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59. Arqueología prehispánica de la Antigua, útil para resolver servicios urbanos. – Antonio Prado – Simposio 24, Año 2010

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Prado, Antonio

2011        Arqueología prehispánica de la Antigua, útil para resolver servicios urbanos. (Editado por B. Arroyo, L. Paiz, A. Linares y A. Arroyave), pp. 735-741. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).

59

ARQUEOLOGÍA PREHISPÁNICA DE LA ANTIGUA, ÚTIL PARA RESOLVER SERVICIOS URBANOS

Antonio Prado

PALABRAS CLAVE

Arqueología colonial, La Antigua Guatemala, urbanismo, rescate

ABSTRACT

Archaeology and modern construction, two cultural projects in one. Due to its excessive growth the Colonial city is collapsing. Archaeology loses and remains buried under new constructions. New procedures need to be created to allow investigation prior to construction. The problems are evident which oppress the city, and to date there are limited possibilities for recovering the Prehispanic past for fear of damaging the footprint of the Captaincy of Spain, without remembering that all of the national territory including Antigua is covered with Prehispanic archaeology. As a result, I propose investigations in patios of public buildings, parks, streets, and other open spaces. And where no evidence is uncovered, then underground structures for modern services to address sanitation, garbage, security, and other needs can be constructed as is seen in other ancient cities of the world like Rome, Querétaro, among others. There is a need to promote a nationalist political will to rescue what is Guatemalan.

INTRODUCCIÓN

La Antigua Guatemala tiene problemas urbanos que demandan una ayuda inmediata. No cuenta con baños públicos, basureros, centros de seguridad, Wifi y muchos otros servicios públicos y las autoridades no tienen el presupuesto necesario para resolver estos problemas. Mientras se admira la obra arquitectónica colonial, se conoce muy poco sobre las poblaciones prehispánicas del área. Es necesario excavar y luego,  donde no se encuentren vestigios coloniales ni prehispánicos, se pueden edificar las instalaciones para los servicios más urgentes.

La idea consiste en hacer arqueología urbana donde no existan vestigios coloniales visibles: en áreas públicas como parques y alamedas y otros espacios en propiedades privadas. La combinación de estas dos disciplinas: arquitectura-urbanismo y arqueología es la meta de este proyecto.

Pocos proyectos dentro de La Antigua Guatemala se han dedicado a estudiar la historia prehispánica, y en muy pocos proyectos se alcanza a excavar en niveles que daten para esa fecha. Edwin Shook realizó investigaciones en Santo Domingo y en uno de sus pozos logró identificar cerámica relacionada con las fases tempranas de Kaminaljuyu. Para este autor, debajo de la ciudad colonial debe de existir una gran ciudad prehispánica.

Por su puesto que la primera y la más valiosas proyección de este estudio, consiste  en reconocer el trazo de la ciudad anterior a La Antigua y reconocer la cerámica y la piedra tallada por los habitantes prehispánicos de este valle. Pero luego viene el conocimiento del emporio urbano que las autoridades colonizadoras diseñaron,  proyección que debió ser muy ambiciosa, para crecer y para evangelizar a los lugareños.  La Antigua fue un proyecto urbano con nuevas escalas, con  un presupuesto multimillonario para el siglo XVI. Con una iglesia por cada 10,000 metros2, con 50 campanarios en una superficie de 1.5 km², datos cuantitativos que reflejan una proyección urbanista sin precedentes. Una ciudad colonial de baja estatura y con rascacielos religiosos, conventos y  claustros,  una proyección sin antecedentes hispanoamericanos.

Aquí surge la curiosidad de redescubrir  ¿Cómo proyectaron construir la nueva ciudad?, ¿Con que materiales les era más eficiente realizar todas sus obras?, ¿A qué distancia estaban las canteras o las fuentes de materia prima para erigir sus obras? Anotando que por los terremotos ya se sabía de la necesidad de levantar muros anchos y edificaciones resistentes a los constantes movimientos telúricos.  Estas y otras interrogantes sobre el inicio de la ciudad de Santiago de los Caballeros, son el origen de este proyecto.

