16. EL PAPEL ECONÓMICO DE SALINAS DE LOS NUEVE CERROS Y SUS VECINOS A TRAVÉS DE LA HISTORIA

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El papel económico de Salinas de los Nueve Cerros y sus vecinos a través de la historia.

El sitio arqueológico Salinas de los Nueve Cerros se encuentra en una parte calurosa y pantanosa de la llanura de inundación del Río Chixoy en las Tierras Bajas del Sur, 7 km al norte de la Sierra de Chama. El clima incluye temperaturas más arriba de 32° C y recibe un promedio de 2.252 m de precipitación al año (INSIVUMEH 2003). Se define por tres rasgos geográficos principales. 1) En el centro de la ciudad se encuentra un domo de sal donde sale un arroyo salado asociado con las salinas. 2) Al oeste de la ciudad se encuentra la Sierra Nueve Cerros, que extiende 21 km y contiene múltiples cuevas (Schwab et al. 2012) y yacimientos de agua dulce. 3) El Río Chixoy forma la frontera norte de la ciudad, el que servía de ruta de contacto de los residentes con el resto del mundo Maya occidental.

El epicentro de la ciudad se encuentra entre la sierra y el domo de sal sobre un área levemente elevada rodeada por pantanos, con agua dulce al oeste y agua salada al este. La parte más al norte de la ciudad con arquitectura monumental, el grupo Tierra Blanca, se encuentra también sobre tierra elevada, en este caso sobre diques fosilizados y actuales separados por pantanos bajos que fueron áreas de alta productividad agrícola. Los restos más antiguos de la ciudad se encuentran en estas dos zonas, fechando al Preclásico Medio (Woodfill et al. 2014).

Además hay otras zonas residenciales –hay arquitectura monumental y esculturas de piedra al norte del domo (Dillon 1977, 1979) y al sur del epicentro hay un barrio restringido al Clásico Tardío y Posclásico llamado Tortugas (Woodfill et al. 2012, 2014).

Aunque todas estas zonas representaron un asentamiento contiguo durante el Clásico Tardío, tenían una cultura material distinta. En la Tabla 1, se puede ver los porcentajes de tradiciones provenientes de las Tierras Altas, Tierras Bajas y el área local (Transversal) en el Epicentro, Tierra Blanca y Tortugas. Por sus diferencias es probable que formaron distintos barrios (Woodfill et al. 2014).

 

La producción de sal

 

La zona de producción de sal se encuentra enuna plataforma artificial adosada a la base del domo de sal en el centro de Nueve Cerros. Las excavaciones de Brian Dillon en la década de 1970 (Dillon 1979, Dillon et al. 1988), alcanzaron los 9.5 metros de profundidad hasta el nivel friático por cual no pudo continuar, aunque se encontraba en relleno del Preclásico Tardío, mientras que otras zonas del sitio siguen hasta el Preclásico Medio (Woodfill et al. 2014). Sobre la plataforma hay 24 estructuras, incluidas varias plataformas con escalinata y tumbas de élite a la par de talleres para la producción de sal compuestos de hornos y las “vasijas de gran tamaño” tipo Atzam Rojo, cada una de las cuales tiene un diámetro de casi 2 m, que usaron para almacenar el agua salada y evaporarla parcialmente antes de hervirla (Dillon et al. 1988).

Se calcula que toda la plataforma tiene hasta 1,200,000 m3 de relleno artificial que incluye varias estructuras enterradas. Una tenía una tumba del Clásico Temprano, Tumba 5, que consistía de un individuo acompañado por ofrendas de vasijas y jade (Dillon et al. 1985, Dillon y Christensen 2005).Su cara fue removida en esta época, posiblemente para modelarla y enseñarla encima. Durante el Clásico Tardío, la tumba fue reabierta a través de un pozo que atravesó un piso de estuco (Dillon et al. 1985), y durante esta visita la cara fue puesta en su lugar encima de derrumbe que cubrió partes del esqueleto (Dillon y Christensen 2005); también los visitantes dejaron nuevas ofrendas –24 vasijas pequeñas de cerámica, muchas con tapaderas, que contenían 29 falanges, 26 navajas prismáticas de obsidiana completas o intencionalmente quebradas y una concha de mar. Es probable que estos dedos fueran autoamputados. Entonces, aunque hay poca evidencia que la élite estaba directamente involucrada en el proceso de sal, su presencia y nivel de control fue fuertemente mostrado por la cercanía a los talleres y al menos un individuo fue recordado y reconocido aún después de varias generaciones y renovaciones de la zona (Woodfill et al. 2014).

La fuente de sal en sí tenía un potencial prácticamente sin límites –el arroyo salino fluye todo el año y es entre dos y tres veces más salado que el agua del mar en Centroamérica (Dillon et al. 1988). Las salinas cubren un área de aproximadamente 250,000 m2 con un grosor promedio de .6 cm si no ha llovido recientemente, lo que significa que durante un gran parte del año hay 1,500 toneladas métricas de sal que se podía recoger sin hacer esfuerzo. Durante el invierno se repone mientras que inunda y seca el río, lo que significa que consecuentemente hay unas 4,500-6,000 toneladas métricas disponibles sin modificar el terreno de cualquier forma (Woodfill et al. 2014).

Para aprovechar más estas salinas, es posible que los Mayas hicieran estanques para evaporación solar (Woodfill et al. 2014) aunque desafortunadamente son difíciles de encontrar arqueológicamente mientras que estaban diseñados para llenarse de sedimentos. Además, Dillon encontró evidencia que los Mayas llevaron suelo con alta cantidad de sal desde las salinas hasta la zona de producción para filtrar la sal que contuvo, probablemente durante el verano (Dillon et al. 1988).

Lo que parece la maneraprimaria de obtener sal, sin embargo, fue a través de hervir el agua salada. Una gran parte del relleno de la plataforma consiste en moldes hechos bruscamente para evaporar el agua salada y dejar pastillas en forma de conos o cilindros delgados y anchos que fueron la unidad básica de intercambio hacia la época colonial (Tovilla 2000). Gran parte de estos moldes mostraba daño por fuego y estaban quebrados en un patrón consistente para lograr el producto final (Dillon et al.1988). Para hacer las pastillas, también encontró un horno hecho de dos paredes paralelas cubiertas interiormente con estuco. Contenía barro quemado y rodeado de tiestos quemados. Por el tamaño del horno y los moldes, podía haber hervido agua dentro de seis a siete moldes a la vez (Dillon et al. 1988).

Aún falta una investigación intensasobre la cantidad de sal quese produjo, pero se tiene una idea en base a factores que la podían haber limitado (Woodfill et al. 2014). El más importante de esos es la leña, que como lo mostró David Lentz et al. (2015) en Tikal. Además de la producción de sal, la leña fue necesaria parafabricar estuco, cerámica (incluyendo los moldes de sal) y figurillas. Además por las condiciones climáticas cálidas fue necesaria la preparación diaria de alimentos ya que rápidamente se descomponen. Aunque no hubo mayor uso de estuco en el sitio –era más común el adobe para las fachadas de los edificios, todavía fue necesaria gran cantidad de leña para actividades no directamente relacionadas con la producción de sal.

La leña sería la mayor limitante para la cantidad de sal producida, pero afortunadamente el Río Chixoy fue una fácil ruta para importar grandes cantidades de leña con poco esfuerzo. Ronald Canter recientemente identificó un área de unos 500 km2 donde la leña pudo haber sido recolectada fácilmente y enviada río abajo hacia la ciudad (Woodfill et al. 2014). Según los estudios hechos de van Leeuwen et al. (2014), la biomasa en ambientes tropicales es 28,500 toneladas/km2, por lo cual hubo un total de 14,250,000 toneladas métricas disponible de esta región. Sin embargo, parte de este terreno fue utilizado para la agricultura y asentamientos. Entonces, se reduce la cantidad de bosque disponible. Woodfill et al. (2014) estimaron que solo 10% de esta región fue apartado para la colección de leña. Según los estudios de las Tierras Bajas Mayas (Puleston 1982) y África sub-Sahariana (Bucholz et al. 2013), parece probable que hubo cosecha de leña cada cinco años. Por estas razones, se cree que hubo 285,000 toneladas métricas disponibles cada año.

