95. Dinámicas políticas en la frontera sudeste del reino de Copán

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Dinámicas políticas en la frontera sudeste del reino de Copán

 

Introducción

 

Comprender mejor la organización política Maya ha sido un objetivo central de investigación desde el comienzo de la arqueología Maya (Foias 2013; Fox et al. 1996). Las dos teorías actuales más populares pueden dividirse en dos grupos: modelos centralizados (Aoyama 2001; Chase y Chase 1996; Lecount y Yaeger 2010) y modelos segmentarios (Demarest 1992, 2013; Golden y Scherer 2013; Webster 2005). Las investigaciones de cambios políticos en los hinterland de las capitales Mayas pueden clarificar nuestra comprensión del poder real en reinos específicos (Canuto y Bell 2013, Lecount y Yaeger 2010). Según los modelos segmentarios, el poder real era indirecto y tenía una extensión espacial limitada. De tal manera, los reyes Maya negociaron con elites semi-autónomás para alcanzar sus metas políticas en vez de dar órdenes directas a los asentamientos ubicados fuera de sus capitales. Así que la cabeza dinástica era incapaz de efectuar cambios permanentes en las estructuras políticas y económicas locales de los centros vecinos. En cambio, en el modelo centralizado los reyes Mayas eran capaces de instigar cambios rápidos y profundos como parte del proceso de crear un reino más extenso (Chas y Chase 1996).

Esta ponencia se enfocará en el desarrollo político de Copán y su hinterland, en base a su ubicación única. Debido a su posición entre diversos vecinos no-Mayas, de tradiciones culturales y políticas distintas, la influencia y las fronteras de Copán son más visibles que en los Reinos Mayas típicos de las tierras bajas. Específicamente, analizaremos el papel que Copán jugó en el desarrollo político de dos valles ubicado a su sureste: los valles de Cucuyagua y Sensenti.

Se examinará el tempo, grado y papel que Copán jugó en los cambios políticos en los valles de Cucuyagua y Sensenti durante del periodo Clásico (100-900 DC). A fin de comprender el grado de cambio político a lo largo del tiempo, se revisarán variaciones en dos características políticas visibles en los restos arqueológicos: la acción colectiva y la centralización del poder político. La acción colectiva se refiere a la habilidad de un grupo para trabajar juntos y para alcanzar metas comunes (Blanton y Fargher 2012; Carballo 2013, Carballo et al. 2014), y es visible en estudios de monumentalidad y energía invertida. Mido la acción colectiva comparando volúmenes de construcción y la capacidad de carga de espacios públicos, usando el coeficiente de Inomata (2006). Se investigaron cambios en la centralización política a través de estudios de la nucleación (De Montmollin 1995; Santley et al. 1991:4) y jerarquía administrativa (Wright 1994) visible en patrones de asentamiento, bajo la premisa de que las jerarquías administrativas más complejas y los asentamientos más nucleados son indicadores de un poder centralizado. También analizo las relaciones espaciales locales y la visibilidad de los líderes en sitios específicos. Con el objetivo de determinar qué papel jugo Copán en estos cambios es posible analizar similitudes estilísticas y estructurales en ambos valles y también medir su nivel de integración económica (Canuto y Bell 2013; Lecount y Yaeger 2010). Este conjunto de datos sugieren que Copán integró al valle de Cucuyagua dentro de su reino, y que estableció su frontera sudeste en ese valle. Los datos también sugieren que la influencia Copaneca en el más alejado valle de Sensenti fue más indirecta, aunque probablemente su presencia desestabilizó allí su orden político anterior.

 

Metodología e Investigación

 

Los valles de Cucuyagua y Sensenti están ubicados en el drenaje del río Alax, respectivamente a 25 y 40 km de distancia del valle de Copán (Fig.1). Los trabajos previos a nuestras investigaciones en esta área se limitaron a excavaciones en La Unión (Sanchez 2003; Stromsvik 1952) y a visitas rápidas a otros sitios de ambos valles (Stone 1957). Entre el 2011 y 2014 se realizó un reconocimiento sistemático de 400 km2 de la superficie de ambos valles. El reconocimiento consistió en una muestra al azar del 10% de las terrazas del río, y de las colinas y las montañas que circundan a cada valle. Esta técnica se inspira en la zonificación ambiental establecida en Copán, considerando las similitudes ambientales entre el valle de Copán y nuestra región de estudio (Turner et al. 1978). Además de la muestra al azar, también se hizo un recorrido sistemático de la terraza del río Alax, y se aprovechó de informantes locales para encontrar otros sitios. En total se identificaron 106 sitios: ocho de los cuales tienen componentes Preclásicos y 52 componentes Clásicos. En Febrero de 2015 los dos autores iniciamos una campaña de tres meses y medio de excavaciones de pozos sondeos en nueve sitios claves de ambos valles para refinar la cronología local. Solo podemos presentar impresiones iniciales basadas en las excavaciones porque el análisis de materiales está en curso todavía. Compartiremos los resultados de nuestras investigaciones revisando los patrones de asentamiento de cada valle durante el Protoclásico.

