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08 Investigaciones preliminares en varios sitios entre Nakbe y Wakna, Petén, Guatemala – Donald W. Forsyth, Bruce Bachand y Clint Helton – Simposio 11, Año 1997

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Forsyth, Donald W., Bruce Bachand y Clint Helton

1998        Investigaciones preliminares en varios sitios entre Nakbe y Wakna, Petén, Guatemala. En XI Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1997 (editado por J.P. Laporte y H. Escobedo), pp.88-103. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).

8

INVESTIGACIONES PRELIMINARES EN VARIOS SITIOS

ENTRE NAKBE Y WAKNA, PETÉN, GUATEMALA

Donald W. Forsyth

Bruce Bachand

Clint Helton

Nota de la edición:        plática presentada en el X Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1996

En 1995, Hansen (1995) definió la Cuenca de El Mirador (Figura 1) como una zona en el Petén nor-central que consiste de «una región botánica, cultural y geográficamente distinta de otras regiones de Petén [que representa] una circunscripción natural y cultural insólita en las Tierras Bajas Mayas». La cuenca contiene zonas extensas de bajos o pantanos estacionales separados por cadenas pequeñas de sierras (Figura 2). Hansen añadió que fue precisamente en la Cuenca de El Mirador en donde se desarrollaron manifestaciones de sistemas socio-políticos de una complejidad antes inesperada en la época Preclásica. Sitios como El Mirador, Nakbe, Wakna (antes conocido como Güiro) y Tintal estaban entre los sitios más grandes del área Maya durante este periodo (Figura 3). La meta principal de las investigaciones de PRIANPEG ha sido la documentación de tal desarrollo, tanto como la dilucidación del proceso de cambio cultural que permitió y alentó tal crecimiento.

Sin embargo, con la posible excepción de Tintal, todos estos sitios fueron abandonados al fin del Preclásico. Solamente en el periodo Clásico Tardío, después de casi un abandono de varios siglos, hay evidencias de reocupación del área. Debido al énfasis dirigido a entender el proceso de desarrollo, aparentemente tan explosivo en el Preclásico en la región y el subsecuente colapso de este sistema socio-político, así como la escala descomunal de dicho florecimiento, las investigaciones en la Cuenca, principalmente en El Mirador y Nakbe, han sido lo inverso de la estrategia generalmente empleada en las investigaciones en las Tierras Bajas Mayas, donde las mismas generalmente se enfocan más a los restos del Clásico, dada la escala y abundancia de ellos. Por eso, nuestro entendimiento de la naturaleza y extensión de la ocupación del Clásico Tardío en la Cuenca de El Mirador es impreciso. No obstante, tenemos suficientes datos para plantear la hipótesis que esta ocupación presentó rasgos culturales bien distintos, tanto en comparación a la ocupación Preclásica, como también a otra zonas contemporáneas (Hansen s.f.).

Muchas de las manifestaciones arqueológicas que generalmente asociamos con el periodo Clásico y particularmente el Clásico Tardío, son escasas o están ausentes en la Cuenca. Por ejemplo, las pirámides grandes coronadas con templos, así como los palacios extensos, tan característicos del Preclásico en la zona y del Clásico Tardío en otras regiones, casi no se encuentran en la Cuenca de El Mirador. De la misma forma, la erección de estelas, la colocación de dinteles tallados y otras formas de escultura de piedra casi no se evidenció aquí. Algunas cuantas estelas no talladas se encontraron en El Mirador y parece que solamente en Naachtun, en la margen de la Cuenca, llegó el culto de las estelas a manifestarse en una forma importante (Ruppert y Denison 1943). Ese patrón, tan estrechamente ligado al culto a los reyes y otros nobles y tan difundido por la Tierras Bajas Mayas en el Clásico Tardío, parece no manifestarse en la Cuenca de El Mirador, a pesar de una población sustancial durante esa época. Dada la escasez de escultura y estelas, no se extraña que tampoco se haya encontrado evidencias de inscripciones o fechas jeroglíficas. Los únicos textos encontrados hasta la fecha aparecen en la cerámica policromada, principalmente en la forma de la Secuencia Primaria Estándar. Lo mismo se puede decir de los juegos de pelota, a pesar de su presencia en el Preclásico.

