09 EXPLORACIÓN DE LA RAMA NUEVA EN NAJ TUNICH, PETÉN: IMPLICACIONES PARA SU INTERPRETACIÓN – Simposio 03, Año 1989

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Brady, James E.
1993 Exploración de la rama nueva en Naj Tunich: Implicaciones para su interpretación. En III Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1989 (editado por J.P. Laporte, H. Escobedo y S. Villagrán), pp.113-120. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

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EXPLORACIÓN DE LA RAMA NUEVA EN NAJ TUNICH:
IMPLICACIONES PARA SU INTERPRETACIÓN

James E. Brady

Durante el proyecto fotográfico de junio de 1988 dirigido por Andrea Stone y financiado por la National Geographic Society, se descubrió una Rama Nueva en la Cueva de Naj Tunich. A este lugar se llega por medio de una de las dos entradas que están a unos 6 u 8 m de altura en la Rama Este, cerca del final de la cueva. La exploración y el mapa preliminar hechos por George Veni expusieron una serie de ramales interconectados (Figura 1), así como también túneles adicionales que se encuentran en el fondo de un pozo al cual no se pudo descender durante esta temporada. El descubrimiento más importante de Veni, fue la ausencia de pisadas en el polvo que cubre el piso de los túneles, lo que demuestra que esta área no ha sido visitada en tiempos recientes.

Durante el mes de abril de este año, una segunda expedición, también financiada por la National Geographic Society, se organizó para hacer una investigación arqueológica detallada de la Rama Nueva y para explorar el área donde Veni no pudo descender la temporada anterior. Los participantes de esta expedición fueron: geólogo George Veni, biólogo Allan Cobb, epigrafista Andrea Stone, dibujante Raymond Allard, arqueólogos José Rómulo Sánchez, Sandra Villagrán y James Brady.

La nueva porción recién descubierta del sistema de túnel ha sido dividida en dos áreas: el laberinto de túneles descubiertos por Veni localizados entre la Rama Este y el pozo donde se paró la exploración del año pasado han sido designados como Operación VIII. A varios niveles a los que se llega al descender en el pozo se les ha denominado como Operación IX.

Entre los rasgos más sobresalientes de la Rama Nueva está la presencia de dos altares que son algunos de los más elaborados hasta ahora encontrados en una cueva Maya. El primero, mencionado el año pasado durante el simposio por Stone (1989a), está localizado en la entrada de la Rama Nueva en la Operación VIII. El altar tiene aproximadamente 1 m de altura y consiste en un apilamiento de piedras rústicas, apoyadas en la pared de la cueva. Hasta arriba está una piedra con una proyección vertical que se curva en un ángulo de 45º. Los cuellos de dos vasijas de cerámica habían sido colocados en esta piedra. Toda esta elaboración tiene una altura de 1.70 m (Figura 2).

Esparcidos alrededor de la base y entre el altar, se encontraron los restos de dos platos de cerámica policroma Saxche Naranja perteneciente al Clásico Tardío, uno de los cuales se pudo restaurar en su totalidad (Figura 3). El plato que no pudo ser restaurado tiene solamente un glifo legible, el glifo hel (T573), relacionado con la toma de poder (Riese 1984), que tiene un superfijo Ben ich que se lee como Ahau o Señor.

Localizadas en la pared de la cueva arriba del altar hay una serie de inscripciones designadas como Dibujo 88 por la Dra. Stone. Las inscripciones son importantes porque tienen un número de distancia que corresponde al año 692 DC. Esto también es algo sobresaliente ya que es el único instante que en Naj Tunich hay una inscripción asociada junto a restos arqueológicos.

El segundo altar es muy impresionante tanto por su forma como por el lugar donde se encuentra. En 1988, Veni se vio forzado a suspender su exploración de la Rama Nueva a la orilla de un pozo de 15 a 20 m de profundidad. En esa ocasión él notó que había un nivel en el lado opuesto en donde parecía que el túnel continuaba. En esta temporada se descendió en este pozo, Veni, Cobb, Stone y Brady. Sobre el lado este de la parte baja del túnel están los restos de un pasillo con restos de huellas preservadas en algunos lugares. También se notaron fragmentos de carbón de las antorchas pero no se encontraron artefactos. Un patrón similar se notó en la parte oeste hasta casi el final del pasaje. Justo antes que el túnel ascienda a una estrecha entrada, se levantan dos estalagmitas grandes cerca del camino. En la primera hay dos glifos que Stone ha interpretado tentativamente como a la entrada del cielo o bien a la entrada del templo (Figura 4).

