Categorías

51 Una revisión al Protoclásico de la Cuenca Mirador – Juan Luis Velásquez, Beatriz Balcárcel y Richard D. Hansen – Simposio 16, Año 2002

Descargar este artículo en formato PDF

Velásquez, Juan Luis, Richard Hansen y Beatriz Balcárcel

  1. Una revisión al Protoclásico de la Cuenca Mirador. En XVI Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2002 (editado por J.P. Laporte, B. Arroyo, H. Escobedo y H. Mejía), pp.577-592. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

51

UNA REVISIÓN AL PROTOCLÁSICO

DE LA CUENCA MIRADOR

Juan Luis Velásquez

Richard Hansen

Beatriz Balcárcel

Los grandes sitios Preclásicos en la Cuenca Mirador (Figura 1) al norte de Petén, como El Mirador y Nakbe, han sido objeto de investigación arqueológica desde 1978, cuando la Universidad Católica de Washington y la Universidad de Brigham Young iniciaron el Proyecto El Mirador (Dahlin 1980; Matheny 1980; Hansen 1990). Durante los últimos once años el Proyecto Regional de Investigaciones del Norte de Petén, Guatemala (PRIANPEG) de la Universidad de California, Los Ángeles,  y la Fundación FARES, ha realizado investigaciones en 14 sitios de la Cuenca Mirador y mayores excavaciones dirigidas e intensivas en el sitio de Nakbe.

La cuenca en general presenta una sorprendente y densa ocupación durante el Preclásico Medio y Tardío (1000 AC – 150 DC), una aparente disminución y cese de población y construcción durante el Clásico Temprano (250-550 DC), y un resurgimiento en el Clásico Tardío (550-800 DC).

Tal comportamiento fue apreciado inicialmente durante el Proyecto El Mirador, y Forsyth (1989) nombró e identificó cuatro complejos cerámicos (dos Preclásicos y dos Clásicos), y un sub-complejo (Figura 2).

El complejo Cascabel que identifica a las cerámicas del Preclásico Tardío se ubicó entre 350 AC y 150 DC. Al complejo Acrópolis que representa a la cerámica escasa del Clásico Temprano se le dio una asignación temporal entre 300 y 550 DC. El sub-complejo definido se llamó Paixbancito y ocupa el final de Cascabel o lo que se puede llamar Preclásico Terminal, asignándosele una fecha entre 150 y 300 DC.

En Nakbe, el complejo Kan del Preclásico Tardío termina al igual que Cascabel de El Mirador en 150 DC, y el complejo Uac se fecha igual que el complejo Acrópolis durante el Clásico Temprano.

Al igual que en El Mirador, en Nakbe se ha definido un sub-complejo llamado Ho, similar a Paixbancito, en contenido y cronología. Se define por modos cerámicos generalmente identificados como pertenecientes al “Protoclásico”.

Debido a lo restringido y escaso de las muestras de Paixbancito y Ho, una reciente muestra cerámica proveniente de excavaciones en el Grupo Palma 2 en Nakbe (Balcárcel 1999), sugirió revisar el material de los hallazgos de dichos sub-complejos de manera integral en el ámbito de la Cuenca Mirador, dada la importancia y polémica que ha causado el uso y definición del término Protoclásico desde su formulación (Merwin y Vaillant 1932) a la fecha.

Los objetivos de la investigación se dirigen a comprender la naturaleza del componente Protoclásico en la Cuenca Mirador; fechar su ocurrencia y apreciar sus relaciones y comparaciones a nivel inter-sitio e inter-regional.

Se ha hecho uso del sistema Tipo-Variedad Modal para el análisis y clasificación de la muestra proveniente de El Mirador, Nakbe y La Florida en la cuenca Mirador, así como consulta a muestrarios y bibliografía de sitios del centro de Petén y Belice, para efectuar un análisis comparativo (Tikal, Uaxactun, Topoxte, Altar de Sacrificios, Isla de Flores, Ceibal, Naj Tunich, Holmul y Barton Ramie, entre otros).

Figura 1  Sitios Preclásicos de la Cuenca Mirador

DEFINICIÓN DEL TÉRMINO PROTOCLÁSICO

El término Protoclásico se ha usado generalmente de acuerdo a tres criterios empleados, tal como lo ha mencionado Willey (1977): 1) el más antiguo y común, está basado en la presencia de cerámica Holmul I o Floral Park. Esta definición refiere un horizonte cerámico regional; 2) describe un desarrollo entre los periodos Preclásico y Clásico; y 3) es un periodo cronológico que se comprende entre los años 50 AC y 250 DC.

En dicho lapso de tiempo destacan los soportes mamiformes, las vasijas con soporte anular, pestañas basales, paredes de ángulo “Z”, bordes ganchudos, acanaladuras, decoración Usulután y pseudo-Usulután, y pintura sobre estuco (Figura 3).

Figura 2  Secuencia cerámica de Nakbe y El Mirador

        Debido a lo antiguo y polémico del uso del término Protoclásico, recientemente Brady y sus colegas (1998) efectuaron una minuciosa investigación del mismo, y han propuesto que el Protoclásico “no es un estadio evolutivo en la historia de la civilización Maya, porque se refiere y describe una construcción hecha solo en base cerámica”.

Su distribución espacial ocurre en una era de experimentación e innovaciones tecnológicas y artísticas que le dan una identidad distintiva. Aunque se traslapa cronológicamente con el Preclásico Tardío y el Clásico Temprano, conformando una parte integral del contenido cultural de ambos; el “estadio” cerámico Protoclásico no posee una vitalidad suficiente para distinguirlo como una unidad cerámica mayor en si misma, sino que relaciona en forma transicional a ambos periodos”  (Brady et al. 1998).

Figura 3  Ejemplos de cerámica diagnóstica

Definen “estadio cerámico” como una unidad conceptual caracterizada por la presencia de un conjunto específico de rasgos cerámicos (formas específicas, acabados de superficie, tratamientos decorativos, diseños, tecnologías, u otros modos), y nada más. No es un periodo (división cronológica), ni es un estado general de desarrollo, ni conlleva a amplias implicaciones evolutivas. Es un contenido, solo una unidad analítica definida.

Con base en lo anterior, recomiendan que el término Protoclásico se use solo para describir un estadio cerámico, y que el término se debe aplicar a un lapso de tiempo entre 75 ± 25 AC y 420 DC (cuando es el fin de los soportes mamiformes y del tipo Ixcanrio Policromo), caracterizado por la presencia de los atributos que lo definen. En Naj Tunich, Brady (1987) ha dividido el estadio en Protoclásico 1 (75 ± 25 AC –  150 DC), y Protoclásico 2 (150-420 DC).

Se debe considerar que el estadio cerámico Protoclásico no fue más transicional o evolutivo que cualquier otro periodo de la civilización Maya, aunque importantes avances tecnológicos y artísticos, así como eventos históricos, transcurrieron durante su curso a corto tiempo. Entendiendo y usándolo explícitamente de esta manera, el término tiene ambas utilidades y validez. En otro sentido, es un concepto que debe ser descartado. Por lo que plantean que para las Tierras Bajas Mayas, el concepto de un Protoclásico es significativo y tiene utilidad solo si es usado explícita y exclusivamente para describir un “estadio cerámico” (Brady et al. 1998).

El “estadio cerámico” Protoclásico propuesto está delimitado por la aparición y desaparición de una amplia serie de atributos cerámicos, incluyendo el estilo Holmul I (decoración policroma, naranja lustroso, platos y cuencos tetrápodos mamiformes), y la esfera Floral Park (categoría o ware Holmul Naranja, tipos del Grupo Aguacate, Aguacate Naranja y Gavilán Negro/Naranja); el inicio de la amplia tradición de la categoría Naranja Lustroso y policromo, decoración pintada positivo/naranja o ante, y/o cerámica lustrosa.

LA MUESTRA DE LA CUENCA MIRADOR

La muestra de la Cuenca Mirador proviene de los sitios El Mirador, Nakbe y La Florida. Aunque sea pequeña, permite hacer inferencias sobre su naturaleza y temporalidad.

EL MIRADOR

Forsyth (1989) definió el sub-complejo Paixbancito (Figura 2), el cual evidencia la introducción de modos y tipos que son significativamente diferentes del complejo Cascabel de filiación Chicanel durante el Preclásico Tardío.

La muestra Paixbancito proviene de un chultun en la Plaza de El Tigre (Operación 32D; Hansen 1990), una excavación en el muro oriental de las fortificaciones (Chambers et al. 1980), y de un basurero con material mezclado.

