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59 Monumentos jeroglíficos de Holmul, Petén – Nikolai Grube – Simposio 16, Año 2002

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Grube, Nikolai

  1. Monumentos jeroglíficos de Holmul, Petén. En XVI Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2002 (editado por J.P. Laporte, B. Arroyo, H. Escobedo y H. Mejía), pp.693-702. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

59

MONUMENTOS JEROGLÍFICOS DE HOLMUL, PETÉN

Nikolai Grube

El presente documento resume los resultados de la investigación epigráfica del Proyecto Arqueológico Holmul durante la temporada 2001. La documentación de las estelas de Holmul se llevó a cabo como parte de la segunda temporada de trabajo de campo del Proyecto Arqueológico Holmul, del 5 de mayo al 30 de junio del 2001, así como durante el viaje realizado por Nikolai Grube en agosto de 2001. Como resultado del esfuerzo común entre el Proyecto Arqueológico Holmul y Nikolai Grube, varios monumentos jeroglíficos nuevos fueron descubiertos, registrados e interpretados en el centro mayor de Holmul y en el sitio menor de La Sufricaya. El presente documento introduce los monumentos de Holmul y La Sufricaya, ofreciendo interpretaciones preliminares sobre su iconografía. Finalmente, los monumentos serán analizados dentro del contexto del periodo Clásico Temprano en esta parte de Petén.

MARCADOR 1 DEL JUEGO DE PELOTA DE HOLMUL

Merwin y Vaillant (1932) registraron varias estelas lisas del epicentro de Holmul, que no revelan huellas de grabado, ni restos de estuco. El primer monumento de Holmul con inscripciones fue encontrado en el Juego de Pelota I (Estructuras 11 y 12). En el centro del Juego de Pelota se descubrió un marcador circular, con un diámetro de 70 cm y 30 cm de grueso. Al ser descubierto estaba quebrado en varios pedazos, puesto de lado, en dirección al sureste y descansando en el último piso del corredor de juego. El marcador presenta un anillo de jeroglíficos erosionados y un relieve central de dos figuras en pie y un altar central, también erosionados. Debido al mal estado de preservación, es difícil reconocer los jeroglíficos. Sin embargo, existe una secuencia de dos bloques de jeroglíficos asociados con los números 10 y 8. El jeroglífico relacionado con el número 8 termina con la sílaba –ni. Es posible que esta combinación corresponda a la Rueda Calendárica 10 Ajaw 8 Yaxk’in. Dando otro paso especulativo, esta podría corresponder al fin de periodo 9.12.0.0.0, como fecha de colocación del marcador o de dedicación del Juego de Pelota. Empero, debemos tener en mente que esta fecha no es segura.

MONUMENTOS DE LA SUFRICAYA

El pequeño sitio de La Sufricaya, encontrado por Ian Graham en 1984, fue nuevamente localizado a 1.2 km al oeste de la Plaza Mayor de Holmul. Varios fragmentos de estelas con inscripciones fueron encontrados dispersos en la plaza principal del sitio.

ESTELA 1 (Y ESTELAS 3 Y 8)

La Estela 1 fue primeramente reportada por Ian Graham y Peter Mathews (1985). Cuando el sitio fue visitado por Karl Herbert Mayer y Oscar Quintana en el 2000, Mayer fotografió y publicó los fragmentos conocidos como Estela 1 (Mayer 2001). El monumento denominado como Estela 3 resultó ser solamente la parte inferior de la Estela 1. Este fragmento fue puesto en su posición actual al oeste de la plataforma y al norte de la Estructura 1, estableciendo su pertenencia al periodo Clásico Terminal (Estrada Belli 2002). El tercer fragmento de la estela fue descubierto a fines del 2001 y fue designado primeramente como Estela 8, antes de que se determinara que es la parte media perdida de la estela. Como los tres fragmentos forman claramente un único monumento, yo sugiero denominarla Estela 1 (Figura 1). Las denominaciones de “Estela 3” y “Estela 8” deben ser utilizadas para otras estelas, aún pendientes de ser descubiertas.

