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28 La distribución de la cerámica con pseudo-glifos Mayas de la región de La Angostura, Chiapas – Gareth W. Lowe y Lynneth S. Lowe – Simposio 8, Año 1994

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Lowe, Gareth W., Lynneth S. Lowe

1995        La distribución de la cerámica con pseudo-glifos Mayas de la región de La Angostura, Chiapas. En VIII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1994 (editado por J.P. Laporte y H. Escobedo), pp.375-380. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).

28

LA DISTRIBUCION DE LA CERÁMICA CON PSEUDO-GLIFOS MAYAS DE LA REGIÓN DE LA ANGOSTURA, CHIAPAS

Gareth W. Lowe

Lynneth S. Lowe

Una de las mejores evidencias de la presencia de los Mayas Clásicos en la parte oriental de la Depresión Central de Chiapas la encontramos en la amplia distribución de un tipo especial de platos hechos en molde que presentan bandas con pseudo-glifos. Las excavaciones de salvamento arqueológico realizadas con motivo de la construcción de la Presa de la Angostura que inundó una extensa zona de la Depresión Central, recuperaron importantes datos acerca de la arquitectura y el patrón de asentamiento prehispánicos en esta extensa región (Con 1976a, b, 1981; Martínez 1976, 1988); entre sus contribuciones destaca el mejor conocimiento de la distribución de este tipo de cerámica con pseudo-glifos Mayas.

Situado en la frontera occidental del área Maya, el oriente de la cuenca del Alto Grijalva o Depresión Central de Chiapas presenta una extensa y compleja historia a lo largo de su desarrollo (Lowe 1959). Si bien la ocupación de esta región se inicia desde la fase Lato del periodo Preclásico Temprano, entre 1650 y 1500 AC (Clark 1991:107; Lee 1991:131) y se relaciona con hablantes de la familia lingüística Mixe-Zoque, mucho después, hacia el Preclásico Tardío, experimenta un marcado cambio cultural, aparentemente como resultado de la expansión hacia el oeste de los Mayas Preclásicos o de sus influencias (Lowe 1990).

Después de un marcado descenso poblacional fechado entre 100 y 600 AC (Chiapa VII, VIII y IX), la región del Grijalva al este del cañón de la Angostura vuelve a presentar una amplia ocupación pero ya básicamente Maya (posiblemente del grupo Tzeltalano). Al parecer durante el Clásico Tardío y Terminal (de 600 a 1000 DC), esta región, al igual que todo el sureste de Mesoamérica, experimenta su máximo índice de ocupación prehispánica con numerosos sitios nuevos y centros importantes como Laguna Francesa, Niños Héroes y Chachí. En esta época algunos asentamientos se ubican preferentemente en el pie de monte o en los lomeríos, dejando las zonas aluviales para la explotación agrícola, tal vez por razones de presión poblacional más que defensivas; dichos sitios se caracterizan por la presencia extensiva de terrazas construidas sobre las laderas. Otras zonas fueron reocupadas y ampliadas y presentan abundantes cimientos de casas, plataformas grandes y pequeñas y juegos de pelota abiertos (Lowe 1959:15, Fig.6; Lowe y Mason 1965:226-229). Laguna Francesa, Santa Rosa y otros sitios vecinos se localizaron sobre la segunda terraza del río, pero protegidos por un gran escarpe a poca distancia (Brockington 1967:1; Delgado 1965:3-6; ver fotografías en Lowe 1959, Figuras 49-52).

LA ZONA DE LA ANGOSTURA EN EL CLÁSICO TARDÍO

A partir de los trabajos de salvamento arqueológico llevados a cabo por el INAH como resultado de la construcción de la Presa de la Angostura entre 1970 y 1974, se obtuvo una amplísima colección de materiales arqueológicos procedentes de las excavaciones realizadas en 32 sitios de todos los periodos en esta cuenca que se extiende desde el cañón de la Angostura hasta la unión de los ríos San Miguel y San Gregorio, abarcando más de 600 km² (Con 1976b; Martínez 1976; Martínez y Navarrete 1978); debido a la extensa cobertura y profundidad de las investigaciones, esta muestra resultó sumamente adecuada para realizar estudios de área básicos para la mejor comprensión del desarrollo de la región (Lowe 1990:7).

