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18 Las esculturas de Cotzumalguapa en el Museo Etnográfico de Berlin – Oswaldo Chinchilla Mazariegos – Simposio 10, Año 1996

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Chinchilla Mazariegos, Oswaldo

1997        Las esculturas de Cotzumalguapa en el Museo Etnográfico de Berlin. En X Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1996 (editado por J.P. Laporte y H. Escobedo), pp.214-226. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).

18

LAS ESCULTURAS DE COTZUMALGUAPA EN EL MUSEO ETNOGRÁFICO DE BERLÍN

Oswaldo Chinchilla Mazariegos

«… en este pequeño espacio, situado en medio de un espeso bosque… se encuentran hacinadas las piezas… que casi todas tienen la forma de obeliscos… Todos ellos tienen en una de sus caras, bajorrelieves que representan guerreros armados, sacerdotes en el acto de sacrificar, personajes adorando a la divinidad y todas estas figuras mezcladas de jeroglíficos, que el transcurso de los siglos ha vuelto imperceptibles …» (Gavarrete 1929).

Así describió el archivista e historiador Juan Gavarrete en 1866 el lugar ahora conocido como «la Plaza Monumental» del sitio arqueológico de Bilbao, en Santa Lucía Cotzumalguapa. El sitio no puede ser más diferente hoy en día. El «espeso bosque» no es lo único que ha desaparecido, substituido primero por cafetales y luego por caña de azúcar. Las esculturas que vio Gavarrete, y muchas otras descubiertas desde entonces, han sido removidas, de modo que actualmente solo quedan en la Plaza Monumental tres de más de cuarenta piezas conocidas. Sin lugar a dudas, este era uno de los conjuntos escultóricos más ricos de Guatemala.

Gavarrete mismo fue uno de los primeros en extraer piezas, pues debió ser suya la iniciativa de traer el Monumento 24 a Guatemala, para la colección etnográfica del recién abierto Museo Nacional, de la cual era curador. Esta escultura todavía se aprecia en el patio central del Museo Nacional de Arqueología y Etnología de Guatemala y sin duda es uno de los pocos objetos que aún quedan del primer Museo Nacional, tras haber sobrevivido cierres, traslados y terremotos (cf. Luján Muñoz 1973).

Sin embargo, la mayor parte de las piezas no quedaron en Guatemala, sino que fueron adquiridas por el Museo Etnográfico de Berlín, Alemania, entre 1876 y 1886. Entre ellas, las más conocidas son los Monumentos 1 al 8, un grupo de estelas o quizás pilares, cuya superficie frontal muestra escenas de interacción entre individuos vestidos como jugadores de pelota y seres sobrenaturales (Figura 1).

En 1995 tuve la oportunidad de estudiar de cerca este conjunto escultórico, gracias a una beca gentilmente otorgada por la Oficina Alemana de Intercambio Académico (DAAD), a la cual deseo expresar mi agradecimiento. También agradezco las atenciones del personal del museo, especialmente las doctoras Maria Gaida y Manuela Fischer y los señores Bruno Timm, Gunther Lütschwager, Marianne Neide y Dietrich Graf, sin cuya amable colaboración, mi trabajo hubiera quedado lejos de alcanzar sus objetivos.

La colección del Museo Etnográfico de Berlin contiene 35 piezas, incluyendo algunas esculturas menores que no han sido reportadas hasta ahora. El objetivo inicial de mi trabajo era realizar dibujos detallados, que facilitaran análisis iconográficos bien informados, pues las reproducciones publicadas hasta ahora dejan mucho que desear. Los dibujos se hicieron siguiendo los estándares del Corpus of Maya Hieroglyphic Inscriptions (Graham 1975), con miras a publicar un catálogo completo en el futuro.

Fue una sorpresa encontrar en el museo una serie de documentos del siglo XIX que no habían sido explotados más que mínimamente por otros investigadores. Estos papeles dan nuevas luces sobre el proceso de extracción de los monumentos y lo que es más importante, ofrecen indicaciones valiosas sobre la procedencia de las piezas, confirmando algunas ideas que ya se tenían y transformando otras. También contribuyen a aclarar muchos aspectos de la historia temprana de la arqueología de Cotzumalguapa, que se analiza con más detalle en otros trabajos (Chinchilla 1996b; Borhegyi y Hanson 1969). Este artículo resume los resultados del análisis de esos documentos.

