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88 – DE MAYAS CHONTAL, ESPAÑOLES Y PANTANOS: LA SECUENCIA CERÁMICA DE SAN ROMÁN, TABASCO – Ulises Chávez – Simposio 20, Año 2006

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Chávez, Ulises

2007        De Mayas Chontal, Españoles y Pantanos: La secuencia cerámica de San Román, Tabasco. En XX Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2006 (editado por J.P. Laporte, B. Arroyo y H. Mejía), pp. 1437-1460. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

88

DE MAYAS CHONTAL, ESPAÑOLES Y PANTANOS:

LA SECUENCIA CERÁMICA DE SAN ROMÁN, TABASCO

Ulises Chávez

Palabras clave

Arqueología Maya, México, Tabasco, río Grijalva, San Román, Potonchan, Centla, secuencia cerámica, Preclásico Tardío, Clásico Temprano, Clásico Tardío, Postclásico, Histórico

Abstract

FROM CHONTAL MAYAS, SPANIARDS AND SWAMPS:

CERAMIC SEQUENCE OF SAN ROMÁN, TABASCO

The recent salvage archaeological project in a large area of Tabasco gave way to the exploration of the San Román site, where a ceramic collection was obtained. This rather large amount of sherds allowed the construction of a ceramic sequence for this important region.

En septiembre de 2002, con motivo de las obras de ampliación del sistema carretero del estado de Tabasco, en México, se realizó un rescate arqueológico llamado “Rescate Arqueológico Carretera Villahermosa-Ciudad del Carmen”, en el tramo que comprende del km 69+500 hasta el km 72+200, frente a la ciudad de Frontera, cabecera municipal de Centla, Tabasco. La excavación de este rescate fue dirigida por el arqueólogo José Luis Romero Rivera del INAH-Tabasco, en un trabajo que tomó aproximadamente dos meses. Como resultado de esta intervención se realizaron excavaciones en el sitio arqueológico de San Román, y los ejidos de Carrillo Puerto Centro, Carrillo Puerto Sur y Carrillo Galileo, de los cuales se recuperó una muestra considerable de material prehispánico e histórico (cerámica, lítica, concha, hueso, metal, vidrio y fragmentos de mampostería).

Las investigaciones llevadas al cabo en la región por Berlin (1956), Müller (1967) y Fernández et al. (1988:33-38), así como el acervo de materiales recuperados, despertaron el interés del autor en el estudio de las distintas etapas de ocupación que se sucedieron en la zona. Posteriormente, con la autorización, y gracias al titular del proyecto y del INAH-Tabasco, hubo un acercamiento a la colección para realizar su análisis, y utilizar la información para la elaboración de una  tesis de licenciatura. Este trabajo hace especial énfasis en el sitio de San Román y en el estudio específicamente de toda la cerámica excavada y recolectada en superficie durante el rescate (18,014 tiestos en total). La secuencia cerámica se basó en el análisis de la cerámica del sitio arqueológico de San Román (15,821 tiestos), identificado en el Atlas Arqueológico Nacional con la clave E15B62227001 (Figuras 1 a 3).

Este sitio presentó tanto la mayor cantidad de cerámica, como toda la variedad en tipos cerámicos identificados. Las secciones de Carrillo Puerto Sur, Carrillo Puerto Galileo y Carrillo Puerto Centro, fueron incluidas como material cuantitativo incluido en la muestra del total del material analizado (de estos sitios se obtuvo en conjunto una muestra total de 2193 tiestos). De esta manera, el análisis de la cerámica de toda la excavación, decidió integrarse en un conjunto, de cuyo resultado se obtuvo el establecimiento de la secuencia cerámica de San Román, Tabasco.

Dicha secuencia cerámica servirá como punto de referencia para la cerámica de toda el área del sector, que comprende el territorio abarcado por la región costera del actual municipio de Centla, Tabasco, y que se relacionaría estrechamente con el material cerámico “Cintla”, de Berlin. De acuerdo a Heinrich Berlin (1956:102,103), el material Cintla por él excavado pertenece a la región que comprende la costa de Tabasco, desde la boca del río González, hasta laguna de Términos. De acuerdo a Berlin, toda esta región compartió tanto una unidad lingüística y cultural, por lo que se sugiere utilizar el termino “Área de Frontera”,  para demarcar el territorio referido por él mismo, al menos para el área que ocupa el delta del río Grijalva.

Figura 1 Ubicación de San Román en Tabasco

ANTECEDENTES ARQUEOLÓGICOS DEL ÁREA

El desarrollo de investigaciones arqueológicas en la región costera de Tabasco se dio durante la década de 1950; desgraciadamente, en tiempo más reciente ha visto casi nulo. Si bien el interés de los especialistas en la región es grande, ya que en esta área se localizan los restos arqueológicos de la primera población indígena mencionada por los españoles en el siglo XVI y la primera capital en Tabasco, los trabajos que dan cuenta de una secuencia arqueológica bajo el sistema Tipo-Variedad para la región costera de Centla, en Frontera, es prácticamente inexistente.

Ya hacia mediados del siglo XIX Richard Berendt excavó en la región de Frontera, esta región puede también entenderse como la totalidad del área que comprende el delta de Grijalva, cerca de la desembocadura del río. Su trabajo sirvió como referencia obligada por todos aquellos interesados en estudiar la arqueología de la región costera de Tabasco.

Uno de los primeros trabajos de orden histórico, pero cuya mención hace énfasis en la necesidad de intervenir arqueológicamente, es el trabajo de José Ugalde (1916), quien le presentó a Manuel Gamio un “Informe de la Localización de la Zona Arqueológica de Cintla, Tabasco”.

