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11 Arqueología e Historia en Piedras Negras, Guatemala: síntesis de las temporadas de campo de 1997-2000 – Héctor L. Escobedo y Stephen D. Houston – Simposio 15, Año 2001

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Escobedo, Héctor L. y Stephen D. Houston

2002        Arqueología e Historia en Piedras Negras, Guatemala: síntesis de las temporadas de campo de 1997-2000. En XV Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2001 (editado por J.P. Laporte, H. Escobedo y B. Arroyo), pp.135-144. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

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ARQUEOLOGÍA E HISTORIA

EN PIEDRAS NEGRAS, GUATEMALA:

SÍNTESIS DE LAS TEMPORADAS DE CAMPO DE 1997-2000

Héctor L. Escobedo

Stephen D. Houston

El proyecto inició sus labores en 1997 en la ciudad Maya de Piedras Negras, Guatemala. Luego de cuatro temporadas de trabajo, que culminaron en la larga y fructífera temporada del 2000, se ha profundizado el entendimiento sobre los procesos de surgimiento, florecimiento y ocaso de la ciudad. Sin embargo, aún persisten ciertas dudas: algunas de ellas pueden resolverse con más análisis de laboratorio, mientras que otras solamente por medio de investigaciones adicionales de campo. En esta oportunidad se presentará un bosquejo general de la biografía de la ciudad. El término “biografía” se utiliza de manera deliberada. Piedras Negras se encuentra en el corazón de la historiografía Maya, pues es el lugar en donde Tatiana Proskouriakoff desarrolló sus intuiciones geniales sobre los personajes y eventos registrados en las inscripciones Mayas. En gran parte, sus conclusiones en cuanto a los reyes de Piedras Negras aún siguen siendo válidas, pese a que hay algunos datos nuevos y cambios de interpretación. Lo que los primeros investigadores no hicieron en el sitio, quienes para ser justos trabajaron en una época anterior a los avances de Proskouriakoff, fue entrelazar la historia dinástica con la arqueología, ya sea en cuanto a los edificios monumentales o a los de menor escala, como puede percibirse a través de la composición y distribución de los artefactos. Este es el primer esfuerzo por lograr este propósito, desde los primeros reyes hasta los últimos.

La historia de la arqueología en Piedras Negras, en cierto sentido, refleja la historia de la arqueología Maya en general: (1) dio inicio en la era heroica de exploradores y documentadores solitarios, tales como Teobert Maler y Sylvanus Morley; (2) continuó con los trabajos descriptivos de la primera generación de la arqueología institucional, orientados hacia los intereses de los museos, como ejemplifican Alden Mason y Linton Satterthwaite, investigadores de la Universidad de Pennsylvania; (3) fue profundizada con algunos de los primeros estudios rigurosos de materiales arqueológicos, como los emprendidos por William Coe y George Holley, quienes trabajaron en detalle los artefactos recuperados por el proyecto de la Universidad de Pennsylvania; y (4) ha desarrollado recientemente en una etapa de nuevas excavaciones y estudios.

Como se ha dicho en otras oportunidades, el diálogo es tanto con los antiguos Mayas como con los predecesores inmediatos en Piedras Negras: estas interacciones múltiples han provocado una mayor dedicación por el alarmante reconocimiento de que el trabajo también será evaluado por futuros investigadores. Por razones éticas, esta posibilidad exige la máxima claridad en el trabajo. Los primeros exploradores también han contribuido a la arqueología de Piedras Negras a través de la fundación de campamentos más antiguos, entierros cristianos, monedas de pesos mexicanos de los madereros que alojaron (y desagradaron) a Maler, plomadas y tapaderas de las cámaras de Satterthwaite y sus colegas, como parte de la larga historia sin fin del sitio, de la continua modificación humana del panorama de Piedras Negras.

El compromiso ético también es dejar el sitio en una condición mejor a la que presentaba cuando fue descubierto. Por esta razón, se ha invertido más del 20% del presupuesto anual en la consolidación y restauración de la Estructura P-7, el baño de vapor monumental de Piedras Negras, así como de algunas partes de la Acrópolis, donde gigantescos árboles de caoba, ceibo y cedro derrumban mampostería con poco esfuerzo, y en el relleno de los pozos y trincheras que fueron dejados abiertos por el proyecto de Pennsylvania. Un plan más completo de preservación del sitio y del Parque Nacional Sierra del Lacandón se encuentra ahora bajo desarrollo a cargo de personal de la Fundación Defensores de la Naturaleza y del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP), en coordinación con el Instituto de Antropología e Historia (IDAEH).

En primer lugar, es necesario aclarar que se entiende por “historia” en referencia particular a los Mayas del Clásico. Este no es un término tan evidente por sí mismo y no está exento de problemas, por lo que aquí se utiliza con cierta reserva. No existe una sola historia escrita para un sitio Maya Clásico. En contraposición, hay varias historias diferentes que pueden ser conjuntadas a partir de datos fragmentarios, cada uno con sus propios problemas de interpretación como se aprecia de acuerdo con las predisposiciones de análisis diferentes. ¿Cuáles son, por ejemplo, los eventos descritos por los Mayas de Piedras Negras? Los textos registran ritos de pubertad, nacimientos, muertes, conmemoraciones ancestrales con fuego, relaciones de parentesco (aunque no generaciones consecuentes en términos estrictamente genealógicos), entronizaciones y sus aniversarios, danzas reales, festejos, entierros, dedicaciones de edificios con incienso, celebraciones de acuerdo al calendario, los nombres de los escultores, príncipes, princesas y cortesanos. Ellos también reportan la sumisión de cautivos y las guerras que condujeron a este tipo de tributo humano, la envoltura de la estela (un ritual calendárico que, en sentido figurado, entroniza estelas como encarnaciones de los gobernantes y su recorrido a través del tiempo), el esparcimiento de incienso dentro de lugares para quema, y, de una vez, los rituales llamados de la “creación” hace más de 4000 años. Incluso hay evidencia de entierros reales y de un acto de abdicación.

En este conjunto de información pueden distinguirse pautas e incluso, como se sugiere, personalidades. De manera más directa, existen congruencias con la evidencia arqueológica. Estas pautas y correlaciones llaman la atención aquí. El inherente atractivo de los registros jeroglíficos de Piedras Negras es su abundancia relativa durante el periodo Clásico. Por mala fortuna, los restos del Clásico Temprano son aún bastante obscuros, pues constituyen un puñado de monumentos que en sí mismos reflejan la gran división entre ese periodo y los posteriores en el sitio.

La narrativa histórica incluye cinco periodos diferentes: (1) la época de origen en el Preclásico, cuando la vida cívica llegó de manera intermitente a Piedras Negras, aunque carente de la textura histórica de este periodo pre-textual; (2) una época de coalescencia dinástica durante el Clásico Temprano, seguida de un violento rompimiento; y luego, (3) el tiempo de grandeza en Piedras Negras, cuando las ambiciones monumentales superaron con creces las de los periodos anteriores y el asentamiento se extendió hasta alcanzar su rango más completo, al menos 1 km más allá del epicentro. Luego, (4) ocurrió un periodo de turbulencia dinástica que aconteció junto a vigorosa inversión de energía en la construcción, culminando con el reinado de un personaje admirable, el Gobernante 7, el gran patrón de los escultores y constructor de la Estructura 0-13, que parece conmemorar a su probable padre, el Gobernante 4, en quien basaba su derecho a gobernar, y aún más lejos, al Templo de las Inscripciones de Palenque, la estructura mortuoria más grande en las Tierras Bajas Mayas occidentales. Este periodo, superficialmente el más vital, fue interrumpido por la abrupta remoción del Gobernante 7 por su eterno Némesis, la familia real de Yaxchilan; y luego, (5) se produjo una época de declive urbano en Piedras Negras que finalizó en término de dos o tres generaciones a lo sumo. La “decapitación” de la corte real condujo de manera inevitable a la desaparición de Piedras Negras como un robusto centro de asentamiento. Aquí el colapso tiene más sentido como proceso sociológico que, como algunos han propuesto recientemente, el simple resultado de la sequía y la falla agrícola.

ORÍGENES PRECLÁSICOS

El Preclásico no es necesariamente una época no histórica o pre-histórica. La fecha más temprana en Piedras Negras, aparte de las que son obviamente mitológicas, se encuentra en el Altar 1, localizado en la plaza frente a la Pirámide J-4. El propósito de esta referencia en 8.13.0.0.0 (297 DC) fue estratégico, para mostrar la presencia de los reyes de Piedras Negras un baktun antes de la colocación del Altar 1, en 9.13.0.0.0. Sin embargo, dicha fecha corresponde de manera apropiada a los inicios del periodo Clásico Temprano. Además, la referencia es totalmente retroactiva, porque el verdadero enfoque del monumento corresponde al periodo Clásico Tardío cuando las Tierras Bajas occidentales, especialmente el célebre Grupo de la Cruz de Palenque, rememoraron el mismo aniversario del calendario. Se sospecha una razón numérica: los Mayas del Clásico no estaban nada cerca del gran aniversario del Baktun 13, sino del aniversario del Katun 13. El Altar 1 tuvo tres soportes, y hay pocas dudas de que su forma reproduce la de la tierra mitológica referida en otras inscripciones Mayas que se relacionan con el Baktun 13. En la misma forma, el Grupo de la Cruz de Palenque estuvo también, de acuerdo con sus inscripciones, relacionado de manera íntima con el llamado mito de la “creación” de los Mayas, y muestra un énfasis triádico similar a la forma de sus tres templos mayores. (Las tres pirámides intactas del sector de la Acrópolis también parecen recordar este patrón). Entonces, para los Mayas de Piedras Negras ésta fue una conmemoración de los inicios, así como de un personaje histórico que pudo ser considerado como el progenitor de su dinastía, cerca del 297 DC. La probable remodelación de la Plaza del Grupo Oeste, coordinada con la talla del Altar 1, creó un recuerdo tangible de los rompimientos temporales, de los nuevos niveles temporales, tanto literales como cronológicos, que separaron a la era actual de las más tempranas. Por mala fortuna, la parte superior del Altar 1 de Piedras Negras, que alguna vez estuvo cubierta de diseños iconográficos y textos, está ahora casi completamente obliterada.

Con base en la evidencia presente, Piedras Negras se ha convertido en un centro cívico en el Preclásico Medio (cerca del 400 AC), pues incluye arquitectura coordinada al servicio no solamente de una familia o grupo de familias sino de una comunidad. La Plaza del Grupo Sur adoptó su forma aproximada durante este tiempo, un cerro nivelado cercano al río, con plataformas hacia el oeste, un declive al norte y niveles mayores, de naturaleza indeterminada, abajo de la Estructura R-8 hacia el este. La única construcción conocida de esta época es una plataforma debajo de la Estructura R-3, con posible superestructura perecedera, que debe haber tenido su frente al este, hacia el sol naciente sobre los cerros en esa dirección. El uso de materiales constructivos poco duraderos es casi todo lo que se ha descubierto de las superestructuras del Preclásico Medio o incluso del Preclásico Tardío.

La impresión general de este periodo y de la subsiguiente ocupación del Preclásico Tardío es que: (1) fue episódica, sin contar con un asentamiento profundo y continuo – de manera alternativa, las áreas rocosas del asentamiento fueron periódicamente raspadas y arrojadas hacia abajo en un valle cercano o dentro del río Usumacinta, una práctica que conduciría a la evidencia tan limitada de la ocupación más temprana; (2) llegó en conjunto del centro de Petén, por las grandes similitudes cerámicas con los sitios mayores que allí se encuentran; y (3) al menos en sus inicios, los motivos para el asentamiento se relacionan en parte con eventos distantes en el norte o centro de Petén, quizá mediatizados a través de la cuenca del río San Pedro Mártir o de los sistemas ribereños hacia el sureste. Piedras Negras estaba situado dentro de una red cultural y socio-económica de un área mucho mayor. Sin duda, la población de Piedras Negras participó en un sistema centralizado en el fenómeno similar al estado en la cuenca de El Mirador en el norte de Guatemala. Los primeros habitantes de Piedras Negras pueden haber dejado esa área de manera deliberada, por una multitud de razones, incluyendo un exilio auto-impuesto, o su comunidad puede haber llegado a existir como una colonia o puesto de avanzada. De cualquier forma, es casi imposible reconstruir las condiciones regionales que estimularon el asentamiento inicial.

Sin embargo, también existieron circunstancias locales para su crecimiento: (1) la presencia de una cantera substancial junto a los bancos del Usumacinta, que fueron tan explotados para producir pedernales y materiales constructivos que el banco del río llegó a perder varios metros de elevación en los siglos de intervención de la ocupación urbana; (2) el mismo río, con su eterna fuente de agua y alimentos; (3) un área en donde se encuentran las rutas fluviales y terrestres; y (4) un valle inundable durante la época de lluvias, atípico en la zona media del Usumacinta, con condiciones similares a las propiedades de enriquecimiento del Nilo, a medida que los flujos temporales inundaban el área y dejaban ricos depósitos aluviales. Esta área puede haber proporcionado abundantes cosechas semi-temporales para sostener una pequeña población, que podría haber mejorado el potencial de sus campos enriquecidos con desechos “nocturnos” del asentamiento humano. Más tarde, Piedras Negras requirió de más alimentos y su provisión debe haber llegado de las bolsas de tierra cultivadas de manera intensiva en los valles cercanos al sitio, así como de los grandes valles hacia el noreste y el sureste. Finalmente, el sitio floreció sobre un área con pequeños arroyos de agua fresca procedentes de corrientes subterráneas. Estas fuentes aún fluyen sobre capas profundamente enterradas de la roca caliza. Sobre o cerca de la superficie, la piedra es excesivamente suave, lo que condujo a la formación de riscos y de inmensos siguanes, que quizá dieron origen al nombre antiguo de Piedras Negras, yokib’, quizá “lugar de entrada”.

Piedras Negras inicia su periodo de mayor crecimiento, en mayor exceso que cualquier otro sitio en la cuenca del Usumacinta, cerca del 400 DC. El Preclásico Tardío y la limitada ocupación del Protoclásico, se dispersan a lo largo del sitio mucho más que los restos del Preclásico Medio, pero, aparte de delgadas capas ocasionales de material, no apunta hacia nada que esté bien preservado. Hasta donde puede verse en el presente, el asentamiento del Clásico Temprano parece ser bastante discontinuo con respecto a los vestigios del Preclásico de casi dos siglos antes. La comunidad Preclásica de Piedras Negras fue pequeña, con un lugar central para bailes y otras celebraciones cívicas; sus residencias no dejaron residuos claros aparte de la cerámica quebrada que fue reutilizada en el relleno, y un escondite del Protoclásico en medio de la Plaza del Grupo Sur. En contraste, Piedras Negras fue un asentamiento densamente ocupado durante el Clásico Temprano, aunque con una zona rural todavía subdesarrollada.

INICIOS DINÁSTICOS

El asentamiento del Clásico Temprano es relativamente corto – corresponde a un periodo un poco mayor de 150 años – pero intenso, con varios edificios de alcance ambicioso, conformación a gran escala y formación de terrazas en las elevaciones naturales de Piedras Negras. Este influjo de gente puede haber llegado de nuevo del centro de Petén y, como hizo notar hace mucho tiempo Satterthwaite, esto se basa en las similitudes arquitectónicas entre las pirámides de ambas regiones. Las referencias jeroglíficas a los reyes de la parte inicial del periodo Clásico Temprano proceden tanto de Piedras Negras (el altar antes mencionado), el Dintel 11 y la Escalinata jeroglífica de Yaxchilan. Pero no parecen corresponder a las ocupaciones más densas que acontecerían aproximadamente 80 años más tarde. En este sentido, el registro epigráfico en Piedras Negras no coincide exactamente con su arqueología. La primera información coherente se refiere a dos reyes de Piedras Negras, a quienes algunos epigrafistas han denominado Gobernantes A y B. Tales nombres son erróneos por dos razones. Primero, estos reyes tienen un mismo nombre que ahora puede leerse en Maya como K’an Ahk, “Tortuga Amarilla,” y por tanto merece ser utilizado en vez de los anteriores. Segundo, los reyes de Piedras Negras de manera típica comparten el nombre de sus abuelos en vez del de sus padres. Por esto, es muy probable que haya existido otro gobernante entre los llamados “A” y “B”.

En esta época se inicia la práctica en Piedras Negras de denominar a cada gobernante como “fulano de tal Tortuga”. La tortuga fue la comida favorita en Piedras Negras, pero es poco probable que esta haya sido la causa del uso de tal nombre real. Es más probable que se refiera a la “Tortuga del Mundo” que sostenía la vida terrestre sobre su espalda. Esta criatura se encuentra en un petroglifo del Clásico Tardío en un risco localizado en la parte sureste del sitio. Este risco se encuentra sobre el banco de un arroyo temporal que pasa por los valles aún inexplorados hacia el este, hasta llegar al valle que se inunda de manera estacional en el núcleo sur de Piedras Negras. El arroyo, o de manera más precisa su banco seco, fue quizá la entrada antigua a la ciudad. El petroglifo habría indicado a los visitantes que estaban entrando al asentamiento real de Piedras Negras. Un pozo de sondeo profundo en el valle en donde corre este arroyo demostró que los sedimentos se han depositado allí durante milenios. Los materiales culturales se encontraron solamente en el metro superior del sedimento, que se extendía como un depósito estéril hasta alcanzar otros 7 m más abajo.

