Descargar este archivo en formato PDF
Houston, Stephen, Robert Chatham, Oswaldo Chinchilla, Erick Ponciano y Lori Wright.
1992 Mapeo y sondeos en Tamarindito, Petén. En IV Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1990 (editado por J.P. Laporte, H. Escobedo y S. Brady), pp.154-163. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.
16
MAPEO Y SONDEOS EN TAMARINDITO, PETÉN
Stephen Houston
Robert Chatham
Oswaldo Chinchilla
Erick Ponciano
Lori Wright
El sitio de Tamarindito se localiza a unos 6 km al noroeste de la Laguna Petexbatun, en un cerro que corre al sur hacia El Escarbado y al oeste hacia Arroyo de Piedra. Tamarindito está construido a mitad de este cerro. Desde su punto más alto, una colina conocida como Cerro de Cartografía (llamado así debido a sus marcas de base topográficas) se puede ver un panorama que abarca Punta de Chimino, el cerro de El Escarbado, la actual población de Sayaxche, en los márgenes del río Pasión y algunas pequeñas lagunas al norte del sitio hasta Itzan. Durante el período Clásico, los habitantes de Tamarindito probablemente pudieron ver todos los centros mayores de la cuenca baja del Pasión, o al menos las columnas de humo que emanaban de los sitios vecinos. Esta visibilidad, junto con la proximidad a los ojos de agua al pie del cerro y la refrescante brisa que soplaba en ese punto hacen de Tamarindito un buen lugar para formar un asentamiento.
El sitio está dividido en dos partes (Figura 1). El Cerro de Cartografía contiene una plaza dominada por una pirámide y una serie de estructuras alineadas, así como grupos de montículos y terrazas en las laderas que bordean el cerro. Un cerro adyacente sostiene la otra parte del sitio, y consiste de una plaza rodeada por varios templos, un complejo palaciego y un sacbe que conecta la plaza con un grupo de grandes templos situados hacia el norte y con un pequeño grupo de montículos hacia el sur. Ambos lados del sitio contienen esculturas, incluyendo tres escalinatas jeroglíficas, dos estelas talladas y una lisa, dos paneles tallados, uno fragmentado y el otro incorporado a otra estructura. La cronología de estas esculturas va del Clásico Temprano al Clásico Tardío, el probable fechamiento más tardío para el final del Período Clásico. Las inscripciones dan indicios de la existencia de una larga secuencia dinástica en el sitio, de más de 25 gobernantes, de los que solamente unos pocos pueden identificarse por sus nombres (Houston 1987).
A la fecha, Tamarindito carece de protección. De acuerdo a reportes locales, la cercana presencia de contingentes guerrilleros ha reducido la intensidad del saqueo de las ruinas, pero hay evidencia de depredación realizada por agricultores o comerciantes de Sayaxche durante la década de 1970. Resultado de esto ha sido la remoción de fragmentos de la escalinata jeroglífica, muchos de los cuales se encuentran actualmente en colecciones privadas en la ciudad de Guatemala y la existencia de varias trincheras de saqueo en los montículos. Los pozos de saqueo han afectado sobre todo las partes superiores de las pirámides. El relleno estructural descubierto en estas trincheras se asemeja a la mal consolidada mampostería de las estructuras de Dos Pilas.
Como parte del Proyecto Regional Petexbatun, se decidió realizar un reconocimiento y excavaciones limitadas en el sitio, con el cual Dos Pilas y otros centros de Petexbatun tenían cercanos nexos dinásticos. El mapeo fue realizado por Stephen Houston y Eric Ponciano, en tanto que las excavaciones estuvieron a cargo de Oswaldo Chinchilla y Robert Chatham.
Las observaciones sobre el material osteológico se deben al trabajo de Lori Wright. Exploraciones anteriores en el sitio fueron realizadas por Ian Graham, Merle Greene y Stephen Houston, quien trazó un mapa con brújula de Tamarindito en 1984, localizando también algunos monumentos, incluyendo la Escalinata Jeroglífica 3. No se ha llevado a cabo ningún trabajo de campo en el sitio entre 1984 y 1990.
