31. El crecimiento de Chuitinamit y la transición Clásico a Postclásico en la cuenca de Atitlán, Sololá

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El crecimiento de Chuitinamit y la transición Clásico a Postclásico en la cuenca de Atitlán, Sololá

Introducción

 

Tras un largo periodo de abandono, el rico patrimonio arqueológico del Lago de Atitlán está finalmente recibiendo la atención que merece. Algunos proyectos recientes llevados a cabo en sitios como Samabaj (Medrano 2009; Medrano y Samayoa 2010) y Semetabaj (Alvarado Galindo y Bustamante 2013; Rick y Escobar 2006) por ejemplo, han empezado a revelar la importancia del lago durante los tiempos Preclásico Medio y Preclásico Tardío. Además, excavaciones de rescate llevadas a cabo en el asentamiento de Chuk’muk, después del paso del huracán Stan en 2005 y la tormenta tropical de Agatha en 2010, han manifestado la prominencia de este centro durante el periodos Clásico Temprano y Clásico Tardío. Por último, los reconocimientos sub-acuáticos realizadas por la Universidad del Valle entre el sitio Postclásico de Chuitinamit y el pueblo de San Lucas Tolimán, han revelado un crecimiento general de la población del lago durante el Clásico Tardío y evidencia de núcleos de población en el Posclásico Tardío (Barrientos y Benitez 1997).

Los periodos Clásico Terminal y Postclásico del lago son todavía en su mayor parte desconocidos. Así, mientras Chuitinamit tiene algunas características en común con sitios acrópolis del Postclásico Temprano en otras partes del altiplano central y norte (Fox 1980, 1987, 1989), la fecha de su fundación todavía no es clara. Todavía menos clara está la estructura política y composición étnica de la unidad política Tz’utujil, para quien el sitio de Chuitinamit fue el centro primario.

Debido a las complejas tensiones políticas y religiosas actuales en Santiago Atitlán, la falta de un museo local funcionando, y la división del terreno entre muchos dueños privados, el sitio de Chuitinamit ha estado prácticamente intocable para los arqueólogos, dejando el sitio a la merced de los saqueadores, turistas oportunistas y agricultores desinformados. Por estas razones y otras, el proyecto actual se concentró en los municipios de San Pedro y San Juan, con la esperanza de estudiar como el crecimiento de Chuitinamit afectó a las comunidades en esta área, y como se alteró la estructuras social, política y cultural de todo la región.

La falta de diagnósticos claros para el Clásico Terminal y Postclásico Temprano plantean un reto para el análisis cerámico, pero se pensó que excavaciones estratigráficas en algunos sitios de esta área podrían clarificar la secuencia cerámica de estos periodos. También se espera que llevar a cabo con éxito este proyecto arqueológico, fomente en los gobiernos locales más confianza y amabilidad entre los Tz’utujiles locales y proporcione una base sólida para investigaciones futuras que podrían incluir un estudio más detallado del sitio de Chuitinamit y eventualmente su preservación.

 

La orilla oeste del lago de Atitlán

 

Durante las investigaciones pioneras de Samuel Lothrop realizadas entre los años de 1928 y 1933, se propuso que la cuenca del lago Atitlán tiene tres divisiones geográficas naturales:

 

1) La Orilla Norte y Este: entre los pueblos de San Pablo y San Antonio Palopo

2) La Orilla Sur: entre Santiago Atitlán y San Lucas Toliman

3) La Orilla Oeste: entre Finca Chacaya y San Juan La Laguna

 

El foco de interés de esta investigación es la tercera zona definida por Lothrop, la orilla oeste (Fig.1). Centrado en el espectacular volcán de San Pedro, que se eleva abruptamente desde una larga línea costera estrecha, la orilla occidental del lago de Atitlán contiene toda la diversidad micro-geográfica descrita por Felix McBryde (1947). Las empinadas laderas volcánicas y los niveles fluctuantes del lago han favorecido a los asentamientos en esta zona. Se han centrado en una franja de terreno con niveles o suaves pendientes, ubicado a medio camino entre la orilla del lago y las laderas adyacentes, con la mayoría de los principales asentamientos ocupando planicies formadas por flujos de lava que proporcionaron terrenos elevados, estables y que también proporcionaron la capacidad de defensa en tiempos de conflictos.

Comparando la orilla oeste con la orilla sur, Lothrop (1933:3) comentó que el último tiene mucho más oportunidades para asentamiento y agricultura. Sin embargo, lo que Lothrop y observadores posteriores no notaron, fue que los habitantes antiguos y modernos de esta parte del lago han hecho mucho uso de un amplio valle de tierra muy fértil situada entre el volcán de San Pedro y las pendientes laderas de la caldera de Atitlán. Este valle escondido es donde la mayoría de los Pedranos actuales tienen sus milpas. Como las investigaciones actuales han mostrado, la presencia de un manantial natural en esta zona favoreció la existencia de asentamientos permanente en esta área, casi 700 m arriba de la orilla del lago.

 

Investigaciones anteriores

 

La orilla oeste del Lago de Atitlán es una de la menos conocida arqueológicamente. Y aunque un puñado de sitios se han registrados y descritos brevemente (Aguirre 1972; Lothrop 1933; Orellana 1984), la falta de mapas, fotografías, dibujos o notas detalladas hacen necesario un estudio a fondo de los asentamientos prehispánicos en esa área, especialmente considerando la velocidad del desarrollo moderno en este lugar. El siguiente es un resumen de las investigaciones anteriores en esta área:

En 1910, Carlos L. Luna, quien llevó a cabo las primeras investigaciones en Chuitinamit, señaló que las ruinas en las cercanías de San Pedro La Laguna daban señales de que allí había existido una ciudad de mucha importancia antes de la conquista (Villacorta y Villacorta 1927). Poco más de veinte años después, Samuel Lothrop, examinó algunas partes de la orilla oeste, notando que San Pedro está localizado sobre “un afloramiento de bloques de lava, formando una fortaleza natural, añadiendo que la posición había sido reforzada por acumulación de rocas alrededor de la periferia de la ciudad – que data sin duda, previo a la conquista española (Lothrop 1933:101). Lothrop también afirmó la existencia de varios montículos en los alrededores de San Pedro y observó una plaza ceremonial con cinco montículos y varios monumentos tallados cerca San Juan la Laguna.

La siguiente mención de ruinas ubicadas cerca San Pedro se remonta a 1972, cuando un sacerdote local, Gerardo Aguirre, especuló sobre la historia prehispánica de San Pedro, señalando la existencia de montículos en varios lugares alrededor de la ciudad, mencionando específicamente los lugares de Panulujaay, Tzanquiacay y Pachanay. Un año más tarde, Sandra Orellana confirmó la existencia de montículos al este del pueblo (probablemente los de Panulujaay) y también menciona un “pequeño ofertorio de piedra en la forma de una pirámide truncada” (Orellana 1973:138). El ofertorio que Orellana observó es casi seguro el monumento que los Pedranos hoy llaman el Tikalito y está descrito más adelante.

Por fin, en los noventas y en el presente siglo, se llevaron a cabo algunas investigaciones subacuáticas en las que se han recuperado algunas vajillas en el área entre San Pedro y San Juan. Las vajillas recuperadas incluyen incensarios y cántaros con decoración antropomórfica, algunos de cuales se muestran en el Museo MankAtitlán en Panajachel y el Museo Tzunun’Ya en San Pedro La Laguna.

 

El proyecto arqueológico lago de Atitlán

 

Fase 1. Socialización

 

El Proyecto Arqueológico Lago de Atitlán (PALA) que fue financiado por la Fundación Nacional de Ciencia, cuenta con la colaboración con arqueólogos de la Universidad de Kentucky de los Estados Unidos y la Universidad del Valle de Guatemala. El proyecto fue visualizado en cuatro fases. La primera fase inicio en febrero de 2015 con una campaña de socialización en los dos municipios alcanzados por el proyecto, que fueron San Pedro y San Juan La Laguna.

Consciente que algunos proyectos recientes en este región han encontradas problemas por falta de suficiente comunicación o transparencia entre los arqueólogos y las comunidades en las cuales se trabaja, el proyecto actual dedicó casi dos meses al proceso de socialización, aunque en realidad el proceso empezó años antes con un reconocimiento preliminar y entrevistas informales con autoridades municipales y dueños de terrenos privados.

El enfoque social se basó en tres principios básicos, los cuales son: comunicación, transparencia y respeto.

Previo a realizar el proyecto arqueológico se solicitó audiencia con los alcaldes de cada municipio, los COMUDES de cultura y deportes, y en el caso de San Juan La Laguna, los ancianos. A ellos se les expuso los objetivos del proyecto, sus alcances y beneficios. Para comunicar los objetivos del proyecto al público general, se utilizaron algunas medidas diferentes, que incluyeron radio y televisión local y una página de Facebook.

Consciente de que rumores y mala información pueden ser muy peligroso para los éxitos de un proyecto arqueológico, el proyecto invitó a los miembros de la comunidad para que asistieran y observara el trabajo de los arqueólogos en el laboratorio. Para facilitar eso, se localizó el laboratorio en el Centro de Investigaciones Científicas y Culturales (CICC), en San Pedro La Laguna.

Para asegurar que el proyecto no tuviera problemas con la población local, se adoptó una estricta política de no entrar ni excavar en tierras privadas sin el consentimiento del dueño(s). Aunque el proceso de identificar y conseguir autorización de los dueños fue el aspecto más difícil de esta fase, ayudó a construir buenas relaciones con la gente local.

Debido a que varios de los sitios arqueológicos en el área del proyecto son vistos como sagrados y utilizados todavía por sacerdotes Mayas, el equipo PALA también organizó dos ceremonias tradicionales para mostrar respeto a estas tradiciones y creencias:

La primera de estas ceremonias se realizó antes del inicio del proyecto, y fue dedicada a bendecir el proyecto y solicitar protección para los miembros del equipo. La segunda ceremonia, se realizó en el sitio sagrado de Chiquiacay, se dedicó para solicitar a los espíritus guardianes de ese sitio permiso para llevar a cabo investigaciones allí.

 

Fase 2. Reconocimiento

 

El reconocimiento se restringió a los partes habitables, las cuales fueron definidas como áreas con menos de 16 % de pendiente. Excluyendo las áreas oscurecidas por el desarrollo moderno, el área consistió en aproximadamente 12 kilómetros cuadrados. Los métodos utilizados en el reconocimiento fueron determinados por la topografía, tamaño de la parcela, y la cobertura de vegetación. Por lo general se caminaron transectos espaciados a 5 o 10 m y se realizaron recolecciones de superficie cada 5 o 10 m. La mayoría de los alrededores de San Pedro y San Juan están cubiertos con cultivos de café, por lo que la superficie está frecuentemente oscurecida por hojas, por lo que fue necesario limpiar estas áreas con rastrillos antes de la recolección. Todos los tiestos cerámicos, y fragmentos de obsidiana observados dentro de un circulo de diámetro de 3 m fueron colectados en cada punto de la cuadricula. Este proceso permitió detectar las áreas con alta densidades de materiales y ayudaron a decidir los lugares de mayor potencial para la excavación. Después de la recolección en cuadrículas, se hicieron recolecciones generales para buscar diagnósticos y herramientas que quedaron fuera del área de muestreo de las colecciones iniciales.

 

Resultados

 

Para facilitar el proceso de reconocimiento y para ayudar con el proceso de análisis el área del proyecto fue dividido entre 5 zonas, basado principalmente en factores geográficos. Los resultados que se presentan a continuación se organizan por estas zonas. Por la falta de espacio, solo los sitios más interesantes encontrados en cada zona son descritos aquí.

 

Zona 1. Centro de San Pedro

 

Zona 1, abarca el centro de San Pedro. Fue la sección que se reconoció con más intensidad durante el proyecto. En total, 18 propiedades fueron reconocidas en esta zona y se agruparon en 14 sitios. Uno de los sitios más interesantes en este área fue un sitio doméstico que hemos llamado Xe’Tinamit, descrito más adelante en el sección sobre excavaciones. Cuatro de los sitios encontrados en esta zona fueron designados como sitios rituales. Los más interesantes entre estos fueron Pa’Tawal y Tikalito los cuales probablemente están relacionados.

El sitio de Pa’Tawal está localizado en el extremo noreste del pueblo actual de San Pedro y tiene una formación antigua originada por una corriente de lava que en su mayor parte está formada de bloques grandes e irregulares y que tiene suelo sólo en su porción sureste. Un mapa de 1896 y algunas fotos de los años 1930 y 1940, muestran que en tiempos cuando el nivel del lago era más alto que hoy, esta península rocosa era una isla.

Aunque ahora la parte más alta de Pa’Tawal está afectada por una plataforma de roca que fue construida en los años de 1960, se pueden ver que aquí todavía hay rasgos naturales de roca que posiblemente fueron modificados por poblaciones antiguas. El conjunto de rocas más alto, muestra dos cuencas poco profundas que forman una línea casi recta con la cima del volcán San Pedro (Fig.2). Como es bien conocido los Mayas de hoy, y probablemente en el pasado también, con frecuencia eligen rocas grandes naturales para hacer rituales y actualmente hay un altar sagrado importante en este lugar. Entonces es muy probable que en tiempos antiguos este lugar fuera visto como una isla sagrada. Esta idea es apoyada por la alta densidad de cerámicas que el proyecto PALA recuperó en este lugar, con fechas del Preclásico Tardío hasta tiempos Coloniales.

Otro sitio ubicado en la Zona 1, que ha sido clasificado como ritual, es un templo miniatura que los Pedranos hoy llaman Tikalito (Fig.3). Este monumento que es casi seguro el “ofertorio” mencionado por Orellana fue también fotografiado por Cris Berhorst en 1978. Consiste de una pirámide pequeña tallada en roca natural. La escultura recuerda los templos pequeños funerarios que fueron construidos en la costa de Veracruz por las Totonacas en el Epiclásico (Melgarejo 2004), se sospecha que este monumento funcionó para recibir ofrendas de peregrinos antes que ellos embarcaron para la isla sagrada de Pa’Tawal. Si esto se puede confirmar con la cerámica, puede ser buena evidencia de que el lago fue visitado por peregrinos en esta época.