Específicamente para el periodo Clásico Tardío, que es la época que nos interesa ahora, se encontraban ocupados 24 de los 30 sitios estudiados, es decir, más del 80% del total (Cuadro 1). En este momento, el centro más importante de la región es sin duda Laguna Francesa, que alcanza su mayor expansión hacia fines del Clásico en la fase Chiapa X (Lowe 1959:52, Figuras 27, 54; Con 1981:126). Ubicado sobre la segunda terraza de la ribera norte del río, el sitio comprende alrededor de 150 estructuras, con una gran acrópolis en la parte central y varios conjuntos arquitectónicos arreglados en torno a plazas, caracterizados por cuerpos escalonados con muros verticales o en talud construidos a base de piedras careadas con espiga (Gussinyer 1973; Con 1981:25), en el típico estilo Maya de las Tierras Altas de Chiapas.

Al analizar los materiales cerámicos correspondientes al periodo Clásico Tardío en la zona resultan evidentes sus diferencias con la parte occidental de Chiapas, que en este periodo se caracteriza por las cerámicas de pasta fina, a veces con engobe blanco, más asociadas a la Costa del Golfo. Según las ofrendas del Clásico Tardío halladas en Laguna Francesa (fase Chiapa X), la cerámica se caracteriza por ser de acabado burdo y color bayo, con formas de cajetes trípodes de base plana y vasos de paredes rectas, a veces con el borde pintado de rojo y algunos con decoración polícroma (Con 1981:127). También se hallaron abundantes figurillas antropomorfas y zoomorfas y malacates, así como varios fragmentos de los moldes con los que fueron elaborados. Dentro de todo este material común y abundante en los tiestos llama especialmente la atención una cerámica distintiva hecha en molde con pseudo-glifos Mayas (Con 1976a: Figura 43a), que se presenta en la gran mayoría de los sitios (20) del Clásico Tardío del valle de la Angostura.

DESCRIPCIÓN DE LA CERÁMICA MOLDEADA Y DE SU DECORACIÓN

La cerámica que nos interesa aquí se distingue fundamentalmente por estar hecha en molde y llevar una banda con pseudo-glifos al exterior. De más de mil fragmentos conocidos, todos pertenecen a platos poco profundos y abiertos, de base plana y paredes curvo-divergentes, que miden entre 21 y 30 cm de diámetro y de 3 a 5 cm de altura. La pasta es de textura fina, con desgrasante de ceniza volcánica; el color varía según la cocción de la vasija, a veces con núcleo oscuro. Llevan un engobe del mismo barro, muy pulido, que va del bayo al anaranjado, pero los colores más comunes son el café o gris oscuro, casi negro, con manchas de ahumado. Algunas veces se notan restos de un recubrimiento de estuco.

Al parecer, los platos eran formados completos presionando y alisando el barro húmedo dentro de un molde cóncavo. En la parte media exterior de estos platos, corre una banda horizontal con pseudo-glifos, que varían con respecto a la calidad de la impresión y en el cuerpo inferior se presentan algunas acanaladuras verticales que lo dividen en secciones o gajos. En cuanto al diseño, la gran mayoría de los tiestos llevan un par de pseudo-glifos (glifos simplificados o convencionalizados) que se repiten formando una banda continua: el primero es una especie de voluta o espiral y el segundo consiste en un símbolo en forma de escuadra que lleva pequeños círculos o puntos (entre 3 y 8); aunque esto es lo más típico, hay unos pocos ejemplos de motivos diferentes como bandas cruzadas, achurados, semi-círculos, etc. En otros casos ni siquiera se distinguen los símbolos de la banda debido a la mala calidad de la impresión o al desgaste del molde. Todos los ejemplos presentan un alto grado de estandarización indicando una producción bastante homogénea, aunque el tamaño y diseño algo variables de estos platos muestran que existía más de un molde; desafortunadamente, dentro de nuestra colección no existen fragmentos de estos moldes.

