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61 – EL SITIO NARANJO, DEPARTAMENTO DE GUATEMALA, Y SU DISTRIBUCIÓN ESPACIAL – Carlos Morales Aguilar, Bárbara Arroyo y Karen Pereira – Simposio 20, Año 2006

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Morales Aguilar, Carlos, Bárbara Arroyo y Karen Pereira

2007        El sitio Naranjo, departamento de Guatemala, y su distribución espacial. En XX Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2006 (editado por J.P. Laporte, B. Arroyo y H. Mejía), pp. 1036-1043. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

61

EL SITIO NARANJO, DEPARTAMENTO

DE GUATEMALA, Y SU DISTRIBUCIÓN ESPACIAL

Carlos Morales Aguilar

Bárbara Arroyo

Karen Pereira

Palabras clave

Arqueología Maya, Altiplano de Guatemala, Formativo, Preclásico Medio, culto estela-altar, monumentos lisos, fase Las Charcas, Naranjo

Abstract

THE SITE OF NARANJO, DEPARTMENT OF GUATEMALA, AND ITS SPATIAL DISTRIBUTION

The Valley of Guatemala was populated from the earliest times. The first inhabitants of the valley were located around the Miraflores Lake, the waters of Las Charcas, Amatitlán Lake, and the El Naranjo Lagoon. Construction of clay platforms and mounds seems to have begun in the Las Charcas phase. This paper presents the results of the mapping of the site, evaluating the layout of its structures. To this, other elements are added that complement the spatial arrangement at the site.

El sitio arqueológico Naranjo está asentado sobre una planicie que va de sur a norte cubriendo un área de 0.32 km2, a una altitud promedio de 1500 m sobre el nivel del mar. El sitio se encuentra localizado en las coordenadas 14º 39’ y 90º 32’, a 2.5 km al norte de la Acrópolis de Kaminaljuyu y a 4 km del sector de Miraflores (Figura 1). El patrón de asentamiento del sitio Naranjo muestra un orden espacial característico de los sitios Preclásicos propuesto por Smith (1965) y Shook (1952) en el área de Kaminaljuyu y el resto del Valle Central, así como la Costa Sur de Guatemala (Bove 1989) y Chiapas (Lowe 1982).

Desde 1877, G. M. Williamson (1877) reportó el sitio, además de haber publicado un plano según sus observaciones en el lugar. Cuando este explorador efectuó su visita, el terreno se encontraba sembrado de pasto y la visibilidad era bastante buena. Posteriormente, el arqueólogo Edwin M. Shook visitó el sitio en la década de 1940 y 1950 como parte de su recorrido en el Altiplano Central de Guatemala (Shook 1952). Para entonces, el sitio había sido sembrado con café lo que limitaba la visibilidad. Sin embargo, ambos notaron la presencia de estructuras y monumentos, aunque ninguno reportó la presencia de monumentos esculpidos.

Previo a esta investigación de rescate, sólo se contaba con los dos bosquejos preparados por Williamson y Shook. Estos planos permitieron hacer la observación de que Naranjo posee el típico patrón Preclásico con orientación norte-sur.

Los resultados de las excavaciones demostraron que la construcción y ocupación principal del sitio se fecha para el periodo Preclásico Medio, correspondiente a la fase Las Charcas (900-600 AC). Sin embargo, se documentó una re-ocupación durante el periodo Clásico Tardío, época en la cual no hubo mayores construcciones.

Figura 1  Ubicación del sitio Naranjo en el Valle de Guatemala

EL MAPEO DE NARANJO

Dentro de los objetivos del Proyecto de Rescate Naranjo se hizo necesaria la elaboración de un mapa topográfico y planimétrico adecuado, complementando el mapa original proporcionado por los propietarios del desarrollo urbano.

Esto fue fundamental para comprender el asentamiento, conocer su orientación e identificar la presencia de rasgos culturales significativos.

Este mapeo se realizó con una estación total, GPS, brújula tipo brunton y cinta métrica, y en el mismo participaron Carlos Morales Aguilar, Carlos Chiriboga, Edgar Ortega y la empresa Depic, Guatemala. Se logró cubrir un área de 2.16 km2 la cual se dividió en cuadrantes de 200 x 200 m, obteniendo un total de 54 cuadrantes. Dentro de éstas secciones se localizaron tres montículos, diez plataformas y monumentos y altares. Asimismo se identificaron cuatro arroyos, así como varios manantiales y barrancos (Figura 2).

Además del sector central, el Proyecto de Rescate también realizó mapeo de las áreas residenciales. Esto fue de mucha utilidad ya que permitió identificar plataformas bajas casi invisibles al ojo humano, dentro del mapa mismo.

Estas plataformas estuvieron sujetas a un muestreo al azar, permitiendo conocer la densidad del patrón de asentamiento en los alrededores del sector central.

EL ASENTAMIENTO DE NARANJO Y SU ARREGLO ESPACIAL

Los primeros asentamientos de Valle Central de Guatemala durante la fase Las Charcas (900-700 AC) se encuentran asociados a sistemas lacustres. Durante el Preclásico Medio se tienen extraordinarias evidencias de ocupación, principalmente en los márgenes del antiguo lago Miraflores (Valdés 1998) y de la laguneta El Naranjo (Jacobo 1992). Esta dinámica de asentamiento permitió el establecimiento de aldeas las cuales adquirieron una enorme complejidad cultural. Desde los primeros momentos de la fase Las Charcas y las etapas siguientes se muestra un amplio conocimiento y manejo del sistema hidráulico, a través de la construcción de canales y drenajes especialmente al sur de Kaminaljuyu (Valdés 1995; Valdés y Hatch 1996).

Figura 2  Mapa topográfico del sitio arqueológico Naranjo

Al suroeste del sitio Naranjo se localiza el cerro El Naranjo y la laguneta El Naranjo, sistema lacustre que drenaba hacia el río El Incienso al norte del Valle Central. Esta laguneta está extinta en la actualidad, sin embargo, en la antigüedad fue una fuente importante para la obtención de agua. El sitio Naranjo mismo se encuentra rodeado de barrancos hacia los lados norte, noroeste y este, en los cuales se localizan varios manantiales que caen a numerosos arroyos que corren en el fondo.

El sitio Naranjo está dividido en tres grandes sectores:

  • Sector Central
  • Sector Norte
  • Sector Suroeste

Dentro de estas tres divisiones se encuentran plataformas, monumentos, arroyos y manantiales.

SECTOR CENTRAL

El Sector Central de Naranjo está conformado por la Plataforma Sur, el Montículo 1, la Plataforma Norte, el Montículo 2, la Gran Plaza, los monumentos y el Cerro de Piedra. Este sector cubre un área de 240,000 m2. El Montículo 1 y las Plataformas Sur y Norte se encuentran asentadas sobre una elevación natural.

El centro del sitio Naranjo se estableció en un eje norte-sur. Varios asentamientos ubicados en el Altiplano de Guatemala evidencian ordenaciones similares con una línea de estructuras orientadas de norte a sur, tales como Cucal en Huehuetenango, Río Blanco en Quiché, Santa Elena en Alta Verapaz (Smith 1965), Rosario-Naranjo en Guatemala, Vista Hermosa, Pilar, Los Cerritos Sur, Monte Alto, El Bálsamo y La Morena en Escuintla (Bove 1989), María Linda y Ujuxte en Santa Rosa (Estrada-Belli 1999).

La Plataforma Sur mide 47 m de largo, 17 m de ancho y 1.5 m de altura, ocupa un área de 800 m2 y se encuentra ubicada a 33 m al sur del Montículo 1. La Plataforma Sur es la única estructura del sitio que guarda la misma desviación que posee la línea de monumentos. Asimismo, las excavaciones en esta plataforma sugieren una primera ocupación durante el Preclásico Medio. El análisis preliminar de la cerámica de la Plataforma Sur y los monumentos indican una consistencia y similitud en los grupos y tipos cerámicos fechados para la primera mitad de la fase Las Charcas.

