cosas de Yucatán. Editorial Porrúa, México.

Marcus, Joyce

1998        Women’s Ritual in Formative Oaxaca: Figurine-making, Divination, Death and the Ancestors. En Prehistory and Human Ecology of the Valley of Oaxaca, Vol. 11. Kent V. (editado por K. Flannery y J. Marcus). Memoirs of the Museum of Anthropology No. 33. University of Michigan, Ann Arbor.

Monterroso, Nancy

1998        PN 23: Excavaciones en la plaza de R-20. En Proyecto Arqueológico Piedras Negras: Informe Preliminar No. 2, Segunda Temporada 1998 (editado por H. L. Escobedo y S. D. Houston), pp.103-122. Reporte entregado al Instituto de Antropología e Historia, Guatemala.

Newell, William H.

1979        Good and Bad Ancestors. En Ancestors (editado por W. H. Newell). The Hague and Paris, Mouton.

Reichel-Dolmatoff, Gerardo

1961        Anthropomorphic Figurines from Colombia, their Magic and Art. En Essays in Pre-Columbian Art and Archaeology (editado por S. K. Lothrop). Harvard University Press, Cambridge.

Scherer, Andrew, Cassady Yoder y Lori Wright

1999        Los esqueletos de Piedras Negras: Reporte Preliminar No. 3. En Proyecto Arqueológico Piedras Negras: Informe Preliminar No. 3, Tercera Temporada 1999 (editado por H. L. Escobedo y S. D. Houston), pp.387-400. Reporte entregado al Instituto de Antropología e Historia, Guatemala.

Scherer, Andrew y Lori Wright

2001        Los esqueletos de Piedras Negras: Reporte Preliminar No. 4. En Proyecto Arqueológico Piedras Negras: Informe Preliminar No. 4, Cuarta Temporada 2000 (editado por H. L. Escobedo y S. D. Houston). Reporte entregado al Instituto de Antropología e Historia, Guatemala.

Urquizú, Mónica

1997        PN 10: Investigaciones en el área habitacional al suroeste de la Plaza del Grupo Oeste. En Proyecto Arqueológico Piedras Negras: Informe Preliminar No. 1, Primera Temporada 1997 (editado por H. L. Escobedo y S. D. Houston), pp.79-90. Reporte entregado al Instituto de Antropología e Historia, Guatemala.

Vogt, Evon Z.

1969        Zinacantan: A Maya Community in the Highlands of Chiapas. Harvard University Press, Cambridge.

Wells, Christian E.

1998        PN 33: Excavaciones en el área habitacional del Cuadrante U. En Proyecto Arqueológico Piedras Negras: Informe Preliminar No. 2, Segunda Temporada 1998 (editado por H. L. Escobedo y S. D. Houston), pp.197-242. Reporte entregado al Instituto de Antropología e Historia, Guatemala.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *