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54 Manifestaciones rupestres en el Estado de Chiapas, México – Sophia Pincemin Deliberos – Simposio 12, Año 1998

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Pincemin Deliberos, Sophia

1999        Manifestaciones rupestres en el Estado de Chiapas, México. En XII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1998 (editado por J.P. Laporte y H.L. Escobedo), pp.716-728. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

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MANIFESTACIONES RUPESTRES EN EL

ESTADO DE CHIAPAS, MÉXICO

Sophia Pincemin Deliberos

El hombre, en todo el tiempo y el espacio, ha manifestado el deseo de perpetuarse a través de sus obras y quizá la más grande de todas es su propia simbolización manifiesta por los signos; siendo éstos y los símbolos la característica más sobresaliente de la cultura. Las obras antiguas, representadas en ideogramas o figuras burdas, expresan un pensamiento que va más allá de la aparente apreciación empírica de las formas que capta el sentido de la praxis social y del entorno natural. En Chiapas, al igual que en otros espacios donde florecieron las altas culturas, hay infinidad de testimonios que señalan la rica y variada trayectoria del hombre y nombres como Palenque, Bonampak o Izapa evocan en las mentes imágenes de grandes pirámides, escenas pintadas grandiosas o estelas esculpidas; sin embargo, existen también testimonios más humildes cuya diversidad y cantidad aún permanece oculta y esparcida. Por las características orográficas del estado y su extensa superficie, existen innumerables cuevas, acantilados, desfiladeros, farallones, etc, que esconden celosamente exquisitas manifestaciones pictóricas y grabadas, el llamado «arte» o «gráfica» rupestre.

Espeleólogos y geólogos son los que principalmente han reportado la existencia de «manos y soles» en el territorio, aunque, por supuesto, tales manifestaciones no han escapado a la atención de los estudiosos de la cultura chiapaneca (hay registros particulares de algunas pinturas en ciertas regiones del Estado), pero no existe un estudio ni un registro sistemático de ellas. En diferentes publicaciones de arqueología por ejemplo, se hace solamente mención de pinturas rupestres que merecen ser registradas técnicamente a la vez que protegidas. En efecto, si bien Chiapas es rico en éstas y otras manifestaciones de la estética, muchas de estas obras prístinas han desaparecido, unas destruidas por vándalos ignorantes o por la construcción de presas o de carreteras, otras deteriorándose por el paso del tiempo – y otras muchas no se conocen. Por ello se presentó un proyecto a la Universidad de Ciencias y Artes del Estado de Chiapas (UNICACH) en México para un registro sistemático de la gráfica rupestre. El primer paso era revisar la bibliografía relativa al tema, pero debido a su extensión y a la situación prevaleciente en el Estado, nos decidimos por presentar una síntesis y un análisis de lo publicado hasta la fecha, para poder disponer de un corpus general. Estas comunicaciones provienen, en su mayoría, de los trabajos de campo realizados por la New World Archaeological Foundation (NWAF) y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Presentamos hoy algunos de los resultados de este proyecto.

GENERALIDADES

Por «gráfica rupestre» o «manifestaciones rupestres» entendemos todo rasgo grabado o pintado sobre una superficie rocosa natural, excluyendo lo que se encuentra asociado a estructuras. Dichas manifestaciones han dado origen a numerosos estudios y comentarios y uno de los problemas principales fue el de su denominación: en los primeros tiempos en que se estudiaron, fueron consideradas solamente del punto de vista estético, de allí el apelativo de «arte rupestre».

Sin embargo, hace varias décadas que el enfoque de los investigadores en esta rama ha cambiado y se considera que dichas manifestaciones contienen también información sobre diversos aspectos del grupo social que las produjo, aspecto principal, pero no exclusivamente, vinculados con la cacería, los rituales o la astronomía y se prefiere, para designarlas, el término más neutro de «gráfica rupestre».

Por lo tanto, desde los años 50 varios investigadores han propuesto metodologías específicas para la recopilación de los datos relevantes en estos estudios (Lamming 1959; Messmacher 1974; Casado López 1987; González Arratia 1987).

A pesar de ello, numerosos informes arqueológicos presentan el tema aparte del análisis general del material arqueológico y los datos no siempre están registrados a conciencia; pocos presentan, por ejemplo, el plano o, por lo menos, el croquis de localización con la distribución general de las figuras, otros muestran las mejores figuras pero omiten mencionar las demás, en algunos encontramos datos como «hay pinturas cerca», sin más, etc.

No obstante las dificultades encontradas en el camino, la síntesis de las obras recopiladas nos permitió registrar unos 50 sitios con gráfica rupestre (Figura 1).

La gráfica rupestre en el estado ha sido dividida en motivos «representativos» y «abstractos» siguiendo la clasificación de Casado López (1987:104-105): los primeros están relacionados con la realidad y los segundos, los que son más difícilmente descifrables. Las manifestaciones más comunes pertenecen a la segunda categoría e incluyen formas y figuras geométricas formados por puntos (aislados o en línea) o por líneas (rectas o curvas).

La gran mayoría está conformada por los puntos que forman excavaciones circulares poco profundas, los llamados «pocitos» que pueden ser aislados o agrupados sin formas precisas aunque, en ciertos casos, es posible que estén relacionados con cuentas o prácticas astronómicas.

Las figuras geométricas que se encuentran más a menudo son las formas de cruces, las formas de U invertida, los círculos simples o concéntricos y las espirales simples o dobles. Estos motivos conforman alrededor del 70% del conjunto pero en este trabajo presentaremos solamente los realistas.

TÉCNICAS

Las dos técnicas registradas para las figuras son el grabado y la pintura. Para el primer caso hablamos de que es la delineación de formas obtenida con rasgar o golpear un soporte rocoso; esto forma depresiones o surcos gracias a varias técnicas (incisión, percusión y desgastado). No se han encontrado restos de color en los grabados.

En el segundo caso se trata de la aplicación de un color delimitando formas directamente sobre la superficie natural de la roca sin preparación. Se puede también delimitar varios métodos para ello tales como el delineado, la tinta plana o el relleno calado, las impresiones o pintura al positivo y el soplado o negativo. Los colores más frecuentes son el rojo y el negro, pero se encuentra también café, amarillo, blanco y azul-verde.

Hay que hacer notar también que ambas técnicas, además de modificar la superficie rocosa, aprovechan las particularidades de aquélla, es decir se puede utilizar grietas, concavidades o extrusiones naturales como parte del diseño o para dar dimensión a las figuras.

Figura 1 Mapa de localización de los sitios

LAS FIGURAS

No se tiene la totalidad del universo de la gráfica rupestre ya que al trabajar con fuentes y no directamente sobre las manifestaciones se pierden muchos detalles, además de las dificultades ya vistas. Sin embargo tenemos un gran número de representaciones que se pudieron clasificar. Los motivos realistas directamente identificables son llamados naturalistas, si no, son esquematizados. Se pueden subdividir en cinco grandes categorías: a) los biomorfos, que comprenden todas las imágenes en las cuales se reconocen la figura humana entera o en partes (antropomorfos), los zoomorfos que presentan figuras animales y los fitomorfos (plantas), pudiendo, en algunos casos, haber mezcla de una y otra categoría, mismos que clasificamos como seres fantásticos; b) la arquitectura que muestra varios tipos de edificaciones; c) los juegos de patolli; d) las representaciones acuáticas y e) los glifos (signos de la escritura Maya), aislados o en cláusulas.

LOS BIOMORFOS

Hay un total de 210 representaciones de biomorfos distribuidas en 78 pinturas y 132 grabados. La mayor parte la conforman los antropomorfos (141 distribuidos en 47 pinturas y 94 grabados), seguidos por los zoomorfos (52 en 20 pinturas y 32 grabados), los fitomorfos (10 en 7 pinturas y 3 grabados) y los seres fantásticos (7 en 4 pinturas y 3 grabados).

Los antropomorfos (Figura 2), tanto en pintura como en grabado, consisten en:

  • figuras humanas realistas completas y minuciosamente elaboradas (Figura 2a-f)
  • figuras humanas estilizadas (Figura 2g-j)
  • cabezas humanas con varios grados de estilización (Figura 2k-m)
  • huellas de pies y manos

De los primeros se pueden reconocer estilos artísticos prehispánicos – Olmeca (Pijijiapan), Maya (Joloniel, Golontón y Planchón de las Figuras), de tipo Mixteco (Cerro Naranjo 1 y 3) – y más moderno (Nido de Águilas). Existen más representaciones grabadas que pintadas. Dos figuras Mayas grabadas llaman la atención: se trata de personajes enmarcados como si se tratara de estelas (Planchón de las Figuras).