J. Eric Thompson (1948) y Lee A. Parsons (1969) asignaron números a las piezas de la colección del museo de Berlín, asumiendo que todas ellas provenían del sitio de Bilbao. Tanto los documentos inéditos como los reportes de viajes del siglo XIX indican que ello es erróneo. Aunque el grueso de la colección es de Bilbao, está claro que varias esculturas son de otros sitios. Por ejemplo, el llamado «Monumento 32 de Bilbao» en realidad proviene de El Baúl y fue una de las primeras piezas en llegar a Berlín, pues la llevó consigo el connotado antropólogo Adolf Bastian, cuando visitó Cotzumalguapa en 1876 (Chinchilla 1996a). Bastian quedó muy impresionado por esa visita, e inmediatamente promovió la adquisición del resto de las esculturas para el museo.

Para ello contrató a Carl Hermann Berendt, un erudito conocido por sus contribuciones a la lingüística y antropología americanista. Era también un buen dibujante, como lo muestran sus esbozos de las esculturas de Bilbao (Figura 2). Berendt arribó a Santa Lucía en febrero de 1877, pero pudo permanecer solo tres meses en el campo, debido a una enfermedad que lo llevó a la tumba al año siguiente (Bastian 1882, 1887). Con su muerte, lo que prometía ser una investigación pionera en la arqueología de Guatemala se convirtió en un simple programa de adquisición de piezas de museo, sin mayor esfuerzo por estudiar a las antiguas sociedades que las crearon.

Desafortunadamente, la mayor parte de los papeles de Berendt se perdieron a su muerte y lo único que llegó a la imprenta fueron extractos de sus cartas a su esposa. Sin embargo, los pocos documentos que se conservan en el museo de Berlín muestran que tenía una perspectiva arqueológica muy amplia. Los papeles inéditos incluyen, por ejemplo, un mapa que localiza la mayoría de sitios conocidos en la zona de Cotzumalguapa (Chinchilla 1996a; Figura 3). Berendt visitó muchos de ellos y se conservan sus dibujos de las esculturas de Aguna, Xata, la gran estela de El Castillo (que permaneció sin reportar hasta 1934) y los dos grandes bustos de El Baúl, conocidos como «Monumento 1 de Pantaleón» y «Monumento 12 de El Baúl» que sin duda se cuentan entre las esculturas más representativas del arte de Cotzumalguapa (Chinchilla 1996a; Figura 4). Los dibujos llevan anotaciones, que en algunos casos ayudan a aclarar su procedencia. En los 120 años transcurridos desde entonces, la mayoría de esculturas han sido removidas a colecciones públicas y privadas, por lo cual la información que aportan estas breves frases viene a ser muy valiosa.

Además de dibujar, Berendt se dedicó a recopilar informes orales sobre los sitios arqueológicos, la historia y las gentes de la costa. Nuevamente, solo podemos lamentar que las breves notas preservadas no hayan sido la base para un programa amplio de registro e interpretación de los restos arqueológicos de la Costa Sur. Por su enfermedad, Berendt salió del campo antes de poder exportar ninguna de las esculturas. Esto quedó a cargo de varias otras personas, principalmente un ingeniero alemán llamado Albert Napp. El trabajo requirió cortar los monumentos, adelgazarlos para reducir su peso, empacarlos y transportarlos hasta el puerto de San José, donde fueron embarcados hacia Berlín.

Tras observar de cerca cada uno de los relieves para dibujarlos, puedo afirmar que las esculturas fueron tratadas con verdadera brutalidad, si bien la labor de los restauradores no permite discernir a primera vista los daños, que afectaron elementos iconográficos importantes. Ciertamente, no toda la destrucción fue resultado del proceso de extracción, pues varias esculturas tenían roturas antiguas y ya en 1863, el viajero Simeon Habel tuvo que ahuyentar a gentes de la localidad, que estaban cortándolas para obtener material de construcción (Habel 1878). Sin embargo, una comparación con los dibujos de Berendt muestra que las piezas estaban mucho mejor preservadas antes de su envío a Berlín.

