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47 Excavaciones recientes de un sitio Postclásico Tardío en Las Margaritas, Chiapas, México – Carlos Álvarez A., Lynneth S. Lowe y Tomás Pérez Suárez – Simposio 8, Año 1994

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Álvarez, Carlos, Lynneth S. Lowe y Tomás Pérez Suárez

1995        Excavaciones recientes de un sitio Postclásico Tardío en Las Margaritas, Chiapas, México. En VIII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1994 (editado por J.P. Laporte y H. Escobedo), pp.603-608. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).

47

EXCAVACIONES RECIENTES DE UN SITIO POSTCLÁSICO TARDÍO EN LAS MARGARITAS, CHIAPAS, MÉXICO

Carlos Álvarez A.

Lynneth S. Lowe

Tomás Pérez Suárez

En este trabajo expondremos algunos resultados obtenidos durante las excavaciones efectuadas en 1993 en el principal asentamiento del Postclásico Tardío en la región de Las Margaritas, Chiapas, con el fin de identificarlo con un asentamiento mencionado en los documentos coloniales.

Mucha de la información disponible acerca de la distribución geográfica de los hablantes de Tojolabal y Tzeltal en el extremo sureste de las Tierras Altas Centrales de Chiapas, durante las épocas prehispánica y colonial, presenta varias contradicciones. Comitán, en las fuentes tempranas, es considerado de habla Coxoh, al igual que Zapaluta (hoy La Trinitaria). Sin embargo, también en Comitán se reporta la presencia de hablantes de Tzeltal durante la segunda mitad del siglo XVI y se menciona que una parte era de habla Tzeltal y la otra Coxoh, aunque no es claro si los documentos se refieren a todo el priorato o sólo a este asentamiento.

Por otro lado, la identificación de la lengua Coxoh sigue siendo incierta, ya que algunos autores la consideran como una variante dialectal del Tzeltal, mientras otros creen que se trata de un nombre antiguo del Tojolabal, lengua no mencionada con este nombre hasta fines del siglo XVII, lo cual ha hecho pensar a ciertos investigadores que éstos llegaron cien años después de la Conquista (Álvarez y Pérez 1989).

De lo que sí estamos seguros por las investigaciones etnohistóricas, es de la presencia de hablantes de Coxoh al menos en dos poblaciones de la región de Las Margaritas, florecientes al momento del contacto con los españoles, conocidas como Pantla y Atahuistlan (Lenkersdorf 1986). Desafortunadamente, ante la falta de un vocabulario de esta lengua, su filiación continúa siendo dudosa.

Considerando lo anterior el Centro de Estudios Mayas de la Universidad Nacional Autónoma de México, ha realizado un amplio proyecto de investigaciones lingüísticas, etnohistóricas y arqueológicas para tratar de abordar esta problemática en forma conjunta (Ruz 1981).

En el campo de la arqueología, a partir del recorrido de superficie, que permitió fechar los sitios y conocer el patrón de asentamiento, pudimos saber que el área estuvo ocupada por lo menos desde el período Preclásico Medio, probablemente por grupos de filiación Mixe-Zoque (Álvarez, en prensa). Durante el Preclásico Superior la esfera Chicanel indica un proceso de mayanización que alcanza su clímax de ocupación durante el Clásico. La presencia de monumentos esculpidos con inscripciones jeroglíficas en sitios como Chinkultic, Tenam Puente, Tenam Rosario, Sacchana, Santa Elena Poco Uinic y Tonina, que rodean nuestra área de estudio, nos hace suponer que estos Mayas pertenecían al grupo Tzeltalano.

El Postclásico Temprano casi no está representado en los materiales, pero a fines de este período y principios del Postclásico Tardío, se observa una nueva congregación de población producto de una creciente centralización del poder. Para esos momentos, los asentamientos se ubican preferentemente en posiciones defensivas, como ocurre en toda el área Maya. Los materiales cerámicos también presentan cambios, ya que no existe una continuidad con los pertenecientes al Clásico. Estos materiales fueron detectados en 18 sitios de la región, pero el 88.19% de la cerámica diagnóstica del Postclásico proviene del sitio Cimientos, 7.22% corresponde al sitio Najlem, 1.38% se recolectó de la cueva Najchawk y los otros 15 sitios no alcanzan el 1% (Álvarez y Pérez 1989).

Toda esta problemática en conjunto hizo necesaria la elaboración de un proyecto de excavaciones que permitiera rectificar la secuencia cronológica para el sitio Cimientos de Las Margaritas con el propósito de identificarlo con el antiguo pueblo de Atahuistlan, considerado como «uno de los pueblos más principales de esta provincia» de Chiapa por Francisco de Montejo en 1546 (Lenkersdorf 1986:39,40).

Tanto las referencias topográficas como los materiales arqueológicos de Cimientos y de Najlem parecen corresponder a los pueblos de Atahuistlan y Pantla, respectivamente, existentes en la época de la Conquista. Dichas poblaciones fueron reubicadas hacia la segunda mitad del siglo XVI, debido a la política española de reducción y congregación, así como por las continuas incursiones lacandonas en contra de los Mayas cristianizados. La población de Atahuistlan fue congregada en Zapaluta y la mayoría de los habitantes de Pantla fueron llevados a Comitán y el remanente a Socoltenango (Lenkersdorf 1986:16, 39,72).

Con el fin de conocer las características del proceso de aculturación sufrido en ambas localidades pertenecientes a la misma etnia, iniciamos en 1993 una serie de excavaciones en el sitio Cimientos. En esta temporada nuestro interés se centró en una unidad residencial de élite (Grupo II-B) y también se exploró someramente una estructura del grupo ceremonial (Grupo II-A). El análisis de las concentraciones de elementos y artefactos que conforman la unidad habitacional nos será de utilidad para el conocimiento de un grupo doméstico, el cual está constituido por las personas que produjeron y utilizaron dichos artefactos, elementos y el desecho que quedó como testigo de sus actividades. Este grupo corresponde a una realidad etnográfica, pues se trata de la unidad elemental en todas las sociedades y está conformado por personas que comparten espacios de alojamiento y conjuntamente colaboran y consumen alimentos (Winter 1986:329-331).

Los estudios sobre etnoarqueología en la región suroriental de las Tierras Altas de Chiapas efectuados entre campesinos Tojolabales y Tzeltales, han demostrado que el contenido estructural en una unidad doméstica puede reflejar el status y la posición económica de sus moradores (Lee 1985:62). Consideramos que en cierta forma, el carácter marginal de la zona suroccidental de las Tierras Bajas Mayas debió contribuir a la persistencia de las tradiciones líticas y cerámicas del Postclásico Tardío después de la Conquista, puesto que materiales arqueológicos semejantes a los identificados en las excavaciones del sitio Cimientos, han sido hallados en contextos Postclásicos y Coloniales de otros sitios en la región de los altos tributarios del río Grijalva y el sureste de Guatemala (Blake 1985; Walters 1985).

EL SITIO CIMIENTOS DE LAS MARGARITAS (M-II-19)

El sitio Cimientos de Las Margaritas está ubicado a algo más de un kilómetro de la cabecera del municipio, en los terrenos ocupados por una ciénega que fue drenada en épocas recientes para el cultivo de maíz y caña de azúcar sobre el fértil fondo lacustre.

Los cimientos de las estructuras arqueológicas -de los cuales toma su nombre el sitio- se ubican sobre cinco prominencias naturales, que se encontraban virtualmente rodeadas por agua. Esta situación lacustre debió prevalecer en la antigüedad como lo indica la presencia de hileras paralelas de postes de madera entre los distintos cerros; es muy probable que correspondan a la cimentación de puentes o «calzadas» tendidas sobre la ciénega.

El grupo principal (II) es conocido en la localidad como Cerro de los Cimientos. En su parte superior se ubica un pequeño grupo ceremonial formado por una estructura alargada en el extremo este y una pequeña pirámide en el lado opuesto; al centro hay tres montículos bajos, a manera de altares, muy destruidos. Las laderas están cubiertas por terrazas que sustentan los restos de cerca de cien construcciones habitacionales de diferentes dimensiones; la mayor concentración se observa hacia el este, sur y oeste, dejando el lado norte casi despoblado, tal vez por motivos climáticos.

GRUPO II-B

En primer término, las excavaciones se centraron sobre un grupo habitacional de élite (Grupo II-B), situado en una terraza al oeste, debajo del grupo principal (II-A). Los objetivos principales de la exploración consistieron en la liberación de estructuras mediante calas de aproximación y seguimiento, la excavación de pozos estratigráficos para conocer la historia constructiva del grupo y, por último, la excavación extensiva del área que rodea la plataforma base, donde se detectó un basurero.

El grupo II-B se compone de tres plataformas bajas (50 cm) de forma rectangular, ubicadas alrededor de un patio cuadrado con un pequeño altar construido al centro. Las tres presentan paramentos rectos construidos a base de dos o tres hiladas de piedras careadas rectangulares que llevan una espiga empotrada en el núcleo; todos los muros estaban recubiertos por un aplanado de estuco. Hacia el lado este donde sube la pendiente, los muros de las Estructuras 1 y 3 aprovechan la topografía del terreno adaptándose a los afloramientos de la roca natural.

