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40 El proceso evolutivo del centro de El Salvador: Su secuencia de ocupación y relaciones – Juan Luis Velásquez y Bernard Hermes – Simposio 9, Año 1995

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Velásquez, Juan Luis y Bernard Hermes

1996        El proceso evolutivo del centro de El Salvador: Su secuencia de ocupación y relaciones. En IX Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1995 (editado por J.P. Laporte y H. Escobedo), pp.554-583. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).

40

EL PROCESO EVOLUTIVO DEL CENTRO DE EL SALVADOR:

SU SECUENCIA DE OCUPACIÓN Y RELACIONES

Juan Luis Velásquez

Bernard Hermes

Durante los años 1993 y 1994, el Proyecto de Rescate Arqueológico Cumbres de Cuscatlán (P.A.C.C.) efectuó excavaciones y trabajo de gabinete en el centro de El Salvador, en las inmediaciones de la ciudad Antiguo Cuscatlán, contigua a San Salvador (Mapa 1); como un proyecto de rescate arqueológico de la Dirección General del Patrimonio Cultural y con el apoyo económico de la empresa urbanizadora Cumbres de Cuscatlán, S.A. de C.V., en un área de aproximadamente 850,000 m².

En tal lugar se ha considerado la existencia de la ciudad de Cuscatlán visitada por el conquistador Pedro de Alvarado, la ocupación confirmada además de pertenecer al Postclásico incluye material de los periodos Preclásico y Clásico evidenciando en conjunto fuertes relaciones con el área Maya a lo largo de la secuencia de ocupación en tiempos prehispánicos.

Evidencias de patrón de asentamiento, arquitectura, lítica y cerámica son presentadas mostrando una secuencia lógica de ocupación, la cual comprende de tiempos Preclásicos a nuestros días.

ANTECEDENTES

Amaroli (1986) realizó un extenso reconocimiento en una zona que incluye el área trabajada y reporta diversos vestigios culturales que fueron fechados para los periodos Clásico Tardío y Postclásico Tardío o Protohistórico.

Excavaciones en el área aledaña de Madre Selva fueron llevadas cabo por personal del Departamento de Arqueología de la Dirección del Patrimonio Cultural, habiendo sido recuperada información importante sobre poblaciones de los periodos Clásico Tardío y Postclásico, entre las que se incluyen dos grupos de edificios (Amaroli 1993; Amaroli, Hermes y Velásquez 1994).

Las excavaciones se efectuaron al sur de Antiguo Cuscatlán entre los meses de abril de 1993 a mayo de 1994 en un área ubicada dentro de una zona cafetalera entre los 855 y 880 m SNM. El proyecto surgió como una respuesta a la necesidad de investigar la existencia de vestigios arqueológicos en terrenos que estarían sujetos a urbanización.

Fueron excavadas 330 unidades de sondeo, abarcando un área de más de 1100 m², los que representan poco más del 0.3% del área total (Mapa 2).

LA SECUENCIA DE OCUPACIÓN

PRECLASICO MEDIO (900-300 AC)

En las excavaciones del proyecto Cumbres de Cuscatlán no se recuperó material que pueda ser asignado a este periodo, pero un hallazgo realizado en Antiguo Cuscatlán (Bello Suazo 1991) y material recolectado durante el Proyecto Arqueológico Cumbres de Cuscatlán en la finca Santa Elena que colinda al oeste con el área investigada, proporcionaron evidencia de actividad durante este periodo.

Bello Suazo reporta material relacionado a los complejos cerámicos Colos y Kal de Chalchuapa (Sharer 1978); como parte del grupo Coquiama menciona la existencia de tecomates con base plana, dentro del grupo Cutumay tecomates y cuencos con base plana y paredes verticales; cerámica sin engobe alisada y pulida con decoración incisa y en zonas.

La muestra proveniente de la finca Santa Elena fue recuperada en una perforación hecha para colocar tubería de drenaje, estratigráficamente se encuentra bajo la capa de grava gris producto de la erupción del extinto cráter Plan de la Laguna durante el Preclásico Medio (Velásquez y Hermes 1995).

En ella hay presencia de cuencos de paredes bajas, borde engrosado y decoración modelada con engobe café-rojo (Figura 1), cuencos con borde evertido acanalado y engobe naranja (grupo Olocuitla; Figura 2), tecomates sin engobe con filete aplicado con decoración ungulada (Figura 3) que pueden pertenecer al grupo Jocote y cuencos con engobe ante que pudieron tener bandas de pintura roja (grupo Guaymango?).

PRECLASICO TARDIO (300 AC – 260 DC)

Las Suboperaciones I-11 y I-12 (Figuras 4 y 5), localizadas en el extremo noreste del área investigada, fueron significativas dado que alcanzaron más de 2 m de profundidad, mostrando una estratigrafía más compleja y diferente a la de las otras unidades excavadas en el Sector I.

En ellas fue evidente un relleno de barro amarillento mezclado con arena, se notó una pendiente que parece ser el extremo de una plataforma doméstica y bajo de ella una capa alterada de tierra blanca. El material cerámico recuperado presenta engobes de color rojo, café y naranja (mostrando en algunos casos decoración negativa con diseños tipo Usulután).

El extremo este del Sector II la Suboperación II-7 mostró evidencia de carbón, barro quemado y tiestos dentro de un estrato café rojizo arenoso cuyo origen se considera eruptivo; ésto es una muestra evidente de la existencia de rellenos constructivos.

Las Suboperaciones II-1 y II-11 presentaron igualmente rellenos constructivos con los que fue construida una plataforma de barro; desafortunadamente este rasgo no pudo ser investigado intensivamente ya que el terreno se encontró alterado debido a una antigua calle de la finca.

Además de la evidencia Preclásica obtenida durante el proceso de excavación fue posible documentar otros dos rasgos, siendo el primero de ellos una plataforma tallada en el terreno natural que quedo expuesta por el corte que dejó la construcción de una calle en el Sector I (Calle Cumbres); esta plataforma presenta una altura promedio de 0.50 m y aproximadamente 4 m de ancho (su largo no fue conocido); puede suponerse que sirvió para sostener una edificación de material perecedero, parece haber estado flanqueada por canales cuya función más probable fue el manejo de aguas pluviales (drenaje). El segundo rasgo documentado fueron los surcos de un campo de cultivo situado entre los Sectores I y II que fueron expuestos por los trabajos para la construcción de una residencia. Los datos sugieren la presencia de aldeas agrícolas similares a otras contemporáneas en el área Mesoamericana.

La cerámica engobada se da en color rojo, naranja, café y naranja/crema con decoración negativa y diseños tipo Usulután. Ocurre material que posiblemente es parte del grupo Santa Tecla, en cuencos con borde directo y pestañas sub-labiales, así como decoración incisa (Figuras 6 a 13).

Cerámica naranja, posiblemente parte del grupo Olocuitla, incluye cuencos con borde directo y pestaña sub-labial, bordes divergentes modelados con decoración incisa y tecomates con filete bajo el borde (Figs.14-17), existe también decoración facetada en cuencos de paredes curvo divergentes.

El material con engobe café es minoritario y posiblemente sea parte del grupo Pinos, se da en cuencos con pestaña medial y decoración incisa bajo el borde (Figura 18).

Cerámica con engobe naranja/crema con decoración negativa y diseños tipo Usulután perteneciente al grupo Jicalapa se da en cuencos de paredes divergentes, bordes evertidos y en forma de gancho, existe decoración acanalada e incisa (Figura 19; también existe material del grupo Izalco en cántaros pequeños y/o cuencos de cuello corto y borde directo.

Es interesante mencionar la presencia de cerámica con decoración negativa y borde rojo en cuencos de paredes curvas divergentes, bordes directos y divergentes, decoración acanalada y aplicada, que es similar al tipo denominado Usulután Borde Rojo en las Tierras Altas guatemaltecas y Kaminaljuyu (Rands y Smith 1965; Wetherington 1978).

Cerámica rojo/ante, donde el color rojo se aplicó en bandas en ambos lados del borde y en líneas en el cuerpo ocurre en cuencos hemisféricos con borde directo, cántaros de cuello corto curvo divergente y borde directo con acanaladuras sobre o debajo del mismo y cántaros de cuello corto curvo divergente del grupo Guaymango. Existe también material utilitario sin engobe en diversas formas de cántaro.

Hay presencia de figurillas sólidas en color rojo, café y blanco que presentan punzonado en ojos, nariz y boca así como tocados, peinados y ocasionalmente taparrabos bastante elaborados, los personajes representados son generalmente de sexo femenino, usualmente se muestran los senos y partes genitales, la posición varía entre erecta y sedente.

En términos generales puede decirse que el material se afilia a la esfera Miraflores que abarca desde Kaminaljuyu en el centro de Guatemala hasta Chalchuapa en el oeste de El Salvador, siendo parte de ella los complejos Verbena y Caynak de cada uno de los sitios antes mencionados (Demarest 1986). Es importante mencionar que la evidencia de ocupación Preclásica se restringe a la zona este del área investigada.

No existe ninguna evidencia que pueda asignarse a este periodo, lo cual se debe al despoblamiento de la zona en dicho momento a causa de la erupción del volcán Ilopango.

CLASICO TARDIO (650-1000 DC)

Vestigios de ocupación fechados para este momento son abundantes en toda el área trabajada y son la evidencia cultural de los grupos que reocuparon el centro de El Salvador después de la erupción de Ilopango.

Las principales manifestaciones encontradas son grandes movimientos de tierra para crear áreas de cultivo y rasgos constructivos como muros de viviendas en el Sector I, ofrendas de carácter dedicatorio en los Sectores I y V y fuerte presencia de actividad registrada en el área colindante con Madre Selva donde diversas manifestaciones de este momento han sido reportadas.

La cerámica de esta época es bastante conocida en el oeste y centro de El Salvador siendo material que se relaciona al reportado en Chalchuapa, el valle de Zapotitán y Cerén (Sharer 1978, Beaudry 1983).

Cerámica de engobe café en cuencos de paredes recto divergentes, silueta compuesta y cántaros de cuello alto fueron apreciables, como decoración existen motivos incisos que tuvieron pintura roja.

Decoración incisa en cuencos de pasta rojiza y engobe crema son distintivos; un tipo foráneo relacionado a Honduras fue el grupo Surlo (R. Viel, comunicación personal, 1994), el cual es crema-ante y presenta incisiones; un vaso cilíndrico con pseudo-glifos bajo el borde también del mismo grupo fue posible reconstruir y es similar a uno localizado en Asunción Mita (Wauchope y Bond 1989).

El principal grupo utilitario con engobe es Guazapa, la mayoría de las formas son ollas y cántaros. Es importante mencionar que dentro de esta clase de cerámica existen engobes rojo, crema y negro, así como crema con el borde rojo o naranja. Ocurre también el tipo Guazapa engobe raspado, el cual ha sido recientemente identificado en Cerén (Beaudry 1993) y que muestra relaciones entre ambos lugares al igual que el tipo Guarumal.

Las vasijas sin engobe muestran cántaros de cuello alto con efigie, cuencos de borde directo, ollas de cuello corto y curvo divergente.

La cerámica policroma ocurre en cuencos de bordes directos, engrosados y evertidos, de los grupos Copador, Gualpopa, Arambala y Machacal Púrpura (Sharer 1978).

Es oportuno mencionar la existencia de figurillas huecas moldeadas, las cuales generalmente son silbatos o pitos y presentan figuras de animales o de personajes bien ataviados.

En conjunto la muestra pertenece a lo que se ha considerado en El Salvador cultura Payu, que relaciona a sitios como Chalchuapa, Cerén, Asunción Mita, Copan y del valle del Motagua.

POSTCLASICO TEMPRANO

Al igual que la ocupación Clásica, está localizado en toda el área y corresponde al asentamiento inicial de Cuscatlán, el material recuperado muestra continuidad dentro de la tradición local a la que se suma material foráneo producto de intercambio, relacionado generalmente a gentes con filiación mexicana.

El material que ha permitido definir este momento proviene del Grupo 2, donde un altar y un palacio de dos recintos con un acueducto de lajas y ofrendas con clases diagnósticas como Plomizo y Nicoya Policromo fueron recuperadas.

Cerámica de la clase Plomiza (grupo Tohil) se recuperó en las Operaciones I, IV y V; en la Op.IV se pudo apreciar mejor la actividad cultural efectuada durante este lapso de tiempo, en dicho lugar se construyó el Grupo 2 y en asociación a él, se depositaron las Ofrendas 5, 6, 7 y 9, cuyo carácter es evidentemente dedicatorio.

Continúa la cerámica doméstica del periodo anterior representada por el grupo Guazapa. Es clara la aparición del grupo cerámico Guajoyo caracterizado por el uso de pasta de tonalidad rojiza con partículas blancas (¿sílice?), capa de engobe color rojo obscuro que puede llegar por efectos de cocción a tonalidades café, a través de la cual pueden observarse las huellas dejadas por el artefacto utilizado para alisar el barro, el inventario de formas es abundante en cuencos de paredes rectas y curvas con borde directo y/o perpendicular; ollas o cántaros globulares de cuello corto.

Dentro de la muestra de material sin engobe hay ejemplos del grupo Jujutla en cántaros y cuencos, se nota en algunas vasijas la huella del artefacto utilizado para alisar el barro.

Existen en menor cantidad dentro de la muestra, materiales caracterizados por el uso de engobe rojo en cántaros de cuello alto y cuencos de paredes curvo divergentes, en algunas piezas existe decoración modelada-aplicada, por lo común ubicada en la zona del cuello conformando efigies zoomorfas y antropomorfas, siendo evidente el nexo modal con materiales reportados para las Tierras Altas guatemaltecas en dicho momento (Wauchope 1970).

Tomando en cuenta los atributos utilizados por Sharer (1978) para la ubicación del grupo Marihua, dentro del sistema tipo-variedad en la que el uso de engobe rojo especular es el atributo base, consideramos aceptable la proposición de Amaroli (1992) en que la presencia del grupo Marihua y materiales afiliados tecno-estilísticamente debe de fecharse (al menos para el centro y este de El Salvador) para este periodo; existe decoración bicroma en la que se utiliza engobe rojo especular sobre base café, ante o natural en cántaros y cuencos con y sin soportes.

Es evidente material con decoración rojo/natural y rojo/ante similar al incluido dentro del grupo Marihua en Chalchuapa en cuencos y cántaros.

Es posible que exista auto-engobe en tonalidades café y crema, siendo las formas más comunes cántaros y cuencos, en algunos casos son evidentes las huellas dejadas en la superficie exterior de la pieza por el artefacto utilizado durante el proceso de alisado.

Material del tipo Papagayo Policromo que es parte o equivalente del grupo-clase (?) Nicoya Policromo, que se caracteriza por la presencia de diseños en rojo, negro y naranja/crema, es evidente en fuentes trípodes con soporte efigie zoomorfa hueca, cuencos de base plana y paredes curvo convergentes con borde directo y vasos piriformes, siendo la mayor parte de la muestra de pasta de tonalidad rojiza.

Existe dentro la muestra analizada material similar o parte del tipo Bandera Policromo identificado en el centro de El Salvador y Cihuatán (Kelley 1988) con la forma de cuencos de silueta compuesta y borde directo.

Hay cuencos con decoración en rojo sobre base crema que recuerdan la cerámica Fortaleza propia de las Tierras Altas guatemaltecas.

En frecuencias bajas pero constantes se encuentra un tipo no identificado caracterizado por que la capa de engobe rojo que recubre las piezas, fue cubierta completamente con otra capa delgada de color variable entre crema y gris sobre la que se trazaron diseños en rojo y negro cuyos motivos más comunes son bandas y puntos.

