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21 El Proyecto Tecojate: Últimos Hallazgos Del Formativo Temprano En El Centro De La Costa Del Pacifico De Guatemala – Bárbara Arroyo – Simposio 6, Año 1992

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Arroyo, Bárbara

1993        El Proyecto Tecojate: Últimos Hallazgos Del Formativo Temprano En El Centro De La Costa Del Pacifico De Guatemala. En VI Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1992 (editado por J.P. Laporte, H. Escobedo y S. Villagrán de Brady), pp.280-291. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

21

EL PROYECTO TECOJATE:

ÚLTIMOS HALLAZGOS DEL FORMATIVO TEMPRANO

EN EL CENTRO DE LA COSTA DEL PACÍFICO DE GUATEMALA

Bárbara Arroyo

El estudio de los orígenes de los primeros pueblos sedentarios de Guatemala es crucial. Ello ayudará a la comprensión de posteriores desarrollos culturales de grupos que vivieron en esta parte de Mesoamérica. El estudiar la manera cómo los primeros pueblos se adaptaron a su medio ambiente y aprendieron a explotarlo es muy importante para conocer las distintas técnicas de subsistencia de aquel tiempo. Establecer si lograron alcanzar un balance entre el medio ambiente y la población proporcionará información sobre el tipo de organización social prehispánico. Todo esto es posible en los asentamientos Formativo Temprano localizados en la Costa Pacífica de Guatemala. A la vez, los mismos pueden servir de ejemplos en el estudio de los modelos tradicionales de evolución social.

Toda esta información puede ahora ser considerada con los datos del Proyecto Tecojate. Este dio inicio en 1991 (Arroyo 1991, 1992) como parte del Proyecto Regional Costa Sur, el cual continuó su segunda temporada de campo durante los meses de febrero a junio de 1992. El Proyecto Tecojate fue dirigido por mi persona bajo la asesoría del Dr. Frederick J. Bove, director general del Proyecto Costa Sur. Actualmente se realiza el análisis de los materiales recuperados en el campo por lo que los resultados a presentarse aquí son de naturaleza tentativa.

El Proyecto Tecojate involucró un recorrido de un área de 60 km² a lo largo de la Costa Pacífica entre los ríos Madre Vieja al oeste y Coyolate al este (una franja de unos 13 km de largo; Figura 1). El recorrido del área estuvo enfocado principalmente adentro y en los alrededores de los manglares. Esta franja de 3 km entre el Océano Pacífico y tierra adentro hacia el norte, fue recorrida en un 100%. De estos 3 km hacia una elevación de 20 m SNM se hizo un recorrido total de un 75%.

Aunque el enfoque del proyecto era el Formativo Temprano, todos los sitios localizados fueron registrados, mapeados, a la vez de haber realizado una recolección de superficie. Esto se hizo con el propósito de conocer el patrón de asentamiento en esta región y las diferencias a través del tiempo. El enfoque del proyecto fue el Formativo Temprano y por ello se hicieron excavaciones de prueba en algunos sitios a manera de conocer la secuencia de ocupación de esa época. Las excavaciones de prueba también sirvieron para cumplir con otro de los objetivos del proyecto que era establecer si existían diferencias entre los sitios Formativo Temprano de la región. Toda la información recuperada en el campo (reconocimiento y excavaciones) sirvió para incluir el trabajo en Tecojate dentro de un panorama más amplio y así conocer su relación con otras regiones en la Costa Pacífica.

Las investigaciones que se han realizado en regiones al este y oeste (Clark, Lesure y Pérez 1992; Pye 1992; Love 1989; Bove 1989) presentan datos que parecen ser compartidos por todos los sitios en la Costa Pacífica del sur de Mesoamérica. Sin embargo, existe una variedad de interpretaciones para estos asentamientos. Algunos autores han propuesto que los sitios a orillas del estero son de naturaleza especializada (por ejemplo en la producción de sal, o procesamiento de concha, entre otras actividades; Pye 1990). Otros sugieren que son pequeños grupos dispersos de una naturaleza igualitaria y más recientemente Clark y Blake (1991) han propuesto la presencia de cacicazgos sencillos. Cualquiera de estas explicaciones es posible, aunque se espera proponer una nueva interpretación (al menos para la región de Tecojate) en base a los resultados de las dos temporadas de campo.

