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57 – PROYECTO ETNOARQUEOLÓGICO Q’UM’ARKAJ, QUICHÉ, GUATEMALA, 2003-2006 – Raquel Macario, Yvonne Putzeys, Marie Fulbert, Edgar Telón, Edgar Ortega, Jorge Cáceres, Juan Manuel Palomo, Sandra Carrillo, Luis I. Pérez, Manuel Colón, Rafael Cambranes y Karla Cardona – Simposio 20, Año 2006

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Macario, Raquel, Yvonne Putzeys, Marie Fulbert, Edgar Telón, Edgar Ortega, Jorge Cáceres, Juan Manuel Palomo, Sandra Carrillo, Luis I. Pérez, Manuel Colón, Rafael Cambranes y Karla Cardona

2007        Proyecto Etnoarqueológico Q’um’arkaj, Quiché, Guatemala (2003-2006). En XX Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2006 (editado por J.P. Laporte, B. Arroyo y H. Mejía), pp. 971-986. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

57

PROYECTO ETNOARQUEOLÓGICO Q’UM’ARKAJ,

QUICHÉ, GUATEMALA, 2003-2006

Raquel Macario

Yvonne Putzeys

Marie Fulbert

Edgar Telón

Edgar Ortega

Jorge Cáceres

Juan Manuel Palomo

Sandra Carrillo

Luis I. Pérez

Manuel Colón

Rafael Cambranes

Karla Cardona

Palabras clave

Arqueología Maya, Guatemala, Quiche, Tierras Altas, Q´um´arkaj, Utatlán, K´iche´, excavación, arquitectura, Postclásico

Abstract

THE Q’UMARKAAJ ETHNOARCHAEOLOGICAL PROJECT, QUICHE, GUATEMALA (2003-2006)

Archaeological investigation at Q’umarkaaj, Quiche, was renewed in 2003 some twenty years after Carmack’s projects. The fundamental objective of the project is a better understanding of the social organization of this settlement through investigation of an area far from the site center and zones with large-scale constructions. New excavations were done on the site periphery far from the main plaza. This area, with minimal architectural density, was occupied by one or more low-status social groups and yet was still integrated with the larger groups. Vestiges of architecture, its morphology, and possible function were detected during excavation. This information is invaluable for developing a new understanding of social organization at the site. On the other hand, one of the general objectives of the Q’umarkaaj Project was also to renew work in Santa Cruz del Quiché, establishing cooperation with neighbors and the site’s users. Indeed, Q’umarkaaj is not only an archaeological site but also a sacred place for the local indigenous communities, and so it was important to let people know that we were protecting and preserving the site.

Q’um’arkaj, principal asentamiento Maya-K’iche’ del Postclásico Tardío (1250-1524 DC), está a 2 km de Santa Cruz, cabecera departamental de Quiché. Se localiza al suroeste en la comunidad Las Ruinas, construido sobre un promontorio estratégico de menos de 1 km², y rodeado por barrancos de 80 a 100 m de profundidad, con un único acceso actual al noreste. Hacia abajo corren varios afluentes del río Chixoy, que son los ríos La Estancia, Ismachi, Pachitac, Chuiguilaj y la Quebrada Xatinab (Figura 1).

Q’um’arkaj, Utatlán en Nahuatl “lugar de las casas de caña podrida” o “lugar del cielo quebrantado” (Saturnino Loarca, comunicación personal 2003; Ruud Van Akkeren, comunicación personal 2004), se encuentra documentado en varios textos del siglo XVI, como el Popol-Vuh, el Memorial de Sololá, el Título Tamub, el Título Nehaib y el Título de Totonicapán, en donde se encuentra el primer plano de la ciudad.

Además hay descripciones en las cartas de Pedro de Alvarado dirigidas a Hernán Cortés a su llegada a Q’um’arkaj, crónicas como las de Bernal Díaz del Castillo, de Francisco Fuentes y Guzmán, de Francisco Ximénez y posteriormente del abate Charles-Étienne Brasseur de Bourbourg.

