009 Cronología y contextos arqueológicos de los escondites en el Sureste de Petén. Mara A. Reyes – Simposio 28, 2014

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009 Cronología y contextos arqueológicos de los escondites en el Sureste de Petén.

Mara A. Reyes

 

XXVIII Simposio de Investigaciones
Arqueológicas en Guatemala

Museo Nacional de Arqueología y Etnología
14 al 18 de julio de 2014

Editores
Bárbara Arroyo
Luis Méndez Salinas
Lorena Paiz

 

Referencia:

Reyes, Mara A.
2015 Cronología y contextos arqueológicos de los escondites en el Sureste de Petén. En XXVIII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2014 (editado por B. Arroyo, L. Méndez Salinas y L. Paiz), pp. 127-135. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

 

Cronología y contextos arqueológicos de los escondites en el Sureste de Petén
Mara A. Reyes
Palabras clave
Sureste de Petén, Escondite, Vasijas, Incensarios, Preclásico Tardío, Clásico Tardío.

Abastract
For more than 27 years programs of the Archaeological Atlas Project of Guatemala has been carrying out a series of investigation in the North East, south west and in the Center of el Petén, in some unknown geographical sectors. So this is the reason why, Atlas has collected a lots of sample in cultural and ritual contexts. This archaeological artifacts comes from different Mayan cities that have been explored already by the Guatemalan archaeological program. Therefore Atlas has reached a large process of investigation, on this way we want to present the final result of our investigations about ceremonials offering, some of the conclusions are still preliminary, but as soon as possible we will be concluding the investigations about this topic. So in this investigation we are going to talk about the analysis of the artifacts in their contexts and internal structure, in relation of chronology and a very well define geography.

 

El Atlas Arqueológico de Guatemala inició sus actividades en 1987, con un programa de reconocimiento, mapeo e investigación en el sureste de Petén. Durante ese proceso de trabajo se lograron identificar varios hallazgos a los que en la literatura arqueológica se les da diferentes nombres que a veces tienden a confundir y a limitar su función, pero que generalmente son denominados simplemente como “ofrendas”. Por ejemplo en la literatura americana y francesa se les da el nombre de cache (Coe 1959), y se usa para definir un grupo de objetos encontrados regados en un área, pero que se encuentran relacionados entre sí.

En 2009 el Dr. Ernesto Vargas menciono que en Arqueología es frecuente localizar este tipo de ofrendas que seguramente corresponden a rituales que pertenecen a distintas finalidades: sacralización y desacralización del terreno en que se iba a construir un edificio, dedicación del nuevo edificio, conmemoración de los finales de periodo, advenimiento de un nuevo ciclo, entronización del gobernante, conjuro de algún acontecimiento astronómico, etc. (Vargas Pacheco 2009).

Este tipo de hallazgos denominados como: ofrendas, escondites, escondrijos, caches o depósitos rituales, han sido localizados en toda el área maya como parte importante de la ritualidad de los pueblos que habitaron esta región, y que aún hoy en día siguen funcionando dentro de la vida ceremonial de algunas comunidades indígenas actuales, las cuales se expresan de nuevas maneras y en renovados contextos (Broda 2002).

En el largo camino recorrido por más de 27 años el Atlas Arqueológico de Guatemala se ha logrado identificar 107 hallazgos, con las características anteriormente mencionas por algunos investigadores, y por la literatura arqueológica (Fig.1).
Razón por la cual se realizó una recopilación metódica de cada uno de ellos con los objetivos de conocer el contexto arqueológico, la localización espacial y temporal así como las características físicas de los objetos localizados dentro de estos contextos.

Metodología
El primer paso para el análisis consistió en el registro sistemático de cada uno de los escondites. Para ello se realizó una base de datos en excel. Por medio de la cual fue posible recuperar toda la información contextual (operación, suboperación y lote). Posteriormente se clasifico según los conjuntos arquitectónicos de carácter ritual y administrativo que componen una ciudad maya siendo estos: Los Conjunto de tipo Grupo E, Conjunto de tipo Acrópolis, Patios para Juego de Pelota, Calzadas de cohesión interna y Acrópolis. Un quinto conjunto es el palacio, función que no puede determinarse durante el reconocimiento, y por supuesto a esto se agrega el área habitacional que toda ciudad tiene adscrita (Laporte 2005).

De manera adicional se expone las plazas de significado ideológico y ritual, las cuales son determinadas: por la presencia, asociación y disposición de grupos de estelas y altares tallados en relación con algunos de sus edificios piramidales argumentan la posibilidad de que se tratara de templos de linaje, y, por analogía con otras disposiciones similares fueran memoriales de carácter funerario (Ciudad et al. 2010). Como es el caso de la Plaza A, del sitio de Machaquila.

Por último se definió, una temática donde se especifica los diferentes tipos de artefactos que contuvieron estos contextos rituales (vasijas, incensarios, concha, lítica, hueso humano o animal). Así como el fechamiento cronológico al que fueron adscritos.

Es importante mencionar que existe un sesgo en cuanto a la cantidad de la muestra, debido a que los sitios de la cuenca alta y cuenca media del río Mopan, son los que mayor excavación presenta, debido a las abundantes investigaciones realizadas en sitios como Ixtonton, Sacul, Calzada Mopan, Ucanal, e Ixkun. Pero es de resaltar que, a pesar de lo restringido de la muestra de excavación en otras zonas, se les encuentra también en sitios de la cuenca del río Poxte, el parte aguas, cuenca alta de río San Juan y la cuenca de los lagos.

Preclásico Tardío
La muestra perteneciente a la esfera Chicanel del periodo Preclásico Tardío es pequeña y dispersa dentro del territorio estudiado, donde únicamente fue posible la localización de siete escondites. En el contexto general, sobresalen aquellos localizados en los Conjuntos tipo Grupo E (n=6), esto debido seguramente a que la fundación cosmogónica inicial de un centro, especialmente en el sureste del Petén (Laporte y Mejía 2006) y centro-este de Belice, se efectuaba mediante la construcción de un «Grupo tipo E» (Chase A. 1985), los cuales fueron una combinación de ambientes consagrados y seculares. Donde el espacio público santificado sirvió de punto focal para toda la comunidad, razón por la cual el corazón de una ciudad necesitó estar centrado en la cosmología (Chase y Chase 2010).

Las actividades rituales para este periodo fueron identificadas principalmente en la Estructura Este, que compone este tipo de conjunto. Los escondites fueron depositados generalmente dentro de rellenos sin lineamientos de piedra que las delimitaran, estos fueron localizados al frente y en el eje de la estructura, en la saliente de la escalinata o en el lateral norte.

Como es el caso del escondite localizado frente a la Estructura Este del Conjunto tipo Grupo E del sitio La Lechuza, el cual no presenta alineamientos de piedra que le delimiten. Y consiste de un conjunto de seis piezas cerámicas, que forman un grupo de cuatro vasijas, dado que el contenedor que se localizó como ofrenda está compuesto por tres secciones el cual contaba con una tapadera y un plato plano para sostener el contenedor (Fig.2).

En cuanto a los artefactos que componen las ofrendas estos corresponden generalmente a piezas cerámicas monocromas o sin engobe, así como también se localizó un escondite conformado por una concha Spondylus que fue un molusco con gran importancia religiosa y motivo de un tráfico e intercambio durante miles de años fue encontraba totalmente fragmentada bajo el piso 1 y al frente de la Estructura Oeste del Conjunto de tipo Grupo E del sitio el Camalote/Melchor.

Clásico Temprano
La cantidad de escondites para el Clásico Temprano es más abundante que en el periodo anterior (n=10). Estos fueron localizados en sitios como: Ixkun, Ixtonton, Sacul, Ch´ich´a, Los Monos, Ix Ek y La Unión 1. En cuanto al contexto arqueológico cinco fueron localizados en Conjuntos de tipo Grupo E, dos en Palacios, uno en Conjunto tipo Acrópolis y uno más en el cerro sur de Ixkun cuyas características bien podrían definirse como un espacio de significado ideológico y ritual, caso similar a la Plaza A de Machaquila.

Para este periodo fue fechado el depósito especial 001 localizado en el sitio de Sacul, el cual consistió en una ofrenda cerámica compuesta por una concentración de 229 vasijas. Las cuales fueron colocadas en 21 apilamientos. Los platos estaban estibados, con la mayoría destruidos por siglos de presión del suelo. Estos platos parecen ser de manufactura local, producidos masivamente, por lo que la inversión en sí no debió ser mayor como aquellas ofrendas que incluyen bienes importados.

