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01 Entidades políticas del noroeste de las Montañas Mayas durante el periodo Clásico Tardío – Héctor L. Escobedo. – Simposio 06, Año 1992

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Escobedo, Héctor L.

  1993        Entidades políticas del noroeste de las Montañas Mayas durante el periodo Clásico Tardío. En VI Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1992 (editado por J.P. Laporte, H. Escobedo y S. Villagrán de Brady), pp.1-21. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

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ENTIDADES POLÍTICAS DEL NOROESTE

DE LAS MONTAÑAS MAYAS

DURANTE EL PERIODO CLÁSICO TARDÍO

Héctor L. Escobedo

En los estudios mayistas, uno de los principales objetivos de la epigrafía como disciplina ligada a la arqueología, ha sido la reconstrucción de los sistemas de organización sociopolítica imperantes en las Tierras Bajas Mayas durante el periodo Clásico. Si bien es cierto que en la actualidad se ha logrado obtener un cúmulo de datos acerca de este problema, también es evidente que algunas zonas del área de investigación mencionada han sido marginadas de los estudios epigráficos. Un territorio que sirve para ejemplificar la persistencia de este problema, es la región noroeste de las Montañas Mayas, localizada en el municipio de Dolores, sector sureste de Petén (Figura 1).

Aunque desde el siglo pasado se dieron a conocer algunos monumentos esculpidos (Méndez 1852 en Escobedo 1991:75-76), la investigación epigráfica de los mismos ha sido sumamente escasa y fragmentaria. Puede argumentarse con propiedad que la razón principal para esta obliteración se debe en general a la escasez y mala preservación de los monumentos tanto por motivos ambientales como por depredación. Ahora bien, esta situación conduce hacia el planteamiento del problema ético de si tan solo deben estudiarse monumentos de aquellos sitios que poseen inscripciones numerosas y mayoritariamente legibles. Para quienes consideramos que la evidencia epigráfica no debe ser objeto de una selectividad arbitraria y subjetiva, la respuesta es negativa. En otras palabras, todos los textos que de una u otra forma se han conservado deben ser sujeto de desciframiento, análisis e interpretación.

Por otro lado, aunque es innegable la relevancia de la epigrafía en el conocimiento de la historia prehispánica de las entidades políticas Mayas, es incorrecto considerar que los resultados de las investigaciones epigráficas conducen per se al conocimiento de la historia de acuerdo al concepto moderno de la palabra. Se ha comprobado que el contenido de los textos glíficos Mayas representa la historia oficial, o sea, aquella información que la élite estaba interesada en registrar y dar a conocer con el propósito de contribuir a la legitimización y mantenimiento del status quo en beneficio de este sector privilegiado de la sociedad Maya.

De manera que debe acentuarse que la epigrafía por sí misma nos proporciona una perspectiva incompleta de la sociedad y un panorama limitado y especializado de información cultural (Culbert 1988, 1991; Houston 1989; Webster 1989). Por lo tanto, es evidente que sin el análisis de un conjunto más diverso de datos de tipo arqueológico, etnohistórico y etnográfico, no es posible aproximarse de manera objetiva a los procesos históricos de la sociedad Maya Clásica.

A partir de esta premisa, este trabajo resume los resultados de la investigación epigráfica de las inscripciones del noroeste de las Montañas Mayas, presentes en 23 monumentos esculpidos de los sitios arqueológicos de Ixkun, Ixtutz, Ixtonton y Sacul. El objetivo principal de esta investigación fue analizar la evidencia epigráfica relacionada con la evolución histórica de las entidades políticas prehispánicas de esta zona y arribar a conclusiones que fuesen susceptibles de ser contrastadas, complementadas e integradas con la información que desde 1987 viene siendo recabada por el Proyecto Atlas Arqueológico.

 

Figura 1

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

La primera persona que reportó la presencia de monumentos en el noroeste de las Montañas Mayas, fue el Gobernador de Petén, coronel Modesto Méndez, en 1852. Méndez visitó las ruinas de Ixkun e Ixtutz y entregó al gobierno de Guatemala un informe ilustrado de su expedición. Aunque copias de los dibujos de las estelas descubiertas, presuntamente realizados por Lara fueron rápidamente diseminadas en Europa, los resultados de esta expedición guatemalteca pasaron desapercibidos hasta 1940 (Blom 1940; Schaeffer 1951; Graham 1971; Hammond 1984).