En el mundo académico no se cuestiona que fueron los mayas, originarios de este territorio,  quienes con sus manos y con su perseverancia construyeron la obra colonial. De ser una ciudad prehispánica importante, por su riqueza agrícola ancestral, pasó a convertirse en una de las ciudades coloniales más pujantes de su época y ahora una de las ciudades coloniales mejor conservadas de Hispanoamérica.

Historia de varios miles de años que se juntan en un espacio urbano de vocación turística que constantemente se colapsa. Aquí surge la proyección contemporánea, que consiste en resolver muchos de los problemas urbanos que agobian a esta ciudad y por honor conduce a concebir un gran museo,  que exponga la cultura maya que fue capaz de servir y construir el sueño español de La Antigua Guatemala.

En este proyecto se unen tres visiones: la maya, la colonial y la contemporánea.  La prehispánica hasta ahora casi desconocida, pero por múltiples hallazgos se sabe que existe soterrada a mucha profundidad. La ciudad de influencia europea entre ruinas y en un 10% reconstruida (en peligro constante), pero tremendamente admirada y reconocida en todo el mundo por su belleza. Luego La Antigua Guatemala que hoy conocemos es insegura, sucia y lo más delicado, vive con el riesgo de perder su titulo de Patrimonio de la Humanidad. Por lo tanto hay que resolver los problemas de tráfico que la colapsan en semana Santa y los días festivos.

MARCO HISTÓRICO

La vida misma es dinámica, los humanos migran y se trasladan de un lugar a otro. En raras ocasiones se decide la reubicación de una futura ciudad sobre campo traviesa o en lugar desconocido para los urbanistas. Excepto en el caso de un desastre natural, cuando la ciudad desaparece y los urbanistas no tienen el tiempo para planificar su traslado,  la nueva ciudad delata desorden. Pero lo anterior casi nunca sucede y esa no fue la historia de este lugar. En las grandes poblaciones, como sucedió en La Antigua Guatemala, los urbanistas investigan,  consultan, diseñan y planifican el espacio de la futura urbe. Usualmente lo hacen en lugares ya comprobados, para disminuir el riesgo del fracaso y la crítica.  Entonces, el traslado tan solo consiste en mejorar las condiciones de vida o dar mayor impulso económico al lugar seleccionado.

Roberto Melville Aguirre, antropólogo, afirma que el agua es un bien escaso y desigualmente distribuido en la superficie del planeta,  y se comporta como un factor clave en la localización de muchos de los asentamientos humanos del mundo antiguo. Otros factores tales como el clima, la topografía, el acceso a mercados y disposiciones militarmente defensivas,  pero sobretodo el acceso a fuentes de agua para usos domésticos y el riego agrícola, son  las características importantes que ayudan a decidir la nueva ubicación de un asentamiento. Cabe recordar que cualquier traslado urbano es siempre muy criticado,  porque los habitantes que van a ser relocalizados enfrentan riesgos económicos y de otra índole. Por riesgo debemos entender tanto amenazas, como oportunidades.

Ciudad Vieja tenía muchos problemas, las cuencas del volcán en invierno dañaban las calles y casas, este lugar no contaba con un río al nivel adecuado,  para abastecer en buena forma las necesidades de una población en desarrollo. Por el contrario, el río Pensativo tenía los caudales y niveles ideales para resolver los servicios acuíferos de una ciudad futurista.

Lo anterior hace suponer que los Mayas que habitaban este mismo espacio, ya conocían la comodidad y la fertilidad del valle.  Los pobladores originales de La Antigua la habitaban  con respeto y contaban con edificios públicos, vivienda y templos o pirámides religiosas paganas. Ellos conocían el valle Panchoy y avalaron el traslado de Ciudad Vieja. Los españoles necesitaban mucho más espacio, buscaban un territorio plano y abierto al crecimiento económico y religiosos. Desde aquellos tiempos le habrán nombrado la ciudad  “vieja”, al territorio quebrado, con muchos problemas urbanos y deslaves por su cercanía a las faldas del volcán de Agua.