Se podría concluir de esto que la Cuenca de El Mirador fue una zona rural durante el Clásico Tardío, colonizada solamente por campesinos u otras gentes humildes en las márgenes de los reinos o cacicazgos más centralizados. Sin embargo, hay evidencias de una organización social más compleja e indicios de un estado económico más elevado que se esperaría en una zona poblada solamente por campesinos. En primer lugar, la falta de construcción a la misma escala del Preclásico, o el Clásico Tardío en otras regiones, no quiere decir que las estructuras de la población en la Cuenca carecen de elaboración. Al contrario, tanto en los grandes centros del Preclásico como El Mirador, Nakbe, Wakna y otros, así como esparcidos entre éstos, los habitantes construyeron edificios y conjuntos pequeños y medianos de piedra labrada, muchas veces abovedadas. Los pisos son generalmente bien hechos y las paredes estucadas. Su conformación y contenido señala una función residencial y doméstica. Estos edificios y su distribución sugieren una situación económica, una organización productiva y compleja y un nivel de vida más allá de humildes campesinos ocupados casi enteramente en la horticultura y la subsistencia local. Además, la Cuenca de El Mirador fue el centro de producción y distribución de la cerámica de tipo Códice, evidenciando una especialización que incluyó a artesanos y escribas excepcionales (Hansen 1995: C-3). Esta cerámica sugiere que algunos de los habitantes tenían un status relativamente alto, debido a que las inscripciones en algunas de estas vasijas incluyen, después de la Secuencia Primaria Estándar, títulos generalmente asociados con la élite (Figura 4; López y Fahsen 1994; Hansen et al. 1991).

Todo eso sugiere que la Cuenca de El Mirador fue una zona en la periferia de los reinos más centralizados del Clásico Tardío. No obstante, con la excepción de La Muerta, un sitio de este periodo localizado aproximadamente 6 km al sur de El Mirador (Hansen s.f.), casi no hay investigaciones de estos sitios fuera de los grandes centros.

Desde 1989, con el inicio de PRIANPEG, los integrantes del Proyecto, al pasar por ellos durante la caminata de entrada y salida a Nakbe, se dieron cuenta que existían un número amplio de sitios arqueológicos pequeños (por lo menos, en relación a los grandes sitios como El Mirador o Nakbe), con indicios de pertenecer al Clásico Tardío. Sin embargo, la necesidad de emprender las investigaciones en Nakbe no permitió la posibilidad de examinarlos en una forma más que superficial. Además, debido al hecho de que la Cuenca de El Mirador es una zona casi sin población, no existía ninguna manera de precisar la ubicación de tales lugares con referencia a un mapa por falta de mojones identificables. Lo que sí podíamos notar fue que todos estos sitios habían sido el blanco de una depredación extensa, por lo menos en los edificios observables desde el camino.

Dada esta situación, se decidió llevar a cabo en la temporada de campo de 1996, el hacer un mapa, el reconocimiento y la recolección de las trincheras de depredación en algunos de estos sitios tardíos que yacían entre los sitios de Zacatal, al oeste de Nakbe y la aguada que se llama Güiro. Las metas principales de las investigaciones fueron: 1) precisar la ubicación de los mismos relativo a los centros y a las zonas ambientales mayores; 2) establecer su tamaño y hacer un mapa de los mismos; 3) determinar el grado de depredación y 4) recolectar los artefactos y otros datos que se presentaron como resultado de la depredación. Originalmente también intentamos hacer una brecha desde Nakbe a Wakna, pasando ésta por los sitios levantados a fin de vincularlos al mapa maestro de la zona. Desafortunadamente, no fue posible hacerlo y esta meta tendrá que esperar la terminación del mapa en Nakbe y nuestro traslado a Wakna en una temporada futura. Sin embargo, el proyecto de 1996 logró un mapa completo o parcial de cinco sitios tardíos que se extienden por las zonas de tierras elevadas entre Nakbe y Güiro.

El levantamiento de los planos o mapas se hizo utilizando una brújula K&E montada en un trípode y las distancias calculadas con un medidor electrónico de distancia Sonin 250. En los planos, las cotas en negro indican el contorno de los edificios. Las cotas más ligeras de elevación son solamente aproximadas. Las elevaciones señaladas por números (+1.23) fueron hechas utilizando un clinómetro y el medidor Sonin, así calculando la diferencia de elevación en metros por trigonometría.

ZACATAL

El sitio Zacatal yace 6 km al oeste de Nakbe más o menos 300 m al sureste de la aguada del mismo nombre. El grupo principal consiste de seis estructuras organizadas alrededor de plazas (Figura 5). Debido a la falta de tiempo, no fue posible investigar toda la zona cerca a la aguada. Pero se sabe que hay otros montículos esparcidos por la selva. Uno de ellos se encuentra aproximadamente 200 m al noroeste del grupo principal cerca al crucero entre los caminos de Güiro y Nakbe. Aparentemente hay otros montículos al norte de la aguada también, pero estos no fueron investigados.

La Estructura 1 consiste en tres edificios en forma de L y es la más grande de esta parte del sitio. El edificio al sur tiene más o menos 8 m de altura arriba de la plaza al oeste, mientras los otros dos tienen 6 ó 7 m de altura. Las trincheras de depredación demuestran claramente que esta estructura tuvo muros de piedra tallada en su exterior. El edifico norte también presentó evidencia de por lo menos tres tumbas construidas con bóvedas, una con estuco en las paredes. No había indicaciones del contenido de estas tumbas saqueadas en los escombros de las trincheras, al menos en la superficie. Sin embargo, se supone en base a su ubicación en la estructura mayor del conjunto y de la construcción formal de las mismas, que los difuntos eran personas de alto rango. Los restos de otros entierros encontrados en otras estructuras no evidenciaron tumbas formales. Un total de 15 trincheras de saqueo se encontraron en la Estructura 1. Solamente algunas de estas trincheras produjeron restos cerámicos u otros artefactos. Con la excepción de la Trinchera 4, toda la cerámica recuperada de las trincheras perteneció al Clásico Tardío en tipos ya bien conocidos en la región. La Trinchera 4, al contrario, contenía muchos fragmentos de varias vasijas con pestañas basales que pertenecen al Clásico Temprano. Dos de las trincheras, 5 y 13, se comunicaron por medio de un túnel, así atravesando el Edificio 3 de la estructura.

Las otras estructuras eran de menos altura que la 1, variando entre 1 m y 1.75 m. Estas también mostraron evidencia de saqueo y los depredadores abandonaron una cantidad de vasijas enteras o rotas en las trincheras porque eran de tipos sin valor económico en el mercado ilícito. La mayoría de las vasijas eran de los tipos comunes encontrados en tales contextos, como Tinaja Rojo, Infierno Negro y Carmelita Inciso, todos pertenecientes al Clásico Tardío en la Cuenca de El Mirador. No obstante, también encontramos un ejemplo de una vasija pseudo-gris fino con un fondo doble. Un chultun desplomado también formó parte del conjunto (Figura 5). Todos los sitios encontrados en el reconocimiento presentaron evidencia de al menos un chultun, pero todavía no podemos precisar la función de ellos. Solo cabe decir que son comunes en la región.

Zacatal parece ser uno de los más grandes sitios en la zona entre los grandes centros. Sin duda, esto se debe a su ubicación cerca a la aguada y la zona de bajo alrededor de ella. Pues, el fondo de turba sugiere que la aguada ha sido un lugar pantanoso por varios milenios.

SITIO 104

Sitio 104 (Figura 6) se encuentra en una pequeña sierra alargada localizada al suroeste de un gran bajo que separa 104 de la tierra de matorrales en que Zacatal se ubica. Por contraste a los otros sitios encontrados en el reconocimiento, el Sitio 104 tiene un patrón de asentamiento casi lineal, siguiendo la conformación de la sierra, sobre la cual yace, por una distancia de más de medio kilómetro. Otra diferencia es que hay concentraciones de edificios y de conjuntos en algunas zonas del sitio y otras zonas que no parecen tener arquitectura u otros elementos visibles. 104 es también insólito porque los habitantes utilizaron los cerros naturales, que forman parte de la sierra, para construir estructuras. Esto probablemente se debe a la naturaleza accidentada de la sierra. Uno de los grandes cerros parece presentar evidencia de haber sido tallado de la roca madre en la forma de una pirámide escalonada. Dado que las investigaciones se limitaron al mapa y rescate, no fue posible investigar esta posibilidad en una manera más amplia. Pero encima de este gran cerro, posiblemente esculpido, se encontró un gran conjunto de edificios.