Figura 1

RESULTADOS DEL RECONOCIMIENTO

Este año, al completar el área a ser recorrida, se llegó al hallazgo de un gran total de 168 sitios en la región estudiada. De estos, 14 tenían una ocupación Formativo Temprano, 18 una Formativo Medio, 25 Formativo Tardío, 19 Clásico Temprano, 88 Clásico Tardío y 2 Postclásico (Figura 2).

Es interesante señalar el incremento de población desde el Formativo Temprano hasta el Clásico Tardío, el cual parece sufrir un desbalance en el Clásico Temprano y un colapso hacia el Postclásico. Del Formativo Temprano, donde se localizan 14 sitios, hay un incremento a 18 sitios en el Formativo Medio. Aunque la diferencia en número no parezca muy significativa, lo interesante es que mientras los sitios del Formativo Temprano principalmente consisten en sitios con un solo montículo de pequeñas dimensiones, durante el Formativo Medio, los sitios tienen más de un montículo, encontrándose sitios mayores con varias estructuras de gran tamaño y arreglos alrededor de un montículo grande como es el caso del sitio Vela. Este incremento de población no fue solo eso. Seguramente el mismo estuvo acompañado de un cambio en la organización social, posiblemente asociado al fenómeno Olmeca, el cual es un rasgo compartido en toda Mesoamérica durante esta época. Durante el Formativo Tardío continua el incremento de sitios, lo cual nuevamente es una característica de los sitios en el sur de Mesoamérica durante esta época. El Clásico Temprano observa una disminución de población, lo que contrasta con otros lugares de la Costa Pacífica donde parece mantenerse la población que venía del Formativo Tardío.

Durante el Clásico Tardío se dio un incremento grande de población el cual puede relacionarse al surgimiento de los grandes centros como Cuatro Robles, Narciso y Aguirre al norte. Es posible que los asentamientos Clásico Tardío en esta parte de la costa realizaran actividades especializadas controladas por los centros mayores. Otra posibilidad es que estos sitios tuvieron cierto control del comercio que circulaba por la ruta natural del canal en Tecojate. Del Postclásico únicamente se encontraron dos sitios, lo cual nuevamente es un rasgo compartido por otros asentamientos al este y oeste en la Costa Pacífica (Whitley y Beaudry 1989; Bove 1989).

En cuanto al patrón de asentamiento de los sitios Formativo Temprano, se puede indicar su preferencia por las orillas del manglar y estero. Esto debió relacionarse a la naturaleza de su desarrollo. Los grupos de esta época recién se habían convertido en pueblos sedentarios. Experimentaban con la explotación de las distintas especies que habitaban este ambiente. Estos recursos fueron suficientes para utilizarlos como principal fuente de subsistencia. Sin embargo, parece que ya se practicaba la agricultura, aunque esta no fuera su principal fuente de subsistencia. Es por esta razón que los asentamientos estuvieron en las orillas del manglar y estero, no tierra adentro como los de las épocas posteriores.

Estos datos, integrados con los resultados de las investigaciones en la región de Los Chatos-Sipacate-La Gomera de Shook (1965) y el proyecto que se lleva a cabo (Bove en este volumen; Genovez en este volumen) junto con recorridos en San Marcos (Love 1989), Retalhuleu (Demarest et al 1988; Hatch y Herrera 1990; Pye 1992), Tiquisate (Whitley y Beaudry 1989; Hatch 1985; Bove 1985), Balberta (Bove et al, s.f.; Lou 1988) entre otras áreas, contribuirán a reconstruir el paisaje prehispánico en la Costa Pacífica del sur de Mesoamérica.

Figura 2

RESULTADOS DE LAS EXCAVACIONES

Las excavaciones realizadas por el Proyecto Tecojate fueron del tipo de prueba. Las mismas intentaban descubrir depósitos sellados para conocer la secuencia de ocupación de los sitios Formativo Temprano en Tecojate. A la vez, se esperaba determinar si existieron diferencias entre sitios para establecer la existencia de distintas funciones así como la presencia de una jerarquía de asentamientos. Con estos objetivos en mente se realizaron siete excavaciones de prueba en cuatro sitios.

