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27 Un estudio de formación de territorios políticos centralizados y segmentarios – Annick Daneels – Simposio 17, Año 2003

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Daneels, Annick

2004         Un estudio de formación de territorios políticos centralizados y segmentarios. En XVII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2003 (editado por J.P. Laporte, B. Arroyo, H. Escobedo y H. Mejía), pp.282-292. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

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UN ESTUDIO DE FORMACIÓN DE TERRITORIOS POLÍTICOS

CENTRALIZADOS Y SEGMENTARIOS

Annick Daneels

El tema de la formación de mapas territoriales y políticos a través de técnicas de reconocimiento de Tierras Bajas tropicales de Veracruz en el periodo Clásico, ofrece puntos de comparación interesantes con el área Maya. El área se sitúa en la Costa del Golfo, en el Centro de Veracruz, relacionada con la conocida cultura de El Tajín. Un estudio de patrón de asentamiento abarcando un área de 1200 km2 en la cuenca baja del río Cotaxtla (Figura 1), permitió establecer la existencia simultánea durante gran parte del Clásico (500-1000 DC) de distintos sistemas de organización socio-política: una de corte centralizado y otra de corte segmentario (Daneels 2002). Esto ocurre en territorios colindantes, contemporáneos, que comparten la misma cultura material, y cuya superficie varía entre 60 y 180 km2.

Hasta ahora, en la literatura arqueológica se han considerado generalmente las organizaciones centralizadas y segmentarias como sistemas excluyentes en un nivel de área cultural. Cuando mucho, se había considerado que pudieran ser secuenciales: que un sistema segmentario surge de la fragmentación de un poder centralizado, llevando a la autonomía de las provincias constituyentes; Marcus se ha referido a esto como “el modelo de picos y valles” en la zona Maya (1998) o un “proceso de balcanización” por Kowalewski y co-autores (1991) en el valle de Oaxaca.

DATOS DEL PATRÓN DE ASENTAMIENTO

Lo que hallamos en el caso de nuestra área de estudio es que entre 300 AC y 300 DC surgen entidades asentadas en las fértiles terrazas de ríos, con una organización centralizada: capitales conformadas por series de módulos de arquitectura monumental, dominando una población dispersa (Figura 2). Los edificios consisten en basamentos piramidales de base amplia, ubicados solos o en torno a amplias plazas y plataformas de dimensiones monumentales (en exceso de 100,000 m³, 100x100x10 m; Figura 4, sup.). Los territorios son muy pequeños, de 5 a 20 km2 y básicamente están restringidos a las terrazas aluviales.

Durante el Clásico hay un marcado crecimiento demográfico que culmina entre 500 y 700 DC. Se van colonizando sistemáticamente los terrenos hasta entonces poco o no explotados: las planicies anegables y los altos (paleo-dunas y lomas de conglomerado o tepetate), que son tierras de menor productividad agrícola (un tercio de la capacidad de las terrazas aluviales; Figura 3). El patrón arquitectónico cambia (Figura 4, inf.): los volúmenes totales son inferiores a los de la etapa anterior, pero los arreglos son más complejos y más diferenciados, reflejando una sociedad más jerarquizada. Un tercio de los sitios tienen un arreglo estandardizado, cuyo núcleo está conformado por una plaza cuadrada, dominada por un lado por la pirámide principal del sitio y por el otro por la cancha de juego de pelota, mientras a los lados hay plataformas bajas alargadas. La orientación de este arreglo es en más de 80 % de norte a sur, y emitimos la hipótesis de trabajo que las plataformas laterales de estos sitios de “Plano Estándar” puedan haber sido construidas de manera a crear, junto con la pirámide y el juego de pelota, una ventana arquitectónica para enmarcar los amaneceres durante los solsticios (a manera de un Conjunto de tipo Grupo E burdo), aunque esta hipótesis se tendrá que averiguar a futuro con la asesoría de un arqueo-astrónomo.