Otro rasgo encontrado en 104 y que se repite en los otros sitios del reconocimiento, son las depresiones artificiales. Estas varían en cuanto a su diámetro entre 5 y 10 m y pueden alcanzar más de 3 ó 4 m de profundidad. Se supone que estas depresiones son el remanente de canteras. Al menos, hay claras evidencias del uso de tales elementos como canteras en Nakbe (Woods y Titmus 1996). Debido a la falta de tiempo, no fue posible completar el mapa de la zona norte del sitio y se sabe que existen otros montículos que no aparecen en el mapa. Pero solamente en la zona mapeada encontramos más de 100 trincheras de depredación. La gran mayoría del material arqueológico recobrado de las trincheras es la cerámica. Aunque no se ha revisado toda la colección, todo parece indicar una ocupación del Clásico Tardío.

SITIO 103

Las estructuras más al sur de Sitio 104 se encuentran cerca a una ladera que desciende a otro bajo menos ancho que el mencionado entre Zacatal y 104. Al atravesar este bajo al suroeste de 104 y llegar a una sierra mucho más pequeña que la anterior, se encuentra otro sitio a la orilla este de la sierra. Designado Sitio 103 (Figura 7), consiste de seis estructuras de varios tamaños entre 1.50 y 4 m de altura. Cuatro de ellas conforman una plaza rectangular. A diferencia de Sitio 104, 103 tiene una forma compacta. Según las evidencias discernibles en las trincheras de saqueo, de las cuales hay 28, las fachadas de los edificios del Sitio 103 también se construyeron con piedras labradas en la forma ordinaria durante el Clásico Tardío en la región. La cerámica de las trincheras corresponde al mismo periodo.

SITIO 102

En la orilla oeste de la misma sierra en que yace Sitio 103, hay un pequeño grupo habitacional de cinco estructuras rodeando una plaza central (Figura 8). Hay un chultun más o menos en el centro de la plaza. Las estructuras son bajas, la más alta de 1.4 m. Todas, menos Estructura 5, fueron sujetas a la depredación. La cerámica recuperada de las trincheras de saqueo, a excepción de un tiesto de Sierra Rojo, pertenecía al Clásico Tardío. En cuanto a su ubicación, Sitio 102 es un reflejo casi exacto del Sitio 103 en que se sitúa a la par de un bajo, 102 ocupa la margen oeste y 103 el extremo este de la sierra.

SITIO 101

Al cruzar un bajo pequeño al suroeste de 102 y subir un cerro que se localiza más o menos 500 m al sur, hay otro grupo habitacional. Consiste al menos de seis estructuras, de las cuales solamente cinco se mapearon (Figura 9). Un poco más al sur el cerro desaparece otra vez en un bajo, de modo que Sitio 101 ocupa una pequeña elevación entre dos bajos, o quizás dos brazos del mismo. El grupo también tiene un chultun y una depresión que probablemente fue la cantera para el ripio y piedra labrada utilizados en la construcción. Encontramos 12 trincheras de depredación; todas proporcionaron cerámica del Clásico Tardío.

CONCLUSIONES

El reconocimiento de sitios en el camino entre Zacatal y Güiro presenta varias conclusiones acerca del patrón de asentamiento del Clásico Tardío en la zona. Pero se debe tomar en cuenta que no tratamos de llevar a cabo un examen sistemático de la zona entre las dos aguadas de modo que puede ser que haya otros sitios o grupos esparcidos por el monte. Sin embargo, de acuerdo con los datos registrados en nuestro estudio se puede notar claramente el vínculo estrecho que existe entre la localización de los sitios y los bajos. Todos ellos se localizan al costado del límite entre tierras elevadas y los bajos; es decir, en un área de transición entre dos comunidades ecológicas adyacentes que se llaman «ecotonos» (Figura 10). Que este patrón no es solamente una función de la necesidad o lo atractivo de construir en tierra más alta y no en los bajos, se evidencia por la tendencia de los sitios de estar asentados en las márgenes de los cerros o sierras. Se desprende de esto que los habitantes de los grupos seleccionaron los «ecotonos» para sus asentamientos, probablemente porque eso facilitó el acceso a los recursos de las dos comunidades. Hansen (1995) ha sugerido en base de datos del Cival Madre al sur de Nakbe, que es factible que los bajos eran antiguamente sibales, comunidades ecológicas de grandes extensiones de zacatal y suelos más fértiles. Si este planteamiento es correcto, entonces los bajos de hoy representarían un efecto post-ocupacional debido al deterioro del medio ambiente, quizá como resultado del mal uso de la tierra por los pobladores Mayas. Todavía no tenemos datos suficientes para comprobar esta teoría, ni en Nakbe, ni tampoco en la zona del reconocimiento. Pero la asociación estrecha entre los bajos y los sitios no contradice esta posibilidad.

