19 EL MESAK Y LOS INICIOS DE CULTURAS COMPLEJAS EN GUATEMALA Mary E. Pye y Arthur A. Demarest – Simposio 03, Año 1989

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Pye, Mary E. y Arthur A. Demarest
1993 El Mesak y los inicios de culturas complejas en Guatemala. En III Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1989 (editado por J.P. Laporte, H. Escobedo y S. Villagrán), pp.225-238. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

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EL MESAK Y LOS INICIOS DE CULTURAS COMPLEJAS
EN GUATEMALA

Mary E. Pye
Arthur A. Demarest

El periodo entre 1600 y 800 AC fue una era crítica en la evolución de una sociedad compleja en el este de Mesoamérica. Trabajos anteriores realizados por Gareth Lowe, Carlos Navarrete, Michael Coe, Kent Flannery y otros, revelaron inicialmente lo precoz de la planicie costera del litoral del Pacífico al inicio del periodo Preclásico (Navarrete 1960; Coe 1961; Coe y Flannery 1967; Green y Lowe 1967; Lowe 1975; Agrinier 1984; Ceja 1985). Más recientemente, otras investigaciones llevadas a cabo por J. Ceja, John Clark, Marion Hatch, Edwin Shook, Frederick Bove y Michael Love, han facilitado el conocimiento sobre estas complejas sociedades tan tempranas del sureste de Mesoamérica (Clark et al 1987; Shook y Hatch 1979; Love 1986, 1987, 1989). La investigación en esta área continúa proporcionando sorprendentes resultados.

EL PROYECTO EL MESAK

El sitio El Mesak, localizado al este de Champerico en Retalhuleu, se sitúa en una rica área de estuario y manglar (Figura 1). En 1985, durante la construcción de unos viveros de camarón, Frederick Bove y luego Marion Hatch, identificaron ricos depósitos de materiales como pertenecientes a una ocupación de la cultura Ocós del Preclásico Temprano.

El proyecto de la Universidad de Vanderbilt realizó investigaciones en el sitio en 1987 y 1988, localizando y explorando un sistema extensivo del sitio consistente de más de 50 montículos diseminados en uno de los límites de una laguna y denso manglar (Figura 2). El trabajo de campo concluyó en mayo de 1988, con la colaboración de arqueólogos de las universidades de Vanderbilt y del Valle, así como del Instituto de Antropología e Historia. Los análisis de laboratorio aún continúan en proceso. El año pasado se explicó la naturaleza de las excavaciones, por lo que ahora se resume brevemente por cada sub-periodo del Preclásico Temprano, las características del sitio, cronología e interpretaciones, según fueron revisadas por medio de análisis técnicos de laboratorio del año pasado.

OCUPACIONES DE LAS FASES LOCONA OCÓS (1600 1100 AC)

Durante la primera temporada de excavaciones en 1987 se localizaron pisos de viviendas, cerámica y artefactos que ahora ya han sido fechadas con toda certeza para los periodos Locona y Ocós, de 1600 1200 AC. Se recuperaron más de 60 grandes muestras de carbón, aunque hasta la fecha sólo se han analizado seis de ellas. El Laboratorio Beta Analytic de Miami proporcionó una fecha no corregida de 1510  70 tomada de depósitos estratigráficos de la fase Ocós. Tiestos de esta fase se encuentran dispersos en todo el sitio (Figura 3), pero en las excavaciones de los Montículos 1, 3 y 11 aparecieron substanciales ocupaciones Ocós que consistían de basureros, pisos habitacionales, fogones y pozos de almacenamiento. Cada uno de estos componentes del periodo Ocós también incluye cerámica de una faceta anterior a 1600 1400 AC, la que John Clark (Clark et al 1987) ha propuesto como una fase aparte más temprana nombrada Locona para Chiapas (Figura 4).

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Figura 1 Ubicación del sitio El Mesak en la Costa Sur de Guatemala

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Figura 2 Mapa del sitio que refiere los pozos de prueba y las operaciones extensas

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Figura 3 Tiestos de cerámica de la fase Ocós

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Figura 4 Tiestos de cerámica de la fase Locona

La conservación de los restos de flora y fauna fue excelente en todos los depósitos, lo que permitió detallados análisis de laboratorio respecto a la subsistencia y ecología del Preclásico Temprano; éstos fueron llevados a cabo por los paleo-ecólogos Thomas Wake y Justin Hyland de la Universidad de California en Berkeley. Sus estudios revelaron una mezcla de un sistema de subsistencia basado en la agricultura de maíz, pero principalmente una amplia variedad de fauna moluscos, pescado, aves, reptiles de estuario y mamíferos. La agricultura pudo ser un suplemento menor en la dieta regional. Fue mucho más común encontrar obsidiana en los depósitos de las fases Locona y Ocós que en cualquiera de los periodos subsecuentes, básicamente pequeñas lascas irregulares de percusión bipolar de la fase Ocós. Según el Laboratorio Lawrence Berkeley, la principal fuente de obsidiana fue El Chayal, pero también hubo de otras fuentes Tajumulco e Ixtepeque.

Estas ocupaciones Locona y Ocós se localizaron en el Montículo 3 de 6.50 m, el más alto del sitio (Figura 5). Hatch realizó excavaciones profundas en este montículo, hipotetizando que se trataba de una construcción ceremonial que consistía de capas de relleno cuidadosamente seleccionado y formado por arena fina de color rosado, amarillo y verde. Todos los restos cerámicos del montículo correspondían a la fase Ocós. Una muestra de radiocarbón tomada de una ofrenda quemada grande en un depósito circular a 2.50 m de profundidad en este montículo, proporcionó una fecha no corregida de 1090  70 AC, o sea una fecha para la parte final del Preclásico Temprano. Otra muestra tomada de abajo del montículo dio una fecha no corregida de 1110  80 AC. Estas muestras indican que la probable fecha de construcción fue durante el Preclásico Temprano, al final de la fase Ocós o inmediatamente después de ese periodo. En ambos casos significaría que este montículo fue la arquitectura ritual más temprana encontrada hasta ahora en Guatemala.

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Figura 5 Montículo 3, posiblemente una construcción ritual de la fase Ocós

RESTOS DE LA FASE CUADROS (1100 1000 AC)

Mientras que el desarrollo cronológico de los complejos Locona/Ocós es claro y bien documentado, la relación de éstos con la subsiguiente fase Cuadros (Figura 6) no es todavía clara en Guatemala. Clark y Blake han fechado esta fase entre 1100 y 950 AC en Chiapas (Clark et al 1987). El Montículo 5 de El Mesak contiene un rico y bien conservado depósito de esta fase, aunque sin estratigrafía asociada. El depósito Cuadros de El Mesak consistía de capas de tiestos en un rico basurero primario. Dentro de la amplia variedad de formas y motivos decorativos aparecieron muy pocos rasgos de carácter Olmeca u Olmecoide, aunque se encontraron cerámicas Negro con Borde Blanco, así como un tiesto con forma y diseños de incisión profunda idénticos al tipo Calzadas Tallado de San Lorenzo. Sin embargo, a diferencia de los sitios Cuadros de Chiapas, El Mesak probablemente participó mayormente del sistema simbólico pan Mesoamericano conocido generalmente como Olmeca durante el Preclásico Temprano.

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Figura 6 Tiestos de cerámica de la fase Cuadros

EVIDENCIA DE LA FASE JOCOTAL (1000 800 AC)

Posiblemente el foco con mayor información de las excavaciones de 1987 y 1988 fue el Montículo 2, un gran montículo de aproximadamente 100 m de diámetro y 4.50 m de altura, con un corte hecho por un camino que presentaba un perfil estratigráfico de más de 26 de longitud (Figura 7). Excavaciones extensivas en este perfil estratigráfico proporcionaron muchos niveles de ocupación, pisos y depósitos de basura (Figura 8). Los análisis de laboratorio y las muestras de radiocarbón permiten ahora una visión más exacta de esta población para el final del Preclásico Temprano.

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Figura 7 Montículo 2 con corte del camino

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Figura 8 Corte noreste del Montículo 2, con la trinchera 2-1

Una reciente fecha de carbón, a 1.50 m debajo de la superficie del montículo, dio una fecha no corregida de 910  70 AC, colocando esta porción superior del montículo a inicios de tiempos Jocotal de acuerdo a los más recientes fechamientos de 1000 800 AC para esta fase. Los rasgos cerámicos corresponden cercanamente a los tipos que incluyen Pampas Negro y Blanco, Conchas Blanco a Ante y Amatillo Blanco para los componentes tempranos de la fase Jocotal descritos en Altamira y Salinas La Blanca (Green y Lowe 1967; Coe y Flannery 1967). Los resultados preliminares de laboratorio de los materiales de niveles más profundos a los más superficiales, sugieren una evolución gradual de la fase Jocotal temprana hasta cerámicas Conchas del Preclásico Medio.

Un continuo estudio de los materiales recuperados de 23 niveles estratigráficos ayudarán a definir y subdividir esta cultura muy poco conocida en cuanto a cerámica, así como a aclarar la evolución de la complejidad social y económica al final del Preclásico Temprano en esta región. La abundante muestra de fauna estudiada mostró un amplio patrón de subsistencia de explotación marina y de estuario, combinada con caza y agricultura. Miles de fragmentos de lo que parecen ser vasijas pobremente fabricadas (Figura 9), aunque estandarizadas, constituye por lo menos el 80% de los restos excavados dentro de los niveles de fase Jocotal e inclusive una substancial porción dentro los depósitos Locona. Aún son necesarias mayores investigaciones para determinar con toda seguridad la función de estas vasijas, aunque hayan sido simplemente usadas para el cocimiento de moluscos y tal vez para la producción de sal. Los análisis, hasta el momento, han demostrado que la sustancia que aparece dentro de las vasijas es calcita. También es notorio que todos los tiestos de El Mesak tienen incrustaciones de sal.

OCUPACIÓN LLAMADA OLMECA DE LA FASE JOCOTAL TARDÍO (900 800 AC)

La operación en la parte superior del Montículo 2 proporcionó material de Jocotal tardío. Fueron abiertas numerosas unidades pequeñas, algunas trincheras y algunas áreas vastas de exposición horizontal, con un total de 45 m² de este tipo de investigación en la parte superior del montículo. Los rasgos de pisos habitacionales, agujeros de poste, fogones y basureros fechan una pequeña ocupación para la fase Jocotal tardío (Figura 10), un complejo cuyos diseños iconográficos indican la participación dentro de un sistema simbólico llamado Olmeca. Esta área habitacional proporciona una perspectiva única de una ocupación para inicios del Preclásico Medio en esta región.

Dentro de los restos domésticos apareció una variedad de tiestos del tipo Tacaná Inciso, como los que aparecen en Chiapas, que presenta motivos iconográficos Olmecas, los que incluyen cabezas hendidas, cejas flamígeras y formas de estrella y rombo. Una gran muestra de carbón en un basurero detrás de una de estas casas de fase Conchas ha sido fechada por Beta Analytic para 890  60 (no corregida). Este nivel incluye tiestos idénticos a los del tipo Tacaná Inciso de Altamira. Love ha descrito una iconografía similar en tiestos Ramírez Blanco en La Blanca. Puede notarse, a través de los diseños en la cerámica, una semejanza muy cercana en los modos estilísticos entre Chiapas y Guatemala. De hecho, se nota una similitud en los diseños de incisión y superficies rasguñadas en las vajillas Blanco Fino de El Mesak, Ramírez Blanco de La Blanca, Temblor Inciso de Salinas La Blanca, Tacaná Inciso de Altamira, Socorro Gris de Oaxaca y Amatzinac Blanco del distante Chalcatzingo (Love 1987; Coe y Flannery 1967; Green y Lowe 1967; Drennan 1976; Cyphers-Guillén 1988). Estos fragmentos, junto con otros que tenían diseños geométricos incisos (Figura 11) fueron armados en el laboratorio, revelando unos cilindros de vajilla blanca, con paredes delgadas, finamente manufacturados. Se tuvo también un ejemplo de una imagen de hombre jaguar del arquetipo Olmeca estilizado (Figura 12). Otros artefactos también sugieren contactos más amplios incluyendo un fragmento de una figura baby face hueca (Figura 13) y otros fragmentos de figurillas olmecoides.

En esta región, tales vasijas y artefactos generalmente han sido consideradas como un fenómeno ligado con la cerámica elitista del Formativo Medio provenientes de una intrusión Olmeca. Sin embargo, al parecer la evolución de esta cerámica es gradual; las vajillas blancas locales ligeramente más gruesas aparecen en los niveles tempranos más bajos de Jocotal del basurero del Montículo 2.

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Figura 9 Tiestos de cerámica burda posiblemente para hacer sal

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Figura 10 Tiestos de cerámica de la fase Jocotal

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Figura 11 Tiestos de cerámica de las fases Jocotal tardío y Conchas temprano con diseños de carácter Olmeca

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Figura 12 Diseño de carácter Olmeca sobre un cilindro de paredes delgadas como pasta fina y blanca

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Figura 13 Un fragmento de la cara de una figurilla de carácter Olmeca y fragmentos de brazos y piernas; todos son de la fase Jocotal tardía

LOS OBJETOS ELITISTAS Y LAS FUNCIONES DE EL MESAK

Al noroeste de El Mesak, sobre la Costa del Pacífico, en el sitio de La Blanca, Love encontró cerámicas e iconografía Olmecoides (Love 1989); interpretó estos rasgos como indicativo de presencia elitista en el sitio y de una diferenciación y distinción social durante este periodo. No sorprende la presencia de tales marcadores de elite en La Blanca dada la amplia evidencia de que allí fue el asiento de un señorío durante el periodo Conchas, con escultura y un número de montículos, incluyendo uno que tuvo 25 m de altura antes de ser destruido. Para este periodo, Love caracteriza a esta región como teniendo una jerarquía de asentamiento de cuatro niveles. Love (1987) ha hipotetizado que las cerámicas con motivos Olmecas en las vajillas Blanco Fino constituyen un artículo elitista en los sitios de categoría más alta, lo que señala la participación del jefe en la esfera de acción y sistema simbólico pan Mesoamericano a lo que generalmente se refiere como Olmeca.

¿Cómo se puede entonces encadenar tal punto de vista con el asentamiento Jocotal tardío de El Mesak que contiene tales artefactos en la basura doméstica de modestas casas? A la fecha, es difícil explicar la presencia de cilindros de vajillas finas en la basura doméstica de esta pequeña aldea de 900 AC. Es posible que la hipótesis de Love no sea correcta y que estas cerámicas con motivos Olmecas no necesariamente sean artículos elitistas sino que estuvieron más ampliamente distribuidos. O, posiblemente Love esté en lo correcto y la presencia de la llamada iconografía Olmeca en El Mesak también señale la presencia de una clase elitista. Si esto último fuera lo correcto, se tendría que reevaluar la naturaleza y función del sitio El Mesak durante ese periodo.

¿Cómo una pequeña aldea de la Costa iba a mantener una clase de elite? En términos de potencial de recursos locales, poco parecería justificar una presencia elitista aquí. Su sistema de subsistencia parece muy simple, orientado hacia la actividad de recolección y recursos marítimos excepto por su probable comercio de moluscos, sal y pescado seco.

Una posible respuesta, altamente especulativa, es que El Mesak pudo haber funcionado como un puerto en las rutas de comercio en el sureste de Mesoamérica durante el Preclásico Temprano y Medio. Sharer (1974, 1989) ha sugerido que hubo una ruta de comercio a lo largo de la Costa del Pacífico que luego subía al río Paz cerca de Chalchuapa, para continuar hacia las fuentes de jade, obsidiana y otros materiales en el río Motagua. Un centro que funcionara como puerto en esta ruta puede explicar porqué este sitio pudo contar con cerámicas elitistas con iconografía Olmeca. Se debe recalcar que se trata únicamente de una especulación que acaba de surgir como una posibilidad para futuras investigaciones.