Los reyes del Clásico Temprano dejaron edificios en varias partes del sitio. Una subestructura bien preservada debajo de R-8 contenía una tumba real con un solo personaje sacrificado, estableciendo un patrón que se haría aún más elaborado en las dos tumbas conocidas del Clásico Tardío, que contenían dos personajes aparentemente sacrificados. Este edificio mortuorio, cubierto más tarde por plataformas del Clásico Tardío, se orientaba hacia la Pirámide R-16 del Clásico Temprano. Esta pirámide puede ser vista junto a una calzada que facilitaba el movimiento desde el sector sur hacia la parte norte del sitio. La Pirámide R-16 contenía dos fases constructivas del mismo periodo, una quizá la fase original, la segunda una remodelación para hacerla más alta e imponente. Se encontró cerámica del Clásico Temprano sobre la superficie al pie de su escalinata, y es claro que este edificio no fue utilizado durante el Clásico Tardío. La imagen tan popular de ciudades Mayas inmaculadas se contradice por la aparición en Piedras Negras de un asentamiento con edificios recientemente repellados junto a otros arruinados. Esto solo puede reflejar la limitada fuerza laboral para su mantenimiento.

En general, la Plaza del Grupo Sur fue el foco de la vida real en ese tiempo, debido a que un buen número de edificios a su alrededor se fechan para ese periodo. Dos gobernantes del Clásico Tardío se enfocaron en una sola pirámide, R-5, pero para ese tiempo la mayor parte de la energía real se había movido hacia las partes al norte de Piedras Negras. Sólo hasta el final, en tiempos del Clásico Terminal, los soberanos o las élites ligadas a ellos retornaron al Grupo Sur. No obstante, las áreas alrededor del Grupo Sur estaban activas como foco del asentamiento del Clásico Tardío, tal vez por la misma razón que la realeza permitió ahora tal ocupación en áreas en donde ellos operaron de manera exclusiva en el pasado. Esta es también la época en que existió una conexión más estrecha con Teotihuacan, cuya iconografía jugaría un papel importante en la imaginería posterior en Piedras Negras. Un candelero y pequeñas cantidades de obsidiana verde encontradas enfrente de la Estructura R-5, y una probable figurilla importada, sugieren un contacto directo con el altiplano central de México o con sus intermediarios. La construcción de R-2, una elaborada plataforma adoratorio, sugiere una mayor elaboración ritual dentro de formas más diversas a las que existían con anterioridad.

En el Clásico Temprano se establecieron pautas posteriores en Piedras Negras, aunque no en forma rígida. El primer baño de vapor, R-13, se fecha para esta época, como también la presencia de un asentamiento rural, aunque con una densidad relativamente baja en comparación con la del Clásico Tardío. La única área completamente explorada del asentamiento rural o suburbano, un valle que se extiende hacia el sureste y eventualmente hacia las áreas más abiertas en esa dirección, muestra la ocupación inicial sobre una las áreas altas y bien drenadas que dominan las rutas de entrada. La construcción de grandes terrazas se inició en los cerros alrededor de la Acrópolis, en especial abajo de lo que se conoce como Plaza del Grupo Oeste. Este último esfuerzo creó una superficie extensa propicia para la construcción de grandes patios que contenían drenajes y plataformas con moldura basal. La configuración de estos edificios de forma rectangular alrededor de grandes espacios abiertos, así como su proximidad con el palacio real posterior en la Acrópolis, indica con cierta confianza que este fue el principal palacio real en esta época. La Acrópolis tuvo estructuras aisladas que veían hacia abajo en donde se encontraba este complejo de edificios, pero aún estaban lejos de conformar una sola construcción masiva.

En este punto vale mencionar que Piedras Negras tenía enemigos, en especial, Yaxchilan hacia el sureste y Pomona, un centro o región al noroeste que reinaba sobre la planicie al norte de Boca del Cerro, desde la cual emergen los torrentes del Usumacinta. El Panel 12 de Piedras Negras menciona un cautivo de Yaxchilan, cuyo nombre, Hoy B’alam, recuerda los epítetos reales de ese sitio. Yaxchilan también tiene jeroglíficos que registran derrotas aparentes de Piedras Negras. Este eje de hostilidades – Piedras Negras frente a sus dos vecinos más cercanos – representa la mayor parte de la historia local hasta este momento, informando sobre un patrón no de cooperación entre vecinos, sino de enemistad persistente. Además, esta pauta corresponde bien con la distribución de la cerámica del periodo Clásico Tardío en particular. La cerámica de Yaxchilan y, aunque poco conocida, la de Pomona difieren bastante con respecto a la de Piedras Negras. El antagonismo político quizá condujo a la formación de fronteras económicas relativamente poco fluidas que terminaron en tiempos del Clásico Tardío. Estas fronteras solamente se abrieron de nuevo cuando Piedras Negras colapsó como centro dinástico.

Existe una explicación histórica posible para el final del Clásico Temprano en Piedras Negras. La evidencia es variada y, a decir verdad, sujeta a interpretaciones diferentes. Varios hechos son claros: el palacio del Clásico Temprano abajo de la Plaza del Grupo Oeste y algunos de los edificios sobre la Acrópolis, fue quemado, al menos a juzgar por los abundantes restos de bajareque. No mucho más tarde, estos restos fueron empujados hacia los patios del palacio y se redujo el tamaño de las plataformas, sus molduras fueron desmanteladas y tiradas dentro de los patios para crear una superficie nivelada. Esta es la forma en que se formó la Plaza del Grupo Oeste. Una zona de ocupación real se transformó en el lugar de las ceremonias cívicas (la mayoría de la población estimada para Piedras Negras podría haber cabido en este espacio tan grande), y un área para procesiones estatales dentro de la Acrópolis que se localiza arriba de ella. Una referencia retrospectiva en la Estela 12 dice que, en este tiempo, Piedras Negras pagó tributo a Pomona, un dato histórico que no puede ser una simple coincidencia. Una posible explicación tanto para el palacio destruido como para la falta temporal de registros históricos es, que Piedras Negras perdió un conflicto con Pomona, su vecino dinástico hacia el norte. De esto provino el impulso para crear un palacio real – la Acrópolis – que será ubicada en una posición más defensiva.