Aunque analizamos los grupos y conjuntos como si fueran sitios distintos, es factible que formen una sola comunidad cultural localizada en un paisaje accidentado. Esto podría dar la apariencia de localidades distintas porque las zonas pantanosas que se intercalan con los cerros carecen de ocupación. Sin investigar y mapear una zona más amplia, no podemos precisar con exactitud las relaciones entre los grupos. Pero cabe señalar que aun en los grandes centros, la ocupación del Clásico Tardío parece tener un patrón de asentamiento disperso, sin claras relaciones entre los grupos, en vez del patrón más centralizado y denso del Preclásico. Es decir, este sitio (o sitios) tiene un aspecto rural, tal como los asentamientos en El Mirador y Nakbe; pero al mismo tiempo, la calidad de las estructuras y la inversión de labor en su construcción sugieren una población relativamente acomodada y no un asentamiento de chozas del campesinado. Es posible que tales pobladores también habitaran en los sitios, aunque no encontramos evidencia de ellos. Pero realmente no tenemos suficientes datos en ninguno de los sitios para determinar el grado de jerarquización social que existía en esta época en la Cuenca de El Mirador. Solamente podemos aseverar que, en las zonas investigadas hasta la fecha, no se ha presentado evidencia de altos jerarcas, tal como los hemos visto en tantos otros sitios de las Tierras Bajas.

En ninguno de los grupos mapeados, a excepción de Zacatal, donde existían indicios de entierros o escondites del Clásico Temprano, se encontró evidencia de una ocupación anterior al Clásico Tardío. No se puede asegurar de que no hubo tal ocupación más temprana en base de investigaciones de restos de superficie. Pero al parecer, todos los grupos representan una ocupación única que corresponde a la época Tepeu 1-2. Aun en Zacatal, la mayoría de la construcción y los entierros parecen pertenecer al Clásico Tardío.

REFERENCIAS

Hansen, Richard D.

1995        Early Polity Formation, Adaptive Settlement Response, and the Epistemology of Apocalyse: Final Research and Lab Analyses at Nakbe, Guatemala. Proyecto propuesto a The National Science Foundation.

s.f.        Explorations at La Muerta, A Late Classic Settlement Near El Mirador, Petén, Guatemala. Papers of the New World Archaeological Foundation, Brigham Young University, Provo. Manuscrito en preparación.

Hansen, Richard D., Ronald L. Bishop y Federico Fahsen

1991        Notes on Maya Codex-Style Ceramics from Nakbe, Petén, Guatemala. Ancient Mesoamerica 2:225-243.

López, Roberto Francisco y Federico Fahsen

1994        Nuevas Referencias sobre Cerámica Códice en Contexto Arqueológico en Nakbe. En VII Simposio Arqueológico de Guatemala,1993 (editado por J.P. Laporte, H.L. Escobedo):69-80. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

Ruppert, Karl y J.H. Denison, Jr.

1943        Archaeological Reconnaissance in Campeche, Quintana Roo and Petén. Carnegie Institution of Washington, Pub.543. Washington, D.C.

Woods, James y Gene Titmus

1996        Las Antiguas Canteras De Piedra Caliza En Nakbe, Guatemala. Ponencia, X Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1996. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

Figura 1

Figura 2

Figura 3

Figura 4

Figura 5

Figura 6

Figura 7

Figura 8

Figura 9

Figura 10

 

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