05. Río Amarillo y sus contactos foráneos: evidencias de relaciones interculturales en un poblado prehispánico en el valle de Copán, Honduras 

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Río Amarillo y sus contactos foráneos: evidencias de relaciones interculturales en un poblado prehispánico en el valle de Copán, Honduras
Introducción

La localización de Río Amarillo, tan próxima a la poderosa ciudad de Copán en la región sureste del área Maya (Figura 1), fue fundamental en el desarrollo de este pequeño poblado dada la fuerte influencia que ejerció esta capital regional sobre Río Amarillo y todos los poblados vecinos; sobre todo a partir del periodo Clásico Temprano con la fundación de la dinastía copaneca en el año 428 DC, hasta el Clásico Terminal que alcanza hasta alrededor del año 850 DC (Saturno 2000).

Si bien Copán existía desde al menos el Preclásico Medio, la fundación de un linaje dinástico siguiendo las características de las entidades políticas más antiguas conocidas en las Tierras Bajas Mayas Centrales, representó un cambio total en la dinámica local con la llegada del fundador, el famoso K’inich Yax K’uk’ Mo’, quien enviado desde Tikal impuso un nuevo orden en esta región periférica del área Maya (Fash 2001, Sharer 2003) y cuyo establecimiento debió tener sin duda motivos económicos, dada la abundante y diversa presencia de materias primas que provenían de esta zona, así como para el control de una de las mayores rutas de comercio, el río Motagua, el cual atraviesa casi en su totalidad de Este a Oeste el altiplano Maya.

Desde el establecimiento de esta nueva dinastía, el dominio económico de Copán en la región fue avasallante, hecho que puede apreciarse desde diversos puntos de vista, pero principalmente a partir de los siguientes: 1. Su ubicación cercana y dominante sobre una de las principales fuentes de obsidiana, la fuente de Ixtepeque; 2. Su relación directa con la fundación de Quirigua que fuera ubicada en la margen del río Motagua; y 3. La localización de Copán en un fértil valle vinculado directamente con la zona fronteriza con otras culturas distintas a la Maya.

Este nuevo orden afectó inevitablemente a las comunidades cercanas a Copán, siendo Río Amarillo uno de estos poblados, y es que su ubicación a tan solo 20 km al noreste de la ciudad principal fue determinante para definir el tipo de relación existente entre ambos poblados, notándose la fuerte influencia de los rasgos copanecos sobre Río Amarillo, que se convertiría como un poblado satélite de dicha capital.

Dicha cercanía y el hecho de que el asentamiento tuvo lugar en la segunda bolsa o micro cuenca más amplia del valle del río lo que seguramente tuvo como resultado el que se convirtiera en el asentamiento más grande y monumental del valle fuera de Copán, no obstante, no pasa de ser un pueblo pequeño pero con una riqueza geográfica y natural indudable, lo que ha llevado a diversos investigadores a proponer que durante la época de máximo crecimiento poblacional en Copán, cuando las tierras más fértiles de la gran capital fueron utilizadas para vivienda, sería la gente de Río Amarillo quienes surtirían de productos básicos a los copanecos (Aoyama 2001; Bill 1997; Pahl 1987; Saturno 2000).

Esta conexión y relación directa entre Río Amarillo y Copán se hizo evidente desde el primer reporte sobre Río Amarillo, cuando S. Morley hace 100 años documentó dos altares encontrados en las dos plazas mayores del sitio, con estilos de escritura similares a los reportados en Copán (Morley 1920:381-384), incluyéndose en uno de ellos el glifo emblema de Copán (Figura 2), ambos monumentos habrían sido dedicados para conmemorar algún evento relacionado con un familiar cercano al Gobernante No.12 de Copán (Tokovinine, comunicación personal 2012), acontecimiento que habría tenido lugar en Río Amarillo marcando claramente con ello la importancia que tenía este pequeño pueblo para la economía y política copaneca.

Excavaciones posteriores en el centro de Río Amarillo demostraron con mayor certeza esta relación, la cual se hizo evidente en las manifestaciones arquitectónicas y escultóricas, visibles principalmente en los edificios mayores, como en las Estructuras 1 y 2, pero principalmente en la Estructura 5, la cual representa el único edificio decorado con escultura arquitectónica conocido hasta ahora, donde se evidencia la presencia de motivos claramente copanecos, como la presencia de guerreros con escudos y sandalias, el monstruo de la montaña, las bandas cruzadas y el glifo del año Teotihuacano, todos ellos motivos presentes con frecuencia en Copán (Fash 2011, OIDH 2010, Pahl 1987; Saturno 2000).