Figura 2 Sitios comparados con la cerámica de San Román

Figura 3 San Román y otros sitios cercanos

Este trabajo forma parte de una serie de informes que sirvieron para dar cuenta de los sitios arqueológicos mencionados por Hernán Cortés y Bernal Díaz del Castillo. Menciona las excavaciones hechas en 1869 por Berendt pero no ahonda en sus resultados.

Básicamente este trabajo hizo una descripción histórica de la problemática arqueológica. Ofrece además una justificación de la importancia de los trabajos hechos por Berendt, y la continuidad de su validez científica.

En 1919 Ugalde presenta otro informe sobre la historia de “Tabasco desde el periodo Prehispánico, Colonial y del México independiente”. En su apartado sobre monumentos históricos comienza a cuestionarse sobre la posible localización de Santa María de la Victoria.

Treinta años después, Heinrich Berlin (1956) excavó en diversos lugares de Tabasco. Uno de ellos es el sitio que llamó Juárez (Figura 4) y que identificó como Cuyo Grande, sitio excavado por Berendt en 1869. Afirma que, aunque Tabasco ha sido poco explorado arqueológicamente, las construcciones de ladrillo y mortero que aparentemente son indicadores de etnicidad entre los Chontal aparecen a lo largo de la costa del estado. Identifica el Horizonte “Cintla”, definido por cerámica proveniente de Tamulté, Juárez y Atasta.

El horizonte “Cintla” es un periodo protohistórico que cubre 200 años previos a la llegada de los españoles. Reportó también cerámica del horizonte Cintla, en su mayoría Anaranjado Fino de los tipo V (Matillas) y U (Cunduacan). Afirmó que la arqueología de la región del bajo Grijalva se mantiene más o menos uniforme en cuanto indicadores arqueológicos se refiere (sistemas constructivos, materiales cerámicos, líticos, etc).

No localizó ocupaciones anteriores –del Preclásico o Clásico Temprano– lo que lo llevó a afirmar que la ocupación de toda el área debió de llevarse a cabo en su mayoría durante el Postclásico Tardío. Sin embargo, estudia por analogía con otros sitios de la región costera, la posibilidad de contener ocupaciones tempranas (Laguna de Términos, La Venta y cerca de Comalcalco.

Todas estas ocupaciones están ligadas al Preclásico Olmeca). Menciona además, que Edward Seler en 1912, excavó un basurero cercano al sitio de Juárez en Tabasco, localizando materiales del horizonte denominado Jonuta, que abarca parte del Clásico Temprano y el Clásico Tardío.

Parte de su trabajo también la dedica a revisar el trabajo Berendt, citado por Brinton en 1896. Estudia el caso de Cintla, donde Cortés entabló su primera batalla en territorio tabasqueño, y la identificación arqueológica del sitio histórico que realiza Berendt. Difiere de la opinión de Berendt, a partir del supuesto de que cualquier sitio con arquitectura localizado sobre el margen oeste, cercano a la desembocadura del Grijalva, es potencialmente Cintla e incluso el Potonchan que mencionan las fuentes históricas.

Berlin critica que después del trabajo de Berendt toda la comunidad académica de la época estuvo de acuerdo en las conclusiones a las que llegó. Sin embargo, enfatiza que pocos estudiosos pusieron atención al hecho de que Berendt nombra a toda la cerámica obtenida de la región, como cerámica proveniente de Centla –Centla como región fisiográfica y no como sitio arqueológico específico– por lo que la cerámica obtenida durante su intervención no puede ser tomada como proveniente de un sitio arqueológico, sino de muchos sitios cercanos.

Esto permitió a Berlin abrir la polémica en torno a la localización de Cintla y Potonchan de nuevo, al negar la identificación hecha por Berendt. Su estudio lo concluye argumentando que incluso la Villa de Tabasco (Santa María de la Victoria), que tuvo materiales aún más diagnósticos en términos de etnicidad y temporalidad, los cuales pueden ayudar más fácilmente a su identificación, no había podido ser localizada hasta esa fecha.

Figura 4 Plano del sitio arqueológico de Juárez

Por otro lado, Florencia Müller, durante la década de los años 60 realizó el Atlas Arqueológico de Tabasco (Müller 1967). En él se mencionan de nuevo los trabajos de Berendt en la región costera del Tabasco, pero no los de Berlin. Propone que la filiación étnica de la región debió de ser Maya-Nahua, utilizando la periodificación dada por Berlin, aunque añade a la fase Cintla un periodo denominado Cocom Xiu, donde hay una fuerte penetración de grupos Nahuas a la región. Describe además los mismos sistemas constructivos a base de montículos de tierra aplanada y terrazas recubiertas con sascab. Accesos y esquinas a base de ladrillo cocido.

Spinden (1957), refirió al estudio de Brinton y Berendt para hablar de materiales arqueológicos recuperados en “las ya muy llamadas ruinas de Cintla”, correspondientes a figurillas antropomorfas de guerreros. Además sugiere que la tradición de incensarios de pasta burda y antropomorfos, tan comunes en todo el Golfo de México y Yucatán, pudieron tener un origen tabasqueño, asociado al área que cubrieron las ruinas de Cintla.

Por último, Ernesto Vargas (2001:44-45) sugirió que uno de dos sitios cercanos al Grijalva por su margen oeste podrían corresponder con el Potonchan histórico, estos son los sitios de El Pájaro y Allende, ubicados tierra adentro.

Su argumento principal descansa en los trabajos de reconocimiento por él hechos, donde ningún otro sitio cercano a la desembocadura del Grijalva corresponde en tamaño e importancia por los restos arqueológicos, con el sitio descrito por las fuentes, a excepción tal vez de estos dos sitios.

También hace referencia a Los Ídolos y San Román como sitios alguna vez identificados por Thompson como el Potonchan histórico, pero por cuyo tamaño fueron descartados como dicho sitio histórico (Vargas 2001:45), el primero de éstos está localizado en lo que actualmente es la cabecera municipal del Centla, Frontera; y el segundo localizado frente a esta, y de donde proviene el material cerámico analizado en esta ponencia.