La Estructura 1 mide 3.60 m de ancho por 9.50 m de largo y 0.50 m de altura; presenta un escalón central cubierto con estuco hacia el patio. En la Estructura 2 las fachadas este y oeste fueron destruidas por saqueos, pero no así los muros contrarios mediante los cuales se pudo determinar su extensión norte-sur; es la menor de las tres con 5.70 m de largo. La Estructura 3 es la más extensa del grupo y mide 5.70 m de ancho por 12.30 m de largo y también presenta un escalón central desde el patio. Sobre ella se encontraron los restos de un piso de estuco delimitado por un alineamiento de piedras burdas que formaba el cimiento de la estructura perecedera superior de 4.70 m de ancho por 11.30 m de largo. En la esquina suroeste, sobre el piso y entre los restos de bajareque se hallaron los fragmentos de una olla globular de cuello alto con tres asas verticales y efigie de ave (Elemento 1); cabe mencionar que estas vasijas son típicas del período Postclásico, y son muy frecuentes en el sitio.

Al centro del patio hay un pequeño adoratorio rectangular de 1.40 m por 0.75 m., construido de una sola hilada de piedras careadas. En el centro se localizaron una punta de proyectil y una cuenta de espiral de caracol.

La plataforma que sustenta las estructuras mide 20 m de largo por 13 m de ancho y se construyó para nivelar la pendiente natural mediante tres muros levantados con grandes rocas burdas. El relleno se depositó sobre la roca madre y estaba formado por rocas grandes con tierra; sobre éste se colocó un firme o apisonado de 15 a 25 cm de grosor, formado por tierra negra y piedras pequeñas, que incluía cenizas y materiales arqueológicos, tal vez de un basurero. Este nivel forma el piso de la plataforma y sobre él se levantaron las tres estructuras utilizando un relleno de piedra seca y un firme de tierra negra, encima del cual se colocó el piso de estuco. El piso del patio central llevaba únicamente un apisonado de tierra amarilla.

Por último, en los lados norte y oeste de la plataforma se localizaron los pisos de estuco rojo de tres subestructuras que fueron arrasadas cuando se construyó el conjunto del patio. Asociada con el piso de la Subestructura 3 se localizó una ofrenda compuesta de dos ollas burdas (Elemento 4).

GRUPO II-A

Simultáneamente a estos trabajos se realizaron excavaciones en el grupo principal (II-A) con el propósito de conocer las características de la zona cívico-ceremonial del sitio, en contraposición a la parte habitacional que ocupa las laderas. Este conjunto presenta cinco basamentos de poca altura, como se mencionó anteriormente. La Estructura 1 cierra la plaza por el lado este y mide 37 m de largo, 8 m de ancho y 0.50 m de altura. En el extremo contrario se encuentra una pequeña pirámide (Estructura 2) y al centro hay tres pequeños montículos a manera de altares (Estructuras 3, 4 y 5).

Para conocer las características de la Estructura 1, se excavaron dos calas, una al centro (Cala 1) y otra en el lado sur (Cala 2). Este basamento fue construido sobre una somera elevación de la roca madre y el relleno de 20 a 30 cm de espesor consistía de grandes piedras y tierra café-negruzca.

La Estructura 1 al oeste presenta tres escalones bajos al oeste, que forman el frente del edificio hacia la plaza, mientras en la parte posterior llevaba un muro vertical de dos hiladas de piedra; ambas fachadas se encontraban recubiertas por un aplanado de estuco. Encima de la plataforma se hallaron tres pisos de estuco rojo superpuestos. Tanto en el primero como en el segundo se observó la existencia de un fogón circular de 1.10 m de diámetro (Elemento 2); también se halló el cimiento del muro trasero del recinto de material perecedero que se levantaba sobre la plataforma, el cual estaba formado por una franja de pequeñas piedras calizas amarillas de 40 cm de ancho y conservaba un pasillo de un 1 m de ancho desde el borde del basamento. El piso inicial de la plataforma (Piso 3) presentaba también un fogón (Elemento 3) de forma cuadrangular con las esquinas redondeadas. En la parte posterior, el piso presenta una línea de agujeros de poste circulares de 15 cm de diámetro, separados entre sí por tramos que varían de 15 a 20 cm. Considerando estas evidencias, la estructura original que se levantó sobre el basamento poseía muros construidos a partir de una serie de postes delgados, rellenándose los espacios vacíos con otros materiales como cañas o bejucos y barro.

Al pie de la Estructura 1, en su extremo sur, se excavó una concentración de materiales que incluye fragmentos de cerámica, lítica, objetos de hueso y concha, así como huesos de animales y caracoles de río junto con carbón y cenizas, indicando la presencia de un área de desecho o basurero. En esta sección, también se localizó parte del muro de contención de la gran plataforma que sustenta a la Estructura 1, que fue construido a base de piedras grandes, rectangulares, labradas en travertino, una roca porosa y ligera denominada xhac, que formaba el fondo de la ciénega y sigue utilizándose en la actualidad como material de construcción.