Alfred Percival Maudslay arribó a Ixkun en 1887 y durante su visita trazó el primer plano de las ruinas, hizo un molde, dibujo y fotografía de la Estela 1, excavó la cima de la Estructura 6 y quizá descubrió las Estelas 2 y 3 (Maudslay 18891902:21-22).

Sylvanus Morley y Herbert Spinden visitaron Ixkun en 1914 y realizaron algunas modificaciones al plano de las ruinas hecho por Maudslay, dibujos de las series iniciales y fotografías de los monumentos (Morley 19371938, Vol.2:168-186).

En 1949, geólogos norteamericanos en busca de petróleo en la zona de Dolores y Poptun, llegaron a Ixtutz, sitio que desde su descubrimiento había sido olvidado por completo. Esta relocalización también pasó desapercibida y no fue sino hasta 1970 y 1971, que Ixtutz volvió a ser visitado. Durante esos años Merle Greene, llegó al sitio y de manera errónea consideró ser la primera persona en reportarlo. Greene hizo el primer plano de las ruinas, calcos de los monumentos, descubrió algunos de los fragmentos del Panel 1 y reportó la cara esculpida de la Estela 4 (Greene 1972; Greene, Rands y Graham 1972; Graham 1972, 1973; Mayer 1976, 1984).

En los años de 1971, 1972 y 1978, Ian Graham, acompañado en su primera visita por Eric von Euw, realizó nuevos planos de Ixkun e Ixtutz, dibujos y fotografías de todos los monumentos, trasladó fragmentos de la depredada Estela 5 de Ixkun a Dolores y transportó la Estela 4 y algunos bloques del Panel 1 de Ixtutz a Guatemala (Graham 1980). Graham fue, además, el primer investigador que llegó a las ruinas de Sacul, en donde hizo un plano y un registro completo de los monumentos (Kirsh 1987).

Entre 1982 y 1985, miembros del Instituto de Antropología e Historia, reportaron el descubrimiento del sitio arqueológico Ixtonton y el hallazgo de la Estela 12 de Ixkun respectivamente.

Con el propósito de realizar un reconocimiento del patrón de asentamiento del sureste de Petén, el proyecto Atlas Arqueológico dirigido por Juan Pedro Laporte, en colaboración con el área de Arqueología de la Universidad de San Carlos, ha llevado a cabo levantamientos y excavaciones de sondeo en varios sitios de la zona. Estas investigaciones han revelado nuevos monumentos esculpidos, tales como la Estela 2 de Ixtonton y el Panel 2 de Ixtutz.

Debe hacerse notar que la información arqueológica sobre los sitios de la zona se deriva en su mayor parte de las investigaciones realizadas por el proyecto Atlas Arqueológico, de las cuales hemos extraído los datos relacionados con los centros rectores (Laporte y Torres 1987; Laporte et al 1989a, 1989b; Laporte 1991, 1992).

ORGANIZACIÓN POLÍTICA DE LOS CENTROS DE LA ZONA

Debido a que en contraste con el resto de sitios de la zona, Ixkun, Ixtonton, Ixtutz y Sacul, presentan monumentos con textos glíficos y a que en ninguno de ellos se hace referencia a un señor foráneo que ejercitase alguna clase de soberanía sobre los gobernantes locales, es evidente que constituyen las unidades jerárquicas más altas en escala y complejidad de organización sociopolítica en la región noroeste de las Montañas Mayas durante el periodo Clásico Tardío. Se trata por lo tanto, de entidades políticamente autónomas que controlaron un conjunto aproximado de 26 centros menores.

Una de las características más sobresalientes de los monumentos del noroeste de las Montañas Mayas, es que cronológicamente se ubican en un espacio temporal que no parece ser mayor de 64 años, entre 9.16.10.0.0 (761 DC) y 9.19.15.0.0 (825 DC). Hacia el 760 DC, se produjeron cambios cualitativos en la organización sociopolítica de esta región, los que provocaron un incremento en la complejidad social. Estos cambios se reflejan en el surgimiento en la dedicación de monumentos esculpidos en los centros rectores y en la utilización en Ixtutz y Sacul de glifos emblema propios. Se considera que tales rasgos novedosos parecen haber surgido como un desarrollo sincrónico operado a finales del Clásico Tardío.

Si solo se tomase en cuenta la información epigráfica, las características antes mencionadas podrían ser interpretadas como diagnósticas del postrer surgimiento de estas entidades políticas como centros autónomos en el espectro sociopolítico de las Tierras Bajas Mayas y de un efímero funcionamiento como tales. Sin embargo, tal fenómeno no puede explicarse solamente en base a la epigrafía y debe considerarse que, aunque es cierto que la presencia de monumentos esculpidos en esta zona es tardía, arquitectura y materiales cerámicos señalan la existencia de ocupaciones desde el periodo Preclásico Tardío. Por consiguiente, no debe considerarse que las inscripciones diagnostiquen una ocupación y emancipación general tardía, sino más bien un cambio cualitativo en la complejidad de la organización sociopolítica de los centros de la zona.

A nivel arqueológico pueden considerarse como homologías estructurales derivadas de tales cambios, los juegos de pelota y las calzadas. Evidencias adicionales deberán ser determinadas a través del conocimiento de la extensión de los asentamientos de acuerdo a su temporalidad, las tradiciones cerámicas, así como los patrones rituales y funerarios.

Ahora, si bien es cierto que la evidencia epigráfica parece sostener la idea de que los centros incluidos aquí se convirtieron en entidades políticas autónomas durante la parte final del periodo Clásico, ¿qué pasa con las ocupaciones tempranas en los sitios? Excavaciones realizadas en Ixtonton han revelado una substancial ocupación del Preclásico Tardío, representada por tipos cerámicos y etapas constructivas dentro de los edificios del Clásico Tardío. Además, Ixtonton es el centro de mayor extensión y monumentalidad arquitectónica de los sitios de la zona.

Es importante indicar que la presencia de complejos astronómicos o de ritual público, arreglo arquitectónico por demás característico de la región, no parece ser resultado de los cambios estructurales operados en la zona durante el Clásico Tardío, ya que excavaciones en Ixtonton han revelado que su Plaza Este funcionaba como tal desde el periodo Preclásico Tardío.

Esta evidencia en conjunto, podría ser interpretada como indicativa de que Ixtonton fue el nódulo estatal temprano, o sea, el primer centro rector en el noroeste de las Montañas Mayas. Las exploraciones realizadas en Ixkun, Ixtutz y Sacul, no han revelado materiales anteriores al periodo Clásico, pero han sido mucho menores que las de Ixtonton. Por lo tanto, se hace necesaria la implementación de más excavaciones en los centros de las otras entidades políticas autónomas para detectar la posible presencia y extensión de ocupaciones más tempranas en los mismos.

Este problema nos conduce a plantear otra pregunta: ¿existió un centro local o foráneo que controlara esta zona antes de que se operaran los cambios en la complejidad de su estructura sociopolítica? Se ha sugerido que la barrera topográfica natural de las Montañas Mayas parece haber sido una efectiva separación con los centros orientales, como Caracol y Lubaantun. En los textos aquí incluidos no hay ninguna mención a Caracol, centro sumamente expansivo durante el periodo Clásico. Tampoco se observa influencia estilística de este sitio. Los únicos ejemplares de glifos emblema de Caracol en la zona que nos ocupa, se encuentran en la cueva de Naj Tunich y constituyen registros de peregrinajes de gobernantes de Caracol a la cueva.

Sin embargo, durante el Congreso de Americanistas realizado en Nueva Orleans en 1991, Arlen y Diane Chase, en base al descubrimiento de nuevos monumentos esculpidos en Caracol, plantearon que este centro conquistó los sitios de Ixkun y Sacul. Debido a que tal evidencia aún no ha sido publicada, la certidumbre e implicaciones de este suceso no serán discutidas aquí.

Por lo pronto, consideramos la posibilidad de que el análisis del arreglo espacial y la técnica arquitectónica empleada en la construcción de los sitios, así como también el análisis de los restos materiales recuperados en los mismos, contribuya a dilucidar si estos centros eran políticamente dependientes antes de empezar a erigir monumentos.

Por otro lado, 30 sitios reconocidos hasta el presente por el proyecto Atlas Arqueológico, en un área de 300 km² de la región noroeste de las Montañas Mayas, sugieren que durante el Clásico Tardío, esta zona tuvo una población substancial, que en el caso del valle de Dolores en donde se localizan los centros rectores de Ixtonton e Ixkun, alcanzó la cifra aproximada de 7,500 habitantes en un área de 119 km², o sea una densidad de 63 habitantes por km².

La posible intensificación en la producción de las unidades con organización social más baja de la zona, como reflejo del desarrollo de estructuras jerárquicas, no puede discernirse a través de la evidencia epigráfica. La utilización de jardines de cultivo en Ixtutz sugiere la ocurrencia de este fenómeno (Chase y Chase 1983). Sin embargo, tales rasgos aún están en proceso de estudio para establecer su significado. Mientras tanto, se considera que la determinación de la extensión de los asentamientos a través del tiempo y de niveles de producción de artefactos de cerámica y lítica, estudios paleobotánicos y nuevos cálculos demográficos serían de vital importancia para esclarecer aspectos concernientes a una hipotética intensificación en la producción.

Otro aspecto relevante de la zona que nos ocupa, es que su ambiente heterogéneo incidió en un desarrollo económico regional quizá diferente al de otras regiones de las Tierras Bajas, ya que las redes económicas se desarrollaron según las posibilidades de movilidad en esta región montañosa. Los pasos geográficos en sentido norte-sur permitían la comunicación entre las llanuras del medio río Mopan y los valles montañosos que hacia el sur conducen a Belice, Izabal y Alta Verapaz.

Por lo tanto, aunque es indudable que el noroeste de las Montañas Mayas fue una región de tráfico comercial importante, cuestiones relativas a la fluctuación e incremento en el flujo de bienes, solamente podrán discutirse tras el análisis de los materiales arqueológicos. En todo caso, es lógico suponer que una vez que Ixkun, Ixtonton, Ixtutz y Sacul, alcanzaron el nivel de entidades políticas autónomas, sus gobernantes necesitaron la utilización de una mayor cantidad de bienes exóticos como marcadores de status, lo cual debió tener un impacto directo en la dinámica e intensidad del intercambio.

GLIFOS EMBLEMA LOCALES

Hasta la fecha, solo se han reconocido dos glifos emblema para los sitios del noroeste de las Montañas Mayas, los de Ixtutz y Sacul, identificados por primera vez por Peter Mathews en 1976.

Como es usual en los glifos emblemas, los de Ixtutz y Sacul llevan como prefijos los glifos del grupo de agua T32, T38 y T41, que se leen K’UL «sagrado» (Ringle 1988), como superfijo el T168 AHAW y como sufijo el complemento fonético T130 wa (Lounsbury 1973; Mathews y Justeson 1984).

El glifo emblema de Ixtutz aparece en las inscripciones de la Estela 4 (B4; Figura 2) y en los paneles jeroglíficos de la Estructura 1 (Panel 1: bloque II3 y posiblemente en el bloque XI3; Figura 3, Panel 2: bloque VII5; Figura 4). El signo principal es el T526 KAB y presenta regularmente como superfijo el número cinco HO. En conjunto, el glifo emblema de Ixtutz se lee: k’ul ahaw ho kab, «el sagrado señor de Hokab (Cinco Tierra?)». Es interesante hacer notar que en Yucatán hay un pueblo fundado antes de la conquista española con este nombre (Stone s.f.:10).

Fuera de Ixtutz, solamente en la cueva de Naj Tunich se encuentran dos variantes de su glifo emblema. Aunque ambos signos carecen de los prefijos del grupo de agua, el primero presenta todos los demás elementos que caracterizan al glifo emblema de Ixtutz, mientras que el segundo además, no muestra el T168.

El glifo emblema de Sacul, aparece registrado en las Estelas 1 (C7; Figura 5) y 9 (G1; Figura 6). Fuera de Sacul, en Ixkun y en Naj Tunich se ha identificado la presencia de este glifo emblema. En Ixkun se halla registrado en la Estela 1 (Figura 7) y en forma de topónimo en la Estela 2 (Figura 8). La forma ortodoxa tiene como signo principal el T568, lu. En los ejemplares del topónimo de Sacul en Ixkun, el signo principal es el T568, pero difiere de la versión ortodoxa en que incluye al T177 que representa la sílaba pi y en que no presenta los prefijos del grupo de agua, rasgo común en los componentes de nombre de lugar (Stuart y Houston 1991).

En Naj Tunich, hay un ejemplar del glifo emblema de Sacul que además de presentar los signos tradicionales que identifican a los glifos emblema, también incluye al T177. En la cueva, este mismo signo se observa en dos bloques glíficos que registran el topónimo de Sacul.

La presencia del glifo emblema de Sacul en Ixkun sugiere relaciones políticas entre ambos centros, las que no siempre fueron de tipo pacífico. Las implicaciones de la presencia de variantes de los glifos emblema de Ixtutz y de Sacul en Naj Tunich serán discutidas más adelante.

La ausencia de glifos emblema en Ixkun e Ixtonton plantea un problema interpretativo. En ninguna de las estelas de estos sitios se distingue la presencia de un glifo emblema local. Al asumir que solo los sitios con glifo emblema son entidades políticas autónomas, Ixkun e Ixtonton tendrían que haber sido centros dependientes. Sin embargo, hay varias razones que se pueden argumentar en contra de tal idea.

El hecho de que hasta el momento no se haya podido identificar un glifo emblema para Ixkun no significa que éste no haya existido, debe considerarse que varias de las inscripciones de sus monumentos están sumamente erosionadas. La intervención de Ixkun en guerras contra Ucanal y Sacul a motu propio, demuestra que en tal época este centro disfrutaba de autonomía durante la realización de estos sucesos.

El caso de Ixtonton es diferente, pues casi todos sus monumentos fueron robados antes de que pudiesen ser registrados.

La contemporaneidad de los monumentos de los cuatro sitios, constituye otro elemento a favor de la autonomía de Ixkun e Ixtonton. Tal rasgo conduce a descartar la posibilidad de que la dedicación de monumentos en estos sitios haya surgido como resultado de la influencia de Ixtutz y Sacul. Por consiguiente, este fenómeno debe verse como un desarrollo que surge en la región de manera simultánea.

También hay rasgos arqueológicos que pueden considerarse como diagnósticos de la autonomía de Ixkun e Ixtonton. Por ejemplo, al comparar los asentamientos de estos sitios con los de Ixtutz y Sacul, resalta la preponderancia de los primeros en la densidad de los asentamientos y en la arquitectura masiva de varias de sus estructuras ceremoniales. Por todas las razones anteriores, se considera que los cuatro centros disfrutaron de autonomía política durante el Clásico Tardío.

GOBERNANTES

Con respecto a los gobernantes, la información resultante de la lectura de los monumentos es bastante pobre y no existe ningún registro que nos indique la presencia de alguna secuencia dinástica concreta en los sitios estudiados. Apenas se ha establecido con cierta certeza la existencia de tres señores y posiblemente dos más.

En las inscripciones de Ixkun parece hacerse mención a dos gobernantes locales. En la Estela 1 (Figura 7), están retratados un señor de Sacul del que se hablará más adelante y un señor de Ixkun cuyo nombre puede verse en I7. No es posible discernir la lectura del glifo nominal del gobernante de Ixkun que conmemora un fin de periodo, pero se le ha dado el sobrenombre de Conejo Dios K (Schele 1982:144), quien en J1 utiliza el título kaan ak.

En K1-K5, hay más información relativa al gobernante, ya que allí está registrada la única relación de parentesco hasta ahora encontrada en el noroeste de las Montañas Mayas. Se expresa en J2-K3 que Conejo Dios K, era hijo de la señora Ik, quien quizá provenía de otra entidad política autónoma no identificada, que aparentemente utilizaba como glifo emblema un signo Akbal (T504). En J4-K4, luego del glifo de relación asociado con varones, se señala el nombre del padre de Conejo Dios K. Aunque por erosión no puede leerse su glifo nominal presente en J5, es claro que en K5 utiliza el mismo título kaan ak. Al considerar el patrón existente en otras cláusulas de parentesco similares registradas en inscripciones de otros sitios Mayas (Schele, Mathews y Lounsbury 1977), es lógico suponer que el padre del gobernante que retrata la Estela 1 fue su antecesor en el trono.

Figura 2

Figura 3

Figura 4

Figura 5

Figura 6

Figura 7

        Al asumir la existencia de dos gobernantes en Ixkun, cuáles son los monumentos de cada uno? Quizá la única clave para resolver esta interrogante sea la temporalidad de los monumentos. Las Estelas 2 (9.17.9.0.13, 779 DC) y 12 (9.17.10.0.0, 771 DC), anteceden a la Estela 1 (9.18.0.0.0, 790 DC) por más de 10 años. Debido a que la Estela 2 se refiere a una guerra de Ixkun contra Sacul y Ucanal, se considera como poco probable que la Estela 1 -que parece conmemorar una alianza con Sacul- retrate al mismo gobernante local.

Por consiguiente, puede sugerirse de manera especulativa que las Estelas 2 y 12 fueron dedicadas en tiempos del antecesor de Conejo Dios K y que fue éste quien hizo frente a los conflictos contra Sacul y Ucanal. Su glifo nominal aparece registrado en la Estela 2 (Figura 8) en C1 y se le ha denominado descriptivamente como 8 Calavera (Dütting 1985:138).

