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05 Rasgos culturales comunes entre Kaminaljuyu y Amatitlán – Guillermo Mata Amado – Simposio 13, Año 1999

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Mata Amado, Guillermo

2000        Rasgos culturales comunes entre Kaminaljuyu y Amatitlán. En XIII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1999 (editado por J.P. Laporte, H. Escobedo, B. Arroyo y A.C. de Suasnávar), pp.66-78. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).

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RASGOS CULTURALES COMUNES ENTRE

KAMINALJUYU Y AMATITLÁN

Guillermo Mata Amado

Entre la gran metrópolis de Kaminaljuyu y la región alrededor del lago de Amatitlán existieron varios asentamientos importantes y de diferentes categorías (Figura 1a; Shook 1952). Desdichadamente en la mayoría de ellos únicamente se efectúo un estudio superficial del lugar. Algunos ejemplos incluyen Contreras, Amatitlán, Zarzal, Taltic, Mexicanos y otros. Varios de ellos ya no existen o están en vías de desaparecer debido al aumento de la población hacia el sur de la capital de Guatemala, además de haber sido absorbidos por la construcción de grandes fábricas, colonias, micro-colonias, asentamientos y gran cantidad de invasiones de tierras en esa área. Ninguno de estos lugares ha escapado del saqueo sistemático. Aún se puede llevar a cabo un plan de emergencia para poder estudiar lo que queda de Mexicanos, Contreras y San Juan Amatitlán, que son los más cercanos al lago y que todavía pueden ser investigados.

Esta ponencia trata de demostrar la relación que debió existir entre estos poblados con Kaminaljuyu, por medio del estudio y comparación de los objetos recuperados del fondo del lago de Amatitlán, que indudablemente provinieron de algunas de estas poblaciones cercanas al lago y que tienen similitud con los hallazgos de Kaminaljuyu. Este tema ya ha sido tratado por algunos autores. Posiblemente los que más ampliamente han investigado esta relación fueron Sanders y Michels (1977) quienes sitúan el lago a 18.5 km al sur-suroeste de la Acrópolis y Palangana de Kaminaljuyu. La relación comercial propuesta por los autores antes mencionados debió ser muy intensa ya que aún hoy en día se encuentran las canteras de columnas basálticas y las canteras de piedra laja. La piedra pómez que se usó en las últimas etapas de las construcciones de Kaminaljuyu, deben haber provenido también del lago y del río Villalobos. La sal que se encontraba en cantidades comerciales en los dos sitios ya reportados por Andrews (1983), llamados Lavaderos y El Salitre, debieron ser muy importantes. La corteza del árbol de amatle de donde se origina el nombre de este lago probablemente fue comercializada para la elaboración de papel y otros usos.

El tul, muy abundante en todas las orillas del lago, debió servir para que los pobladores de los asentamientos cercanos elaboraran petates, esteras y otros objetos, o pudo ser llevado en fardos para ser trabajados en Kaminaljuyu. No se descarta la posibilidad que en un principio pudieran haberlo obtenido del lago Miraflores, el cual se secó, o de la pequeña laguna de El Naranjo. Los alimentos como frutas, vegetales, legumbres, pescados, jutes y crustáceos en su mayoría, también deben haber provenido de este lugar. Los pocos ejemplos de mercurio reportados por Kidder et al. (1946) encontrados en Kaminaljuyu y los encontrados en vasijas en el fondo del lago de Amatitlán, posiblemente provienen del mismo lugar, ya que en esa área existen muchos afloramientos de escapes de gases sulfurosos. En las orillas y en el fondo de algunas áreas también se observan estos gases y hay salidas de corrientes de agua a altas temperaturas, pudiendo llegar hasta los 100° Celsius. Esto posiblemente está relacionado con la presencia del volcán de Pacaya a pocos kilómetros del lago y su constante actividad.

A continuación se describen algunos objetos encontrados en el sitio arqueológico de La Chulada y el fondo del lago de Amatitlán, los cuales guardan estrecha similitud con artefactos reportados en Kaminaljuyu. El sitio La Chulada (Mata y Rubio 1982) no aparece en los mapas arqueológicos de Guatemala, pero fue visitado en la década de los 70 por el arqueólogo Stephan Borhegyi y el autor de esta ponencia. Los propietarios de una pollera llamada La Chulada nos mostraron piezas del Preclásico Tardío y el Clásico Temprano. El arqueólogo Lee A. Parsons menciona a La Chulada en el cuadro cronológico que se incluyó en la contratapa posterior de sus dos volúmenes sobre Bilbao (Parsons 1967, 1969). En este resumen de la cronología arqueológica de diferentes regiones de Guatemala, Parsons coloca La Chulada antes que Contreras, usualmente considerado como el sitio más antiguo que se tenía reportado en el área de Amatitlán (Shook 1952).