 

Zona 2: Ruta finca

 

La Zona 2 consistió en la costa y laderas bajas situadas a lo largo de la carretera entre San Pedro y el lugar llamado Finca Tzantziapa que marca el límite entre los municipios de San Pedro y Santiago Atitlán. La topografía dentro de esta zona consiste en escarpados suaves e inclinados, interrumpidos por barrancas profundas, muchos de las cuales contienen grandes rocas que acreditan una historia de deslaves. La mayoría de las secciones de la orilla a lo largo de esta ruta son terrazas amplias y muchos parecen contener asentamientos antiguos. Debido a que no se obtuvo el permiso de los terratenientes sólo tres áreas pudieron ser investigadas sistemáticamente.

Un reconocimiento preliminar a lo largo de la costa proporcionó tiestos fuertemente erosionados y poca evidencia de arquitectura. Por lo tanto las investigaciones se centraron en las faldas bajas del volcán San Pedro, que tanto Lothrop (1933) y Orellana (1984) indicaron que fueron las zonas preferidas para asentamientos.

En total, cuatros sitios y dos lugares con arte rupestre fueron identificados en esta zona. Entre los sitios, Panulujaay fue el más interesante y también el mejor preservado.

Panulujaay es el sitio más grande entre San Pedro y Santiago. Sus montículos fueron reportados anteriormente por Lothrop, Orellana y otros (e.g., Aguirre 1972) (Fig.4). Además, el sitio es bien conocido por los residentes locales y se describe comúnmente como la ubicación original de la comunidad de San Pedro. Sin embargo este sitio ha tenido una historia reciente de problemas. Judith Maxwell (2014) describió que el dueño de la tierra en la que se encuentra este sitio, arrasó gradualmente uno de los montículos más pequeños, causando que algunos ajq’ijab, apoyados por un grupo grande de residentes locales, hicieran una apelación formal ante el Ministerio de Cultura y Deportes para proteger el área. Según el informe de Maxwell (2014), el Ministerio expropió el montículo y lo declaró parte del patrimonio nacional. Sin embargo, Maxwell (2014) nota que el dueño de este terreno continúa plantando arbustos de café en la tierra, incluyendo en el montículo.

Tomando en cuenta estos acontecimientos recientes, el permiso para investigar este sitio se esperaba que fuera problemático. Por lo tanto, fue una sorpresa que el propietario de la menor de las dos pirámides restantes, concediera permiso para llevar a cabo el reconocimiento en su tierra. Desafortunadamente, este permiso fue revocado el siguiente día por razones que todavía no están claras. Peor todavía era que el vecino de este dueño, cuya propiedad contiene el montículo más grande, negó completamente el acceso a esta parte del sitio, lo que nos impide mapear una gran parte del núcleo central.

Por otra lado, propietarios de tierras localizadas afuera del núcleo del sitio fueron mucho más receptivos al proyecto y el equipo PALA tuvo la capacidad de llevar a cabo la recolección de superficie de aproximadamente 1,5 hectáreas del sitio.

 

Zona 3: Chiquiacay

 

La Zona 3 consistió en la porción sur del proyecto, la mayor parte se encuentra entre 1.700 y 2.200 m de altura. Como ya se ha señalado, muchos de los actuales residentes de San Pedro y San Juan tienen sus milpas en esta área y por lo tanto se divide en cientos de pequeñas parcelas. Debido a la magnitud de esta zona y la dificultad de identificar los terratenientes específicos, se realizó primero un paseo a pie para identificar áreas de alto potencial que merecían investigación intensiva.

Durante el reconocimiento sistemático, se hizo evidente que los habitantes de esta zona habían elegido para instalarse áreas elevadas por encima del fondo del valle, prefiriendo afloramientos rocosos naturales cerca a fuentes de agua. La fuente de agua más importante en esta zona se desprende de las paredes escarpadas de la Sierra Paraxquim, lo que representa el extremo sur de la caldera de Atitlán. Esta fuente de agua da origen a un rio pequeño que hizo posible la vida en este lugar. Dicho rio corría hasta cerca el sitio de Chiquiacay y después cruza al este y baja en la dirección de la Finca Chacaya. Los dos sitios pequeños (XeCruz 1 y 2) que fueron identificados durante este reconocimiento, fueron también ubicados al lado de este río.