El Grupo Sur, quizá el foco mortuorio de la realeza durante ese tiempo, parece haber escapado a este daño. Tampoco parece ser una coincidencia que el registro histórico del Clásico Temprano en Piedras Negras es tan pobre que las referencias retroactivas son bastante raras en las inscripciones. En parte, este puede ser un problema de muestreo y de un número relativamente pequeño de monumentos dedicados por estos reyes. Pero también puede ser reflejo de un daño sistemático hecho a ese registro por los invasores. La mayoría de los monumentos del Clásico Temprano que sobreviven están fragmentados, deliberadamente borrados, o en el caso del Panel 12, preservados simplemente porque sirvieron como piedras de construcción. El gobernante que sufrió la humillación a manos de Pomona, cerca del 560 DC, solamente se menciona una vez. El monumento que lo registra (la Estela 12) conmemora su miseria y, como se verá más adelante, contrasta su carrera con la gloriosa proclamación del Gobernante 7, su remoto sucesor.

TIEMPO DE GRANDEZA

De estas cenizas – o bajareque quemado – surge un periodo bien conocido y bastante revelador sobre la realeza Clásica, las cortes reales y el ambiente del asentamiento. Esta es la época de grandeza del sitio, cuando Piedras Negras logró su posición principal en toda la región. Es también un periodo en que aparece una correlación aproximada entre los gobernantes y las fases de desarrollo cerámico. Esto tiene implicaciones prácticas para los arqueólogos. Un depósito con cerámica Balche posiblemente corresponde al reinado del Gobernante 1, y Yaxche Tardío a los reinados de los Gobernantes 3 y 4. La cerámica de Piedras Negras también se torna, como en muchas otras áreas de la región Maya, intensamente regionalizada. Una clase distintiva de cerámica negativa, Santa Rosa Crema Policromo, se convierte en dominante. En términos macro-regionales, Piedras Negras se convierte en un jugador de escala relativamente pequeña, sin alcanzar la apreciable influencia de los centros más poderosos de Tikal o Calakmul. Las referencias jeroglíficas del Clásico Tardío parecen sugerir una relación de subordinación con Calakmul, pero son muy opacas. Aparentemente aconteció una batalla con Palenque y con el sajal o señores secundarios de Pomona. Estos conflictos tomaron lugar no en el mismo Piedras Negras sino en la periferia del reino. La familia real tuvo interacciones tanto positivas como negativas, guerra y alianzas matrimoniales, con el sitio Ix Witz, identificado recientemente por David Stuart en el área alrededor de El Pajaral y La Joyanca, sobre el otro lado de la Sierra Lacandona. Sin embargo, Piedras Negras tuvo un acceso relativamente limitado a bienes de larga distancia, especialmente en cuanto a la importación de obsidiana y jade. Por eso se sospecha que su aislamiento actual difiere poco del que tenía en tiempos del Clásico Tardío.

El Gobernante 1, quien fue entronizado en el 603 DC y murió en el 639 DC, presidió en un tiempo en que Piedras Negras empezaba a recuperarse de sus conflictos contra Pomona y de sus consecuencias aparentemente devastadoras. Relativamente pocos edificios pueden fecharse directamente para su reinado, aunque la cerámica de esta época muestra un énfasis estético general en la aplicación de un pigmento rojo, que fue creado de hematites especular pulverizada. El influjo de este material puede relacionarse con la creciente fuerza de Caracol, un sitio localizado cerca de las fuentes de este tipo de material. Su desaparición en Piedras Negras coincide además, más o menos, con el eclipse político de esa distante ciudad. En este periodo, la cerámica de Piedras Negras muestra una suave transición de las formas y tipos del Clásico Temprano, que parecen ser sorprendentemente estáticas por más de cien años, en amplio contraste con los volátiles estilos del periodo Clásico Tardío. Las superficies quemadas y los cuencos hemisféricos muestran una preocupación pronunciada por las superficies pulidas, lustrosas, como las de los periodos más tempranos, junto con un énfasis mayor en la bebida.

