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013 Rodeando el volcán: Evidencias de intercambio cultural en Pompeya, San Miguel Escobar, Ciudad Vieja, Sacatepéquez – María Belén Méndez, Byron Hernández, Karla Cardona – Simposio 25, Año 2011

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Méndez, María Belén, Byron Hernández y Karla Cardona

2012        Rodeando el volcán: Evidencias de intercambio cultural en Pompeya, San Miguel Escobar, Ciudad Vieja, Sacatepéquez.  En XXV Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2011 (editado por B. Arroyo, L. Paiz, y H. Mejía), pp. 150-159. Ministerio de Cultura y Deportes, Instituto de Antropología e Historia y Asociación Tikal, Guatemala (versión digital).

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RODEANDO EL VOLCÁN: EVIDENCIAS DE INTERCAMBIO CULTURAL EN POMPEYA, SAN MIGUEL ESCOBAR, CIUDAD VIEJA, SACATEPÉQUEZ.

María Belén Méndez

Byron Hernández

Karla Cardona

PALABRAS CLAVE

Altiplano Maya, Preclásico al Postclásico, Intercambio

ABSTRACT

This paper presents results from rescue investigations that shed light on the occupation of Pompeya, a site that has along occupation from the Preclassic to the Postclassic. It presents information on exchange that might have taken place in the area.

PROYECTO Y OBJETIVOS

El Proyecto Arqueológico de Rescate Villas de San Miguel (como todo proyecto de rescate) se desarrollo en el marco de la construcción del Condominio Villas de San Miguel, en la zona 6 de Ciudad Vieja, en lo que se conoce como la aldea San Miguel Escobar del departamento de Sacatepéquez. Este proyecto se hizo con el afán de recabar parte de la información de lo que en la época prehispánica fuera un centro regional importante y que, eventualmente se encontrará por debajo de lo que en el futuro será un conjunto habitacional moderno. La evidencia arqueológica recuperada nos permite, en instancias especificas, determinar la presencia o no de rasgos arquitectónicos relevantes y contribuir a la comprensión de la temporalidad y ocupación antigua del área de estudio; y ¿por qué no? de Sacatepéquez.

El Proyecto se dividió en dos fases. Durante la primera  se realizaron un total de 35 pozos; mientras que durante la segunda fase se excavaron 90 pozos. Todos los pozos contaron con una medida de 1.50  x 1.50 m; y en ambas fases se trazaron los pozos aleatoriamente y luego conforme a la importancia de los hallazgos se fueron abriendo extensiones de los pozos.

ANTECEDENTES DE INVESTIGACIÓN

A través de los mapas de prospección arqueológica  de la arqueóloga Eugenia Robinson, quién recorrió el área en 1989, se logró determinar la ubicación de Pompeya. Esto lo hizo con base en las fichas de registro de sitios hechas por el Dr. Edwin M. Shook, quién recorrió el sitio a principios de 1950 acompañado por Stephan Borhegyi. En esta información relatan el hallazgo de  plataformas, cerámica del Preclásico y monumentos del Clásico Temprano. Tanto Shook como Robinson describen el sitio conformado por terrazas y patios rectangulares, construcción típica del Clásico Tardío (600 al 900 DC).

Es importante también mencionar que el área de ciudad Vieja y San Miguel Escobar fue investigada por Janos de Scéczy en 1953 encontrando cerámica prehispánica y colonial. Y que fue visitado a finales del siglo XIX, por Seler. Para esta época el sitio se ubicaba dentro de la Finca Pompeya, la cual fue dividida y vendida por su dueño don Manuel Alvarado. Así mismo, el Señor Alvarado cedió parte de su colección arqueológica recuperada en el sitio de Pompeya al Museo de Berlín, al Museo Americano de Historia Natural, al Museo Heye del Indio-Americano y, posiblemente a otros museos y coleccionistas privados.

De este sitio se conocen tres monumentos que se encuentran en la colección del Museo Nacional de Arqueología y Etnología de Guatemala. Para Sebastián Perrot-Minnot (2002) el Monumento 1 representa una figura antropomorfa con rasgos del estilo Cotzumalguapa; y para los Monumentos 2 y 3 son cabezas zoomorfas (aves) idénticas que pueden estar asociadas a un juego de pelota. Este mismo patrón se observa en Kaminaljuyu, ya que los monumentos 29 y 30 (fechados para Clásico Temprano o inicios del Clásico Tardío) muestran el mismo tema de los de Pompeya y se encontraron asociados al juego de pelota A (Parsons 1986: 86 en Perrot-Minnot 2002: 625).

En sitios como el Portal y Pastores, que están cerca de Pompeya, también se han reportado monumentos con rasgos locales y del estilo Cotzumalguapa. La evidencia escultórica y el material recolectado en superficie fecha a estos sitios para el Clásico Tardío y Postclásico (Perrot-Minnot 2002). No obstante, Robinson también observó material de superficie del Preclásico Tardío y Clásico Temprano. Encontrar material del Preclásico Tardío no parece sorprendente, ya que el área de Sacatepéquez formaba parte de la Esfera Miraflores. En esta época el Altiplano Central y la Costa Sur estaban relacionados por el comercio de bienes y prácticas culturales. Uno de los bienes culturales comercializados era la obsidiana proveniente de El Chayal y la cerámica de Kaminaljuyu.

UBICACIÓN

Por las investigaciones realizadas en el año 2010, se puede asegurar que el área que ocupa Villas de San Miguel es parte del sitio Pompeya pero en su área habitacional, lo que más adelante de detallará.

Es probable que en la época prehispánica los vecinos de los habitantes de Pompeya fueran la gente de Potrero que se encontraba a 3 km, de Carmona a 6.5 km, de Urias a 6 km y de Pastores y Santa Rosa a 11 y 12 km respectivamente. Esto en la parte del Altiplano, pues se sabe por evidencias materiales la relación que pudieron tener con habitantes de la costa y bocacosta del área. Actualmente Pompeya se ubica aproximadamente a 4 km de Antigua Guatemala, a 1 km al suroeste de San Pedro las Huertas y a unos 2 km al sureste de Ciudad Vieja, justo en las faldas del volcán de Agua, en la parte noroeste. El sitio se encuentra dentro de la propiedad denominada Santa Delfina y está conformado por seis terrazas y patios rectangulares, que demuestran la adaptación a la conformación del terreno que es sumamente inclinado (Figura 1).

Robinson menciona que por sus características y su distribución, es parecido a otros sitios en el área como Santa Rosa en el valle Antigua y Florencia fuera del valle (Robinson, 1993b: 355), que pueden ser sitios defensivos, al igual que El Portal, Carmona, La Chacra, San Felipe de Jesús y 37302 (Perrot-Minnot 2002: 618) por la dificultad del camino.

HALLAZGOS RECIENTES

En las temporadas de investigación del Proyecto, fue posible hallar evidencias arqueológicas muy interesantes, que a pesar de que no son monumentales nos da mucha información para lograr entender la forma de vida de los antiguos habitantes de Pompeya. De los que se hará una breve descripción que permita entender

ARQUITECTURA MENOR

Se halló una plataforma en la Fase I. Esta estuvo conformada por un muro cuyo largo aproximado es de 5 m, con una altura entre 75 y 80 cm. El muro corre desde el Oeste en dirección noreste con una orientación de 70° del Norte.

Según Sebastian Perrot-Minnot este tipo de construcción es bastante común en el área de la Costa Sur para el Clásico Tardío y, posiblemente eran de uso habitacional. Además, se debe considerar la cercanía del Entierro III, ubicado a escasos 2 metros hacia el Oeste, siguiendo la orientación del muro, ya que según Ruz este tipo de entierros en cista se pueden observar tanto en el núcleo de construcciones ceremoniales como dentro de plataformas de habitación. Por lo elaborado de este entierro, podríamos hablar que efectivamente se trata de una unidad habitacional de alguna persona o grupo con importancia local. Lastimosamente, no hay mucha bibliografía acerca de este tipo de construcción en el área de Sacatepéquez para así realizar una comparación y mejor interpretación.