Figura 1 Mapa  IGN Hoja 1961 II, Santa Cruz del Quiché

A principios del siglo XIX, investigadores guatemaltecos y extranjeros realizaron descripciones y grabados de algunas estructuras de Q’um’arkaj y del sitio cercano, El Resguardo. Miguel Rivera Maestre y Julián Falla en 1833, y John Lloyd Stephens y Catherwood en 1838, hicieron informes gráficos de esta ciudad prehispánica.

Sin embargo, fue en 1920 y 1927 que se ilustra por primera vez el sitio en fotografías publicadas por Franz Termer.

Estos documentos demuestran que Q’um’arkaj ha sido de interés, desde la época Colonial hasta el fin del siglo XIX; en particular, en 1893 cuando el gobierno del Presidente General Reyna Barrios emitió un acuerdo de ley para la protección y la conservación del sitio, y en 1972 por Acuerdo Gubernativo esta ciudad prehispánica se elevó a Ciudad Símbolo Nacional.

Las primeras investigaciones arqueológicas fueron efectuadas en 1948 por Robert Wauchope del Middle American Research Institute, Universidad de Tulane en Nueva Orleans (Estados Unidos). Se efectuaron sondeos con objetivos específicamente cronocerámicos.

Más adelante, otros proyectos de investigación arqueológica y etnohistórica de este sitio y en general de la Cuenca Central de Quiché fueron dirigidos por Robert Carmack de la State University of New York en Albany.

Estas investigaciones pluridisciplinarias fueron extensas, iniciadas desde 1965 hasta a principios de la década de 1980. Las excavaciones en Q’um’arkaj, específicamente, se realizaron en 1972 y fueron dirigidas por Dwight Wallace, en 1973 por John Weeks, en 1978 por Kenneth Brown y Steven Marquesee en 1979. Estas investigaciones se concentraron sobre todo en las zonas palaciales del perímetro de la Plaza Principal. La mayoría de los resultados de los trabajos no han sido publicados, permaneciendo de esta manera como un sitio poco conocido arqueológicamente.

¿Qué puede aportar un nuevo proyecto arqueológico en Q’um’arkaj? Las recientes  investigaciones del Proyecto proporcionan nuevas luces sobre su fisonomía y organización, y esto es de gran importancia a nivel científico y como respuesta al interés de los habitantes locales, quienes desean conocer mejor la historia K’iche’, hasta ahora poco conocida y difundida.

El Proyecto Etnoarqueológico Q’um’arkaj, es actualmente uno de los pocos programas de investigación científica formulado en las Tierras Altas Occidentales de Guatemala. Sus objetivos generales son:

  • Contribuir a la reconstrucción de la historia K’iche’ a través de la investigación arqueológica combinada con estudios etnohistóricos.
  • Crear una propuesta que justifique la protección y consolidación de algunos de los edificios más relevantes de esta ciudad.
  • Suscitar espacios de participación colectiva para la valorización del patrimonio cultural local.

En este trabajo, se presentarán los avances de las investigaciones en Q’um’arkaj, los resultados de la temporada 2003 y las primeras conclusiones del 2006.

INVESTIGACIONES EN UN ÁREA PERIFÉRICA DE Q’UM’ARKAJ, TEMPORADA 2003

La topografía particular del sitio justifica la extrema nucleación de sus estructuras, reportando actualmente 83 edificios. Estos forman 12 conjuntos arquitectónicos ocupados por grupos de familias o chinamital, según el estudio de Dwight Wallace y Robert Carmack. Además del patio para Juego de Pelota en forma de I, se distinguen otros tipos de construcciones: conjuntos residenciales o palaciegos, templos piramidales, Nimja o Casas Grandes, altares circulares y cuadrangulares, viviendas rectangulares y en forma de L, así como otros tipos de estructuras cuya morfología es aún poco conocida (Figura 2).

Según las fuentes etnohistóricas, Q’um’arkaj era un asentamiento de mucha relevancia sociopolítica a nivel regional. La pregunta que se plantea es: ¿Podrá observarse esta complejidad sociopolítica a través de la organización espacial de sus estructuras?

El principal objetivo de la temporada 2003, como primer acercamiento en la investigación del sitio, era un mejor conocimiento de los pobladores a través de la estudio de un área alejada de la Plaza Principal y de otras zonas que presentaban estructuras de grandes dimensiones. Según los estudios de Marie-France Fauvet-Berthelot (1986) en Cauinal y Mixco Viejo, las zonas habitacionales modestas están generalmente alejadas del centro; mientras más lejos del centro, más modestas son las construcciones. Esta zona, aparentemente de mínima densidad arquitectónica, podría corresponder al área ocupada por grupos sociales de estatus menos importante en el asentamiento.

Figura 2 Plano general del sitio de Q’um’arkaj (según D. Wallace 1977)

Con estas intenciones, se orientó la investigación en un sector de 160 x 50 m, donde no se observaron estructuras visibles, sino áreas de relieves regulares y a primera vista “vacías” (Figura 3). Esta zona está situada entre el borde del sector oeste del sitio y el Complejo Residencial-Conciliar-Palaciego 2 – RCP 2. Este complejo lo forman un templo-piramidal, estructuras palaciegas y edificios de función probablemente político-administrativa. Por medio de reconocimientos sistemáticos y excavaciones por despojo horizontal, se logró poner en evidencia amplias ocupaciones en la zona. En el borde del barranco se localizaron dos plataformas, una en forma de “L”. Esta plataforma, denominada Plataforma Este, era una vivienda de 8 x 3 m con dos secciones en talud en su fachada principal; estaba hecha de piedras de tallado muy agudo y un ensamblaje de primera calidad.

En la mayor parte del interior de la Plataforma Este se encontró un piso de barro apisonado y un fogón en forma de palangana. La presencia de este tipo de fogón no resulta peculiar en Q’um’arkaj ya que en las zonas palaciegas ya se habían reportado al menos diez fogones. Así, tanto en los conjuntos palaciegos como en estructuras menos suntuosas, se usaba este tipo de fogón. La gran cantidad de cerámica erosionada y ahumada, fragmentos de navajas de obsidiana, huesos de animales y un basurero al exterior de la Plataforma Este, apoyan su posible función de vivienda doméstica (Figura 4).

A pocos centímetros al oeste de la Plataforma Este –en la fachada principal– se ubicó el muro de una segunda plataforma, la Plataforma Oeste. El espacio entre las dos plataformas formaba un corredor de menos de 0.80 m y allí se ubicaron tres sistemas de acceso. Dos correspondientes a la Plataforma Este y uno a la Plataforma Oeste; uno de los sistemas de acceso de la Plataforma Este estaba formado de piedras talladas adosadas parcialmente al muro sin talud; esta disposición parece muy confortable por el umbral de piedras anchas.

Figura 3 Levantamiento topográfico del Sector Oeste  (E. Ortega et R. Cambranes 2003)

El segundo acceso, de piedras burdamente talladas, estaba adosado al muro con talud y colocado a +0.05 m sobre el piso del corredor. El tercer sistema de acceso corresponde a la Plataforma Oeste, y comparte las mismas características del segundo.

Por la relación de piso, las dos últimas entradas parecen ser construcciones contemporáneas a la Plataforma Oeste, mientras que el sistema de acceso colocado sobre el muro sin talud, podría ser la entrada original de la Plataforma Este.

Esta disposición puede reflejar un nuevo acondicionamiento del espacio entre las plataformas debido a la construcción de la nueva vivienda, es decir de la Plataforma Oeste, provocando la remodelación del primer acceso y situando incómodamente la segunda entrada de la primera vivienda sobre el muro con talud.

Los materiales constructivos utilizados en estas plataformas son piedra de río, piedra pómez muy bien tallada, bloques de “jaboncillo”, bloques de mezcla de “selecto” y algunos bloques de adobe. Las superestructuras parecen constituirse de material constructivo perecedero, algunos rasgos de ello son huellas de horcones localizadas sobre los pisos, bajareque, impregnaciones de caña localizadas en casi toda la operación (Figura 5).

 

Figura 4 Plataformas Este y Oeste del Sector Oeste

A través de estas investigaciones, se logró evidenciar una ocupación bastante fuerte en este sector hasta el borde del barranco. Estas dos estructuras, por su ubicación, podrían estar relacionadas con el Complejo RCP 2, formado por estructuras mayores que pudieron cumplir funciones semipúblicas, destinadas a los habitantes de la zona. Los hallazgos realizados confirman la hipótesis de una ocupación por miembros de la élite que gozaban del privilegio de vivir en la ciudad intramuros de Q’um’arkaj, pero al mismo tiempo quedaban distanciados de las actividades del centro. Estas informaciones fueron complementadas y ampliadas en la temporada 2006.