Es con el Gobernante 2 que Piedras Negras se dirige hacia horizontes nuevos y energéticos. Su reinado corresponde relativamente a la cerámica Yaxche temprano y la explosiva abundancia de Santa Rosa Crema Policromo. La presencia de escasos tiestos legibles que aparecen solamente en formas incisas, conduce a la inferencia de que la escritura se convirtió en Piedras Negras en un medio tallado. Este patrón es perfectamente consistente con la tradición escultórica sin paralelo en el sitio y con el énfasis en mencionar múltiples escultores. De acuerdo con la inscripción del Panel 4, el Gobernante 2 enterró a su padre en la Estructura R-5. Como sería una práctica futura en Piedras Negras, él colocó sus monumentos, en abundancia sin precedente, frente a esa pirámide. Sin embargo, en otros aspectos, la realeza de Piedras Negras se trasladó hacia otras partes del sitio, como tratando de alejarse de manera deliberada de los gobernantes tempranos ligados al patio del Grupo Sur. La cerámica del reinado del Gobernante 2, en especial la que fue descubierta en un basurero palaciego cercano a la Acrópolis, muestra la producción de cuencos finos para beber chocolate y atol, así como de elaborados instrumentos musicales. Piedras Negras siguió una agresiva política exterior durante el reinado del Gobernante 2: el Panel 7 registra la sumisión de tributo de Hix Witz, incluyendo a Sak Tz’i (un sitio aún por descubrir quizá en el moderno estado mexicano de Chiapas, no muy lejos del Usumacinta). Otras inscripciones mencionan el arreglo, prácticamente hecho en su lecho de muerte, de un matrimonio con una princesa de Namaan (en el área de El Naranjo-Florida sobre el río San Pedro Mártir), junto con un pacto militar con Bonampak, Lacanha y Yaxchilan. Este último pudo garantizar un pacto de no-agresión con Yaxchilan que perduró hasta el reinado del Gobernante 4. Un panel de procedencia desconocida sugiere la introducción del sistema del sajalato, o de señores secundarios que controlaban las fronteras de su reino. En la imagen principal del Panel 15, dos de estos señores, aparentemente orgullosos por “cosechar” cautivos, entregan este tributo humano a su señor. El tema del gobernante con dos asistentes puede explicar la presencia de sendos cuerpos en los únicos dos enterramientos reales en el sitio, los Entierros 5 y 13. La serie de elevados edificios y plataformas tempranas sobre la Acrópolis sugieren de manera poderosa que el Gobernante 2 fue el autor de estos trabajos, y que él fue el rey que dio nuevas energías a la vida cortesana en Piedras Negras. Mientras el Gobernante 1 representa una transición desde tiempos más tempranos, el Gobernante 2 fue un innovador que encabezó una corte bulliciosa de creciente complejidad. Un trono destruido, junto con otro fragmento descubierto en O-17, proporciona evidencia de que él contó con un área de recepción formal, quizá en algún lugar dentro de la Acrópolis, tal vez como una versión anterior de la Estructura J-6 en el Patio 1.

Aún así, fue durante el Gobernante 3, uno de los mayores constructores en la historia de Piedras Negras, que la ciudad creció enormemente. La cerámica de este periodo, Yaxche tardío, fue abundante en el asentamiento alrededor de Piedras Negras. Grandes expansiones del sitio, de manera particular aquellas ligadas a los sectores meridional y norteño, corresponden a elevaciones y nivelaciones durante este tiempo, que crearon grados masivos de integración arquitectónica e hicieron expedito el tránsito a través del sitio. Fue durante su gobierno, o el de su antecesor, cuando se diseñó la entrada gigantesca a la Acrópolis y se colocó, como su guardián simbólico en una especie de atalaya en la entrada del sitio, la tumba probable de un joven príncipe llamado “Tortuga Nocturna”. El Gobernante 2 siguió las estrategias políticas de su padre promoviendo los intereses de los sajales. En la Estructura C-13, en un grupo de élite afuera de la Plaza del Grupo Noroeste, se encontró la tumba de un sajal. Este enterramiento fue cubierto por pequeños altares cilíndricos asociados con ofrendas ancestrales, y otro de fecha similar fue excavado cerca de R-20, siendo el alojamiento de un entierro rico. Estos hallazgos implican un ritual elaborado para reverenciar u honrar a un muerto que no pertenecía a la realeza, lo cual indica la autonomía relativa de los ocupantes de los grupos en que se realizaban estos ritos. Es posible que el Gobernante 3 no tuviera que ver en este asunto. La creciente elaboración de su corte y política otorgó una deferencia mayor a los personajes subordinados, convertidos ahora en pilares cruciales del reino en vez de ser obscuros cortesanos. En esta coyuntura, los cementerios, quizá de los ocupantes de un grupo particular o incluso de miembros de una misma familia extendida, aparecen abajo de los pisos cercanos, así como en los patios cerca de R-20 y C-13. La mayor parte de la última fase constructiva de la Acrópolis fue conformada en este tiempo. El Gobernante 3 construyó una elevada pirámide para contener los restos de su padre, cuyos eventos en batalla, infortunadamente erosionados, aparecen en el Panel 15. Este panel se deslizó desde el frente de la pirámide hasta su base, quizá en tiempos del Clásico Terminal, y su tamaño tan grande tal vez fue resultado de la decisión de hacer esta imagen tan visible como fuese posible a aquellos que desde abajo recorrían la Plaza del Grupo Oeste. La Estela 40, una imagen que muestra al Gobernante 4 esparciendo incienso dentro de la tumba de su madre, indica que la Pirámide J-3 puede contener los restos de esta reina.

En la parte posterior de la Acrópolis se localiza una pirámide que no fue finalizada, J-28, que puede datar de esta época. Los edificios inconclusos son atípicos en las ciudades Mayas, aunque puede haber razones personales convincentes para que no se terminara su construcción. El Gobernante 3 aparentemente enterró a su padre y, tal vez, a su esposa en edificios estatales que no pasarían desapercibidos a la vista de la gente que viajara río abajo en canoa. Su propio enterramiento, una cámara grande pero colapsada abajo de un pasadizo cercano, se compara de manera poco favorable con otras tumbas reales. Aunque es rico en artefactos (contenía perforadores de Chaak para auto sacrificio, los restos de dos adolescentes quizá sacrificados, así como la misma vestimenta de conchas Spondylus que lleva su padre en el Panel 15), este entierro – el # 5 en la numeración de Pennsylvania seguida por el proyecto – no está situada en un edificio monumental. Por tanto, la piedad del Gobernante 4 no parece haber sido muy grande, lo que quizá significa que tuvo una relación más estrecha con su madre que con su padre, quien recibió de su hijo una modesta tumba. En contra de esta interpretación está el hecho de que el Gobernante 4 llevó a cabo varios rituales de fuego para celebrar el aniversario de la muerte de su padre. De cualquier forma, con este gobernante se empieza a dar un cambio hacia un acceso continuo a los restos reales, como aconteció con su mismo entierro en el empedrado frente a la Pirámide O-13. El Entierro 5 también sugiere la posibilidad de que J-28 haya sido el inicio de una pirámide que alojaría los restos del Gobernante 3, cuya construcción fue abortada por alguna razón desconocida. Los hallazgos en la cima de J-28 sugieren una nueva orientación en su función: pues aunque se descubrió un pequeño escondite que revela su importancia, en tiempos posteriores parece habérsele transformado solamente en una plataforma auxiliar para el Patio 4, que se localiza directamente arriba de ella.

Es casi seguro que el Gobernante 3, su familia y los cortesanos, vivieron en galerías simples en los cuartos comparativamente espaciosos de los palacios en la Acrópolis. Durante los reinados de los Gobernantes 4 y 5, estos cuartos fueron reemplazados por otros bastante más estrechos en galerías gemelas que, más tarde, fueron subdivididas por particiones más delgadas y débiles. El mismo proceso ocurrió en el Patio 4, a medida que los espacios abiertos se abrían paso hacia áreas progresivamente más pequeñas. Hay varias explicaciones probables para esta transformación, que varían desde la necesidad de acomodar a más miembros de una familia real y corte siempre crecientes, cambiando sus percepciones de privacidad y normas, o una elaboración de funciones burocráticas y de almacenaje dentro del palacio.

El Gobernante 4 colocó su propio sello distintivo en Piedras Negras. Es probable que él haya comisionado un programa de construcción de baños de vapor monumentales en el sitio, con la adición de vestíbulos para vestirse y exhibirse de manera pública, junto con cuartos cercanos para reposar. Estos baños de vapor sugieren un enfoque atípico en la curación y reconstitución corporal en Piedras Negras, prácticas esotéricas por las que la ciudad debe haber sido famosa, invitando a visitantes de otros lugares. Debido a su pobreza de bienes de prestigio, Piedras Negras puede haber ofrecido otra clase de recursos o servicios. El Gobernante 4 debe haber finalizado el área de la Acrópolis cercana a J-3 pero sus mayores esfuerzos fueron dirigidos a la Estructura O-13, la pirámide más grande de Piedras Negras y punto de unión entre los sectores sur y norte del sitio.

Un rey posterior, el Gobernante 7, buscó asociarse de manera explícita con ésta pirámide, y el descubrimiento del Entierro 13, otro depósito con dos posibles asistentes sacrificados y casi con seguridad la tumba del Gobernante 4, asegura esta conexión. Un texto descubierto en dicho enterramiento muestra la cabeza cercenada de un señor de Hix Witz, lo cual indica que las relaciones con este sitio hacia el este se habían deteriorado, significando quizá el cierre al acceso a algunas partes de la Sierra Lacandona. Sin embargo, O-13 puede haber sido construido durante el reinado de su hijo, el Gobernante 5, quien pudo comisionar este edificio como un gesto notable de piedad filial. La presencia del monumento de entronización del Gobernante 5 cerca de esta pirámide apoya esta posibilidad. El Gobernante 4 es el último rey que parece haber tenido una buena relación con Yaxchilan, a juzgar por la presencia de un señor sagrado de ese sitio en uno de sus festejos. Es posible que el famoso interregno en Yaxchilan estuviese relacionado de alguna forma con Piedras Negras. El Gobernante 3 capturó a un sajal de Yaxchilan, y es posible que Piedras Negras haya intervenido de alguna manera en el gobierno de ese centro, al menos hasta que Pájaro Jaguar IV reactivó el antagonismo tradicional entre ambas ciudades.

El Gobernante 5 es en ciertos aspectos el último de esta secuencia. Él sucedió sin problema a su padre en el 758 DC, haciendo uso, como se esperaba, del nombre real de su abuelo. En su reinado, y quizá durante el de su padre, la cerámica Chacalhaaz hace su aparición, y se caracteriza por los policromos Bolonchac, con frecuencia en forma de grandes platos de servicio con vívidos motivos rojos y el rápido desuso del negativo Santa Rosa Crema Policromo que caracterizó con fortaleza la tradición cerámica local durante las últimas dos generaciones. El tamaño considerable de estos platos de servicio, quizá para tamales, sugiere nuevas prácticas de festejo, y el uso creciente de comales indica una nueva forma de preparar alimentos. Cerámica importada, el tipo Telchac Compuesto casi tan ligero como una pluma o el Chicxulub Inciso, aparecen en todo el sitio desde ahora, confirmando que los bienes fluían desde las tierras bajas de Tabasco. El Gobernante 4 es mencionado por un sajal de El Cayo hacia el sur, como lo fue su padre sobre un altar pedestal.

TIEMPO DE TURBULENCIA

Un periodo de turbulencia dinástica parece golpear a la familia real. El Gobernante 5 desaparece con pocos trazos. La Pirámide J-29 puede haber estado conectada con su reinado, pero su cronología es aún incierta. Durante este tiempo y el de los dos gobernantes siguientes, la población urbana y suburbana de Piedras Negras alcanzó su cúspide, con una estimación aproximada de 5000 personas dentro del núcleo del sitio y su periferia inmediata. Con la excepción del Gobernante 6, mencionado solamente en algunos monumentos, esta es una época obscura que cuenta con pocos datos. Debido a la cercanía de fechas y borrosas declaraciones de parentesco es probable que él, y los Gobernantes 5 y 7 fueran hermanos, quizá de madres diferentes. El Gobernante 6 es uno de dos soberanos Mayas conocidos que parecen haber abdicado. Después de un año, él fue reemplazado por el Gobernante 7, el último señor documentado con seguridad. El misterioso Altar 3 está erosionado pero sugiere la existencia de un octavo gobernante después de que el 7 desapareciera de la escena. El Gobernante 7 resucita un antiguo nombre real, que había sido utilizado por última vez por los gobernantes en el periodo Clásico Temprano. Él sigue una estrategia audaz asociándose con el Gobernante 7 por medio del engrandecimiento de O-13, la pirámide funeraria de su padre, reingresando a su tumba para purificarla con fuego. Él también creó un imponente y elevado palacio (J-6), del que el Trono 1 explica su acceso al poder en sustitución del infortunado Gobernante 6. El Gobernante 7 comisionó la talla de la Estela 12 para alardear de su control sobre algunos de los mejores escultores conocidos en la región Maya. Esta estela, también asociada con O-13, replica un patrón visto por vez primera en el Panel 15, en donde señores subordinados presentan su tributo de seres humanos que fueron capturados en acciones de escaramuzas en las fronteras del reino. Una estela en el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles subraya la batalla que condujo a este tributo, sin hacer la menor referencia a su señor superior: por consiguiente, Piedras Negras enfatiza la colaboración fiel de sus subalternos, mientras que sus subordinados enfatizan sólo su propio poderío. En general, el control de Piedras Negras sobre sus sajales parece haber sido más débil que el que tenía Yaxchilan.