Figura 1  Ubicación del área de estudio en el Estado de Veracruz, con respecto a otras zonas arqueológicas significativas

Figura 2   Territorios tempranos (Preclásico Superior, 300-100 AC, Protoclásico 100 AC-100 DC, y Clásico Temprano 100-300 DC)

Figura 4  Esquema comparativo de los arreglos arquitectónicos

Figura 3  Territorios tardíos (Clásico Medio I 300-700 DC, Clásico Medio II 500-700 DC, Clásico Tardío 700-1000 DC)

Este plano nunca aparece aislado sino siempre en conjunción con cuando menos otros tres elementos (Figura 4 inf., recuadro): directamente adjunto al arreglo, con el que comparte uno o dos edificios, hay una plaza secundaria delimitada por 3 ó 4 edificios bajos (que llamamos el “Grupo Plaza”); alrededor de estos dos elementos hay aljibes (fosos rectangulares que contienen agua de lluvia hasta bien entrada la época de seca), y a cierta distancia (en promedio a 200 m) se encuentra una plataforma grande, interpretada como una posible unidad residencial. La presencia reiterada de los cuatro componentes refleja las múltiples funciones del sitio: el núcleo principal, con la pirámide, la cancha de pelota y la posible orientación solsticial, correspondería a un área de carácter ritual, la plaza secundaria podría tener función administrativa o mercantil, y la plataforma la de residencia de élite (posible “palacio”). La presencia de los aljibes podrían interpretarse como elemento ritual: espejos de agua, como lo ha propuesto Stark (1997), o como reservas de agua controladas por la élite (Scarborough 1998).

Más de la mitad de los sitios tienen un arreglo arquitectónico más sencillo, que consiste en uno de los componentes subordinados del mencionado anteriormente: ya sea un “Grupo Plaza” (una plaza delimitada por cuatro montículos, de los cuales uno es más alto que los otros), o una plataforma grande que puede venir en dos variantes: una plataforma baja con un basamento piramidal encima o una plataforma alta con montículos encima (Figura 4, inf.). En estos casos se trata de arreglos arquitectónicos “unifuncionales” a diferencia de los de “Plano Estándar”. Así, por su menor tamaño y volumen de construcción, su función única y su ocurrencia en plan subordinado en los “Planos Estándar”, los consideramos como núcleos de población de un rango jerárquico inferior a estos últimos.

Por encima de estos dos rangos de sitios se encuentran lo que hemos llamado las zonas capital, siguiendo a Stark (1999): consisten en una agrupación de cuando menos un arreglo de “Plano Estándar”, con Plataformas Monumentales y “Grupos Plaza” de gran tamaño, separados por distancias menores de 800 m (Figura 5). Dentro del área de la zona capital, la densidad de asentamiento puede llegar hasta 1200 personas por km², mientras la densidad promedia fuera de ella está entre 100 y 300 personas por km², dependiendo de la fertilidad de los suelos.

Figura 5        Zona capital de Cerro de Don Crispín (PE = Plano Estándar, PTM = Plataforma Monumental, GP = Grupo Plaza)

ANÁLISIS DE ORGANIZACIÓN POLÍTICA

De tal manera, a partir del criterio cualitativo de diversidad funcional y de los criterios cuantitativos de tamaño, superficie y volumen, se definen para el Clásico cuatro rangos o niveles jerárquicos de asentamiento: en el primer rango las zonas capital, en el segundo los sitios constituidos de solo un “Plano Estándar”, en el tercero los sitios con “Grupo Plaza” o “Plataforma Grande”, y en el cuarto las unidades habitacionales que cubren el territorio de manera continua, a una distancia promedio de 200 m las unas de las otras. Esta separación cuatripartita, reflejando varios grados de diferenciación y especialización, sugiere una organización de nivel estatal.

Aplicando la técnica de polígonos de Thiessen alrededor de las zonas capital contemporáneas entre 500-700 DC, se obtuvieron territorios cuya extensión varía de aproximadamente 60 km2 para los más pequeños, hasta 180 km2 para los más grandes (Figura 3). Estas superficies son por cierto modestas comparado con las extensiones propuestas para muchas entidades políticas del Clásico, desde Teotihuacan y Monte Albán hasta las grandes capitales Mayas, pero no están sin comparación con los territorios definidos por Montmollin (1989) para el Valle de Rosario en Chiapas, por Dunning (1992) en la zona Puuc y Laporte (2001) en la cuenca del río Mopan, para solo citar algunos. Los datos obtenidos en el Centro de Veracruz validarían el concepto de micro-estado propuesto originalmente por Montmollin (1995). De hecho, es posible que estas entidades pequeñas resulten ser más la regla que la excepción, cuando se tenga un conocimiento mayor de la organización territorial a través de Mesoamérica. Hay que reconocer que muchas de nuestras apreciaciones están aún determinadas por los trabajos realizados a partir de los sitios más grandes de Mesoamérica. Pienso en particular a Teotihuacan, que fue mucho tiempo considerado como la única ciudad y estado del periodo Clásico en Mesoamérica y por lo tanto el paradigma a partir del cual se evaluaban todos los demás casos. Pero en vista que Teotihuacan es claramente un sitio excepcional en todos sus aspectos, es posible que organizaciones de territorios pequeños y población más dispersa resulten ser la norma entre los estados tempranos de Mesoamérica.