Chiquiacay, que actualmente podría ser el sitio sagrado más importante y más utilizado por ambos, Pedranos y Juaneros, se centra en una pequeña colina rodeada que se sube unos 50 metros arriba del piso del valle. La cumbre de esta colina ha sido nivelada y hoy todavía tiene los restos de entre tres y cinco montículos de tierra y piedra, uno de cuales tiene enfrente una estela lisa (Fig.5). Los dos montículos más altos median aproximadamente 15 m de diámetro y entre 3 y 5 metros de altura. Desafortunadamente, en uno de ellos se construyó un Santuario Católico. La construcción se llevó a cabo en los años 2000 y creó tensiones entre la iglesia católica y los ajq’ij de San Pedro y San Juan. Es una lástima que aunque la gente local presentó una petición para detener la construcción del Santuario, la construcción fue permitida por falta de un registro de este sitio como un lugar sagrado o arqueológico.

Desde la base de la colina donde están los montículos se observan restos de asentamientos antiguos, consistiendo de terrazas, muros y una alta densidad de cerámicas que se extienden hasta el suroeste, sureste y noreste en una distancia de dos o trescientos metros (Fig.5). La mayoría de la cerámica en este área parecen ser de tiempos Preclásico y Clásicos Tempranos. Se observa que este lugar fue un asentamiento grande en su tiempo. Localizado a media vía entre la orilla del lago y la boca costa, es muy posible que este sitio tuviera una función comercial durante estos periodos, posiblemente importando cosas de la costa para los residentes de Samabaj, Semetebaj, Chuk’muk, y San Juan.

 

Zonas 4 y 5: San Juan Antiguo y sus afueras

 

El reconocimiento en San Juan comenzó muy tarde durante la temporada de campo. Por lo tanto pocos sitios fueron objeto de recolección sistemática en este municipio. Sin embargo, se puede decir que las observaciones iniciales de la cerámica recuperada, y la documentación de algunas colecciones privadas, indican que la ocupación más intensiva de San Juan ocurrió entre el Preclásico Tardío y Clásico Temprano. Es claro también que el lugar principal de asentamiento durante estos periodos se ha ubicado al oeste y suroeste del pueblo actual, donde se identifica un montículo grande de tierra y piedra con dos estalas lisas, varios monumentos esculpidos, y un concentración de montículos de piedra muy destruidas, sobre una planicie rodeada que ha sido formalizada por muros de piedra (Fig.6).

Además de la concentración de monumentos y artefactos al sudoeste del pueblo, en el reconocimiento en el municipio de San Juan se observa un área extensa con muchas terrazas y dispersiones de artefactos ubicado entre uno y dos kilómetros al noroeste del pueblo, cerca la base de las montañas que suben hasta Santa Clara. La existencia de una cabeza de piedra de grandes dimensiones descubierta recientemente llama la atención sobre esta zona. Exploraciones entre esta área y las montañas mostraron un sitio que parecía como una pequeña fortaleza consistiendo de un cerro alargado con terrazas altas y una buena vista de toda el área alrededor hasta San Juan. También en el reconocimiento se identificaron restos domésticos en los campos al este de la cabeza, incluyendo posible muros domésticos.

Todos estos sitios están situados cerca de la fuente de uno de los pocos arroyos locales. Actualmente no está claro si esta área albergó una población permanente o si se trataba de un refugio y un área agrícola. Sin embargo, la inversión de trabajo en la construcción de terrazas de piedra y monumentos impresionantes en esta área sugiere que se trata del primero.

 

Fase 3. Excavaciones

 

Como el objetivo principal de las investigaciones de PALA fue clarificar la transición del Clásico a Postclásico, las excavaciones se concentraron en sitios que contenían altas densidades de materiales y que tienen diagnósticos del periodo Postclásico. Excavaciones se llevaron a cabo en tres sitios en el municipio de San Pedro y en dos áreas de un sitio en el municipio de San Juan. El análisis de los materiales de San Juan no ha empezado, por lo que el resto de este artículo se centrará en los dos sitios investigados más intensamente, los cuales fueron Xe’Tinamit, un sitio doméstico situado cerca del centro de San Pedro y Panulujaay, un asentamiento grande situado a unos 2 km al este.

 

Xe’tinamit

 

Xe’Tinamit, que significa debajo del pueblo, consistía en un pequeño sitio doméstico ubicado unos 300 m al norte del centro de San Pedro, justo debajo la escarpa de la corriente de lava que corre rodeando el pueblo. El sitio que ahora está destruido, ocupaba una pequeña parcela rectangular que había sido utilizado como milpa, pero que en tiempos anteriores sirvió como un vertedero de basura.

