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19 Excavaciones en el área de La Barranca Escondida de Aguateca – Markus Eberl – Simposio 16, Año 2002

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Eberl, Markus

  1. Excavaciones en el área de La Barranca Escondida de Aguateca. En XVI Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2002 (editado por J.P. Laporte, B. Arroyo, H. Escobedo y H. Mejía), pp.187-197. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

19

EXCAVACIONES EN EL ÁREA DE LA

BARRANCA ESCONDIDA DE AGUATECA

Markus Eberl

El descubrimiento de nuevas estelas en el sitio arqueológico de Aguateca llamó la atención a una área del sitio antes casi desconocida. Las investigaciones que fueron realizados en 1999 se enfocaron no sólo en la documentación de las estelas nuevas (Eberl 2000b), sino también en exploraciones arqueológicas del área alrededor de las estelas (“Área de la Barranca Escondida”). El material que salió de las excavaciones fue analizado durante los últimos años. Se presenta aquí los resultados del análisis. Ellos complementan y soportan el análisis epigráfico e iconográfico (especificamente el fechamiento del área), e iluminan además la función y el uso del Área de la Barranca Escondida.

Un reporte de saqueo en el sitio llamó la atención del Proyecto Arqueológico Aguateca al Área de la Barranca Escondida, una área cerca de la Plaza Principal que no fue investigada anteriormente. El área se ubica en la escarpa que limita el epicentro de Aguateca en su lado sur y approximadamente 100 m de distancia de la calzada que atravesa el epicentro (Figura 1). Takeshi Inomata y Erick Ponciano, los directores del Proyecto Arqueológico Aguateca, visitaron el área de investigación en agosto de 1998 y notaron el daño causado allá por los saqueadores. Iniciaron investigaciones más detalladas (la Operación 24) de la misma área durante la temporada de 1999 del Proyecto Arqueológico Aguateca. La Operación 24 se condujo como parte del Proyecto Arqueológico Aguateca con los siguientes objetivos generales:

1.        Levantamiento de un mapa del Área de la Barranca Escondida.

2.        Excavaciones extensivas para obtener datos sobre (a) la función y el uso del área; y (b) la cronología de la misma área.

Para lograr estos objetivos, la Operación 24 fue ejecutada en cuatro sub-operaciones (24A–24D) que cubrieron 69 unidades de 2 × 2 m (véase la retícula en la Figura 2; Eberl 2000a). Las cuatro sub-operaciones representan cuatro áreas en las cuales enfocaron las investigaciones arqueológicas (Figura 2):

1.        El área de las nuevas estelas misma.

2.        La grieta en forma de cueva al oeste de las estelas.

3.        El afloramiento de roca al sur de las estelas.

4.        Los posibles caminos de acceso al Área de la Barranca Escondida.

La sub-operación 24A cubrió el área de las nuevas estelas misma (unidades 1–13), la grieta al oeste del área mencionada (unidades 17 y 18) y la segunda entrada a la grieta (unidades 14–16) con las siguientes metas:

1.        Documentación de los monumentos en el área de las nuevas estelas.

2.        Evaluación del daño causado por los saqueadores y su extensión.

3.        Investigaciones arqueológicas, especialmente: a) la exploración de la grieta próxima al área de las nuevas estelas; y b) la exploración de la segunda entrada a la grieta.

Las primeras dos metas – la documentación de las nuevas estelas y la estimación de la extensión de la depredación –  fueron publicadas anteriormente (Eberl 2000b).

Figura 1  Mapa del epicentro de Aguateca (mapa de T. Inomata)

Figura 2  Mapa del Área de la Barranca Escondida (mapa de T. Inomata)

La sub-operación 24B cubrió el afloramiento de roca al sur de las nuevas estelas (unidades 1–21). El objetivo de esta sub-operación fue esclarecer la relación del afloramiento de roca en el área de las nuevas estelas (especialmente con respecto a su función y su uso; las investigaciones incluyeron excavaciones extensivas y el análisis de la extracción de fosfatos del suelo).

La sub-operación 24C cubrió el área alrededor y al norte de la entrada a la grieta (unidades 1–26) con el objetivo de:

1.        Esclarecer la relación del área excavada con la grieta misma.

2.        Evaluar el posible uso de esta área como posible camino de entrada al Área de la Barranca Escondida sobre el puente natural al noroeste.

3.        Localizar fragmentos de la Estela 18.

La sub-operación 24D cubrió el área a la base de la Estructura M8-34 (unidades 1–4) con el fin de evaluar el posible uso del área como camino de entrada al Área de la Barranca Escondida desde la calzada y el lado sur de la Estructura M8-34.

LA GRIETA

La grieta se ubica al oeste de las cuatro estelas. Tiene una profundidad total de aproximadamente 25 m y una anchura de 2 m. Rocas cubren la grieta y así la transforman en una cueva. No se encontró otra salida que connectara esta grieta con la grieta grande. Se excavó un pozo de sondeo en el interior de la grieta (Operación 24A, unidad 18). El recorrido de la grieta estableció que ésta continua más abajo. Piedras y rocas grandes rellenan la parte inferior de la grieta. El nivel donde se ubicó el pozo de sondeo resultó de la accumulación de suelo (llevado del exterior por la lluvia), y del excremento de murciélagos sobre el relleno de piedras. Por eso no fue posible excavar el pozo de sondeo hasta la roca madre. La sedimentación constante y la lodosa consistencia del suelo oscurecieron la estratigrafía e impedieron la excavación del pozo de sondeo en capas naturales.

El material que fue encontrado incluye una gran cantidad de cerámica bien preservada, y tres vasijas miniaturas completas (dos de ellas en forma de corazón y tienen tapadera). Además, se encontró piedra verde, un pendiente de concha, un disco de hueso y lítica. Dos discos de hueso casi idénticos fueron reportados por Patricia Carot (1989:60) en las cuevas del norte de Alta Verapaz.

Varias líneas de evidencia indican que los Mayas descendieron y condujeron rituales en el interior de la grieta: varios artefactos – como son las vasijas completas con sus tapaderas – fueron encontrados completos, sin indficios de que hubieran sido tiradas desde la entrada de la grieta, como lo sería si fuera un depósito de basura. Además, se encontró manchas de ollín en varias paredes de la grieta.

LA OPERACIÓN 24B

Las exploraciones arqueológicas se extendieron al afloramiento de roca que se ubica al sur de las nuevas estelas. Sus lados restantes están delimitados por la escarpa que tiene una altura de approximadamente 20 m. La superficie del afloramiento mide 12 por 8 m. La excavacion cubrió el área completa de la superficie en 21 unidades (Figura 3). La estratigrafía del afloramiento de roca es simple: una capa delgada de humus cubrió otra de suelo arenoso con mucho piedrín. Todos los artefactos que se presentan adelante fueron encontrados sobre o en los primeros centímetros de esta capa. La segunda capa está sobre rocas más grandes y la roca madre, la cual está inclinada al sur y se descubrió que la capa de suelo arenoso nivela esta inclinación. La distribución de artefactos sobre y en la misma capa apoya la interpretación que se trata de una plataforma artificial. Sin embargo, faltan indicios para una estructura formal sobre la plataforma. Se aplicó el análisis de la extracción de fosfatos del suelo a la superficie del afloramiento, pero no se logró identificar y delimitar posibles áreas de actividades.

La excavación de la plataforma sobre el afloramiento de roca mostró que todos los artefactos procedieron de la superficie o los superiores centímetros de una capa de suelo arenoso. Se excavó toda la superficie de la plataforma para detectar patrones espaciales de los materiales (Figura 3). De las varias categorías de artefactos encontradas se enfocan cuatro: a) cerámica; b) piedra verde; c) piedra de cueva; y d) madera petrificada.

CERÁMICA

En la categoría de cerámica (Figura 3) sobresalen la cabeza de una figurina en forma humana, un disco de cerámica, una vasija miniatura en forma de buho. El material cerámico, por su cercanía a la superficie, está mal preservado y erosionado.

La presencia de varios incensarios llamó la attención a la posible función de esta área. Se encontró un incensario fragmentado, pero completo, del tipo Miseria Aplicado (Figura 3). De otros incensarios se descubrió sólo partes laterales (uno ornamentado con un diseño de petate), o fragmentos modelados de incensarios del tipo Pedregal Modelado. Los incensarios o sus fragmentos fueron encontrados sólo sobre la superficie de la plataforma o al frente del afloramiento de roca. La distribución espacial y el descubrimiento de un incensario in situ apoyan la hipótesis que la plataforma sobre el afloramiento de roca tuvo una función ritual.

Figura 3  Mapa de la Sub-operación 24B (mapa del autor)

PIEDRA VERDE

Las varias piezas de piedra verde o jade que fueron encontradas sobre la plataforma sorprendió por su cantidad: más del 15 por ciento (66 de 434) de toda la piedra verde recuperado durante la primera fase del Proyecto Arqueológico de Aguateca (1996–1999) viene de la Sub-operación 24B. Takeshi Inomata observó que muchas de estas piedras verdes están quebradas; por su dureza supone que fueron quebradas intencionalmente. Se trató posiblemente de un ritual conectado con el uso del área o de un ritual de terminación.

Un descubrimiento excepcional es un fragmento de una placa de piedra verde inscrita. El fragmento mide sólo 14.1 mm por 7.9 mm y muestra parte de un glifo emblema – más probablemente el glifo emblema de Dos Pilas.

PIEDRA DE CUEVA

Más que 20 kilógramos de piedras de cueva (20,214.5 g y 296 fragmentos), fueron encontrados en el Área de la Barranca Escondida (Tabla 1); una gran parte (81 fragmentos [27.4 %] con un peso total de 7,877.5 g [39.0%]) viene de la sub-operación 24B (Figura 4). Ni una sola de las piedras fue trabajada o tiene huellas de uso. La distribución espacial de las diferentes partes de piedras de cueva ayuda posiblemente a ilustrar su posible uso (Moses 2000): la mayoría de los fragmentos de estalactitas o estalagmitas (tallos y ápices) fue encontrada en la sub-operación 24B (41 de 68 fragmentos [60.3 %] con un peso de 6,735.50 g [63.3%]). Fragmentos indeterminados predominan en las otras sub-operaciones.

No se puede explicar la presencia de las piedras de cueva con la cercanía de la plataforma a la grieta: el recorrido del interior de la grieta no produjo ninguna evidenca de piedras de cueva. Por esto es probable que los Mayas trajeron estas piedras de otra(s) cueva(s) en el área de Aguateca. Probablemente formaron parte de rituales conectados al inframundo.

TABLA 1

LAS PIEDRAS DE CUEVA RECUPERADAS DE LA OPERACIÓN 24

Tipoa

Total

24A

24B

24C

24D

núm.

peso (g)

núm.

peso (g)

núm.

peso (g)

núm.

peso (g)

núm.

peso (g)

Tallo

26

2,934.0

4

538.5

19

2,181.0

3

214.5

Ápice

42

7,716.5

16

3,079.0

22

4,554.50

1

67.5

3

15.5

Indet.

228

8,564.0

46

2,539.5

40

1,142.0

46

1,943.0

96

3,939.5

Total

296

20,214.5

66

6,157.0

81

7,877.5

47

2,010.5

102

4,169.5

a. Tipos: 1) tallo de estalactita o estalagmita; 2) ápice de estalactita o estalagmita; 3) indeterminado

MADERA PETRIFICADA

La categoría de artefactos más sorprendente es la madera petrificada. Los geólogos Franz y Valdivia-Manchego, el paleobotánico Litt y el petrólogo Braun, del Instituto de Geología de la Universidad de Bonn en Alemania, analizaron una muestra de este material y concluyeron que se trata de madera fosilizada (Sven-Oliver Franz, comunicación personal 2000).Se encontraron 74 fragmentos de madera fosilizada que pesan casi un kilógramo (998.3 g; Tabla 2; Figura 4). Ocurre exclusivamente en la sub-operación 24B y en unidades de la sub-operación 24A que se ubican immediatemente al frente de la plataforma de la sub-operación 24B. No se conoce en este momento otros ejemplos de madera petrificada, ni de las otras excavaciones en Aguateca, ni de otros sitios en las Tierras Bajas Mayas.

Los ápices de algunos fragmentos tienen huellas de uso: aparecen quemados y ennegrecidos. Pero los fragmentos no fueron trabajados de otra manera formal. La re-agrupación de varias fragmentos mostró que los Mayas obtuvieron la madera petrificada en forma de estacas que se puede manejar fácilmente en una mano. Las huellas de uso sugieren un uso similar a un taladrador. Una pregunta central queda sin respuesta: ¿donde encontraron los antiguos Mayas madera petrificada?

Figura 4  Distribución de cuevas de piedra y madera petrificada en la Sub-operación 24B (la representación está simplificada y no indica niveles o lotes en las unidades; gráfica del autor basada en el mapa de T. Inomata)

DISCUSIÓN

El análisis de los materiales recuperados del Área de la Barranca Escondida rindió evidencia para el uso de esta zona por los Mayas antiguos. En seguida se discute la posible función del área, los materiales re-agrupados y el fechamiento.

FUNCIÓN

Cuando las estelas en el Área de la Barranca Escondida fueron descubiertas, se propuso que se trataba posiblemente de un basurero donde se tiraban las estelas indeseables. Varias líneas de evidencia indican que esta idea inicial es incorrecta. Parece al contrario que el Área de la Barranca Escondida formó un complejo que incluyó no sólo las estelas, sino también la grieta y el afloramiento de roca detrás de las estelas. Al modelo de un basurero se opone: a) que los materiales recuperados son (como la madera petrificada) únicos o no presentes en estas cantidades (como las piedras de cueva y las piedras verdes) en otras partes del sitio de Aguateca; y b) la cerámica difiere parcialmente de la cerámica conocida del epicentro.

La presencia de incensarios, inscripciones y arte monumental hace pensar que la función del Área de la Barranca Escondida fue ritual y probablemente dedicada a rituales de cueva o el inframundo en general. La iconografía de las estelas soporta esta interpretación: el ave cargada por el personaje de la Estela 16 forma parte de un complejo iconográfico conectado a lugares sub-acuáticos y al inframundo (véase por ejemplo K3536, K5082, K5360, K8538; Hellmuth 1987a: Figs.85-88; 1987b:176-179, Figs.355-365E). La Estela 18 muestra un pedernal excéntrico en forma de tridente. Este instrumento aparece en otros monumentos Mayas en conexión con tumbas, y el inframundo – más notablemente en el Altar 5 de Tikal, que muestra dos personajes en el interior de una tumba (otros ejemplos relevantes incluyen las Estelas 30 y 33 de Naranjo, y su aparición en las escenas del sacrificio del niño jaguar en vasijas del estilo Códice; Robicsek y Hales 1981:21–26; Códice Dresden, página 68 parte inferior).

TABLA 2

LOS FRAGMENTOS DE MADERA PETRIFICADA RECUPERADOS

DE LA OPERACIÓN 24

Operación

Número de artefacto

Número fragmentos

Peso (g)

24A-escarpa

#135

8

77.1

24A-12-1-1

#148

1

3

24A-2-1-1

#227

1

3.8

24B-1-1-1

#106

1

5.6

24B-1-2-1

#234

3

39.6

24B-2-2-1

#218

12

128.1

24B-2-2-2

#228

1

0.7

24B-3-1-1

#115

1

17.2

24B-3-2-1

#212

12

51

24B-4-1-1

#123

1

52.8

24B-4-2-1

#202

3

36.5

24B-5-2-1

#240

5

106.2

24B-5-2-1

#265

1

1.4

24B-10-1-1

#138

1

87

24B-10-2-1

#186

5

43.2

24B-12-1-1

#148

1

11.7

24B-13-1-1

#153

6

94.4

24B-13-1-2

#160

1

10.3

24B-13-2-1

#248

6

126.1

24B-13-2-2

#258

2

6.6

24B-16-1-1

#167

1

66.6

24B-18-2-1

#198

1

29.4

Total

74

998.3

MATERIALES RE-AGRUPADOS

La distribución espacial de varios de los materiales encontrados en la sub-operación 24B conforme a patrones distintivos. Se aplicó la metodología del análisis de artefactos líticos al estudio de las piedras de cueva y de la madera petrificada. En el caso de las piedras de cueva fue posible re-agrupar cinco fragmentos (Figura 4: uno de la unidad 10 con uno de la unidad 8 con uno de la unidad 4; dos fragmentos de la unidad 8 se re-agrupan). Los primeros tres fragmentos vienen – interesantemente – no de la misma unidad, pero de unidades al menos a 4 m de distancia (unidades 4, 8, y 10).

La madera petrificada exhibe el mismo patrón: se re-agrupó 18 de los 74 fragmentos, quiere decir 24%. La mayoría de los fragmentos re-agrupados no vienen de la misma unidad pero exhiben una dispersión sobre casi toda la superficie de la plataforma (Figura 4). En el caso más extremo se re-agrupan seis fragmentos de tres unidades (dos de la unidad 2, uno de la unidad 4 y tres de la unidad 5). Los fragmentos re-agrupados muestran que los Mayas manejaron la madera petrificada como estacas.

Faltan los procesos posteriores al depósito – como es el agua que corre – que podrían explicar este patrón de distribución. Por el contrario, la distribución dispersa indica que las piezas originales fueron quebradas y dispersas intencionalmente. Antes fue mencionado que algunas piedras verdes muestran el mismo fenómeno. Dos modelos pueden explicarlo: la quebradura y dispersión intencional resultó del uso regular del Área de la Barranca Escondida (quizá como parte de rituales de cueva) o de un ritual de terminación. La falta de una estratigrafía más peofunda que hiciera posible diferenciar entre diferentes periodos de uso, impide tomar una decisión entre estas dos explicaciones alternativas.

FECHAMIENTO

Una de las sorpresas del análisis de las nuevas estelas refiere a las fechas: los textos glíficos y los estilos iconográficos indican que dos de las cuatro estelas son anteriores al siglo VIII (es difícil precisar la fecha de las dos restantes estelas; Eberl 2000b; Figura 5). El análisis de la cerámica recuperada del Área de la Barranca Escondida complementa las fechas obtenidas anteriormente.

La Estela 15 fecha probablemente alrededor del año 500 DC, es decir, al Clásico Temprano. La cerámica que encontramos en el Área de la Barranca Escondida – como Dos Arroyos Polícromo –  apoya la hipótesis que el uso de esta área empezó en el Clásico Temprano.

El uso continúa en el Clásico Tardío: varios tiestos muestran las formas típicas de cerámicas Tepeu 1; eso implica un uso del área durante el Clásico Tardío temprano. La cerámica del Área de la Barranca Escondida difiere en este aspecto considerablemente de la cerámica del epicentro de Aguateca. La última corresponde a Tepeu 2 o del pleno Clásico Tardío.

No se encontró durante las excavaciones en el Área de la Barranca Escondida un contexto que había clarificado la relación estratigráfica y cronológica entre la cerámica Tepeu 1 y Tepeu 2. El esclarecimiento de esta relación ayudaría a entender el cambio político que occurrió en este tiempo: la transición de poder de la dinastía de Tamarindito y Arroyo de Piedra a la dinastía de Dos Pilas durante el siglo VII (Eberl 2000b).

La evidencia disponible indica que el Área de la Barranca Escondida fue usada primeramente en el Clásico Temprano. Su uso continúa en el Clásico Tardío. La Estela 18 y la piedra verde inscrita con el glifo emblema de Dos Pilas muestran que el Área de la Barranca Escondida permaneció en uso cuando Dos Pilas llegó a la región Petexbatun en el siglo VII.

CONCLUSIÓN

La evidencia arqueológica que se presentó antes complementa el análisis epigráfico e iconográfico del Área de la Barranca Escondida y permite elaborar el uso y la función de esta área. Se proponga que tuvo una función ritual y que sus varios componentes – las estelas, la grieta tapada y el afloramiento de roca detrás de las estelas –  formaron un conjunto integrado que fue dedicado a rituales de cueva o, en forma más general, a rituales del inframundo. Varios aspectos llaman la atención a esta área del sitio de Aguateca:

1.        Varios materiales – especialmente la madera petrificada – no sólo son únicos para Aguateca sino para las Tierras Bajas en general; todavía faltan investigar la procedencia de estos materiales y el uso por los antiguos Mayas.

2.        El uso del Área de la Barranca Escondida inicia en el Clásico Temprano y antefecha así la ocupación principal de Aguateca – hasta el momento la única área de Aguateca que muestra este fenómeno. Sin embargo, el uso del área continúa en el Clásico Tardío.

Figura 5  Distribución temporal de las estelas del Área de la Barranca Escondida (gráfica del autor)

Las investigaciones futuras enfocarán en el aspecto temprano del Clásico Tardío. El descubrimiento de un nuevo sitio al sur de Aguateca (Montenegro 2002), ayudará a esclarecer este periodo. El sitio nuevo recibió – por su cercanía a un nacimiento – el nombre Yo’lejeb’aal, que significa en Q’eqchi’ “nacimiento”. El análisis preliminar de la cerámica y la arquitectura de este sitio mostró muchas formas Tepeu 1, así como semejanzas con la arquitectura de Tamarindito.

AGRADECIMIENTOS

Al Proyecto Arqueológico Aguateca, especialmente a Takeshi Inomata y Kazuo Aoyama por su apoyo en el análisis del material encontrado en la operación 24.

REFERENCIAS

Carot, Patricia

1989        Arqueología de las cuevas del norte de Alta Verapaz. Cuadernos de Estudios Guatemaltecos 1, Centre d’Études Mexicaines et Centraméricaines, México.

Eberl, Markus

2000a        Rescate y excavaciones en el área de las nuevas estelas: Operación 24. En Informe del Proyecto Arqueológico Aguateca: La temporada de campo 1999 (editado por Erick Ponciano, Takeshi Inomata y Daniela Triadan), pp.68–80. Instituto de Antropología e Historia de Guatemala. Guatemala.

2000b        Descubrimiento de nuevas estelas en Aguateca, Petexbatun. En XIII Simposio de Arqueología Guatemalteca, 1999 (editado por J.P. Laporte, H. Escobedo, A.C. de Suasnávar y B. Arroyo), pp.531-543. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

Hellmuth, Nicholas

1987a        The Surface of the Underwaterworld: Iconography of the Gods of Early Classic Maya Art in Peten, Guatemala. Foundation for Latin American Anthropological Research, Culver City.

1987b        Monster und Menschen in der Maya-Kunst. Akademische Druck-und Verlagsanstat, Graz.

Montenegro, Gustavo Adolfo

2002        En Sayaxche, Petén: Ciudad de Piedra Cruda. Prensa Libre, Revista Domingo, Número 1099, 30 de junio de 2002, pp.8-11.

Moses, Holley

2000        The Cave as Cosmogram: Function and Meaning of Maya Speleothem Use. En The Sacred and the Profane. Architecture and Identity in the Southern Maya Lowlands (editado por Pierre Robert Colas, Kai Delvendahl, Markus Kuhnert y Annette Schubart), pp.137-148. Acta Americana 10. Verlag Anton Saurwein, Markt Schwaben.

Robicsek, Francis y Donald M. Hales

1981        The Maya Book of the Dead: The Ceramic Codex. University of Oklahoma, Norman.

 

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