Además, hubo una gran cantidad de material fragmentado situado en la parte inferior del hallazgo, lo cual representa a otra serie de platos que también estuvieron apilados. Al fondo, sobre el sector norte, se localizaron otras cuatro vasijas completas, colocadas sobre su base pedestal, siendo incensarios que muestran especies de asas de dos apoyos invertidas hacia el interior de la pieza.

Este tipo de incensario es poco usual en las Tierras Bajas, con escasas referencias a algunos ejemplares solamente en sitios de las Montañas Mayas y curiosamente en Tonina, en Chiapas. No hay duda de que los incensarios de espiga interior son parte de un movimiento ritual que implica una larga tradición que comienza en el preclásico y alcanza al final del clásico: los depósitos masivos de material cerámico que incluyen ejemplares completos y la mayor parte fragmentados a propósito (Laporte y Mejia 2006).

Un incensario orientado al oeste y con la representación de una deidad antropomorfa fue localizado sobre las vasijas y sobre este se encontraban tres vasijas completamente fragmentadas. Este depósito corresponde al Clásico Temprano, tal vez relacionado con el Siglo VI DC. La verdadera intención de este tipo de ritual nunca ha sido completamente comprendida; algunos exponen sus posibilidades como rituales de terminación, otros de dedicación, pero no existe aún un acuerdo sobre esta manifestación ritual.

Dentro de la muestra del sureste de Petén es para el Clásico Temprano donde por primera vez se documenta un actividad ritual (077), asociado al entierro 226. El cual presentó seis vasijas colocadas directamente sobre las lajas de la techumbre plana de la cista. Por tal razón se le considera como ofrenda directa a este. Estas prácticas han sido reportadas para el periodo Clásico Tardío en el sitio de Caracol en Belize (Chase y A. Chase 2010).

También aparecen prácticas rituales relacionadas a las estelas como el escondite 093 que se asocia a la espiga que se encuentra frente a la Estructura Norte del Grupo C del sitio de Ch´ich´a, en la Libertad Petén. La ofrenda consiste en dos vasijas del grupo Águila. Estas se encontraban una sobre otra a manera de tapadera (A 951 y A 954). Caso similar reportado para el sitio de Los Monos en la cuenca de los lagos, donde fue localizado un escondite al centro de la Estructura Este del Conjunto tipo Grupo E (Fig.3).

Si bien es cierto la mayor parte del material utilizado en los escondites son vasijas completas, también se localizaron puntas bifaciales de pedernal, espejos de pirita fragmentado, así como discos de pizarra muy bien pulida y navajas prismáticas de obsidiana, en algunos casos consisten las ofrendas en concentraciones de fragmentos de incensarios y huesos de animal quemado.

Clásico Tardío
Para el Clásico Tardío se tiene un total de 39 hallazgos, estos localizados en veinte sitios y una cueva. La mayoría proveniente de sitios como Ixtonton y Calzada Mopan. En relación al periodo anterior las actividades rituales, empiezan aparecer con más frecuencia en áreas habitacionales o en otros complejos que conforman el sitio como es el caso del localizado en la calzada sur de Ixkun, donde fue ofrendado un grupo de tres pares de vasijas miniatura introducidas durante el Clásico Tardío, cuando esta fue construida (E 020); el cual consta de pequeños platos con paredes recto divergentes en un par y curvo divergentes en los otros dos pares, todos ellos del tipo Cambio Sin Engobe, colocados en posición labio a labio (A-444 a 446, A y B).
Para este periodo vuelve a documentarse una asociación entre entierro y escondite como ya se había reportado para el Clásico Temprano (E 299 y 300), consistiendo la ofrenda en un cuenco policromo del tipo Palmar Naranja (A 981). En cuanto al material cultural utilizado, empiezan a aparecer caracoles y material óseo, asociados a la parte interior de las vasijas, así como fragmentos de molares, y en algunos casos se identificaron cráneos infantiles dentro de platos colocados en posición labio a labio (E 006). Los cuales podrían sugerir un rito de renacimiento simbólico, tal como se menciona para Tikal (Weiss-Krejci 2010).

Algunas de las ofrendas(n=2) fechadas para este periodo fueron localizadas dentro de una cista tallada en la roca caliza y cubierto por lajas y luego por el piso del patio o ubicadas dentro del relleno de alguna estructura. Por su dimensión podría tratarse de alguna cista construida para depositar una inhumación y que al final no hubiera sido utilizada como tal, caso similar al reportado en El sitio de El Chapayal (E 031), en Dolores, Petén (Samayoa y Ramos 1995) (Fig.4).

Clásico Terminal
Para el Clásico Terminal se han reportado aproximadamente 40 escondites, si bien es cierto la muestra es una de las amplias dentro de las diferentes etapas cronológicas de la región, también la cantidad de sitios donde fueron localizadas se amplió siendo encontradas no solamente en la cuencas alta y media del río Mopan, sino también en zonas asociadas a la cuenca de los lagos como el sitio El Reinado y la cuenca del río Poxte.

En cuanto al contexto general sobresalen aquellos localizados en áreas habitacionales (n=26), seguidos por aquellos escondites en Plazas de significado ideológico y ritual (n=4), Palacio (n=4), Conjuntos tipo Grupo E (n=3), Acrópolis (n=2), Calzada de cohesión interna (n= 2) y Juego de Pelota (n=1).

Las ofrendas del Clásico Terminal siguen un patrón establecido ya desde el Clásico Tardío donde empiezan aparecer vasijas colocadas en posición labio a labio conteniendo en su interior punta bifaciales y lascas de pedernal, piedra verde, cuarzo, obsidiana, concha y caracol, o en algunos casos estas ofrendas se ven asociadas a fragmentos de piedra de moler de roca ígnea (Fig.5).

Es de mencionar que para este periodo aparece una ofrenda conformada por un plato del tipo Tinaja Rojo (A-964) bajo el cual se localizó un cráneo humano esto en el sitio de La Puente/Dolores (E 096). Las ofrendas están generalmente depositadas en el eje central de las estructuras o bien frente a ellas. En algunos casos las ofrendas se encuentran totalmente fragmentas e incluyen material óseo, piezas dentales de infante, fragmentos de un incensario, fragmentos varios de lascas de pedernal u otros.
Un caso especial puede verse en el escondite localizado en Calzada Mopan (E 063), donde una serie de 17 laminillas de talco fueron depositadas en el relleno en forma coincidente con el eje de la estructura. No se encontraron dentro de ninguna vasija u otro tipo de contenedor, sino que directamente en el material de relleno. El acomodo en que fueron encontrados estas laminillas y lo frágil de las mismas sugiere que estuvieron contenidas dentro de algún artefacto posiblemente de material perecedero.
En el sitio de Machaquila fue localizado en el cuadrilobulado de la plaza A (E 090) una serie de material cultural consistentes de una variedad de objetos como cajas de cerámica, instrumentos musicales figurillas instrumentos de pedernal y obsidiana (Fig.6).

Estos fueron depositados bien como ofrendas bien como instrumentos utilizados en el ritual para el autosangrado o sacrificio. La variedad de materiales quizá podría apuntar a que el cuadrilobulado sirvió como escenario de más de una clase de ceremonial. Y que estos ceremoniales pudieron estar vinculado a efemérides calendáricas, como las que se conmemoran en algunas estelas de la Plaza A; otro de los ceremoniales pudo estar relacionado con el culto a los antepasados dinásticos, como sugiere el propio contexto de la Plaza A, donde se concentra una serie de construcciones piramidales, posiblemente de función funeraria, y la asociación de cuadrilobulado con el Altar A, concebido como la tortuga relacionada con el mito de la resurrección del dios del Maíz (Ciudad et al. 2010).

También es de mencionarse el caso del escondite 19, localizado en el sitio de Ixkol en el área habitacional en altar frente a la estructura donde fue determinada una serie de artefactos de piedra, encontrándose una punta bifacial completa, y tres lascas de obsidiana, y una navaja prismática fragmentada.

Al igual que para el Clásico Temprano y Clásico Tardío en este periodo se evidencian las ofrendas asociados a entierros, lo cual nos permite inferir que este tipo de ofrendas seguramente de dedicación viene de una tradición del Clásico Temprano al Clásico Terminal. Tal como lo evidencia el escondite (E 060) localizado en el sitio de Calzada Mopan, localizado sobre la cista del entierro 214 y que se encuentra compuesto por un pequeño cuenco invertido sobre un cántaro, igualmente de menores dimensiones, el cántaro se hallaba sobre su base, ambos en excelentes condiciones, completos, de color naranja (Fig.7).

