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049 – PROYECTO ARQUEOLÓGICO EL SOCH: INVESTIGACIONES EN LA FRONTERA NORORIENTAL DEL ESTADO POSTCLÁSICO K’ICHE’ – Jeanette Castellanos, Rodrigo Guzmán, Tomás Barrientos, Ernesto Arredondo y Carlos Alvarado – Simposio 22, Año 2008

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Jeanette Castellanos, Rodrigo Guzmán, Tomás Barrientos, Ernesto Arredondo y Carlos Alvarado

2009        Tipología cerámica preliminar de El Perú. En XXII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2008 (editado por J.P. Laporte, B. Arroyo y H. Mejía), pp.627-640. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).

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PROYECTO ARQUEOLÓGICO EL SOCH: INVESTIGACIONES EN LA FRONTERA NORORIENTAL DEL ESTADO POSTCLÁSICO K’ICHE’

Jeanette Castellanos

Rodrigo Guzmán

Tomás Barrientos

Ernesto Arredondo

Carlos Alvarado

Universidad de San Carlos de Guatemala y Universidad del Valle de Guatemala

ABSTRACT

PROYECTO ARQUEOLÓGICO EL SOCH:

INVESTIGATIONS ON THE NORTHEASTERN FRONTIER OF THE POSTCLASSIC K’ICHE STATE

The site of El Soch is located in the municipality of Chicaman, Quiche, near the shore of the Chixoy River and the eastern edge of the Cuchumatan Mountains. Since 2008, the Universidad del Valle had begun exploration of the unknown zone of the Northeastern highlands of Guatemala, where sites like El Soch are found and, because of its architectural features, was possibly the principal center of the region. In this work we present the preliminary results of initial work at El Soch, in particular, the mapping, test-pitting, and regional reconnaissance. In addition we will present the general research plan, principally the implications for the study of this multi-ethnic frontier region, as well as the transition from the Terminal Classic to Postclassic periods in the Maya highlands.

El Proyecto Arqueológico El Soch, patrocinado por el Centro de Investigaciones Arqueológicas y Antropológicas de la Universidad del Valle de Guatemala, surgió cuando el Sr. Julio García y la voluntaria del cuerpo de paz Allyson Snell se acercaron a dicho centro de investigaciones en busca de asesoramiento sobre el valor arqueológico, histórico, cultural y turístico de las ruinas ubicadas en la Finca El Recuerdo, también conocidas como Puente Maya Soch. La finca ya había sido inscrita como Reserva Natural Privada del municipio de Chicamán, Quiché por su propietario, el Sr. García.

Esto motivó que este centro de investigaciones iniciara la exploración arqueológica e histórica en este sitio, con el objetivo primordial de incrementar el conocimiento histórico de la zona norte de Quiché, una zona prácticamente desconocida para la arqueología guatemalteca.

Por lo tanto en este trabajo se presentan los resultados preliminares de las investigaciones iniciales en el sitio arqueológico El Soch, especialmente sus antecedentes etno-históricos, el reconocimiento de sus inmediaciones y las excavaciones de sondeo en el sitio. Asimismo, se indicarán los planes generales para la investigación de la región, principalmente las implicaciones para el estudio de una región fronteriza y multiétnica, así como la transición del Clásico Terminal al Postclásico en las Tierras Altas Mayas.

UBICACIÓN DEL SITIO

El sitio arqueológico El Soch se asienta sobre la Sierra de los Cuchumatanes, hacia el oeste del caudal principal del río Chixoy o Negro del que se encuentra a pocos kilómetros. Al este y noroeste la Sierra de Chama se eleva el territorio y separa a El Soch de la región de Cobán. En medio de ambas sierras, el río Chixoy se abre paso para descender hacia Playa Grande, desde donde conformará el río Usumacinta unos kilómetros más abajo (Figura 1).

El  Soch, se localiza a 2 km, de la aldea del mismo nombre, al norte de la cabecera municipal de Chicamán, en el departamento de Quiché. Chicamán es un municipio de reciente fundación en 1984, por lo que la región anteriormente pertenecía al municipio de Uspantán desde 1527.