Cuando iniciamos las investigaciones en Xe’Tinamit, los trabajadores locales ya habían excavado diez pozos de cimentación (Fig.7). Una inspección del suelo removido de estos pozos revelaron que todos ellos habían contenido densos depósitos prehispánicos. La mayoría de los pozos midió aproximadamente 1 x 1 m en tamaño y entre 1 y 1,8 m de profundidad. Los pozos fueron excavados a intervalos regulares en dos filas a través del sitio, entonces ellos presentaron una excelente oportunidad para estudiar la formación de este sitio y para obtener una comprensión de su cronología. Se dibujaron perfiles para todos los 17 pozos excavados por los trabajadores. Además el equipo de PALA excavó dos pozos adicionales (Unidades 4 y 12) para proporcionar una muestra más controlada de materiales y para buscar elementos arquitectónicos.

 

Rasgos

 

Los 17 pozos excavados por los trabajadores locales y los dos excavadas por PALA revelaron que la superficie original de este terreno había sido modificada por lo menos en dos ocasiones, una vez en tiempos modernos y una vez en la época prehispánica. Además, fue evidente que la parte occidental del sitio presentaba una depresión natural que había servido como vertedero de basura y fue probablemente inundado brevemente durante tiempos de altos niveles del lago. En las Unidades 1 y 4 se encontraron depósitos prehispánicos mezclados hasta una profundidad de 1,4 m. En contraste, los pozos excavados entre cinco y diez metros hacia el este presentaron depósitos culturales solo hasta 0.60 m.

Se descubrieron en cuatro unidades características culturales que parecen referirse a una vivienda pequeña (Unidades 2, 9, 10 y 12). La Unidad 10, la cual fue iniciada por trabajadores de la construcción y ampliada por PALA, contenía un muro bajo cortado en el talpetate natural, así como una pieza de bajareque horizontal adyacente a dos pequeños hoyos de poste (Fig.8). El suelo inmediatamente encima de estos rasgos contenía numerosos fragmentos de ladrillos de barro y piezas de talpetate.

Las Unidades 2 y 9 presentaron una estrato cultural de color marrón oscuro con densa cantidad de cerámica, carbón y fragmentos de ladrillos de barro. En la Unidad 2, se observaron dos piedras planas en este estrato, que probablemente representa una sección de piso.

La Unidad 12 que fue excavada en una elevación ligeramente superior a los otros tres pozos, contenía un depósito de nivel del piso distinto con una alta densidad de cerámica, fragmentos de ladrillo de barro y carbón vegetal.

 

Artefactos

 

El conjunto cerámico recuperado de Xe’Tinamit consistió principalmente en cerámica utilitaria de pasta negra, negro-marrón y rojo. Se encontraron las mismas formas de cerámica en los tres colores y se incluyen cuencos con finas estrías alrededor de sus bordes, grandes jarras con asas de correa, comales y tarros perforadas o pichachas.

Cerámica un poco más fina con engobes rojos y negros también eran comunes en el lugar y parece que fueron utilizadas principalmente para cuencos pequeños de servicio.

Cerámicas diagnósticos recuperadas de Xe’Tinamit incluyen algunos fragmentos de materiales incisos rojos y blancos que datan del Postclásico Temprano y una mayor cantidad de Fortaleza Blanco sobre Rojo que data del Postclásico Tardío.

Un poco más de cincuenta piezas de obsidiana también se recuperaron de este sitio, la mayoría de los cuales constan de navajas prismáticas. Otros artefactos recuperados del lugar incluyen una orejera de cerámica.

 

Panulujaay

 

Las excavaciones llevadas a cabo en Panulujaay, en las cuales participaron trabajadores locales y cuatro estudiantes de la Universidad del Valle, comenzaron a finales de mayo y continuaron hasta el fin de junio. Durante este tiempo, un total de 16 unidades de diferentes dimensiones fueron excavadas en el Área C del sitio, distribuidos entre tres terrazas. La colocación de las unidades fue guiado tanto por la densidad de artefactos de superficie determinados durante el reconocimiento y por la información proporcionada por el propietario. Ambas líneas de evidencia indican que un área que hoy en día está marcada por un altar histórico abandonado (Estructura C2) tuvo el mayor potencial para la producción de depósitos intactos y elementos arquitectónicos.

 

Estructuras C1 y C2

 

La Estructura C1, que parece ser un altar histórico, es de interés no sólo porque el dueño del terreno reportó haber encontrado urnas de incineración y otros artefactos en los alrededores, pero también porque sus muros contienen algunas piedras cortadas que se sospechaba originalmente fueron removidas de uno de los montículos al norte. Se descubrió inmediatamente al oeste de Estructura C1, una línea de piedras cortadas que forman un camino que condujo a lo que parecía ser una segunda estructura colapsada (Estructura C2), ubicado al sureste del primero. Sin embargo, se determinó más tarde que este rasgo representa sólo un montón de piedras superficiales, aunque muchas de ellas habían sido trabajadas.