El motivo principal que presentan los platos, aunque en una forma simplificada, resulta muy similar al elemento identificado por Thompson (1960:280) en el contexto de la escritura jeroglífica maya como el espiral o follaje del maíz, que corresponde al afijo T86 de su catálogo (Thompson 1962). Actualmente el afijo T86 tiene como valor fonético la sílaba nal (Schele, Mathews y Lounsbury 1990), siguiendo una lectura original de Yuri Knorozov, quien notó que en muchas lenguas mayas la palabra nal se refiere a la joven mazorca de maíz y su lectura se basó principalmente en identificaciones iconográficas procedentes de los códices, siendo después confirmado su uso en las inscripciones Clásicas (Stuart y Houston 1994:21). Considerando lo anterior, es posible que el diseño que se encuentra más frecuentemente en los platos represente una convencionalización del afijo Maya T86 utilizado para referirse al maíz. Esto cobra mayor significado si consideramos los datos aportados por Houston, Stuart y Taube (1989:720) en relación al contenido de la Secuencia Primaria Estándar que presentan muchas de las vasijas polícromas Mayas; ellos consideran que estos textos funcionaban como etiquetas y que la información contenida en los glifos se refiere al método de decoración, al nombre de la clase de vasija, al contenido y a su propietario. Esto permite considerar la hipótesis de que las bandas de pseudo-glifos en nuestra cerámica no tenían una función puramente decorativa, sino que hacían referencia al contenido de los platos, que en este caso podría ser algún alimento elaborado a base de maíz, como lo sugiere su semejanza con el glifo Maya mencionado.

Tratándose de platos bajos y abiertos podemos pensar que eran utilizados para una función específica, como por ejemplo, para servir cierto tipo de alimentos sólidos, como tamales (Taube 1989), o la bola de masa para preparar el pozol, o inclusive para contener las ofrendas en ciertos rituales a favor de la producción agrícola; se sabe que en algunos grupos étnicos actuales como los Mayas de Yucatán y los Lacandones, los tamales y el pozol se cuentan entre las principales ofrendas de las ceremonias (Tozzer 1982:137, 185). Durante la época prehispánica eran frecuentes las representaciones de platos con comida u ofrendas en asociación a personajes o deidades, tanto en la cerámica polícroma y en la escultura, como en los códices; según Houston, Stuart y Taube (1989:724), la presencia de iconografía relacionada con el maíz en muchos platos del Clásico Tardío, indica que estos platos comúnmente funcionaban para servir alimentos con maíz, lo cual corrobora nuestra hipótesis.

DISTRIBUCIÓN

Todos los sitios donde se encuentra esta cerámica la muestran en bajas cantidades con excepción de Laguna Francesa, que contrasta marcadamente con los demás, presentando más de 600 tiestos con pseudo-glifos, casi el 50% del total de nuestra colección. Esta popularidad se explica en parte al considerar que Laguna Francesa es por mucho el asentamiento más importante de la región y también por la gran cantidad de estructuras excavadas por el INAH en el sitio, en la mayor parte de las cuales se hallaron fragmentos de esta cerámica (Cuadro 2).

En su mayoría, los tiestos con pseudo-glifos se encontraron dentro del escombro o relleno de los edificios. Solamente en un caso se encontraron dos platos completos que presentaban restos de estuco, uno cubriendo al otro (Elemento 42; Con 1981:84). Los platos fueron depositados a manera de ofrenda al interior de la Estructura 6, una plataforma baja ubicada en una zona habitacional de la élite (Zona 1), detrás de la Acrópolis (ibid: Figura 16). Este patrón de distribución bien puede indicar que los platos con pseudo-glifos tenían una función especializada entre la élite de Laguna Francesa y la región circundante. En este sentido es muy probable que Laguna Francesa funcionara no solo como un centro distribuidor de este tipo especial de cerámica en la zona sino como productor de la misma, como lo indicaría el hallazgo en este sitio de algunos fragmentos de los moldes utilizados en su fabricación (Brockington 1967:65; Con 1981:84).