Río Amarillo en el contexto regional

Normalmente cuando se habla de Copán, poco se conoce sobre un abundante número de sitios secundarios que fueron construidos y habitados en su zona de influencia cercana. El mayor de estos sitios secundarios era Río Amarillo, el cual además de ubicarse en la segunda zona más amplia y rica del valle, logró contar con una importancia no superada por ninguno de los otros poblados directamente relacionados con la capital regional como los sitios de Agua Sucia, Sesesmil, Cerro de las Mesas, Santa Rita, El Jaral, El Raizal, Los Achiotes, Quebrada Piedras Negras, entre otros (Velásquez et al. 2016, Vlceck y Fash 1986). Formando entre todos lo que podría denominarse como la entidad política copaneca.

Río Amarillo sobresale por su monumentalidad contando con el edificio mayor y más voluminoso que fuera construido fuera de la Acrópolis de Copán, así como por contar, como ya se indicó, con inscripciones, arquitectura y escultura estrechamente vinculada con los ejemplos de Copán. Además, su ubicación intermedia en una de las dos rutas más directas entre Copán y Quirigua es un dato que debe tenerse en consideración al momento de analizar todos estos elementos en su conjunto.

Aun cuando no se tiene la total certeza que el río Copán haya sido navegable en tiempos prehispánicos, es claro por la ubicación de la mayoría de los centros secundarios directamente localizados en conexión con el río o sus afluentes, si se sigue el cauce de estos y del río principal, la conexión de los centros secundarios con la capital regional resulta directa, por lo que ya sea navegando o caminando al lado del cauce, se trata de la ruta de acceso más fácil a seguir entre cada uno de esos poblados (Velásquez et al. 2016).

Una de esas rutas entre Copán y Quirigua es siguiendo la Quebrada Sesesmil, la cual se une al río Copán a poca distancia al oeste del centro de la ciudad, siguiendo hacia el cauce de dicha quebrada hacia el norte hasta su inicio, luego cruzando la serranía se alcanza al nacimiento del río Managua, la que se une directamente con el río Motagua, el cual sí era navegable y así se podría alcanzar Quirigua en una ruta que significa recorrer aproximadamente 65 km, distancia que se puede alcanzar en 2 días de viaje fácilmente.

La segunda ruta, es la que partiendo desde Copán río arriba en dirección al noreste hasta Río Amarillo donde muy cerca del centro del sitio se encuentra la unión con el Río Blanco que siguiendo hacia el norte se pasa por el sitio Quebrada Piedras Negras, hasta su nacimiento en la montaña de El Gobiado, y al cruzar esta, se llega al río Morja, que pasa por el sitio de El Paraíso y El Cafetal, para luego alcanzar el Motagua, muy cerca de Quirigua. Esta ruta representa un recorrido de 66 km, distancia que se puede recorrer también en dos días de camino, con Río Amarillo prácticamente a medio camino, por lo que sería un lugar ideal para pernoctar por una noche para luego seguir el recorrido.

Ya en el río Motagua, una de las principales rutas de comunicación de la zona Maya, se tiene acceso a las Tierras Altas del altiplano guatemalteco hacia el oeste, así como al mar Caribe hacia el este, y de cualquiera de esas dos distintas zonas geográficas, la comunicación se abre a una infinidad de ciudades y recursos que estas regiones ofrecen, ya sea con productos como materias primas o bien como objetos terminados, por supuesto sin olvidar las influencias culturales que la comunicación aporta a la interacción aporta entre regiones distintas.

Por otra parte, si se continúa hacia el este hasta el nacimiento del Río Copán en la sierra El Gallinero, cruzando más al oriente se alcanza hasta el importante río Chamelecón, el cual abre las puertas a un “mundo diferente”, ya que si bien se encuentran algunos otros sitios con clara evidencia de pertenecer también a la cultura Maya, tales como El Puente y El Abra entre otros; si se continúa sobre el trayecto de dicho río, se tendría acceso a otros productos y materias primas, pero principalmente a otras culturas ajenas a la Maya, lo que representó importantes aportes para los habitantes de Río Amarillo.