 

Estructura C3

 

La primera unidad excavada en esta área, Unidad 3, se colocó al sur de la Estructura C1. Fue excavada a una profundidad de 1.4 m esta unidad reveló tres estratos culturales, cada uno con una densidad alta de cerámica que incluían diagnósticos del Postclásico Tardío. Sorprendentemente, a 1.2 m de la superficie se encontró una piedra cortada ubicada encima de un piso de suelo compacto. Además la piedra estaba orientada exactamente perpendicular a la Estructura 1. La limpieza posterior de la pared este de esta unidad, reveló una muro de bloques de andesita, cortados y grandes, orientado suroeste a noreste (Fig.9).

Cinco unidades adicionales (Unidades 4, 6, 10, 13, y 16) excavadas en áreas alrededor también presentaron rasgos arquitectónicos asociados a esta estructura grande que llamamos Estructura C3.

La Unidad 10, por ejemplo que fue excavada a unos 10 m directamente al norte de Unidad 3, encontró el mismo muro, aunque esta vez a una profundidad de sólo 0.25 m debajo de la superficie. En la excavación hasta la base del muro en esta unidad también se encontró un piso de suelo compacto. Al lado del muro, una enorme piedra plana, sugirió características arquitectónicas adicionales al oeste.

La Unidad 4, que fue excavada directamente al este de Unidad 3, encontró un piso de suelo compacto que contenía varios pozos pequeños, algunos llenos de rocas, y una pequeña concentración de ladrillos de barro. Debajo de este suelo, excavaciones revelaron una capa de piedras pequeñas sobre una etapa de piedras más grandes densamente empaquetadas, representando un relleno escombro. La Unidad 6, excavada al noreste de este unidad, encontró lo que parecía ser el mismo relleno de escombros.

Unidades 13 y 16 encontraron dos muros paralelos que corren a un ángulo de 90 grados del primer muro y que fueron construidos de lajas lisas y gruesas. El espacio entre los dos muros que mide aproximadamente 0.60 m de ancho puede ser un drenaje, pero la orientación (paralelo con la pendiente) es extraña para esta función. Las dimensiones de este espacio son similares a las de la cámara de oratorio, encontrado en Santa Rita Corozal, Estructura 81 (Chase y Chase 2013:56, Figure 4.3), pero su ubicación al frente del edificio indica que esta explicación no es correcta tampoco. Se espera que el análisis de las cerámicas recuperadas pueden indicar más claramente la función de esta estructura.

 

Estructura C4

 

Tres unidades (Unidades 7, 8 y 12) excavadas entre 10 y 15 m al este de las mencionadas arriba, pero en la misma terraza, también mostraron elementos arquitectónicos, pero en este caso los rasgos parecen relacionados con una plataforma baja residencial que llamamos Estructura C4.

La Unidad 7 mostró una línea de piedras cortadas con escombros sueltos y fragmentos de adobe que indicaron un colapso de una pared.

La Unidad 8 fue excavada justo al norte de la 7, y se encontró la misma línea de piedras, pero debajo lo que parecía ser gradas de adobe que se extendieron arriba hasta un piso de piedras anguladas.

La Unidad 12 fue una extensión de la Unidad 8; reveló que este piso de piedras se extendía por aproximadamente 4 m hacia el oeste, donde se terminó en un sección de una pared de adobe. Al otro lado del este muro se encontró un segundo piso de piedra, que posiblemente representa una estructura auxiliar tal como una cocina o trastero.

Para investigar la secuencia de construcción de esta estructura, en la Unidad 12 se excavó una cala de sondeo a través de una pequeña sección del piso de adobe y se encontraron dos pisos adicionales de adobe, antes de encontrarse el talpetate natural.

La planta de la estructura C4 que fue revelada por las unidades 7, 8 y 12 y parece muy similar a los planos de viviendas de adobe que se observan en fotos de San Pedro de los años 1930 y 40 en el Museo Peabody (Fig.9). Con cerca de 5 m de ancho, las dimensiones de esta estructura también son muy similares a unas de las casas mapeadas en el sitio Preclásico de Samabaj (Linares Palma y Medrano 2010).

 

Artefactos

 

Una amplia gama de artefactos fue recuperada durante las excavaciones llevadas a cabo en el sitio de Panulujaay y el análisis de los materiales está en su primera etapa. Sin embargo, la abundancia de cerámicas diagnósticas del Postclásico Temprano y Postclásico Tardío, incluyendo ejemplos de Rojo sobre Blanco Inciso, Fortaleza Blanco sobre Rojo e incensarios de cucharon con decoración moldeada, indican que la ocupación principal del sitio se remonta a estos periodos Postclásicos. Dos artefactos de obsidiana de Ixtepeque, incluyendo una punta de lanza y una punta de flecha pequeña también indican una fecha en el Posclásico Tardío.

Otros artefactos recuperados del lugar incluyen un silbato en la forma de un pizote, un fragmento de una cara antropomorfa de cerámica (Fig.10), posiblemente de un incensario; una cuenta de jade, y algunas orejeras de cerámica.