Al construirse la ciudad colonial, los vestigios de ocupaciones anteriores quedaron enterrados y en el olvido y poco se ha hecho por estudiarlos.

ANTECEDENTES URBANOS MODERNOS

En la actual ciudad de Guatemala sucedió una experiencia similar y de hecho, la misma historia se repite en muchas ciudades de América. Es el presagio de una tragedia irreparable que nos obliga a actuar con rapidez.

En 1950, ya sobre la calzada Roosevelt en ambos lados, se apreciaban una serie de montículos cubiertos con árboles desde el pié de la montaña, hasta la cima y en la planicie, pasto con ganado. Eran fincas o terrenos amplios, que en aquel tiempo rodeaban la ciudad, propiedades de bajo costo y poco apreciadas por los inversionistas.

Era Kaminaljuyu, la importante ciudad prehispánica y preclásica, que aún existía en parte medio expuesta y el resto enterrada en el subsuelo. Poca gente conocía y apreciaba el inmenso valor histórico de las ruinas. Solo se recuerda que entre algunas familias importantes, como los Sánchez o los Piñol, desde mediados del siglo XX, sus abuelos les habían heredado piezas Mayas que ellos mismos  habían recolectado sobre el suelo de sus fincas: vasijas y piedras talladas de la más alta calidad.

Entre las autoridades municipalidades y los gobiernos de turno, se ignoraba el tema del respeto y la responsabilidad cultural de una nación como Guatemala.  Los gobernantes se ocuparon de tareas, quizás más urgentes. Nadie salió al paso a defender, a documentar e investigar el patrimonio arqueológico de este singular sitio  arqueológico.  La ciudad de Guatemala era pequeña y en su cinturón verde, en las  afueras de la ciudad,  las fincas de las Charcas, Miraflores, el Naranjo y otras, fueron territorio habitado por los mayas.

La Ciudad de Guatemala, en este caso,  el cuarto traslado urbano de su historia, creció sin ningún control cultural.  Kaminaljuyú se borró del mapa y quedó soterrado por debajo de la Nueva Guatemala de la Asunción. Una ciudad maya, con una cultura extraordinaria quedó enterrada y hoy resulta imposible o quizás demasiado difícil estudiar y recuperar el pasado histórico de este lugar. Este antecedente no se debe olvidar y en la ciudad de La Antigua, aún hay tiempo para recordar y resolver. Hay que recuperar su pasado histórico y exponerlo como se merece, a nivel mundial.

PROPUESTA ARQUEOLÓGICA

Se propone investigar la arqueología prehispánica que existe por debajo de La Antigua Guatemala. Esta ciudad fue fundada en 1543 y fue sede del Reino de Guatemala, sitio desde el cual se gobernaba Centroamérica y parte de México. Vale la pena recordar que fue parcialmente independiente de la Nueva España y su trazo urbanístico refleja la ambición política, económica y religiosa de los europeos.

De hecho,  ya se tienen algunos estudios sobre la población indígena que antecedió a la construcción colonial,  pero resulta necesario hacer un  proyecto más amplio, detallado y multidisciplinario en toda la ciudad.

El problema básico fue el procedimiento de construcción que mantuvo la colonia porque reciclaba la piedra de las construcciones autóctonas y con ello, parcial o totalmente se destruían los templos anteriores. Ya sabemos que no se respetaba lo existente, pero también sabemos que la cultura original, no solo colinda con la arquitectura. De hecho se han descubierto muchas piezas prehispánicas en el subsuelo de La Antigua.

En este caso se proyecta realizar las excavaciones necesarias con pozos de reconocimiento en los espacios públicos, en parques, calles, alamedas y terrenos estatales. También en los anillos urbanos con cafetales o agricultura, en las áreas verdes privadas que aún quedan sin urbanizarse, siempre que sus dueños de buena voluntad lo deseen. Se trata de respetar siempre el derecho de la propiedad privada, sin causar malestar o desconfianza de su desarrollo  comercial.