 

Discusión

 

En San Marcos, en el valle de Sensenti, y en La Unión, en el valle de Cucuyagua, se establecieron centros regionales durante el periodo Preclásico Tardío (AC 300-100DC), los cuales alcanzaron su apogeo durante el periodo ProtoClásico (100-400 DC) (Fig.2). Es probable que ambos centros fueran independientes debido a los 36 km de distancia, y al terreno montañoso, que los separan. Los dos sitios tenían enlaces fuertes con otros sitios contemporáneos del centro de Honduras y de El Salvador y carecían de enlaces obvios con las culturas Mayas (Sharer y Traxler 2006). De tal manera, los montículos de esta época los construyeron de tierra compactada y cantos de río y los ubicaron en plazas informales (Andrews 1977). Los dos valles también utilizaron modas cerámicas típicas de esta zona, incluyendo decoración Usulután, bases mamiformes y labios evertidos. Estos datos sugieren que ambos valles tenían poblaciones no-Mayas en el Protoclásico.

Nuestro entendimiento de la organización política en las sociedades no-Mayas Preclásicas del sudeste de Mesoamérica es incompleto tanto al nivel regional como local. Tradicionalmente los arqueólogos han identificado a estas sociedades como cacicazgos. Pero en general y más específicamente de acuerdo a mis datos, la evidencia no es concluyente (Hirth 1988; Schortman y Urban 2004). En la región de estudio hubo sistemas de organización político en ambos valles capaces de promover acciones colectivas significativas. La construcción precolombina más monumental de ambos valles está ubicada en el valle de Sensenti, en el sitio de San Marcos (Fig.3). Aunque la mayoría de este sitio Preclásico ya está destruido por el desarrollo urbanístico, el montículo uno tenía una medida de 50 m por 30 m y 8 m de altura, con un volumen de 5140 m3. Aunque no dispongo de datos sobre su historia constructiva, es probable que la misma implicase un volumen de trabajo significativo. También hay evidencia de uso de espacios públicos en San Marcos, donde más de 800 individuos pudieron caber en su plaza más amplia.

El grupo Preclásico de La Unión era un poco más humilde y consistía de cinco montículos, tres con alturas de cuatro metros y volúmenes de alrededor de 1000 m3 (Fig.4). Su plaza era más restringida y sólo tenía espacio para 400 personas usando el coeficiente más conservador de Inomata (2006). Es difícil comparar el tamaño de aquella plaza con un grupo residencial porque en La Unión ningún grupo residencial claro ha sido identificado. Pero hay evidencia de un centro monumental en ambos valles, construido por y sirviendo como escenario para los rituales y actividades de la población local.

El grado de centralización del poder político es más ambiguo en ambos valles. Si hubo elites poderosas, encargadas del manejo político de ambas zonas, estas no son muy visibles hasta ahora en nuestros datos. Los patrones de asentamiento apuntalan la idea de un grado de centralización político. Había tres niveles en la jerarquía administrativa local, Incluyendo un centro regional, centros secundarios y sitios residenciales sin montículos. El sitio de Llanos del Aguate, ubicado a 2 km al norte de San Marcos, con un montículo Preclásico de cuatro m de altura, probablemente era un sitio secundario de San Marcos; y en Cucuyagua hay evidencia de un sitio secundario Preclásico y varios sitios residenciales alrededor de La Unión. Pero si hubo una clase de gobernantes, su posición en la sociedad era menos obvia que en la sociedad del Clásico. No encontramos contextos domésticos claramente de elite, ni iconografía mostrando una clase de elite, ni mucho menos entierros clasificables como tales. Cito esta falta de evidencia porque es un patrón generalizado en el Sudeste de Mesoamérica (Hirth 1988; Schortman y Urban 2004).

El centro de San Marcos y el grupo PreClásico de La Unión fueron abandonados antes del fin del Protoclásico. El colapso social en el valle de Sensenti fue más pronunciado. San Marcos permaneció deshabitado hasta el tiempo moderno, pese a que su emplazamiento es óptimo para un pueblo. Aunque solo son impresiones, y mi análisis cerámico no está terminado, no encontramos mucha cerámica diagnóstica del periodo Clásico Medio en ninguno de los cuatro sitios Clásicos excavados en Sesenti. Esto tal vez sugiere un hiatus, o tiempo extendido de reorganización social, durante el Clásico Medio.

Mientras que el complejo de cinco montículos Protoclásico de La Unión fue abandonado; allí no hubo un colapso similar al de San Marcos. Las conclusiones de Carleen Sanchez (2003) las apoyan mis propias investigaciones, que sugieren que el centro Clásico de La Unión fue fundado en el Clásico Medio alrededor del grupo Preclásico. Allí encontré cerámicas del tipo Chilanga, un marcador cronológico del Clásico Medio, en los niveles más profundos de tres de mis pozos de sondeo. Más bien hay una relación espacial interesante entre el grupo Preclásico y el asentamiento Clásico, lo que sugiere continuidad entre ambas tradiciones. Aunque el grupo Preclásico ocupaba algunos de los terrenos menos susceptibles de inundación en todo el sitio de La Unión, nunca fue demolido ni modificado por los residentes Clásicos de La Unión. Más bien las residencias Clásicas fueron construidas al norte, sur y este del citado grupo.

En el Clásico Tardío distintas formas de organización política se desarrollaron en ambos valles (Fig.5). Los asentamientos en el valle de Cucuyagua muestran influencias claras del sitio Maya de Copán. Además de similitudes estilísticas, hay evidencia de un acercamiento estructural de la organización política en el valle de Cucuyagua con Copán. Como en Copán, se identifica una extensa capacidad de acción colectiva. En total, el núcleo de La Unión tiene más de 7000 m3 de relleno y su estructura más alta alberga más de 1000 m3 de relleno (Fig.6). Más bien la plaza principal de La Unión tuvo una capacidad conservadora de 1800 residentes. Todos estos datos sugieren que en Cucuyagua hubo una mayor capacidad de cooptación de acción colectiva durante el Clásico tardío que en el ProtoClásico.

Además, en La Unión es evidente un asentamiento nucleado y una jerarquía administrativa desarrollada, lo que sugiere un sistema político centralizado similar al sistema Clásico de las Tierras Bajas Mayas. El asentamiento en el valle de Cucuyagua es nucleado, con algo menos del 60% de los 402 montículos Clásicos allí identificados por el reconocimiento concentrados en La Unión. Afuera de La Unión, hay tres sitios secundarios monumentales, Cucuyagua, Jopopo y El Barro. Cada sitio tenía un montículo de 4 m de altura, pero menos de 20 montículos. También hay otros 12 sitios residenciales sin arquitectura monumental. Estos dos datos apoyan la idea de un sistema político más centralizado administrado por un gobernante local.

El plan de La Unión también apoya la idea de que un linaje monopolizaba el poder político y económico. Como sugiere Carleen Sanchez (2003), la plaza restringida LUC1, en el sector sur del núcleo del sitio, probablemente era la residencia de sus gobernantes. Los basureros encontrados por mis excavaciones alrededor de la plaza contenían comales, ollas para cocinar y otros restos domésticos. Su ubicación vinculada a la arquitectura pública del núcleo, y su tamaño, más de dos veces más grande que cualquier otro grupo residencial en el sitio, apoya la idea de que era la residencia de los gobernantes locales. Así que La Unión, en una escala más modesta, seguía el mismo tipo de organización política que Copán.

Además, como mencionaba anteriormente, en La Unión hay evidencia de fuertes enlaces estilísticos y económicos con Copán. La cancha de pelota de La Unión, con dimensiones y técnicas constructivas similares a la Cancha 1 de Copán y decorada con marcadores de piedra en forma de Guacamaya, son los enlaces estilísticos más fuertes con Copán (Stromsvik 1952) (Fig.7). Los marcadores de La Unión son casi idénticos a los marcadores del tiempo clásico de la cancha 1de Copán. La Guacamaya, o “Mo”, prácticamente era un signo real de Copán, debido a que era parte del nombre de Yax K’uk Mo, el fundador de la dinastía copaneca. Afuera de la cancha de pelota, imágenes de guacamayas también se representan en varias etapas del Magarita una etapa de Templo 10L 16, el templo dinástico de Copán (Sharer et al. 1999). La ubicación de La Unión también tiene mucho en común con la de Copán y Quiriguá, especialmente en sus versiones más tempranas. Como en Copán, el sur del núcleo de La Unión era usado como un espacio restringido de elite. El sector central era un espacio ritual y público, y al norte de este sector en ambos sitios se ubica la cancha de pelota. Finalmente, La Unión tiene mucho de los mismos estilos de cerámica fina de Copán, como Copador, Surlo, Gualpopa, Chilanga y Catepillar. Por si fuera poco, la cerámica utilitaria local, llamada Talquesalapa por Carleen Sanchez debido a sus pastas distintivas, es muy similar en su decoración al tipo Cementario de Copán. A mi parecer, el conjunto de la evidencia es suficiente para concluir que el sistema político de La Unión estaba integrado con, y transformado por, la dinastía de Copán. Debido a las continuidades señaladas con el asentamiento PreClásico, es probable que la mayoría de la población local siempre fuese no-Maya, aunque la región se hubiese integrado dentro del reino de Copán.