El área investigada entre abril y junio de este año, se ubica dentro de la finca El Recuerdo, que cuenta con una extensión de menos de una hectárea, pero el asentamiento del sitio abarca otras fincas y poblados vecinos.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

Los  textos etno-históricos que mencionan aspectos importantes de la región norte del Altiplano guatemalteco son el Popol Vuh (Recinos 1947), los Anales de los Kaqchikeles (Recinos 1980), el Título de Totonicapán (Carmack y Mondloch, 1983), el Título de C´oyoi (Carmack, 1979), el Título Real de Don Francisco Izquin Nehaib (Recinos 2001), el Título de Sacapulas (Hill II y Monaghan 1987), el Título Cagcoh (UVG 1999) y el Rabinal Achí (Breton 1999). Entre sus páginas esperamos encontrar en el futuro antecedentes sobre la región en donde se sitúa El Soch, ya que en estos textos se pueden hallar historias de migración y asentamiento de los pueblos K’iche’, su encuentro con grupos Mam, Pokomam y Uspanteko, guerras de expansión y conflictos con los grupos asentados en la cuenca alta y media del Chixoy.

Pero por el momento sabemos que El Soch fue reportado por primera vez en 1910 en el semanario El Heraldo, por el periodista Miguel Elgueta, quien visitó el sitio durante una expedición a Quiché (Elgueta 1910:2). Elgueta reportó el sitio con el nombre de El Soch, aunque aparentemente se refirió a otro sitio cercano llamado La Pita Floja. Este sitio se localizaba dentro de los límites de la finca La Soledad, mientras que El Soch formaba parte de la finca El Rosario, propiedad de Francisco Cobián.

Robert Burkitt publicó en 1930 una visita hecha a la finca del Sr. Cobián, donde se ubicaba el sitio arqueológico “Xoch” (Burkitt 1930:46). Aunque no realizó ningún bosquejo del sitio, si lo hizo de otros sitios cercanos en los cuales se pueden observar similitudes en los diseños arquitectónicos.  Antonio y Carlos Villacorta también mencionan el sitio y sus descripciones coinciden con las de Burkitt, refiriéndose a un sitio con calles empedradas, arquitectura monumental, patio para juego de pelota y una estela. El Dr. Edwin M. Shook reportó el sitio en su ficha No.1138,  aparentemente refiriéndose a la información presentada por Burkitt, Villacorta y Elgueta (Archivo Shook UVG).

A principios del siglo XX se llevaron a cabo las primeras investigaciones cerca de la cuenca media del río Chixoy. Según cita Reents-Budet (1994) y Danien (2001), Dieseldorff excavó el sitio Chama ubicado al norte de El Soch. Danien (2001) también cita que Burkitt (1930) continuó las excavaciones. Posteriormente, entre 1944 y 1949, Ledyard Smith registró algunos sitios al este de la región Ixil, donde se localizan sitios como El Tigre, Acihtz, Mutchil, Chipal, Caquixay, Tzicuay y San Francisco (Smith 1955).

En 1975, la universidad de Tulane publicó las investigaciones hechas en el área de Zacualpa.  En el mapa de dicha publicación se presentaron los sitios cercanos a la región, pero el sitio El Soch no es mencionado en las descripciones geográficas.

En las últimas décadas del siglo XX continuaron las investigaciones del norte de Quiche por parte de arqueólogos franceses. En 2001 Becquelin publicó sus investigaciones arqueológicas de la región de Nebaj y el sitio reportado más hacia el este es Palo Viejo, en la finca San Francisco, el cual se encuentra a más de 15 km de El Soch (Becquelin et al. 2001:9). Aunque existe un camino que comunica la Finca San Francisco con El Soch, en el documento no se presenta esta ruta como posible vía de comunicación. Recientemente Velásquez y Roldán (2000) llevaron a cabo investigaciones en el sitio Tz´unun Kaab´, situado cerca de Uspantán. A pesar que El Soch no es mencionado en estas importantes investigaciones arqueológicas, se puede usar la información como material de comparación para los hallazgos hechos durante el proyecto en curso.

En 2008 se acaba de iniciar el Proyecto Arqueológico El Soch bajo los auspicios del Centro de Investigaciones Arqueológicas y Antropológicas de la Universidad del Valle de Guatemala. Con la Asesoría de los Lic. Tomás Barrientos, Ernesto Arredondo, Ing. Carlos Alvarado y Dra. Marion Hatch, la Licda. Jeannette Castellanos dirigió las excavaciones en el sitio con  la colaboración de ocho estudiantes del área de arqueología de la Universidad del Valle de Guatemala, Eduardo Bustamante, Gilberto Cruz, Ana Gómez, Joselyn Ponce, Jorge Pontaza, Mario Rodríguez, Andrea Rojas y Marvin Tecun. El mapeo fue conducido por Rodrigo Guzmán de la misma universidad.

