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10 Correcciones sugeridas para el reporte cerámico de Bilbao, publicado por L. A. Parsons en 1967 – Marion Popenoe de Hatch – Simposio 8, Año 1994

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Popenoe de Hatch, Marion

1995        Correcciones sugeridas para el reporte cerámico de Bilbao, publicado por L. A. Parsons en 1967. En VIII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1994 (editado por J.P. Laporte y H. Escobedo), pp.85-89. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).

10

CORRECCIONES SUGERIDAS PARA EL REPORTE CERÁMICO DE BILBAO,

PUBLICADO POR L.A. PARSONS EN 1967

Marion Popenoe de Hatch

En 1967, Lee A. Parsons publicó el primer intento por lograr una clasificación de la cerámica del sitio Bilbao en el departamento de Escuintla. Desde entonces, las investigaciones arqueológicas en esta área han avanzado significativamente y existe más información disponible que cuando Parsons llevó a cabo su trabajo. Algunos problemas de este reporte se derivan de dos factores:

  • Por las circunstancias, mucho del análisis se dedicó a estudiar cerámica procedente de las excavaciones de relleno mezclado;
  • Todavía no se reconocían las diferentes tradiciones cerámicas que existían en la Costa Sur y el Altiplano de Guatemala.

En este artículo quiero mostrar que en la publicación de Parsons sobre Bilbao existe confusión sobre los tipos cerámicos. También quisiera mostrar en dónde hay problemas cronológicos y qué tradiciones cerámicas pueden reconocerse. Con estas aclaraciones, es posible plantear algunas inferencias acerca de la secuencia de eventos en Bilbao y las relaciones que aparentemente sostenía con otros sitios de la Costa Sur de Guatemala.

Yo deseo enfatizar que mi intento no es criticar el reporte sobre Bilbao, porque este es un estudio pionero y continúa siendo una de las mayores contribuciones al banco de datos de la arqueología de la Costa Sur. Mi objetivo es simplemente actualizar la información y clarificar algunos detalles con base en nueva información que tenemos ahora a nuestro alcance.

De esta manera, puede ser posible obtener nuevos datos sobre las relaciones entre los diferentes sitios y la secuencia de eventos ocurridos en la Costa Sur de Guatemala. También quisiera enfatizar mi profunda convicción de que la complicada arqueología de la Costa Sur va a poder ser entendida solamente cuando estos problemas de cronología y tipología se hayan aclarado.

Para entender la cerámica de Bilbao, es necesario hacer referencia a cuatro tradiciones cerámicas que han sido identificadas en la Costa Sur y el Altiplano Central de Guatemala. Aunque éstas ya están explicadas en varias publicaciones, me doy cuenta que todavía existe confusión y malinterpretación sobre lo que representan. Brevemente, las tradiciones son las siguientes:

1.        La tradición cerámica Las Vacas estuvo presente en el valle de Guatemala a lo largo de todo el periodo Preclásico.

2.        Al principio del periodo Clásico Temprano, la tradición Las Vacas fue reemplazada por la tradición cerámica Solano, que representa un grupo expansionista que entró desde el noroeste y tomó control del valle de Guatemala. Es importante notar que este cambio en el valle de Guatemala se llevó a cabo al final del Preclásico Tardío, inicios del Clásico Temprano o durante la temporada que algunos llaman el periodo Protoclásico. En Kaminaljuyu este cambio coincide con el inicio de la fase Las Vacas.

3.        En la Costa Sur, la tradición Achiguate estaba presente en la región entre los ríos Achiguate y Coyolate a lo largo del periodo Preclásico Tardío y continuó en esta zona durante la primera parte del Clásico Temprano. La tradición Naranjo en este momento estaba en la zona de Tiquisate, había cruzado el río Coyolate y había avanzado hacia el río Acomé (Popenoe de Hatch et al. 1993a, 1993b).

4.        En la segunda mitad del periodo Clásico Temprano, la tradición Naranjo avanzó hacia al este del río Acomé y reemplazó a la tradición Achiguate en toda la zona hasta el río María Linda.

CORRECCIONES NECESARIAS EN EL ANÁLISIS CERÁMICO DE PARSONS

Revisando el análisis de la cerámica de Bilbao, es evidente ahora que la cerámica de las diferentes tradiciones está mezclada y que existen ciertas confusiones en su asociación con fases. Adicionalmente, el intento de aplicar el concepto de un periodo Clásico Medio complica aún más las cosas.

COMPLEJO CERÁMICO ILUSIONES (PRECLÁSICO)

Ahora revisemos el análisis de la cerámica, empezando con el Preclásico o con lo que Parsons llamó Complejo Cerámico Ilusiones. Toda la cerámica ilustrada para la fase Ilusiones (Parsons, Fig.31, 32) puede ser asignada a la tradición cerámica Achiguate.

En el Complejo Ilusiones, Parsons asignó los dos grupos llamados Grupo Ceniza y Grupo Acomé, a una sola vajilla, nombrada la vajilla Osuna Coarse. Sin embargo, después de nuestro análisis de la cerámica de Monte Alto (Shook y Popenoe de Hatch, ms. en prep.), es evidente que cada uno de estos grupos evolucionó de diferentes fuentes. Por lo tanto, estos dos grupos no parecen estar relacionados y, en mi opinión, no deben estar dentro de la misma vajilla.

En las Figuras 34 y 36 de Parsons, podemos observar que el Grupo Victory y el Grupo Yucales fueron colocados dentro de una misma vajilla y es cierto que están relacionados. Sin embargo, éstos no son contemporáneos. Mientras que la cerámica del Grupo Victory pertenece claramente al periodo Preclásico, la del grupo Yucales pertenece a la primera parte del Clásico Temprano (tiempo equivalente a la fase Aurora de Kaminaljuyu). Los soportes trípodes jorobados son los diagnósticos de esta fase. Uno de los problemas que tuvo que enfrentar Parsons fue que, en Bilbao y El Baúl (y encontramos lo mismo en Monte Alto), no hubo un cambio abrupto entre el final del Preclásico Tardío y la primera parte del Clásico Temprano. En estos sitios, la transición fue gradual y por esta razón fue difícil diferenciar la cerámica de cada una de las fases.

Las vasijas ilustradas en Figuras 38 y 39 de la publicación de Parsons son buenos ejemplos de los tipos cerámicos Preclásicos pertenecientes a la tradición Achiguate.

COMPLEJO CERÁMICO MEJOR-ES-ALGO (PRIMERA PARTE DEL CLÁSICO TEMPRANO)

La primera parte del Clásico Temprano, nombrada Complejo Cerámico Mejor-es-Algo por Parsons, es equivalente en tiempo a la fase de Aurora de Kaminaljuyu (200-400 A.D.). Está vagamente representada en el análisis cerámico de Parsons con sólo tres juegos de ilustraciones, las Figuras 42 y 43.

Es importante enfatizar en este momento que, en los inicios del Clásico Temprano, estaban ocurriendo cambios radicales en el Altiplano hacia el norte. En el valle de Guatemala, la población asociada con la tradición cerámica Solano entró y tomó control de la región en los inicios de la fase Aurora del Clásico Temprano. Por el otro lado, la población asociada con la tradición cerámica Achiguate continuaba ocupando su área en el departamento de Escuintla. Al iniciarse el intercambio entre la Costa Sur y los recién llegados al Altiplano Central, empezaron a aparecer tipos cerámicos Solano dentro del Complejo Achiguate. Esta fue la situación durante la primera parte del Clásico Temprano (equivalente a la fase Aurora en Kaminaljuyu).

La segunda mitad del periodo Clásico Temprano es equivalente a la fase Esperanza en Kaminaljuyu, pero en Bilbao Parsons incluyó este intervalo dentro del periodo Laguneta. Fue precisamente el momento que la costeña tradición cerámica Naranjo logró penetrar y dominar el área que antiguamente era controlada por la población Achiguate. Es por esta razón que la cerámica Naranjo aparece en el complejo cerámico de Bilbao. La mayoría de los otros sitios de la tradición Achiguate, como Monte Alto y Balberta, fueron abandonados.

