27. La temporada 2017 del Proyecto Naachtun (2015-2018)

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27.  La temporada 2017 del Proyecto Naachtun (2015-2018)
Abstract

The 2017 field season of the Peten-Norte Naachtun Project was successful in different aspects. In a one hand, we begun excavations in the Acropolis V which provided important data both on the development of this compound during the Early Classic Period and relating to the various rituals associated to this important funerary structure. On the other hand, we could get additional data on this period in various other parts of the city such as the Triadic Complex or the E-Group. Regarding our understanding of the Late and Terminal Classic period in Naachtun, fresh data from Group B Patio 6 and 22, refined the sequence of occupation of this compounds and show new funerary practices. Finally, the paleo-environmental studies could establish a strong relationship between aguadas and agricultural practices.

Introducción

La octava temporada de campo del Proyecto Naachtun fue bastante fructífera a nivel de avances y hallazgos. Se enfocó en tres temas bien distintos: las investigaciones sobre el Clásico Temprano, periodo clave de la segunda fase del proyecto, lo cual abarcó sectores como la Acrópolis V, el Complejo Tríadico y el Grupo de Tipo E; el segundo tema fue completar nuestra comprensión de los complejos de patios en el Grupo B, en particular los patios 6 y 22, los cuales albergaron a las residencias de las élites del Clásico Tardío y Terminal; finalmente se efectuaron trabajos paleo-ambientales en diferentes sectores del sitio, destinados a entender las prácticas agrarias, la gestión del agua y el manejo de los recursos naturales en general.

La Acrópolis V

Después de dos temporadas dedicadas al registro de las numerosas trincheras de saqueos en la Acrópolis V, lo cual había permitido documentar una larga y compleja secuencia de construcción ilustrada por numerosas estructuras sub localizadas adentro de la plataforma superior, iniciamos en 2017 un intenso programa de trincheras exploratorias y sondeos que logró precisar el desarrollo de este conjunto, inclusive modificar, en muchos aspectos, la comprensión que teníamos de él (Nondédéo, Michelet y Begel 2016). Cabe recordar aquí que la Acrópolis V es de carácter funerario y albergó muchas sepulturas de los gobernantes y posiblemente de otros miembros de la familia real de Naachtun durante el Clásico Temprano.

En 2017 el trabajo consistió en registrar tres túneles más de saqueo (10, 31, 32), y, sobre todo, en excavar nueve trincheras y siete sondeos, algunos colocados en la fachada oeste, hacia donde abre el conjunto, otros en la fachada norte donde existía la posibilidad de otro sistema de acceso a la plataforma superior y, finalmente, los últimos en la plataforma superior, donde había que establecer la secuencia de construcción de los templos presentes sobre ella, mismos que fueron considerados, al inicio, como los más tardíos de la acrópolis. Sin entrar en detalle en todos los avances de esta operación que coordinó P. Nondédéo y que involucró a J. Begel, R. Rodas e I. Barrientos, sintetizaremos aquí algunos de los aspectos que vale la pena recalcar.

A diferencia de lo que se pensaba, no existe una sola y larga escalera que ocupaba en el lado oeste del conjunto, sino en realidad tres escaleras individuales que daban acceso a cada uno de los tres templos superiores (V-e, V-f, V-g). Cada escalera, saliente, estaba enmarcada por muros en talud decorados con mascarones estucados y pintados de naranja. Estos mascarones, que no liberamos para no dañarlos, se encuentran de cada lado de una escalinata angosta (1.7 m de ancho) que permitía el acceso a la plataforma superior, mediante un pasillo que corría entre cada templo de la fila oeste. El nivel de piso de la plataforma superior se encuentra 3.5 m arriba del nivel del piso de la plaza al oeste. Esta gran fachada oeste, con su alternancia de escaleras y mascarones conoció varias remodelaciones y ampliaciones en su historia y está asociada con cuatro pisos de plaza que se fechan todos para el Clásico Temprano (Balam I, para el primero, y Balam II para los siguientes). Otro detalle importante es que esa fachada fue completamente y cuidadosamente recubierta (tanto las escaleras como los mascarones) con piedrín, mortero de cal e hileras de piedras. No sabemos aún si este relleno sirvió para ocultar la fachada o cerrar definitivamente el espacio sepulcral, o si era el inicio de una nueva etapa de construcción nunca terminada. En todo caso, cabe mencionar que encima de este nivel de relleno, se halló un importante basurero del Clásico Tardío y Terminal, lo que sugiere que hubo una clausura de al menos una parte de la Acrópolis hacia el final del Clásico Temprano, pero que, sin embargo, persistió allí cierta actividad, tal vez de otra índole, después de 550-600 DC, cuando ya no se sepultaban individuos en la acrópolis.

En la plataforma superior, las trincheras realizadas permitieron replantear el desarrollo general del conjunto. Los tres templos del lado oeste están directamente construidos sobre basamentos sub anteriores, decorados con molduras en delantal, cuyas dimensiones no coinciden exactamente con las de los templos superiores. Estos basamentos anteceden la construcción de la fachada oeste del conjunto y fueron totalmente recubiertos al edificar la plataforma superior cuyos dos últimos pisos se fecharían de Balam III. Otro dato importante, las excavaciones realizadas en la plataforma superior entre los edificios V-b y V-f, los cuales marcan el eje principal E-O del conjunto, mostraron que el edificio V-b daba al oeste mediante una escalera monumental que pasaba por debajo del templo V-f así como por debajo del basamento que lo precede. Esto significa que el edificio V-b (así como tal vez los templos V-a y V-c) fue uno de los primeros templos en construirse, bien antes de la fila oeste, y que las demás construcciones se organizaron en torno a él. Esta secuencia, tal como aparece hoy día, recuerda un poco la de la Acrópolis Norte de Tikal donde los templos 32 a 34 en la Terraza al sur vinieron a adosarse contra los templos anteriores de la plataforma norte.

También cabe agregar que este eje central E-O de la Acrópolis está bien marcado por rituales de abandono que se detectaron tanto al exterior como al interior del cuarto trasero del templo V-f. Ahí mismo, se localizó una concentración de carbones mezclados con tiestos contra la pared este. Una recolección de tan sólo 20 litros de sedimentos dio más de 500g de carbón y resinas, lo que nos habla de la intensidad de los rituales realizados encima de la cámara 7, los cuales incluyeron quema de pino tal como lo muestran las observaciones antracológicas preliminares realizadas por L. Dussol. En la cámara 7, situada justo por debajo del piso quemado y estudiada por I. Barrientos, se recolectaron los huesos de tres individuos adultos y de un subadulto, juntos con escasos adornos de spondylus, fragmentos de revestimiento de estuco y residuos de pigmento rojo en el fondo de la cámara saqueada.

Por su parte, las excavaciones del sector norte y noroeste permitieron determinar que la plataforma superior tuvo dos remodelaciones principales, siempre asociadas con cuatro pisos. En este lado norte de la acrópolis, no existió un sistema de acceso sino más bien un sistema de cuerpos ataludados con una serie de plataformas adosadas al pie. Lo mismo ocurre en la esquina noroeste donde, paradójicamente, el templo V-h no contaba con un sistema de acceso al oeste, ya que, en vez de encontrar una escalera, descubrimos varias plataformas adosadas contra los cuerpos ataludados de la plataforma superior.

En el ámbito ritual, las excavaciones 2017 en la Acrópolis V fueron fructíferas. Mencionaremos primero el hallazgo, en la fachada oeste, en el punto de unión entre la escalera de acceso al templo V-f y un cuerpo sub, de un depósito de esquina (Dep. 33) sellado por el piso de la plataforma basal: consiste en un cráneo humano dispuesto entre dos vasijas con pestaña basal colocadas labio contra labio. Cuando se depositó, el cráneo tenía aún sus tejidos, pero dada la alteración de las cervicales no se pudo determinar si este depósito fue el resultado de un sacrificio o de un desmembramiento post-mortem. Este depósito, sellado por el piso, se asocia con una remodelación de la fachada oeste, la cual oculta una etapa anterior con un cuerpo en talud pintado de naranja. Depósitos un poco similares en cuanto a disposición, pero no tanto a nivel de contexto, fueron encontrados en Cahal Pech, Belice (Awe 2013) o en Tikal (Becker 2009).