Figura 1
Los objetivos del subproyecto Tamarindito fueron los siguientes: 1) iniciar un mapa con teodolito de las ruinas y colocar posiciones de estacas de transverso como puntos de base; 2) establecer la infraestructura para un programa más amplio y 3) recolectar una muestra limitada de cerámica y otros artefactos, enfocada a desarrollar una cronología para Tamarindito. Los trabajos se extendieron fuera del área delimitada como parque, particularmente tras descubrir evidencia de agricultura intensiva.
Mapeo
El mapeo se efectuó con la ayuda de un teodolito Wild automático T‑1 y estadales de fibra de vidrio, así como una computadora Pocket Sharp para ingresar la información, con un programa de mapeo coordinado X‑Y diseñado por Takeshi Inomata.
Las condiciones de mapeo fueron difíciles debido a la vegetación de guamil que brotó en la selva después de un incendio ocurrido en 1987 y debido a lo empinado del terreno que atraviesa el sitio. Como resultado, durante 1990 se decidió concentrar las actividades de mapeo en áreas fuera del parque. Estas áreas estaban completamente limpias de vegetación debido a las rozas de milpa, pero al mismo tiempo también muy destruidas por el proceso de cultivo.
La primera área, en la parcela de Gaspar Requena, incluía el extremo de una calzada y pequeños montículos dispersos. Esta calzada está limitada por estructuras alineadas y por hileras de piedras y al parecer finaliza en una elevación al sur del sitio. El Sr. Requena nos informó que el asentamiento al sur del sacbe es más o menos continúo hasta Aguateca, unos 7 km al sur de Tamarindito.
La segunda área fue mapeada solo en parte. Se trata de la parcela del Sr. Conrado Espooner, que se sitúa contigua al límite oeste del parque y aproximadamente 30 m al oeste del Cerro de Cartografía. De particular interés resultó ser un cerro que ha sido completamente limpiado de vegetación, sobre el cual se distinguen cinco grupos de montículos, que se empezaron a mapear por medio de brújula. No fue posible concluir este trabajo por concentrarse la mayor atención en un rasgo de gran interés: un grupo de terrazas agrícolas situado al norte del cerro, en un declive de casi 50 m de la cima del cerro. El mapeo de las terrazas también reveló una fuente de agua de tamaño considerable al pie del cerro, aproximadamente a 100 m del complejo de terrazas.
El asentamiento superficial sugiere que el asentamiento se concentra en las faldas del cerro, con poca o ninguna ocupación en las áreas bajas pantanosas. Creemos que un futuro mapeo pueda mostrar que el patrón de asentamiento básico en el área consista en un patrón de ocupación lineal, con grupos de montículos arriba o abajo de la cima del cerro y relativamente poco asentamiento detrás o abajo de la colina donde se sitúa Tamarindito. Este patrón puede estar relacionado con la localización de las fuentes de agua al pie del mismo. El descubrimiento de los campos de terrazas sugiere que las poblaciones se concentraban cerca de las colinas donde estaban sus terrenos productivos.
Sondeos
Operación T1
Tres unidades de 2 x 2 m fueron excavadas en los alrededores de la plaza comprendida por las Estructuras 56‑63, con el objetivo de buscar basureros y obtener así una idea de la secuencia de ocupación y el fechamiento del grupo. En la esquina entre las estructuras 61 y 62 se descubrió un relleno flojo formado por grandes piedras y tierra suave, con muchas cavidades. Se detectó la existencia de un burdo muro de contención, del que se descubrieron dos hileras de piedras grandes, aunque es posible que continúe un poco más hacia abajo, en niveles no excavados. Aparentemente se trata de un muro de construcción, hecho con el objeto de sostener el relleno de piedras que se estaba colocando. El Entierro 1 se encontró en este relleno, entre 60 y 80 cm de profundidad. El material esquelético fue depositado dentro del relleno de la plataforma, probablemente durante la construcción de la misma y no se detectó un pozo ni una línea de circunscripción en el relleno.
Este entierro contenía restos de dos individuos. El individuo A está representado por un esqueleto completo aunque fragmentado, que descansaba sobre su lado derecho, con las piernas flexionadas y los brazos cruzados ligeramente sobre la región pélvica, colocado con la cabeza hacia el norte. El cráneo estaba fragmentado, pero parece haber visto hacia el lado oeste. Presenta fragmentos de todos los elementos esqueléticos, por lo que puede caracterizarse como un entierro primario de un adulto de edad mediana del sexo masculino.
La bóveda craneana es extremadamente gruesa e irregular, lo que sugiere que pudo haber sufrido anemia. La dentición se encuentra bien preservada, no muestra evidencia de caries, sino solamente un caso leve de enfermedad periodontal. El cráneo está deformado en el estilo tabular oblícuo, con la frente aplanada y surcos post-orbitales. Los dientes muestran mutilación por limadura de los incisivos y caninos maxilares y del canino mandibular derecho, del tipo F3 de Romero (1970). Los incisivos mandibulares no están presentes, pero pudieran haber estado mutilados en forma similar.
El individuo B, representado solamente por parte de la bóveda craneana, se localizó aproximadamente 1 m al noroeste del cráneo del individuo A y unos 20 cm mas arriba. No está claro si fueron depositados al mismo tiempo o independientemente.
Se trata de un adolescente, a juzgar por la apertura de la sutura basioccipital, que se cierra hacia los 22 años. Desafortunadamente, no hay restos dentales que permitan una estimación más precisa de la edad al morir. Morfognósticamente, las regiones frontal y mastoidea aparentan ser femeninas. Sin embargo, esto puede ser consecuencia de la juventud del individuo, más bien que del sexo. Como en el individuo A, el cráneo de B está claramente deformado en el estilo tabular oblícuo, con un hueso frontal marcadamente aplanado.
Se hicieron excavaciones también al lado este de las Estructuras 60 y 57. La primera fue poco productiva en cerámica y no se profundizó mucho. En la segunda se observó una estratigrafía más compleja, consistente en tres capas sucesivas de barro con textura y color cambiantes y una concentración regular de cerámica.
Operación T2
El objetivo de esta suboperación fue buscar basureros en el grupo de plaza que comprende las Estructuras 32, 33 y 34, con el propósito de obtener información sobre la secuencia de ocupación de esta área y su fechamiento.
Se excavaron dos pozos de 2 x 2 m, uno en el declive de la esquina entre las Estructuras 33 y 34 y otro en la esquina noroeste de la estructura 22. En ambos se removió solamente la capa superficial, revelando en la Unidad 1 la roca madre y algunas acumulaciones poco densas de tiestos y en la Unidad 2 un posible piso exterior hecho de tierra, con algunos tiestos en su superficie.
Operación T3
El objetivo primordial de esta excavación fue rescatar la base de la Escalinata Jeroglífica 3, situada en el lado oeste de la Estructura 64, con el propósito de localizar escalones tallados, cuya existencia se supuso en base al análisis de la inscripción presente en los escalones superiores.
Se excavó un área de 4.5 x 2 m al pie del sitio que anteriormente estuvo ocupado por la Escalinata Jeroglífica 3, removida hace varios años por empleados del Instituto de Antropología e Historia de Guatemala. Al remover la capa superficial se descubrieron tres escalones formados por líneas de grandes piedras de forma más o menos uniforme, colocadas en niveles progresivamente ascendentes. Dos bloques del tercer escalón se encontraron tallados con jeroglíficos en relieve y dos bloques tallados más se encuentran en el escalón más alto. Estos últimos bloques no se encontraron en la línea de la Escalinata Jeroglífica 3, estaban separados entre si por un bloque sin tallar, lo que sugiere que su posición es secundaria y que fueron transportados a este lugar, quizá desde otra escalinata.
En línea con la pared sur de la excavación, se hizo una extensión de 1 x 2 m en dirección a la plaza con el objeto de aclarar la posición del piso de plaza en relación a la escalinata y la profundidad de ocupación de la propia plaza. Después de remover el humus, se reveló una superficie de barro oscuro con algunas piedrecillas dispersas, que corresponde al piso de plaza. En un área de 1 x 1 m, en la mitad este de la unidad, se profundizó alcanzando la roca estéril a solamente 15 cm por debajo del piso.
Se abrieron otros dos pozos de 1.5 x 1.5 m en la falda del montículo, 3 m al sur de la excavación anterior. Su propósito fue explorar la posible existencia de una escalinata esculpida gemela de la Escalinata Jeroglífica 3 en la mitad sur del lado oeste de la Estructura 64, posibilidad sugerida por la localización de la propia Escalinata Jeroglífica 3, que no está, como es usual, en el eje de la estructura, sino corrida hacia la parte norte de la misma. En ambos pozos se descubrieron solamente escalones lisos, compuestos por bloques de piedra bastante dislocados.
La escalinata está formada por grandes bloques, de superficie más o menos lisa, pobremente ensamblados entre sí. Estos bloques forman el revestimiento de la contrahuella de los escalones, en tanto que la huella consiste solamente en tierra apisonada. El promedio de altura de los escalones está alrededor de 30 cm, mientras que el ancho de las huellas puede colocarse entre 40 y 50 cm.
El piso de la plaza consiste solamente en tierra apisonada, mezclada con algunos guijarros dispersos. Representa una ocupación muy delgada, de una sola etapa constructiva, erigida casi directamente encima de la roca madre.
Los Textos Esculpidos
Los dos bloques tallados del tercer escalón están fuera de la línea de escalones esculpidos que conforma la Escalinata Jeroglífica 3, y separados entre si por un bloque sin tallar. Seguramente están fuera de su contexto original, reutilizados en esta escalinata. No es posible discernir los detalles de estos jeroglíficos, como tampoco es posible establecer si formaban parte originalmente de la Escalinata Jeroglífica 3.
El segundo escalón (Figura 2) presenta una inscripción legible. Pueden distinguirse cuatro cartuchos en un bloque de piedra grande, en regular estado de conservación. A la par de este bloque hay otro más pequeño, que presenta la parte final de la fila de glifos, con restos de al menos un cartucho esculpido, en estado avanzado de erosión. Los cuatro glifos legibles del escalón forman un nombre personal, que puede identificarse como tal por presentar el Glifo Emblema del sitio y un título AHAU. Aunque seguramente este escalón formaba parte del texto de la Escalinata Jeroglífica 3, no es posible establecer con seguridad la conexión con el texto de los demás escalones, especialmente tomando en cuenta la evidencia de movimientos y relocalizaciones que tuvieron lugar en esta parte de la escalinata. En particular, es extraño que haya un escalón completamente liso separando este escalón esculpido del resto de la Escalinata Jeroglífica.
Figura 2
Operación T4
Se planeó con el objetivo de buscar basureros en el grupo de las Estructuras 41, 42 y 43, un grupo de montículos bajos que forman una pequeña plaza cerca del centro del sitio. Se consideró que existía una buena posibilidad de encontrar basureros domésticos en el área circundante a un grupo de tamaño pequeño, que pudiera complementar los hallazgos en basureros cercanos a estructuras mayores.
Se colocó un pozo de 2 x 2 m en la esquina entre las Estructuras 41 y 42. Tras remover la capa superficial se encontró un piso de tierra oscura, que se retiró parcialmente y se encontró que el material que lo conforma contiene miles de pequeños residuos de pedernal. A poca profundidad, aproximadamente 20 a 30 cm de la superficie, se encontró la roca madre, que aparece bajo la forma de una gran plancha horizontal.
La cantidad de pedernal encontrado aquí hace pensar que se trata de residuos de un taller, que fueron incorporados al material del piso, por lo que probablemente no se trata de residuos primarios.
Operación T5
En el lado norte del Cerro de Cartografía se sitúa un profundo barranco con lados escarpados y el fondo cubierto con una gruesa capa de humus. La cercanía del barranco a la construcción monumental, en este caso un probable palacio al sur, sugiere que ésta sirvió como cantera para los pobladores de Tamarindito. Mientras se llevaba a cabo el mapeo en esta área en marzo 1990, se descubrió un rico depósito de huesos, cerámicas, pedernal y obsidiana.
Aparentemente la cantera había sido usada con un basurero para los desechos de las áreas residenciales del Cerro de Cartografía. Las excavaciones se hicieron con el objeto de obtener: 1) una muestra cerámica del basurero, el cual parecía tener un gran número de tiestos diagnósticos; 2) información acerca de un depósito que había sido destruido por los animales.