RECONOCIMIENTO REGIONAL

Durante la temporada de campo 2008 se realizaron dos reconocimientos arqueológicos en los sitios de La Pita y Chichico. Ambos reconocimientos contaron con el apoyo de personas locales que indicaron el acceso hacia los sitios.

La visita al sitio La Pita consistió en una caminata de reconocimiento y el levantamiento de un plano. Durante la caminata se pudieron cotejar algunos de los datos descritos por Elgueta en 1911, pero unos rasgos arquitectónicos ya han desaparecido, debido al reciente saqueo a las estructuras del sitio.

El sitio La Pita posee cuatro estructuras, adaptadas a la forma del terreno en el extremo de uno de los riscos que terminan en la rivera del río Chixoy, con una inclinación adecuada para ser transitada.

El segundo reconocimiento se efectuó desde la aldea Chipaj, referida por Burkitt en 1930, hasta el área conocida como Chichico, observándose varios montículos dentro de parcelas privadas de uso agrícola, así como un patio para juego de pelota en buenas condiciones, cerca de la aldea (?).   Anteriormente también se ubicaba en las inmediaciones una enorme piedra de culto llamada Chichico, en donde hoy solo se observa una excavación ilegal realizada para su remoción, quizá buscando debajo de ella un tesoro. Frente a la piedra Chichico se encuentra una estructura rectangular, probablemente con cuartos interiores, construida con mampostería de piedra, cubierta con estuco.

BREVE DESCRIPCIÓN DEL SITIO

El sitio El Soch ocupa un valle aluvial, en una estribación este-oeste, limitada por la  Sierra de los Cuchumatanes y la sierra de Chama, como indicamos anteriormente. El valle posee una quebrada, denominada en los mapas como “El Rosario” que sirve de desagüe a las corrientes de agua que descienden de las montañas durante el invierno (Figura 2).

El sitio se localiza asentado transversalmente a la quebrada, en una orientación noroeste-sureste, y consta de dos grupos arquitectónicos denominados A y B.  El Grupo A está en el extremo sur de la quebrada, mientras que el Grupo B se ubica en una elevación hacia el noroeste, en la finca contigua. En el Grupo B se encuentra un patio para juego de pelota de gran tamaño, así como varios templos que han sido objeto de saqueo.

En 2008 solamente se investigó el Grupo A, delimitado al sur por el cerro El Pezón, de donde brotan nacimientos que corren dentro del Grupo A, alrededor de las estructuras. Al sur de la plaza del Grupo A se localizó la cueva denominada El Soch, no explorada en esta temporada, donde también se observan afloramientos de agua.

Al norte del Grupo A se localiza una ladera, donde se notaron modificaciones al  terreno en forma de terrazas habitacionales y de cultivo. Hacia el sureste de la plaza también se puede hallar una serie de plataformas emplazadas en la ladera del cerro (Figura 3).

La plaza cerrada del Grupo A mide aproximadamente 160 m² y está compuesta por nueve estructuras construidas sobre una plataforma de nivelación del terreno (Figura 4). Al sureste de la plaza, una supuesta atalaya constituye la Estructura A-10 y un poco más alejada en el límite suroeste de la plaza está la Estructura A-11. Definitivamente este número no es el inventario total de estructuras del sitio arqueológico, pues se limita a las que se ubican dentro de la finca El Recuerdo.

La plaza del Grupo A posee un patrón de distribución de dos estructuras principales en sus extremos norte y sur, con un patio para juego de pelota flanqueando el este y oeste de la plaza, mientras que otras cuatro estructuras se integran a la plaza en sus límites este y oeste (Figuras 5 y 6).

La Estructura A-5, es una estructura alargada de dos cuerpos que incluye en su construcción el límite norte de la plataforma de nivelación. Esto se evidencia por un abrupto cambio de alturas entre sus fachadas, ya que al norte se eleva 10 m y la fachada sur solamente tiene 5 m de altura. La  Estructura A-1 delimita la plaza al sur y es una pirámide escalonada de aproximadamente 6 m de alto, con doble escalinata y alfardas en forma de talud-tablero recubiertas de estuco.

Un patio para juego de pelota en forma de “I” flanquea la plaza al el este y oeste. Mide 18 m de largo x 11 m de ancho y lo integran las Estructuras A-4 y A-6. La Estructura A-4 situada al oeste tiene dos cuerpos escalonados mientras que la Estructura A-6 posee tres.

Las Estructuras A-2, A-3, A-7 y A-8, emplazadas dualmente en los límites este y oeste respectivamente, son pequeñas pirámides escalonadas de 2 a 4 m de altura, siendo muy difícil de distinguir al momento su forma exacta. Sin embargo es digno de señalar que a pesar del saqueo que cruza de este a oeste la Estructura A-7, aún se nota en su interior un drenaje que pudo haber sido el desagüe de la plaza. Por otra parte la Estructura A-10 fue una plataforma baja entre las Estructuras A-3 y A-5. Otras dos estructuras se encuentran un poco aisladas hacia el sureste (Estructura A-9) y en el límite suroeste (Estructura A-11).

Por último es importante señalar que en otros sitios cercanos a Sacapulas y la región Ixil se encuentra este mismo patrón de templo de doble escalinata frente a un patio para juego de pelota. Este es el caso de Xolchun, Oncap, Acihtz, El Tigre, Caquixay, Tuchoc y Mutchil (Smith 1955:figs.71, 78, 81-84; Figura 7). También se ha reportado este mismo patrón en los sitios de Pantzac y San Bartolomé Jocotenango, en la Cuenca Media del Chixoy (Ichon 1992:fig.85-86; Figura 8).

EXCAVACIONES

Las excavaciones en esta primera temporada consistieron en un programa de sondeo, por lo que se definieron varias unidades en la plaza del Grupo A, en las terrazas ubicadas al norte de la mencionada plaza y en la entrada de la cueva, situada directamente al sur de la Estructura A-1. Al final se concluyeron 60 pozos de diferentes tamaños, generalmente de 2 x 1 y 1 x 1 m.

Las excavaciones se localizaron generalmente detrás y en los laterales de las estructuras del Grupo A, en donde se supuso que los antiguos habitantes de El Soch tiraban su basura. Los sondeos en la plaza entre las Estructuras A-8 y A-1, así como enfrente, detrás y en los laterales de las Estructuras A-1, A-3, A-5 y A-8 fueron llevados a cabo por Carlos Alvarado, Anna Gómez, Eduardo Bustamante y Jeanette Castellanos. Estas unidades se convirtieron en pozos estratigráficos que pusieron al descubierto un grueso piso estucado que cubrió completamente la plaza, incluyendo las partes posteriores de las estructuras.

Bajo este piso se ubicó un piso de lajas que cubrió un enorme relleno de piedras grandes de río, de aproximadamente 1 m de grosor, depositadas sobre un nivel de arena amarilla y por encima de un barro color mostaza, completamente estéril.

Estos pozos estratigráficos revelaron posiblemente dos momentos constructivos, uno durante el Clásico Tardío y el otro durante el Postclásico Temprano. Fue en este último cuando quizá se construyó la mayoría de estructuras del sitio, según lo diagnosticado por la Dra. Marion Hatch (comunicación personal 2008) a través de la inspección preliminar de la cerámica recuperada y de la distribución de las estructuras y sus principales componentes arquitectónicos.

Uno de los hallazgos relevantes en la plaza del Grupo A fue la presencia de una pequeña plataforma ceremonial, denominada Estructura A-10, que fue excavada por Jocelyne Ponce. Esta se encuentra insertada entre las Estructuras A-3 y A-8, y se asocia a un enorme basurero que contuvo además de las formas cerámicas genéricas, varios fragmentos de incensarios de asas verticales y modelados, asociados con fragmentos de cerámica Tohil Plomizo y obsidiana verde translúcida y opaca. Obsidiana verde también fue recuperada en sondeos en las Estructuras A-2, A-3, A-7 y A-8.

Otro hallazgo significativo fue la atalaya localizada como a 50 m al sureste de la Estructura A-8, excavada por Gilberto Cruz. Debajo de ésta se halló una cámara vacía, la cual está pendiente de fechamiento.

Los pozos realizados en la entrada de la Cueva El Soch, recuperaron una mediana cantidad de tiestos que no fueron muy diferentes a los recuperados en los sondeos de la plaza del Grupo A, aunque si en mejor estado de preservación, pero carentes de incensarios y otras formas rituales.

Aunque no se excavó dentro de las estructuras ni se expusieron rasgos arquitectónicos en cada una de ellas, se sabe que todas estuvieron estucadas, fueron adicionadas con escalinatas frontales, y en algunos casos con taludes, como es el caso de la Estructura A-1 y los edificios del patio para juego de pelota. También se definió que fueron construidas a base de masivos rellenos con piedras de río según lo evidenciaron las excavaciones de Jorge Mario Rodríguez, quien limpió el saqueo que cruzaba de este a oeste la Estructura A-7.

Gilberto Cruz, Jorge Mario Rodríguez, Andrea Rojas, Marvin Tecun y Jorge Pontaza llevaron a cabo sondeos en las 13 terrazas ubicadas 300 m al norte de la plaza del Grupo A. Las excavaciones expusieron un sistema de terrazas habitacionales, probablemente combinadas con áreas de cultivo, donde se definieron tres unidades domésticas. Una de ellas estuvo compuesta por una sola hilera de piedras con huellas de poste, posiblemente del Postclásico Temprano, que también contenía un enorme fogón. Por sus dimensiones, es posible que haya sido un fogón comunal, según sugerencia de Yvonne Putzeys, Supervisora del IDAEH.

En otra terraza, Marvin Tecun encontró las paredes de bajareque colapsadas de una unidad habitacional menos delimitada. También se efectuaron sondeos en algunas terrazas en la parte sur del sitio, pero no evidenciaron haber sido usadas como áreas residenciales. Sin embargo, al oeste del sitio solamente fue localizada una plataforma baja, la Estructura A-11.

MATERIALES RECUPERADOS

La cerámica es el material arqueológico mayormente recuperado en las excavaciones de El Soch, y su inspección preliminar por la Dra. Hatch apunta a grandes implicaciones futuras. Hay presencia de cerámica de pasta roja arenosa, con engobe naranja-rojizo en formas principalmente de cántaros globulares con asas y cuencos. Esta cerámica y los escasos policromos del Clásico Tardío conducen a preguntarnos si sus productores eran gente local o foránea y si El Soch fue abandonado durante la transición del Clásico Tardío al Postclásico Temprano. La ocupación Postclásica también se caracteriza por la escasa presencia de cerámica pintada rojo y blanco de la tradición K’iche’, así como poquísima cerámica Plomiza Tohil importada, lo que se sugiere influencia de la tradición cerámica oriental de la Cuenca del río Chixoy o de la tradición occidental de Alta Verapaz (Arnauld 1987,1999).

Por otra parte, la presencia de obsidiana verde translúcida y opaca en el sitio confirma la existencia de nexos comerciales con el Altiplano mexicano en el Postclásico Temprano. De igual forma, hay relaciones con el Altiplano Central guatemalteco por la presencia de navajas y puntas de proyectil  de obsidiana gris, lo que no es de extrañar, pues la ubicación de El Soch cerca del río Chixoy lo coloca en un área considerada desde hace años como una ruta comercial entre las Tierras Altas y Bajas.

Otros artículos foráneos recuperados fueron piedras verdes de serpentina y unos poquísimos fragmentos de jadeíta, procedentes de la región del Motagua o sus inmediaciones.

El resto de artefactos obtenidos fue elaborado con piedras areniscas locales muy erosionables con el agua y la humedad, de los cuales por el momento desconocemos las verdaderas formas y funciones. Sin embargo en el área habitacional se extrajeron un par de azadas, y fragmentos de manos y piedras de moler basálticas, percutores de formas diferentes que nos revelan de su condición y uso agrícola y doméstico.

La presencia de restos de incensarios de espigas, modelados y con pastillaje nos indica que los habitantes de El Soch compartían ciertas normas convencionales sobre comportamiento ritual, pensamiento y simbolismo cosmológico que deseamos profundizar en el futuro.

EXPECTATIVAS DEL PROYECTO

Se espera que el proyecto pueda continuar por varias temporadas más, ya que los resultados hasta ahora han sido muy prometedores. Una meta a largo plazo es delinear el asentamiento arqueológico en el área entre Chicamán y la región norte de Quiché, así como la ruta entre El Soch y el área Ixil, especialmente hacia el este, donde se ubica la Finca San Francisco. Como esta es una zona aún no estudiada a profundidad, se espera mejorar los conocimientos de los patrones de asentamiento regional, estilos arquitectónicos y tradiciones cerámicas, para poder interpretar movimientos étnicos y en el plano económico, las rutas de comercio en el área.

Las subsiguientes temporadas incluirán el reconocimiento, levantamiento y sondeo de los sitios circunvecinos, acompañadas de recolección de superficie para efectuar un análisis comparativo posterior con los patrones demográficos de las zonas aledañas ya estudiadas.

Se tiene previsto efectuar intervenciones arquitectónicas en las estructuras del Grupo A del sitio y si se obtienen los permisos pertinentes, en la Plaza B. También se espera explorar el interior de la Cueva El Soch, para evaluar su posición geomántica en relación con la arquitectura del sitio y si la elite del mismo controlaba o no su acceso.

También será el foco de nuestro interés la exploración de todas las terrazas habitacionales no sondeadas de la parte norte del sitio, debido a que unidades habitacionales próximas a áreas de cultivo podrían estar indicando cambios en los patrones del uso y propiedad de la tierra y si dichas terrazas fueron operadas o no a nivel comunal, presentándonos un panorama socio-económico no elitista, poco explorado en investigaciones anteriores en el sur de Quiche y el área de las Verapaces.

El subsiguiente estudio de la cerámica en el laboratorio enfatizará el análisis modal, tecnológico y formal los atributos de la cerámica para permitir identificar la afiliación de los habitantes de El Soch. Es de particular interés retomar el tema de la transición del Clásico al Postclásico, época que ha sido definida como Epiclásico por Ichon y otros arqueólogos (Ichon 1992:140; Martínez 2003:858). Según ellos, este periodo específico corresponde al colapso de las tradiciones culturales del altiplano norteño guatemalteco y el ingreso de nuevos grupos desde el altiplano mexicano. Sin embargo el concepto de Epiclásico falta por definirse de mejor forma tanto en su variable cronológica como su distribución territorial.

Un sitio con las características de El Soch permitirá profundizar en este tema, especialmente porque se sitúa en un área que ha sido habitada por poblaciones Uspanteka, K’iche’ Poqomchi’ y Q’eqchi’. Por lo tanto para nosotros será de vital importancia estimar si podemos separar o no la ocupación Clásica y Postclásica de El Soch, y si es así, interpretar las posibles afiliaciones culturales en cada periodo y las causas de dichos cambios.

Por lo tanto también se tiene planificado el análisis de C-14 y AMS a muestras de carbón y restos orgánicos para obtener un fechamiento absoluto. También se han planeado estudios físicos y químicos para determinar las fuentes de producción de la cerámica y fuentes de obsidiana de El Soch.

Para concluir, el análisis multidisciplinario de los artefactos, estucos, huesos, materiales orgánicos y edáficos está contemplado a largo y mediano plazo, sus resultados se publicarán oportunamente por el Centro de Investigaciones Arqueológicas y Antropológicas de la Universidad del Valle.

AGRADECIMIENTOS

Se agradece al Sr. Michael Kidder y su familia por la donación que permitió la investigación en El Soch. Al Sr. Julio García por permitir efectuar las excavaciones en su finca y a su familia por hacer agradable nuestra estancia en El Soch, así como a todos los excavadores de la comunidad de El Soch por su eficiente trabajo a lo largo de la temporada. Finalmente agradecemos también el apoyo brindado por las autoridades municipales de Chicamán, al Comité de Turismo de dicho municipio, a los voluntarios del Cuerpo de Paz, e igualmente a la Lic. Yvonne Putzeys, Supervisora del IDAEH, a quien se agradece sus observaciones y consejos en campo.

REFERENCIAS

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Figura 1 Mapa de la región norte de Quiché, ubicando el sitio El Soch (modificado de Stoll, 1999 Rigoberta Menchu and the Store of All Poor Guatemalans)

Figura 2 Mapa topográfico localizando el sitio El Soch (modificado de la hoja cartográfica Uspantan-2062III y Tiritibol-2062 II. IGN, 1974)

Figura 3 Mapa de las terrazas habitacionales situadas al norte del Grupo A, El Soch

Figura 4 Mapa topográfico del Grupo A, El Soch

Figura 5 Mapa topográfico ubicando estructuras principales del Grupo A, El Soch

Figura 6 Modelo tridimensional del Grupo A, El Soch

Figura 7 Sitios al oeste del área Ixil con patrón de templo de doble escalinata y patio para juego de pelota (modificado de Smith 1955, fig.84)

Figura 8 Sitio San Bartolomé Jocotenango, con patrón de templo de doble escalinata y patio para juego de pelota (tomado de Ichon, 1992, fig.86) 

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