El primer embarque de esculturas salió de Guatemala en diciembre de 1880. A este le siguieron otros cuatro, entre 1884 y 1886. Cabe reiterar que no todas las esculturas vinieron de Bilbao. Por sus cartas, está claro que el ingeniero Napp visitó El Baúl y probablemente otros sitios de la zona. En muchos casos no es posible establecer con certeza la procedencia de las piezas, pero un caso bien documentado es el de los llamados «monumentos 46 y 47 de Bilbao», dos barrigones que llevan collares con diseños en zigzag, así como el «Monumento 68 de Bilbao», una figura de ave con espiga vertical (Parsons 1969:Figuras 45a, 45b y 48f). Los documentos dejan bien claro que estas piezas se originaron en un sitio localizado en la finca Concepción, junto a la actual ciudad de Escuintla y fueron donadas al museo de Berlín por el propietario del terreno. Un tercer barrigón del mismo sitio salió con destino a Francia y ahora se encuentra en el Museo del Hombre, París (Rodas 1993). Hubo incluso piezas procedentes de sitios muchos más lejanos, notablemente el Dintel 56 del sitio Yaxchilan, Chiapas, que por vías desconocidas había llegado a poder del cónsul alemán en Guatemala, Francis Sarg.

En el último envío ocurrió la trágica pérdida del Monumento 17 de Bilbao, un miembro de una pareja de grandes buitres que acarreaban torsos humanos en sus picos (Figura 2). Esta hermosa escultura, una de las más llamativas del sitio, cayó al mar durante el proceso de embarque en el puerto de San José, para nunca ser recuperada. Para mi sorpresa, entre las piezas no reportadas en la bodega del museo de Berlín se encuentra la punta del ala del buitre, el único fragmento del monumento que completó el viaje (Figura 3). Parsons (1969:117-118, Figura 42c) se equivocó al identificar un fragmento todavía presente en el sitio como parte del Monumento 17. Este fragmento claramente corresponde al Monumento 16, uno de los pocos monumentos que todavía permanecen en la Plaza Monumental.

Parsons dio el nombre de «Plaza Monumental» a un pequeño sector del sitio de Bilbao, tras identificarlo acertadamente como el lugar donde se encontraba la «pila» de esculturas de donde salieron los Monumentos 1 al 8 (Figura 4). Tal procedencia viene a confirmarse admirablemente bien con el inesperado hallazgo de un plano del sitio, hecho por Albert Napp en 1884. El original a lápiz fue encontrado en 1994 por el Sr. Bruno Timm, del Museo Etnográfico de Berlín, quien lo restauró cuidadosamente. Posteriormente, el Sr. Timm encontró una versión impresa del mismo, la cual nunca fue publicada. Bastian parece haber perdido rápidamente su interés por las esculturas de Cotzumalguapa, pues no publicó nada nuevo sobre ellas después de 1882. Tampoco intentó comisionar otro científico para continuar la labor del fallecido Berendt. La iniciativa de hacer este plano vino del propio Napp, quien, como ingeniero, estaba bien capacitado para hacerlo. El plano representa adecuadamente la forma y disposición arquitectónica del sitio y además indica la localización de las esculturas. Este es el único registro gráfico que tenemos para determinar la procedencia de las piezas exportadas a Berlín y se analiza con detalle en otra publicación (Chinchilla, en preparación).

La Figura 5 indica la localización original de todas las esculturas conocidas en el área de la Plaza Monumental de Bilbao. Además de las piezas localizadas en el plano de Napp, se han añadido las que encontró Parsons en sus excavaciones de los años sesenta y otras que aparecieron durante trabajos agrícolas en los años setenta, que fueron reportadas por Alain Ichon y Jacques Cassier (1975). Del mismo modo, las Figuras 6-8 indican la localización de todas las piezas con procedencia conocida en otras partes del sitio. Esta recopilación de datos dispersos en diversas fuentes facilitará el análisis del corpus escultórico de Bilbao dentro de su contexto arquitectónico.

Desgraciadamente, el despojo de los sitios arqueológicos de Cotzumalguapa no se detuvo con los trabajos del museo de Berlín. Los sitios nunca han recibido la protección que merecen y se han visto sujetos a presiones ocasionadas por la agricultura intensiva y en años recientes, la urbanización, que ha llegado a un extremo álgido este año, con la destrucción de una gran parte del sitio de El Baúl por el crecimiento de la Colonia Maya en 1996. Nuevas esculturas han seguido apareciendo constantemente, cada vez que los sitios sufren por el arado o la maquinaria de construcción. La mayoría han corrido la suerte de las del museo de Berlín, de ser removidas sin un registro adecuado de procedencia. Ciertamente, las esculturas se conservan mejor en museos y colecciones, pero al removerlas, los sitios han quedado aún más expuestos, pues los montículos no parecen ser mucho para la mayoría de personas. En las condiciones actuales, los sitios arqueológicos de Cotzumalguapa parecen estar condenados a la destrucción total.

REFERENCIAS

Bastian, Adolf

1882        Steinsculpturen aus Guatemala. Königliche Museen zu Berlin, Berlin.

1887        Notice Sur les Pierres Sculptées du Guatemala Récemment Acquises par le Musée Royal d’Ethnographie de Berlin. Annals Du Musée Guimet 10:263305. [Traducción de Bastian 1882.]

Borhegyi, Stephen F. de y Hanson, Irene A.

1969        Foreword: A Historical Sketch of Bilbao. En Bilbao, Guatemala: An Archaeological Study of the Pacific Coast Cotzumalhuapa Region, Vol. 2 (por L.A. Parsons):1320. Publications in Anthropology No.12. Milwaukee Public Museum, Milwaukee.

Chinchilla Mazariegos, Oswaldo

1996a        Las Esculturas de Pantaleón, Escuintla. U Tz’ib 1 (10):123. Asociación Tikal, Guatemala.

1996b        Settlement Patterns and Monumental Art at a Major PreColumbian Polity: Cotzumalguapa, Guatemala. Tesis Doctoral, Vanderbilt University, Nashville.

Gavarrete, Juan

1866        Catálogo Razonado de los Objetos con que se Inauguró el Departamento Etnográfico del Museo Nacional. La Sociedad Económica de Guatemala 1 (4a):6074. Guatemala.

Graham, Ian

1975        Corpus of Maya Hieroglyphic Inscriptions. Volume 1: Introduction to the Corpus. Peabody Museum of Archaeology and Ethnology, Harvard University, Cambridge.

Habel, Simeon

1878        The Sculptures of Santa Lucia Cosumalwhuapa in Guatemala. Smithsonian Contributions to Knowledge 23 (3):190. Contribution 269. Smithsonian Institution, Washington, D.C.

Ichon, Alain y Jacques Cassier

1975        Découvertes Récentes à Bilbao, Escuintla (Guatemala). Bulletin de La Societé Suisse des Américanistes 39:1325.

Luján Muñoz, Luis

1973        El Primer Museo Nacional de Guatemala (18661881). Anales de la Sociedad de Geografía e Historia de Guatemala 46:173189.

Parsons, Lee A.

1969        Bilbao, Guatemala: An Archaeological Study of the Pacific Coast Cotzumalhuapa Region, Vol.2. Publications in Anthropology No.12. Milwaukee Public Museum, Milwaukee.

Rodas, Sergio

1993        Catálogo de Barrigones de Guatemala. U Tz’ib 1 (5). Asociación Tikal, Guatemala.

Thompson, J. Eric S.

1948        An Archaeological Reconnaissance in the Cotzumalguapa region, Escuintla, Guatemala. Carnegie Institution of Washington, Pub.574, Contribution 44. Washington, D.C.

Figura 1 Monumento 2 de Bilbao

Figura 2 Monumentos 16, 17 y 15 de Bilbao (dibujo de Karl H. Berendt)

Figura 3 Fragmento del Monumento 17 de Bilbao

Figura 4 Plano de Bilbao (adaptado de Parsons 1969)

Figura 5 Procedencia de las esculturas de la plaza monumental de Bilbao

Figura 6 Procedencia de las esculturas de la parte sur del Grupo A de Bilbao

Figura 7 Procedencia de las esculturas del Grupo B de Bilbao

Figura 8 Procedencia de las esculturas de los Grupos C y D de Bilbao

 

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