Por otro lado, al tomar en cuenta que el personaje representado en la Estela 4 de Ixkun viste prácticamente el mismo traje que lleva puesto Conejo Dios K en la Estela 1, es válido asumir que ambas estelas retratan al mismo gobernante, lo cual también parece congruente por la cercanía en las fechas dedicatorias de ambos monumentos. La Estela 5 (9.18.10.0.0, 800 DC), diez años más tardía que la 1, también podría representar al mismo señor.

En resumen, las Estelas 2 y 4 parecen haber sido dedicadas por el Gobernante 1, 8 Calavera, quien podría haber sido el padre del Gobernante 2, Conejo Dios K, personaje principal retratado en las Estelas 1, 4 y 5.

Con respecto a Ixtutz, solo ha sido posible identificar el nombre del gobernante sujeto del evento que conmemora la Estela 4 (Figura 2). Houston (1984:792) lo denominó como HuesoPax debido a que su glifo nominal se compone básicamente de dos elementos, el T111 logograma para BAK «hueso» (Stuart 1985) y una cabeza antropomorfa que por presentar nariz aguileña, atributos de jaguar y carencia de mandíbula inferior, corresponde a la deidad patronal del mes Pax. Además, en su lengua pueden observarse señales de escarificación.

En vista de que en el Panel 1 (Figura 3) aparece registrada la expresión el guardián de Doble Hueso, título utilizado por Hueso Pax en la Estela 4 y a que el Panel 2 forma parte del mismo elemento escultórico que decoraba la Estructura 1, se considera que ambos fueron dedicados por este gobernante. Entonces, la expresión 3 katunes, registrada en el Panel 2 (Figura 4), haría referencia a la edad de Hueso Pax, quien al momento de erigirse el monumento se encontraba entre los 40 y los 60 años.

Es interesante que el glifo nominal de Hueso Pax presente en la Estela 4 de Ixtutz, es casi idéntico al que aparece en el centro de un fragmento de panel de colección privada en Bélgica (Figura 9), por cual se ha considerado que dicho panel procede de este centro (Mathews en Mayer 1978:15).

Por otro lado, en el sitio beliceño de Buenavista del Cayo, centro subsidiario de Naranjo, en un basurero elitista, se localizó un tiesto pintado que muestra parte del glifo nominal de Hueso Pax representado en el panel mencionado (Houston, Stuart y Taube 1991:507). Consiste en una cabeza de jaguar sin mandíbula y dos huesos cruzados debajo de la fauce superior.

Los mismos elementos glíficos están registrados en un fragmento esculpido descubierto recientemente en Ixtutz. Por consiguiente, se considera que el tiesto de Buenavista también parece proceder de Ixtutz. Este tiesto podría representar parte de una vasija que llegó a Buenavista como un regalo real de Hueso Pax a uno de los gobernantes locales o bien como una pieza de intercambio. En todo caso, el tiesto parece reflejar la existencia de contactos dinásticos o comerciales entre Buenavista e Ixtutz.

Nada puede decirse de los gobernantes de Ixtonton, ya que los únicos dos monumentos que sobrevivieron al saqueo no son de utilidad para este propósito. La Estela 1 se encuentra demasiado erosionada y la 2 no contiene inscripción alguna.

Figura 8

Figura 9

        Con respecto a los gobernantes de Sacul, solo se ha identificado el glifo nominal de uno de ellos. Su lectura parece ser Ch’iyel y su nombre aparece registrado en la Estela 1 de Sacul (A8-B8; Figura 5). Ch’iyel parece haber sido el gobernante más poderoso de Sacul, bajo su reinado se erigen monumentos por primera vez y además, es muy posible que sea el responsable directo de la mayor fase constructiva del asentamiento. Las Estelas 2 y 9 también retratan a Ch’iyel. Fuera de Sacul, su nombre y retrato se observan en la Estela 1 de Ixkun (Fig. 7; A5-B5).

En cuanto al señor representado en la Estela 6, no se puede asegurar que sea el mismo gobernante, u otro, pues la datación del monumento es un tanto incierta. Además, no se cuenta con inscripciones adicionales que contribuyan a aclarar esta interrogante.

VISITAS REALES

Debido a la presencia de los glifos emblema de Ucanal y de Dos Pilas en las inscripciones de Sacul y de Ixtutz respectivamente, se ha logrado determinar que cuando menos hubo dos visitas de gobernantes de entidades políticas autónomas foráneas a señores de los centros rectores de la zona.