La distribución de los tres rangos de centros difiere entre los territorios de las entidades tempranas y aquellas de nueva colonización en el Clásico. Esto nos permitió determinar que existieron dos sistemas de organización distintos de manera simultánea. En los territorios más antiguos, la capital tiene el complejo con cancha de pelota (o “Plano Estándar”) más importante del territorio. Alrededor de ella, hay solo asentamiento disperso (como en la etapa temprana, por ejemplo territorio 3 en la Figura 3), o centros de tercer rango (por ejemplo territorio 1 y 2 en la Figura 3). Si ocurre un centro de segundo rango, con “Plano Estándar” y por ende con cancha de pelota, se encuentra en o cerca del límite con un territorio vecino, en posición fronteriza. Muchas veces, hay otro centro de “Plano Estándar” al otro lado de la “frontera” confrontándolo (el ejemplo más obvio es entre los territorios 5 y 7 en la Figura 3). En estos casos, inferimos que las canchas de frontera solo se usan para resolver asuntos inter-territoriales, mientras que la población general de la entidad acudiría a la capital. En esta hipótesis coincidimos con lo propuesto por Kowalewski y otros (1991) para el Valle de Oaxaca, que los sitios con cancha en posición fronteriza pueden haber tenido la función de resolver relaciones conflictivas entre territorios. Por lo tanto, consideramos que este patrón refleja una organización centralizada, donde los asentamientos se fundan de acuerdo a directivas de la capital.

En los territorios de nueva colonización, los “Planos Estándar” se distribuyen de manera más regular por todo la entidad, mientras los centros de tercer rango – “Grupos Plaza”, “Plataformas Monumentales” o “Pirámide sobre Plataforma” – se encuentran a 1 km en promedio de algún centro secundario (por ejemplo territorios 7 y 8 en la Figura 3). Cuando ocurre un centro de “Plano Estándar” en posición fronteriza, es para confrontar aquellos de las entidades centralizadas o en la convergencia de tres territorios (por ejemplo el que en la Figura 3 se encuentra en el límite entre el territorio 7 y 8, y cerca de la frontera con 12). Por la distribución de los centros de tercer rango alrededor de los de segundo rango, se infiere que estos últimos medían la interacción entre los centros más pequeños y la capital. Además, estos centros secundarios, con su arreglo de “Plano Estándar” y su configuración multi-componente, repiten el patrón tanto arquitectónico como funcional de la capital, solo que a menor escala. Por lo tanto, consideramos que la organización de estas entidades fue segmentaria, de acuerdo con las características establecidas para entidades similares de la zona maya (por Fox et al. 1996 y Houston 1997, entre otros). Esto también coincide con la propuesta de Santley que el número de canchas de pelota en un territorio está en relación inversa con el grado de centralización de su organización política (Santley 1991). Vertida a una representación esquemática, la distribución y la interacción de los asentamientos de distintos rangos dentro de los dos tipos de territorios se ilustra en la Figura 6.

Figura 6  Esquema interpretativo de los sistemas políticos

El desarrollo de estos dos sistemas en nuestra área de estudio parece responder a un proceso histórico, influenciado por factores ecológicos. Las entidades que surgen al principio de nuestra área, asentada en las ricas terrazas aluviales, logran en un primer momento concentrar todo el esfuerzo cooperativo en sus centros monumentales, reflejo de una centralización del poder. Cuando aumenta la población se hace necesario ocupar los terrenos de menor productividad. Estos se van colonizando de manera sistemática, por grupos probablemente encabezados por miembros jóvenes o menores de los linajes establecidos, provenientes de los territorios antiguos, como lo atestigua la identidad en la cultura material.

Opinamos que la manera segmentada en que se van asentando en los lomeríos deriva del menor potencial productivo de los suelos: hace falta desbrozar superficies mayores de selva mediana leñosa, lo que promueve un asentamiento más disperso pero al mismo tiempo requiere una organización más estricta para organizar y planear la explotación con tal de controlar los procesos erosivos; de allí la importancia de los centros secundarios.