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Figura 1 Mapa de la Cueva de Naj Tunich, Petén (por A. Cobb, A. Stone y G. Veni 1989)

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Figura 2 Altar 1 en la Rama Nueva de Naj Tunich, Petén

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Figura 3 Plato policromo restaurado, encontrado alrededor de la base del Altar 1, Naj Tunich, Petén

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Figura 4 Dibujo 90 encontrado en Operación IX, Naj Tunich, Petén

Además de la inscripción, en la punta de esta elevación, uno se arrastra a través de un pasaje bajo y angosto que lleva a una cámara circular. El camino se dirige hacia la derecha de la abertura y desciende precipitadamente cuando se sale de la cámara; es decir que la cámara está en un nivel más alto que el túnel en ambos lados. Esto, juntamente con la entrada restringida y el descenso precipitado de la salida, enmarcan a esta cámara como una entidad especial, separada del resto del túnel. En el fondo de la cámara se distingue un afloramiento de piedra. En la base de esta formación hay un altar que está en línea recta con la entrada, de manera que le queda enfrente a uno al entrar. Una alineación de siete estalagmitas quebradas que están atrás del altar hace que sea dramática esta primera confrontación. Tanto la delimitación como la salida de la cámara están marcadas por estalagmitas que corren a lo largo del afloramiento de piedra. La proximidad del altar con la alineación de las estalagmitas a lo largo del límite de la cámara, da la impresión de que las estalagmitas fueron colocadas atrás del altar para conectar esta construcción con el resto de la cámara. En el centro del altar, se recolectó un gran pedazo de cuarzo. El espacio abierto sobre la derecha está dominado por una gran estalagmita de 1.82 m de alto. Más allá de la estalagmita, cerca de la pared de la cueva, se encontró una vasija fitomorfa o modelada en gajos, boca abajo, intacta excepto por un agujero. Esta no solamente fue la única vasija encontrada intacta en toda la Rama Nueva, sino que también fue el único artefacto localizado en este sector del túnel.

Al analizar el primer altar, Stone (1989b) observa que proyecciones verticales prominentes son rasgos comunes en los altares de las cuevas Mayas. El etnógrafo William Hanks (citado por Stone en 1989b) comenta que tales elevaciones verticales están asociadas con lo sagrado entre los Mayas de Yucatán. La forma del altar en la Operación IX confirma las observaciones de Stone. Al presentar este descubrimiento, se le ha dado considerable atención a la descripción detallada de la cámara debido a que creo que uno no puede entender completamente el rol de las cuevas en los ritos Mayas si no se aprecia el dramatismo de los lugares escogidos para que la realización de los ritos.

Los espeleólogos Veni y Cobb también exploraron el pasadizo en el fondo del pozo. En uno de los túneles que salen de éste, se encontró el esqueleto de un infante. En otra parte he argumentado que, basándose en datos etnohistóricos, los esqueletos infantiles encontrados en cuevas pertenecen a víctimas de sacrificios. En otro lugar se encontró un pendiente de concha. El altar y su vasija asociada, el esqueleto y el pendiente, representan todos los artefactos recolectados en la Operación IX. Sin embargo, la importancia de estos descubrimientos recae en su ubicación más allá del pozo profundo y en la información que da acerca de la habilidad espeleológica de los Mayas. Para llegar a cualquiera de estas áreas hay que hacer un descenso y un ascenso no solo profundo sino dificultoso. Debido a lo angosto de los pasajes en la Operación VIII, no me parece que los Mayas hayan llevado un tronco lo suficientemente largo para usarlo como escalera, sino que deben de haber utilizado bejucos para tal propósito; quienes estuvieron involucrados en la exploración no se tiene más que sentir admiración por la habilidad de los Mayas.