Toda la cerámica Plomiza es parte del grupo Tohil; el tipo Malacatán Modelado se da en cuencos y cántaros efigie, el tipo Porvenir Media Caña (Gadrooned) en cántaros fitomorfos, el tipo Tumbador Inciso en cántaros trípodes con soportes globulares con decoración incisa y acanalada, la colección de vasijas completas proviene de las Ofrendas 6, 7 y 9.

Hay en muy escasa cantidad muestras de cerámica Naranja Fino (¿grupo Silho?) en la forma de cuencos hemisféricos de paredes delgadas.

Se recuperaron incensarios del estilo Mixteca-Puebla (con mango y dos soportes), incensarios con espigas y de la clase Las Lajas (Kelley 1988), sahumerios con mango, pichachas y comales que presentan partículas de mica, así como aplicaciones diversas.

POSTCLÁSICO TARDÍO

En el extremo sur del Sector I (Subops.11 y 31) fueron detectadas dos pequeñas plataformas (Edificios I-1 y I-2) y en el Sector V (Subop.A9-15), colindante con Madre Selva, muros pertenecientes a dos construcciones a las que se denominó Edificios 9 y 10 (todas ellas de piedra irregularmente cortada). Existen vasijas fragmentadas de carácter doméstico en el Sector III y un basurero en el Sector V (Subop.A9-21) que también se fechan para este momento.

La muestra proviene básicamente del material superficial en el Grupo 2 y las Suboperaciones V-A9-1 a V-A9-17 y V-A9-21. Se da una simplificación en el inventario cerámico, continúan las vasijas locales del periodo anterior y desaparecen las cerámicas foráneas del Postclásico Temprano.

El conjunto de la muestra aprecia clases cerámicas de desarrollo local y que comparte rasgos propios del horizonte Protohistórico en las Tierras Altas de Guatemala.

La cerámica se circunscribe principalmente a vasijas en formas de cuencos de paredes curvas y rectas y cántaros globulares de cuellos altos, los cuales pueden ser compuestos y tienen dos o tres asas, son generalmente de color natural y solamente alisados, aunque ocasionalmente se nota un delgado baño rojo aplicado en el interior y exterior de las vasijas.

El grupo Joateca está presente en cuencos de paredes rectas y borde directo, paredes curvas convergentes y cántaros globulares con borde divergente y asas horizontales de cuerpo a cuerpo, hay comales con baño crema micáceo en el interior y estrías y huellas de humo y fuego en el exterior (Tipo Ateos Engobado con Talco).

El grupo Cuscatlán establecido por Amaroli (1992) varía en la muestra de engobado ante a auto-engobe o a veces sin engobe (quizá por erosión), muestra bandas de pintura roja en el borde, cuerpo y soportes, existen cuencos hemisféricos trípodes con soportes presentando cabezas de animales y decoración punzonada y aplicada y ollas de cuello corto.

Ocurren vasijas con engobe rojo relacionados quizá al grupo Guazapa y cántaros de cuello compuesto con pintura rojo sobre ante o natural del grupo Marihua.

Continúa el grupo Guajoyo siendo el material más abundante en la muestra bajo estudio y está presente en forma de cuencos y cántaros con su característica capa de engobe color rojo obscuro que puede llegar por efectos de cocción a tonalidades café a través de la cual pueden observarse las huellas dejadas por el artefacto utilizado para alisar el barro.

El grupo Chuquezate existe en sahumerios con mango efigie y dentro del grupo Las Lajas hay incensarios de forma indeterminada con filetes aplicados con impresión.

Hay cerámica que pudo tener decoración bicroma en rojo/crema, rojo y negro, blanco/café y posiblemente tricroma en rojo, negro y crema que delimita las áreas con diseños. Existe material sin engobe con pasta dura de tonalidad café, textura áspera y mal cocimiento en forma de cántaros y comales.

RESULTADOS E INTERPRETACIONES

En base al análisis de toda la evidencia recuperada durante el proceso de investigación en campo y gabinete, ha sido posible interpretar el proceso evolutivo a nivel cultural, económico y socio-político de los grupos humanos que se asentaron en las cercanías de la laguna de Cuscatlán en tiempos prehispánicos.

Según Sharer (1978), aproximadamente entre los años 1200-900 AC, durante el Preclásico Temprano se realizaron movimientos de población hacia el área que actualmente ocupa la República de El Salvador, la ruta utilizada fue el litoral Pacífico y de allí se movilizaron tierra adentro siguiendo el curso del río Paz y se asentaron en el oeste del país. Es posible pensar que dicha población llegó al área central hacia el año 900 AC en lo que sería el inicio del periodo Preclásico Medio.

Evidencia de estos grupos humanos ha sido reportada en base al hallazgo de entierros y material cultural en rellenos en la comunidad de Antiguo Cuscatlán (Bello Suazo 1991) al realizar zanjas para drenaje, donde la cerámica recolectada se afilia al complejo cerámico Colos de Chalchuapa.

Asentamientos contemporáneos han sido detectados en Barranco Tobar (Porter 1955), San Nicolás (Navarrete 1972), Jayaque (Casasola 1977), El Perical (Earnest y Demarest 1987) y Chalchuapa (Sharer 1978), donde se construyó un montículo de 30 m de alto.

Evidencia de estos pobladores no ha sido posible recuperar en las excavaciones del P.A.C.C. debido a lo profundo que se encuentran sus vestigios, localizados en estratos a veces a más de 10 m de profundidad y a lo pequeño y sencillo que han de haber sido las manifestaciones de sus poblados, en un momento en que su sociedad estaba compuesta por pequeñas aldeas agrícolas-recolectoras.

Sin embargo, los hallazgos de Bello Suazo en Antiguo Cuscatlán y cerámica recuperada en la finca colindante Santa Elena, son evidencias de la ocupación de dicho momento. Durante el fin del Preclásico Medio (650-300 AC), el área quedó despoblada debido a las consecuencias de la catástrofe acontecida por la explosión del volcán de Plan de La Laguna.

El área volvió a ser poblada durante el Preclásico Tardío y Terminal (300 AC – 250 DC) formando aldeas agrícolas, no es clara la filiación étnica de dicha población, aunque Sharer (1978) y Andrews (1977) piensan que son hablantes Xile; lo que si es claro es que dicha población está fuertemente relacionada con gentes del Altiplano Central de Guatemala y se incluye dentro de lo que se conoce cerámicamente como esfera Miraflores (Demarest 1986), la que generalmente se ha considerado que abarca del Altiplano Central de Guatemala a Chalchuapa.

Sitios de la misma temporalidad en El Salvador están en el valle Paraíso (Las Flores, Río Grande y El Campanario), en el valle de Zapotitán (El Cambio) y en el valle Cuscatlán (Cerro El Zapote y Loma del Tacuazín) y en Jayaque (Cobos 1994).

Se debe mencionar que el Preclásico Tardío es un momento de gran actividad cultural en El Salvador, lo que en ciertos casos da surgimiento a la cultura del periodo Clásico, así como que la población estuvo fuertemente relacionada con otros grupos distantes mediante redes de intercambio.

La población Preclásico Tardío realizó talles y cortes en el suelo natural para la conformación de plataformas de sustentación para sus viviendas de material perecedero, a la vez que cultivaron el suelo quedando evidencia de los surcos, fabricaron cerámica e intercambiaron bienes diversos.

La lítica recuperada consistente en navajas, cuchillos y núcleos de obsidiana negra proveniente del yacimiento de El Chayal en el centro de Guatemala, así como cerámica con decoración negativa o Usulután perteneciente a los tipos Jicalapa, Izalco y Usulután con Pintura Roja, mostrando cuencos de base plana, paredes recto divergentes con bordes ganchudos, grandes vasos con pintura roja en el borde sobre una base naranja con decoración negativa, que son clara evidencia de la relación y homogeneidad cultural de los habitantes del centro y oriente de Guatemala y el centro y oeste de El Salvador.

La presencia de figurillas de barro sólidas, generalmente femeninas, con ojos y bocas punzonadas, peinados y tocados bellamente elaborados son rasgos que confirman lo anterior.

Es importante mencionar la existencia de cuencos con pestaña sub-labial, engobe ceroso de color rojo y pasta arenosa café-rojiza que recuerdan a tipos y modos del grupo Sierra que es la cerámica mayoritaria de la esfera cerámica Chicanel en las Tierras Bajas Mayas durante el Preclásico Tardío (300 AC – 300 DC; Willey, Culbert y Adams 1967); ello sugiere un intercambio interregional a nivel de ideas y quizá bienes de las Tierras Altas con las Tierras Bajas durante el Preclásico, como ha sido postulado por Sharer y Gifford (1970).

Una nueva erupción volcánica provocada por el volcán Ilopango hacia el final del horizonte Preclásico (260 DC), sepultó el asentamiento bajo una gigantesca capa de tefra blanca y provocó la migración de los pobladores que sobrevivieron a la catástrofe.

En algunos lugares, tal el caso del valle de Zapotitán, como lo ha planteado Demarest (1988), la población únicamente se reasentó en lugares altos donde los estragos de la erupción fueron menores.

Durante el Clásico Temprano (250-600 DC) la evidencia arqueológica conocida indica de forma inequívoca que el área de Cuscatlán no fue ocupada, pues la gigantesca erupción de Ilopango terminó con todo suelo útil para uso agrícola, pues arrasó toda la vegetación y sepultó el terreno fértil bajo una capa de tierra blanca (Tefra Ilopango), la que en algunos lugares llega a medir hasta 5 m de grosor.

Se ha encontrado cerámica con decoración negativa y el borde rojo considerada Clásica Temprana en el Altiplano guatemalteco (Rands y Smith 1965), pero se ha fechado para el Preclásico Tardío en nuestros estudios, aunque posiblemente en el futuro ello merezca ser reconsiderado.

Cuando el suelo volvió a adquirir capacidad productiva, el área es ocupada hacia el año 700 DC por personas portadoras de material cerámico de filiación Maya-Ch´orti´, con vínculos hacia sitios como los del valle del Motagua, Asunción Mita y Copan.

Un claro ejemplo se tiene en la Ofrenda I localizada en el Sector I, la que tiene como parte de su componente vasijas del grupo Copador consideradas generalmente originarias del área del valle de Copan, del tipo Palmar Naranja Policromo de las Tierras Bajas Mayas Centrales y un vaso cilíndrico en el Sector IV, del tipo Surlo Inciso y conocido en Copan y Asunción Mita.

La población asentada durante el Clásico Tardío realizó terrazas para cultivo para lo cual removieron la tierra blanca producto de la erupción de Ilopango (Tefra Ilopango) y agregaron tierra negra fértil para sembrar. El esfuerzo necesario para llevar a cabo esta labor sugiere una sociedad de mayor complejidad que la apreciada en tiempos anteriores.

Hay evidencia de muros de retención y sostén hechos con piedra cortada irregularmente para evitar la erosión, así como para sostener construcciones de material perecedero.

Durante el Clásico Tardío los habitantes del área de Cuscatlán son del mismo grupo étnico que los de San Andrés, Cerén y Tazumal considerados parte de la cultura Payu que difiere de la coexistente fase Lepa del oriente de El Salvador, conocida en sitios como Quelepa.

En este momento el asentamiento en Antiguo Cuscatlán parece ser de carácter rural y quizá subordinado a San Andrés, dada la cercanía y utilización de cerámicas similares y relación entre presencia y ausencia de arquitectura monumental.

Hablar de un colapso que presupone el abandono de los sitios mayores no parece apropiado actualmente para explicar los cambios cerámicos entre el Clásico Tardío Terminal y el Postclásico Temprano.

En general, los análisis e interpretación más recientes sugieren cambios en la estructura socio-política que incidieron en las manifestaciones culturales relacionadas a la autoridad de los gobernantes, pero no despoblamiento de las distintas regiones por la mayoría campesina.

