58. El cambio se avisora en Waka’: K’abel, la historia de una reina Maya en el entorno sociopolítico y religioso del  Clásico Tardío en el occidente de Petén

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El cambio se avisora en Waka’: K’abel, la historia de una reina Maya en el entorno sociopolítico y religioso del  Clásico Tardío en el occidente de Petén

El Perú, sitio arqueológico del occidente de Petén llamado antiguamente “Waka’”, se sitúa a 146 m SNM en la cima de la escarpa que regionalmente delinea el norte de Petén de este a oeste. La ciudad se levanta donde la escarpa se curva hacia el norte y deja el amplio y tranquilo río San Pedro Mártir para continuar su viaje al oeste, hacia México. El emplazamiento marca una entrada hacia el interior del corazón de Petén, yendo al este a lo largo del río en que el Kaloomte’ (guerrero supremo) Sihyaj K’ahk avanzó en enero de 378 DC, para establecer un nuevo “orden” (Stuart 2000), primero en Waka’ pasando por Bejucal y Naachtun para luego arribar a Tikal. La Estela 15 de El Perú declara el arribo de este extranjero afiliado a Teotihuacan e indica que realizó una ceremonia en un lugar Wite’, que es claramente una referencia al Santuario de Fuego Wite’ Naah (Guenter 2005, Stuart 2004, Taube 2004, Fash et al. 2009) aunque los glifos son sólo parcialmente legibles (Fig.1). La Estela 15, dedicada en 416 DC, es una de las referencias públicas más tempranas a un Wite’ Naah; por otra parte, la Estela 16 de El Perú, dedicada en 470 DC, representa póstumamente a Sihyaj K’ahk portando un bulto simbólico de fuego en su brazo izquierdo (Freidel et al. 2007).

Fash et al. (2009) identificaron la Pirámide del Sol en Teotihuacan como el primer Santuario de Fuego Wite’ Naah de aquella ciudad, y su evidencia iconográfica provino principalmente, de la larga plataforma santuario adosada a este edificio (complementada ahora por el descubrimiento de un incensario de fuego monumental en la cima de la Pirámide del Sol). En Waka’ se ha propuesto la hipótesis de que la Estructura M13-1 fue el Santuario de Fuego Wite’ Naah en el centro de esta ciudad, con base en la referencia a Sihyaj K’ahk en la Estela 15 y el lugar con mas celebraciones públicas documentadas, así como la evidencia arqueológica recuperada en 2012 (Navarro-Farr et al. 2013).

La gente de Waka’ construyó un segundo santuario adosado, ahora en la Estructura O14-04, en la parte más alta de la escarpa denominada El Mirador, un prominente grupo arquitectónico de la ciudad. Se han discutido los argumentos en cuanto a la identificación de estos edificios como Santuario de Fuego Wite’ Naah en informes anuales anteriores, así como disertaciones, artículos y capítulos en libros (ej. Rich 2011, Navarro-Farr et al. 2013; Rich y Farr en prensa, Rich et al. 2011, Pérez Robles y Navarro-Farr 2013, Pérez et al. 2014). A la luz de las investigaciones e interpretaciones de Nawa Sugiyama (2014) y Saburo Sugiyama (2014) en Teotihuacan, ahora se refuerza la idea de que los dos santuarios adosados de Waka’, tuvieron funciones y significados distintos pero complementarios, tal y como las Pirámides de la Luna y El Sol en Teotihuacan.

La Estructura M13-1, es una estructura compleja consistente en una pirámide principal que a lo largo del tiempo de ocupación de la ciudad fue modificada y ampliada con una serie de construcciones entre las que destaca la denominada “Adosada”, para hacer de este importante lugar una especie de miniacrópolis que fue venerada permanentemente por las élites de la ciudad y su población. Esta construcción presenta un fogón monumental en la versión final del santuario que es precisamente una de las razones para interpretarla como un Santuario de Fuego. Otra razón es la asociación directa de la última remodelación de la primera plataforma de la adosada que posee algunos fragmentos de la Estela 9 del Clásico Temprano (504 DC) en su lado norte y cuya inscripción hace referencia directa al Wite’ Naah y representa al gobernante, solamente conocido por su titulo Yopaat Chan, parado sobre una Montaña de Fuego con el dios Sol emergiendo de la boca de una serpiente.

A la luz de las investigaciones en curso, se considera que el culto en el Santuario de Fuego Wite’ Naah en Waka’ fue introducido en “la Entrada” en este tipo de santuarios también documentados en otras partes de las Tierras Bajas de la civilización Maya, principalmente en Copán y Tikal; siendo un culto que disfrutaba de estatus y prestigio especial a lo largo de la región y a través del tiempo.

La ciudad de Waka’ fue un foco de intenso interés político por parte de Tikal y sus adversarios del Estado Kaan durante el periodo Clásico y el prestigio del culto Wite’ Naah fue una posible razón. Otra buena razón para tal interés fue sin duda, la ubicación del reino de Wak sobre el Río San Pedro y su posible mandato en la extensión al este de esa ruta que unía Tikal con el oeste. Los reyes Kaan también hicieron de Waka’ un baluarte esencial iniciando en el Siglo VI sobre la ruta terrestre de norte a sur a través del oeste de Petén que se conoce como Camino Real.

El culto del Santuario de Fuego Wite’ Naah en Waka’, y particularmente como se representa en la Estructura M13-1, pareciera que permanece constante aún después del colapso de la dinastía gobernante hacia los siglos noveno y décimo (Navarro-Farr 2009). Se piensa que este fue un posible centro de peregrinación de importancia regional debido al culto Wite’ Naah de Waka’, aparentemente, el primero fundado por Sihyaj K’ahk en el mundo Maya.

La naturaleza fundamentalmente agrícola del culto Wite’ Naah, complementada por su aspecto de guerra, los rasgos calendáricos y estacionales de la religión estatal de bases teotihuacanas, venía incrementándose (S. Sugiyama 2014; N. Sugiyama 2014). Además, la evidencia de sequía temprana en el Siglo IX, los rasgos agrarios del culto Wite’ Naah, bien pudieron haber atraído muchos adoradores a Waka’ en los momentos críticos del ciclo agrícola y la fama y duración del culto Wite’ Naah en Waka’ pudo haber sido el punto de referencia para el desarrollo del cerro de El Mirador como una manifestación sagrada complementaria de este culto, como se verá enseguida.

Precisamente, investigaciones en el Grupo Mirador de Waka’ demuestran que este cerro se ubica directamente al sur de un gran bajo y pudo haberse concebido como una montaña de agua, un concepto sugerido por Vernon Scarborough (1998) y por Lisa Lucero (2006) para Tikal y otras ciudades del Clásico Maya.

Los Mayas de las Tierras Bajas tenían la noción de Montaña de Agua al menos desde los tiempos del Preclásico Tardío (Freidel, Schele y Parker 1993) y los Olmecas empezaron a expresar la idea de este lugar desde el Preclásico Temprano (Schele 1995), lo que la convierte en una idea pan-mesoamericana muy antigua.

La Pirámide de la Luna es claramente una efigie del Cerro Gordo, el volcán extinto con arroyos basales que emergen sobre Teotihuacan. Cerro Gordo es el punto de referencia natural para altepetl allí. La Pirámide del Sol, por otro lado, es una montaña artificial que se yergue solitaria con una cueva artificial subyacente. En el área Maya, la noción más compleja que incluye la Montaña Sagrada está representada en el periodo Preclásico Tardío sobre el muro norte del Edificio de las Pinturas en San Bartolo, tal y como lo analizaran William Saturno, Karl Taube y David Stuart (Saturno et al. 2005). Esto podría demostrar que los Mayas de Waka’ bien pudieron haber pensado en su cerro como una montaña de creación múltiple antes de la entrada de Sihyaj K’ahk. Luego de su arribo, este personaje debió establecer en el lugar de la Estructura M13-1, el edificio ancestral de veneración como un Santuario de Fuego Wite’ Naah, equivalente a la Pirámide del Sol, y el lugar del cerro del grupo El Mirador como un altepetl o Montaña de Agua y Cerro Gordo. Esto puede ser valedero para el diseño de santuario adosado de la Estructura O14-04 en el medio de la cima del cerro de El Mirador.

La analogía entre Teotihuacan y Waka’ está lejos de ser perfecta. El eje de Teotihuacan es principalmente norte-sur, mientras que en Waka’ es este-oeste. En el modelo de Nawa Sugiyama (2014) el este en Teotihuacan está asociado con lo masculino y el sol, mientras que el oeste está asociado con lo femenino y la luna. En Waka’, el Santuario de Fuego Wite’ Naah está al oeste respecto de O14-04 y está asociado tanto con el dios Sol como con la diosa Luna según está escrito en la Estela 44 de El Perú, descubierta en 2013 (Pérez et al. 2014).

La Estructura O14-04 tenía ofrendas funerarias del Clásico Temprano que se relacionan con mujeres y con el agua (Rich 2011, Freidel et al. s.f.). Aunque hay evidencia de actividad Preclásica en O14-04, la plataforma adosada del santuario allí, con su orientación al noroeste, data del periodo Clásico Temprano.

El cerro de El Mirador se orienta norte-sur, igual que la Pirámide de la Luna. La orientación oeste de la Estructura M13-1 (Fig.2) tiene paralelismo a la orientación oeste de la Pirámide del Sol. La orientación de la Estructura O14-04 hacia el centro de la ciudad bien pudo haber sido asignada para ligar los dos santuarios adosados como en el culto Wite’ Naah de Teotihuacán.

Si el Kaloomte’ Sihyaj K’ahk estableció el cerro de El Mirador de Waka’ como su altepetl en el mismo momento que estableció el templo principal de la ciudad como su Wite’ Naah, que se habría erigido para su dominio y gobierno en las Tierras Bajas Mayas en la forma que el Cerro Gordo se erige para el dominio de Teotihuacan en las Tierras Altas; éste sería un punto de referencia del cual Simon Martin y Nikolai Grube (2008) condicionan el Nuevo Orden. Sin duda Tikal también tuvo su Santuario de Fuego Wite’ Naah, pero carece de un promontorio natural como el cerro de el Mirador en Waka’. Es posible que el Grupo de la Pirámide de Mundo Perdido (Laporte y Fialko 1990, 1995) fuera usado por los teotihuacanos como su versión local de altepetl, pero aunque es grande la venerable pirámide radial no hay comparación en escala con el cerro de el Mirador en Waka’. Copán seguramente tuvo una serie de Santuarios Wite’ Naah en la Estructura 10L-16 (Taube 2004) y un santuario en la cima comparable con el estilo teotihuacano.

La plataforma adosada de O14-04 ya mencionada, contenía una tumba del Siglo VII, denominado Entierro 39 que corresponde a un gobernante que probablemente fue el predecesor del rey de Wak K’inich Bahlam II. Se cree que el ocupante era un hombre debido al hallazgo de 23 extraordinarias figurillas que parecen mostrar un ritual funerario en el cual el personaje principal es justamente un hombre penitente adornado como el dios del Maíz (Rich, Matute y Piehl en prensa, Rich 2011). Se sabe, a partir del descubrimiento de la Estela 44 en 2013, que Waka’ había sido vasallo de los señores Kaan desde la mitad del Siglo VI. Es probable que el rey que presidía el funeral sea el señor de Kaan, Yuknoom Ch’een II, quien reinó gran parte del Siglo VII, entre 636 y 686 DC, K’inich Bahlam II fue puesto en el poder de Waka’ por este Señor y su nombre es aquel que Sihyaj K’ahk tomó como vasallo cuando estableció su autoridad sobre Waka’ en 378 DC.

Por otra parte, la Estela 1 de El Perú fue colocada frente al santuario adosado sobre la cima del cerro de El Mirador y fue dedicada en el jubileo del Hotun de 657 DC. Ésta, muestra un gobernante con la vestimenta auspiciada por el jaguar-sol, misma que porta K’inich Bahlam II en otras dos estelas, por lo que es bastante probable que sea la representación de éste como un rey joven (Guenter 2005). Justo como Sihyaj K’ahk conquistó Tikal desde Waka’, así Yuknoom Ch’een II derrotó a Tikal en 657 DC, poco después de la asunción de su nuevo vasallo en Waka’. Tal como Rich, Matute y Piehl (en prensa) sugieren, la cima del cerro de El Mirador fue un poderoso lugar de recordación.

Hasta el reciente e importante descubrimiento de un retrato de Yuknoom Ch’een II en un escalón en La Corona (Stuart 2012) la única representación de este gran rey estaba en un recipiente saqueado con tapadera para beber, que también muestra a una de sus esposas (Prager 2004). Una inscripción en un lado de la vasija nombra al rey. La inscripción en la tapadera del recipiente nombra a la vasija y evidentemente a su dueño como “k’awiil wak chan witz”, el del lugar del trono de piedra chi, el del Wite’ Naah”. Prager sugiere que este debe ser un señor Kaan ancestral, quizá el fundador. Sin embargo, Martin (2005) ha mostrado que el sucesor de Yuknoom Ch’een II, Yuknoom Yich’aak K’ahk’, probablemente su hijo, se refiere a su predecesor como “k’awiil”, o espíritu. El siguiente sucesor de Kaan también se refiere a Yuknoom Ch’een por este título.

La Estela 20 de El Perú está muy fragmentada, pero contiene la expresión glífica mejor preservada, después de la Estela 44, y consiste en la fecha de nacimiento de Yuknoom Ch’een II y retrata a un gobernante con una gran antorcha humeante en su cabeza, el símbolo de k’awiil usado para retratos póstumos de los gobernante Mayas.

Grube (2005) ha sugerido que el Lugar del Trono de Piedra Chi se refiere al viejo centro de El Mirador del estado Kaan del Preclásico, por lo que este sería un titulo apropiado para Yuknoom Ch’een II como un gobernante del Clásico Tardío de Kaan. “El del Wite’ Naah” también haría sentido como un titulo para este rey y su Santuario de Fuego Wite’ Naah que estaba en el templo de la ciudad de Waka’, donde se descubrió el Entierro 61, la tumba de la Reina K’abel, su probable hija. El nombre completo de esta persona es K’awiil Wak Chan Witz, Espíritu Establecido o Parado en la Montaña Cielo. Dada la presencia del título Wite’ Naah en esta frase, una posibilidad es que este es el nombre del cerro de el Mirador en Waka’.

Un referente importante de la antigua ciudad de Waka’ es la Estructura M13-1. Probablemente la construcción de las primeras etapas de esta estructura podría haber iniciado en el Preclásico, cuando se funda la ciudad, ya que se ha documentado su veneración a lo largo de prácticamente toda su historia, trascendiendo filiaciones políticas, élites e incluso épocas pos-dinásticas. Los datos histórico-arqueológicos sugieren a esta estructura como templo principal de la ciudad, el lugar místico del culto al fuego sagrado y un sitio ancestral de veneración.

Tras 10 años de investigaciones arqueológicas, en 2012 se iniciaron los trabajos de investigación de arquitectura temprana en la estructura Adosada de M13-1. Las excavaciones, aún en curso, evidencian hasta la fecha, una secuencia arquitectónica que consiste en la estructura superficial denominada La Adosada, construida sobre otra estructura llamada Sub I fechada preliminarmente para el Clásico Tardío y esta a su vez, encima de otra estructura denominada Sub II, probablemente de los inicios de ese mismo periodo.

Bajo la Sub I y en seguimiento a rasgos de la arquitectura, se descubrió un colapso de tierra en un área sensible de rellenos de mala calidad que fue limpiada cuidadosamente, dando lugar a la localización de una cámara funeraria construida de manera intrusiva dentro de la gradería principal de esta subestructura.

 

La sepultura de la Reina

 

La cámara funeraria de 3.70 m de longitud este-oeste y 1.70 m norte-sur, contuvo el enterramiento de una persona de edad madura de sexo femenino colocada en decúbito dorsal extendida con el cráneo hacia el este; el brazo izquierdo se localizó con la mano sobre el pecho; mientras que el brazo derecho ligeramente flexionado con la mano sobre la pelvis. La persona enterrada aquí se encontraba sobre una banca de piedra estucada sobre la que se colocó una serie de textiles y plumas, cuya impronta quedó plasmada en la superficie lateral de esta banca. Este hallazgo se denominó Entierro 61 (Fig.3).

Acompañando a este personaje de alto rango se localizó una serie de ofrendas funerarias consistentes en vasijas cerámicas, figurillas de piedra, conchas spondylus, jade, obsidiana, alabastro, lítica, perlas, huellas de textiles y plumas y huellas de petates, fragmentos de madera, así como otros materiales perecederos aún no identificados. Las ofrendas localizadas en este entierro se encontraron en grupos ubicados en los pies, cercanos a las rodillas, contiguos y sobre la pelvis, a la par del tórax y arriba de la cabeza. A continuación, una descripción de cada una de las vasijas y objetos de los diferentes conjuntos.

 

El conjunto de la serpiente

 

Lo conforma un plato cerámico Palmar Naranja Polícromo en cuyo fondo se observa la figura de una serpiente de guerra, representación teotihuacana de la serpiente emplumada, el Uaxac Lajun uba’ kan asociado también con el Wite’ Naah, con el dios de los 18 meses del año, la agricultura, el dios solar, la guerra y la lluvia (Fig.4). El significado de la ubicación de este plato puede significar a la reina aquí sepultada de pié sobre el lugar del dios de la guerra o Wite’ Naah; donde ella como guerrera suprema o K’aloomte, invoca a los dioses de la guerra de forma perpetua para que defiendan a su gente en contra de los enemigos.

Un vaso negro del tipo Chilar Acanalado localizado en el mismo conjunto, podría ser un objeto que fue tomado de la tumba de alguno de sus antepasados, probablemente de la gran Señora Ikoom del Siglo VI del Clásico Temprano.

Una tapadera con asa que posee un símbolo de Yax, que significa azul o verde, nuevo o primero. El asa se complementa con un vaso y un cuenco revestidos de estuco azul, contenidos a su vez dentro de otro cuenco crema que presenta en su interior la huella de algún líquido que alguna vez contuvo. El símbolo de la tapadera aquí encontrado, además puede interpretarse como la flor del alma resplandeciente (Sak Nikte’), pues cubría el vaso del cual bebía K’abel y cuando lo hacía depositaba también su aliento de vida, su alma en el. Es probable que este conjunto fuera parte de regalos diplomáticos del rey de Tikal.

 

El plato/escudo

 

Por aparte, un impresionante plato rojo y negro sobre naranja de funciones adivinatorias y colocado a manera de escudo sobre el pecho de la reina tiene puntos negros en el borde y en el fondo que representan fichas o “tokens” de adivinación. Además tiene la representación de cormoranes que también son perfiles polimorfos del espíritu vivo animal y diseños de agua que representan guerra, Tok Pakal o Garra/Pedernal Escudo, que implica la protección no sólo del cuerpo, sino también del reino (Fig.5).

K’abel aparece representada con su escudo en la Estela 34, sin embargo, en la figurilla del Entierro 39, también está representada con un plato dividido en secciones y un objeto en el centro que empleaba para adivinar. Además portaba en esa misma mano una tela que podía contener o no, elementos sagrados como huesos, piedras y joyas, entre otros, que sustentaban su estatus de poder.

 

El espejo de pirita

 

Un espejo de pirita y pizarra que a pesar de estar muy deteriorado por la oxidación de la pirita, se logró su restauración en un buen porcentaje. El espejo presenta en su superficie, la representación de un ciempiés. En el aún se observa un ojo, un ala, la cabeza, las mandíbulas o colmillos y cola.

 

Las conchas Spondylus

 

Dos conchas Spondylus se localizaron en la sepultura. Una en la zona de su cinturón que representa la matriz cósmica de la diosa de la luna, tal y como la concha que porta en su representación de la Estela 34 que pende de su cinturón. En esa estela, la reina se encuentra ataviada con el traje de la luna y del dios del maíz, que significa renacimiento, además de los ciclos de la luna y el periodo menstrual de las mujeres como símbolo de fertilidad cada mes. Otra concha se localizó a un costado de su pierna izquierda.

 

Las figuras de piedra de cueva

 

Una figura antropomorfa de piedra de cueva localizada en el área pélvica se asocia con el dios Akan Yax Uh, o Luna Azul Akan (Fig.6); la posición de esta figura se puede interpretar como que la Reina, en un alumbramiento perpetuo, da a luz al dios. Este dios sostiene en su mano derecha, un hacha con la cual se corta la cabeza, y de ella fluye sangre, aquí representada por el color rojo del cinabrio. Akan es uno de los dioses rectores y espíritu guía de los reyes de Waka’ juntó a Kinich Ahau y Ox Uh. Es un dios del Wite’ Naah, borracho y también asociado con la guerra y la muerte.

El hallazgo de una figurilla zoomorfa de piedra fue una verdadera sorpresa en el análisis de laboratorio. La figurilla es un mamífero no identificado, un espíritu guía y acompañante personal de la Reina, tallado en ónix bandeado procedente de una cueva. Se encontró en el interior de un cilindro grande colocado por encima del tocado de ella.

 

La Joya Principal

 

En el centro de su pecho se localizó la Joya Principal, que es una pieza maestra del arte Maya. Conformada por dos piezas: la inferior es el retrato de K’abel como mujer joven portando una diadema o banda en la cabeza de la cual pende una tonsura o fleco que la asocia a las representaciones del dios del maíz (Fig.7). La pieza superior es una cuenta tubular tallada que representa al dios C, que es un dios solar con ojos bizcos y dientes de tiburón. Representa además el árbol de la vida. En su conjunto, la joya principal representa a la Reina convertida en la raíz y sustento del árbol de su reino Waka’ y a su vez renaciendo ella como dios del maíz.

Esta joya es un objeto personal que probablemente la acompañara desde su salida de Calakmul casi cincuenta años antes, la cual estaba perforada y probablemente se colocaba en una vara de madera para sus rituales de adivinación.

 

La máscara de jade

 

Una máscara de jade conformada por un mosaico de jade, concha y obsidiana y que representa al dios del maíz se encontró en el lado izquierdo de su tocado, tal y como se observa en la imagen de la figurilla de cerámica con su efigie. Por tal razón se cree que ella fue enterrada portando el tocado con el que fue representada en la Estela 34. Muy probablemente sea una máscara que representa al dios del maíz.

 

La diadema de concha

 

Conjunto compuesto por 39 fragmentos rectangulares tallados y perforados de concha Spondylus y Nacar que se localizó en la parte baja de la banca de piedra. Estos fragmentos fueron depositados junto con dos agujas de hueso y probablemente sean parte de los artefactos para uso de K’abel como escribana. De hecho, artefactos como éste se han representado en figurillas y esculturas en el área Maya, haciendo referencia a este oficio. Un claro ejemplo de cómo pudo haber sido es la escultura del escribano que se encuentra en el museo arqueológico de Copán.

 

El conjunto de los emblemas de poder (Fig.8)

 

Un conjunto por demás significativo está compuesto por un vaso con la efigie pintada de la deidad K’awil; este vaso es muy especial ya que su estilo denota un tipo de manufactura procedente de Tikal; probablemente se trata también de un regalo otorgado por su enemigo mortal de aquel entonces, Yikin Chaan Kawil, quien derrotara y sacrificara al hermano de la reina K’abel. K’awil es el espíritu principal, una fuerza que se mueve y que se representa con el relámpago. Es un dios de la realeza y es una fuerza poderosa, una fuerza de vida.

En este mismo conjunto se localizó una botella miniatura con glifos. Este es otro regalo que la reina llevaba consigo y procedía probablemente de Copán, pudiendo tratarse de otro obsequio de un gobernante muy lejano. Esta vasija miniatura era una tabaquera, importante elemento para los Mayas que era empleado para alterar el estado de conciencia en algunos rituales.

La tercera pieza de este conjunto fue una pequeña vasija efigie de alabastro con tapadera (Fig.9). Esta pequeña vasija es un contenedor de cinabrio el cual también representa la sangre real. En ésta, el alabastro fue tallado en forma de la concha de un caracol, que fue un objeto frecuentemente empleado para contener los pigmentos que usaban los artistas y escribanos. La mitad de la izquierda está pintada de color negro, mientras que la mitad derecha de color rojo. Además, en la parte frontal tiene tallado el rostro de una mujer anciana, probablemente un ancestro de la realeza que lleva en su mano visible un instrumento para escribir o pintar. Adicional a la belleza de la talla en esta singular vasija, en su parte posterior posee una inscripción, un breve texto tallado desde la mitad superior de la tapadera hasta la base. El texto se compone de cuatro jeroglíficos que se han leído por Stanley Gunter y David Freidel como “esta es su morada o su casa, seguido de otro glifo aun no descifrado que indica probablemente el nombre del contenido de la vasija, continúa con el nombre personal de la Señora Lirio Acuático Mano (K’abel) finalizando con el texto Divina Señora de Kaan».

La Señora K’abel, además de ser una sacerdotisa ostentaba el título de K’alomtee, la más alta jerarquía militar, con dotes de escribana, aspecto que reforzaba aún más su rol de profetiza, siendo capaz de leer las palabras de sus antepasados, las palabras de los reyes muertos y de escribir sus predicciones, por eso tenía también su vasija para pintar.

 

Discusión

 

Eppich (Comunicación personal 2015), ha visto que el conjunto cerámico en el Entierro 61 es un tanto inusual, ya que se trata del entierro de un individuo de alto estatus, pero parece carecer de un número significativo de piezas de alta calidad, como ha ocurrido en otros enterramientos reales encontrados en el sitio. El periodo de tiempo más probable para este conjunto es entre el principio y mediados del Siglo VIII. Esto se basa en varios factores:

Primero: El vaso negro Chilar Acanalado, bastante común para el séptimo y octavo Siglo en Tikal. Este recipiente tiene una serie de similitudes con en particular con los cilindros Molino Negro de los Entierros 8 y 37 de Waka’.