Las figuras estilizadas, mayoritariamente grabadas, presentan cabeza, tronco y miembros como formas geometrizadas (líneas, cuadrados, círculos). Algunas tienen posiciones dinámicas. Las cabezas se muestran de frente y sin cuello; casi todas están grabadas salvo un ejemplar pintado (colonial?). Están delimitados ojos, nariz y boca sea por simples puntos, sea por rasgos más naturalistas. Normalmente no se representan las orejas.

Los zoomorfos más abundantes son los mamíferos cuadrúpedos (22; Figura 3a-b), de los cuales hay una mayoría de monos; se reconocen también jaguares, venados y una danta. Jaguares y venados son normalmente grabados, mientras que los monos y la danta están pintados. Les siguen los reptiles (15), mayoritariamente serpientes casi todas pintadas, salvo un ejemplar grabado (Figura 3e) y cocodrilos (Figura 3c), aunque contamos también dos iguanas y una tortuga. Otra categoría la conforman las aves (6, de los cuales tres ejemplares están grabados (Figura 3d), los otros tres están pintados), cuya diferenciación zoológica es difícil de hacer salvo en un caso, el Abrigo Juy-Juy, en donde el Dr. Miguel Álvarez del Toro reconoce un correcaminos (Gussynier 1976:85). Hay también animales sinuosos con el cuerpo segmentado que pueden ser gusanos (Figura 3f), todos grabados, un caracol y un ciempiés, este último pintado. Dos representaciones de peces (Figura 3g) y una de rana completan el cuadro general.

Es difícil atribuirles una cronología, salvo en algunos casos en los cuales el contexto iconográfico es muy claro como los tres cipactli pintados de Cerro Naranjo 1 y 3, el cocodrilo grabado de Pijijiapan o el de Planchón de las Figuras.

Los fitomorfos son poco abundantes (10, con tres grabados y siete pintados). De los grabados dos son muy esquematizados y uno es una ceiba cocodrilo Olmeca (Pijijiapan; Figura 3h); los pintados se presentan como semillas germinando (Figura 3i-k; Navarrete 1966:44).

Los seres extraños son siete (Figura 4); de los cuatro pintados (Figura 4a-d), tenemos dos con técnica de pintura llena con calado, los otros con delineado y los colores empleados son el rojo (Chicoasén, Ocuilapa), el amarillo (Santa Marta) y el ocre (Cerro Naranjo 3).

Los grabados pertenecen todos a la cultura Olmeca y tienen rasgos mezclados de jaguar y humano (Figura 4e-g). Los pintados son más variados ya que tenemos a un hombre-conejo, un hombre-venado, un hombre danta y un ¿esqueleto? No podemos atribuir a todos una cronología específica con dos excepciones: el hombre-danta pertenece al Clásico y el ¿esqueleto? está asociado a un cipactli de tipo Postclásico.

Figura 2 Antropomorfos: a) Pijijiapan 1, b) Golontón, c) Joloniel 1, d) Cerro Naranjo 3,

e) Nido de Águilas, f) El Diablito, g) Cotorras 9, h) Quechula 10, i) Quechula 8, j) Palmas 54,

k) El Zapotillo 12, l) Francisco León 1, m) Francisco León 2, n) Nido de Águilas

Figura 3 Zoomorfos: a) Animales 11, b) Planchón 72, c) Animales 5, d) Animales 20, e) Palmas 36,

f) MP6, g) Animales 18. Ejemplos fitomorfos h) Pijijiapan 2-6, i) Cerro Naranjo 3-5,

j) Cerro Naranjo 1-1, k) Cerro Naranjo 1-4

Figura 4 Seres extraños: a) Santa Marta, b) Chicoasen, c) Cerro Naranjo 3, d) Ocuilapa,

e) Xoc, f) Pijijiapan 2-2, g) Pijijiapan 2-7

LA ARQUITECTURA

Las representaciones arquitectónicas están todas grabadas (40) y se presentan bajo dos formas, edificios y Juegos de Pelota (Figura 5a-g). Pertenecen solamente a dos sitios, Planchón de las Figuras de donde provienen 32 edificios y Las Palmas en donde se encontraron siete Juegos de Pelota. De los edificios de Planchón, tenemos

  • dos estructuras simples sin basamento, una con un techo cónico (56), la otra con un techo trapezoidal (14)
  • siete plataformas escalonadas con un número de escalones variables de 8 a 4, siendo el más numeroso el de 7
  • diez estructuras con escalinata en donde el edificio está directamente al final de la escalera
  • siete estructuras con zócalo y escalinata, semejantes a la categoría anterior pero con un zócalo para la estructura
  • seis estructuras con basamento de cuerpo escalonado, escalinata central y alfardas en algunos casos

Las estructuras presentan una sola abertura central sencilla, salvo en un caso que parece tener una moldura. Tienen varios tipos de techos: plano, semicircular, trapezoidal, puntiagudo, cónico o de doble cono. Se encuentran en otras representaciones de estructuras en el área Maya.