Los sitios que fueron excavados son: Medina, Peta, Landa y Revolorio. Tres de los cuatro sitios tenían material en la superficie correspondiente a las fases Locona-Ocós (Figura 3a) y uno, Revolorio, material Coastal Undifferentiated (Figura 3b) que Shook y Hatch (1978) señalan como equivalente a Cuadros-Jocotal, aunque presenta características propias. Se escogieron estos cuatro sitios ya que en el caso de los tres con ocupación Locona-Ocós, se podría comparar la función de los sitios entre sí. Además, las diferencias en tamaño (Peta es mucho más grande que Landa y Medina) podrían reflejar cambios en el sistema de asentamiento o función.

Aunque el sitio Revolorio no tenía una ocupación Locona-Ocós en la superficie, el material recuperado era similar a aquel de la fase Cuadros y se pensó que sería un buen candidato para conocer la secuencia cronológica.

Figura 3

SITIO MEDINA

Las excavaciones se iniciaron el año pasado en el sitio de Medina, donde se excavaron dos pozos de 2 x 2 m. Los resultados de estas excavaciones ya fueron presentados (Arroyo 1992) y aquí únicamente se hará una breve mención de los mismos. Estas excavaciones descubrieron una serie de pisos bien construidos de donde se recuperaron depósitos de cerámica, obsidiana y concha.

Los resultados señalan que el sitio fue habitado permanentemente durante todo el año. Esto se basa en el hallazgo de moluscos que están disponibles en distintas épocas del año. La construcción de pisos de una mezcla de concha y barro (muy dura), sugiere un cuidado especial para hacer más duradero el espacio doméstico, por lo que el esfuerzo de preparar una superficie cuidadosamente supone su habitación permanente. La variedad en las formas cerámicas parece indicar que el lugar no tuvo una actividad especializada y que por el contrario se explotaban una serie de productos que posiblemente estuvieron relacionados al manglar y estero.

Cerca del nivel freático se encontró un piso de barro quemado el cual tenía restos de carbón. La cerámica recuperada tenía características similares a aquella de la fase Barra de Chiapas. El resultado de la muestra de carbón dio una fecha de 1700 AC, por lo que la primera ocupación de Medina debió ser contemporánea con aquella de Chiapas, además de ser la más antigua hasta ahora reportada para la Costa Pacífica de Guatemala.

SITIO PETA

Peta es el sitio con ocupación Locona-Ocós más grande localizado por el reconocimiento del Proyecto Tecojate. Desgraciadamente el montículo fue destruido en su mayor parte hace 20 años al sacar tierra de aquí para la construcción de la carretera. Sin embargo, el lado este no fue destruido, aunque en época reciente fue bastante saqueado por lo que no hubo muchas opciones al escoger el lugar donde se colocaría el pozo de prueba. El mismo fue de 2 x 2 m en el declive este del montículo.

En este sitio se descubrió una serie de 16 pisos (Figura 4). La mayoría de ellos eran de barro compacto, aunque se encontraron algunos con de consistencia muy dura hechos de mezcla de concha molida y barro. Algunas superficies consistieron en tierra negra quemada con barro quemado, algunas veces asociadas con fogones. También se encontraron dos depósitos de basura que contenían restos de cerámica (especialmente cuencos) y huesos de animales.

Las últimas dos superficies culturales descubiertas parecen marcar la diferencia entre la ocupación Locona y Ocós. A 1.17 m se localizó una estructura de barro gris muy duro la cual pudo tener una función diferente (se encontraron muy pocos tiestos asociados, mientras que en las otras superficies más profundas la densidad de material fue grande). El hallazgo de varios fragmentos de figuritas, además de un pendiente de barro de una mujer desnuda asociados a esta estructura también sugiere otra función. Es así como esta estructura, podría marcar la diferencia en función así como en tiempo también.

En uno de los niveles más profundos se localizó la mitad de una vasija cuya forma indica que sirvió para guardar líquidos. La misma es de cerámica negra bien pulida y tenía en asociación cerámica delgada, similares al material más antiguo de Medina. Es así como tenemos una secuencia, con material que va desde el equivalente a la fase Barra hasta Ocós en este sitio.

Definitivamente el tamaño no es la única diferencia entre este sitio y los otros contemporáneos. Existe una diferencia en el consumo de ciertos moluscos, peces y mamíferos. Las conchas encontradas en Peta son de mayor tamaño, además de encontrarse en mayor cantidad que aquellas de los otros sitios excavados. Los restos de mamíferos como venado y tepescuintle únicamente fueron encontrados en este sitio. Es posible que las personas que vivían en este sitio tuvieran acceso a ciertos recursos que el resto de la población no tenía, o bien, el sitio era uno donde se celebraban rituales comunales, donde se compartían comidas especiales. De especial mención es el hallazgo de dos fragmentos de cucharas de barro las cuales han sido reportadas para Chiapas en contextos rituales. Esto último tiene sentido cuando examinamos el tamaño de los fogones. Mientras que los otros sitios tienen fogones de unos 0.70 m de diámetro, en Peta se encontraron fogones que casi abarcaban los 2 m² de la excavación. La presencia de restos de figuritas también podría indicar que en el lugar se celebraban ciertos rituales especiales.

Aún no se han analizado las muestras de carbón de este sitio, pero al tener esos resultados se podrá dar una mejor interpretación a los cambios que se observan ahora.

Figura 4

SITIO LANDA

Landa es un sitio de 55 x 45 m y 1.80 m de altura. Se localiza a 1 km al este de Medina y a escasos 400 m al noreste de Revolorio. Aunque las dimensiones del sitio son pequeñas, presenta algunos materiales similares a los encontrados en Peta. Aquí se hicieron dos excavaciones, una de 2 x 2 m al centro del montículo y otra de 2 x 1 m en el declive oeste del montículo. Nuevamente el objetivo principal era obtener depósitos sellados entre pisos y conocer la secuencia de ocupación, además de determinar la extensión de los pisos hacia el oeste.

En Landa se encontraron 14 pisos (Figura 5). Algunos tenían fogones asociados, aunque no se encontró ningún agujero de poste. Sin embargo, en uno de los pisos de barro compacto encontrados se observó que, al igual que la mayoría de los otros sitios excavados, había capas de arena gris con delgadas capas de barro. Estas capas parecen relacionarse con algún evento de inundación y las mismas también parecen marcar un cambio en la cerámica. Es justamente debajo de estas capas que se encuentra la cerámica con características de la fase Barra. Todavía es prematuro asegurar esto, pero se realiza el análisis para establecer si estas capas de arena con barro marcan un cambio. Algunos de los pisos descubiertos fueron construidos con la mezcla de barro y concha molida, a manera de obtener superficies muy duras. La segunda excavación de prueba enseña que las ocupaciones más antiguas fueron más extensivas que las últimas ya que los pisos tenían dimensiones más grandes.

Aunque al principio se mencionó que este sitio tenía las mismas características de Medina, existen algunas diferencias como un incremento en los restos de peces y algunos huesos de mamíferos. También en Landa se observa una mayor densidad de material temprano, pero en este caso, las diferencias serían cronológicas. Hasta no terminar con los análisis de laboratorio, no vamos a comprender exactamente estos cambios.

SITIO REVOLORIO

Este sitio es un montículo de 60 x 70 m y 2 m de altura. Como se menciona al principio de esta sección, se decidió excavar este montículo ya que tenía material en la superficie equivalente a Cuadros. Se hizo un pozo de prueba de 2 x 2 m en la base norte. Este montículo es utilizado como casa de la familia Revolorio y por ello, los lugares donde se podía hacer el pozo de prueba se encontraban muy limitados.

En Revolorio se encontraron 10 pisos (Figura 6). La mayoría de ellos fueron construidos de barro compacto, aunque dos de ellos tuvieron restos de almejas y caracoles. El número de pisos permite tener una serie de depósitos sellados los cuales se espera nos proporcionen información sobre la secuencia cerámica. Mientras que en los primeros niveles se encontraron restos de materiales similares a los de la fase Cuadros, en los niveles más profundos se observa material que podría ser equivalente a la fase Ocós y aún más profundo, a la fase Locona y posiblemente Barra.

