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29 El Montículo de la Culebra: Monumento fachada de la arqueología del valle de Guatemala – Gustavo Martínez Hidalgo y Tania Cabrera – Simposio 12, Año 1998

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Martínez Hidalgo, Gustavo y Tania Cabrera

1999        El Montículo de la Culebra: Monumento fachada de la arqueología del valle de Guatemala. En XII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1998 (editado por J.P. Laporte y H.L. Escobedo), pp.427-433. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

29

EL MONTÍCULO DE LA CULEBRA:

MONUMENTO FACHADA DE LA ARQUEOLOGÍA

DEL VALLE DE GUATEMALA

Gustavo Martínez Hidalgo

Tania Cabrera

El presente trabajo persigue investigar la situación actual del doble monumento del Montículo de La Culebra y el Acueducto de Pinula, ambos declarados monumentos históricos en 1966 y ratificados en 1970. Estos remanentes arqueo-históricos son asociados a la ocupación del valle de Guatemala, desde la época prehispánica y colonial, hasta la realidad actual de la nueva Guatemala de la Asunción.

Uno de los objetivos del proyecto es actualizar el conocimiento del Patrimonio Cultural para entender el impacto del crecimiento urbano en el mismo. Siendo este fenómeno un proceso que avanza progresivamente, constituyéndose en un problema inevitable. Es necesario entonces, tomar las medidas pertinentes para rescatar la información del Gran Montículo de la Culebra, la obra arquitectónica prehispánica más grande de Mesoamérica y el Acueducto de Pinula, una de las primeras obras de arquitectura hidráulica realizadas luego del traslado de la nueva capital.

Rara vez se localizan monumentos nacionales de diferentas épocas compartiendo el mismo espacio o que un monumento prehispánico se use en la construcción de un monumento colonial. Y rara vez una investigación puede tener la oportunidad de observar esta «simbiosis cultural» que debe conservarse como caso único de integración entre el mundo prehispánico y colonial en una realidad actual. Por esto las investigaciones pretenden rescatar y conservar los vestigios prehispánicos y coloniales localizados en la actual ciudad capital y que están amenazados por su fuerte impacto urbano.

Dentro de estos aspectos se quiere proponer un esquema de investigación para poder entender el Montículo de la Culebra y el Acueducto de Pinula como patrimonio cultural, ya que como un bien inmueble está afecto a leyes, así como al mal manejo de su área cultural, de destrucción irreversible, de impacto urbanístico que desde los últimos 50 años lo ha convertido en una obra arquitectónica de uso en la ciudad de Guatemala. Es decir, que mantiene su status de montículo prehispánico, pero a la vez está utilizado ya sea como barrera visual, como área verde, como parte de vías vehiculares, como límite de propiedades de tierra, como límite de ambientes urbanos, etc.

Entonces, el doble monumento está siendo utilizando como una fachada arquitectónica en la nueva Guatemala de la Asunción. Así el montículo ha tenido varias funciones a través del tiempo. En cada periodo o etapa de su historia se le ha dado una cierta función, misma que le ha permito sobrevivir en forma mínima dentro del paisaje urbano de la capital.

La propuesta que se expone, sin pretender dividir la historia de este bien cultural, es la siguiente:

1.        Etapa prehispánica, en este caso ligada solamente al Montículo de la Culebra, no así al Acueducto que es colonial.

2.        Etapa colonial, sobresaliendo la construcción del Acueducto de Pinula, pero con participación activa del Montículo de la Culebra, pues sobre él se construyó el mismo.

3.        Etapa actual, donde sobresale su destrucción sistemática y la falta de acciones para frenar su destrucción.

ETAPA PREHISPÁNICA

El primero que se refirió con importancia al Montículo de la Culebra fue Fuentes y Guzmán en 1690, quien hizo un análisis de los posibles constructores y de la función del mismo, mencionando que sus constructores eran anteriores a los Kaqchikel (Fuentes y Guzmán 1932). Curiosamente, estas observaciones fueron hechas 100 años antes que se construyera el acueducto colonial y el montículo estaba sólo, sin la compañía del Acueducto.

Casi dos siglos y medio después, Batres Jáuregui (1915) menciona al montículo como la tortuosa lomilla que parece culebra caminando. Estas observaciones las retoman los hermanos Villacorta nuevamente en sus notas en las últimas décadas de este siglo (Villacorta y Villacorta 1927).

Para conocer la función y temporalidad del montículo recurrimos a datos arqueológicos relevantes, las cuales han surgido de los diferentes proyectos de rescate o salvamento, que en su mayoría las ha realizado el Instituto de Antropología e Historia, por medio del Departamento de Monumentos Prehispánicos.

Entre estos datos se observa con cierta certeza que el montículo funcionó como un sistema hidráulico, el cual corría a través de un canal hecho de lajas de piedra. También sabemos que los materiales de construcción fueron en su gran mayoría barro y arenas mezcladas, técnica tradicional y característica de Kaminaljuyu y sus sitios periféricos (Martínez 1994b).

También en algunos lugares se encontraron formaciones escalonadas que integran estructuras dentro del montículo, con funciones paralelas al del sistema hidráulico, posiblemente para desarrollar un sistema administrativo. Así también, los periodos de funcionalidad del montículo tienen un rango desde el Preclásico Medio hasta el Clásico Tardío, con diversos grados de auge en su ocupación (Martínez 1998; Suyuc 1998).

Además de excavar sobre y dentro del Acueducto de Pinula y registrar brevemente su relación con el Montículo de la Culebra, se logró realizar un perfil de un enorme corte estratigráfico, aproximadamente la mitad del montículo en su fachada norte. Se pudo observar un alto grado constructivo, compuesto por un complejo patrón de estratos. En las investigaciones del doble monumento, el perfil estratigráfico del Acueducto es repetido sobradamente en todos los proyectos, no así el perfil del monumento prehispánico, por lo que estos datos son de lo más relevante de los últimos años de investigación de la estructura prehispánica (Figura 1; Martínez 1998).

Se puede observar que la construcción se localiza sobre el talpetate natural. Seguidamente, aparece directamente sobre el mismo una mezcla delgada de barro café oscuro, arena y pómez fuertemente compactada, material de uso general en la arqueología del valle de Guatemala. Podemos proponer que se trata de la primera etapa constructiva del montículo. Este relleno se fundió luego de realizar una nivelación sobre el talpetate natural, dejando una especie de canal o canales con posibilidades de ser parte de un patrón hidráulico siguiendo los antecedentes del montículo. Así la función del mismo en el ámbito hidráulico empieza a tener relevancia desde el Preclásico Medio, debido a que materiales obtenidos del relleno constructivo fecharon para este periodo (Martínez 1998).

Sobre este relleno se fundió un compuesto de barro café claro con fuerte presencia de pómez y arena en menor cantidad. Aunque posiblemente sólo sea un relleno de nivelación de una ocupación posterior, su fechamiento es para el Preclásico Medio, aunque materiales del mismo son muy escasos. Sobre este relleno se fundió otro de similar composición que la primera etapa constructiva. Podemos proponer que se trata de la segunda etapa constructiva la cual usó de base la nivelación anterior. Es apreciable que existen dos cuerpos escalonados en esta etapa constructiva, similares a otros mencionados en otras secciones del montículo. Los materiales que se obtuvieron de la limpieza del perfil mostraron que este relleno está fechado para el Preclásico Medio, tal vez para la fase Providencia (Martínez 1998).

Sobre este relleno se construyó la parte más compleja del montículo. Se fundió la tercera etapa constructiva, compuesta de un gran relleno de barro café oscuro con mucha arena y pómez, siendo una especie de núcleo constructivo con rellenos intermedios horizontales de barro fuertemente compactados. Las bandas se presentan en todo el núcleo, propiciando que el relleno tienda a concentrarse y mantener el volumen que se formó con estos materiales. En su fachada norte, este núcleo presenta tres rellenos que lo cubren y lo aíslan del exterior. Los dos primeros aparecen en la base del núcleo y están formados por rellenos de arena, pómez y barro en menor cantidad, para lograr la compactación (Martínez 1998).

Sobre estas dos amalgamas, se localiza un tercer relleno compuesto de grumos de barro café, barro gris y talpetate conjuntados con arena, pómez y barro. Este relleno penetra dentro del centro constructivo y aparentemente está funcionando como relleno estructural para mantener amarrados los rellenos frontales al centro constructivo. Este núcleo sostiene un relleno de talpetate amarillo con grumos de barro café, de manera similar que muchos montículos ceremoniales del centro urbano de Kaminaljuyu (Martínez 1994a, b). Se le ha relacionado como un relleno estructural que tiende a llevar cargas verticales al centro constructivo, logrando estabilidad. Esto puede deberse a que la parte superior del montículo está relacionada con obras de infraestructura, las cuales forzarían por peso a propiciar cargas verticales que el relleno de talpetate concentraría para llevarlas como una sola fuerza al núcleo. Los materiales cerámicos provenientes de estos rellenos que conforman la tercera etapa constructiva se fechan para el Preclásico Tardío.

Finalmente, la cuarta etapa constructiva compuesta del relleno constructivo que cubrió totalmente la tercera etapa constructiva. Puede ser la última remodelación del montículo, el cual en apariencia no cambió de función. Sobre este relleno parece localizarse un último relleno constructivo pero está muy destruido y por el momento no se puede decir con certeza que es un relleno ocupacional (Martínez 1998).

En cuanto al Acueducto de Pinula, el mismo aparece asociado a un relleno intrusivo que cortó la base de la fachada norte del Montículo de la Culebra. Este relleno puede ser producto de una excavación colonial para introducir bajo tierra el acueducto, utilizando la misma tierra excavada para el relleno posterior. Esta tierra corresponde a los rellenos constructivos del montículo, por lo que su fechamiento es incierto ya que presenta materiales prehispánicos mezclados temporalmente con materiales coloniales y uno que otro material moderno. A su vez, en el perfil se pueden observar las paredes de ladrillo y argamasa, así como la bóveda misma compuesta de un arco de ladrillos y el cimiento del acueducto compuesto de piedra grande y argamasa. Finalmente, hacia el norte del perfil, seguido del acueducto, aparece una serie de rellenos compuestos de tierra café gris con ripio constructivo asociados con trabajos modernos.

Con este perfil se comprueba que el montículo tiene distintas etapas constructivas y que tiene una evolución arquitectónica, desde el Preclásico Medio, siendo su auge constructivo durante el Preclásico Tardío (Martínez 1998).

Figura 1 Acueducto del Montículo de La Culebra

ETAPA COLONIAL

Por otro lado, tenemos la historia del asentamiento de la nueva ciudad en el valle de la Virgen, la cual refleja las condiciones en que se vieron algunos factores para las nuevas construcciones sobre los restos del gran sitio de Kaminaljuyu y sus sitios periféricos.

En 1776 se celebra el primer cabildo en el valle de la Ermita. En esta fecha se consumó el definitivo traslado al nuevo asentamiento. Dentro de las obras de ingeniería dignas de tomarse en cuenta y ligadas a la traslación de la ciudad, son los acueductos para introducir el agua a la nueva urbe. El primero de estos acueductos es el llamado de Pinula, construido en base de ladrillo y que gran parte de él corre sobre un enorme montículo llamado La Culebra, que le dio nombre a cierta parte del valle, denominado el Llano de la Culebra (Navarrete y Luján 1986).

Tanto el acueducto como el montículo tienen aproximadamente 5 km de extensión y el encargado de su construcción fue José Bernardo Ramírez, quien terminó esta obra en 1786 (Luján 1972). Este arquitecto aprovechó el montículo para construir el Acueducto de Pinula, haciéndolo cabalgar sobre su lomo, lo que creó belleza y aumento el valor cultural del mismo.

Por otra parte, Ramírez pudo observar y deducir que el caudal de los ríos que abastecían el acueducto era suficiente para poder abastecer de agua potable al nuevo ayuntamiento. Llama la atención que este arquitecto realizó una serie de investigaciones de campo, las cuales fueron desde recorridos al Llano de la Culebra, de Pinula sus alrededores, hasta hacer anotaciones de su vegetación, fauna y clima, así como de sus regímenes de lluvia. Esto para poder realizar una prospección futura acerca de los posibles abastos para la nueva capital.

De acuerdo a los datos arqueológicos rescatados de los diversos informes que se han realizado hasta el momento, sabemos que el Acueducto de Pinula comienza en lo que se conoce como planta de tratamiento El Cambray, localizada en la periferia de la ciudad de Guatemala, muy cerca la población de Santa Catarina Pinula.

Por otra parte, se conoce que para poderle dar velocidad al agua que se transportaba por medio del sistema hidráulico, se necesitó hacer variantes de altura, sobre el nivel del montículo y el suelo, así como diversos movimientos de dirección, para que el agua tomara la velocidad y cantidad necesaria. Es por eso que el acueducto en algunas partes aparece sobre el montículo y en otras abajo o fuera del mismo, especialmente en su fachada norte (Martínez 1998).

A esto se suman las diferentes cajas desarenadoras que funcionaban para poder eliminar con cierto grado de certeza los sedimentos naturales del agua. Por otro lado y acerca de la técnica constructiva, se puede decir que bajo sus arcos majestuosos se pueden observar los cimientos de las grandes columnas, las cuales están construidas con grandes bloques de talpetate, piedra y argamasa, que le da solidez y altura a los arcos y contrafuertes.

Dentro de la pequeña bóveda que conforma el acueducto corría el agua y algunas veces aparecen tubos de cerámica o de loza que sacaban el agua hacia algunos sectores, similares a los que se pueden observar en la Antigua Guatemala o en otros sistemas hidráulicos contemporáneos (Martínez 1998).

Para finalizar, se sabe que el último tramo del acueducto corría desde las áreas próximas a la finca La Aurora hacia el norte, donde se encontraba asentada la nueva capital. Este tramo ha sido totalmente destruido por factores de urbanización de la capital de Guatemala, principalmente cuando el acueducto dejó de tener una vida útil (Navarrete y Luján 1986). A pesar de que existen muchos datos más, los datos presentados demuestran la importancia de dividir la investigación del doble monumento en una etapa colonial.

ETAPA ACTUAL

Tanto el Montículo de la Culebra como el Acueducto de Pinula han podido sobrevivir el recorrer de los tiempos, aunque sea una sobrevivencia cada día menor. Se puede observar hoy día, que ambos monumentos han sido destruidos por diversas razones, la principal el desarrollo urbanístico mal planificado y notablemente mal legalizado. Sin embargo, se pueden observar dos grandes tramos o divisiones, las cuales por magnitud de destrucción se pueden subdividir en un alto grado o menor grado de impacto (Figura 2).

Figura 2 La Culebra y sección de la ciudad de Guatemala

LOS DE MENOR GRADO

Está compuesto por una gran fracción del montículo que corre hacia el oeste, desde el Obelisco hasta el monumento de Tecun Uman en el parque La Aurora. Esta sección está compuesta por tres tramos, en donde el primer tramo está dentro de una propiedad privada que corre desde el Obelisco hasta la avenida Hincapié. En esta parte, es un límite de tierras privadas con públicas, en donde la casa de habitación ha mantenido el montículo, adaptándolo como una fachada arquitectónica, colocándole puertas, ventanas, cerca eléctrica para ladrones, etc. En algunas partes se le han hecho trabajos de restauración sin lineamientos científicos, pero que han permitido conservar el montículo. En otras partes, se ha dejado a su suerte al acueducto y se presenta en pésimas condiciones, inclusive es un peligro para peatones y automóviles.

El segundo tramo está asociado a una base militar y al aeropuerto La Aurora, funcionando en este caso como barrera para aislar las actividades militares y del tráfico aéreo. En el caso del destacamento, le han colocado al montículo piezas de artillería, talanqueras, garitas y soldados que cuidan. En el aeropuerto aparecen soldados, garitas y la respectiva señalización y luces de protección de la pista de aterrizaje. Además, funciona como una cortina para romper el viento a los aviones y como barrera auditiva para aislar el ruido de los aviones de los sectores de tráfico y de servicio de la zona 9.

También en su fachada norte, se construyó un pequeño parque asociado al monumento de Bernal Díaz del Castillo. Se puede observar que existe jardinización con flores y grama, piletas con agua y el doble Monumento usado como fondo escénico del monumento moderno y de las vías vehiculares cercanas. Estos son usos arquitectónicos y ambientales que ha adaptado el montículo a la vida cotidiana de la ciudad de Guatemala.

El tercer tramo corresponde al Parque Zoológico La Aurora. En este sector se puede observar con mayor facilidad el gran volumen del montículo y su forma característica, la cual está contaminada en sus rellenos constructivos. Existe un pequeño parque en su base, donde personas indigentes llegan a ingerir licor o ha realizar la «química», como ellos dicen. Cabe mencionar que la parte que está directamente dentro del parque La Aurora, está totalmente destruida (donde está actualmente el serpentario del zoológico), quedando solamente la fachada norte que lo aísla del Boulevard Liberación. En todo este tramo, el Acueducto de Pinula está sobre el lomo del montículo y solamente donde se localizan las entradas de las calles aparece sobre sus arcos. Es usado en este caso, como paso de vehículos y elemento ornamental de las avenidas de este sector de la capital. En esta sección, el acueducto cuenta con la mayor parte de arcos, entre ellos los más altos con sus contrafuertes deteriorados cerca de las entradas de las avenidas. También se cuentan tres cajas desarenadoras en mal estado de conservación.

LOS DE MAYOR GRADO

El segundo gran tramo o sección, es lo que corresponde del Obelisco hacia el este o sea para la planta El Cambray. Es la parte de la Culebra que se localiza en las zonas 10 y 14, donde el montículo funciona como límite zonal. En esta parte, especialmente desde la 14 avenida de la zona 14, se puede observar una gran destrucción por la desordenada explosión constructiva y comercial. Han afectado al montículo por un lado, las antiguas viviendas que conformaban lo que era el Cantón 21 de la zona 14 y por el otro, las grandes zonas residenciales que confluyen en el mismo sector.

Se observa que aún en la actualidad, el montículo se asocia a una diferenciación social por ser límite zonal donde se puede mencionar la famosa y muy adinerada cañada, separada de barrios pobres y viejos amenazados por el crecimiento comercial y habitacional de la ciudad. Se puede caracterizar que la fachada norte se encuentra asociada a las casas pobres, mientras que en la fachada sur corresponde a zonas residenciales bien urbanizadas. Tanto unas como las otras, han destruido de igual manera el monumento histórico. Tanto en una sección como en la otra, se observan casas habitacionales particulares, urbes residenciales, negocios de diferente status social, que van desde una tienda de barrio o colonia, hasta grandes tiendas de muebles o del buen vestir. También existen clínicas médicas, estacionamientos, las instalaciones de Canal 11, remodelaciones para la jardinización de nuevos edificios residenciales y locales de oficinas y últimamente, los mega-mercados. Sin embargo, es en el tramo que corre de la 14 avenida de la zona 14 hacia el este, donde se han efectuado la mayor parte de investigaciones arqueológicas de rescate o salvamento de esta sección; se puede rescatar la mayor parte de información para ampliar las explicaciones formales a nivel prehispánico y colonial del doble monumento. Es la zona más destruida del montículo, casi ha desaparecido su fachada sur y grandes tramos han sufrido destrucción total hasta sus cimientos. Es aquí donde se puede dar una nueva caracterización al doble monumento por su irreversible destrucción y es aquella donde sólo se presenta como una función, siendo fachada o máscara arquitectónica que le ha dado el control de poder dar más valor a la tierra.

Como conclusión de este breve análisis, podemos decir que las tres etapas en las que se propone dividir la historia del doble monumento como patrimonio cultural, están bien definidas por los hallazgos presentados en este artículo, en donde sobresalen las distintas funciones modernas asignadas al montículo. Estas han propiciado su conservación o su destrucción en una vida llena de antropología, historia y arqueología que rodea al doble monumento La Culebra-Acueducto de Pinula.

REFERENCIAS

Batres Jáuregui, Antonio

1915        La América Central ante la Historia. Imprenta Marroquín Hermanos, Guatemala.

Fuentes y Guzmán, Francisco de

1932        Recordación Florida. Sociedad de Geografía e Historia, Biblioteca Goathemala, Vol.1. Tipografía Nacional, Guatemala.

Luján Muñoz, Luis

1972        Síntesis de la arquitectura en Guatemala. Colección Cuadernos Universitarios, Editorial Universitaria, USAC, Guatemala.

Martínez Hidalgo, Gustavo

1994a        Kaminaljuyu: el Montículo A-IV-2 como un contexto histórico. Tesis de Licenciatura, Área de Arqueología, Escuela de Historia, Universidad de San Carlos de Guatemala, Guatemala.

1994b        Kaminaljuyu: algunas características arquitectónicas del Preclásico Medio. Apuntes Arqueológicos 4 (1):37-42. Área de Arqueología, Escuela de Historia, USAC, Guatemala.

1998        Informe Final de Campo Temporada 1997: Extensión La Culebra Pinula. Archivo de la Escuela de Historia, Universidad de San Carlos de Guatemala, Guatemala.

Navarrete, Carlos y Luis Luján Muñoz

1986        El Gran Montículo de la Culebra en el Valle de Guatemala. UNAM, México y Academia de Geografía e Historia de Guatemala, Serie Antropológica, No.71. Guatemala.

Suyuc, Edgar

1998        Informe Final del Proyecto de Rescate Fincas Pacheco. Informe entregado al DEMOPRE, Instituto de Antropología e Historia, Guatemala.

Villacorta, J. Antonio y Carlos A. Villacorta

1927        Arqueología Guatemalteca . Tipografía Nacional, Guatemala.

 

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