Pero eso contiene toda la leña disponible para el uso dentro del sitio, que incluye la cocina, producción de cerámica, moldes, figurillas y construcción aparte de la producción de sal. Entonces, si usa un cuarto para hervir el agua salada, sería 71,250 toneladas métricas. Hirviendo el agua en vasijas cerámicas tiene una eficiencia de solamente 15% (McCracken y Smith 1998, citada en Akridge 2008); por lo cual tomaría unos 6.67 toneladas métricas de leña para producir una tonelada métrica de sal, que da una figura final de un poco más que 10,000 toneladas métricas de sal por año (Woodfill et al. 2014).Si uno agrega la cantidad de sal presente en las salinas (4,500 toneladas métricas) sin incluir el filtrado la sal directamente del suelo acarreado de las salinas o la creación de estanques para la evaporación, todavía significa un total de 14,500 toneladas métricas de sal, lo que sería suficiente para abastecer a más de 5 millones de personas (Woodfill et al. 2014). Toda esta sal pudo haber sido fácilmente transportada por río y por tierra hacia gran parte del mundo Maya occidental con poca inversión energética (Dillon 1977, 1981; Woodfill et al. 2014).

Por supuesto, la cantidad de sal pudo haber sido mucho más alta –importando más leña, filtrando el suelo,ampliando las salinas y parcialmente evaporando el agua salada antes de hervirla. Dillon et al. (1988) sugieren que las vasijas de gran tamaño del tipo Atzam Rojo pudieron haber servido para esta función, mientras que tienen diámetros anchos (casi 2 m) dejando mucha superficie expuesta al sol. Aunque la lluvia pudo haber complicado este proceso, hubiera sido fácil de cubrirles (Woodfill et al. 2014).

 

Otras actividades económicas

 

Obviamente por la discusión anterior, la producción e importación de leña hubiera sido de mayor importancia para los Nueve Cerreños. Al final de este año, se espera contar con resultados de los estudios paleoecológicos de Carlos Avendaño y suequipo de biólogos de la Universidad de San Carlos para poder comprobar la presencia de bosques manejados en el área.

Mientras que Nueve Cerros fue un centro económico de mayor importancia en la región, no hay duda que expandieron sus actividades para aprovechar otros bienes importantes. Además de leña, hay múltiples productos agrícolas que pudieron haber cultivado. Por la combinación de suelo volcánico y bajos fértiles, es posible lograrun alto nivel de fertilidad, se sabe que al llegar los españoles se impactaron por la cantidad de cacao, achiote, algodón y vainilla que se produjo en la región (Caso y Aliphat 2006, van Akkeren 2012).

Dentro del sitio, se sabe que la producción de sal –aunque fue la fuerza motriz de la economía regional– no ocurrió en forma aislada de otros aspectos de producción. Estaba íntimamente relacionada con la manufactura de moldes de cerámica para hervir y guardar el productoy de herramienta lítica utilizada para el refinamiento de sal como manos y piedras de moler especiales(Mijangos en Woodfill et al. 2013). Además de eso, la cantidad decomerciantes pasando por el río involucrados en la distribución de sal permitieron que se ampliara el enfoque económico del sitio. Hasta la fecha se ha encontrado evidencia de producción de artefactos de obsidiana, jade, figurillas y vasijas además de la pesca (Castellanos et al. 2012, Sears 2011, Woodfill et al. 2013, Mijangos comunicación personal 2014).

 

 

La vida en la periferia

 

Carlos Avendaño (2012) encontró evidencia de ocupación y jardines forestales al sur del sitio alrededor de Laguna Lachua que continuo hasta alrededor de 1100 DC. En 2014, los arqueólogos Judith Valle, Sheryl Carcúz y Antolín Velásquez ampliaron la vista del proyecto a través de excavaciones en la periferia del sitio entre Nueve Cerros y Laguna Lachua en el pueblo antiguo Santa Lucía (Valle 2015, Carcúz 2015, Velásquez 2015).