Al pie y en el eje central de la escalinata de acceso al templo V-f, se colocó un sondeo que reveló la presencia de un altar monolítico liso de piedra caliza, de aproximadamente 1.20 m de diámetro por 28 cm de grosor. Al pie mismo del altar, del lado oeste, y a una distancia de 1 m aproximadamente, se localizó una serie de 6 depósitos (Dep. 34, 38-42), cada uno compuesto de dos a cuatro vasijas colocadas labio contra labio. Dispuestos dentro de las vasijas, se encontraron en dos casos (Dep. 34 y 38) restos humanos. En el depósito 34 se trataba de un cráneo adulto con sus órganos dentales, más los dientes de un segundo adulto; en el depósito 38: sólo había los órganos dentales y gérmenes de un subadulto sin huesos asociados. Entre el material presente en estos depósitos, que evoca la muerte y el paso hacia el mundo subterráneo, se puede mencionar un medallón cuadrilobulado roto, cuentas de piedra verde, adorno de concha, navajas de obsidiana y otros elementos orgánicos en proceso de identificación. Todos estos depósitos se encuentran a diferentes profundidades, los unos acomodados en la roca madre recortada a propósito, los otros justo por debajo del altar, pero todos aparecieron en un mismo relleno muy compacto. Eso significa que el altar fue objeto de un tratamiento especial en el momento de su colocación ya que no se encontraron aquí los cuatro pisos de plaza que pudimos observar al pie de todo el conjunto.

Complejo Tríadico

Operaciones relacionadas con el Clásico Temprano llevadas a cabo por J. Hiquet en otros sectores proporcionaron datos importantes para este periodo. Así, el análisis detallado de la trinchera de saqueo 1, del lado norte del Complejo Tríadico, permitió no sólo localizar una plataforma sub ataludada, de pequeña dimensión, que se fechó para el inicio del Clásico Temprano (Balam I), sino también la cámara funeraria de un personaje importante de la dinastía de Murciélago. Parcialmente excavada en la roca, esta cámara de orientación N-S posee una bóveda en “escalera invertida” de muy buena calidad; mide 2.1 m de largo por 1.6 m de alto. Entre el material dejado por los saqueadores pudimos recuperar huesos, en particular del cráneo (parietal y frontal pintados de rojo), y elementos de las extremidades inferiores aún en conexión lo que permite afirmar que la cabeza se encontraba al norte. Entre el material recuperado, hay que mencionar numerosas cuentas de concha (oliva), elementos de mosaicos de jade y de concha, elementos de orejera de piedra verde, fragmentos de espinas de mantarraya y numerosos dientes perforados de un carnívoro que formaban parte de un collar. Entre los materiales foráneos recolectados, se puede mencionar restos de pirita, un mineral íntimamente relacionado con Teotihuacán. Si la fecha de esta sepultura coincide con el material cerámico encontrado en la tumba, es decir de la fase Balam I (150-300 DC), tendríamos pues, aquí, la sepultura de uno de los más antiguos gobernantes del sitio, cronológicamente muy cercano al fundador de la dinastía. Por otra parte, los elementos presentes allí y relacionados con Teotihuacan indicarían que la conexión entre el sitio y la gran metrópolis se habría establecido bien antes de la “Entrada” a Tikal.

En otro renglón completamente distinto, pero ligado a la operación anterior, se inició este año un programa de limpieza y de mantenimiento de las estelas de Naachtun a cargo de Mariana Colín, el programa se enfocó en la estela 24, un monumento importante para la historia del Clásico Temprano y que se encuentra al pie del Complejo Tríadico. Muy alterada por problema de deslaminación de la piedra caliza, por múltiples fracturas y grietas, y el desarrollo de microorganismos, de concreciones de sales, etc… la estela se encontraba en peligro de deshacerse. Mediante un trabajo de limpieza, un tratamiento para su remineralización y el relleno de las grietas con distintas capas de sacrificio se pudo estabilizar el estado de la estela y hacer que las inscripciones sean más visibles y legibles.

La pirámide “La pérdida”

La búsqueda de etapas constructivas tempranas en edificios públicos nos llevó a explorar el túnel oeste de la pirámide la Perdida, lo cual permitió localizar dos estructuras sub y una nueva cámara funeraria fechada para el Clásico Temprano. De las dos estructuras sub, la más tardía parece haber tenido una decoración en talud-tablero mientras que la más antigua consiste en una especie de recinto en el centro del cual fue colocada la cámara, excavada en la roca natural. De sentido N-S, esta cámara parece haber sido cubierta por un sistema de lajas. A diferencia de la cámara anterior, adentro del Tríadico, los saqueadores no dejaron aquí casi nada de su contenido con excepción de fragmentos de una vasija con pestana basal del tipo Dos Arroyos, con manchas de pigmento rojo, la cual se clasifica dentro de la fase Balam II del Clásico Temprano. El análisis de residuos orgánicos en el fondo de la cámara permitió establecer, entre los diferentes componentes, la presencia de mica (M. Vásquez, com. Pers.), un mineral íntimamente ligado a Teotihuacán y extraído de los valles de Oaxaca (Manzanilla et al. 2017).

El Grupo de tipo E

El mayor esfuerzo para conseguir datos complementarios sobre el Clásico Temprano e identificar etapas tempranas se hizo en el Grupo A y, más precisamente, en el grupo de Tipo E. La estructura XXIIIb, un edificio que ocupa el centro de la plataforma alargada de este grupo, fue objeto de un levantamiento arquitectónico detallado, a cargo de la arquitecta Sara Portela, registro que vino a completar las excavaciones llevadas a cabo por J. Hiquet para definir sus etapas constructivas y documentar las actividades rituales asociadas a este templo. Mediante tres sondeos, dos estructuras sub fueron localizadas al pie de la escalera del templo, ambas de la fase Balam I. De ellas, la XXIIIb-sub1 es la que más nos interesa: consiste en un basamento de tres hileras asociado con un piso, que fue en gran parte desmantelado al construir el edificio XXIIIb con su escalera. Antes de colocar el piso asociado con esta escalinata, se acomodó un depósito (Dep. 45) sellado al pie de la grada inferior. Consiste en dos vasijas, puestas labio contra labio, que contenían un pigmento rojo en el cual había cuatro objetos miniatura: un disco de piedra verde oscuro, una cuenta tubular de jade, una cuenta de coral y un adorno antropomorfo finamente inciso de tipo “Charlie Chaplin” (para adornos comparables ver Taschek y Ball 1999). Los recipientes estaban recubiertos por una capa de piedras calizas esféricas de color gris claro mientras que tres de ellas aparecieron de color rojo, amarillo y blanco, algo que recuerda los colores del cosmograma maya aunque, en este caso, no corresponde la ubicación de estas piedras con los puntos cardinales. La colocación de esferas en recipientes formando depósitos de consagración ha sido reportada en otros sitios (Ceibal en particular) y desde el Preclásico (Inomata en prensa).