Como el material en la superficie y los primeros niveles no es exactamente Cuadros, se puede pensar que el mismo podría ser equivalente a la fase Cherla de Chiapas. Es decir, una fase transicional entre Ocós y Cuadros. Sin embargo se deben señalar algunos aspectos que son importantes. Mientras la mayoría de los sitios con características de la fase Cuadros de Chiapas, San Marcos y Retalhuleu, están concentrados en la orilla este del río Madre Vieja, de allí hasta el río Coyolate no se encuentran sitios con esas características. Sin embargo, sí tenemos asentamientos con materiales de superficie similares a los del sitio Revolorio. Esto podría ser debido a que en esta parte de la costa, después de Ocós se observa un desarrollo distinto, o bien se reciben ciertas influencias de otros lugares y aquellos sitios cerca del río Madre Vieja no fueron alcanzados por las mismas.

Figura 5

Figura 6

INTERPRETACIONES PRELIMINARES

Los resultados de las dos temporadas de campo del Proyecto Tecojate han venido a agrandar el registro arqueológico de la zona. Además, los datos que se tienen del Formativo Temprano en la región han contribuido a conocer más sobre esa época en la costa central de Guatemala. Mientras a lo largo de este trabajo me he referido a las tradicionales fases cerámicas descritas para Chiapas, México y la costa occidental de Guatemala, debo señalar que para la región de Tecojate se definirán nuevas fases ya que, aunque la cerámica y los sitios mismos compartan características con aquellas áreas, se observa un estilo particular que debe ser tratado por separado.

Estas diferencias no son sólo en la cerámica, sino también en otros aspectos. Por ejemplo, el tamaño de la planicie costera varía desde Chiapas hasta El Salvador. Yo creo que el largo de la planicie costera influyó en la manera como los primeros habitantes de la Costa Pacífica se desarrollaron. Por ejemplo, en Chiapas, Clark y Blake (1991) han propuesto cacicazgos sencillos asentados a una elevación de 20 m SNM que controlaron asentamientos en los alrededores. Es decir que los sitios en las orillas del estero y manglar dependían de asentamientos tierra adentro. Esto era posible ya que la planicie costera mide en su parte más ancha 15 km.

En El Salvador se observa el mismo fenómeno. Aunque no se conoce exactamente la naturaleza de los asentamientos Formativo Temprano, los datos de El Carmen (Arroyo et al. 1989), así como su localización, señalan que teniendo la planicie costera 12 km de ancho en ese lugar, los contactos con asentamientos tierra adentro debieron ser más accesibles.

Cuando se mencionan asentamientos tierra adentro también me refiero a la posibilidad de haber practicado en mayor grado la agricultura. Aunque la tierra alrededor del estero y manglar es fértil, la misma observa problemas de salinidad e inundaciones con los cambios de mareas. Esto no habría favorecido la práctica de una agricultura intensiva de los habitantes del Formativo Temprano. Por ello, aquellos con acceso a terrenos más favorables pudieron haber alcanzado un desarrollo más sofisticado o complejo en una época más temprana en comparación con aquellos que únicamente estuvieron limitados a los recursos del estero y manglar.

La planicie costera en la región de Tecojate llega a medir los 50 km. La misma es bastante más ancha aquí que en las otras regiones con ocupación Formativo Temprano en la Costa Pacífica del sur de Mesoamérica. Por esto, mientras los sitios al este y oeste pudieron alcanzar un desarrollo más complejo en una época temprana, los sitios de Tecojate observaron un desarrollo más sencillo en esta primera etapa de evolución.

Sin embargo, ya desde estos tiempos se tenían ciertas diferencias entre sitios como es el caso de Peta en relación a los otros asentamientos contemporáneos. Como se mencionó en otra parte de este trabajo, es posible que Peta haya sido un lugar de reunión de la comunidad donde se celebraban eventos especiales, suponiendo una organización similar a la de una tribu compleja. Por otro lado, sería posible que Peta fuera similar a uno de los pequeños cacicazgos sencillos propuestos por Clark, aunque por los hallazgos de grandes fogones y otros rasgos, se tienda a pensar en el sitio como uno donde se hacían ciertas reuniones con la participación de toda la comunidad.