La idea básica es conocer mucho más sobre quiénes fueron los verdaderos constructores de la ciudad colonial,  aquellos que con sus manos erigieron las obras que ahora subsisten en ruinas, la población que vivía en este valle antes del traslado de Ciudad Vieja. La meta consiste en redescubrir los artefactos (la cultura) y las pirámides, si existieran por debajo de la ciudad actual. En este subsuelo, con absoluta seguridad, se guarda mucha información valiosa y desatendida por varios siglos. Se dice con toda seguridad, porque en la búsqueda de lo prehispánico, también se van a descubrir datos coloniales.

EL CONCEPTO DE ESTA INVESTIGACIÓN HISTÓRICA

A diferencia de un proyecto normal de arqueología  donde se desentierra un montículo que supuestamente contiene en su interior una ruina y luego se regresa el mismo volumen de material al mismo sitio, en este caso, de antemano se desconoce el subsuelo que se va a excavar. Por lo tanto existen dos opciones: una, que exista material arqueológico, entonces, se procede despacio a ampliar la excavación y el estudio. En el segundo caso, cuando no se encuentre nada valioso, se procede a diseñar y resolver las necesidades de la Municipalidad, aprovechando para ello, las excavaciones arqueológicas.

PRIORIDADES

La selección de los primeros lugares para comprobar el concepto de este proyecto  son la clave del éxito. Si se escoge un punto al azar y por suerte aparece un templo mayor y con más riqueza plástica que el citado templo mexicano al lado de su catedral,  ya está garantizado el futuro de este proyecto. Pero eso posiblemente no va a suceder, puesto que Tenochtitlán era la ciudad con más oro y plata del imperio mesoamericano. Los indios aztecas lo sabían y por lo mismo se defendieron hasta morir. Con la entrega de su sangre perdieron el poder de su territorio y su riqueza acumulada por siglos de trabajo. El oro y la plata trabajada a nivel de obra de arte y cultura fueron transferidos a Europa fundida en forma de ladrillo, para consolidar con lingotes de metal extranjero el éxito del siglo de oro español. Todo cambia y los humanos sin darnos cuenta reciclamos los valores que desconocemos.

De momento lo recomendable es iniciar con pequeños pozos en áreas verdes de lugares públicos, para explorar el subsuelo y buscar los datos primarios. Se propone reconocer, en primera instancia, las alamedas o las jardineras de los parques sin árboles, como el atrio mercedario.  Al mismo tiempo, se sugiere iniciar en los alrededores de las construcciones grandes y sondear sus cimientos.

Se debe indagar, por ejemplo, la obra del Palacio de los Capitanes Generales, que actualmente está en restauración.  Priorizar es planificar y para dar un primer buen paso, hay que comenzar con mucho trabajo de escritorio.

PROPUESTA URBANA

Es fácil proyectar el éxito o los aplausos ante la creación de un futuro museo en La Antigua con piezas  Mayas, pero este tipo de investigación habrán fracasos y severas críticas. En este proyecto lo innovador es reutilizar el dinero invertido en arqueología, reciclar con respeto las zanjas o las agujeros y aprovechar ese gasto en arquitectura contemporánea. Cuando se perfore el subsuelo y se descubra material arqueológico, se obtendrá información muy valiosa y se expondrá. Pero cuando en las calas no aparezca ni arte colonial, ni prehispánico, se aprovecharán los pozos, las trincheras y el resto de excavaciones para el desarrollo de proyectos urbanos públicos, que urgen en la ciudad. El  arquitecto Sergio Chávez dice haber visto la instalación de baños públicos en el Parque Central  de la ciudad  de Querétaro, al Norte México DF, ejemplo que hay que visitar y traer información de su funcionamiento.

Existe también la necesidad de construir parqueos, cabinas de teléfonos (AVM), centrales de basura, cuartos de seguridad para la policía y muchos otros servicios que la Municipalidad conoce y no logra brindar y por el valor de las propiedades es demasiado caro.

OTROS PROYECTOS CULTURALES

Al haber construido baños públicos y otras instalaciones urgentes, se deben revisar otros problemas, que desde ya se anotan, como tareas pendientes y de bajo costo:

  • En La Antigua hay más de 50 campanarios o torres altas para repicar sonidos religiosos, con más de 100 campanas en todas las iglesias que permanecen en silencio (campanas muertas) y deben volver a sonar, ahora ya no para acudir a misa, pero sí para escuchar las horas exactas y las medias horas. Cada media hora un golpe y en las horas exactas, un repique con varios sonidos prediseñados. Este singular sonido urbano le podría regresar a la ciudad su personalidad acústica colonial. Es fácil resolver y tan solo implica una organización humana que busque patrocinadores.
  • El cacao que fue la bebida de los dioses mayas y además, que fue muy sembrado en este valle, a la fecha no existe un árbol en La Antigua Guatemala. En las zanjas inútiles se puede aprovechar la oportunidad de revalorizar esta siembra y jardinizar con cacao en los pozos fallidos o en las trincheras de estudio.
  • Colocar un palo volador, similar al usado frente al acceso principal del Museo Nacional de Antropología e Historia de México, se debe ubicar en La Antigua Guatemala. Hay que buscar el lugar  apropiado y resolver.
  • A las fuentes urbanas es urgente cambiarles sus bombas hidráulicas para elevar su  caudal, porque originalmente eran manantiales de agua corrida y limpia en abundancia y a la fecha son estanques con poco agua y sin ruido. Este detalle urbano de influencia árabe en España, quedó plasmado en La Antigua Guatemala, pero dichas fuentes son artefactos casi muertos e infieles a su origen. A la fecha se compran y se venden fuentes antiguas en todo el país. Pero cada pieza o fuente-urbana de La Antigua como obra de arte mantiene un valor incuantificable, porque son talladas en piedra de sílice. Para ilustrar se menciona una cifra aproximada en el mercado internacional, que debe ser mayor a US$ 500,000.00 y ese tipo de pieza no se podría jamás adquirir y la bomba hidráulica vale Q 2,000.00. No hay que olvidar nuestro siglo XX. Las fuentes urbanas de la ciudad de Guatemala en el valle de la Asunción, que fueron ubicadas sobre la avenida de la Reforma se perdieron y luego aparecieron en pedazos  entre las casa particulares y en el zoológico de la Aurora.
  • Hay que hacer una corrección a detalle de muchos errores urbanos, que abundan y el ojo humano pierde su censura por la costumbre de ver día a día lo mismo. Pero un diseñador por su oficio, puede realizar un inventario crítico de la ciudad. Por ejemplo: la fuente de La Concepción (en la salida hacia Guatemala) mantiene horrendos postes de concreto cuadrados y de baja estatura, en forma de columnas enanas, modernas y trucadas, con cadenas de hierro sucias y oxidadas. Al fondo un rótulo de la gasolinera ESSO de color rojo y pintado sobre la pared perpendicular al trafico de salida, etc. Esa es la triste despedida que se tiene en la ciudad colonial y es fácil mejorar o corregir. Hay que hacer un análisis de este tipo de detalle y corregir de la mano de los comerciantes, para ayudar al éxito de sus negocios. Para lo cual hay que concebir, diseñar y proponer otras soluciones, sin herir a los propietarios o creadores de las molestias que se detecten. Sin culparlos, porque quizás no lo han hecho de mala voluntad, ni se les ha dicho cómo hacerlo mejor para su beneficio.
  • Es necesario visitar otras ciudades coloniales de Iberoamérica, para comparar y aprender de sus proyectos urbanos, porque quizás mantienen la misma problemática y necesidades que La Antigua Guatemala.

CONCLUSIONES

¿Quién sabe cuántos galardones ha recibido el espacio que ahora ocupa La Antigua Guatemala? Sin duda, seguirá recibiendo honores y premios por sus iglesias y conventos, por la calidad de su café en competencias mundiales, por su gente devota que acompaña a las procesiones que recorren sus calles tapizadas de alfombras y  por tantas fuentes urbanas y alamedas con rasgos europeos.  Pero aún falta lo más importante. Hay que recuperar lo nuestro, los tesoros locales que se crearon antes de la llegada de los españoles. Da pena reconocer la falta de interés que se ha mantenido por redescubrir la cultura original del valle de Panchoy.

Honor a quien honor merece, fueron los lugareños, Olmecas o Mayas,  los verdaderos autores de la cultura colonial y muy poco se sabe de ellos. Se debe recordar, que no se repita la mala experiencia de Kaminaljuyu. Es urgente investigar y publicar a quienes hicieron posible toda la obra colonial, porque con toda seguridad no vinieron los europeos a trabajar sin descanso a este lugar.

Se propone desarrollar con prisa este proyecto, mezcla de arqueología y arquitectura, porque la intensa actividad de la construcción en La Antigua invade los anillos verdes que rodean el espacio urbano y con ello,  se pierden las oportunidades de conocer el subsuelo bañado de cultura ancestral. Los inversionistas tienen prisa por recuperar su dinero y con el intenso desarrollo todos corren por concluir sus obras.

Por otro lado y como ya se ha dicho, la ciudad se colapsa los días domingo y lo mismo sucede en cada fiesta urbana. No hay baños públicos, ni basureros, no se tienen espacios dignos para que los guardianes coman y descansen cerca de sus espacios asignados a la seguridad de la ciudad. Muchos servicios elementales que brindan en una ciudad turística, aún no existen en La Antigua. El gran problema es el incremento del valor de la tierra y esa plusvalía sigue en aumento.  La Municipalidad y el Consejo de Conservación, por sus cortos presupuestos, no pueden alquilar, ni mucho menos comprar terrenos útiles y bien ubicados, para atender sus tareas diarias. Es urgente redescubrir lo prehispánico, pero también es necesario resolver los precarios servicios de la ciudad moderna.

Todo proyecto corre el riesgo de fracasar y nadie suele exponerse a un error visible. Por eso aquí se postula aprovechar las calas de arqueología prehispánica,  para resolver problemas contemporáneos de arquitectura, que agobian a la ciudad turística de ahora.

Al sumergir la mirada en el subsuelo detrás de la cultura prehispánica, con toda seguridad se va cruzar un manto de tiestos, herramientas  y de artefactos coloniales, que ampliarán la información de influencia europea. No solo se trata de buscar el quehacer original del valle o querer ayudar a una ciudad saturada de visitantes. En esta investigación se va a obtener mucha información colonial y prehispánica.

Es posible que la ruta de sondeo detrás de los orígenes culturales resulte poco satisfactoria, pero desde ya se perciben otras posibilidades favorables. Primero, ampliar el conocimiento colonial en espacios públicos nunca antes investigados y luego brindar los servicios urbanos; pues nunca se ha investigado el subsuelo de parques, alamedas y calles en La Antigua Guatemala. Se trata entonces de llevar a cabo una actividad ideal para comprender mejor su historia urbana.

Habrá riesgos, pero los beneficios en tres direcciones son fáciles de lograr. El termómetro del éxito queda en manos de los permisos de las instituciones públicas y del dinero para trabajar. Si se consiguen los fondos para iniciar y se recibe el beneplácito de las autoridades, se comparte con ellos la alegría de realizar un estudio útil, para todas las ciudades coloniales de Hispanoamérica.

DEDICATORIA

A todos los conservadores de La Antigua Guatemala, porque sin su esfuerzo y dedicación no se tendría hoy la ciudad que se tiene: Roberto Aycinena, Roberto Ogarrio, Víctor Sandoval, José María Magaña, Sergio Cruz  y otros. A los estudiosos de la historia: Luis Luján Muñoz, Jorge Luján  Muñoz, Christopher Lutz, Marion Popenoe de Hatch. Al Centro de Ideas, espacio intelectual donde nació este proyecto. Alfonso Ponce Archiva, quien donó a la Municipalidad la ruina de la Santa Cruz, Jorge Castañeda, incansable promotor urbano y a todas las personas que con su talento y visión han ayudado a conservar con la Ciudad. Es difícil ser ecuánime y nombrar a todas personas que merecen el agradecimiento por su esfuerzo, a todos ellos se dedica este trabajo.

 

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