En otras ocasiones, el autor del presente trabajo (Chávez 2002, 2005), ha sugerido que la arqueología del delta de Grijalva no podría ser entendida de no ser explicada en relación con la transformación gradual y constante del terreno, en un proceso donde la tierra le ha venido ganando terreno al mar, transformando por completo la geografía del área, y difiriendo del terreno hacia el siglo XVI.

Esto se traduce en la no correspondencia entre fuentes cartográficas históricas y la geografía actual. Un análisis de las fuentes históricas, tomando en cuenta el fenómeno geomorfológico de transformación del terreno en el delta del Grijalva, hizo sugerir que el sitio San Román (del cual el área excavada forma tan solo una pequeña parte; Figura 5) y el  sitio de Frontera (Figura 6), conforman una misma unidad socio-política, que podría corresponder con el Potonchan Histórico.

Figura 5 Mapa de San Román con pozos excavados

En el caso de la Villa de la Victoria, ésta se podría encontrar localizada en parte del mismo asentamiento de Potonchan, sobre el cauce del arroyo El Trapiche, antes de entrar a la laguna El Coco, en un área donde de acuerdo con los lugareños, como ellos la nombran, se encuentra la “Isla de los Tiestos”. La “Isla de los Tiestos” no está compuesta por tiestos pertenecientes a piezas cerámicas, sino a ladrillos de arcilla, los cuales parecen conformar un muro, tal vez de contención, en un área donde en estas fechas no se registra ninguna actividad humana capaz de explicar su posición en la actualidad.

Dichos ladrillos, en una observación personal, distan mucho del típico ladrillo prehispánico descrito por Berlin, como: “ladrillos relativamente delgados, cuyo color va del rojo-café al gris, los cuales aparecieron en las estructuras del Clásico en Comalcalco y Bellote, y fueron utilizados hasta los tiempos de la Conquista” (Berlin 1956:102, traducción del autor); en cambio, los ladrillos de la “Isla de los Tiestos” son rectangulares con un grosor muy proporcional a su largo y altura, haciéndolos casi cuadrangulares y distintos, además de los ladrillos rectangulares actuales. De cualquier manera, solo una serie de excavaciones arqueológicas en este lugar, podrán esclarecer su origen temporal.

Figura 6 Región de Frontera

RESULTADOS PRELIMINARES DEL ANÁLISIS CERÁMICO DE SAN ROMÁN,  TABASCO

El resultado del análisis cerámico de San Román, aportó información relevante en cuanto al desarrollo arqueológico en el área. Las fuentes históricas (Cortés 1963:44, 52, 58; Díaz del Castillo 1970:50-61; Díaz 1972:67; Relaciones Histórico Geográficas de la Provincia de Tabasco 1983:416), dan cuenta de que en esta región se estableció una de las más grandes capitales Chontal: Potonchan, capital de la provincia de Tabasco.

De acuerdo con algunos expertos (Scholes y Roys 1996:16; Thompson 2004:40) los Chontal fueron un pueblo de comerciantes y expertos navegantes tanto de ríos como de mares, que debían su poder a la gran movilidad de productos así como del control de enclaves comerciales. Bajo este argumento, el control de un enclave situado estratégicamente en la desembocadura de un río que conecta con el mar es tan importante, que la idea de una sola ocupación en el área es muy difícil de sostener, debido a que su ubicación obedece a intereses tanto económicos como políticos.

El área próxima a la desembocadura del río Grijalva pudo ser un puerto comercial importante en Tabasco en tiempos prehispánicos, su control y dominio por parte de Mayas Chontal durante el Postclásico Tardío, significó el control de recursos provenientes de diversos lugares a lo largo y ancho de Mesoamérica, gracias a su gran capacidad como navegantes sobre los ríos desde las Tierras Altas de Chiapas y Guatemala; y el mar, por el Golfo de México desde Tabasco hasta Yucatán (Landa 2003:46).

Una vez consumada la Conquista de México, el control del área fue ostentado por los españoles que fundaron la primera capital española de la provincia de Tabasco (Rodríguez y Santa Cruz 1981) cerca de la desembocadura del río Grijalva, desde la cual mercaron e intercambiaron productos provenientes desde lugares tan distantes del mundo, como el resto del continente Americano, Europa y Asia (Relaciones Histórico Geográficas de la Provincia de Tabasco 1983:429).

La cerámica, dada su abundancia y resistencia al paso del tiempo, puede ser estudiada bajo diferentes perspectivas, de tal manera que su utilidad también conlleva a ser empleada como una herramienta para medir el paso del tiempo; es decir, como un indicador cronológico. De todos los materiales obtenidos en excavación, la presente tesis se limitó solamente al análisis y estudio de la misma.

El estudio de la cerámica está enfocado a resolver en un nivel temporal la ocupación humana de San Román, bajo el uso del sistema Tipo-Variedad en la cerámica prehispánica de filiación Maya. Esto permitirá crear una clara demarcación temporal entre dos momentos muy específicos en la arqueología de la región: el primero, consistente en el estudio del periodo anterior a 1519, el cual incluiría diversos momentos de ocupación reflejados en los materiales excavados, como parte de la arqueología prehispánica. Y el segundo, centrado en el periodo Colonial posterior a 1519, cuando las fuentes históricas registran la llegada de españoles al área, y de la cual debe existir evidencia arqueológica que de cuenta de lo escrito en los textos. La suma de ambos momentos, darán como resultado la secuencia cerámica de San Román y en general, de la región de Frontera.

La propuesta para la elaboración de la secuencia cerámica de San Román proviene del análisis comparativo con respecto a las cerámicas que han sido halladas en varios sitios que se localizan en las llanuras costeras de Tabasco y en sitios aledaños en la cuenca del río Candelaria, Laguna de Términos y Xicalango.

El estudio de la cerámica arqueológica de estas diversas regiones permitió la clasificación de la cerámica arqueológica de San Román, y la formación de los complejos cerámicos propios de la región. Los nombres de los complejos cerámicos de San Román se establecieron con los nombres de diversos momentos históricos en el área (Figuras 7 y 8). Estos complejos cerámicos son:

  • COMPLEJO CERÁMICO GRIJALVA. Preclásico Tardío (400 AC-250 DC; Gráfica 2). Los tipos cerámicos diagnósticos fueron: Sierra rojo, Laguna verde inciso, Altamira acanalado, Repasto negro sobre rojo, Polvero negro, Flor crema, Mateo rojo sobre crema, Sapote estriado, Achiote sin engobe, Bellote burdo, Tipo 9. Preclásico pasta burda, Tipo 10. Preclásico Pasta Blanca, Tipo 11. Preclásico Desgrasante de Concha, Tipo 12. Preclásico Pasta Pulida.
  • COMPLEJO CERÁMICO FRONTERA. Clásico Temprano (250-650 DC; Gráfica 3). Compuesto por la cerámica de los tipos: Jilón limonar, Jilón de la playa, Jilón Antonio, Dos arroyos policromo, Águila anaranjado.
  • COMPLEJO CERÁMICO CENTLA. Clásico Tardío (650-900 DC; Gráfica 4). Está conformado por los tipos cerámicos: Chaquiste impreso, San Miguel inciso, Jalpa negro, Caobal estriado, Cimatán burdo, Guaytalpa estriado, Cintla con adorno al pastillaje, San Román impreso, Centla corriente, Balancan anaranjado, Trapiche inciso, Islas excavado inciso, Cedro acanalado inciso, Muna pizarra, Cambio sin engobe, Encanto estriado, Tancachacal pizarra, Chicxulub inciso, Chablekal gris fino.
  • COMPLEJO CERÁMICO POTONCHAN. Postclásico Temprano. (900-1250 DC; Gráfica 5). Posee cerámica de los tipos: Pizarrín café, Salto compuesto, Chilapa gubiado inciso, Villahermosa inciso, Grijalva inciso policromo, Matillas anaranjado fino, Torres policromo, Luna natural, Estrecho compuesto negro, Aguacatal anaranjado fino, Taciste café, Mama rojo.
  • COMPLEJO CERÁMICO TABSCOOB. Postclásico Tardío (1250-1521 DC; Gráfica 6). Posee los mismos tipos cerámicos del Complejo anterior, más los tipos: Quiahuiztlan II, Buey modelado, Cunduacán.
  • COMPLEJO CERÁMICO SANTA MARÍA. Colonial Temprano. (1521-1650 DC; Gráfica 7). Su cerámica pertenece a los tipos: Vidriada café, Vidriada verde, Botijuela olivera, Porcelana China, Yayal azul/blanco, Columbia liso, Santo Domingo azul/blanco, Ciudad de México verde/crema, Caparra azul, Sevilla azul sobre azul.

Figura 7 Complejos cerámicos de San Román

Figura 8 Relación cerámico-temporal entre San Román y otros sitios

Posteriormente, y una vez conocidos los diferentes complejos cerámicos que conforman el sitio San Román, se comparó su posición en el tiempo, con relación a otros sitios arqueológicos en otras zonas del área Maya. Se hizo mayor énfasis en los sitios que fueron utilizados de referencia para el estudio de su cerámica, en orden de relacionarlos temporalmente con San Román.

PRECLÁSICO TARDÍO

Para el 200 AC, la semejanza en el estilo de producción cerámica es uno de tantos indicadores de la aparente uniformidad cultural, atribuible a una comunidad lingüística y con prácticas culturales afines, como lo fueron los Mayas (Clark, Hansen y Pérez 2000:459).

De acuerdo con este argumento, durante el Preclásico Tardío (Complejo Grijalva) puede observarse una proliferación en las ocupaciones costeras tempranas en el Golfo de México (Ruz 1969; Matheny 1970), vinculadas con la ocupación y el desarrollo de grandes asentamientos tierra adentro, específicamente en las Tierras Bajas Centrales (Smith 1955; Adams 1971). San Román, Mecoacán (Jiménez s.f.), Los Ahualulcos y El Bellote (Berlin 1953) en Tabasco; Xicalango (Jiménez 1984), Aguacatal (Matheny 1970), Los Guarixés e Isla del Carmen (Ball 1978) en Campeche, así como la península de Yucatán (Smith 1971) presentan materiales procedentes de tradiciones cerámicas vinculadas con el área de Petén y afiliadas a la Esfera Cerámica Chicanel.

Sitios Tabasqueños tierra adentro como Jonuta y Tecolpan (Berlin 1953) y San Claudio (Moreno 2005, comunicación personal), poseen materiales de la Esfera Cerámica Chicanel, pertenecientes su mayoría a las vajillas cerámicas Paso Caballo Ceroso y Uaxactun sin Engobe.

Sin embargo, también se puede apreciar el incipiente surgimiento de una tradición cerámica local, reflejada en materiales de pasta burda y con desgrasantes de arena que podrían estar más asociados a grupos de la costa Centro-Sur de Tabasco (Jiménez s.f.), específicamente en la Chontalpa, en lo que son los antecedentes preclásicos de la vajilla cerámica conocida para el Clásico Tardío y todo el Postclásico como Comalcalco Burdo, y representada en el Complejo Grijalva de San Román, con el tipo Bellote Burdo.

En términos generales, tal vez la presencia de cerámica Chicanel en San Román se deba a una consumo local de cerámica de estilo petenero de esta esfera cerámica, debido acaso a que para estos momentos fue más importante el prestigio inherente al sentido de pertenencia de toda una moda cerámica entre grupos sociales diversos, que a la creación de elementos propios para definir un estilo cerámico local. Esto no significa que toda la cerámica Chicanel en San Román provenga de Petén, ya que esta podría ser manufacturada localmente, copiando el estilo petenero (Figura 9).

Figura 9 Algunos tipos del Preclásico Tardío

CLÁSICO TEMPRANO

El Clásico Temprano, a diferencia del Preclásico Tardío o del Clásico Tardío y Postclásico en general, es un periodo que a nivel de área Maya se caracteriza por un vacío en la ocupación humana para la cuenca del río Grijalva, así como del suroeste del área Maya en general, “la región fue sumamente relevante durante los varios momentos del Preclásico , pero después parece haberse despoblado o haber existido muy pobres asentamientos durante los años 250 al 700 de nuestra era” (Benavides 2001a:112). Esta afirmación se ve respaldada en cuanto la información obtenida para el Clásico Temprano en San Román y su Complejo Cerámico Frontera.

Sin embargo, la ocupación en menor escala en la región caracteriza a este periodo por una sustitución de lo local sobre lo alógeno, representado por cerámica de las Vajillas Golfo Desgrasante de Concha (Matheny 1970:58) y Petén Lustroso (Smith y Gifford 1966:163), incluyendo a San Román dentro de las Esferas Cerámicas Península (Ball 1978:128) propia de la región de Laguna de Términos y Tzakol (Smith y Gifford 1966:154), cuyo origen está dado para la región de Petén en Guatemala. La Vajilla Golfo Desgrasante de Concha está representada por los tipos Jilón Limonar, Jilón de la Playa y Jilón Antonio (Jiménez 1984:78), los cuales son tipos propios de una cerámica burda, cuya característica principal es su manufactura a partir de un desgrasante a base de concha molida, de uso posible para la preparación y contención de alimentos y cuya manufactura es de origen local, o al menos vinculado con el sitio de Aguacatal, en la Península de Xicalango. La Vajilla Petén Lustroso se ve representada por los tipos Águila Anaranjado y Dos Arroyos Policromo, cuya producción y distribución está vinculada con Petén y que pudo haber llegado a San Román por la misma ruta por donde llegó la cerámica Chicanel.

CLÁSICO TARDÍO

El Clásico Tardío es considerado como un momento donde la interacción social a lo largo del área Maya se redirecciona hacia nuevos lugares. Sitios en Petén se ven abandonados, mientras que la Cuenca del Usumacinta (ocupada desde hacia cientos de años) comienza a presentar un desarrollo importante, interpretado como la llegada de nuevos grupos étnicos dentro del área Maya, con nuevas tradiciones estéticas y cerámicas (Benavides 2001a:98-99).

Durante el Clásico Tardío se observa lo que se ha interpretado como un crecimiento demográfico a través del aumento tanto en la densidad, como en la variedad de los tipos cerámicos identificados para San Román. Se puede identificar su inclusión dentro de la Esferas Cerámicas Jonuta y Cintla (Boucher 1981), las cuales se caracterizan por materiales de Pasta Burda (Vajilla Comalcalco Burdo, de la Esfera Cerámica Cintla) y Pasta Fina (Vajillas Cerámica Gris y Anaranjado Fino, de la Esfera Cerámica Jonuta).

Bishop et al. (2006:21) afirma, mediante análisis de activación neutrónica en las cerámicas de pasta fina tanto del grupo cerámico Chablekal y de la Vajilla Anaranjado Fino, así como Negro Fino (la cual pudiera tener correspondencia con la cerámica Jalpa Negro de Comalcalco), que el lugar de producción de estas cerámicas debe localizarse en algún lugar al norte de Palenque, próximo al área de los sitios arqueológicos de Jonuta, Tecolpan y Calatraba en Tabasco, alrededor de los años 750-810 DC. Los autores afirman que las arcillas explotadas en Jonuta para producir cerámica Gris Fino, son las mismas arcillas para producir cerámica Anaranjado Fino (Bishop et al. 2006:30), lo cual se logró definir muy bien para el área de Jonuta.

Durante el Clásico Tardío se incrementa la producción tabasqueña de las cerámicas de pasta fina. Respecto a la cerámica de pasta fina se observa material proveniente de dos vajillas, Gris Fino y Anaranjado Fino, los cuales pudieron llegan como influencia en la manera de producir cerámica local, en San Román, desde el área de Jonuta por el río Usumacinta, y hasta San Román por el cruce del Usumacinta con el Grijalva y su desembocadura. Bishop et al. (2006:36) afirman que la producción de cerámica Gris Fino en el área de Jonuta, tuvo durante el Clásico Tardío una distribución mayoritariamente hacia el área del Petexbatun. En contraste, durante esta época la presencia de cerámica Anaranjado y Gris Fino en San Román está pobremente representada en relación a los distintos tipos localizados en el sitio, no habiéndose por ejemplo, localizado mucho material proveniente del grupo cerámico Balancan, o del mismo tipo cerámico Altar.

De acuerdo a Smith y Berdan (2003:106-108) los centros productores y distribuidores de bienes en Mesoamérica mantenían sus rutas comerciales, que al sufrir cambios en la conformación política de una región conllevaba a cambios y a la redirección en dichas líneas de producción y en las rutas comerciales de las mismas. Esto significa que Jonuta producía la cerámica que se distribuía a lo largo del Petexbatun durante el Clásico Tardío; una vez que la dinámica social en el Petexbatun cambió, y dejó la cerámica Anaranjado Fino de distribuirse en esa área, Jonuta pudo seguir la producción de esta cerámica para luego distribuirla con dirección hacia Tabasco y Yucatán, lo que explicaría la poca presencia de cerámica del grupo Altar en San Román para el Clásico Tardío. La presencia del Grupo Altar es considerablemente baja en comparación con la de otros grupos de la cerámica Anaranjado Fino.

POSTCLÁSICO TEMPRANO

El Grupo Cerámico Café (Jiménez 1984:72) parece ser un grupo muy particular de la región de Laguna de Términos, en especial de la península de Xicalango, donde Jiménez lo describe como cerámica de pasta de textura fina, de un aspecto cafetoso, cuyas formas predominantes son cuencos y ollas (de los cuales fueron cuencos las formas predominantes en San Román). Su acabado de superficie es a base de un pulimento semifino y un engobe casi del mismo color que el de la pasta. Sus desgrasantes se componen de arenas finas.

Los tipos de este grupo cerámico son Tacíste Café y Pizarrín Café, y aunque Jiménez no puede atribuirles una temporalidad debido a que esta cerámica fue identificada en superficie, en San Román se ubicaron en los niveles estratigráficos asociados al Postclásico Temprano (Complejo Cerámico Potonchan). El tipo Taciste Café bien podría definirse dentro del comienzo del Complejo Cerámico, mientras que el tipo Pizarrín Café, pudiera estar definiendo el final del Postclásico Temprano, e incluso ser transitorio hacia el Postclásico Tardío, y pertenecer por tanto a la Esfera Cerámica de Pastas Finas, descrita por Ball (1978:155) para la Península de Xicalango y sus alrededores inmediatos. Extrañamente, no se identificó cerámica del grupo Silho y Plumbate en San Román, a pesar de ser un tipo cerámico diagnóstico del Postclásico Temprano (Figuras 10 y 11).

La cerámica de los Grupos Matillas y Centla Corriente es la más numerosa del sitio, ocupan juntas, más del 80% del material excavado en los pozos estratigráficos. Está bien aceptado que la temporalidad de la cerámica del Grupo Matillas data del Postclásico Temprano, siendo en esta época donde dicho grupo alcanza su mayor variedad de tipos, así como una densidad considerable por sobre cualquier otra cerámica, con casi un 40% de la muestra total de San Román.

El Grupo Cerámico Centla también se vuelve muy popular y ocupa casi el 50% de la totalidad de toda la cerámica excavada. Es en los niveles identificados para este periodo donde se registró la presencia de comales así como el aumento en el consumo de ollas, lo que podría indicar un incremento en las actividades productivas del área, así como la introducción de nuevas pautas culturales que llevaron a cambios tecnológicos en la producción de bienes cerámicos.

Cambios en atributos formales de las piezas cerámicas (cuellos más largos en las ollas), señalan una reorientación en el uso específico que se le daba a esta cerámica. Un aumento en la producción de esta cerámica, indica una producción local que pudo satisfacer también necesidades no locales.

Esto convertiría a la cerámica del grupo Centla, en una cerámica de filiación Chontal, pudiéndose convertir en un indicador arqueológico de etnicidad; al igual que en el caso de la cerámica del Grupo Cerámico Matillas.

En el caso de la cerámica Matillas, esta comienza a experimentar una distribución a lo largo de la costa hasta la Península de Yucatán y posiblemente hasta la porción costera del Sur-Centro de Veracruz. Parte de la posible influencia “mexicana” entre los Mayas Chontal de San Román, la cual ha sido ampliamente discutida por muchos autores (Berlin 1956; Adams 1971; Scholes y Roys 1996; Coe 1999:168; Thompson 2004), se ve reflejada en la iconografía presente en la cerámica Salto Compuesto y Chilapa Inciso Gubiado, ambos tipos pertenecientes al grupo Matillas, y con iconografía que podría considerarse de cierto estilo “mexicano”, al presentar claros motivos con la representación del glifo “Ollin” o Movimiento, así como serpientes emplumadas, o lo que pareciera corresponder también con plumas, con los llamados motivos de “brackets”.

La producción de ambos tipos cerámicos comienza durante el Postclásico Temprano pero no es exclusiva de este periodo; es probable que la producción de toda la cerámica perteneciente al Grupo Matillas haya estado en producción hasta el Protohistórico.

Respecto a la presencia de cerámicas alógenas en San Román, en la frontera entre los Totonaca de la Sierra de Puebla y los Nahua del Altiplano Poblano-Tlaxcalteca, en el área del río La Antigua, próximo a Zempoala, el Complejo Cerámico Mixteca-Puebla Tardío, se vio asimilado por el Complejo Cerámico de Pastas Finas Totonacas (Daneels 2001:1184), produciéndose cerámica de pastas finas caoliníticas, con policromía propia del estilo Mixteca-Puebla como en el caso del tipo cerámico Torres Policromo, reportado en la Chontalpa por Sisson (1976:451), el cual pudo haber sido de manufactura Totonaca-Nahuatlaca, próximo al área entre Veracruz, Puebla y Tlaxcala.

De la misma manera, también se reportó cerámica del tipo Quiahuiztlan negro/blanco, muy popular hacia la región centro de Veracruz, la cual tiene su mayor auge de producción para la transición del Postclásico Temprano y Postclásico Tardío, siendo en este último periodo, el de su mayor distribución.

De la Península de Yucatán se cuenta con la presencia del tipo cerámico Mama Rojo, tipo muy popular para toda la costa oriental de Yucatán, así como para la Costa del Golfo (Robles 1990:230), desde el Postclásico Temprano hasta el Colonial Temprano.

Figura 10 Algunos tipos del Postclásico Temprano

Figura 11 Tipo del Postclásico Temprano: Chilapa Inciso Gubiado

POSTCLÁSICO  TARDÍO

Hablar de los Mayas de las Tierras Bajas es hablar de la necesidad por conectar el Clásico y Postclásico a través de dos fenómenos fácilmente perceptibles en el contexto arqueológico: la relativamente brusca interrupción del desarrollo de las ciudades meridionales y la aparición de nuevos rasgos, atribuidos a la llegada de gente procedente de la Costa del Golfo y del México Central (Rivera 2001:129).

Respecto al segundo punto, el mecanismo para explicar la llegada de estos rasgos “no Mayas” ha sido el desarrollo de un intercambio extensivo y de rutas de comercio a gran escala por toda área Maya, y con otros sitios de Mesoamérica. De acuerdo con Smith y Berdan  (2003:3), toda Mesoamérica era una sola unidad económica y cultural integrada por el intercambio comercial. Los Chontal fueron grupos de Mayas Putunes integrados a esta unidad económica, y establecidos en las afluentes de las zonas productoras de cacao, plumas y hule en Tabasco, así como de cerámica Anaranjado Fino.

Tuvieron sus capitales tanto en Potonchan, Xicalango e Itzamkanak; San Román, se localiza muy cerca del área donde las fuentes históricas suelen ubicar a Potonchan, cerca de la desembocadura del río Grijalva.

Estos sitios fueron denominados por Gasco y Berdan (2003:111) como centros de comercio internacional, donde Mesoamérica es una unidad mundial. Los elementos usados por Gasco y Berdan (2003:110) para la definición de puertos de comercio internacional son tres:

  • Ser un asentamiento de comercio entre mercaderes de muy diversas y lejanas áreas
  • Tener una gran variedad de bienes de consumo
  • Tener un alto volumen de bienes de consumo

De acuerdo con la información contenida en las fuentes históricas (Díaz 1970:59; Relación de la Villa de Santa María de la Victoria 1972:14; Rodríguez y Santa Cruz 1981; Cortés 1988:224; Scholes y Roys 1996:16-17) y la evidencia arqueológica analizada, el sitio de San Román –por su ubicación geográfica y la naturaleza de los materiales excavados– cumple solo con el primer punto, por lo que hasta el momento su naturaleza comercial no es sino un punto de tránsito entre rutas comerciales. A este respecto, las relaciones económicas entre sitios pudieran haber sido incluso aun más importantes que las relaciones políticas, al crear un sistema de interacción más amplio entre regiones distantes y culturas diferentes; dicho sistema se ve preservado y unido gracias a las diversas actividades económicas que crean una dependencia mutua entre todas las partes que interactúan. Esta observación se ve reflejada en la capacidad que tenían algunas regiones para semi monopolizar ciertos productos, como la sal en el caso de Yucatán y el cacao en el caso de Honduras y Tabasco (Landa 2003:86).

La economía con base en la producción cerámica, no monopoliza ese mercado en términos del control de la producción cerámica en general, sino en la producción y distribución de cerámica específica que se distribuye en diversas regiones y que por ser de uso cotidiano entre toda la población, se diferencia de la cerámica de exportación; convirtiéndose en un bien de prestigio de acceso restringido entre la sociedad. Por lo que poseer cerámica alógena es no solo un indicador de relaciones comerciales a distancia entre diferentes centros productores, sino también un indicador económico importante para diferenciar diversos estratos sociales, entre una misma sociedad. La presencia de cerámica Anaranjada Fino en Yucatán, así como la presencia de cerámicas como Mama Rojo y Tancachancal Pizarra en San Román, podrían ser un indicador económico de una mutua necesidad por mantener un prestigio local entre regiones distantes.

De acuerdo con algunos autores (Lorenzo 2001:79), la región Norte-Centro-Sur de Veracruz se vuelve un centro económico importante durante el Postclásico, lo cual explicaría la presencia cerámica de pastas finas caoliníticas en casi toda la región costera del Golfo de México y la Península de Yucatán, así como la presencia de otros rasgos culturales propios de Veracruz, como hachas votivas tan lejos como Comalcalco.

Otra manera de observar la “influencia comercial” de otras áreas en San Román, es a través de rasgos atribuidos como “foráneos”, y presentes en productos locales, como ciertos elementos estéticos “no Mayas” en cerámicas locales. Ya se habló de las cerámicas con iconografía “mexicana” durante el Postclásico Temprano. Para el Postclásico Tardío se han identificado elementos estéticos, más que iconográficos, presentes en la cerámica de San Román, como los soportes almenados de la cerámica Cunduacán: Cunduacán, que de acuerdo a Berlin, y citando a Ignacio Bernal, afirma que estos están influenciados por la cerámica Azteca III y IV de Altiplano Central (Berlin 1956:140).

En San Román, este Complejo Cerámico se ve definido por la intrusión de nuevos materiales cerámicos, no por la irrupción de ellos, ya que toda la cerámica presente desde el Postclásico Temprano, siguió en producción y uso en San Román para el Postclásico Tardío.

Al menos la cerámica de los grupos Matillas y Centla sigue siendo producida, lo mismo que materiales de intercambio como la cerámica Torres Policromo (Figuras 12 y 13). Bien puede ser que un nuevo elemento comercial proveniente desde altiplano central haya hecho su aparición durante el Postclásico Tardío; junto con la cerámica, otros productos circularon a través de dichos corredores comerciales, tal es el caso de obsidiana verde, proveniente de Hidalgo y de la cual se tiene evidencia en pequeñas cantidades en San Román, a pesar de no haber sido analizada en el presente estudio.

De acuerdo a algunas fuentes históricas (Landa 2003: 59), los reyes de México tenían en Tabasco y Xicalango guarniciones militares que aseguraban el control del tráfico comercial en el área. La presencia de grupos mexicanos en la costa de Tabasco pudo ser entonces inminente para principios del siglo XVI en San Román, y de la cual, la presencia de ciertos productos “mexicanos” no sería sino una consecuencia inmediata.

El origen temporal de una cerámica en cierto periodo no la convierte como exclusiva de ese periodo. Debido a su belleza o importancia, la producción de ciertos tipos cerámicos prevaleció en el tiempo. Para el Postclásico Tardío y desde el Postclásico Temprano viene la producción de cerámica del grupo Matillas.

Ya para el Postclásico Tardío y el periodo Protohistórico, se concuerda con Ball (1978: 92) en que la producción de Matillas y Cunduacán pudo ser incluso paralela. Se piensa que la producción de Matillas se vio interrumpida por la producción de Cunduacán en la región costera de Tabasco. La lenta sustitución de la cerámica Cunduacán sobre la Matillas en la costa de Tabasco, no influyó en la producción de ambas cerámicas en tierra adentro tanto en Tabasco, en sitios como Atasta, y en la tardía presencia de Cunduacán en sitios tardíos de la costa oriental de la Península, donde Matillas aun seguía en uso y producción.

Si la conquista española hubiera llegado en épocas posteriores a 1521, seguramente se encontraría el registro arqueológico frente a una sustitución total de Cunduacán sobre Matillas.

COLONIAL TEMPRANO

Los datos utilizados en este estudio para definir el Complejo Cerámico Santa María, del Colonial Temprano, han sido obtenidos por medio del análisis de aquellos materiales generados durante el periodo histórico, entendido como el periodo posterior a la llegada de los españoles a México. “La Arqueología Histórica”, como su nombre lo indica, utiliza ambos estudios, los arqueológicos y los históricos.

El uso de este término se refiere solo a la base de los datos y no a una clase diferente de arqueología (Besso-Oberto 1977:4). El sitio de San Román presenta ocupación del Colonial Temprano en los mismos niveles métricos donde se localizó además material prehispánico tardío, lo que significa que existió una ocupación hispana sobre un asentamiento prehispánico. Incluso, la cerámica Maya pudo haber estado en uso por los primeros grupos hispanos en el área.

Puede ser que la presencia indígena haya diezmado y la producción cerámica cesado de manera paulatina, ya que existe la presencia de materiales de ambas culturas en los mismos niveles métricos en varias de las unidades excavadas.

La presencia de la cerámica de pasta burda, así como la cerámica anaranjada fina en el área de frontera, se definió desde el Clásico Tardío y no deja de producirse y consumirse sino hasta bien entrado posiblemente el Colonial Temprano, o complejo Santa María, debido tal vez a que el consumo español de productos locales se vio como una prioridad necesaria previo a la producción, transporte y comercio de material de manufactura hispana, proveniente de sus colonias en América, o Europa. Posiblemente el uso de la cerámica local fue adoptado en un principio más por necesidad, que por gusto entre los españoles.

Figura 12 Algunos tipos del Postclásico Tardío: Torres Policromo

Figura 13 Algunos tipos del Postclásico Tardío

Respecto a la cerámica de manufactura hispana, durante años se pensó que muchas de las vajillas de mayólica en México fueron producidas en España y transportadas durante la época temprana de colonización en América (Goggin 1968:139). Ahora se sabe muchas de ellas pudieron de hecho, contar con sus centros productores en Puebla o incluso Oaxaca (Ball 1978:109). De este complejo, se pudo identificar claramente material procedente de diez vajillas cerámicas hispanas. Estas Vajillas Cerámicas son: Vidriada Café, Vidriada Verde, Botijuela Olivera, Porcelana China, Yayal Azul/Blanco, Columbia Liso, Santo Domingo Azul/Blanco, Ciudad de México Verde/Crema, Caparra Azul y Sevilla Azul/Azul (Figura 14). Además de estos materiales, se lograron identificar fragmentos de metal, pertenecientes posiblemente a materiales de uso cotidiano en la época.

Figura 14 Algunos tipos Colonial Temprano

El comercio entre Europa y las Colonias españolas en América significaba un flujo muy diverso de productos y materiales del Viejo, al Nuevo Mundo y viceversa. Cerámicas como Botijuela Olivera era utilizada para transportar conservas, vino o aceite de oliva desde España hacia toda la Nueva España. La ausencia en los primeros años de la Colonia de productos hispanos en México, hizo necesaria la transportación de bienes desde Europa.

La presencia en San Román de cerámica del tipo Botijuela Olivera, es un reflejo de las necesidades hispanas no solo en la región costera de Tabasco, sino en todas las colonias españolas en América; esto evidencia además una ausencia en la producción (pero no en el consumo) de artículos hispanos en el área y una necesidad por consumir lo propio. De todos los bienes hispanos o de consumo hispano en América, probablemente fue la cerámica la que inicialmente comenzó a producirse en sus colonias. Sin embargo en San Román, la presencia de cerámica prehispánica en los mismos niveles donde se detecto la cerámica hispana, refleja en un primer momento –como ya se dijo– la necesidad española por consumir lo local (más que por gusto, por una necesidad).

Como ya se ha mencionado, obras de infraestructura hidráulica en la región de la Chontalpa en Tabasco, trajeron como consecuencia una reconformación del desarrollo social en toda la provincia, provocando como secuela el abandono de grandes porciones de terreno, y el poblamiento de otras tantas. San Román, sufrió los efectos de este proceso, y aunque una ocupación hispana se impuso sobre una larga ocupación prehispánica, el abandono del sitio no significó la falta de una importancia estratégica comercial de la Barra Principal de Frontera. Por el contrario, la presencia en la actualidad de un puerto marítimo como lo es el Puerto de Frontera, pone en sobredicho la importancia del área, y la necesidad de diversos grupos étnicos a lo largo de cientos de años, por controlar el acceso y el paso de bienes, personas e ideas desde este punto y hacia muchos otros lugares, más allá de los linderos del agua, más allá de los lenguajes, más allá de la imaginación misma de los hombres.

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