Las estructuras pueden ser aisladas, en asociación con otra o formar un arreglo en plaza. Hay también el caso único de una estructura asociada con una cancha de Juego de Pelota y otros forman un conjunto alrededor de una plaza.

Los Juegos de Pelota son todos grabados y tienen forma de I cerrada (8); existen dos casos de rectángulos vaciados con dos líneas paralelas que también podrían pertenecer a esta categoría. Salvo un caso delimitado (Planchón), los demás están hechos con la técnica del vaciado.

LOS JUEGOS DE PATOLLI

Son cinco representaciones grabadas (Planchón de las Figuras), dos cuadradas y tres circulares (Figura 5h-i). Se parecen a los juegos ya conocidos: cuadrado como en el Templo de las Inscripciones en Palenque o en la Estructura VII en Calakmul y redondo como los inscritos en los dinteles de La Mar o de El Cayo en Chiapas. Los primeros tienen once casillas en cada lado, los segundos seis en cada brazo de la cruz que los corta.

LAS REPRESENTACIONES ACUÁTICAS

Son dos pintadas y corresponden a imágenes del periodo Postclásico (Cerro Naranjo 3). Son dos líneas horizontales paralelas en las cuales hay indicaciones de volutas para simular el agua. Un cipactli está encima de cada una de ellas y cerca hay figuras que han sido interpretadas como semillas germinando.

Figura 5 Arquitectura: a) Planchón 16, b) Planchón 59, c) Planchón 8, d) Palmas 96-2,

e) Palmas 96-5, f) Palmas 92-2, g) Palmas 36-30. Patolli, h) Planchón 3, i) Planchón 50

LOS GLIFOS

Todos los que encontramos (56) están pintados y pertenecen a dos sitios, Golontón y Joloniel. Golontón tiene 10 glifos, ocho de unos 11 cm de alto en línea horizontal y dos más chicos en vertical al término de la línea. Se reconoce fecha y un probable nominal de estilo Clásico Tardío. Los textos de Joloniel son más complejos ya que son varios y pertenecientes a diferentes épocas (Stone 1995:89). Los textos tempranos son tres, dos están arreglados en dos hileras de siete y ocho glifos respectivamente y se refieren a la escena pintada; además hay un glifo de Ahau con un numeral 9. Mencionan el acceso al trono de un gobernante no identificado y el completación de un periodo 9 Ahau. Stone (1995:90) propone la fecha 8.19.10.0.0. 9 Ahau 3 Muan. Los textos más tardíos forman dos grupos: seis cláusulas enmarcadas por una gruesa línea negra – la más grande tiene cuatro glifos, las más chicas dos y una tableta con cuatro hileras de glifos.

CONCLUSIONES

Los petroglifos están ubicados principalmente en rocas, aisladas o en grupos, expuestas a la luz y visibles y en algunas ocasiones están asociados con restos arqueológicos (Miravalle cerca del sitio del mismo nombre o el Monumento 47 de Izapa). Las manifestaciones representativas son más fácilmente identificables y cabe destacar el número de representaciones de canchas de Juego de Pelota (Las Palmas y Planchón de las Figuras). Estilísticamente también es de notar que en este grupo, la mayoría de las representaciones pertenecen a la época Olmeca y se encuentran principalmente en la Costa, en donde tenemos arqueológicamente una presencia Olmeca muy importante, siendo el relieve de Xoc una avanzada en la selva. La zona Maya de la época Clásica prefirió plasmar sus representaciones en pintura, aunque haya algunos ejemplos de petrograbados (Planchón de las Figuras).

Las manifestaciones pintadas, al contrario de las antecedentes, tienen tendencia a estar más ocultas en las paredes o techos de abrigos, cuevas, así como en paredes de difícil acceso (Cima de la Cotorra). Las manifestaciones figurativas de biomorfos (zoomorfos y antropomorfos) dominan claramente. Las tradiciones pictóricas Mayas y de tipo Postclásico son más claras, pero quedan otras por clasificar exactamente (como por ejemplo, una tradición Zoque en la zona de la Depresión Central).

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