Este análisis, por lo tanto, demuestra cómo la localización de Río Amarillo fue importante para conectar a sus habitantes con una ruta que enlazaba a toda la región Maya con otros centros y regiones importantes de su propia cultura, así como con otras distintas.

La evidencia arqueológica de intercambio en Río Amarillo
Lo que dicen los artefactos arqueológicos

Las excavaciones en el área central de Río Amarillo y en algunos sitios residenciales periféricos presentan claras evidencias de estas conexiones, tanto a corta como larga distancia (Figura 3). Como es común, los fragmentos cerámicos se encuentran en mayor cantidad en comparación con los otros materiales arqueológicos y en estos es clara la participación de Río Amarillo en la esfera cerámica copaneca ya que más del 90 % pertenece a los tipos reconocidos en Copán, aunque seguramente con una producción local importante.

No obstante, hay casos particulares que merecen especial atención, siendo el más frecuente el de la cerámica polícroma más habitual en toda el área de Copán identificada como el tipo Copador y todas sus variantes, la cual según resultados dados a conocer recientemente por Ron Bishop en la reunión anual de la SAA de hace un mes en Vancouver, indica que la producción de estas vasijas proviene de El Salvador (Bishop et al. 2017; MUNA 2017).

Otra conexión interesante la representa el tipo Cafetal, el cual se ha identificó por primera vez por Casandra Bill en los sitios de El Paraíso y El Cafetal, aproximadamente a 15 Km., al norte de Río Amarillo (Bill 2005). Este tipo se localiza en mayores porcentajes en los barrios residenciales, y no en el área central, y jamás ha sido detectado en Copán, razón por lo que, aunque su procedencia y punto de producción está aún bajo análisis e investigación, podría ser una pieza clave para entender las conexiones de Río Amarillo con la ruta directa hacia Quirigua, quizás durante algún momento de crisis política de Copán.

El análisis cerámico que se sigue llevando a cabo bajo la dirección de Mauricio Díaz ha identificado recientemente la presencia de fragmentos del tipo Gris Fino Chablekal cuya procedencia es bien conocida y vendría de la zona de Palenque o del río Usumacinta. Si bien las cantidades identificadas hasta ahora son bastante bajas, su presencia en Río Amarillo es importante ya que según Ron Bishop (comunicación personal 2017) representa la más larga distancia recorrida para este tipo cerámico.

Otra evidencia importante la constituye la cerámica del tipo Ulua Polícromo, que, si bien se encuentra en cantidades bajas, algunos ejemplos puntuales dan muestra de la interacción con esta zona que habría sido habitada por la cultura Lenca. Esta cerámica cuenta con una alta calidad de elaboración y una riqueza iconográfica que ha sido ampliamente estudiada por Rosemary Joyce, y estas cualidades habrían hecho de estas vasijas objetos de mucha valía. Vasijas y figurillas se han localizado casi completas asociadas a ofrendas, pero también entre los basureros. Una de estas ofrendas es particularmente interesante, la cual representa a una mujer cargando un bebé, fue encontrada en un barrio residencial, denominado como Sitio 29, en el que también se encontró un temazcal, lo que podría estar vinculado a actividades relacionadas con la partería y el simbolismo que este importante tipo de actividades representan para cada cultura (Figura 4).

En cuanto a la obsidiana los análisis visuales realizados por Zachary Hruby y por medio del pXRF por Zachiko Zakai y Hector Neff indican el uso predominante de la fuente más cercana de Ixtepeque, la cual debió ser controlada al menos parcialmente por Copán, sin embargo, y aunque en bajos porcentajes, se han localizado evidencias de importación desde El Chayal y otras fuentes asociadas al río Motagua que habrían venido quizás por Quirigua, así como también de una fuente ubicada en territorio Lenca, conocida como Cerro de los Hoyos, la cual se localiza en el departamento de Intibucá en Honduras y finalmente también hay que mencionar que se han localizado ejemplos llevados desde la fuente de Pachuca en el centro de México.

Por su parte, casi la totalidad de pedernal proviene de fuentes cercanas al sitio, no obstante, el análisis de Nathan Meissner ha identificado al menos dos artefactos que proceden de fuentes ubicadas en territorio beliceño, que bien podría haber llegado hasta Río Amarillo a través de la ruta del Motagua, o bien por el río Chamelecón o por el río Ulúa.