En la Estela 1 de Sacul se registró de manera explícita que el señor Ch’iyel recibió en 9.16.8.16.1 (760 DC) el cetro maniquí, un símbolo de poder, ante la presencia del gobernante Escudo Jaguar II de Ucanal, sitio que dista unos 36 km al noroeste de Sacul.

En el caso de Ixtutz, el glifo emblema de Dos Pilas, sitio localizado a 87 km de distancia rumbo suroeste, forma parte de una cláusula en la Estela 4, que indica la presencia de un gobernante de Dos Pilas cuyo nombre no aparece registrado, como testigo en la conmemoración del fin de periodo de Hueso Pax en 9.17.10.0.0 (771 DC), suceso que involucró la colocación de este monumento en la plaza principal del sitio.

Los dos casos arriba discutidos son registros de visitas reales que realizaban entre sí gobernantes de diferentes entidades políticas autónomas (Schele y Mathews 1991). El beneficio principal de estas actividades elitistas era quizá la creación, fortalecimiento o continuación de alianzas políticas y de linaje, favorable a los intereses de los gobernantes involucrados. La visita de señores de sitios aparentemente más poderosos, favorecía el prestigio del gobernante visitado, por lo que contribuía por consiguiente a la legitimación de su poder y al mantenimiento de su jerarquía y estabilidad del status quo.

La realización de ceremonias en común entre gobernantes locales y foráneos, constituye fuerte evidencia de que las entidades políticas del noroeste de las Montañas Mayas, estuvieron ligadas por medio de alianzas a otros sitios de las Tierras Bajas Centrales. Este fenómeno parece representar una especie de mecanismo utilizado para conservar el equilibrio político en la zona, en donde las diferentes entidades políticas autónomas debieron tener una fuerte competencia entre sí a finales del periodo Clásico.

Por consiguiente, las visitas reales parecen reflejar intercambios simbólicos que favorecen alianzas entre las dinastías de los gobernantes relacionados. El juego de alianzas señala emulaciones competitivas en el intento del gobernante de una entidad política de prevalecer sobre otros rivales.

GUERRAS

La competencia entre los centros rectores de la zona se refleja claramente en la Estela 2 de Ixkun (B11-D1 y C9), que se refiere a una guerra contra Sacul acontecida en 9.17.9.0.13 (21 de diciembre del 779 DC) y otra más, en 9.17.9.7.14 (10 de mayo del 780 DC) contra Ucanal. En ambos casos, el nombre de los adversarios se ha omitido y solo se presentan los topónimos de los sitios antagónicos.

Ciento cuarenta y un días separan a ambos eventos. Por lo tanto, es plausible que tras un fracaso inicial de Sacul, Ucanal haya intervenido en la guerra, por ser su aliado. Aunque Ixkun parece haber salido airoso de los dos conflictos, debe hacerse notar que la naturaleza e implicaciones de estas conflagraciones no pueden determinarse con precisión.

En todo caso, la rivalidad entre Ixkun y Sacul no parece haber perdurado más de una década después de la guerra, pues como ya se ha indicado, se considera que las Estelas 1 de Ixkun (Figura 7) y 2 de Sacul (Figura 10), erigidas en 9.18.0.0.0 (790 DC), representan a los gobernantes C’hiyel y Conejo Dios K, quienes parecen haber participado de manera conjunta en una guerra o expedición contra otro centro no identificado, quizá con el objetivo de hacer cautivos destinados a ser sacrificados para sacralizar una conmemoración de fin de periodo en Ixkun, ceremonia durante la cual los gobernantes realizaron un ritual de auto sacrificio y celebraron su alianza.

Por otro lado, en Sacul, en las Estelas 3 (F3-G4) y 10 (A8-B8), se encuentran otras dos referencias a guerras. En ambos casos el grado de erosión que padecen los monumentos no permite identificar la fecha del evento así como tampoco el nombre de los antagonistas. No obstante, en cuanto a la Estela 10, el hecho de que ésta parece datar del 9.18.10.0.0 (800 DC), podría dar una pista para establecer la colocación temporal de uno de los conflictos bélicos.

PEREGRINACIONES

Como ya se ha hecho referencia, la cueva de Naj Tunich, localizada en el sureste de Petén, importante centro de culto durante el periodo Clásico, contiene inscripciones pintadas en sus paredes que indican entre otras, la visita de nobles procedentes de Ixtutz y Sacul, sitios localizados más de 25 km hacia el norte de la cueva (Houston 1987:349; Escobedo 1991:41-42).