Se puede inferir que este grupo fue ocupado por personas más sencillas que las que habitaron la ciudad, pues se observó un patrón de asentamiento disperso sobre una elevación natural rodeada de una quebrada cuyo cause conduce un pequeño río que en el invierno aumenta el caudal. No mostró elementos constructivos y arquitectónicos claros, como presencia de bajareque, ni tierra apisonada o el arranque de algún muro. Se ha fechado preliminarmente para el Clásico Tardío, con presencia cerámica de los tipos Subin Rojo y Osoquin predominantemente (Valle 2015).

Es posible que el área fuera adecuada para varios usos como habitación evidenciada por la recuperación de cerámica utilitaria (Carcuz 2015); para la agricultura o para realizar alguna actividad relacionada con la producción de herramientas, como lo sugiere el hallazgo de bifaciales de pedernal, algunos con huella de uso, que aunque de mala calidad, poroso y opaco, hay abundancia de lascas y deshecho de talla, (Valle 2015) Dillon (comunicación personal 2011) encontró una fuente de pedernal dentro de la Sierra Nueve Cerros con similares características.

Además se puede inferirque importaron herramienta ya manufacturada como lo muestra la recuperación de la parte proximal de un fragmento de bifacial, la materia prima de este es un pedernal color corinto con una textura cerosa y suave al tacto, se observa una talla finamente acabada, además la cantidad de navajas prismáticas de obsidiana, fragmentos de estas y un fragmento de bifacial de este mismo material. La presencia de lascas fue en una relación de 1 a 3 con respecto a las navajas prismáticas, lo contario con el pedernal que como se menciona antes hubo abundancia de lascas y deshecho de talla (Valle 2015).

Aunque los habitantes de este grupo periférico tuvieron acceso tanto a materias primas locales como importadas y que potencialmente tuvieran una economía básica que les permitiera la subsistencia es posible que dependiera política y jerárquicamente de algún grupo mayor localizado en el norte del sitio.

 

Nueve Cerros como un centro económico del mundo Maya occidental

 

Desafortunadamente, NaCl es un mineral muy volátil y soluble, por lo cual es casi imposible encontrarlo en el record arqueológico. Por eso, toda la discusión sobre la escala de producción y la organización social de la ciudad alrededor de esta producción se basa no en líneas directas de evidencia, sino los siguientes conceptos: 1) los estudios de Dillon (1977, 1979; Dillon et al. 1988; Woodfill et al. 2014) muestran que hubo un nivel de producción mayor al que fue necesario para la población local. 2) La ciudad muestra una larga ocupación y la explotación de las salinas es todavía mayor, empezando en el Preclásico Medio y llegando hasta el Siglo XX (Tovilla 2000, Dillon 1977, 1979, Schwab et al. 2012, (Woodfill et al. 2014). 3) Nueve Cerros logró mantener lazos fuertes con otras ciudades en el mundo Maya occidental a través de los años. 4) Hay edificios administrativos asociados a talleres para la producción de sal que contienen tumbas de élite, y esta zona de producción de sal queda menos que 600 m del epicentro de la ciudad (Woodfill et al. 2014).

Esta fuente de sal era importante. Era la única no marina dentro de las Tierras Bajas Mayas y estaba a la par de la red fluvial principal del mundo Maya. Mientras que las partes más antiguas del sitio son la zona de producción de sal, el epicentro y la zona Tierra Blanca, parece que desde el principio los residentes de la región estaban viviendo en los lugares donde era más fácil fabricar y comercializar la sal (Woodfill et al. 2014). A más tardar, durante la época Clásica la élite estaba asociada directamente con la fábrica de sal. Esto es muy significativo en relación al papel de la élite en la producción de bienes cotidianos, mientras que hasta la fecha hay poca evidencia para comprobar o descartar una relación. Los ejemplos que se tienen de talleres atados a la élite son de bienes élite como la jade (e.g., Inomata y Triadan 2000; Foias 2002; Emery y Aoyama 2007, Andrieu 2008, 2009, Andrieu y Forné 2010; Aoyama 2009;Demarest et al. 2014). Aquí se puede ver el mismo patrón aunque es de un bien no de élite.