Al pie de la escalinata y en el eje del templo, se acondicionó un pequeño altar circular de 90 cm de diámetro por 40 cm de grosor, de mampostería y finamente recubierto de estuco, liso y sin huellas de pintura. Dos depósitos intrusivos acompañaban el altar: el primero (Dep. 47), al sur, precede la construcción del altar y consiste en dos platos con pestaña basal, colocados labio contra labio, y fechados de la transición entre Balam I y II. Adentro, se repitió el mismo patrón observado en la acrópolis, es decir la presencia de un cráneo humano. El segundo (Dep. 48), al oeste (es decir del lado del centro de la plaza), consta de dos pares de recipientes labio contra labio que se clasifican en una etapa temprana de Balam II. Ambas pares contenían restos humanos (dientes con incrustaciones y esquirlas de huesos), en proceso de análisis, por lo que no se puede aseverar por el momento la presencia de cráneo. Tanto el altar como los dos depósitos fueron sellados durante esta misma fase Balam II, por varias capas de mortero que alzaron de 1.75 m el nivel de la plataforma y cubriendo, de esta forma, las cinco primeras gradas. Esto explica en parte el buen estado de conservación del altar.

Finalmente, la inspección de la trinchera de saqueo situada en el muro trasero (este) del edificio XXIIIb permitió observar la presencia de una gran cámara funeraria, en el eje de la puerta, de 3.1 m de largo por 2.5 m de alto. Acomodada en el relleno del basamento, y de sentido E-O, esta cámara sólo conservaba fragmentos de huesos, tiestos con pigmento rojo y elementos de concha.

Complejos de patios del Grupo B

Otro enfoque importante del proyecto atañe a la comprensión de los complejos de patios establecidos durante el Clásico Tardío y Terminal en el sector este del sitio, o sea en el Grupo B. Las operaciones concernieron dos patios en específico: el Patio 6 y el Patio 22.

En el Patio 6, un patio de las élites de Naachtun durante gran parte del Clásico Tardío (Maax 2 y 3), las excavaciones, a cargo de J. Sion y J. Quiñonez, se enfocaron principalmente en el sector sureste y norte de la unidad habitacional ya que en temporadas anteriores se habían excavado los lados sur, noreste y oeste (Perla 2015, 2016; Sion y Quiñónez 2017; Cotom-Nimatuj 2016). En la esquina sureste, las excavaciones permitieron precisar la historia del largo edificio 5O-65/59, de 26 m de longitud por 4.3 m de ancho. En su primera etapa, en Ma’ax II, éste consistía en una estructura filtro que contaba con tres entradas del lado del patio 6, y de otra, central, del lado este. En Ma’ax III este edificio conoció una remodelación total y se volvió residencial con la subdivisión de sus espacios internos, la clausura de ciertos accesos y el adosamiento de banquetas. Las excavaciones 2017 permitieron detectar en el cuarto 3, una intensa actividad ritual y funeraria. Al menos seis fosas fueron excavadas al abandonar el edificio ya que no fueron cubiertas con parche de estuco. Las dos del lado sur no contenían objetos, pero indicios sugieren que fueron vaciadas en el momento del abandono; en cambio las del extremo norte atestiguan varias prácticas: la del noreste, el Depósito 37, contenía los restos de un pequeño felino cuyo cuerpo estaba orientado E-O y al que le faltaba una extremidad anterior; en la esquina noroeste, otra intrusión, el Depósito 35, incluía, en una matriz cenizosa, huesos, dientes y tiestos grandes. En el centro del extremo norte, se localizó una fosa alargada N-S que corresponde al reingreso a una sepultura primaria en fosa, muy removida, la sepultura 95-1, para sustraer el cráneo y los dos fémures al individuo sepultado. Se trata en realidad de una sepultura doble con dos individuos colocados uno encima del otro: el individuo inferior se encuentra en una cista intacta que no ha sido removida y que está aparentemente ligada a la construcción del cuarto, mientras que el individuo superior fue colocado durante la ocupación y fue el único en sufrir del reingreso. En el sedimento de su relleno, cabe señalar que se encontraron los huesos faltantes de la extremidad anterior del pequeño felino del Depósito 37. Finalmente, cerca de la fosa, el Depósito 36, contenía los huesos faltantes de los antebrazos del individuo superior de la sepultura 95-1, junto con el fondo de un vaso de tipo Campeche Lustroso.