Paixbancito no ocurre en contextos puros en El Mirador, sino mezclados con cerámica Cascabel (lo que permite considerarlo como del Preclásico Terminal). Hay excepción del chultun excavado por Hansen (1990) en el Complejo El Tigre donde encontró una capa Cascabel en el piso, directamente abajo de la boca del chultun (Figura 4), sobre la cual había cerámica Protoclásica en forma de basurero. Hubo elementos importantes en el depósito del chultun. Primeramente, el método de excavación pudo definir una separación de depósitos diagonales, separando los materiales depositados primeramente en el chultun de los materiales estratigráficos, pero con cerámica más tardía debido al relleno.

Los rasgos cerámicos que conforman Paixbancito incluyen el modo de borde ganchudo, vasijas de paredes divergentes con ángulo “Z” y moldura basal, cambios en la pasta y color del engobe (en ambos casos naranja en lugar de rojo; Figura 5). También, la presencia de piezas miniaturas es una señal de la presencia Protoclásica, así como la presencia de perfiles humanos pintados ligeramente. Una señal clave es la ocurrencia en considerable frecuencia de soportes mamiformes (los cuales son pequeños y con los pezones mal ejecutados), de pintura positiva, líneas múltiples y paralelas en modo pseudo-Usulután (Sacluc Negro sobre Naranja; Figura 6), y cambios en el engobe característico (ceroso) de la cerámica monocroma roja.

Figura 4  Operación 32D, chultun, El Mirador

En varias ocasiones previas, Hansen ha demostrado la evolución clara de los cambios del engobe, lo cual es evidente en forma cronológica.

Las vasijas policromas son raras y el tipo monocromo Iberia lleva una presencia fuerte. La cerámica sin engobe (Sapote) presenta una acanaladura en el borde. Hansen y Forsyth también identificaron los cambios fuertes de la cerámica sin engobe, los cuales incluyen la introducción de cuencos sin engobe (Figura 7), tamaño del cuello, apariencia de estriaciones hacia el borde, y otros rasgos diagnósticos (Hansen y Forsyth 1987).

Es importante notar que algunos de estos modos ocurren en vasijas que de otra manera se considerarían “Chicanel”, lo que le sugirió contemporaneidad de Cascabel Terminal y Paixbancito en su cerámica. Es importante señalar que la presencia de cerámica Chicanel mezclada con la cerámica Protoclásica indica la posibilidad del uso de vasijas anteriores, tal como fue indicado por la presencia de un tecomate del periodo Mamom en un depósito exclusivamente Protoclásico en el chultun (Figura 8).

Figura 5  Rasgos cerámicos de Paixbancito

Figura 6  Ejemplos de Sacluc Negro sobre Naranja

Figura 7  Ejemplos de cuencos sin engobe

Figura 8  Ejemplo de tecomate del periodo Mamom en un depósito del Protoclásico

NAKBE

Forsyth (1993) aprecia que como en otros sitios de las Tierras Bajas Mayas, cerámica clasificada como Protoclásica está presente en Nakbe, pero en muestras excesivamente escasas y raras. Se ha recuperado en contextos mezclados en la superficie de la Estructura 51 (la cual fecha al Preclásico Medio) y en los Grupos Palma 4 y Colonte (chultun; Balcárcel y Stauber 1998). En el Grupo Palma 4 se localizó un chultun con material mezclado (Preclásico Tardío y Clásico), así como una concentración de tiestos sobre el piso interior (pegado al muro) de una habitación doméstica, remodelando una plataforma Kan de filiación Chicanel (Op. 730 A y F).

El contenido cerámico del sub-complejo Ho en Nakbe, es similar al del sub-complejo Paixbancito de El Mirador, aunque el rango de variación es mayor en El Mirador, debido al tamaño de la muestra. Sin embargo, la muestra del chultun de la Operación 730 de Nakbe es importante debido a la preservación de engobe y huesos, y la presencia de bienes exóticos como conchas marinas y obsidiana, las cuales no existieron en las muestras de El Mirador.

GRUPO PALMA 4 (OPERACIÓN 730)

Se localizó un chultun (Operación 730 A) en el Grupo Palma, ubicado al sur del centro cívico del sitio (Figura 9), asociado a material Protoclásico, relacionado a restos de artefactos de concha, herramientas de pedernal unifaciales y bifaciales, obsidiana, fragmentos de estuco con pintura roja, bastante carbón y restos óseos de animales y humanos (Figura 10).