Segundo: La pequeña botella de tabaco con glifos moldeados. Si bien existen muchos ejemplos de estas vasijas en el Archivo Kerr, la mayoría son de contextos de saqueo. Los pocos ejemplos que poseen contextos arqueológicos son del Siglo VIII. En Waka’, la mayoría de las botellas de rapé se localizan en contextos del Clásico Tardío y la mayoría también para el siglo octavo. Puede haber un recipiente similar de Calakmul, pero los datos todavía no han sido localizados.

Tercero: Un pequeño vaso estucado y pintado con tapadera y asa en forma de flor son ejemplos de elementos cerámicos raros. Una tapadera idéntica se recuperó en el Entierro 128 de Altar de Sacrificios. Aquella tiene una fecha segura epigráficamente que corresponde al 716 DC, de nuevo al siglo octavo.

Cuarto: Un gran cilindro del tipo Infierno Negro que posee una forma característica de los talleres de la tradición cerámica de Waka’, muchos de los cuales se han recuperado de la Estructura L13-21 en el Grupo de Paal, otro contexto Siglo octavo.

Cinco: Las probables vasijas del tipo Kanalcan: dos cuencos y dos vasos. Es un tipo cerámico muy raro e inusual, y casi todas las vasijas Kanalcan que se conocen provienen sólo de Tikal. Éstas aparecen en contextos de tumbas del siglo octavo, incluyendo los Entierros 116 y 196 de Tikal. Hasta la fecha, se trata de la única vez que este tipo de cerámica se ha localizado en Waka’. Es probable que estas sean importaciones procedentes de los talleres de cerámica del mismo Tikal.

Seis: El plato-escudo Palmar Naranja Policromo de base plana. Corresponde a formas y diseños del Clásico Tardío. Carece de los soportes conocidos de dichos platos para Tikal, tiene la base plana mucho más comúnmente usada en el resto de sitios del mundo Maya. Los elementos de diseño son sólidamente del Clásico Tardío, y aunque hasta ahora no se ha recuperado este tipo de platos en otros contextos de Waka’, hay uno muy semejante que se encontró en el Entierro 4 de Calakmul que acompañaba los restos de Yuknoom Yich’akh K’ahk’, probablemente su hermano (c. 649-696 DC).

 

Kaloomte K’abel

 

Hoy se sabe que K’abel nació alrededor del año 635 DC en el Reino Kaan; creció y fue educada en el palacio de Chiik Naab (Lago Serpiente), en Calakmul. Esta fue la capital donde se encontraba la corte real de su padre Yuknoom Ch’een El Grande, quien reinó desde el 636 y hasta el 686 DC.

Yuknoom Ch’een era quien regía a los reyes de Waka’, debido a que esta ciudad antigua controlaba el tráfico de canoas sobre el río San Pedro Mártir, una de las mayores rutas comerciales entre el este y oeste de la región. Waka’ se encontraba estratégicamente ubicada en el camino Real que Yuknoom Ch’een había creado desde Calakmul, al norte, y hasta Cancuen, en el sur de Petén. Empezando alrededor del 650 DC, estableció reinos leales a él a lo largo de esta ruta, utilizándola también para su campaña bélica en contra de Tikal, su gran adversario.

Yuknoom Ch’een llegó a Waka’ cerca del año 650 DC a presidir el funeral del rey muerto, allí nombra al hijo de éste como nuevo gobernante con el nombre de K’inich Bahlam II, en honor a un rey anterior del reino de Waka’, y entonces casa a su hija con el joven soberano. Juntos, K’aloomnte K’abel y K’inich Bahlam II, logran mantener y defender la región norte del Camino Real de Yuknoom Ch’een a lo largo del Siglo VII. Ellos reinaron en una época dorada para Waka’, pero que también fue una época de conflictos de guerra e incertidumbre política.

K’abel gobernó como una de las más grandes reinas Mayas del periodo Clásico. Ella fue una gran guerrera de Waka’ durante las guerras del Siglo VII, protegiendo la parte noroeste de Petén y, aunque otras reinas ostentaban el título de Guerreras Supremas (K’aloomte), ella jugó un rol vital en la historia de la civilización del Clásico Maya de la región también como sacerdotisa y escriba.