LA CONFIGURACIÓN ESPACIAL DEL SECTOR ESTE DE Q’UM’ARKAJ: LAS ESTRUCTURAS DEL CHINAMIT NIJA’IB’ (TEMPORADA 2006)

Las excavaciones arqueológicas de la temporada 2006 pretendían avanzar a nuevos planteamientos en la comprensión de la organización social de los K’iche’, excavando un sector al este del sitio, que alberga estructuras de grandes dimensiones con funciones probablemente públicas y de carácter ritual, identificado por Robert Carmack como perteneciente al “Chinamit” Nija’ib’. Las operaciones en este sector fueron realizadas conjuntamente con nuevas investigaciones en la periferia del sitio –sector estudiado en 2003– y en el área situada entre la Estructura P11 y el nimja colocados al sureste de la Plaza Principal (Figura 7). Con estas excavaciones se pretendía seguir conociendo la dinámica de ocupación y la complejidad arquitectónica de tres zonas diferentes.

Las investigaciones de la temporada 2006 se efectuaron a través de trincheras limitadas (sectores este y oeste) y pozos de sondeo (Estructura P11), para conocer la morfología y las relaciones entre las estructuras, respetando la última ocupación del sitio. Otros pozos de sondeo fueron ubicados arbitrariamente en la cercanía del Templo de Tojil y en el sector este del sitio, con el objetivo de dilucidar ocupaciones anteriores al Postclásico Tardío.

Figura 5 Fachada principal con talud de la Plataforma Este del Sector Oeste

Figura 6 Muros y canal de talpetate de las Estructuras M2 y M7

Figura 7 Reconstrucción hipotética de la Estructura P11

Las excavaciones en el sector oeste se realizaron a través de trincheras y por calas ubicadas de manera selectiva, para verificar la extensión de la ocupación. En la temporada 2003 se evidenció un alineamiento de piedras que se interpretó como un sistema de acceso hacia los complejos mayores del sector.

Las nuevas operaciones desarrolladas indican que este alineamiento consiste, no en un sistema de acceso, sino en una construcción de mayor complejidad consistente en una plataforma rectangular de 18 x 6 m, con una altura de 0.50 m, en un eje noreste-suroeste y orientada al oeste. A esta estructura se le denominó M7.

Además, la investigación se extendió sobre la Estructura M2 cuya función y rasgo arquitectónico se desconocía. La Estructura M2 se encuentra a 1 m al lado este de la Estructura M7, y al sur de un pequeño complejo llamado, Complejo RC5a. Se trata de una plataforma en eje norte/sur y orientada al oeste. De forma cuadrangular, mide 12.50 m x 13 m y 0.70 m de altura. Su pared debió ser estucada por los muchos fragmentos de estuco colapsado localizados.

Consta también de un posible sistema de acceso al oeste de la plataforma, hecho de bloques rectangulares de talpetate asociado a la pared. Entre ambas estructuras –M7 y M2– fue tallado un angosto canal en el talpetate, de 0.10 a 0.20 m de ancho y 0.20 a 0.25 m de profundidad, que corre de norte a sur. De todas las operaciones, esta zona fue donde se obtuvo la más alta cantidad de material cerámico, tanto de tipo doméstico como de uso ritual (Figura 8).

Figura 8 Muestra de materiales recuperados

Otras trincheras fueron efectuadas en el sector este, en la actual entrada del sitio, cerca del Complejo RC6a o Plaza Ritual-Conciliar, según la catalogación de Dwight. Wallace. El Complejo RC6 de función cívico-religiosa, está formado de un templo de pequeñas dimensiones colocado sobre una posible plataforma orientada al oeste. La Trinchera 1 de este sector se realizó en el lado norte y permitió evidenciar el muro de dicha plataforma y el muro de otra estructura ubicada al oeste (Figura 9).

Estas excavaciones dejaron conocer una serie de remodelaciones de la última fase de ocupación de este complejo, así como el buen estado de conservación de los muros, pisos y canales de drenaje. Estos se caracterizaron por la utilización de un doble repello de estuco de excelente calidad. Al lado sur de la misma plataforma se hizo la Trinchera 2.

Esta, a su vez, dio a conocer un muro con dos ampliaciones. Su última fase poseía un sistema de acceso hacia el Complejo RC6a (Figura 10). Estas remodelaciones muestran claramente una secuencia constructiva del edificio, que gradualmente fue extendido hasta el borde del barranco, ubicado a menos de 5 m. Al igual que el lado norte, el lado sur de la Plataforma RC6 tenía muros de doble repello, pisos y un canal de drenaje recubierto de estuco.

Por otro lado, las Trincheras 3 y 4 se hicieron en las Casas Grandes, denominadas por Dwight Wallace, Nimja C5a y Nimja C7a. El Nimja C5a con un eje norte/sur está situado al suroeste del RC6a, a 1.50 m del borde del barranco.

Figura 9 Muros y pisos de estuco del lado Norte de la Estructura RC6a.

Figura 10 Banqueta y piso del Nimja C7a

Las investigaciones en esta estructura fueron limitadas por su mal estado de conservación, sin embargo se obtuvieron dos datos importantes: su orientación hacia el oeste y la existencia de un canal de drenaje en su lado este. En efecto, los previos reconocimientos habían indicado que la orientación del Nimja era al este, es decir, formando parte del Complejo RC6a, sin embargo, con las excavaciones se pudo determinar su orientación hacia la Plaza Principal o hacia otras estructuras aún no reconocidas. Se asume por lo tanto que el Nimja C5a debe ser parte de otro grupo arquitectónico, probablemente con poca relación con el complejo RC6a. Por otro lado, el canal de de drenaje de lajas parece corresponder a una construcción más antigua ya que se localiza debajo de un piso de estuco parcialmente destruido.

Contrariamente a esto, las investigaciones en el Nimja C7a permitieron conocer casi la totalidad de su morfología. El Nimja C7a, ubicado al norte del Complejo RC6a, corresponde a una estructura de 30 m de largo y 10 m de ancho, con eje este/oeste y viendo hacia el sur, hacia un área todavía desconocida situada al este del complejo RC6a. El Nimja C7a, está compuesto de una larga banqueta en forma de L y cinco altares circulares en su parte más alta; todos estos elementos están estucados. En el interior de esta estructura se pudieron observar muros que alteraban el piso y se adosaban a la banqueta original, indicando posiblemente modificaciones posteriores (Figura 11).

Asimismo, para iniciar el estudio de las estructuras de mayores dimensiones del sitio, en esta temporada se investigó parcialmente la Estructura P11 y uno de los Nimja de la Plaza Principal. El P11 y el Nimja se encuentran en el área entre los templos de Awilix y Jakawitz; es decir, en la esquina sureste de la Plaza Principal; en estas operaciones se buscaba conocer parte de la morfología de dichas estructuras y su relación arquitectónica. Por medio de los Pozos de Sondeo 1 y 2, se logró evidenciar el muro este de la Estructura P11 revestido de estuco y el muro del Nimja con talud caracterizado de un repello de doble estuco. Entre la base de los muros existía un espacio de sólo 2.20 m que formaba su piso exterior, en este espacio reducido corría un canal de drenaje de 0.40 m de ancho y 0.30 m de profundidad, todo estos rasgos estucados (Figura 12).

Figura 11 Secuencia de muros y sistema de acceso del lado Sur de la Estructura RC6a

PRIMERAS CONCLUSIONES

El Proyecto etnoarqueológico Q’um’arkaj realizó sus primeras investigaciones a finales del año 2003 y posteriormente durante los meses de mayo y junio del 2006. Estas dos temporadas han proporcionado valiosas informaciones que permiten conocer uno de los centros Postclásicos más importantes del Altiplano Occidental de Guatemala. Específicamente se ha comenzado a comprender el tipo de ocupación de tres zonas diferentes, tanto por su ubicación en relación a la Plaza Principal como por el tamaño de sus estructuras.

Es necesario remarcar que en cada operación efectuada se ha puesto en evidencia cierta complejidad arquitectónica. Pero, al mismo tiempo, una relativa diferenciación entre los sectores alejados y cercanos a la Plaza Principal. No obstante, más allá de esta variación es necesario no perder de vista que este asentamiento corresponde claramente a la ocupación de la élite K’iche’. La complejidad se verifica en la dinámica y las técnicas de construcción que da una lectura más complicada de lo que era la última fase de ocupación del sitio. En primer lugar, se observó, al menos en dos operaciones, diferentes etapas constructivas.

Se mencionaron dos etapas de ampliación del lado sur del RC6a que podrían corresponder a las fases de remodelación observadas en el lado norte. Por otro lado, es posible considerar, a través de los hallazgos de muros adyacentes, que la Plataforma del RC6a descrita muy brevemente por Dwight Wallace constaría en realidad de tres o más estructuras que forman el Complejo. Las superposiciones de pisos, los recubrimientos de estuco, las divisiones de espacio observados en las excavaciones, son también los testimonios de una dinámica constructiva que falta por comprender, desde una perspectiva cronológica.

Figura 12 Piso, canal de estuco y muros de la Estructura P11 y del Nimja de la Plaza Principal

Todas las operaciones permitieron tener una importante muestra del material constructivo usado en los edificios de los diferentes sectores excavados. Además del material localizado en el 2003 como bloques de talpetate, piedras de río o pómez bien talladas, se encontraron en todas las zonas, bloques fabricados con mezcla de diferentes sedimentos como, pómez molida, arena, micáceo y particularmente de “selecto”. Estos bloques generalmente son de un tamaño promedio de 0.50 x 0.40 x 0.10 m y de diferentes colores (verde, celeste, rosado, café amarillento). La fabricación de este material requería indudablemente mayor cohesión de trabajo, desde el abastecimiento de los sedimentos constitutivos, hasta la fabricación de los bloques. Igualmente hay que mencionar el uso del estuco, en todos los sectores incluso en los más alejados del centro, cuyas capas que recubrían las fachadas podían medir hasta 0.04 m de grosor. Anteriormente ya se indicó el uso de doble repello, que era caracterizado por una capa superior con acabados mucho más finos y pulidos. En todas las operaciones, se localizaron fragmentos de estuco pintado, tanto en los rellenos de construcción como en el material colapsado –de colores rojo, celeste, verde, naranja, negro, café y amarillo– que en algún momento cubrieron los muros de las estructuras.

Esta dinámica de construcción está asociada con una importante densidad de ocupación. Tal como se mencionó todos los espacios fueron ocupados hasta los bordes de los barrancos. Queda muy poco espacio entre el Nimja C5a y el barranco en el sector este; entre las estructuras mismas –como en el caso de P11a y el Nimja de la Plaza Principal– donde los corredores son estrechos. En las esquinas del lado este de la Estructura RC6a se ubicaron muros de estructuras a 0.50 m del complejo. El uso del espacio en Q’um’arkaj también se identificó por la existencia de tres tipos de canal, probablemente para el manejo del agua, según los hallazgos encontrados: un canal estrecho tallado en el piso de talpetate en el sector oeste (Estructuras M2 y M7), un canal de grandes dimensiones y profundo de 0.30 m y sistemas de canales a lo largo de los muros de la plataforma del Complejo RC6a, y finalmente el canal del Nimja C5a hecho de lajas.

En fin, aunque la arquitectura de estos sectores presenta variaciones evidentes, se emplearon en su mayoría los mismos materiales de construcción; ya sea cerca de la Plaza Principal o en zonas de menor monumentalidad, parece existir la misma preocupación del manejo y aprovechamiento máximo del espacio. Estos rasgos descubiertos en las excavaciones verifican lo que narran los textos coloniales en cuanto a la organización de lo que era una ciudad bien planificada. Como lo atestigua Pedro de Alvarado:

…“y concertaron de enviarnos a decir q. querian ser buenos y q. de nuevo davan la obediencia al emperador ntro. Señor:y q. me viniesse dentro de esta ciudad de Utlatan como después me traxeron y pensaron q. me aposentaría dentro y que después de aposentados una noche darian fuego a la ciudad y q. alli nos quemarian a todos sin poderselo resistir / como de hecho llegaran a efecto su mal proposito sino q. dios ntro. Señor no conciente q. estos ynfieles les aya victoria contra nosotros / porq. la ciudad es muy fuerte en demasia y no tiene sino dos entradas / la una de treinta y tantos escalones de piedras muy alta: y por la otra parte una calzada hecha a mano y mucha parte deella ya cortada para aq.lla noche acabarla de cortar porque ningun cavallo pudiera salir a la tierra: y como la ciudad es muy junta y las calles muy angostas en ninguna manera no pudieramos sufrir sin ahogarnos / o por huyr del fuego despeñarnos. E como subimos q. yo me vi dentro y la fortaleza tan grande y q. dentro della no nos podiamos aprovechar de los cavallos por ser las calles tan angostas y encaladas / determine luego de salirme della a lo llano / aunq. para ello los Señores d. la ciudad me lo contradecían y me dezian q. me asentasse a comer y q. luego me yria por tener lugar de llegar a efecto su proposito: y como conocsci el peligro en q. estabamos embie luego gente delante a tomar la calcada y puente para tomar la tierra llana. …”

Esta es la breve descripción del Capitán en su Primera Carta de Relación dirigida a Hernán Cortés el 11 de abril de 1524, para justificar la destrucción de la ciudad. Un siglo después, Francisco Fuentes y Guzmán proporcionó nuevas descripciones del sitio, particularmente de la repartición social jerárquica de los edificios de Q’um’arkaj:

“La poblazon tupida y numerosa, con unas calles muy estrechas, se derramaban y se extendian por todo el ámbito de el gran contorno, dejando el punto de su centro, la real habitatión de aquellos reyes más éste con tal orden y concierto, que se arrimaban más vecinas las casas de los nobles y ahahuaes, y a aquellos personajes que componiéndose de ellos el Consejo necesitaban de más inmediación a la persona…”

Estos testimonios de épocas diferentes, especialmente el segundo, sugieren que los rasgos del asentamiento quedaban aún perceptibles a pesar de las destrucciones en el siglo XVI y después. En el 2003 y 2006 se observaron destrucciones intencionales, por la misma Conquista, por ocupaciones posteriores y por efectos de la naturaleza. Sin embargo, al mismo tiempo, se pudo ver un muy buen estado de conservación en la mayor parte de los vestigios excavados. Este hecho alienta a afianzar uno de los objetivos primordiales del proyecto de protección y conservación, que sería la concretización del trabajo.

RECONOCIMIENTOS

Las diferentes fases del proyecto, no sólo arqueológicas, se han desarrollado positivamente en colaboración con instituciones científicas nacionales e internacionales y especialmente con centros culturales locales. El interés por el conocimiento de la historia de los antiguos K’iche’ ha crecido en estos últimos años y esta preocupación colectiva parecen dar la oportunidad de proyectar investigaciones  pluridisciplinarias en Q’um’arkaj a largo plazo. Bajo esta óptica, en la temporada 2006 el proyecto etnoarqueológico inicia la primera fase de dos subproyectos: “Juventud y Patrimonio” y la creación de la “Propuesta de Plan de Manejo de Q’um’arkaj”. Estas propuestas hacen énfasis en la valorización del patrimonio cultural tangible, buscando en la región un equilibrio entre la conservación de la espiritualidad, de las tradiciones orales y de los vestigios arqueológicos.

Las dos temporadas de investigaciones arqueológicas han sido realizadas en colaboración con el Instituto de Antropología e Historia, esencialmente gracias a los fondos de Foundation for the Advancement of Mesoamerican Studies, Inc. FAMSI (gr #03057 – gr #06044), del Centro Francés de Estudios Mexicanos y Centroamericanos CEMCA-Guatemala. La colaboración institucional de la Comunidad Lingüística K’iche’-ALMG, la Municipalidad de Santa Cruz de Quiché, la Escuela Normal Bilingüe Intercultural K’iche’ (particularmente los estudiantes Domingo Gómez Zacarías, José Soc, Zoila Maria Xiquín Set y Cristina Dolores Ventura Cac) y la Organización Oxlajuj Ajpop.

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