APRECIACIONES GENERALES

Varias pruebas dan sustento a nuestra hipótesis de identificación del sitio Cimientos con el Atahuistlan de las fuentes:

  • Montejo lo mencionó como un pueblo importante hacia 1546.
  • Después de la segunda mitad del siglo XVI, la población fue reubicada en Zapaluta, como producto de la política española de reducción y congregación y las constantes incursiones de los lacandones; un indicio de esto último pueden ser las abundantes puntas de flecha del tipo coxoh encontradas, así como fragmentos de bajareque quemado.
  • La localización geográfica del sitio corresponde a una situación insular que prevaleció hasta el presente siglo cuando la ciénega fue desecada mediante canales.
  • Las hileras de postes localizadas en el fondo de la ciénega, pueden señalar la existencia de puentes o calzadas entre las islas.
  • Los materiales cerámicos recuperados muestran una ocupación exclusiva del período Postclásico Tardío y corresponden a los grupos Pantla (ollas y comales) y Cimientos (ollas, cajetes trípodes, coladores, incensarios de sartén y sellos planos).
  • Otros artefactos recuperados incluyen lítica pulida, puntas de pedernal y una gran variedad de puntas pequeñas de obsidiana gris y sílex, tipo coxoh. Entre los objetos suntuarios elaborados con materiales alóctonos destacan fragmentos de orejeras manufacturadas en obsidiana verde de la zona de Pachuca, objetos de ámbar, pulseras y cuentas de conchas marinas, así como un cincel y pequeños fragmentos de láminas de cobre pertenecientes a cascabeles.
  • Aunque no se encontró cerámica que confirme la presencia de los españoles, hecho lógico si consideramos el corto lapso de ocupación del pueblo, se recuperó un clavo de hierro similar a los procedentes de algunos pueblos coloniales de Chiapas como Coapa, Coneta y Copanaguastla.
  • Respecto a su localización durante el siglo XVI, en los límites de las tierras comunales de Comitán y Zapaluta, podemos decir que el asentamiento prehispánico está dividido en la actualidad, perteneciendo la mitad al municipio de Las Margaritas y la otra a La Independencia. Estos municipios fueron creados en los albores del presente siglo con las parcialidades de Comitán y La Trinitaria.
  • En relación al abandono del pueblo y a la reubicación de sus habitantes en Zapaluta, los Tojolabales relatan leyendas acerca de una iglesia y su campana ubicadas en la cima del cerro, sobre las estructuras ceremoniales; en ella se veneraba la imagen del Padre Eterno, quien fue derrotado por Santa Margarita en una contienda, lo cual ocasionó que la campana rodara hasta el pie del cerro, enterrándose profundamente y que la imagen fuera trasladada a La Trinitaria. En la actualidad, los Tojolabales aún conservan la costumbre de realizar peregrinaciones anuales para venerar a este santo.

REFERENCIAS

Álvarez, Carlos

s.f.        Informe Final del Proyecto de Reconocimiento Arqueológico en Las Margaritas, Chiapas. Centro de Estudios Mayas, UNAM, México.

Álvarez, Carlos y Tomás Pérez Suárez

1989        Algunas consideraciones Acerca de la Ocupación Postclásica de Las Margaritas, Chiapas. En Memorias Del Primer Congreso Internacional de Mayistas, 1989 2:671-689. San Cristóbal de las Casas, Centro de Estudios Mayas, Chiapas, México.

Blake, T. Michael

1985        Canajaste: An Evolving Postclassic Maya Site. Tesis Doctoral, University of Michigan.

Lee, Thomas A.

1985        Ramifications of the Colonial Coxoh Maya Household Group, Estudios del Reino de Guatemala: Homenaje al Profesor S.D. Markman (editado por D. Kinkead): 61-76. Escuela de Estudios Hispanoamericanos de Sevilla, Sevilla.

Lenkersdorf, Gudrun

1986        Contribuciones a la Historia Colonial de los Tojolabales, Los Legítimos Hombres (editado por M. Ruz), Vol.IV:13-102. Centro de Estudios Mayas, UNAM, México.

Ruz, Mario (editor)

1981        Los Legítimos Hombres, Vol.1. Centro de Estudios Mayas, UNAM, México.

Walters, Gary

1985        Arqueología Colonial del Sureste de Guatemala, Revista Mexicana de Estudios Antropológicos, Tomo XXXI:163-176. Sociedad Mexicana de Antropología, México.

Winter, Marcus

1986        Unidades Habitacionales Prehispánicas de Oaxaca, Unidades Habitacionales Mesoamericanas y sus Áreas de Actividad (editado por L. Manzanilla):325-374. Instituto de Investigaciones Antropológicas, UNAM, México.

 

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