Estratégicamente, la Estela 12 concierne una política agresiva en contra de Pomona, que implicó mucho más que el simple deseo de venganza a largo plazo por los daños sufridos al final del periodo Clásico Temprano. Esta estela contiene la única referencia a una derrota anterior. La ausencia tardía de cerámica Gris Fino de Tabasco puede haber sido resultado de este conflicto con una entidad política al norte.

Los años finales del Gobernante 7 se caracterizan por la vitalidad de Piedras Negras, incluyendo un asentamiento a gran escala en el sitio, virtualmente en cada grupo de montículos, incluyendo el que debe haber pertenecido a su escultor, en el Sector U. También disminuye la evidencia de los sajales provinciales y la forma final del palacio apunta hacia condiciones de hacinamiento. Su referencia final se localiza en un monumento del centro enemigo, el Dintel 10 de Yaxchilan. La evidencia de destrucción violenta en el palacio (como en el Trono 1 en J-6), y el escombro in-situ en J-12, pueden corresponder a un evento catastrófico tan grande como el que aconteció al final del Clásico Temprano. Dinteles de madera sobre los vanos de las puertas de los edificios de la Acrópolis pueden haber sido desmantelados sistemáticamente, conduciendo al colapso inmediato de las bóvedas. De manera alternativa, este daño pudo acontecer durante las próximas generaciones inmediatas, a medida de que cesó el mantenimiento de los edificios. La carencia de dinteles inscritos en el sitio contrasta con su vecino Yaxchilan, pero es posible que los de Piedras Negras fuesen de madera. Los dinteles de madera podrían haber sido adecuados para los pórticos más amplios en la Acrópolis, permitiendo mejor iluminación y ventilación.

DECLIVE Y ABANDONO

La captura del Gobernante 7 ocasiona una serie de eventos y procesos en el sitio. La Acrópolis empieza a lucir cada vez más como un escuálido basurero. El baño de vapor J-17 se derrumba por falta de reparaciones en su muro de retención y rápidamente se convierte en una depresión para depositar basura. El Patio 4, también, toma la apariencia de un grupo de montículos autónomos, con cuartos bien pequeños en un espacio defensivo colmado de entierros abajo del piso. Grupos que no pertenecen a la realeza pero que aún son de la élite, como en el Sector C, continúan mostrando evidencia de producción local y de la introducción gradual de nuevas vasijas de intercambio, incluyendo Naranja Fina, quizá de Yaxchilan, y otra cerámica fina que pudo venir de las áreas hacia el norte.

En otras palabras, Piedras Negras como un centro dinástico cambió de manera drástica. Las que habían sido fronteras poco fluidas se abren más a bienes de áreas tradicionalmente enemigas. En todas partes alrededor del sitio empiezan a derrumbarse las estructuras monumentales, incluyendo el baño de vapor P-7. Una ocupación mucho menor reemplazó lo que alguna vez fue un asentamiento próspero y denso. La mejor analogía orgánica sería la de un cuerpo decapitado – cuya cabeza era representada por el rey y su corte – en el que ciertas funciones continuaron por algún tiempo. Pero el cuerpo debe morir y morirá. Después de cierto tiempo, cesan todas las funciones de una sociedad con organización centralizada. En este periodo, conocido como Kumche, un débil intento por construir de arquitectura cívica ocurre arriba de R-8, en la forma de un cuarto de trono circundado por una columnata perecedera con bases de mampostería pobremente hechas. Un movimiento de retorno al Grupo Sur sugiere el rompimiento deliberado con el Gobernante 7 y sus antecesores del Clásico Tardío. La presencia de tiestos Naranja Fino en el Grupo Sur indica una limitada actividad que no ha dejado otro residuo. Pero aún esto no perduraría. Dentro de muy poco tiempo, la única presencia humana en Piedras Negras sería la peregrinación episódica a un lugar sagrado abandonado, cuya evidencia es un entierro cremado en el humus de la Acrópolis e incensarios insertados en el escombro de la Estructura J-5.

CONCLUSIÓN

Esta síntesis histórico-arqueológica de Piedras Negras muestra cómo las vidas de los gobernantes en una sociedad centralizada en la corte, y las decisiones de individuos localizados en su centro, influenciaron el nacimiento, desarrollo y declive de un centro mayor Maya. El registro histórico del Clásico Temprano es relativamente poco revelador; pero el del Clásico Tardío es tan rico como el de cualquier otra ciudad Maya. El declive final de Piedras Negras, con su crecimiento explosivo después del 400 DC, se enfoca con firmeza en la presencia de la familia real, y en una comunidad cívica que ocupó un panorama cuya densidad se extendía por cerca de 1 km más allá del corazón del sitio. Con base al análisis de los artefactos, esta periferia fue empobrecida en comparación con el núcleo, y aún no es claro si sus sitios fueron ocupados de manera continua o si simplemente constituyeron los límites de linajes o de grupos sociales en el núcleo. Los estudios de suelos han subrayado la riqueza agrícola de algunos sectores fuera de la ciudad, lo que indica que tanto el crecimiento demográfico como el deterioro ecológico no contribuyeron al declive de la ciudad. Por tanto, este fenómeno debe ser mejor atribuido al colapso de la realeza sagrada y a la inhabilidad de los ocupantes de Piedras Negras para resucitarla.

 

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