EL MESAK Y LA LLAMADA PRESENCIA OLMECA EN EL SURESTE DE MESOAMÉRICA

A la fecha hay una nueva inquietud respecto a la verdadera naturaleza del fenómeno Olmeca en el sureste de Mesoamérica. Según la interpretación de muchos arqueólogos, la presencia Olmeca en el litoral del Pacífico de Chiapas y Guatemala ha sido vista de manera intrusiva, involucrando movimientos de población o por lo menos influencias y cambios rápidos inspirados por la cultura Olmeca de México. Pero algunos arqueólogos que han investigado en las regiones no nucleares de Mesoamérica durante el Preclásico han argumentado que la interacción en este periodo, especialmente en el Preclásico Medio, tienen un proceso multi direccional más complejo (Demarest 1989; Grove 1981, 1989; Sharer 1989). Se ha propuesto que el Preclásico Medio fue un periodo de señoríos paralelos e independientes tales como los representados en La Venta, Chalcatzingo, La Blanca, Chalchuapa, Abaj Takalik y otros sitios.

De acuerdo con este modelo, la red de interacción entre las elites que surgían de estas sociedades fue fosilizada en los símbolos ampliamente distribuidos en cerámicas, iconografía, escultura, jades y ciertos estilos de figurillas. Si bien el comercio de bienes exóticos no fue crítico en cuanto al sostenimiento económico de estos centros, pareciera más bien que existió un mecanismo primordial para la distribución de los elementos llamados Olmecas. El área nuclear de Veracruz y Tabasco no necesita ser considerado como el punto de origen de la mayoría de estos rasgos; muchas regiones interactuaban de manera directa. Más importante aún, los rasgos y los procesos de cada región que estuvieron involucrados en su evolución deben ser explicados en términos locales. La evolución social era un proceso local y la llamada influencia Olmeca solamente significa que la sociedad local había llegado a un nivel de complejidad en que las elites necesitaban usar símbolos y diseños exóticos para marcar rangos sociales. O sea, diseños, escultura y arte Olmeca reflejan no una causa sino un efecto de la evolución social (Demarest 1989).

Se debe notar que en este modelo complejo sobre la naturaleza de las interacciones del Formativo Temprano y Medio, se argumenta que de hecho la civilización Olmeca nunca existió como una entidad unificada. Más bien, elites muy distintivas, no relacionadas, en incipientes señoríos, después de 1100 1000 AC, empezaron a compartir algunos elementos de un sistema simbólico común. Así mismo, estas culturas fueron independientes en su evolución política, sus sistemas de subsistencia, cerámicas y etnicidad (Demarest 1989). En este sentido, la civilización Olmeca nunca existió.

La evidencia de El Mesak, aún en esta etapa de análisis, es más compatible con una perspectiva de evolución gradual independiente de los señoríos y con un intercambio interregional subsiguiente de símbolos de rango social. Más de 30 niveles estratificados en el Montículo 2 que van de depósitos Jocotal temprano a inicios de la fase Conchas, corresponden al mismo tiempo en que surgieron y evolucionaron los señoríos en esta región. Los marcadores elitistas y las cerámicas finas pueden verse surgiendo gradualmente de antecedentes locales durante este periodo. Incluso las cerámicas blancas finas incisas tienen antecedentes locales, únicamente adicionando a la cerámica nuevos elementos en los diseños.

Obviamente, la naturaleza precisa de la evolución en esta región sólo podrá comprenderse claramente cuando se completen otras investigaciones de asentamiento. Futuras investigaciones podrán combinar la cronología Jocotal más refinada de El Mesak con la sensitiva cronología del periodo Conchas, según los análisis que Michael Love completa actualmente. Estas nuevas perspectivas respecto a cronología pueden entonces ayudar en la interpretación de centros Preclásicos mayores y más complejos como el caso de Abaj Takalik.

Futuras investigaciones en El Mesak incluirán más excavación y análisis de los depósitos de fase Jocotal, experimentos y análisis de las vasijas utilizadas para lo que se define como producción y sobre todo, un estudio de patrón de asentamiento en esta parte del drenaje del río Jesús. Sólo entonces se podría esperar reconstruir la naturaleza de la evolución de los señoríos de esta región y sus contactos con otros señoríos que surgieron en Mesoamérica durante el Formativo Temprano y Medio.

REFERENCIAS

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