Figura 9  Operación 730A, mapa

Como referencia a grupos residenciales en Nakbe (Figura 11), el Grupo Palma 4 (Balcárcel 1999), presenta distintos componentes arquitectónicos identificados en plataformas, los que corresponden a remodelaciones de residencia y adosamientos asociados al chultun antes mencionado.

En las residencias se definieron tres estadios constructivos, los cuales están colocados sobre pisos; en algunos casos compartiendo un mismo nivel de piso o en su defecto un muro al ser ampliadas. Lo interesante  de este momento constructivo es que comparten el mismo nivel de piso, el cual se desplaza debajo de los muros. Lo que cambia es el material cerámico, ya que empieza a apreciarse soportes mamiformes, tiestos con ángulo “Z”, compartiendo un mismo contexto con cerámica Chicanel.

La Estructura 730 F (Figura 10) es una construcción completamente independiente al este del grupo, compartiendo el mismo nivel de piso que las anteriores estructuras. En su interior sobre el piso se recuperó la mayor muestra de soportes mamiformes y otros tipos diagnósticos para el Protoclásico.

Figura 10   Detalle de chultun, Operación 730A, Nakbe

LA FLORIDA

El pequeño sitio de la Florida se localiza en el suroeste de la Cuenca Mirador. Por medio de un rescate efectuado por el PRIANPEG a inicios del año 2001, mostró cerámica proveniente de un chultun en el centro de la Plaza Oeste, el que se asignó al complejo Tzakol 1 o Clásico Temprano Inicial (Velásquez 2001).

Este dato es hoy relevante, si consideramos que en algunas ocasiones Tzakol 1 se ha considerado como un sub-complejo Protoclásico. Aunque no se apreciaron soportes mamiformes, ni decoración pseudo-Usulután, si se notó pestañas basales, incensarios de tipo Hongo Compuesto y soportes anulares, modos propios del estadio Protoclásico.

APRECIACIONES GENERALES

La cerámica de engobe naranja se adscribe al tipo Iberia (categoría Águila) identificado en Ceibal, pero ejemplos de la categoría Holmul, cuyo origen es Belice (al oriente de la cuenca), es inexistente. En ambas categorías, sus tipos con decoración policroma (Gavilán e Ixcanrio Policromo) son casi indistinguibles, y solo hay presencia de pocos tiestos policromos erosionados.

La decoración pseudo-Usulután es abundante en el tipo Sacluc, el cual al igual que Iberia presenta tetrápodos mamiformes, donde los soportes son pequeños y mal ejecutados. Son también evidentes vasijas con bordes ganchudos y paredes con ángulos “Z”.

Las pestañas basales y los soportes anulares son virtualmente inexistentes o muy escasos; lo que puede deberse a que, al igual que los soportes mamiformes grandes, son modos de la parte tardía del estadio Protoclásico.

Figura 11  Residencias del Grupo Palma 4, Nakbe. Se enfatiza la Operación 730F con depósito del Protoclásico

Nakbe y El Mirador tienen los mismos modos y tipos en sus sub-complejos Paixbancito y Ho; y debieron compartir los mismos recursos de producción cerámica con respecto a la cerámica Protoclásica (Forsyth 1989). Sus similitudes con sitios del centro de Petén son principalmente con Ceibal, en el tipo Iberia, en Picoleros Rojo/Naranja y en Sacluc Negro/Naranja; con otros sitios sus similitudes son básicamente modales en naturaleza.

En El Mirador surgen soportes mamiformes, pseudo-Usulután, goteado y bicromos zonales de rojo y crema, una pasta anaranjada más fina, y una serie de tratamientos de borde y formas de vasijas únicas y complicadas. No corresponde a la definición Protoclásica de Belice: Ixcanrio Policromo, Aguacate Naranja, pestañas basales y ángulos “Z” con soportes mamiformes, los que están ausentes de El Mirador (Demarest 1984).

Los diagnósticos del componente del Preclásico Terminal en El Mirador son anteriores a las colecciones Protoclásicas de Belice, y solo comparten algunas formas de borde, soportes mamiformes y decoración pseudo-Usulután.