Al parecer las actividades rituales se incrementaron durante el Clásico Terminal, intensificándose en las áreas periféricas de las ciudades del Sureste y Centro-oeste de Petén. Produciéndose un cambio significativo desde el ritual público (comunidad; para el bien de todos), al ritual privado (la familia; para el bien de la línea ancestral) tal cual se menciona para el sitio de Caracol (Chase y Chase 2010).

La actividad ritual en las plazas centrales es notoria en la presencia de incensarios y quemas asociadas en la mayor parte de edificios y monumentos. Hay una intensa actividad junto a las estructuras, según indica el abundante material cerámico y lítico recuperado (Laporte y Quezada 1998).

Otras manifestaciones posteriores al Clásico Terminal fueron evidentes en los trabajos efectuados en algunos sitios del sureste: movimiento de monumentos tallados, vida en los escombros de antiguas edificaciones, producción de artefactos de pedernal y aun manifestaciones rituales dedicados a los viejos templos y estelas. Sin embargo, el fechamiento de estas actividades es complejo. No obstante, es evidente que se trata de ocupaciones aisladas que corresponden a un marco temporal del Postclásico.

Consideraciones generales
A grandes rasgos se ha esbozado los principales resultados con el objetivo de realizar un análisis que consideramos interesante como muestra de interpretación.

Como se ha establecido anteriormente los escondites son una tradición prehispánica, que se mantuvo hasta el Postclásico con mayor movilidad hacia el Siglo VII y VIII, diversificándose no solo hacia las áreas periféricas sino también en cuanto a los artefactos que fueron utilizados en estos actos rituales, ya fueran estos de fundación, refundación, terminación o dedicatorios.

La información analizada de los 107 escondites recuperados en el sureste de Petén llevan a concluir que la mayor parte de la muestra (42%), fue localizados en áreas habitacionales, seguido por aquellos que fueron localizados dentro o alrededor de las estructuras que conforman el Conjunto de tipo Grupo E (28%).

Es evidente que la mayor parte del material corresponde al Clásico Tardío (41%), seguido por la muestra del Clásico Terminal (38%). Asimismo no parece existir alguna diferencia en cuanto a la presencia de objetos que conforman este tipo de hallazgos dentro de la categorización cronológica mencionada. La mayor parte de ofrendas está compuesta por vasijas completas, que en algunos casos cuentas con artefactos (lítica, concha, fragmentos de incensarios, huesos humanos y de animales), en su interior. Así como también fue posible la localización de algunos incensarios completos aunque estos no representan mayoría dentro de la muestra analizada.
Finalmente el análisis demostró que no hay diferencia entre los escondites de las diferentes cuencas hídricas, es interesante ver que dentro de estos contextos rituales, sobresale en su mayoría la cerámica policroma representada por tipos como Palmar Naranja Policromo, Paixban Ante Policromo, Aduana, Tinaja Rojo. Esto para el Clásico Tardío-Terminal. Para el Preclásico Tardío y Clásico Temprano sobresalen aquellas ofrendas compuestas por material cerámico monocromo de color rojo. Por lo que se considera que las ofrendas nos pueden dar un mejor entendimiento de las sociedades que las realizaron, y probablemente ayude a inferir identidades sociales. Aunque el estudio es preliminar, se espera mostrar la importancia de la comparación y análisis de estos tipos de contextos abundantes en el registro arqueológico.

Referencias

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Weiss-Krejci, Estella.
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Fig.1: Plano de cuencas del Sureste y Centro-Oeste de Petén.

Fig.2: Ofrendas del escondite 092.

Fig.3: Ofrenda del escondite 093 (A 951 y A 952) restauradas.

Fig.4: Planta del escondite 031 del sitio El Chapayal.

Fig.5: Ofrendas del escondite del Clásico Tardío (E 052).

Fig.6: Cajas de cerámica del escondite 090 de Machaquila (A 926 y A 927).

Fig.7: Ofrenda del escondite 060 del sitio Calzada Mopan.