Mientras tanto, en los territorios antiguos, la expansión se hace principalmente hacia las planicies anegables, por medio de centros de tercer rango directamente subordinados a la capital. En el caso de aquellos centros asentados en las planicies salobres por detrás de los manglares, estudios paleo-botánicos y experimentales sugieren que fueron explotados para un monocultivo extensivo de algodón, una planta netamente comercial (Daneels et al. s.f.). Como la superficie de producción excede netamente los requerimientos de las unidades asentadas en las planicies salobres e incluso las necesidades de toda la entidad, suponemos que la mayor parte de la cosecha servía para intercambio a larga distancia (hay un neto aumento en la cantidad de obsidiana para estas fechas en el complejo material). Este dato refuerza la interpretación de que la organización en estos territorios fue centralizada.

PAPEL DEL JUEGO DE PELOTA EN LA CONFORMACIÓN DE LOS TERRITORIOS

Se observó que las canchas de pelota forman parte integral de la configuración de los centros de rango mayor: capitales y centros secundarios. Su distribución en el territorio es tal que nadie vivía a más de 1 hora de camino de una cancha y la mayoría de la población vive a 2 km o menos. Esta alta incidencia de canchas es sorprendente, pero no excepcional para el Centro de Veracruz, cuando menos en aquellas áreas recorridas con suficiente intensidad para poderlo evaluar (Jiménez 1991; Stark 1999). La importancia del juego de pelota en el área cultural del Centro de Veracruz está bien atestiguada por la frecuencia de su representación en arquitectura, escultura, pintura mural y cerámica. Por su asociación al ritual de decapitación, los estilos de volutas y los llamados yugos, hachas y palmas, conforman el núcleo simbólico que caracteriza e identifica a esta cultura del Clásico.

En vista del patrón de asentamiento disperso, en que cada familia vive en medio de la parcela que le cubre las necesidades vitales, hemos deducido que la población tenía un potencial de autonomía muy alto frente a los intentos de control e integración de gobernantes. Creemos por lo tanto que la organización de juegos de pelota (desde la construcción de la cancha hasta la organización de los eventos mismos), fue el mecanismo que usaron los linajes para establecer un seguimiento entre la población. El carácter competitivo y grupal del juego, aunado a la dimensión ritual que se le asoció (razón por la que la cancha se encuentra en el conjunto arquitectónico principal de los centros), sustentó la atracción de la población hacia los centros mayores.

Este mecanismo funcionó tanto para las entidades centralizadas como las segmentarias. En el caso de las primeras, de menor extensión territorial (50-80 km2), se concentraba a la población en la cancha principal de la capital; en las segundas, de mayor extensión (70-180 km2), la población de los centros de tercer rango acudía a los centros secundarios, que les quedaba a 1 km, y es posible que los equipos de jugadores de estos a su vez acudieran a jugar a la capital donde frecuentemente hubo varias canchas.

Es evidente que el juego de pelota – como mecanismo de integración socio-política – tuvo sus limitaciones: esto queda patente en la reducida superficie de las entidades que se lograron conformar. En la medida en que los factores medio ambientales prevalecen en el conjunto del Centro de Veracruz, estamos anticipando que entidades pequeñas, tanto de corte centralizada como de corte segmentaria, serán la norma para esta área cultural.

CONCLUSIÓN

El caso que aquí se presentó indica que la organización centralizada y la organización segmentaria pueden ocurrir simultáneamente en una misma área cultural. Además, se observó que una organización segmentaria pudo surgir, no del colapso de un amplio estado centralizado, sino como una estrategia para colonizar terrenos nuevos y potencialmente menos fértiles, dentro de una organización social jerarquizada. Posteriormente, se propuso que el tamaño reducido de las entidades se debe a una interacción entre dos factores: por un lado el alto grado de autonomía de la población, gracias al potencial productivo del ambiente en general (factor centrífugo), por otro lado el uso del juego de pelota como mecanismo de integración política de las élites (factor centrípeto). Finalmente, se definió que en el caso de la cuenca de Cotaxtla probablemente resultará significativo para el conjunto del Centro de Veracruz, en vista del papel particular que jugó allí el juego de pelota en la sociedad del periodo Clásico.

REFERENCIAS

Daneels, Annick

2002        El patrón de asentamiento del periodo Clásico en la cuenca baja del río Cotaxtla, Centro de Veracruz. Un estudio de caso de desarrollo de sociedades complejas en Tierras Bajas tropicales. Tesis de Doctorado en Antropología, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional Autónoma de México, México.

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