COMENTARIOS

Es posible que el uso de los modos y tipos del estadio Protoclásico estaban restringidos al uso de un determinado estrato social de la sociedad Maya, tanto en material de enterramientos como en materiales utilitarios, así como en prácticas y ceremonias rituales. Las vasijas en la mayoría de los casos pertenecen a un contexto ceremonial, es decir como parte de un sub-complejo funerario o ceremonial.

Una apreciación interesante es que muchas veces los rasgos del Protoclásico se encuentran en chultunes, cavidades y cuevas, relacionados a actividades rituales, como se ha apreciado en Topoxte, Naj Tunich, El Mirador y Nakbe;  y en sitios de las Tierras Altas (Kaminaljuyu, La Lagunita, Uspantán, Sajcabaja, etc (Velásquez 1997), lo que sugiere ritos o ceremonias relacionadas al inframundo.

En la cuenca El Mirador, los rasgos existentes del estadio Protoclásico pueden deberse a relaciones con sitios que proporcionan dichas innovaciones cerámicas, incrementándolos a la tradición alfarera local al final de Cascabel.

El periodo Protoclásico en las Tierras Bajas, implica la influencia comercial de la Esfera Miraflores (Demarest 1986), la que abarca del este de El Salvador (Chalchuapa), al centro del Altiplano Central (Kaminaljuyu).

Solamente Altar de Sacrificios, Holmul, Nohmul, Barton Ramie y Hatzcab Ceel presentan un componente considerable de material Salinas o Floral Park, lo que permite apreciar que el oriente de las Tierras Bajas tiene un peso mayor en las interpretaciones de esta etapa cultural.

La distribución aislada no permite una mayor interpretación de los materiales como un componente cronológico y estratigráfico que pueda separarse entre los complejos Cascabel y Acrópolis en El Mirador.

Solamente el basurero de la Operación 32D presenta los rasgos diagnósticos del componente, estando los soportes mamiformes huecos, borde ganchudo, delantal achaflanado en bicromos rojo y crema ausentes de otros basureros, lo que ha sugerido que la ocupación doméstica masiva en El Mirador antecede a tales modos, culminando antes de 100 DC (Demarest 1984).

Hansen (1990), con base en el chultun del complejo El Tigre en El Mirador, sugiere que el hallazgo es propio de un remanente de población durante el abandono del sitio en el Preclásico Tardío. No puede relacionar la construcción de arquitectura mayor al Protoclásico, lo que sugiere una degeneración socio-económica para esa época.

En el Grupo Palma 4 de Nakbe existió una continuidad de ocupación, mientras hay evidencia de un abandono en el resto del sitio. En el Grupo Palma, los tipos cerámicos del Preclásico Terminal están relacionados a los rasgos constructivos presentes.

No se aprecia variación en el sistema de vida, ni en el patrón constructivo. Estando los modos mamiformes sobre el piso, asociados a cerámica de tradición local Chicanel. Lo anterior muestra una ocupación continua y no un abandono o cambio en el asentamiento, ni intrusiones, alteraciones o transformaciones culturales relevantes con relación a lo establecido.

Con base en lo anteriormente expuesto se propone una cronología para el estadio Protoclásico en El Mirador y Nakbe en el norte de la cuenca para el lapso de tiempo comprendido entre 150 y 250 DC en el llamado Protoclásico 1.

De ser ello correcto, los sub-complejos Paixbancito y Ho deben tener una fecha de 100 años anterior a lo establecido, y adscribir el conjunto de rasgos que los identifican al final de los complejos Cascabel y Kan del Preclásico Tardío en su parte terminal (Preclásico Terminal).

El caso de La Florida al sur de la cuenca, donde el material se fechó para Tzakol 1 (250-350 DC), es diferente y puede ser adscrito al componente Protoclásico 2. Su naturaleza puede obedecer a su proximidad a sitios del centro de Petén, como Tikal y Uaxactun, los cuales en tiempos Cauac-Cimi (Preclásico Terminal) adquieren preponderancia, y la cuenca Mirador un descenso de actividad y población, asumiendo quizá un nuevo orden social y político que está estableciéndose alrededor de Tikal y Calakmul.