COMPLEJO CERÁMICO LAGUNETA

Parsons le dio el nombre de Complejo Cerámico Laguneta a su periodo Clásico Medio. Este periodo abarca un gran bloque de tiempo que incluye la segunda parte del Clásico Temprano (contemporánea con la fase Esperanza de Kaminaljuyu) y la primera parte del Clásico Tardío (equivalente a la fase Amatle de Kaminaljuyu). Parsons creía que se debía reorganizar la secuencia cronológica de Mesoamérica para poder utilizar el concepto del periodo Clásico Medio. Este debía abarcar el periodo de la influencia directa teotihuacana (400-550 DC) y al intervalo de tiempo posterior cuando persistió la influencia teotihuacanoide (550-700 DC).

La cerámica de la fase Laguneta ilustrada por Parsons muestra que la cerámica de la segunda parte del Clásico Temprano y la primera del Clásico Tardío están mezcladas dentro del concepto del Clásico Medio. La situación se hizo más complicada cuando se reconoció que también está mezclada la cerámica de las tradiciones Achiguate, Naranjo y Solano. Puede observarse en la Figura 46 el Grupo Palo Verde (fase Laguneta) y en la Figura 30 el Grupo California del Preclásico (fase Ilusiones). Estos pertenecen a la misma vajilla, nombrada vajilla Aguna Baño Blanco (White-Washed). Ambos grupos llevan un baño blanco y decoración por filetes indentados y pertenecen a la tradición Achiguate. Según parece, los ejemplares ilustrados en la Figura 46 corresponden a la primera parte y no a la segunda parte del Clásico Temprano. Estos ya habían desaparecido antes de la fase Laguneta porque entraron al área los nuevos estilos y tipos de la tradición Naranjo al área.

La Figura 47a de la publicación de Parsons muestra el típico comal de la tradición Achiguate, con un asa triangular perforada o indentada a los lados opuestos de la vasija. En la Figura 47b y 47c se muestran los típicos comales de la tradición Naranjo, con un borde reforzado en el interior y diseños pintados en el fondo de la vasija. Estos últimos no tienen asas. Los comales Achiguate pertenecen a la primera parte del Clásico Temprano y están hechos con pasta rosácea y cocción mediana. Estos contrastan con los comales Naranjo que están hechos con pasta más fina que varía de grisácea a rosácea con cocción dura y corresponden principalmente a la segunda mitad del Clásico Temprano.

La cerámica Fuego (Micáceo Brillante) ilustrada en Figuras 48 y 49 es un tipo muy característico de la tradición cerámica Solano en Kaminaljuyu. Indudablemente llegó a Bilbao desde el Altiplano Central por medio de intercambio. En el valle de Guatemala, ha sido clasificada como vajilla Prisma. Empieza en Kaminaljuyu en la primera parte del Clásico Temprano (fase Aurora).

La figuras 50 y 51 muestran al Grupo Esmeralda Flesh (color piel) que es la misma que la vajilla que pertenece a la tradición Solano del Altiplano Central donde continúa a través de todo el Clásico Temprano. Las vasijas representadas en la Figura 50 y en la Figura 51 a-f pertenecen a la fase Aurora (nótese el soporte de joroba en la Figura 51f). Los ejemplos restantes ilustrados en la Figura 51 corresponden a la fase Esperanza del Altiplano y aparentemente siguieron llegando a Bilbao por medio de intercambio.

La Figura 52 muestra la cerámica perteneciente al mismo Grupo Esmeralda (color piel) que la mostrada en las Figuras 50 y 51. Sin embargo, las formas mostradas en la Figura 52 son diagnósticas del Clásico Tardío y es evidente que deben ser clasificadas dentro de la vajilla Amatle que para ese momento ya había evolucionado de la vajilla Esperanza Flesh. Los ejemplares más tardíos de la vajilla Esperanza Flesh son muchas veces difíciles de diferenciar de los ejemplares tempranos de la vajilla Amatle. De nuevo, ambas vajillas pertenecen a la tradición cerámica Solano pero varían cronológicamente.