Unicamente cuando se haya terminado el análisis de los materiales podremos proponer modelos más concretos para el desarrollo cultural en esta parte de la Costa Pacífica de Guatemala.

REFERENCIAS

Arroyo, Bárbara

1991        Informe Preliminar del Proyecto Tecojate. Reporte entregado al Instituto de Antropología e Historia de Guatemala, Guatemala.

1992        El Formativo Temprano en la Costa Pacífica Central de Guatemala. En V Simposio de Arqueología Guatemalteca, 1991 (editado por J.P. Laporte, H. Escobedo y S.V. de Brady):61-70. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

Arroyo, Bárbara, Arthur A. Demarest, Paul Amaroli y Thomas Jackson

1989        The El Carmen Site, El Salvador: New Information on the Early Preclassic of Southeastern Mesoamerica. Ponencia, 54 Reunión Anual, Society for American Archaeology, Atlanta, Georgia.

Bove, Frederick J.

1989        Reporte Preliminar sobre Investigaciones en las Regiones de Tiquisate, Sipacate/La Gomera en la Costa Sur de Guatemala. En Investigaciones Arqueológicas en la Costa Sur de Guatemala (editado por David S. Whitley y Marilyn P. Beaudry):38-81. Institute of Archaeology, Monograph 31. University of California, Los Angeles.

Bove, Frederick J., Sonia Medrano, Bárbara Arroyo y Brenda Lou (editores)

s.f.        The Balberta Project: The Terminal Formative-Early Classic Transition on the Pacific Coast of Guatemala. University of Pittsburgh Press, Pittsburgh.

Clark, John E. y Michael Blake

1991        The Power of Prestige: Competitive Generosity and the Emergence of Rank Societies in Lowland Mesoamerica. En Factional Competition and Political Development in the New World (editado por E. M. Brumfiel and J. W. Fox). Cambridge University Press, Cambridge.

Clark, John E., Richard Lesure y T. Pérez Suárez

1992        Informe Técnico Parcial de la Primera Temporada del Proyecto Investigaciones del Formativo Temprano del Litoral Chiapaneco. Reporte entregado por la Fundación Arqueológica del Nuevo Mundo al Consejo de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia, México.

Demarest, Arthur A., Mary E. Pye, James Myers y Rosalinda Mendez

1988        Proyecto Arqueológico El Mesak/El Mesak: Informe Preliminar de las Excavaciones de 1987-1988.

Reporte entregado al Instituto de Antropología e Historia de Guatemala, Guatemala.

Hatch, Marion Popenoe de y Carol de Herrera

1990        Proyecto Nacional Abaj Takalik, Subproyecto: Reconocimiento Arqueológico de la Periferia de Abaj Takalik. Informe entregado al Instituto de Antropología e Historia, Guatemala.

Lou P., Brenda L.

1988        Resultados de los Reconocimientos: Análisis Preliminar del Patrón de Asentamiento en Balberta. En I Simposio Sobre Investigaciones Arqueológicas de Guatemala, 1987, pp. 15-24. Museo de Arqueología y Etnología, Guatemala.

Love, Michael

1989        Early Settlements and Chronology of the Río Naranjo, Guatemala. Tesis Doctoral, University of California, Berkeley.

Pye, Mary E. (editora)

1990        Informe Preliminar de los Resultados del Análisis de Laboratorio del Proyecto El Mesak. Reporte entregado al Instituto de Antropología e Historia de Guatemala, Guatemala.

1992        Informe Final del Proyecto Reconocimiento del Río Jesús, Departamento de Retalhuleu. Reporte entregado al Instituto de Antropología e Historia de Guatemala, Guatemala.

Shook, Edwin M. y Marion Popenoe de Hatch

1978        The Ruins of El Balsamo. Journal of New World Archaeology 3 (1):138.

Whitley, David S. y Marilyn P. Beaudry (editores)

1989        Investigaciones Arqueológicas en la Costa Sur de Guatemala. Institute of Archaeology, Monograph No. 31. University of California, Los Angeles.

 

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