Para Woodfill et al. (2014), eso no significa que la élite estaba trabajando directamente con la sal, mientras que es un trabajo desagradable. Aparte de la tecnología e ingeniería básica necesaria de organizar la producción no hubo ningún conocimiento especializado que pudo haber alcanzado el estatus de los productores de sal. En contraste hay mucha evidencia de que la élite estaba más interesada en el control simbólico de producción que la participación en esta (Lucero 1999; Inomata 2001; Demarest 2006; Aoyama 2007, 2009; Andrieu et al. En Prensa).

Sin embargo, aún con la evidencia de riqueza dentro de la ciudad y los fuertes contactos con otras regiones y sitios mostrados por el material importado y los estilos imitados, cualquier sal proveniente de Nueve Cerros habría desaparecido por consumo o acciones de agua. Por eso, la sal es un bien frustrante para estudiar y es necesario que cualquier interpretación del sistema económico tenga que estar construido a base de evidencia indirecta. Aun así, por la infraestructura existente, la escasez del mineral en Centroamérica y el potencial alto dentro de la ciudad, es obvio que la sal fue un bien importante en Nueve Cerros que fue exportado a grandes cantidades.

Por la presencia del Río Chixoy y la ruta Transversal de tierra, hubiera sido fácil transportarla hacia una gran parte del mundo Maya occidental, lo que hace posible que fue ese el mercado principal, y eso es lo que muestra la evidencia cerámica (Woodfill et al. 2014). Por la misma topografía, sistema fluvial y evidencia arqueológica, es poco probable que expandió su territorio hasta las Tierras Bajas del Suroriente, mientras que hubo salinas importantes en la costa sur de Belice que podían haber sostenido los mercados de Belice, Izabal y el este de Petén (McKillop 2002).

 

Conclusiones

 

Con la posible excepción de Colha y su pedernal de alta calidad (Shafer y Hester 1983), no hay ninguna otra ciudad Maya tan fuertemente asociado con una fuente natural de un material crudo de gran valor y aun así la fuente de pedernal queda fuera de los límites del asentamiento allí. Las investigaciones en Nueve Cerros, entonces, son importantes por las posibilidades para examinar directamente el control de élite sobre la producción e intercambio de un bien cuotidiano. La fuente se encuentra en el centro de la ciudad y fue el enfoque de un programa arquitectónico masivo para controlar y aprovecharlo al alto nivel (Woodfill et al. 2014).

Al contraste de todos los otros bienes en bruto que fueron intercambiados de larga distancia durante la época Clásica (e.g., jade, pirita, obsidiana, pedernal fina, granita, basalto, sal de mar y materiales perecederos como plumas y pieles), esta fuente se ubicada en el centro de una gran ciudad y por eso es posible de responder a preguntas directamente relacionadas con control de élite de al menos un bien cotidiano, mientras que en la mayoría de casos uno está limitado a abstracciones y estudios comparativos por la distancia entre centros élites y el punto de extracción.

Mientras que este caso es tan singular, sin embargo, los autores estamos reticentes de exportar este modelo hacia el resto del mundo Maya Clásico donde no hay lazos tan obvios. Al contraste, solamente se quiere agregar estos resultados al cuerpo que ya existente que muestra que las relaciones entre el poder de élite y el control económico son más variables que como habíamos considerado.

 

Agradecimientos

 

Los autores queremos agradecer a los miembros de Proyecto Salinas de los Nueve Cerros, IDAEH y el Ministerio de Cultura y Deportes, la Universidad de Minnesota, los residentes de la Ecoregión Lachua y la Fundación Alphawood, todos de los cuales hicieron posible esta investigación y publicación.

 

 

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Fig. 1: Mapa de Salinas de los Nueve Cerros.

Fig. 2: Zona de producción de sal (Modificado por Brent Woodfill del original realizado por Marc Wolf y Antolín Velásquez).

 

Fig. 3: Área probable para obtener la leña, usado por los residentes de Salinas de los Nueve Cerros (Gráfico Ronald Canter).

Fig. 4: Santa Lucía Viejo (Modificado por Brent Woodfill del original de Antolín Velásquez).

Cuadro 1: Frecuencia relativa de estilos cerámicas provenientes de las Tierras Bajas del sur, Altiplano del Norte y de la Franja Transversal de tres zonas de Salinas de los Nueve Cerros durante el Clásico tardío.