La Reina K’abel erigió una de las más hermosas estelas de Waka’ en el 695 DC, conocida en la actualidad como la Estela 34, más grande e imponente que la estela de su esposo K’inich Bahlam II erigida el mismo año. Para este entonces, su hermano Yuknoom Yich’aak K’ahk’ era el nuevo Rey de Calakmul y en esta estela de Waka’ también se celebra este evento.

Kaloomte’ K’abel y K’inch Bahlam levantaron nuevas estelas en el 702 DC, que recordaban a una gran reina de Waka’ del Siglo VI, la Señora Ikoom. Ellos continuaron desafiando de esta forma a Tikal.

En algún momento entre el 702 y el 711 DC, K’abel muere y es enterrada por K’inich Bahlam II en el Santuario de Fuego de Waka’.

Las honras fúnebres de K’aloomte K’abel fueron majestuosas. Su sepultura, construida de forma rápida, evidencia el gran amor de los suyos. La banca de piedra recubierta de estuco blanco fue adornada con grandes lienzos de tela bordada y varias capas de plumas de aves; seguido de una serie de petates sobre los cuales se colocó una base de madera a manera de camilla donde descansaría su ya viejo cuerpo. Ella, seguramente estaba ataviada con sus mejores galas y emblemas de poder, muchos de los cuales le habían acompañado a lo largo de su vida.

El conocimiento de K’abel como pieza fundamental de la historia del sitio en el Clásico Tardío ha permitido conocer aspectos de la agitada vida política y religiosa de Waka’. Futuras investigaciones se encaminarán a atar estos nuevos datos con la información ya conocida del sitio y, seguramente la correlación de fechas y sucesos, aunado a la evidencia material de todos los sectores de esta antigua e importante ciudad del occidente de Petén, está ya permitiendo entender, poco a poco la intrincada relación de eventos guiados por reyes y reinas como K’inich y K’abel, en el marco de un gobierno de cambios estratégicos que buscaban la sobrevivencia de su ciudad y de su gente.

 

Referencias

 

Fash, William L.; Alexandre Tokovenine y Barbara W. Fash

2009   The House of New Fire at Teotihuacan and its Legacy in Mesoamerica. En The Art of Urbanism, How Mesoamerican Kingdoms Represented Themselves in Architecture and Imagery (editado por William L. Fash y L. L. Lujan), pp. 201-229. Dumbarton Oaks Research Library and Collection Washington DC, distribuido por Harvard University Press.

 

Freidel, David A.; Héctor L. Escobedo y Stanley P. Guenter

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Fig. 1: Réplica de la Estela 15 de El Perú-Waka´ (Fotografía de Juan Carlos Pérez).

 

Fig. 2: Mapa del núcleo de Waka´. En el círculo se observa la Estructura M13-1 (Dibujo de E. Tsesmeli).

Fig. 3: Entierro 61 de El Perú-Waka´, la sepultura de la Reina K´abe (Fotografía de F. Castañeda).

Fig.4: El plato polícromo con la imagen de Uaxac Lajun uba’ kan (Fotografía de Griselda Pérez).

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Fig. 5: Plato Saxche Palmar que fuera colocado sobre el pecho del individuo del Entierro 61 de Waka´ (Fotografía de Juan Carlos Pérez).

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Fig. 6: Figura antropomorfa de piedra que representa al dios Akan Yax Uh, o Luna Azul Akan. Es uno de los dioses acompañantes y espíritu guía de los reyes de Waka’ juntó a Kinich Ahau e Ix Uh. Es un dios del Wite´ Naah, borracho y también asociado con la guerra y la muerte (Fotografía de Juan Carlos Pérez).

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Fig. 7: La joya principal, en este caso la cabeza tallada, probablemente representa a K´abel en su juventud como diosa del maíz (Fotografía de Juan Carlos Pérez).

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Fig. 8: El conjunto de los emblemas de poder junto al muro norte de la cámara funeraria del Entierro 61 durante la excavación (Fotografía de Juan Carlos Pérez).

a)
b)

Fig. 9: a) Detalle de la parte frontal de la vasija con la efigie de una persona anciana; b) Detalle de la inscripción jeroglífica en el dorso de la vasija (Fotografía de Juan Carlos Pérez).