 

Interpretaciones preliminares

 

Aunque la función actual de Estructura C3 no es clara, su gran tamaño y la calidad de la construcción sugiere una estructura de alta importancia. Su ubicación arriba, pero separado del núcleo del sitio, sugiere que probablemente no es una estructura administrativa, es más probable que tuvo una función residencial o ritual.

Por otro lado, las similitudes entre la planta de estructura C4 y las estructuras domésticas en el pueblo de San Pedro en tiempos históricos, sugiere fuertemente que esta estructura es probablemente una unidad residencial para un grupo élite.

Comparando el plano del sitio de Panulujaay con otros sitios Postclásicos del altiplano, se observó que el sitio tiene muchos rasgos en común con el sitio de Zacualpa, con el cual también comparte muchos tipos cerámicos comunes.

Toda la evidencia recuperada de este sitio indica que Panulujaay fue un elemento importante en la red de sitios que componen la confederación Tz’utujil / Tziquinahay y que posiblemente represente uno de los chinamits más importantes en este parte del lago.

Como no es posible investigar el núcleo de San Pedro y considerando las dificultades de investigar el centro regional de Chuitinamit, parece que el sitio de Panulujaay tiene el mejor potencial para revelar datos sobre la organización social y política de los Tz’utujiles en los últimos siglos antes la Conquista.

 

Conclusiones

 

Aunque las Investigaciones de PALA aún no han definido sitios fechados durante la transición Clásico a Postclásico, se debe considerar que el análisis de la cerámica se encuentra en su primera etapa y el análisis detallado de las cerámicas utilitarias todavía podría clarificar este periodo poco conocido en la historia del lago. Por ahora, el Proyecto Arqueológico Lago de Atitlán cuenta con los éxitos siguientes:

 

1) El desarrollo exitoso de una estrategia de socialización;

2) La identificación de una amplia muestra de sitios a través de las cinco zonas geográficas definidas;

3) La identificación de unidades domésticas bien preservadas en dos sitios; y por fin

4) La confirmación de la existencia de un sitio importante contemporáneo con Chuitinamit.

 

Agradecimientos

 

El Proyecto Arqueológico Lago de Atitlán quisiera dar gracias a la Fundación Nacional de Ciencia, al Instituto de Antropología e Historia, al Centro de Investigaciones Científicas y Culturales y al Museo Tzunun’Ya en San Pedro La Laguna. Además se quisiera dar gracias a las autoridades municipales de San Pedro y San Juan y a los trabajadores en ambos de estos pueblos (Antonio y Juan Matzar, Carlos y Miguel Cholotío). Por fin se quisiera dar gracias a todos los voluntarios y estudiantes quienes dedicaron su tiempo al proyecto y a toda la gente que han dado apoyo de otras maneras.

 

Referencias

 

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Fig. 1: Mapa mostrando el área del proyecto, escala 1:20,000 (Tomado del Instituto Geográfico Nacional 2008).

Fig. 2. Grupo de rocas naturales con cuencas formando un línea con el volcán San Pedro al sitio de Pa Tawal, Zona 1, San Pedro La Laguna (Fotografía de Gavin R. Davies 2015).

Fig. 3. Tikalito, San Pedro La Laguna (Fotografía de Gavin R. Davies 2015).

Fig. 4. Montículos 1 (arriba) y 2 (abajo) en el núcleo del sitio de Panulujaay, Zona 2, San Pedro La Laguna (Fotografías de Gavin R. Davies 2015).

Fig. 5. Montículo con estela lisa (arriba) y restos de asentamientos (abajo) al sitio de Chiquiacay, Zona 3, San Pedro La Laguna (Fotografías de Gavin R. Davies 2015).

Fig. 6. Monumentos y sitios cerca San Juan La Laguna (Fotografías de Gavin R. Davies 2015).

Fig. 7. Sitio de Xe’Tinamit, Zona 1, San Pedro La Laguna (Dibujo y fotografía de Gavin R. Davies 2015).

Fig. 8. Pieza de bajareque horizontal encontrado en Unidad 10, Xe’tinamit y dibujo de Wauchope (1938:67, Fig. 22).

Fig. 9. Rasgos arquitectónicas de Estructuras C3 (arriba derecha) y C4 (izquierda) al sitio de Panulujaay y foto de una casa de San Pedro La Laguna de los 1930s o 40s (c) President and Fellows of Harvard College, Peabody Museum of Archaeology and Ethnology, PM# 58-34-20/44821.

Fig. 10. Artefactos recubiertos de los sitios de Xe’Tinamit y Panulujaay, Zonas 1 y 2, San Pedro La Laguna (Fotografías de J. Coombe 2015).