La cerámica moldeada con bandas de pseudo-glifos fue reportada por primera vez en la Finca San Francisco y en Santa Rosa por Lowe (1959:52, Figura 52a) dentro del reconocimiento del Alto Grijalva, fechándose para el Clásico Tardío. Posteriormente Brockington (1967:50, 65, Fig.32m), en su estudio acerca de la historia cerámica de Santa Rosa, menciona algunos ejemplos procedentes de este sitio y de Laguna Francesa, así como un fragmento del molde usado para hacer los platos y los considera dentro de su fase 6 (entre 800 y 1000 DC), que comprende la última época de ocupación de Santa Rosa; tanto Brockington como Lowe, los comparan con las bandas de pseudo-glifos presentes en la fase Tepeu de Uaxactun; sin embargo, la mayoría de los ejemplos de este sitio son pintados y los diseños son diferentes (Smith 1955, Figuras 81, 82).

Otros ejemplos de nuestra cerámica monocroma con pseudo-glifos han sido encontrados más recientemente en Lagartero, Guajilar, Ojo de Agua y Tenam Rosario (Ekholm, comunicación personal), centros importantes todos hacia finales del Clásico en la región de los Altos Tributarios del Grijalva, hacia el este. Bryant (s.f.), en su estudio en proceso sobre la cerámica de los tributarios superiores del Grijalva, incluye este tipo y lo denomina Pues Moldeado con Pseudo-glifos: variedad Pues. Lo ubica dentro del Complejo Mix del Clásico Tardío (650-900 DC), considerando su asociación en un basurero del Clásico Tardío en Ojo de Agua, así como en el enorme basurero ceremonial de Lagartero (Ekholm s.f.). El tipo Pues presenta una frecuencia bastante baja (50 tiestos), con menos del 1 % del total del Complejo Mix en Ojo de Agua.

Hasta el momento no se ha reportado cerámica que corresponda específicamente al tipo Pues Moldeado de los sitios cercanos del Clásico Tardío como Tonina (Becquelin y Baudez 1979) o Chinkultic (Ball 1980) y tampoco se encuentra en el Grijalva Medio, al oeste (L. Lowe s.f.), estando restringida su presencia a la región del Alto Grijalva.

El único ejemplo de vasijas hechas en molde durante el Clásico, lo encontramos en el tipo Pabellón Modelado-Tallado, del cual nuestro tipo Pues Moldeado constituye una versión simplificada; este tipo muestra una amplia distribución en las Tierras Bajas centrales, incluyendo Tikal, Uaxactun, Altar de Sacrificios, Ceibal y Tonina, probablemente como objeto de comercio y constituye un marcador para el horizonte Clásico Terminal en la región (Sabloff 1975:195-198). Una forma frecuente del tipo Pabellón Modelado-Tallado son los cuencos de paredes curvas, al exterior llevan una banda con glifos cerca del borde y por debajo de ésta se presentan paneles mayores con escenas narrativas; considerando la unidad de diseño en las vasijas se piensa que es muy posible que solo existiera un número limitado de moldes en uso. A pesar de las diferencias en cuanto a forma y diseños, sin embargo, es importante resaltar la utilización de una misma técnica de manufactura y la presencia de elementos decorativos similares, como la banda glífica, en ambos tipos.

En Zaculeu, en las Tierras Altas de Guatemala se reportan unos cuantos ejemplos de vasijas con glifos hechos en molde, pero los diseños y formas son diferentes, además de ser más tardías ya que corresponden a la fase Xinabahul del Postclásico Tardío (Woodbury y Trick 1953:157). En Nebaj se encuentran incensarios con diseños hechos en molde durante la fase Ulam también del Postclásico Tardío (Becquelin 1969:177, Fig.57-10).

Como conclusión, podemos proponer que el tipo Pues Moldeado con Pseudo-glifos estuvo asociado a una funcionalidad especial limitada a las élites Mayas del extremo superior del Grijalva, seguramente relacionada con el maíz como alimento. Su patrón de distribución limitado al Alto Grijalva indica que se trataba de un producto puramente local que demarca de manera clara esta región que muy probablemente conformaba una unidad cultural, política o comercial dominada en parte por el sitio de Laguna Francesa, durante el Clásico Tardío. La ausencia de verdaderos jeroglíficos Mayas, así como de monumentos esculpidos en la zona, son indicadores de que la cuenca del Grijalva difería cultural y tal vez étnicamente de Chinkultic y de las Tierras Bajas Mayas en el periodo Clásico.

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