Con base en la revisión de los datos antes expuestos y de los recuperados para el mismo lapso de tiempo en otros sitios Mayas, podemos considerar que los modos cerámicos identificados como Protoclásicos son algo más que solo cerámica, y que aunque en la Cuenca Mirador son escasos los rasgos de carácter arquitectónico y chultunes asociados a ellos, este no es el caso. Por ejemplo, en Topoxte un sistema de chultunes de carácter ritual está relacionado a cerámica Protoclásica, así como entierros, artefactos y tres construcciones en el centro principal. Asimismo, en Barton Ramie y otros sitios de Belice,  la cerámica Protoclásica se asocia a plataformas y otros rasgos de carácter doméstico bien definidos a niveles estratigráficos.

Excavaciones futuras en la Cuenca Mirador permitirán confirmar, sino una ocupación fuerte del Protoclásico como en el caso de Belice, sí el registro de la cerámica Protoclásica asociada a otros rasgos arquitectónicos. Tal identidad permitirá apreciarlo, sino como un complejo, sí como un sub-complejo del Preclásico Terminal.

REFERENCIAS

Balcárcel, Beatriz

1999        Excavaciones en residencias Preclásicas de Nakbe, Petén. En XII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1998 (editado por J.P. Laporte, H. Escobedo y A.C. de Suasnávar), pp.337-351. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

Balcárcel, Beatriz y Daniel Stauber

1999        Algunos ejemplos en la diversidad de las funciones de chultunes en Nakbe y la Cuenca Mirador, Petén, Guatemala. Ponencia, XIII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

Brady, James

1988        The Archaeology of Naj Tunich Cave. Informe entregado al Instituto de Antropología e Historia de Guatemala, Guatemala.

Brady, James et al.

1998        The Lowland Maya “Protoclassic”. A Reconsideration of Its Nature and Significance. Ancient Mesoamerica 9:17-38.

Dahlin, Bruce et al.

1980        Project Acalches: Reconstructing the Natural and Cultural History of a Seasonal Swamp at Mirador, Guatemala. Preliminary Results. In El Mirador, Peten, Guatemala: An Interim  Report (editado por Ray Matheny), pp.37-57. Papers of the New World Archaeological Foundation, No.45. Brigham Young University.

Demarest, Arthur

1984        La cerámica Preclásica de El Mirador: Resultados preliminares y análisis en curso. Mesoamérica 7:53-92, Centro de Investigaciones Regionales de Mesoamérica, antigua Guatemala.

1986        The Archaeology of Santa Leticia and the Rise of Maya Civilization. Middle American Research Institute, Pub.52. Tulane University, New Orleans.

Forsyth, Donald

1989        The Ceramic of El Mirador, Peten. Guatemala. Paper No.63, New World  Archaeological Foundation. Brigham Young University, Provo.

1993        The Ceramic Sequence at Nakbe, Guatemala. Ancient Mesoamerica 4:31-53.

Hansen, Richard

1990        Excavations in The Tigre Complex, Mirador, Peten. Guatemala. El Mirador Series, Part 3. Papers of the New World Archaeological Foundation. Brigham Young University, Provo.

Hansen, Richard y Donald Forsyth

1987        Late Preclassic Development of Unslipped Pottery in the Maya Lowlands: The Evidence from El Mirador. En Maya Ceramics: Papers from the 1985 Maya Ceramic Conference (editado por P. Rice y R. Sharer), pp.439-468. BAR International Series 345, Oxford.

Matheny, Ray

1980        Preliminary Field Report, El Mirador, 1979 Season. En El Mirador, Peten, Guatemala: An Interim Report (editado por R. Matheny), pp.1-23. Papers of the New World Archaeological Foundation, No.45. Brigham Young University, Provo.

Merwin, R. y G. Vaillant

1932        The Ruins of Holmul, Guatemala. Memoirs of the Peabody Museum of Archaeology and Etnology, Vol 3. Harvard University, Cambridge.

Velásquez, Juan Luis

1997        Prospección arqueológica de la cuenca alta del río Chixoy. La Cerámica. Informe Final presentado al Instituto de Antropología e Historia de Guatemala.

2001        La cerámica de La Florida, Petén. Un análisis preliminar. Ponencia, XV Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

Willey, Gordon

1977        The Rise of Maya Civilization: A Summary View. En The Origins of Maya Civilization (editado por R. Adams), pp.383-423. University of New Mexico Press, Albuquerque.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *