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12 Desarrollo eco-turístico del sitio arqueológico Cancuen: Un modelo para la conservación del patrimonio y el desarrollo participativo – Mario Del Cid y Arthur A. Demarest – Simposio 17, Año 2003

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Del Cid, J. Mario y Arthur A. Demarest

2004        Desarrollo eco-turístico del sitio arqueológico Cancuen: Un modelo para la conservación del patrimonio y el desarrollo participativo. En XVII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2003 (editado por J.P. Laporte, B. Arroyo, H. Escobedo y H. Mejía), pp.117-127. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

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DESARROLLO ECO-TURÍSTICO

DEL SITIO ARQUEOLÓGICO CANCUEN:

UN MODELO PARA LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO

Y EL DESARROLLO PARTICIPATIVO

J. Mario Del Cid

Arthur A. Demarest

Una de las principales ventajas comparativas con que cuenta Guatemala como destino turístico con respecto a otros países centroamericanos es sus sitios arqueológicos; sin embargo, el potencial de los mismos no ha sido explotado (JICA e INGUAT 2001). Ha existido mucha controversia respecto al desarrollo turístico de los mismos, en parte debido a que no se ha aprovechado el potencial económico de esta actividad y los resultados en la conservación del patrimonio no han sido los esperados. En esta oportunidad se presenta, con base en la experiencia del sitio arqueológico Cancuen, Sayaxche, Petén, un panorama más alentador, en el que el desarrollo turístico de un sitio arqueológico, enmarcado dentro de los criterios de lo que se denomina eco-turismo, puede convertirse en un medio para la conservación del patrimonio y el desarrollo de comunidades locales. A continuación se describen los principales avances en el desarrollo eco-turístico del sitio, algunas lecciones, así como futuros retos que este conlleva.

EL PROYECTO ARQUEOLÓGICO CANCUEN

El Proyecto Arqueológico Cancuen de la Universidad de Vanderbilt inició en 1999, luego del interés que surgió por el sitio durante las investigaciones del Proyecto Arqueológico Petexbatun, debido a las relaciones del mismo con Dos Pilas. Hasta entonces Cancuen era considerado un sitio pequeño y sin importancia, y había sido sometido únicamente a breves exploraciones arqueológicas (Demarest 1997; Barrientos et al. 2001). Además de existir un antecedente científico existió un antecedente social que motivó el diseño de un proyecto arqueológico diferente. Durante el Proyecto Petexbatun se había iniciado un proyecto de desarrollo social en las aldeas de la zona. Sin embargo, al retirarse el proyecto arqueológico, estos esfuerzos de desarrollo no tuvieron seguimiento en los proyectos posteriores del Gobierno y agencias de desarrollo, y como resultado final, los habitantes locales contribuyeron al saqueo del sitio y formaron parte de la tala del bosque.

Después de esta experiencia negativa, el Proyecto Arqueológico Cancuen fue planificado desde sus inicios de una manera diferente a los proyectos arqueológicos tradicionales, realizando simultáneamente actividades de investigación arqueológica, restauración, desarrollo social de las comunidades cercanas y conservación del patrimonio natural y cultural de la región del Alto Pasión (Figura 1; Demarest y Barrientos 2002; García 2002). La falta de recursos humanos y financieros de las instituciones a cargo del manejo y protección de los sitos de patrimonio natural y cultural hace necesario desarrollar modelos alternativos que involucren a las comunidades en la conservación de los recursos (JICA e INGUAT 2001; Núñez 2000). Respondiendo a esta necesidad, el Proyecto Cancuen empezó a diseñar un modelo de desarrollo y conservación, con el objetivo que sean las comunidades locales las que en el futuro conserven el sitio y se beneficien del mismo (Demarest y Barrientos 2002).

Figura 1

Uno de los aspectos más importantes del Proyecto ha sido la participación comunitaria y el enfoque de desarrollo social que éste ha manejado en las comunidades locales. En este sentido, el Proyecto inició desde el nivel más local, en las aldeas más cercanas al sitio, organizando planillas de trabajadores para excavación, restauración y guardianía. Se han incluido mujeres en varias actividades laborales, como lavado de artefactos de excavación y limpieza del sitio. Además, con el apoyo de organizaciones como el Vanderbilt Institute of Mesoamerican Archaeology, la Agencia para el Desarrollo Internacional de los Estados Unidos (USAID), Talita Kumi y más recientemente Counterpart Internacional, se han iniciado jornadas médicas mensuales, programas de capacitación en agricultura sostenible, forestería análoga, organización comunitaria y eco-turismo (Demarest y Barrientos 2002; García 2002). Desde el año 2002 se amplió la cobertura del Proyecto de Desarrollo involucrando a las comunidades La Unión (Chisec, Alta Verapaz), La Isla (Chisec, Alta Verapaz), Santa Isabel (Sayaxche, Petén), y La Caoba (Sayaxche, Petén; Figura 1). Las experiencias del Proyecto Cancuen han mostrado que el desarrollo social de las comunidades puede aumentar su nivel de calidad de vida y, al mismo tiempo, favorecer la investigación arqueológica y la conservación del patrimonio cultural y natural (García et al. 2002).

DESARROLLO ECO-TURÍSTICO DEL SITIO ARQUEOLÓGICO CANCUEN

Uno de los principales objetivos del Proyecto Cancuen es asegurar la protección y la conservación del sitio, así como mejorar las condiciones de vida de las comunidades locales. Por lo tanto, se ha propuesto el desarrollo de Cancuen como destino eco-turístico como una opción viable para lograr este fin (Demarest y Barrientos 2002). El eco-turismo es una modalidad del turismo sostenible que surgió en la década de los ochenta del siglo pasado, junto con varias nuevas formas del “turismo alternativo” o “no tradicional”, basadas en experiencias autóctonas, y con una mayor sensibilidad hacia el entorno cultural y natural (Curley y Mejía 1999; Martínez 2002). A pesar de que existe una gran controversia sobre el término eco-turismo (Fennell 2001), una definición con mucha aceptación es la siguiente:

“eco-turismo es aquella modalidad turística ambientalmente responsable, consistente en viajar o visitar áreas naturales relativamente sin disturbar con el fin de disfrutar, apreciar y estudiar los atractivos naturales (paisaje, flora y faunas silvestres), de dichas áreas, así como cualquier manifestación cultural del presente y del pasado que puedan encontrarse allí, a través de un proceso que promueve la conservación, tiene bajo impacto ambiental y cultural, y propicia un involucramiento activo y socio-económicamente benéfico para las comunidades locales” (Ceballos-Lascurain 1998:5).

Actualmente se reconoce la importancia de desarrollar un eco-turismo basado en el patrimonio cultural si éste es bien planificado y ejecutado, debido al potencial económico de esta actividad, su componente normativo de protección y conservación, así como los beneficios que puede proveer en comunidades cercanas, que generalmente han estado históricamente aisladas de los beneficios de la actividad turística. Por lo tanto, esta modalidad turística puede ser un medio hacia el desarrollo sostenible (Brandon 1993; Sans 1996; Curley y Mejía 1999).

El Proyecto Cancuen diseñó la fase inicial de un Plan de Desarrollo de Comunidades para la Conservación y Turismo Sostenible de la Región del Alto Pasión (Demarest y Barrientos 2002), que constituye la base que orienta las acciones que se están implementando para el desarrollo del turismo en la región. En este se incluyeron algunas acciones a tomar para el rescate inmediato de recursos naturales y culturales, y algunas consideraciones para el envolvimiento y desarrollo de las comunidades locales para mejorar sus condiciones de vida. Además, se definieron regiones de interés turístico, que incluyen áreas existentes (la rivera del Alto Pasión, los sitios arqueológicos Cancuen y Machaquila, y los Cerros de La Caoba), se contempla el desarrollo de nuevas áreas (como la Finca Cancuen, los sitios arqueológicos El Zapote y Tres Islas; Figura 1), y se incluyeron algunas consideraciones sobre protección, reforestación, restauración arqueológica, capacitaciones y servicios eco-turísticos.