Entierro I

Se conservan los restos en mal estado de un individuo adulto, probablemente del sexo masculino. El tipo de entierro es directo y primario, el individuo se encontraba en posición flexionada. El Entierro I presentó una ofrenda sencilla, conformada por tres piezas: un vaso y un cuenco de cerámica tipo Amatle y un plato cerámico Café-negro. El material lítico está constituido, principalmente, por obsidiana: navajas de la fuente de El Chayal y lascas de la fuente San Martín Jilotepeque.

ENTIERRO II

Este entierro corresponde a un individuo adulto y de sexo indeterminado. Esta osamenta se encuentra bastante fragmentada y erosionada; se observa un pronunciado desgaste dental, posiblemente compatible con la edad o factores de dieta. El tipo de entierro es secundario e indirecto puesto que se encontraba en una cista y la posición del individuo es flexionada.

El Entierro II presentó una ofrenda conformada por dos vasijas utilitarias, dos cántaros, uno de ellos guardaba en su interior un incensario tipo cucharón (Figura 2). El material cerámico recuperado está constituido por cuatro cuencos del tipo Amatle, platos de borde evertido, comales con pared.

El material lítico está constituido en su mayoría por navajas prismáticas de obsidiana de la fuente de El Chayal y en menor cantidad se recupero material de la fuente de San Martin Jilotepeque. Y solamente una mano de moler.

La cista que protegía al individuo, estaba compuesta por 9 lajas de piedra, una de las cuales debido al tiempo y el movimiento de la tierra colapso y provocó que se fragmentara el esqueleto y algunas de las vasijas.

ENTIERRO III

Los escasos restos están deteriorados e incompletos, pero son suficientes para determinar que se trata de un individuo adulto de sexo masculino. El estado de conservación se ve afectado por causa de raíces y la severa erosión. El entierro también es del tipo secundario e indirecto, el individuo se encuentra en posición sedente.

El entierro III presentó una ofrenda más elaborada y un mayor arreglo funerario que los dos anteriores. En la parte más profunda de este hallazgo se encontraron las piedras que formaron la cista que rodeaba el cuerpo y la ofrenda de una piedra de moler y su mano, así como varios fragmentos de cerámica alrededor, junto con una considerable cantidad de cerámica, piedras talladas y malacates; que formaban parte de la ofrenda, pero sin agrupamiento alguno. Justo encima de esto estaban las cuatro piedras rectangulares que formaban una pequeña cista, la cual no contenía nada en su interior, de la que aún se desconoce su función.

Sobre todo lo anterior, ocho agrupamientos cerámicos conformados de varios fragmentos de cerámica utilitaria, comales de pared alta con agarradores unos en forma triangular con un orificio en medio y otros con forma rectangular, algunos fragmentos presentan un baño de pintura blanca en el exterior, por lo que estos comales podrían ser parte de la vajilla Alegría o de su antecesora Prisma, ambas identificadas en Kaminaljuyu para el Clásico Tardío y Clásico Temprano, respectivamente. Estos seguramente fueron colocados de último, como la ofrenda que selló por completo el entierro.

ENTIERRO MÚLTIPLE

Este entierro se encontraba dentro de una pequeña plataforma la cual tenía una función funeraria. Aunque aún no estamos seguros si al mismo tiempo era una plataforma habitacional puesto que no se encontró evidencia consistente para afirmarlo.

Los materiales con que construyeron la plataforma fueron: piedras sin tallar para delimitar y piso de barro encima, la cual se fechó para el Clásico Tardío. En la parte suroeste del mismo se encontró un basurero con abundante material cerámico y lítico.

Al excavar la plataforma se hallaron 20 ofrendas (Figuras 3 y 4), constituidas en su mayoría por vasijas completas e incompletas algunas de ellas con navajas prismáticas de obsidiana, piedras de jade, carbón y hasta un olote de maíz en el interior de las mismas. La cerámica va desde comales con pared tipo Alegría, vasijas con efigies humanas y vasijas pertenecientes a la vajilla Amatle,  entre otros. Y por debajo de todas estas vasijas, siete individuos.

Individuo 1: Entierro secundario, directo. Solamente cráneo y huesos aislados.

Individuo 2: Entierro secundario, directo. Mandíbula con dientes y huesos aislados. Sin ofrendas.

Individuo 3: Entierro secundario, directo. Huesos bastante frágiles. Con una ofrenda de un plato trípode de la vajilla Amatle. En el interior de la vasija 1 navaja prismática de obsidiana de la fuente de Jilotepeque. En los huesos del individuo una cuenta de jade fragmentada.

Individuo 4: Entierro primario, individuo sedente con el cráneo orientado hacia noroeste. I Cuya ofrenda consistía en un hacha de piedra verde, en el brazo derecho y en el brazo izquierdo una figurilla tipo Tiquisate, representando una figura femenina. 9  dientes de animal y adentro del cráneo del individuo una cuenta de piedra verde completa, tallada y bien pulida.

Individuo 5: un entierro indirecto que consistía en el cráneo y algunos huesos aislados. Su ofrenda fue: tres platos. En el paladar del individuo una cuenta de piedra verde.

Individuo 6: Entierro primario, individuo en posición decúbito ventral. Cuerpo orientado norte-sur con el cráneo hacia el Sur. Su ofrenda fue conformada por una dona de piedra tallada con diseños lineales. 1 piedra irregular y fragmentos de cerámica sin engobe.

Individuo 7: Entierro primario, individuo en posición decúbito ventral. Cuerpo orientado norte-sur con el cráneo hacia el Sur. La ofrenda de éste fue una cuenta irregular de jade por debajo del paladar. Alrededor de los restos óseos y esparcidos, cuentas de piedra verde 1 tubular, 2 circulares, 13 irregulares y fragmento de cuenta. Posiblemente en su pecho una piedra serpentina tallada con la figura de un personaje antropomorfo. 1 fragmento de hueso de animal tallado y 15 lascas de piedra verde.

Asimismo, a escasos 10 m de la plataforma funeraria se halló un cántaro de grandes dimensiones que tenía en el interior el cráneo de un infante de aproximadamente 4 años, junto a un cuenco con una serpiente modelada, probablemente de la Vajilla Tiquisate, ambos en buen estado de conservación. Pero con la característica de que la urna, no tenía base. Creemos que se trate de una de las ofrendas que acompañaban a la plataforma o posiblemente parte de algún otro ritual. Este hecho también se repite en el “centro” de sitio donde José Garrido (2010) reporta que en el Entierro 1 del Proyecto de Rescate Pompeya una ofrenda compuesta por 7 vasijas parciales, entre ellas una urna conteniendo un infante y un cráneo de otro infante.

RELACIONES GEOGRÁFICO-SOCIALES

Podemos afirmar que el sito de Pompeya es un lugar de confluencia para poblaciones antiguas del Altiplano y de la Costa Sur. Hecho que afirmamos a través del patrón funerario y la proveniencia de sus ofrendas observado durante las temporadas de investigación del Proyecto de Rescate Villas de San Miguel en San Miguel Escobar, Ciudad Vieja, en donde se recabaron una serie de datos que pueden ayudar a entender en alguna medida la forma de vida de los habitantes cotidianos o no, de este sitio cuyo centro se encuentra a tan solo unos metros.

Lo primero es hacer énfasis en la cerámica que se halló, ya que es posible observar Cerámica Tiquisate así como algunas otras tipos de vajillas utilitarias que también pertenecen a ésta región. Asimismo, con las esculturas que se encuentran en el Museo Nacional de Arqueología seguimos afirmando la presencia de estos elementos en Pompeya, pues se cree, como ya se mencionó, de estilo Cotzumalguapa. Si hacemos referencias a textos etnohistóricos como el Título de Alotenango y los Anales de los Cakchikeles, podemos afianzar ésta teoría, ya que en ambos se menciona los problemas de tierras que tuvieron los pueblos de las tierras “altas” con los de la costa. Además, es evidente la cercanía que tenían ambos pueblos, que aún se puede observar en la actualidad con la carretera que corre desde Antigua para Escuintla.

Según Eugenia Robinson es probable que los centros regionales del Clásico Tardío en el valle de Antigua y en la región Kaqchikel, que presentan esculturas al estilo de Cotzumalguapa, fueran centros satélites del estado Cotzumalguapa. Pero esto aún no se ha podido comprobar. Mientras que Braswell y Garnica, afirman que la zona Cotzumalguapa no parece desviarse de un patrón de conexiones económicas, ideológicas y políticas con las Tierras Altas Mayas de Sacatepéquez y Chimaltenango, los autores creen que cuando la cultura física es atendida totalmente, las semejanzas entre la zona de Cotzumalguapa y las Tierras Altas Mayas Centrales sumergen las diferencias.

El patrón de cuerpos desarticulados en entierros primarios y niños en urnas funerarias como lo hallado en Villas de San Miguel también se identificó en el sitio de Ujuxte en Retalhuleu, en el Entierro 15 el cual consistió en restos desarticulados sobre un eje norte-sur y el cráneo de un individuo no mayor a los seis años fue encontrado dentro de una vasija con el Entierro 16 y que fue tapada por un plato boca abajo. Es posible que haya sido una ofrenda a un entierro (Arredondo 1999).

De la misma forma Genóvez explica que para el Clásico Tardío en la Costa Sur los entierros de adultos e infantes en urnas funerarias hicieron su aparición y siguieron usándose después. También, hace mención que posiblemente para el Clásico Tardío sigan enterrando a las personas en urnas debajo de sus casas.

Luego con la parte del Altiplano Central tiene también bastante relación, desde el Preclásico Tardío al Clásico Tardío, puesto que mucha de la cerámica es reconocida ampliamente para esta región como Amatle, los comales Alegría, la cerámica Xuc y Navarro entre otras, así como Sumpango y Sumpanguito. Por supuesto sin olvidar las fuentes de obsidiana que son El Chayal y San Martín Jilotepeque. La primera se sabe que para las fechas de ocupación del sitio estuvo bajo control de Kaminaljuyu. Por lo que es probable que existiera una relación con este sitio.

Otro dato interesante se puede obtener a partir de algunas investigaciones que mencionan los cementerios familiares o comunales, ya que en esta plataforma se hallaron 7 cuerpos dentro y que es probable hayan tenido un vinculo cercano. Al parecer este sistema de enterramiento se ha observado en alguna otra parte del Altiplano Central, como en Pastores en donde Marlen Garnica (comunicación personal 2010) en un recorrido de exploración, logro observar lo que aparentemente fue un área con uso funerario, pues se hicieron visibles huesos de varios individuos con algunos comales, parecido a los que se encontró en Villas de San Miguel. Por lo que se puede decir que la construcción de esta plataforma fue probablemente con el fin de rendirles culto a los individuos que en ella se depositaron.

Un caso particular pero al que se puede hacer referencia de cementerios familiares es lo hallado en el sitio de Agua Tibia en Totonicapán en donde se hallo un pequeño cementerio del Clásico tardío con 16 individuos que fueron depositados en el suelo natural, las inhumaciones fueron simples y primarias. Algunas nada más que con piedras para indicar la ubicación.

Igual que en Kaminaljuyu para el Preclásico Tardío y Clásico Temprano en donde se depositaban los cuerpos individuos con sus ofrendas, y luego se construyeron plataformas para sellar el entierro y continuar sirviendo a una generación posterior. (Román 1993)

También es bastante posible que se gestionaran relaciones sociales y económicas, posiblemente indirectas, entre Pompeya y la zona cercana al Motagua en el oriente de Guatemala, ya que es el único lugar de nuestro país que se conoce produce jade. Pues fue posible observar una considerable cantidad de este material en los entierros como ofrenda y adentro de vasijas.

CONCLUSIONES

Estamos seguros que ésta área comprende parte del sitio arqueológico Pompeya, el cual se ubica directamente hacia el Este de Villas de San Miguel a unos 700 m aproximadamente, el cual tiene una ocupación desde el Preclásico Tardío (300 AC al 250 DC) hasta el Postclásico Temprano (900 al 1250 DC).

Por la cantidad y calidad de ofrendas sobre y en los cuerpos, podemos aseverar que se trataba de personas que vivieron en ésta área habitacional y tuvieron una alta jerarquía social y económica. Lo que se infiere por los primero tres entierros y luego por el entierro múltiple, ya que en todos los contextos se encontraron artefactos que fueron bienes codiciados en la época prehispánica.

La ubicación de los sitios en las faldas del volcán de Agua sí tiene un aspecto que se podría interpretar como defendible, estos sitios en el volcán son difíciles de alcanzar. Hay que subir una ardua pendiente de una a dos horas desde el río Guacalate (Robinson, 1991: 95).

Por último, es importante recalcar que la investigación arqueológica se ve beneficiada por los proyectos de rescate y la legislación de los mismos. Estos brindan la oportunidad de obtener importantes datos arqueológicos en áreas que de otra manera sería imposible estudiar.

REFERENCIAS

Arredondo Leiva, Ernesto

1999        Patrón funerario en el sitio arqueológico Ujuxte, Retalhuleu: Temporadas 1995-1997, resultados preliminares. En XII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1998 (editado por J.P. Laporte y H.L. Escobedo), pp.556-561. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

Ciudad Ruíz, Andrés

1984        Arqueología de Agua Tibia, Totonicapan (Guatemala) Ediciones de Cultura Hispánica, Madrid.

Ciudad Ruiz, Andrés; Ruz, Mario Humberto y María Josefa Iglesias Ponce de León.

2005        Antropologia de la Muerte: la muerte en la cultura maya. Sociedad Española de Estudios Mayas : Universidad Nacional Autónoma de México

Garrido, José Luis

2010        Resumen del Proyecto Arqueológico Pompeya. Presentado al IDAEH. Versión Digital.

Perrot-Minnot, Sébastien

2002        Las esculturas prehispánicas de  la región de Antigua Guatemala. En  XV Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2001 (editado por J.P. Laporte, H. Escobedo y B. Arroyo), pp.617-628. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

Román, Otto

1993        Hallazgos Preclásico Medio en Kaminaljuyu. En III Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1989 (editado por J.P. Laporte, H. Escobedo y S. Villagrán), pp.175-181. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala .

Robinson, Eugenia J. y Rodrigo Aparicio

1992        Continuidad de adaptación cultural y ambiental en el valle de Antigua Guatemala y sus alrededores desde épocas prehistóricas hasta nuestros días. En IV Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1990 (editado por J.P. Laporte, H. Escobedo y S. Brady), pp.276-286. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

Robinson, Eugenia J.

1991        El reconocimiento arqueológico de Alotenango. En II Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1988 (editado por J.P. Laporte, S. Villagrán, H. Escobedo, D. de González y J. Valdés), pp.84-97. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

Robinson, Eugenia J.

1993a        El reconocimiento del municipio de Sumpango. En III Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1989 (editado por J.P. Laporte, H. Escobedo y S. Villagrán), pp.182-205. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

Robinson, Eugenia J.

1993b        Santa Rosa, un sitio defensivo de los Altiplanos de Guatemala. En VI Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1992 (editado por J.P. Laporte, H. Escobedo y S. Villagrán de Brady), pp.353-367. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

NOTA DE EDICIÓN:  La calidad de las ilustraciones, es debido a que el autor no respetó los lineamientos requeridos.

Figura 1. Vista del Volcán de Agua, desde Villas de San Miguel. (Fotografió Byron Hernández)

Figura 2. Incensario Tipo Cucharón. (Fotografió Byron Hernández)

Figura 3. Vasija con efigie, posiblemente proveniente de la costa sur. (Fotografió Byron Hernández)

Figura 4. Vasija con efigie, posiblemente proveniente de la costa sur. (Fotografió Byron Hernández)

Figura 5. Figurilla Tipo Tiquisate. (Fotografió Byron Hernández)

 

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