Antes de discutir la interpretación del material recolectado en esta expedición, hay que hacer notar varios planteamientos con respecto a las cuevas. El primero de ellos es que no vivió gente en las cuevas. Se ha dicho en todas las áreas del mundo que las cuevas fueron utilizadas como refugios. Pero esto tiende a ocurrir más bien en abrigos rocosos, o en la entrada de las cuevas donde hay luz y aire fresco (Burkitt 1956:7; Chard 1975:171). Segundo, en todas las culturas se ha reservado la «zona oscura» de las cuevas para un uso especial, como lugares para ritos religiosos (Hole y Heizer 1965:372). De modo que esta Rama Nueva, localizada bien adentro de la cueva de Naj Tunich y los artefactos encontrados, están claramente asociados con una función ceremonial. Aunque la presencia de los altares debiera de hacer obvio este punto, muchas veces es pasado por alto y es por eso que se repite aquí.

Debido a que la Rama Nueva es la única área de la cueva que no ha sido objeto de depredación reciente, uno de los objetivos primarios de la investigación era el determinar si la distribución de artefactos en esta área era similar al encontrado en el resto del sistema de túnel. Durante las investigaciones anteriores se encontraron cantidades grandes de cántaros quebrados, tanto sin engobe como monocromos con engobe, en los nichos a lo largo de la cueva. ¿Reflejó este rompimiento un patrón ceremonial de destrucción como ha sido reportado en otras cuevas (Graham et al 1980:168) y conocido etnográficamente (Lothrop 1929:17 18)?, ¿o fue ésta una depredación en la que vasijas policromas y otras enteras fueron tomadas antes de la investigación?

La investigación de la Rama Nueva reveló que la distribución de los restos cerámicos es esencialmente idéntica a la encontrada en el resto del sistema de túnel, lo que sugiere que el rompimiento ceremonial de vasijas era una norma en los ritos que se practicaban en Naj Tunich. Como en otras partes del sistema de túnel, se encontraron grandes pedazos de algunas vasijas en áreas restringidas. A pesar del esfuerzo considerable dado a la restauración, el plato policromo encontrado alrededor del altar fue la única vasija totalmente completa, lo que demuestra que muy bien pudo darse una práctica de remover parte de la vasija al concluir la ceremonia.

También se descubrió que la cerámica policroma era relativamente escasa en comparación con la cerámica fina asociada al altar en la Operación VIII. Los dos platos que estaban alrededor del altar representan el 78% de toda la cerámica policroma encontrada en la Rama Nueva. También se recolectaron en las proximidades del altar algunos fragmentos de una vasija cilíndrica gubiada incisa y el 87% del tipo Águila Naranja. Por consiguiente, la más alta concentración de policromos y cerámica fina con engobe definen a esta área como algo diferente del resto de la Rama Nueva.

Mientras que la mayor parte de la cerámica pertenece a lo que normalmente podría describirse como tipos de carácter utilitario, el patrón descubierto esta temporada tiene un número de implicaciones importantes para la interpretación del material de la cueva. Primero, la Rama Nueva ha producido al menos siete vasijas cálceoformes de cerámica con decoración estriada y superficies no engobadas, generalmente conocidas como zapatos, para hacer un total de 30 vasijas de esta forma en Naj Tunich, lo que hace de esta colección la más grande en un sitio de las Tierras Bajas. Esto añade peso al argumento que he hecho en otra parte de que estas vasijas, por lo general encontradas en cuevas, son una forma ceremonial y no culinaria (Brady 1987).

Varios arqueólogos (Pendergast 1971:114 115; Walters 1988) que trabajan en cuevas han propuesto que existió una ocupación habitacional basándose en la presencia de cerámica de carácter doméstico, mientras que la función ceremonial la ven solamente reflejada en la cerámica fina con engobe y policroma. El trabajo sugiere que esto está muy lejos de ser un modelo simplista. En Naj Tunich la mayoría de la cerámica policroma se encontró en la zona conocida como El Balcón, en la entrada de la cueva y es muy escasa en el sistema del túnel. Dentro de este último sistema, los artefactos tienden a estar en nichos pequeños lo que, por falta de espacio, habría limitado las ceremonias a uno o pocos participantes. El año pasado sugerí que esto reflejaba un patrón de ritos privados, mientras que El Balcón estaba asociado a una función pública (Brady y Brady 1989). Aunque la cerámica policroma es muy rara en el sistema de túnel, la que se encuentra tiende a estar concentrada en áreas en donde ceremonias grandes y más formales pudieron haber ocurrido: alrededor del altar y en la plataforma pequeña al este cerca de la pila de agua. De manera que, al menos en Naj Tunich, la distinción monocroma versus policroma parece reflejar una función ritual privada versus pública, en vez de ceremonial versus doméstica.

Escobedo (1989) ha reportado brevemente como hay un método para determinar si se quemó copal en las vasijas. En esta temporada se ha refinado el método para separar previamente la cerámica y examinar cada tipo individualmente. Estas pruebas muestran que cada uno de los tipos mayoritarios de carácter doméstico fue usado para quemar copal. Esto no significa que todas las vasijas de este tipo fueron utilizadas para quemar copal, sino que al menos alguna porción de estos tipos fue usada de esta manera. El resultado del experimento demuestra claramente que la cerámica clasificada como doméstica frecuentemente tenía un uso ceremonial, así que uno no puede determinar la función de la vasija, en la mayoría de los casos, basándose solamente en el acabado de superficie o en la forma de la vasija.

En resumen, la investigación de la Rama Nueva de la cueva produjo un número de resultados significativos:

1. El descubrimiento de dos altares elaborados en la cueva ha añadido una nueva forma arquitectónica al inventario de construcción de Naj Tunich.

2. La investigación de artefactos en un contexto sin perturbación ha permitido confirmar que los Mayas practicaban destrucción ceremonial de vasijas cerámicas como parte de sus ritos.

3. Previo a la investigación en la Operación IX (localizada más adentro del pozo al final de la Operación VIII), no se tenía evidencia alguna de que los Mayas hubiesen descendido a alguno de los pozos de Naj Tunich. La exploración de la Operación IX demuestra claramente que a los Mayas no los detuvieron tales obstáculos.

4. El análisis de la cerámica de la Rama Nueva reveló que la mayoría del material consistía en lo que normalmente se denomina como cerámica doméstica. El análisis demuestra que cuando menos algunas de estas vasijas fueron usadas para quemar copal. Sobre la base del análisis y a la ubicación del material en las profundidades de la cueva, es claro que no puede asumirse que ocurrieron actividades domésticas basándose solamente por la presencia de tal clase de cerámica.

REFERENCIAS

Brady, James E.
1987 The Function and Meaning of Lowland Maya Shoe Pots. Ponencia, Southwestern Anthropology Association Meeting, Bakersfield.

Brady, James E. y Sandra Villagrán de Brady
1989 La arqueología de la cueva de Naj Tunich: Patrones de utilización ritual. En II Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1988 (editado por J.P. Laporte et al.), pp.229-238. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

Burkitt, Miles
1956 The Old Stone Age. New York University Press, New York.

Chard, Chester
1975 Man in Prehistory. McGraw Hill Book Co., New York.

Escobedo A., Héctor L.
1989 El estudio de la cerámica de Naj Tunich. En Proyecto Arqueológico Naj Tunich: Informe Sobre la Temporada de Trabajo de 1988 (editado por James Brady):35-84. Informe entregado al Instituto de Antropología e Historia de Guatemala, Guatemala.

Graham, Elizabeth, Logan McNatt y Mark A. Gutchen
1980 Excavations at Footprint Cave, Caves Branch, Belize. Journal of Field Archaeology 7:153 172.

Hole, Frank y Robert F. Heizer
1965 An Introduction to Prehistoric Archaeology. Holt, Rinehart and Winston, New York.

Lothrop, Samuel K.
1929 Further Notes on Indian Ceremonies in Guatemala. Indian Notes VI:1 25. Heye Foundation, New York.

Pendergast, David M.
1971 Excavations at Eduardo Quiroz Cave, British Honduras (Belize). Royal Ontario Museum Art and Archaeology Occasional Paper 21. Toronto.

Riese, Berthold
1984 Hel Hieroglyphs. En Phoneticism in Mayan Hieroglyphic Writing (editado por John S. Justeson y Lyle Campbell):263 286. Institute for Mesoamerican Studies Publication, No.9. State University of New York, Albany.

Stone, Andrea
1989a Las pinturas y petroglifos de Naj Tunich, Petén: Investigaciones recientes. En Segundo Simposio sobre Investigaciones Arqueológicas de Guatemala, 1988, pp.239 263. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

1989b Naj Tunich, Guatemala: A Study of Cave Painting in the Maya Underworld. Informe entregado a la National Geographic Society, Washington, D.C.

Walters, Gary Rex
1988 Maya Ceremonial Caves Project: 1988, Belize, Central America. Triad Research Services, Columbia.