Durante el año 2002 iniciaron los trabajos en materia de eco-turismo en Cancuen. Fue creado un equipo multidisciplinario para el desarrollo de servicios turísticos básicos manejados por las comunidades locales, para llevar acabo un estudio de mercados para el sitio, que fue la base para la elaboración de un Plan Estratégico de Mercadeo, y se llevó acabo la primera temporada de restauración arqueológica, dirigida por el experto Rudy Larios, la cual ha sido cuidadosamente planificada, enfocada en el turismo y la conservación de las estructuras, y con trabajadores locales que iniciaron un proceso de entrenamiento. Estas actividades representan el primer esfuerzo para desarrollar el turismo en el Alto Pasión, una región de Guatemala aún no explotada, que cuenta con una gran riqueza natural y cultural, pero al mismo tiempo fue una de las más afectadas por el conflicto armado interno y, su población, en su mayoría perteneciente a la etnia Q´eqchi´, vive en condiciones de extrema pobreza (Demarest y Barrientos 2002). De esta forma se pretende desarrollar un proyecto turístico pionero e innovador en sitios arqueológicos, tomando en cuenta criterios de sostenibilidad, participación comunitaria y satisfacción del cliente. El sitio arqueológico Cancuen formará parte de la ruta de destinos eco-turísticos manejados por comunidades locales que se está desarrollando entre el norte de Alta Verapaz y sur de Petén, denominada La Puerta al Mundo Maya, que incluye las lagunas de Sepalau, las cuevas de B´omb´il Pek y en el futuro las cuevas de Candelaria.

ESTUDIOS DE MERCADO PARA EL SITIO ARQUEOLÓGICO CANCUEN

La mayor parte de los sitios arqueológicos restaurados y abiertos al público en Guatemala, han sido desarrollados sin ningún tipo de planificación con respecto al mercadeo. No se han elaborado estrategias de mercadeo que seleccionen segmentos de mercado que promuevan la conservación de los recursos (JICA e INGUAT 2001). En general, se puede afirmar que muchos proyectos turísticos, incluyendo la mayor parte de sitios arqueológicos que ya reciben visitantes, han sido desarrollados sin atender a la realidad de la demanda. No se ha identificado previamente a su planificación el segmento del mercado a quienes deben enfocar todos sus esfuerzos de promoción y publicidad, por lo cual se desarrollan proyectos poco exitosos, con un deficiente manejo de recursos naturales y culturales, y se desperdician recursos en material promocional poco funcional. El estudio de mercado y la elaboración del plan estratégico de mercadeo para el proyecto eco-turístico Cancuen es pionero en el ámbito de los destinos turísticos culturales en el país (Morales y Zabalza 2003).

Una de las herramientas de apoyo para soportar las decisiones en el diseño e implementación del proyecto de turismo sostenible es el estudio de mercados, ya que constituye la base para estudios posteriores. El Plan Estratégico de Mercadeo es una herramienta fundamental para asegurar el éxito del proyecto. Los estudios de mercado fueron realizados por medio de encuestas dirigidas a turistas nacionales y extranjeros en los departamentos de Petén y Alta Verapaz, así como entrevistas dirigidas a operadores de turismo y prestadores de servicios de ambos departamentos. Esto permitió obtener la información necesaria referente al mercado (oferta y demanda), para implementar las acciones que sirvan de base a la formulación de un Plan Estratégico de Mercadeo. El estudio de mercados permitió identificar el perfil del turista potencial que visitará Cancuen, principales sitios arqueológicos visitados, opinión de los turistas sobre los servicios turísticos de los sitios visitados, análisis de la oferta de principales sitios arqueológicos del país, principales aspectos que al turista le interesan de un sitio arqueológico e interés en visitar un sitio con las características de Cancuen. Esta información, junto con los datos provenientes de un estudio preliminar de mercados para la ruta La Puerta al Mundo Maya (Porter 2003), está siendo utilizada como base para diseñar estrategias de desarrollo de producto, comercialización y distribución para el sitio.

DESARROLLO DE SERVICIOS TURÍSTICOS

Como parte del Programa de Desarrollo Comunitario del Proyecto Arqueológico Cancuen, se inició durante la temporada 2002 el desarrollo de servicios turísticos para el sitio, manejados por las aldeas La Unión y El Zapote, las más cercanas al sitio. Se realizaron evaluaciones de servicios turísticos existentes en los sitios arqueológicos con mayor afluencia turística del río La Pasión y región de Petexbatun, Petén y otros destinos seleccionados en el norte de Alta Verapaz y sur de Petén, las cuales permitieron establecer criterios para el desarrollo de servicios en el sitio. Además, por medio talleres participativos y reuniones con los habitantes de ambas aldeas, se crearon las bases de planificación, organización comunitaria y capacitación para implementar servicios turísticos básicos, que representan beneficios económicos directos a las comunidades locales, y a su vez pueden incentivarlas a la conservación del sitio arqueológico y el bosque tropical en que éste se encuentra, uno de los últimos fragmentos del sur de Petén (Del Cid 2003).

En las evaluaciones de servicios turísticos en sitios arqueológicos y otros destinos seleccionados fue evidente que los servicios turísticos existentes en los sitios arqueológicos evaluados son escasos, y los existentes no cumplen con criterios de calidad y satisfacción del cliente. Los servicios que presentaron mayores deficiencias fueron los de guía, alimentación, información y seguridad, por lo que fueron los que recibieron mayor atención en el desarrollo de servicios para Cancuen (Del Cid 2003). Además, en ninguno de los sitios arqueológicos evaluados no existe participación comunitaria en aspectos relacionados al manejo y a la prestación de servicios turísticos. Fueron interesantes los casos de las cuevas B´omb´il Pek/Jul Iq´ y las lagunas de Sepalau, que presentaron las calificaciones más altas (Del Cid 2003). Ambos destinos fueron abiertos al público en marzo de 2002 y desarrollados como parte del proyecto Desarrollo Turístico Comunitario de la Ruta La Puerta al Mundo Maya (Pielemeier 2002).

Son manejados completamente por las comunidades locales, cuentan con servicios básicos de buena calidad para el turismo y están implementando medidas para la conservación de los recursos naturales y culturales. Esto sugiere que si existe una buena organización y planificación, y si se les facilita a las comunidades el apoyo técnico necesario, es posible desarrollar un destino eco-turístico exitoso, que beneficie a las comunidades cercanas por medio del manejo y conservación del mismo y la prestación de servicios turísticos. Estos proyectos se encuentran en su fase inicial, y aunque hasta el momento han sido auto-sostenibles, deberán enfrentar el reto de alcanzar la sostenibilidad a largo plazo sin apoyo económico y asesoría técnica externa (Del Cid 2003).

Las evaluaciones de servicios turísticos existentes en los destinos seleccionados, junto con los resultados del estudio de mercado para Cancuen, permitieron definir lineamientos para el desarrollo de servicios turísticos en el sitio. Estos criterios están orientados a evitar deficiencias identificadas en los destinos evaluados, en desarrollar un destino turístico sostenible que sea un ejemplo de verdadera protección de los recursos culturales y naturales, en garantizar beneficios a las comunidades locales, así como en implementar los aspectos positivos que sean aplicables, de manera que en conjunto, permitan el desarrollo de servicios con ventajas comparativas que diferencien a Cancuen de la oferta existente (Del Cid 2003).

El trabajo en desarrollo de servicios para Cancuen se basó en un esquema propuesto por el Proyecto Cancuen, en el cual los servicios turísticos se encuentran divididos entre las dos aldeas más cercanas al sitio arqueológico: La Unión, Chisec, Alta Verapaz y El Zapote, Sayaxche, Petén (Figura 1). Ya que la aldea La Unión se encuentra ubicada al final de la carretera que conduce desde Raxuha hasta el río Pasión (Figura 1), esta aldea se encargará del servicio de transporte en lancha hasta el sitio, del servicio de estacionamiento y de información, mientras que la aldea El Zapote se encargará del servicio de guía, alimentación y en el futuro de otros servicios en el sitio (Demarest y Barrientos 2002). Actualmente se está iniciando la integración de nuevas comunidades a los servicios que eran prestados en el sitio. Los lineamientos definidos para el desarrollo de servicios en Cancuen fueron tomados como base para la realización de reuniones y talleres de planificación participativa (Geilfus 2000), llevados a cabo con habitantes de ambas comunidades, en los que se definieron aspectos operativos y de organización de los diferentes servicios, así como en el diseño de los programas de capacitación básica en cada servicio.

La organización y la capacitación son los dos aspectos claves para el desarrollo de proyectos eco-turísticos exitosos manejados por comunidades (Beavers 1995), por lo que fueron los ejes centrales del trabajo en el desarrollo de servicios para Cancuen. Fueron desarrollados servicios básicos, a los cuales en el futuro se les incorporarán otros de mayor complejidad o valor comercial. Actualmente existen grupos organizados que han recibido capacitaciones básicas para la prestación de los servicios de transporte acuático de La Unión a Cancuen, guía en el río, tienda y parqueo en La Unión, guía y servicio de alimentación en el sitio. Los servicios de La Unión son manejados por la Asociación de Desarrollo y Turismo de la Aldea La Unión (ASDETUN), la cual cuenta con personería jurídica (Del Cid 2003).

Fue realizado un estudio financiero para los diferentes servicios, en el que se identificaron aspectos claves para el logro de la sostenibilidad económica. Este estudio mostró que si Cancuen cuenta con una afluencia turística similar a los de los sitios de la región de Petexbatun y la Pasión, estos generarán importantes utilidades para las comunidades locales y las inversiones realizadas para los diferentes servicios se recuperarán en un período de tres a cinco años (Del Cid 2003). Ya que Cancuen continúa cerrado al público, se han organizado desde octubre de 2002 viajes mensuales de turistas de prueba, con los objetivos de evaluar el proceso de desarrollo de servicios para el diseño de nuevos programas de capacitación, proveer oportunidades de prácticas a las comunidades locales e incentivar a los habitantes locales involucrados, ya que el desarrollo eco-turístico del sitio es un proceso lento. En estos grupos de prueba han participado estudiantes nacionales y turistas extranjeros, quienes han utilizado los servicios básicos desarrollados. Hasta al momento las comunidades locales han recibido a 90 turistas de prueba. Se ha calculado un índice de satisfacción y aceptación de los servicios basados en las evaluaciones realizadas a los turistas de prueba, el cual es de 82%, que refleja un alto grado de aceptación de la calidad de los mismos.

Los servicios de transporte y tienda manejados por la aldea La Unión son excelentes ejemplos del éxito que puede alcanzar el desarrollo de micro-empresas comunitarias que no dependen exclusivamente de la llegada de turistas al sitio. El servicio de transporte en lancha es utilizado para realizar algunos viajes solicitados por el proyecto arqueológico, para transportar a los grupos de turistas de prueba que han visitado el sitio y algunas veces para realizar viajes solicitados por habitantes locales; esta micro-empresa ha generado en 15 meses de operación Q. 8,553.00 en utilidades. Mientras tanto, la tienda de la comunidad La Unión, que en el futuro ofrecerá artesanías y otros productos a los turistas, se ha convertido en una empresa local que abastece a la aldea de productos de consumo diario y provee empleo a 15 personas de la comunidad que están en constante rotación. En tan solo un año de operación esta tienda ha obtenido utilidades por Q. 56,000.00. Estas ganancias están siendo reinvertidas por ASDETUN en la adquisición de nuevos productos y en la construcción de una nueva tienda comunitaria.

SENDERO INTERPRETATIVO CANCUEN

El servicio de guía es uno de los más importantes en cualquier destino turístico, ya que de su calidad depende en gran parte la satisfacción de los turistas (Ham 1992; Budowski 2001). Este es precisamente uno de los servicios que presenta mayores deficiencias en los sitios arqueológicos abiertos al turismo en Guatemala (Del Cid 2003). Un sendero interpretativo constituye una herramienta de gran importancia para apoyar al servicio de guía en un destino turístico; al mismo tiempo es un mecanismo que contribuye a la minimización del impacto turístico (al conducir a los turistas solamente por una vía que no transita por áreas de alta fragilidad), contribuye a transmitir mensajes a los visitantes sobre la importancia de conservación de los recursos naturales y culturales. Se ha demostrado que la existencia de un buen sendero interpretativo puede ser un generador de ingresos que pueden invertirse en la conservación de los recursos y en desarrollo local (Ham 1992; RARE Center for Tropical Conservation 2000).

Ningún sitio arqueológico en Guatemala cuenta en la actualidad con senderos interpretativos. Regularmente se utilizan únicamente brechas abiertas entre la vegetación, sin aplicar mecanismos que minimicen los impactos del constante tránsito de turistas y sin proveer información. En el caso de los sitios arqueológicos de las regiones de Petexbatun y Pasión, las brechas presentan niveles críticos de compactación del suelo y erosión, lo que afecta considerablemente a la filtración y curso natural del agua, especialmente en regiones cársticas. Además, en la mayoría de los casos los “senderos” pasan sobre las estructuras, por lo que estas presentan altos niveles de erosión (Del Cid 2003).

Por lo tanto, durante la temporada 2003 el Proyecto Arqueológico Cancuen fue planificado un sendero interpretativo en el sitio para proveer a los turistas la oportunidad de realizar un recorrido guiado de alta calidad que pueda ser utilizado durante todo el año, que contribuya a la conservación del patrimonio cultural y natural, y que genere ingresos económicos destinados a la conservación del sitio y al desarrollo de las comunidades locales.

El diseño y planificación del mismo fue fruto de un esfuerzo multidisciplinario en el que participaron Arthur Demarest, Tomás Barrientos (directores del Proyecto Cancuen), el experto en restauración y conservación del patrimonio cultural Rudy Larios y Mario Del Cid, experto en eco-turismo. Después de analizar diferentes opciones se decidió construir un sendero que recorre los puntos principales del sitio, tomando en cuenta criterios de minimización de impacto natural y cultural.

El sendero se conformará de una plataforma de madera elevada que recorre los alrededores del Palacio Real, utilizando escalinatas de madera en las estructuras restauradas y escalinatas provisionales de piedra en las estructuras aún no restauradas del mismo. En la mayor parte del recorrido serán utilizadas las brechas existentes dentro del bosque, lo que evitará degradar nuevas áreas del bosque y, con la excepción de los accesos del palacio donde se colocarán las escalinatas de madera y piedra, se evitará el paso sobre estructuras. Además serán colocados rótulos educativos que apoyarán la información proporcionada por el guía en puntos estratégicos del sitio. La primera fase de la construcción del sendero iniciará en agosto de 2003. Este será el primer sendero interpretativo de esta índole desarrollado en un sitio arqueológico de Guatemala, por lo que este ejemplo podría replicarse en otros sitios del país y permitir así un mejor aprovechamiento sostenible de los recursos culturales y un aumento en la satisfacción de los turistas que visitan estos destinos.

PLANES FUTUROS

Desde el mes de mayo del presente año inició el proyecto Desarrollo de la Comunidad Q´eqchi´ y Turismo Sostenible de Counterpart International y APROBA-SANK, para apoyar a las comunidades Q´eqchi´ de la región comprendida entre Chisec, Alta Verapaz y Cancuen en Eco-turismo y Forestería Análoga. Como parte de este nuevo proyecto de desarrollo regional se realizarán una serie de capacitaciones para mejorar los servicios turísticos existentes, desarrollar habilidades administrativas en las comunidades, fortalecer la organización local, educación ambiental, temas relacionados con la conservación del patrimonio, entre otros.

Con la primera fase del sendero interpretativo ejecutada y los avances de la temporada de restauración arqueológica de 2004, el sitio podría ser abierto parcialmente al público, ofreciendo al turista la oportunidad de observar el proceso de investigación y restauración del sitio. Se pretende implementar la segunda fase del sendero interpretativo durante el año 2004, llevar acabo un estudio de factibilidad para la construcción de un hotel ecológico en la finca aledaña al sitio, que representaría nuevas oportunidades para el desarrollo de las comunidades locales, y diseñar un plan de minimización de impactos que podrían ocasionar los turistas.

Otra de las actividades de especial prioridad que se realizará entre 2003 y 2004 será la creación de una asociación para la conservación y eco-turismo de Cancuen, que estaría conformada por representantes de las comunidades cercanas al sitio, representantes del Ministerio de Cultura y otros interesados. La existencia de dicha asociación permitirá la integración de nuevas comunidades (como Santa Isabel y San Sebastián), en el proyecto eco-turístico y contar con un ente que pueda contribuir en actividades de manejo del sitio y velar por la conservación del mismo. Ya se ha iniciado la creación de viveros de especies forestales locales, que serán utilizados para la restauración ecológica de áreas aledañas al sitio, que serán agregadas al parque arqueológico gracias a la compra y donación de tierras por parte de la Universidad de Vanderbilt; de esta forma el fragmento de bosque tan amenazado que se encuentra en Cancuen contará con una zona de amortiguamiento que además contribuirá a acelerar el proceso de regeneración natural.

Por último, los esfuerzos de mercadeo de Cancuen serán combinados con la ruta de destinos comunitarios La Puerta al Mundo Maya que abarca el norte de Alta Verapaz y sur de Petén, de manera que los futuros turistas puedan visita varios de estos destinos comunitarios y así ampliar los beneficios económicos.

COMENTARIOS FINALES

El trabajo realizado hasta el momento con los miembros de las comunidades, ha permitido establecer que el eco-turismo puede convertirse en una alternativa económica real para mejorar las condiciones de vida de la población local, y puede ser una herramienta para la conservación del patrimonio natural y cultural tan amenazado en la región.

Además se está mostrando que es posible realizar una planificación que involucre a las comunidades indígenas en el desarrollo turístico de un sitio arqueológico, algo que hasta hace poco era inconcebible, y que con una adecuada organización y apoyo técnico, las comunidades pueden ofrecer servicios turísticos de calidad que satisfacen las necesidades de los turistas.

Por otro lado, la inexistencia de antecedentes de desarrollo turístico en Cancuen ha permitido planificar detalladamente las actividades turísticas, por lo que tendrá más oportunidades de ser sostenible que otros destinos turísticos desarrollados en país de una manera improvisada. Además, el hecho que sitio permanezca cerrado al público ha permitido iniciar un proceso controlado, por lo que cuando este se abra al turismo, las comunidades contarán con las capacidades necesarias para manejar los aspectos relacionados con el turismo y para proveer servicios de calidad.

La experiencia del Proyecto Cancuen ha mostrado que el modelo que combina el desarrollo eco-turístico del sitio con las investigaciones arqueológicas y la restauración simultáneamente puede tener una gran serie de beneficios. Dentro de estos se encuentran: el constante aprendizaje de la población local sobre el sitio, su historia e importancia, debido al trabajo en arqueología y restauración. Un grupo de pobladores locales está siendo entrenado en restauración y mantenimiento de la misma, evitando así trabajadores de otras regiones y asegurando que en el futuro exista personal capacitado en la materia.

El constante diálogo entre el Proyecto y los comités comunitarios ha permitido en muchos casos la resolución de conflictos; el personal del Proyecto ha brindado apoyo técnico a las comunidades que participan en el proyecto eco-turístico en aspectos administrativos, de organización y logística. El intercambio intercultural entre las comunidades y los miembros del proyecto hace que los habitantes locales estén habituados al trato con personas extranjeras. La presencia del proyecto en el sitio ha llamado la atención de medios de comunicación, que junto con la atención captada en un nivel nacional e internacional por las ponencias y artículos sobre el sitio contribuirá a que las comunidades puedan atraer turistas. Además del eco-turismo, el proyecto de desarrollo se ha enfocado en atender necesidades básicas de las comunidades locales. Algunas aldeas están más interesadas en el sitio y su protección, ya que además de ser un lugar sagrado, es actualmente una fuente de empleo y lo seguirá siendo en el futuro a través de actividades turísticas, entre otros.

Debido a que el Proyecto trabaja con varias aldeas se han aprendido varias lecciones de las diferencias entre las mismas y sobre factores que pueden influir en el éxito de proyectos de desarrollo. El caso de la aldea La Unión sugiere que una comunidad involucrada en actividades eco-turísticas tendrá mayores posibilidades de éxito si existe unidad entre sus miembros, si los líderes son positivos, si la organización de estas actividades se basa en los sistemas locales de normas y toma de decisiones, si sus habitantes cuentan con iniciativa propia para progresar y diversificar sus productos y si tienen asesoría técnica enfocada en la auto-sostenibilidad.

Mientras tanto, el trabajo realizado en la aldea El Zapote muestra que es muy difícil lograr beneficios comunes derivados del eco-turismo en comunidades divididas, en las que existen diferentes facciones con intereses muy particulares y con pocas personas que se interesan en participar en actividades que los beneficiarán a largo plazo. Se ha observado que esta situación puede poner en riesgo los avances alcanzados por otras aldeas e incluso al mismo patrimonio cultural. Además, se ha aprendido que en un área patrimonial rodeada por varias poblaciones, no deben existir grupos con mejores posibilidades de beneficiarse que otros, sino que debe buscarse una participación equitativa para obtener mejores resultados en la conservación.

En este momento aún no es posible demostrar la total eficacia del modelo del sitio arqueológico Cancuen, ya que esto sólo podrá evaluarse a largo plazo. Quizá el mayor reto sea lograr una verdadera conservación del patrimonio en el sitio. Aunque esto es imposible de asegurar, sí es posible contribuir a crear las condiciones para que exista una verdadera protección de los sitios arqueológicos y desarrollo de las comunidades locales por medio del eco-turismo, para evitar que se repitan los innumerables casos de destrucción de los recursos naturales y culturales, y mejorar las condiciones de vida de la población rural.

A pesar de que se cuenta solamente con resultados preliminares, estos son muy alentadores, y es muy satisfactorio que este tipo de modelo de participación comunitaria en el manejo de los recursos y desarrollo de eco-turismo, se esté convirtiendo en un modelo regional de desarrollo de la región norte de Alta Verapaz y sur de Petén.

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