Además, vasijas del grupo cerámico Ixobel presentes en la ofrenda de la Cueva del Cerro Este de Ixkun, que fueron utilizadas para la quema de copal durante la realización de actividades rituales en la cueva, parecen enfatizar vínculos de carácter religioso con Naj Tunich, en donde esta cerámica es bastante común (Brady 1989; Escobedo 1992).

Las peregrinaciones a lugares sagrados eran sin duda parte integrante de la religión Clásica y las cuevas parecen haber sido lugares particularmente favorecidos por los peregrinos. Además, quizá fueron territorios políticamente neutrales donde aliados y rivales podían acudir de manera pacífica (Houston 1989:26).

Figura 10

CONSIDERACIONES FINALES

Se considera que en la parte final del periodo Clásico Tardío, como resultado de un cambio cualitativo en la complejidad de la organización sociopolítica en la zona noroeste de la Montañas Mayas, coexistieron cuatro entidades políticas autónomas: Ixtutz al oeste, Ixkun al norte, Ixtonton al centro y Sacul al este. Estas entidades quizá constituyeron comunidades interdependientes ligadas en una red económica. Se les ha catalogado como centros rectores porque a diferencia del resto de asentamientos de la zona, presentan monumentos tallados, grandes plazas ceremoniales con diversos arreglos arquitectónicos, calzadas y juegos de pelota.

El cambio cualitativo en la organización sociopolítica se refleja de manera más evidente en la dedicación de monumentos esculpidos, tradición hasta entonces ausente en la zona. Sacul e Ixtutz utilizan glifos emblemas propios para expresar su autonomía política. Los otros dos, aunque todavía no determinados por diversas razones, probablemente también emplearon sus propios glifos emblema.

Las interacciones de las entidades políticas de la región con otras más alejadas y con inscripciones un tanto más tempranas, tales como Dos Pilas y Ucanal, podrían haber contribuido a la aceleración de algunas transformaciones organizativas en la zona, pero no puede descartarse que también podrían ser un producto y no un resultado de dichos cambios. Estas transformaciones pudieron haber implicado una mayor necesidad de la élite por bienes exóticos como marcadores de status, lo cual debió tener impacto en la intensidad del intercambio extrarregional

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A nivel intraregional, los monumentos de los cuatro centros muestran elementos iconográficos y estilísticos similares entre sí y a nivel externo con Naranjo, Ucanal, Machaquila, Xutilha, Ceibal y Dos Pilas. Ixtutz refleja una alianza política con Dos Pilas y ligera similitud estilística con Machaquila, lo que lo liga con la región suroeste de Petén. Ixkun y Sacul, muestran mayores analogías estilísticas con Naranjo y Ucanal, lo que los asocia con la región centro-este de Petén. Se conoce la existencia de una alianza entre Sacul y Ucanal.

En el transcurso de una o dos generaciones, los gobernantes de la zona parecen haber conducido intensos programas constructivos en sus centros respectivos, erigieron monumentos conmemorativos a sí mismos, en donde se les representó ataviados de manera suntuosa con parafernalia marcial como señores victoriosos sobre sumisos prisioneros atados y establecieron alianzas con entidades políticas ajenas a la zona, para intentar de esta forma alcanzar la hegemonía sobre las entidades políticas vecinas.

Entre el 760 DC y el 825 DC, las relaciones entre las unidades políticamente autónomas del noroeste de la Montañas Mayas fueron fuertemente competitivas. La zona parece haber sufrido los efectos retroactivos disociadores que se operaban en otras partes de las Tierras Bajas Mayas. Este fenómeno surge posiblemente como parte de un proceso continuo de fragmentación de entidades políticas experimentado por los centros de las Tierras Bajas Centrales en el transcurso del periodo Clásico.

Finalmente, quizá la mayor exigencia de las élites gobernantes por bienes exóticos y fuerza de trabajo para la realización de construcciones monumentales, las guerras y el fuerte incremento poblacional que podrían haber conducido a un agotamiento de recursos básicos para la subsistencia, ocasionaron un nuevo cambio en la organización sociopolítica, ya que luego del 825 DC, todos los centros de la zona cesan de erigir monumentos pero no son abandonados. La población y la construcción parecen haber continuado con cierta trascendencia durante el Clásico Terminal, pero al final de ese periodo por razones aún indeterminadas, los centros rectores de la zona son finalmente despoblados.

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