En el caso del centro de El Salvador es evidente que la gente común continuó utilizando la misma cerámica doméstica, hay ausencia de actividad constructiva mayor y de bienes propios de la élite, esto puede interpretarse en el sentido que la ocupación clásica continuó hasta entrado el primer milenio de nuestra era (Postclásico), momento en el que nuevos cambios habrían de sucederse.

Entre los años 1000-1250 DC, durante el Postclásico Temprano, nuevas ideas y bienes materiales se observan en el área, son ejemplos claros la cerámica de los grupos Tohil, Nicoya y Naranja Fino, puntas de proyectil bifaciales de obsidiana negra, navajas de obsidiana verde y artefactos de pedernal.

La evidencia se relaciona principalmente con Cihuatán, Tazumal, Loma China y Santa María en El Salvador (Cobos 1994) y con sitios como Zacualpa, Zaculeu y la región del Chixoy en las Tierras Altas del Norte en Guatemala (Wauchope 1948; Woodbury 1953; Ichon 1987), sin descartar relaciones con Chichen Itza en Yucatán y Tula en el centro de México (Diehl y Wynn 1974).

No sabemos a ciencia cierta lo sucedido durante el periodo Postclásico Tardío o Protohistórico (1300-1524 DC), cuando se dan migraciones Pipiles, pero cerámicamente es evidente a nivel tipológico son característicos del momento los grupos Cuscatlán y Las Lajas y a nivel modal la decoración en rojo/crema, rojo y negro y la forma de cántaros globulares con asas horizontales sin engobe y comales con baño.

La calidad constructiva de los muros del Edificio 9 en el Grupo 3, situado al oeste del Sector V, relacionado a las edificaciones reportadas por Amaroli (1993) en Madre Selva, no es la misma que se observa en edificios de épocas anteriores, tal el caso de los del Grupo 2.

Esta ocupación corresponde al sitio Cuscatlán o «Lugar de Preseas» reportado por Pedro de Alvarado durante la conquista en 1524, Cuscatlán fue la capital del Señorío Pipil y aunque no se conoce la ubicación exacta de su centro cívico-religioso, es indudable que el área investigada fue parte de ella.

La estructura socio-política de este momento parece que no fue de carácter teocrático como había sido anteriormente, el poder estuvo en manos de la clase militar y comerciante y su sistema de gobierno fue tributario, esto es posible afirmarlo tomando como base datos etno-históricos y comparaciones con sociedades contemporáneas en México y Guatemala como los Aztecas, K’iche’ y Kaqchiquel.

La presencia en los mismos niveles de material colonial como cerámica Mayólica y porcelana europea mezclada con alfarería nativa, apoya el planteamiento que el área investigada formó parte del Señorío de Cuscatlán.

Con el estudio de la evidencia arqueológica recuperada es posible tener una visión general de la evolución del asentamiento en el área sur de la Laguna de Cuscatlán en el centro de El Salvador que abarca hasta el día de hoy un lapso de por lo menos tres mil años.

Figura 1 Área de investigación

Figura 2 Área de investigación

Figura 3 Área de investigación

Figura 4 Perfiles cerámicos

Figura 5 Perfil estratigráfico

Figura 6 Perfiles cerámicos

Figura 7 Perfiles cerámicos

Figura 8 Perfiles cerámicos

Figura 9 Perfiles cerámicos

Figura 10 Perfiles cerámicos

Figura 11 Planta del periodo Postclásico Temprano

Figura 12 Cortes de excavación

Figura 13 Vasijas cerámicas

Figura 14 Perfiles cerámicos

Figura 15 Vasijas cerámicas

Figura 16 Perfiles cerámicos

Figura 17 Perfiles cerámicos

Figura 18 Perfiles cerámicos

Figura 19 Vasijas cerámicas

REFERENCIAS

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1986        En la Búsqueda de Cuscatlán. Patronato Pro-Patrimonio Cultural, San Salvador y Department of Anthropology, Vanderbilt University, Nashville.

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Casasola, Luis

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