Figura 1        Estela 1 de La Sufricaya (dibujo de N. Grube)

La Estela 1 muestra una figura viendo hacia la izquierda, llevando un complejo tocado en la cabeza. La mano derecha de la figura está en el aire y sostiene un objeto no identificado. En el brazo izquierdo la figura abraza a la serpiente visión. Es posible que en la mano derecha sostenga el otro extremo de una serpiente bicéfala. Una posición similar se conoce en las Estelas 12 y 20 de Xultun, de fechas anteriores al Bak’tun 9. La figura viste un taparrabo de diseño geométrico simple. Las piernas se encuentran paralelas, casi en posición de movimiento. La posición de la figura humana y el estilo del vestuario son una reminiscencia fuerte de otros monumentos de fechas anteriores al Bak’tun 9, del centro y este de Petén, como las Estelas 2 y 4 de Yaxha, la Estela 15 de La Milpa, la Estela 1 de La Toronja, la Estela 1 de El Encanto, la Estela 1 Uolantun, las Estelas 12 y 20 de Xultun (antes mencionadas), las Estelas 1, 2, 3, 4 y 7 de El Zapote, la Estela Hauberg y otras estelas tempranas de Uaxactun. Los pies apuntando hacia la misma dirección y las piernas no cruzadas a la altura de las rodillas, constituyen una peculiaridad que distingue a los monumentos de fechas anteriores al Bak’tun 9 de los de periodos más tardíos (Proskouriakoff 1950:19-21). Una particularidad interesante de la Estela 1 es el diseño complejo de máscaras colocadas en uno de sus lados. No se han descubierto inscripciones jeroglíficas en la estela, otra característica de los monumentos que anteceden al Bak’tun 9.

ESTELA 2

La Estela 2, también conocida como “Estela Britta”, fue encontrada en el derrumbe de una cala de saqueo dentro de la Estructura 2 de La Sufricaya (Figura 2; Estrada Belli 2002:12). La estructura es un edificio de 4 m de altura con una subestructura cubierta con una bóveda, rellenada por una construcción tardía. El fragmento de la estela, que mide 71 cm de altura, 46 cm de ancho y 19 cm de grueso, está sorprendentemente bien conservado. La estela está grabada únicamente de un lado. El grabado inusualmente profundo está aún cubierto por capas sólidas de estuco rojo. La pintura original está bien preservada en las líneas incisas y las áreas cóncavas. En donde ha sobrevivido el estuco aún existen líneas de grabado fino y sutiles huellas de otros colores, especialmente negro y azul. El grado de preservación extraordinario hace probable que la estela se haya encontrado bien protegida antes de ser encontrada por los saqueadores.

La estela muestra varias máscaras apiladas y un diseño complejo de diseños arabescos. Una característica muy atípica es la falta total y completa de cualquier figura humana. Por otro lado, el diseño complejo es típico del periodo Clásico Temprano, específicamente de los monumentos del Bak’tun 8 (Proskouriakoff 1950:103). El fragmento fue transportado hacia Melchor de Mencos y está temporalmente guardado en la oficina local del Instituto de Antropología e Historia (IDAEH).

ESTELA 5

La Estela 5 (Figuras 3a, b) fue descubierta aproximadamente 300 m al noroeste de la Estructura 1 (Estrada Belli 2001:39). No estaba asociada a ninguna estructura arquitectónica, pero dos cráneos depositados frente a la estela en una pileta poco profunda cubierta por lajas de piedra caliza y asociados con material del periodo Clásico Terminal, indican que el monumento fue reubicado para recibir ofrendas y sacrificios en dicho periodo (Estrada Belli 2002:12). La estela, que mide 84 cm de alto por 73 cm de ancho y 27 cm de grosor, fue transportada hacia Melchor de Mencos, para ser temporalmente guardada en las oficinas del IDAEH.

Ambas caras de la Estela 5 están grabadas. Se trata de un monumento completamente jeroglífico, a menos que exista un fragmento al pie o a la cabeza de la estela que despliegue una escena. El texto jeroglífico en la cara frontal sugiere que éste está completo con la excepción de la primera fila de jeroglíficos, que solamente está parcialmente preservada. El texto está compuesto por 18 bloques de jeroglíficos, arreglados en tres columnas de seis jeroglíficos cada una. El raro número de columnas es una característica compartida con la Estela 6 y podría ser un rasgo específico de los escribanos de La Sufricaya en el periodo Clásico Temprano. El texto comienza con un Glifo Introductor de Serie Inicial y la Cuenta Larga 8.19.6.8.5 (5 de agosto, 422 DC). La Rueda Calendárica asociada corresponde a 8 Chikchan 5 Xul, fue registrada en B1 y C1. El “pie” del cartucho del día aún puede ser reconocido, así como la mandíbula del jeroglífico que caracteriza al mes de Xul.

Los cuatro jeroglíficos siguientes corresponden a la Serie Suplementaria, empezando con el Glifo G del Señor de la Noche en B2, Glifo D en C2, Glifo C en B3 y finalmente el Glifo A en C3. Sin embargo, por razones desconocidas, los valores en los Jeroglíficos G, D y C no corresponden a los números calculados. La forma del Glifo G es la de G4, aunque debería ser G3. La forma del Glifo D, que presenta el número de días que han pasado desde la primera aparición de la luna, es inusual pues carece de coeficiente, a menos que los dos grandes elementos casi circulares signifiquen el número 2, ya que el número esperado es 2.4. El Glifo C tiene el coeficiente numérico 5 y una cabeza variada, como patrón lunar, en donde, según la fórmula del periodo Clásico, el coeficiente de C es 1, requiriendo la cabeza del Dios Jaguar del Inframundo. El Glifo A registra una lunación de 30 días.

Figura 2  Estela 2 de La Sufricaya (dibujo de N. Grube)

Figura 3a  Estela 5 de La Sufricaya, cara frontal (dibujo de N. Grube)

Figura 3b  Estela 5 de La Sufricaya, cara posterior (dibujo de N. Grube)

Entre la Cuenta Larga que registra la fecha y el verbo en la posición C4 hay un glifo inicial conocido principalmente en los textos de dedicación encontrados en la cerámica maya. Aunque la interpretación exacta de este jeroglífico aún es debatida, existe el consenso de que el jeroglífico sirve para enfocar atención a la expresión verbal siguiente. En este caso, el verbo es CHUM-la-ja, chum-laj-O, “él está sentado”. A continuación hay una secuencia de cuatro jeroglíficos mal preservados, el primero de los cuales provee un título o más bien el nombre del protagonista. El jeroglífico demuestra cierta similitud con el nombre del señor de Naranjo llamado Aj Wosal (Martin y Grube 2000:70-72). El símbolo principal es la misma sílaba sa y el suprafijo comparte su demarcación con el signo wo. Sin embargo, el prefijo es más similar al número 7 que al prefijo AJ, el adjetivo masculino. Si el apelativo fuese en realidad una variante del nombre de Aj Wosal, se podría establecer un lazo interesante entre La Sufricaya y Naranjo. Los nombres repetidamente son compartidos por diferentes generaciones de la misma dinastía. Es muy probable que los últimos tres jeroglíficos correspondan a títulos y posiblemente a emblemas u topónimos de La Sufricaya, empero estos jeroglíficos están tan dañados que esta importante información ya no podrá ser recabada.

La otra cara de la estela también tiene una inscripción jeroglífica, que está tan dañada por los cambios climáticos que es imposible hacer comentarios sobre el texto.

ESTELA 6

La Estela 6 (Figura 4) fue encontrada en varios pedazos frente a los cimientos de un pequeño montículo, al sur de la Estructura 1 de La Sufricaya. Los fragmentos forman la parte superior de una estela, que probablemente estaba grabada en ambas caras. La parte superior preservada mide 59 cm de altura, 69 cm de ancho y 25 cm de grueso. Aunque el frente del monumento ha sufrido tal grado de erosión que el diseño original no puede ser reconocido, la cara posterior muestra una inscripción jeroglífica, también erosionada, de por lo menos 5 filas y 7 columnas. El número de columnas es impar, una característica compartida con la Estela 5. Así como esta última, el texto de la Estela 6 comienza con una sola columna que se lee de arriba abajo y continúa con la parte principal del mensaje ordenada en el formato estándar de doble columna.

Figura 4  Estela 6 de La Sufricaya (dibujo de N. Grube)

Aunque faltan varias filas del texto (que debía continuar en la parte inferior perdida) y a pesar de la erosión existente en lo que queda de la inscripción, aún se puede extraer información importante de esta estela por medio de un examen cuidadoso con luz rectificada. La inscripción jeroglífica comienza en la columna izquierda con una fecha de Serie Inicial. La fecha se inicia en A1 con el Glifo Introductor de la Serie Inicial – ahora roto. Los jeroglíficos siguientes proveen una fecha en Cuenta Larga.

Infortunadamente, hace falta el glifo del Tun de la fecha. El glifo Bak’tun está precedido por un coeficiente numérico de 8. El coeficiente del K’atun contiene tres barras largas y un punto colocado asimétricamente, insinuando que existía un segundo punto para escribir el número 17. Un fragmento contiene los restos del glifo Tun, y las posiciones Winal y K’in fueron encontradas a principios de la temporada del 2002. El coeficiente del glifo Tun está erosionado, pero el espacio correspondiente al coeficiente sugiere que no pudo ser mayor que 10. Los jeroglíficos Winal y K’in llevan el coeficiente 9. Existen 10 posibles interpretaciones para la fecha en cuestión, entre 8.17.0.9.9  8 Muluk 17 Kumk’u (20 abril, 377 DC), y 8.17.10.9.9  7 Muluk 7 Pax (6 de Marzo 387 DC). En cualquier caso, el monumento no solamente marca la fecha más antigua encontrada hasta ahora en el este de Petén, sino también se refiere a un periodo particularmente interesante en la historia de las Tierras Bajas. La caligrafía de los jeroglíficos recuerda la de otras inscripciones tempranas. En particular, el gran tamaño de las barras numéricas y la forma del glifo K’atun, así como la falta de suprafijos o sufijos con el glifo de Bak’tun, confirman que el monumento es contemporáneo con la fecha de la Cuenta Larga 8.17.?.9 9.

Además, es difícil extraer cualquier otra información del texto erosionado, excepto por el jeroglífico en el bloque D3. Aquí se reconoce la forma de un signo principal, la sílaba ja a su costado derecho, y posiblemente el signo K’AHK’ “fuego” como sufijo. Esta combinación particular es similar al nombre de Siyaj K’ak’ o “Rana Humeante”, una figura de gran importancia histórica en las Tierras Bajas Mayas (Schele y Freidel 1990:153-164; Stuart 2000; Martin y Grube 2000:29). La forma del signo principal está lo suficientemente cerca de la cabeza del “sapo del nacimiento” como para permitir esta identificación. Incluso, la combinación de –aj y K’AK’ es tan particular que la interpretación de este glifo como Siyaj K’ak’ es muy posible. Finalmente, la fecha corresponde exactamente al periodo de grandiosas actividades de Siyaj K’ak’. La información epigráfica existente sugiere que Siyaj K’ak’ arribó como jefe de guerra de Teotihuacan a Tikal en 8.17.1.4.12, en donde subyugó a la dinastía local. Su nombre aparece en conexión con un evento de “llegada” en El Perú ocho días antes, lo que sugiere que la ruta que lo trajo del occidente pasó por el río San Pedro Mártir, el camino natural desde México y Teotihuacan (Martin y Grube 2000:29). La Estela 31 de Tikal marca la muerte de Chak Tok Ich’aak, el XIV soberano de Tikal, el día exacto en que arribó Siyaj K’ak’, estableciendo una conexión directa entre estos dos sucesos. La dinastía fue entonces reemplazada por una nueva línea masculina que parece desprenderse de la casa soberana de Teotihuacan.

Durante los años siguientes a su llegada, Siyaj K’ak’ fue responsable de crear un nuevo orden en Petén. Ningún otro personaje histórico ha sido mencionado tanto y en tantos sitios durante el periodo Clásico Temprano como Siyaj K’ak’. Él es mencionado en el contexto del mismo “evento de llegada” en dos monumentos de Uaxactun. En el sitio de Bejucal, Siyaj K’ak’ es mencionado como el jefe supremo de un rey local recientemente entronizado en 8.17.17.0.0. Siyaj K’ak’ también aparece en Río Azul en el 393 DC, probablemente en el mismo contexto. En la Estela 5 de El Zapote, Siyaj K’ak’ es mencionado en un pasaje de texto asociado con la fecha 9.0.0.0.0, probablemente en una referencia sobre eventos anteriores (Grube y Martin 2000).

Si la identificación de Siyaj K’ak’ en la Estela 6 de La Sufricaya es correcta, no sólo añadiría una referencia más a esta figura importante de origen extranjero, sino establecería una conexión entre La Sufricaya y la entrada mexicana en el 378 DC (Stuart 2000). La existencia de tal conexión es sugerida por los murales de la Estructura 1 de La Sufricaya.

IMPLICACIONES PARA FUTURAS INVESTIGACIONES

La investigación reciente del Proyecto Arqueológico Holmul en La Sufricaya, ha puesto el sitio en un lugar importante dentro del mapa de los centros políticos importantes del periodo Clásico Temprano. Toda la información epigráfica e iconográfica sostiene la interpretación de Holmul como un centro regional de influencia desde una fecha tan temprana como la del Bak’tun 8. Las Estelas 1 y 2 de La Sufricaya, fechadas con base a su estilo para la fecha 9.0.0.0.0, y las Estelas 5 y 6 cuentan con cuentas largas tempranas, las cuales confirman el rol político sustancial propuesto para Holmul a finales del Bak’tun 8. Futuras investigaciones tendrán que aclara más la naturaleza de la relación entre Holmul y otros sitios contemporáneos vecinos, como Yaxha, El Zapote, Xultun, Uaxactun, Río Azul y La Milpa.

En cierta época, antes del principio del Bak’tun 9, tanto Holmul como particularmente La Sufricaya estuvieron involucrados en la llegada de personajes de Teotihuacan. La evidencia más clara de esta llegada son las pinturas en la pared de la Estructura 1, descubiertas por saqueadores en una fase constructiva temprana. Las pinturas fueron ejecutadas en una sección de la pared, que mide 3 x 2 m, y pintadas de colores rojo, amarillo y negro. La composición muestra 25 individuos sentados con dardos para el atlatl, algunos con puntas trilobuladas. La mayoría viste un tocado en forma de tambor, mientras que otros tienen ojos saltones y plumas. El traje también incluye rodilleras, bandas en las caderas y cinchos con colas de plumas. A la izquierda, una figura de pie viste un taparrabo y cola de piel de jaguar, otro tiene un yugo para el juego de pelota alrededor de la cintura. En ambos se reconoce el estilo Maya. La representación es en su totalidad similar a la de una escena de llegada en un vaso cilíndrico de barro negro encontrado en el Entierro 10 de Tikal (Harrison 1999:87). La escena grabada en el vaso demuestra a un grupo de teotihuacanos armados que llegan a un lugar con arquitectura Maya.

El mural de La Sufricaya añade ahora otra dimensión al episodio de entrada de los Teotihuacanos. El número de Teotihuacanos armados muestra que el evento de llegada fue más que un encuentro accidental. La pintura marca una disparidad entre Mayas y Teotihuacanos. Para el artista que pintó la pared, fue importante señalar que había un gran número de mexicanos. En las representaciones artísticas del periodo Clásico Temprano en el área Maya no existen otras escenas de personajes múltiples, en donde todas las figuras estén vestidas de la misma forma y llevando armas.

El mural de la Estructura 1 sugiere varias interrogantes de gran importancia para el entendimiento de la entrada de los Teotihuacanos, así como del proceso social del periodo Clásico Temprano. ¿Por dónde se llevó a cabo? ¿Acaso quiso el artista registrar un evento local? De hecho, existen tanto indicios arqueológicos como epigráficos de que Holmul mismo fue el objetivo de una entrada de Teotihuacanos. La mención potencial del jefe guerrero de Teotihuacan, Siyaj K’ak’, establece una conexión directa entre los eventos que llevan a establecer un linaje mexicanizado en Tikal en el 378 DC y el mural de La Sufricaya. Aparentemente, la intrusión de Teotihuacan implicó la llegada de un gran número de guerreros Teotihuacanos y no se enfocó solamente en Tikal, sino también en otros centros importantes de Petén central y oriental. La referencia de Siyaj K’ak’ en Holmul, y en tantos otros sitios, sugiere un evento central estratégicamente organizado y planificado bajo los auspicios de un sólo jefe de guerra.

Los futuros trabajos en Holmul ayudarán, seguramente, a desarrollar un entendimiento más profundo de la interacción Maya-Teotihuacan. Si Holmul fuese uno de los lugares en donde se llevó a cabo la llegada de los Teotihuacanos, puede suponerse que se encontrará más material relacionado con Teotihuacan en las excavaciones.

RECONOCIMIENTOS

Mi visita a La Sufricaya y Holmul se llevó a cabo bajo el auspicio de HAP y se hizo posible gracias al apoyo del Sr. Francisco Moro, inspector del IDAEH, en Melchor de Mencos.

REFERENCIAS

Estrada Belli, Francisco (ed)

2002        Archaeological Investigations at Holmul, Guatemala: Preliminary Report of the 2001 Season. Vanderbilt University, Department of Anthropology, Nashville.

Grube, Nikolai y Simon Martin

2000        Tikal and its Neighbors: Notebook for the XXIVth Maya Hieroglyphic Forum at Texas. The University of Texas at Austin, Austin.

Harrison, Peter D.

1999        The Lords of Tikal: Rulers of an Ancient Maya City. Thames and Hudson, London y New York.

Martin, Simon y Nikolai Grube

2000        Chronicle of the Maya Kings and Queens. Thames and Hudson, London y New York.

Mayer, Karl Herbert

2001        Stela 1 from La Sufricaya, Peten. Mexicon 23 (1): 4-5.

Merwin, Raymond E. y George E. Vaillant

1932        The Ruins of Holmul, Guatemala. Memoirs of the Peabody Museum of American Archaeology and Ethnology, Vol.3, No.2. Harvard University, Cambridge.

Proskouriakoff, Tatiana

1950        A Study of Classic Maya Sculpture. Carnegie Institution of Washington Publication 593. Washington, D.C.

Stuart, David

2000        «The Arrival of Strangers»: Teotihuacan and Tollan in Classic Maya History. En Mesoamerica’s Classic Heritage (editado por D. Carrasco, L. Jones y S. Sessions), pp.465-513. Boulder.

 

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