Las ilustraciones restantes de la fase Laguneta son ejemplares de vajillas locales del Clásico Tardío. La figura 53 muestra los cántaros de las vajillas utilitarias comunes en Bilbao y El Baúl. Las vajillas finas incluyen cilindros con engobe café-negro y muchas vasijas con engobe naranja y/o rojo. La abundancia de la vajilla Tiquisate por toda la Costa Sur es evidencia de la expansión de la población asociada con la tradición cerámica Naranjo, ya sea que dominó o reemplazó en gran medida a los locales durante el Clásico Tardío.

Antes de terminar, es necesario hacer un comentario final sobre el concepto del Clásico Medio de Parsons. Su intención de llevar a cabo las excavaciones en Bilbao era para comprobar que el periodo Clásico Medio, basado en la presencia de estilos teotihuacanos, era apropiado para esa área. De cualquier modo, una revisión cuidadosa de esta publicación muestra que casi no hubo influencia teotihuacana, por lo menos en la cerámica, en Bilbao y El Baúl. Los cilindros trípodes de estilo teotihuacano que aparecen ilustrados en la publicación (Láminas 14 y 16) provienen del área de Tiquisate, un área controlada por la tradición cerámica Naranjo. Es entonces evidente que la influencia teotihuacana fue adoptada por grupos asociados con la tradición cerámica Naranjo y no con la tradición Achiguate.

Puede argumentarse que las esculturas de Cotzumalguapa reflejan estilos teotihuacanos. A pesar de esto, éstas corresponden a lo que parece ser la segunda parte del periodo Clásico Tardío (el periodo de la cerámica Plomizo San Juan). El llamado glifo ojo de reptil identificado por Parsons en los monumentos de Bilbao, no es el mismo que aparece en el arte teotihuacano. A pesar que las esculturas parecen ser de estilo mexicano más que Maya, éstas parecen reflejar influencia de Mixteca-Puebla, más que influencia tardía de Teotihuacan. Posiblemente la población Naranjo pudo haber seguido teniendo algún tipo de relación con México y la dispersión de la cerámica de la tradición Naranjo estuvo acompañada por sistemas de ideas mexicanas.

Para concluir, se puede decir que a pesar de que falta mucho por aprender, hemos avanzado mucho desde que Parsons hizo su trabajo en 1962 y 1963. Hoy en día, su publicación debe ser utilizada con cuidado para evitar confusiones en los complejos cerámicos y en las fases cronológicas. Es importante tener en mente varios puntos:

1.        En la Costa Sur, la cerámica del Preclásico Tardío se mezcla casi imperceptiblemente con la del Clásico Temprano y un evento Protoclásico es escasamente detectable en el registro arqueológico.

2.        Cambios sustanciales en la cerámica diferencian la primera de la segunda parte del Clásico Temprano.

3.        Cambios radicales en los estilos de cerámica, escultura y arquitectura distinguen el Clásico Tardío del Clásico Temprano, así que el periodo Clásico Medio definido por Parsons es inapropiado para mostrar estas diferencias. Esta evidencia debe hablar por si sola, lo que reta al arqueólogo a mantener su mente crítica y abierta al revisar la literatura y a prestar especial atención, incluso a los detalles más pequeños.

REFERENCIAS

Hatch, Marion Popenoe de, Mariana Sánchez, Tomás Barrientos, María A. Godoy y Carol de Herrera.

1993a        El Proyecto la Garrucha, Departamento de Escuintla, Junio-Julio 1992. En U Utz’ib 1 (4):1-23. Asociación Tikal, Guatemala.

Hatch, Marion Popenoe de, Mariana Sánchez y Tomás Barrientos

1993b        Evidencia de una Muerte Violenta Hace 1600 años en la Costa Sur de Guatemala. Revista de la Universidad del Valle de Guatemala, No. 3.

Parsons, Lee Allen

1967        Bilbao, Guatemala: An Archaeological Study of the Pacific Coast Cotzumalhuapan Region, Volume 1. Publications in Anthropology, No.11, Milwaukee Public Museum, Milwaukee, Wisconsin.

 

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