El Montículo 1 se encuentra alineado con el centro del Cerro y a una distancia de 375 m. Éste es un edificio rectangular de 39 m de largo, 18 m de ancho y 7 m de altura. Dicha estructura es la más alta del sitio y cubre un área de 700 m2. Las excavaciones en esta estructura revelaron al menos seis episodios constructivos, la última etapa de construcción mostró un total de 15 gradas en el lado este.

La Plataforma Norte se localiza a 48 m al norte del Montículo 1. La plataforma mide 34 m de largo, 12 m de ancho y 1.50 m de alto y cubre un área de 400 m2. La estructura posee una desviación distinta a las orientaciones del resto de construcciones del sitio. En la parte superior de la Plataforma Norte hay evidencia de actividades rituales como lo sugiere un área de quema asociada a un fogón. Esta plataforma evidenció actividad importante del Clásico Tardío, aunque su construcción data de la fase Providencia durante el Preclásico Medio.

El sistema constructivo de la Plataforma Norte tiene patrones conocidos para otros lugares del valle como son los encajonados de barro. Estos cajones de barro fueron construidos para sostener rellenos pesados que elevan la superficie de la plataforma. Una vez elevada su superficie, se aprovechó para actividades rituales y domésticas.

El Montículo 2 se localiza a 145 m al noreste del Montículo 1, mide 40 m de largo, 30 m de ancho y 5 m de altura. En contraste con el Montículo 1, esta estructura no tuvo más que tres etapas de construcción. El sistema constructivo del Montículo 2 corresponde a cajones de barro. No se lograron identificar gradas como en el Montículo 1, ya que posiblemente tenía una rampa de acceso en su lado sur. El material cerámico de las excavaciones en el Montículo 2 revela una ocupación desde el Preclásico Medio, además se localizó un evento dedicatorio anterior a su construcción. En uno de los rellenos del montículo se halló el fragmento de un plato con rasgos Olmecas. Esto confirma que Naranjo se encontraba dentro de la gran esfera de interacción durante el Preclásico Medio en el Valle Central de Guatemala.

Al lado sur del Montículo 2 y al este del Montículo 1 y las plataformas Sur y Norte se encuentra una plaza. Dentro de este espacio de terreno se ubicaban tres líneas de monumentos dispuestos en un eje norte-sur. La primera franja de monumentos se encuentra a 37 m del Montículo 1 y está compuesto de siete monumentos lisos y dos altares (Monumentos 1, 2, 3, 4, 7, 8, 9; Altares 1 y 2). Esta línea posee una longitud de 85 m.

De la misma manera, una segunda línea de monumentos se encuentra a 96 m al este de la primera y a 133 m del Montículo 1. Esta fila está compuesta de cuatro monumentos de gran tamaño (Monumentos: 22, 27, 28 y 29) que fueron tumbados en tiempos modernos, con una longitud aproximada de 78.5 m.

La última línea de monumentos consta de dos a cuatro estelas columnares lisas fragmentadas situadas a 15 m de la segunda línea y a 110 m al oeste del cerro natural que limita el sitio en su lado este. La línea de monumentos mide 11 m, aunque al igual que la anterior fila, fue tumbada en tiempos modernos. Los resultados preliminares de las excavaciones en esta franja mostraron una asociación con un piso de barro y talpetate. Este piso se encontró únicamente a lo ancho de la línea de monumentos en un eje este-oeste. En este contexto parece que existe una franja elevada que va desde el Montículo 1 hasta el cerro natural que cierra el Sector Central en su lado este. Esto podría interpretarse como un camino o calzada que unía al Montículo 1 con las tres filas de monumentos y el cerro natural.

En este límite se encuentra el cerro natural de más de 33 metros de altura desde el nivel de la plaza y cubre un área de 66,321m2. Obviamente, esta elevación natural fue parte importante en la fundación del asentamiento de Naranjo, ya que la piedra del que está formado pudo utilizarse para la construcción de edificios, algunos monumentos y herramientas. El cerro posee numerosos afloramientos de roca aunque no parecen haber sido utilizados (John E. Clark, comunicación personal 2006).

SECTOR NORTE

Acompañando al estudio del sector central del sitio, se realizaron recorridos de superficie para conocer la ocupación en las afueras del Sector Central. En el Sector Norte se localizó una estructura y varias plataformas. Para lograr este propósito se hizo un sondeo al azar en la periferia norte, noreste y noroeste del sitio. Este trabajo dio resultados significativos ya que se pudo documentar una serie de concentraciones de ocupación doméstica en los alrededores.

El Montículo 3 es la construcción más grande de este sector y limita al sitio en su extremo norte, a la orilla de un barranco y a unos 350 m del Montículo 1. Esta construcción tiene 15 m de frente, 12 m de ancho y 3 m de altura. Las excavaciones evidenciaron tres etapas de construcción, con un depósito dedicatorio de construcción similar al de la Plataforma Norte y Montículo 2. Esta estructura posiblemente ejerció una función de control de la entrada al sitio por los barrancos del norte, aunque se necesita más investigación para comprobar esta hipótesis.

El Sector Norte, directamente al norte del cerro, muestra la mayor densidad de ocupación. Aquí se descubrieron pisos de residencias y basureros aislados. La mayoría de estos corresponden al Preclásico Medio, aunque hay una reocupación durante la fase Amatle del Clásico Tardío en algunas áreas. Además, se pudo confirmar la existencia de terrazas casi indistinguibles, que parecen limitar de alguna manera los sectores residenciales. Estas terrazas fueron construidas en el Preclásico Medio para aprovechar mejor el relieve, ubicándose en lugares menos húmedos.

El Sector Noreste también mostró una densidad de ocupación impresionante. Es importante señalar la presencia de un nacimiento de agua a poca distancia de donde se ubicaron las residencias.

SECTOR SUROESTE

El Sector Suroeste del sitio se ubica a unos 800 m del centro de Naranjo. En este sector se encontraron restos habitacionales cerca de antiguos manantiales. En la sección de la planicie suroeste había plataformas leves similares a las demarcadas en el Sector Norte. En ella se encontró un nacimiento de dimensiones significativas que fue aprovechado en tiempos de la finca, posiblemente a finales del siglo XIX. Sin embargo, los restos arqueológicos asociados también sugieren un uso desde tiempos Preclásico Medio y luego en el Clásico Tardío.

Unos 100 m arriba del nacimiento, se encuentra una planicie que tiene otro conjunto de residencias. Igualmente, se encontraron pequeñas plataformas limitando algunos espacios así como pisos de barro y depósitos de basura. Se cree que el asentamiento puede continuar hacia el norte, pero se requiere de más recorridos para completar el estudio de patrón de asentamiento. Al menos, se sabe que el centro de Naranjo se encuentra asociado a una extensa área de asentamiento. Este tema no había sido abordado en el valle pues la mayoría de rescates se han preocupado de los montículos de grandes dimensiones, olvidando las áreas periféricas.

INTERPRETACIONES DEL ARREGLO DEL SITIO NARANJO

La complejidad que muestra el asentamiento de Naranjo con relación a la distribución y el orden espacial es interesante. El desarrollo de áreas de actividad ceremonial y doméstica, principalmente en las construcciones y los monumentos del sitio, es relevante. La conformación de estructuras en relación a una plaza amplia, la construcción de edificios colocados en un eje norte-sur y la presencia de monumentos lisos, algunos en complejo estela-altar sugiere que éste es un patrón generalizado para los sitios del Altiplano Central y otras regiones con ocupaciones del Preclásico Medio. Inclusive sitios del Preclásico Tardío conservaron este patrón, que permisiblemente inicia en el periodo anterior.