Aunque son pocos artefactos de jade los que han sido encontrado y aún están en proceso de análisis cabe suponer por su proximidad que provendrían de las fuentes cercanas al río Motagua. Un hallazgo en particular llama la atención porque su presencia es bastante común en el valle de Sula, pero también en la zona Maya como en Tak’alik A’baj’ en la boca costa del Pacífico Guatemalteco y ejemplos más tardíos son bastante comunes en el valle de Sula en Honduras, así como en Costa Rica, siendo este un pendiente con forma de ave, posiblemente un búho, los cuales forman parte de una tradición que inicia desde el Preclásico Tardío extendiéndose hasta el Postclásico, siendo el caso de Río Amarillo encontrado en asociación a materiales del Clásico Tardío (McNeil et al. En prensa).

Las evidencias arquitectónicas

En cuanto a la arquitectura, como ya se indicó los edificios monumentales presentan características evidentemente copanecas, a tal grado que es muy fácil sugerir incluso que los gobernantes de la capital podrían haber enviado albañiles e incluso escultores para construir los edificios más importantes (Saturno 2000). Otro es el caso en los edificios residenciales, ya que, si bien la mayoría de ellos presentan diseños y formas comunes en el área Maya adaptados a los recursos locales, donde el uso de piedras de río es bastante común, también se encuentra una mezcla interesante de rasgos que podrían ser considerados como foráneos a la zona (Barrios et al. 2013, McNeil et al. 2013).

Las excavaciones en el conjunto residencial conocido como Sitio 5 de Río Amarillo han aportado varios datos de interés como por ejemplo la presencia de una rampa escalonada que conectaba dos plataformas. Las rampas son prácticamente desconocidas en Copán y en la arquitectura Maya en general, pero aquí fue utilizada como una solución a los pronunciados desniveles del cerro donde fue construido el sitio. En esta rampa además fue encontrado un vaso Ulúa Polícromo como ofrenda, al cual le fue cortada la parte superior a manera de ritual antes de ser depositado en un agujero que fue intencionalmente cortado en uno de los escalones de la rampa (Figura 5).

También en el Sitio 5, la excavación de la Plataforma 4 desde su base hasta la parte superior donde fue construida la Estructura 10 reveló un sistema constructivo donde se alternaron muros de retención con cantos rodados y rellenos de barro creando una serie de escalones en una manera muy similar a lo encontrado en la Estructura 5 del sitio Los Naranjos (Neil-Cruz y Valles 2002) (Figura 6), un centro monumental y uno de los mayores de Honduras, localizado en margen noroeste del lago Yojoa el cual se ubica al centro del país, en una zona ocupada por la cultura Lenca (Baudez y Bequelin 1973).

Finalmente, otro ejemplo de interés lo representa la Estructura 15 del centro del sitio, ubicada en el sector residencial al este de las plazas más importantes del poblado. Este edificio ocupa el lado norte y más elevado de un patio pequeño, tratándose de un espacio particular ya que, en lugar de contar con una superficie plana, las excavaciones permitieron detectar una plataforma inclinada y también escalonada construida casi por completo con arcilla local. Sobre ella se construyeron dos edificios, siendo la Estructura 15 la única en haber sido investigada hasta ahora, la cual fue construida con cimientos de piedra y paredes de bajareque, y cuya forma y los hallazgos asociados (incluyendo la presencia de un incensario con la figura del fundador de la dinastía copaneca, el famoso K’inich Yax K’uk’ Mo’) (Figura 7) sugieren que podría tratarse de la casa de un Xaman o adivino. Por lo tanto, esta pequeña edificación representa una interesante mezcla de elementos arquitectónicos Mayas y no-Mayas, e incluye además la realización de rituales directamente vinculados a la élite gobernante, representando un ejemplo claro de las adaptaciones culturales de los habitantes de Río Amarillo.

Discusión

Las evidencias presentadas anteriormente revelan entonces que la población de Río Amarillo fue una comunidad estrechamente vinculada con las redes de intercambio y con la ideología y política de Copán durante el Clásico Tardío, desde al menos el gobierno de K’ahk Uti’ Witz’ K’awil, cuyo mandato representa el 12vo en línea desde el establecimiento de la dinastía, dando inicio alrededor del año 628 DC, hasta el último y 16avo gobernante Yax Pasaj Chan Yopaat quien gobernó al menos hasta el año 822 DC (Martin y Grube 2000).