La pieza con más influencia del arte y estilo de Kaminaljuyu que se ha encontrado en las cercanías de este sitio es un monumento de piedra en forma de silueta, referido aquí como Monumento 1 de La Chulada (Figura 1b).

EL MONUMENTO 1 DE LA CHULADA

El monumento es tridimensional, pero solo está trabajado en el frente y parte de los laterales, la parte posterior es completamente lisa. Una parte de aproximadamente 20 cm no se pudo medir, ya que se encuentra colocada en una base de cemento cubierta de madera para soportar la escultura. La altura total es de 1.43 m, por 43 cm en su base y 41 cm en la parte superior, con un grosor variable entre 10 cm en la base, 15 cm en el medio y 8 cm en la parte superior.

La escultura consiste en una base cuadrangular que mide 41 cm de largo por 20 cm de alto, con una moldura en el contorno y decorada con diseños mixtos de líneas rectas y curvas que no se pueden apreciar bien. Sobre esta base, en su centro hay una columna de 54 cm de alto por 14.5 cm de ancho, con diseños en bajo relieve difíciles de definir. Del lado izquierdo de la columna hay un personaje parado de frente. Su brazo izquierdo descansa sobre la cintura, mientras que el derecho no se aprecia con claridad. Lleva en el cuello un collar, con dos adornos circulares por lado y lo que parece ser una placa en el centro. La cara está lastimada y no se aprecia bien, tiene orejeras de tipo circular y un tocado semicircular con decoraciones rectas hacia arriba. Se aprecia una falda y a pesar que la figura está en forma frontal, las piernas se orientan hacia la columna en una vista lateral con la pierna izquierda bien definida. Si recordamos casi todos los monumentos del área de Kaminaljuyu siempre tienen los pies en vista lateral uno delante del otro. Entre la figura y la columna queda un espacio que sigue el contorno del cuerpo del personaje. El ancho de la figura es de 16.2 cm.

En el lado derecho tiene otro personaje arrodillado con un brazo pobremente definido apoyado en la columna. La cabeza está inclinada hacia arriba. Se nota la orejera circular del lado izquierdo, el pelo largo hacia atrás y lo que parece ser una cinta que desciende abajo del pelo. La parte que correspondiente a la cara está dañada, por lo que no se puede apreciar. Sobre la cabeza lleva una voluta curvilínea. En la cintura hay una línea que sugiere un cinturón. Por la posición de la pierna derecha, se nota que está arrodillado y que lleva una especie de pantalón decorado. El ancho de esta figura es de 18 cm, y queda un pequeño espacio entre la cintura del personaje y la columna. Al llegar a la altura donde terminan los personajes, el monumento continúa con una rueda no perfectamente circular, que mide 34 cm de altura y 31.5 cm de ancho. Tiene un contorno que delimita la rueda dejando en el centro un agujero circular de 9 cm de diámetro promedio, decorado en su parte anterior con motivos curvilíneos poco claros. A cada lado hay una protuberancia en forma cuadrangular con decoraciones distintas. La del lado izquierdo es levemente mayor.

La circunferencia continúa hacia arriba con una banda que se dobla en forma trapezoidal, que también lleva moldura en el borde. El ángulo superior izquierdo está fracturado. La separación de las dos extensiones es de 7.2 cm, promedio de ancho por 13.5 cm de alto. Además tiene a cada lado una aleta con decoraciones que parecen representar plumas orientadas hacia abajo. Nuevamente, la del lado izquierdo es más grande. Esta parte mide 40.5 cm de alto por 45 cm de ancho incluyendo dos aletas laterales. La cara anterior está decorada con diseños parecidos a los demás de líneas curvas entrelazadas en bajo relieve.

Si comparamos este monumento con la Escultura de Silueta 2 de Kaminaljuyu (Figura 1c; Parsons 1986: fig.164; también ilustrado en Piezas Maestras Mayas, 1996:92), encontraremos parecidos en cuanto la presencia de la columna central, que termina en una rueda con un agujero en el centro y la terminación superior aunque de diferentes proporciones, además las decoraciones del círculo y las prolongaciones superiores tienen diseños parecidos. Existen otros monumentos y fragmentos de siluetas que se pueden agrupar en este estilo, reportados e ilustrados en Parsons (1986: figuras.165 a 168), Kidder et al. (1946:103); Easby y Scott (1971: fig.62); Miller (1996: fig.43), Mayer (1995), y Mata (1996). Esto enseña que existen suficientes monumentos para poder hacer un estudio completo sobre estas importantes piezas y tratar de determinar su uso y homogeneizar el nombre que se les debe designar.

Al hacer construcciones, los antiguos dueños de La Chulada también recuperaron algunas piezas similares a las de Kaminaljuyu, de las cuales únicamente mencionaremos e ilustraremos una (Figura 1d). Se trata de una vasija de esquisto clorítico con reborde medial, sin soportes, parecida a la reportada por Shook y Kidder (1952:108-109, figs.48a y 77d). En su reborde tiene diseños lineales.

PIEZAS RESCATADAS DEL FONDO DEL LAGO

Varios autores han reportado anteriormente los hallazgos subacuáticos en el lago de Amatitlán (Borhegyi 1958, 1959; Mata 1964, 1974, 1996, 1997, 1998). Del fondo del lago frente a la zona de Contreras (Mata 1997) se han recobrado muchas piezas relacionadas con Kaminaljuyu. De los sitios que se encuentran en las márgenes del lago, es aquí donde se han encontrado más evidencias de los periodos Preclásico Tardío y Clásico Temprano. Como se puede apreciar en las Figuras 2a y b, se pueden apreciar cuellos de ollas iguales a los reportados por Kidder et al. (1946: fig.189a, b). Entre los ejemplos más sobresalientes se puede mencionar la pieza de la Figura 2c, que representa la mitad de un pequeño vaso de muscovita, variedad verde de la fucsita, bellamente trabajado, similar a los reportados por Shook y Kidder (1952:111 y figs.79a y b). Un sello cilíndrico con diseños curvilíneos (Mata 1973), parecido al reportado en Kaminaljuyu por Kidder et al. (1946:214, figs.92b, 187n, o). También se asemejan a los reportados por Ohi (1994:307). Además se encontraron dos fragmentos de esculturas piedras hongo de base rectangular, que tienen gran relación con los reportados por Ohi (1994).

En el área subacuática de Mexicanos (Mata 1964) es de donde se recobró mayor cantidad de piezas con gran calidad artística. Casi todas las piezas se pueden colocar en el periodo Clásico, pero hay muestras desde el Clásico Temprano hasta el Tardío. Posiblemente lo más importante de este sitio, por ser único hasta la fecha, es un espejo circular (Figura 3a) de 18 cm de diámetro con circunferencia casi perfecta, por lo que puede suponerse que los artesanos que lo elaboraron debieron de haber usado un instrumento similar al compás. Tiene un grosor uniforme de 8 mm, que corresponden a 4 mm de pirita en la cara anterior y otros 4 mm de pizarra que forman el respaldo. El espejo es de una sola pieza, y no está formada por mosaicos como los encontrados en Kaminaljuyu y otros sitios, lo que lo convierte en un ejemplar único. La pirita de hierro que corresponde a la parte anterior del espejo está muy pulida y cuando se encontró, las imágenes se reflejaban perfectamente. Se puede especular que se conservó en esta óptima condición por encontrarse en un lodo caliente y sulfuroso del fondo del lago. En todo el borde exterior de la cara anterior presenta un bisel de 2mm. En la parte superior, a 1 cm del margen exterior presenta dos pequeños agujeros separados 1.5 cm uno del otro, y en la parte inferior, en la misma posición, otros dos agujeros a 1.2 cm del margen exterior con las mismas características y alineación, posiblemente para sostenerlo en la posición en que se usó. Otro asombroso detalle es que la parte anterior que corresponde a la parte de pirita en su tercio medio superior y en el centro a 1.5 cm del margen y a 4 mm debajo de los agujeros antes descritos, presenta una incrustación circular de 2 cm de diámetro del mismo material, posiblemente hecha para corregir algún defecto en la superficie. Esta incrustación se puede desprender presionándola desde la parte posterior donde existe un agujero para este propósito. El ajuste es perfecto, por lo que es difícil observar esta inclusión.

Esta pieza fue donada al Museo Nacional de Arqueología y Etnología de Guatemala, donde se puede admirar en las salas de exhibición. No obstante, al no estar en un micro ambiente favorable, mucha de la calidad de reflejar las imágenes se ha deteriorado. Tanto Coe (1988), como Schele y Miller (1986), destacan la importancia de los espejos en el ritual mortuorio prehispánico, por lo que considero que esta ofrenda a los dioses del lago debió ser muy importante.

Además se recuperaron otros fragmentos de pirita y pizarra, que deben haber formado un espejo de varias piezas, pues todos sus bordes están dispuestos en línea recta menos el borde externo, que es curvo y biselado. Además hay respaldos circulares hechos únicamente de pizarra. Para Kaminaljuyu, Kidder et al. (1946:126) mencionan placas incrustadas de pirita, en las cuales la pirita estuvo adherida a la pizarra. Los ejemplares encontrados en Mexicanos no llevan ningún pegamento. Parece ser que los lapidarios utilizaron para elaborar estos espejos piezas que contenían ambos materiales como resultado de procesos naturales. La pizarra es un mineral sedimentario y sobre ella se depositó la pirita que es un mineral terciario, formando una unidad integrada naturalmente. Los expertos lapidarios fueron trabajando hasta adelgazarlo a los 8 mm deseados. Para dar una idea de la importancia y lo difícil que debió ser producir estas piezas de arte, se cita lo expresado por Kidder et al. (1946:131): «Nada de lo producido en América aborigen es comparable a la maestría y trabajo meticuloso en estas placas. Es imposible adivinar el número de horas que debieron haberse invertido en la elaboración de las mismas». Por tanto, se agotan los calificativos para poder expresar con justicia la calidad de esta maravillosa pieza y lo difícil de conseguir el material en que se elaboró.

Otro hallazgo poco común fue el mercurio encontrado en Kaminaljuyu, reportado por Kidder et al. (1946:144-5). Este material también se encontró en dos ocasiones (Borhegyi 1958) en el sitio subacuático de Mexicanos. En cuanto a los grandes cilindros amatitlanecos (Mata 1996) se han recuperado cerca de treinta ejemplares. Muchos autores opinan que la parte superior que termina en tres picos se usó como soporte de vasijas de incensarios (Borhegyi 1951a, 1951b; Kidder et al. 1946; Popenoe de Hatch 1997:164, figs.160 y 161, lámina 2f), quienes los sitúan en el Clásico Temprano.

En Mexicanos también se han encontrado piezas de cerámica conocidas como «candeleros», comunes en Teotihuacan (Kidder et al. 1946:216, fig.93; Popenoe de Hatch 1997:107, fig.103a). Además, también existe más de un centenar de tapaderas de incensarios del tipo embudo invertido que se componen de la campana y la chimenea la cual puede ser de muy variados diseños y altura (Figura 3b). Estas son iguales a las reportadas por Kidder et al. (1946:212-214, figs.90 y 201f, j). Otros ejemplos incluyen vasijas Esperanza Flesh con soporte anular, iguales a los reportados en Kidder et al. (1946: fig.180).

De Zarzal (Mata 1998), situado en la parte del lago más próxima a Kaminaljuyu, se han recuperado varios ejemplares como los descritos por Kidder et al. (1946: figs.202b, d), encontrados en la parte superior de la estructura B-4 de Kaminaljuyu (Figura 4a). En el sitio subacuático de Amatitlán, que queda cercana al sitio del mismo nombre, se recuperaron incensarios similares a ejemplos de Kaminaljuyu (Figura 4a; Kidder et al. 1946: fig.202a), así como cientos de apastes de dos orejas (Figura 4c), iguales a los reportados por los mismos autores (Kidder et al. 1946: fig.200g, h; Ohi 1994, pp.168, fig.291).

Existen muchos más ejemplos dignos de efectuar un estudio minucioso y completo para que quede demostrado que existió una gran interrelación socio-cultural y económica entre Kaminaljuyu y los pequeños pueblos cercanos a las orillas del lago de Amatitlán. Después de efectuar ritos religiosos especiales arrojaban los objetos utilizados a las aguas del lago y por esta acción se preservaron en mejor estado que los que fueron enterrados.

REFERENCIAS

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Figura 1a Mapa de la relación entre Kaminaljuyu y Amatitlán

Figura 1b a) Monumento en Silueta 1, La Chulada; c) Monumento en Silueta 2, Kaminaljuyu; d) vasija de

esquisto clorítico, La Chulada

Figura 2a Piezas provenientes del fondo del lago cercano al sitio Contreras

Figura 2b Piezas provenientes del fondo del lago cercano al sitio Contreras

Figura 2c Piezas provenientes del fondo del lago cercano al sitio Contreras

Figura 3a Piezas provenientes del fondo del lago cercano al sitio Mexicanos

Figura 3b Piezas provenientes del fondo del lago cercano al sitio Mexicanos

Figura 4a Pieza proveniente del fondo del lago cercano al sitio Zarzal

Figura 4b Piezas provenientes del fondo del lago cercano al sitio Amatitlán

Figura 4c Piezas provenientes del fondo del lago cercano al sitio Amatitlán

 

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