Shook y Hatch (1978) distinguen configuraciones de estructuras bajas formalmente alineadas a lo largo de plazas paralelas orientadas de norte a sur, particularmente durante el Preclásico Medio y Tardío. La distribución espacial, incorporando rasgos geográficos al sitio mismo, es un tema muy importante y característico de algunos asentamientos contemporáneos mucho más allá del valle de Guatemala. En tiempos prehispánicos, el tiempo y el espacio eran coordinados con el paisaje por medio de la orientación de edificios ceremoniales (Broda 1991). La incorporación de un cerro natural al paisaje cultural es un rasgo que ha sido identificado en sitios como Chalcatzingo en Morelos (Grove 1987), Teopantecuanitlán en Guerrero (Martínez Don Juan 1994) y Las Bocas en Puebla.

Aún no es posible señalar el significado del sitio Naranjo, sin embargo, se puede hablar del papel que la naturaleza jugó en el arreglo del mismo. Según Broda (1991:462), al observar la naturaleza se podían hacer predicciones y orientar el comportamiento social de acuerdo con estos conocimientos. Los espacios modelados por el hombre marcaban sitios referenciales, lugares que condensaban una multiplicidad de significados, dando lugar a la configuración de un paisaje en donde todos sus elementos poseían un simbolismo particular (Báez 2004:69).

Conforme a esto, Eliade (1969) menciona que las sociedades tradicionales constituyeron su percepción del mundo a partir de un centro que puede ser un relieve o bien, la fundación de un asentamiento o ciudad. Este principio señala que los mejores paisajes para establecerse y fundar sus viviendas son aquellos que se definen geográficamente por un cuerpo de agua.

Desde el Formativo Temprano se conoce que los cuerpos de agua fueron claves para los asentamientos iniciales. El espacio donde se asienta un sitio se convierte en un equilibrio donde se integran significados y prácticas que reflejan los principios de sus modelos organizadores (Báez 2004). En este sentido, se podría decir que en Naranjo la presencia del cerro natural y las estructuras integradas al paisaje cultural del sitio, los alineamientos de monumentos y la existencia de manantiales alrededor del lugar, sugieren una integración de los elementos naturales con los aspectos sociales y culturales de asentamiento.

La ubicación estratégica de Naranjo, rodeado de barrancos con manantiales, sobre una ruta clave entre el Altiplano Norte y la Costa Sur, así como en la entrada de lugares como la cuenca del Motagua y la fuente de obsidiana de El Chayal, hizo de este lugar uno particularmente importante en el Preclásico Medio. Todavía se están analizando los materiales recuperados durante la temporada de campo y próximamente se tendrán más resultados sobre el papel que el sitio tuvo dentro de la organización sociopolítica del valle en aquella época.

REFERENCIAS

Báez, L.

2004        El espacio sagrado de los Nahuas de la Sierra Norte de Puebla. En Perspectivas Latinoamericanas  No.1, pp. 68-88.
Broda, J.

1991        Cosmovisión y observación de la naturaleza: El ejemplo del culto de los cerros en Mesoamérica. En Arqueoastronomía y Etnoastronomía en Mesoamérica (editado por J. Broda, S. Iwaniszewski y L. Maupomé), pp. 461-500. UNAM, México.

Eliade, Mircea

1969        The Quest. University of Chicago Press, Chicago.

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1999        The Archaeology of Complex Societies in Southeastern Pacific Coastal Guatemala: A Regional GIS Approach (editado por John Hedges). BAR International Series 820.

Grove, David C. (ed)

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Jacobo, Álvaro L.

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1982         Izapa: An Introduction to the Ruins and Monuments. Papers of the New World Archaeological Foundation, No.31. Provo.

Martínez Don Juan, Guadalupe

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Shook, Edwin M. y Marion Popenoe de Hatch

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Valdés, Juan Antonio

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1996         Evidencias de poder y control social en Kaminaljuyu: Proyecto Arqueológico Miraflores II. En IX Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1995 (editado por J.P. Laporte y H. Escobedo), pp.377-396. Museo Nacional de Arqueología y Etnología de Guatemala y Asociación Tikal.

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1877         Antiquities in Guatemala. En Smithsonian Institution, Annual Report for 1876, pp.418-421. Washington, D.C.

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