Algunos contextos, particularmente en el Sitio 5 de Río Amarillo parecen haber durado más allá de la crisis del Clásico Terminal, demostrando un mayor grado de resiliencia comparado con lo encontrado en Copán. Mientras la identidad proyectada desde el patrón de asentamiento, la arquitectura y los ensambles de artefactos en Río Amarillo son abrumadoramente Mayas aun en el periodo Postclásico, los estilos arquitectónicos detectados asociados hacia el interior de Honduras demuestran que había otras influencias culturales significativas en las vidas de los antiguos habitantes de este poblado.

Si bien es cierto que los hallazgos artefactuales no representan cifras significativas, su presencia y la influencia visible en otros aspectos culturales como en la arquitectura doméstica demuestran la integración de Río Amarillo en una red intercultural que le permitió ampliar sus recursos y sus ideas modificando y enriqueciendo con ello el modo de vida de sus pobladores.

La zona de nuestro estudio estará siempre vinculada con la frontera sureste de la cultura Maya y la denominada como Zona Central de Centroamérica (Hasemann y Lara Pinto 1994:135-215), región caracterizada por un dinamismo intercultural que lamentablemente ha sido poco estudiada en comparación con las culturas Mesoamericanas, no obstante, los datos conocidos permiten comprender ahora que los habitantes de Río Amarillo se adaptaron exitosamente a las circunstancias que significan vivir en dicha frontera cultural, manejando adecuadamente esa diversidad cultural y el dinamismo de la región, lo que les permitió desarrollarse exitosamente por al menos 300 años.

No obstante, queda claro que la falta de información limita nuestro conocimiento sobre las culturas vecinas a la zona Maya y a la interacción entre ellas, ya que al menos desde Río Amarillo, las evidencias presentan relaciones sobre todo a un nivel cotidiano, más que a nivel de las élites, donde el control copaneco resulta más evidente, tal como lo demuestra la presencia del temazcal encontrado en un grupo residencial y asociado a una figurilla de procedencia Lenca en una de las residencias cercanas, lo cual demuestra un tipo de relación estrecha entre los hábitos de la importante cotidianeidad como el hecho de los alumbramientos. Por lo tanto, resulta claro que las relaciones interculturales tenían un matiz relacionado en menor medida con las clases dominantes, pero abundante con la población común, lo que reflejaría una influencia menor en las actividades y decisiones políticas, no obstante, aún desconocemos la importancia de dichas relaciones a niveles económicos y sociales, por lo que debemos seguir investigando para intentar resolver dichas inquietudes en el futuro cercano.

Agradecimientos

Nuestros sinceros agradecimientos van al Instituto Hondureño de Antropología e Historia por los permisos y apoyo. También estamos profundamente agradecidos con la National Science Foundation de los Estados Unidos por la beca otorgada para avanzar con las investigaciones. Este proyecto también se ha beneficiado de una beca de PSC-CUNY, financiado conjuntamente por el Professional Staff Congress y la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY). Lehman College CUNY, y el Centro de Graduados CUNY, también brindaron apoyo a la investigación de Cameron McNeil en Honduras.

Referencias

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Figura 1. Mapa del valle de Copan mostrando localización de sitios (por A. Velásquez 2016)

Figura 2. Altar 1 de Río Amarillo (Morley 1920)

Figura 3. Mapa del centro de Río Amarillo y el Sitio 5 (A. Velásquez 2015)

Figura 4. Reconstrucción de Estructura 5 del Sitio 29 de Río Amarillo mostrando el temazcal (M. Díaz 2016) y figurilla Ulúa de mujer con su bebé encontrada en el mismo sitio (E. Arias 2016)

 

Figura 5. Reconstrucción de Plataformas 8 y 9 mostrando la rampa entre ellas (W. Burgos 2017), perfil de excavación de rampa (J. Welch 2012), Vasija Ulúa Polícromo depositada como ofrenda (E. Arias 2017)

Figura 6. Reconstrucción de Estructura 10 del Sitio 5 de Río Amarillo (W. Burgos 2011), Estructura IV del Sitio Arqueológico Los Naranjos (E. Barrios 2016)

Figura 7. Incensario que representa a K´inich Yax K´uk´ Mo´, fundador de la dinastía de Copan encontrada en la Estructura 15 del centro de Río Amarillo (E. Arias 2015)