Las excavaciones consistieron en unidades de 2 x 2 m localizados en el fondo del barranco de la cantera, se excavó en niveles arbitrarios de 10‑15 cm hasta el manto de caliza. Para conservar el control horizontal, cada nivel estuvo divido en dos lotes de 1 x 2 m. Se demostró que de hecho en el barranco se localizaba un basurero, aunque no muy espeso. Los depósitos más ricos estaban bajo la gruesa capa de humus (0‑15 cm) al manto de caliza, extendiéndose en algunos sectores hasta 55 cm aproximadamente. Hay una amplia colección de huesos, incluyendo venado y coche de monte, así como restos de caparazón de tortuga.
La colección de lítica es pequeña, con 17 fragmentos de obsidiana, más que pedernal y un pequeño número de figurillas. Pero el hallazgo más representativo es la cerámica, que parece representar un depósito mixto. La mayoría de los tiestos son los tipos comunes al Clásico Tardío, como Encanto Estriado y Cambio Sin Engobe, con un menor porcentaje de tiestos policromados.
Sin embargo, hay algunos tipos del Clásico Temprano, incluyendo cerámicas con un distintivo engobe anaranjado y diseños circulares incisos. El hallazgo de cerámica Gris Fino cerca del fondo de la excavación confirma la naturaleza mezclada del depósito, que seguramente es secundario. Esta excavación corrobora la ocupación Clásico Temprano en Tamarindito.
Operación T6
Como se mencionó antes, un enfoque central de las investigaciones de 1990 fue una serie de dos grupos de montículos rodeados por terrazas agrícolas, las primeras encontradas en la parte oeste de Petén (Figuras 3 y 4). Este tipo de rasgo se ha reportado anteriormente en la parte este del departamento, cerca de la frontera con Belice, al sur del sitio de Yaxha y posiblemente cerca de Tikal (Turner 1974, 1978).
Los objetivos de las excavaciones fueron: 1) determinar la disposición y construcción de las terrazas; 2) establecer más determinadamente sus funciones como arquitectura agrícola, particularmente el patrón reticular de muros entre los dos grupos de montículos; 3) averiguar su fechamiento y 4) investigar la relación entre los grupos de montículos y las terrazas.
Se hicieron excavaciones en tres localidades separadas, explorando partes de un sistema relativamente compacto de terrazas con grupos de montículos adyacentes. Las terrazas mismas son de tres tipos: un grupo de al menos diez terrazas que corren paralelas con las líneas de contorno a las laderas y perpendiculares al drenaje; un grupo de muros que corren paralelos al drenaje (éstos probablemente sirvieron como canal de riego) y un grupo final de muros bajos distribuidos en un patrón reticular. Al parecer las terrazas fueron construidas solo en laderas relativamente moderadas (menos de 30‑40º y cerca del pie del cerro). Puestos que las terrazas son virtualmente invisibles bajo la densa vegetación, es bastante probable que muchas más permanezcan sin ser descubierta en el cerro.
Figura 3
Figura 4
Las terrazas también rodean dos modestos grupos de montículos. Uno de ellos se sitúa entre los muros reticulares y una serie de terrazas en las laderas; éste consiste de solo dos montículos, ambos con plataformas escalonadas, aunque es posible que haya otros dos edificios cercanos. El otro grupo consiste en al menos dos plazas y quizá más. Las rozas de la milpa han revelado una substancial dispersión de cerámicas y otros artefactos en este grupo de montículos. El área baja las terrazas y el grupo de montículos ha revelado, hasta ahora, solo uno o dos pequeños grupos de montículos. El resto es terreno bajo e inundable, que drena hacia los lagos situados al norte del Cerro de Cartografía.
Se excavaron tres áreas de las terrazas (Suboperaciones T6A, T6B y T6C). En la primera, las excavaciones dejaron al descubierto piedras caliza pequeñas a medianas (3‑30 cm), que habían sido apiladas para formar un terraplén de 1 m de grosor, que contenía un depósito de tierra muy fina, con extrema retención contra el agua; al secarse por el calor de la roza se volvía sumamente cenicienta y polvorienta. Solo se encontraron seis tiestos en las 11 unidades de T6A y éstos es bastante probable que hayan sido erosionados de los grupos de montículos que se sitúan más arriba del cerro.
La Suboperación T6B consistió de un perfil estratigráfico y la limpieza parcial de una estructura doméstica. La excavación final (Suboperación T6D) fue una trinchera de 1 x 17 m que corría a través de las terrazas inferiores. La tierra de la excavación era cenicienta y reseca, o barrosa cuando estaba húmeda, las excavaciones penetraron hacia abajo hasta un nivel aparente de caliza aplastada sobre el cual descansan las terrazas.
Las excavaciones revelaron detalles de la arquitectura de las terrazas que eran totalmente invisibles desde la superficie. Básicamente, éstas consistían de apilamientos de piedras pequeñas a medianas, todas las que al parecer habían sido extraídas de la caliza basal. En algunos casos existe una buena evidencia de capas de piedra finamente colocadas, que posteriormente fueron derrumbándose. La mayor parte de las terrazas más largas promedian 1 m de altura, con áreas donde se hicieron concentraciones de piedras pequeñas, posiblemente para facilitar el drenaje.
La tierra era profunda con una textura fina entre los muros y de acuerdo a algunos trabajadores, éstas debieron haber sido ideales para cultivos tales como cacao. Al menos, las terrazas no sufrieron de erosión de las elevaciones superiores; esta sugerencia está apoyada por la presencia de muros que pudieron haber canalizado el drenaje hacia terrazas inferiores. La disposición reticular es más complicada y su aclaración deberá esperar de futuros trabajos de campo.
Las terrazas pueden fecharse para el Clásico Tardío, con ocupación continua hasta el Clásico Terminal. La mayor parte de la cerámica consiste en tipos comunes del Clásico Tardío (Chaquiste Impreso, Encanto Estriado), aunque han aparecido algunos tiestos de Anaranjado Fino en la superficie. No hay evidencia de que las terrazas y edificios hayan sido ocupadas por períodos largos.
No es del todo clara la función de estas terrazas. Algunos especialistas las interpretan como signos seguros de intensificación, en el sentido que todas las demás áreas disponibles debieron haber estado en uso antes de que los agricultores se movieran a terrenos menos deseables, tales como laderas empinadas (Turner 1978). Al mismo tiempo, debe explicarse su proximidad al centro del sitio de Tamarindito. No puede descartarse la posibilidad de que hayan sido usadas para cultivos especiales dirigidos hacia la élite, o si simplemente se colocaron ahí para aprovechar la proximidad del centro dinástico, aunque haya habido campos más adecuados pero que estaban más alejados.
Conclusiones
El trabajo realizado en Tamarindito durante 1990 es muy preliminar, pero se logró alcanzar algunas de las metas propuestas inicialmente. Se dio inicio a la tarea de mapeo del sitio y se tiene una idea más exacta de su conformación. Los diversos sondeos permitieron una apreciación inicial de la cronología del sitio, en tanto que los entierros recuperados amplían un poco la muestra de material osteológico del área de Petexbatun. El hallazgo de textos jeroglíficos ayuda a mejorar nuestro conocimiento de la historia dinástica del sitio. Pero quizá lo más relevante ha sido la documentación del intricado patrón de terrazas agrícolas, que aporta información sobre el sistema económico y potencialmente es de interés para el estudio de los patrones políticos de la zona.
REFERENCIAS
Houston, Stephen D.
1987 The Inscriptions and Monumental Art of Dos Pilas, Guatemala: A Study of Classic Maya History and Politics. Tesis Doctoral, Yale University, New Haven.
Romero, Javier
1970 Dental Mutilation, Trepanation and Cranial Deformation. En Handbook of Middle American Indians, Vol. 9: Physical Anthropology (editado por T.D. Stewart), pp.50‑67. University of Texas Press, Austin.
Turner, B. L.
1974 Prehistoric Intensive Agriculture in the Mayan Lowlands. Science 185:118‑124.
1978 Ancient Agricultural Land Use in the Central Maya Lowlands. En Pre‑Hispanic Maya Agriculture (editado por Peter Harrison y B. L. Turner), pp.163‑183. University of New Mexico Press, Albuquerque.