En contraste, el desarrollo político de Sensenti sigue un patrón más típico del centro de Honduras durante el Clásico Tardío. Debido a la distancia y terreno entre los centros de población en Sensenti y Cucuyagua, creo que la zona permaneció independiente. Hay una distancia de 26 km entre las zonas más pobladas en los dos valles. Para profundizar en esta idea, hice un análisis de “least cost path” de distancia entre sitios secundarios de Copán, el cual sugiere que los centros estaban regularmente distribuidos en un promedio de 16 km. La falta de un centro secundario de cualquier tipo en el valle de Sensenti, o aún más lejos, sugiere también que esa zona estaba afuera de la esfera de influencia de La Unión o Copán.

Por esto creo que en el valle de Sensenti hubo una transformación a un sistema política descentralizado en el Clásico Tardío. Las poblaciones en esta época tenían una capacidad limitada de acción colectivo. El montículo clásico más grande de todo el valle sólo tenía 3 m de altura y 350 m3 de volumen. Ningún centro ni plaza pública clara existía en los sitios de Sensenti. En vez de un espacio claramente público hubo varias plazuelas residenciales de elite de tamaño grande. En el sitio de Sensenti, el más extenso del valle, había una plaza con una capacidad conservador de 677 personas, otra con una capacidad de 598 personas, y otra con una capacidad de 400 personas (Fig.8).

En consonancia con los anteriores datos, la evidencia apunta a la existencia de un sistema político descentralizado. El asentamiento en el valle de Sensenti es disperso, con menos del 20% de los montículos conocidos en el valle concentrados en el sitio local más grande. También solo hay evidencia de dos niveles en la jerarquía administrativa local: sitios residenciales y sitios con grupos monumentales. Para mí esto sugiere que había múltiples linajes de elite compitiendo por el poder, los seguidores y los recursos del valle. Esto no significa que estas élites carecieran de recursos. Las subestructuras en las plazuelas de élite están hechas de piedra labrada y hay dos tumbas de piedra cuadrada finas conocidas en el valle. Pero viendo el sistema político local, tiene más similitudes con el patrón de asentamiento y con las modas de la Honduras central, como en el valle de Cuyamapa (Joyce y Hendon 2000), el Lago de Yojoa (Buadez y Becquelin 1973) y el valle de Comayagua (Dixon 1992), que con Copán. Esto no significa que el valle de Sensenti careciera de contactos o influencias de Copán. Hay un ejemplo de escultura arquitectónica conocida del valle de Sensenti. También Sensenti comparte muchos de los mismos tipos de cerámica presentes en Copán, como Surlo, Copador y Gualpopa. Pero el sistema político local era más semejante al de otros lados del Centro de Honduras que al sistema político copaneco.

 

Conclusión

 

Basado en estos patrones locales, podemos decir más generalmente que la organización política de Copán era centralizada. En los valles estudiados, cambios drásticos ocurrieron al final del ProtoClásico, cuando Copán se estaba integrando como una entidad política al estilo de las Tierras Bajas Mayas. Pero a partir del Clásico las similitudes estilísticas y estructurales entre el valle de Cucuyagua y el de Copán, nos sugieren que esta zona se integró finalmente dentro del reino de Copán y que sus líderes jugaron un papel importante en su transformación. Así que sostenemos que un modelo de organización político más centralizado es más apropiado para describir al estado de Copán. Pero este estado tenía sus límites también. Aunque sólo había 40 m al sureste de Copán, en ningún momento podemos decir que Copán tomó control de Sensenti, aunque había un contacto e intercambio regular. La pregunta pendiente es si la caída de San Marcos tuvo relación alguna con la formación del estado copaneco, pues su abandono en el ProtoClásico parece coincidir con la consolidación de Copán. Esta es una posibilidad. Pero también es muy posible que el abandono de San Marcos estuviese relacionado con procesos regionales que no tenían mucho que ver con Copán y su fundación. Hay evidencia de colapso no sólo de San Marcos, sino también de otros centros regionales del centro de Honduras, como Los Naranjos, en el ProtoClásico, cuya caída seguramente tampoco nada que ver con la creación y la expansión del estado de Copán.

 

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Fig. 1: Mapa Regional.

Fig. 2: Sitios Preclásicos del región de estudio.

Fig. 3: Croquis de San Marcos.

Fig. 4: Croquis de La Unión Preclásico.

Fig. 5: Sitios Clásicos del región de estudio.

Fig. 6: Croquis de La Unión.

Fig. 7: Foto de marcadores de cancha de pelota de La Unión.

Fig. 8: Croquis del sitio de Sensenti.