Las excavaciones de la estructura norte, 5O-66, confirmaron que se trata de una estructura alargada de dos crujías de cinco cuartos cada una. El edificio abre por cinco puertas hacia el Patio 6 pero solamente la puerta central comunicaba con la fila norte y el patio 8 al norte. Esta puerta, que marca el eje central del edificio es la única en tener jambas redondeadas de mampostería tal como existe en la región Río Bec. El edifico fue el teatro de varias remodelaciones las cuales consistieron en la clausura de varios accesos y el adosamiento de banquetas contra estos muros de cierre. Por su parte, la excavación de la esquina noroeste del Patio 6 logró determinar dos cosas: el cuarto norte de 5O-69 tenía una banqueta lateral adosada contra el muro norte, mientras que al norte, adosado contra dicho edificio, se encontró un cuarto adosado N-S que restringió el acceso noroeste al Patio 6. Justamente, en este sector noroeste, se localizó una extensión de la plataforma de acceso a 5O-69 en la cual fue acomodado el Depósito 43, compuesto por un caparazón de tortuga. Tanto el muro como el depósito descansaba sobre un segundo depósito más amplio, el 49, el cual consiste en una capa de tiestos, huesos largos humanos (de las extremidades superiores e inferiores) y de fauna (tortuga, venado), concha, lítica, piedra verde, figurilla, piedra de moler, el todo dentro de una capa cenizosa. Los tiestos pertenecen a seis vasijas casi completas y, entre el material, destaca un asta de venado tallado en forma de rostro humano, tal vez una evocación del Señor Wuk Zip de la caza.

Finalmente, el último sector de intervención arqueológica concierne el Patio 22 donde A. Diaz excavó parte del lado este de ese patio, liberando el edificio 5O-134. Se logró determinar que dicho edificio fue uno de los últimos en construirse en el patio, ya que se adosa contra la fachada del edificio sur. Se trata de una estructura alargada de una sola crujía con dos accesos hacia el patio. Tuvo dos banquetas construidas desde el inicio: una lateral en el extremo sur, otra central contra la pared este. Al pie de la banqueta lateral, se localizó una intrusión tardía N-S, sin reparación del piso, que fue recubierta por una acumulación de piedras, un metate de granito y un fragmento de figurilla. Abajo había una doble sepultura en cista. La cista superior fue objeto de una intrusión, la cual removió parte del esqueleto y del ajuar. Al igual que en el caso anterior del Patio 6, la sepultura inferior, más antigua, no fue afectada por el reingreso. Sólo ésta tenía algunos objetos asociados.

Las última operaciones de 2017 son, por una parte, trabajos en la periferia del sitio y, por otra, estudios complementarios ambientales. En Naachtun Este, un grupo ubicado a 2 km al este del sitio, se realizaron varios sondeos, a cargo de Carlos Morales, que permitieron establecer que este grupo había sido ocupado al inicio del Clásico Temprano (Fase Balam I), tal vez desde el Preclásico Tardío, cuando se construyeron varias plataformas y nivelaciones. Después de un hiato, el grupo fue reocupado hacia el final del Clásico Tardío y durante el Clásico Terminal cuando se construyeron los dos patios principales, al mismo tiempo que se erigieron las cuatro estelas, de las cuales tres llevan inscripciones.

En lo que se refiere a lo ambiental, se realizó la excavación de posibles campos de cultivo localizados en 2016 y de aguadas intrasitios relacionadas con prácticas agrícolas (Purdue 2016). Así, se excavó en la aguada H12 y se pudo establecer que la aguada tuvo tres etapas distintas durante el solo Clásico Temprano y que hubo indicios de agricultura en sus orillas utilizando los sedimentos extraídos de ella durante sus sucesivas limpiezas. Se procedió también a la recolección de especies vegetales en el marco del estudio de las fitolitas analizadas para reconstituir los paleopaisajes. En cada una de estas operaciones se recolectaron muestras de sedimento para iniciar análisis carpológicos y de macro-restos botánicos, además de análisis antracológicos, pedológicos, fitolíticos y geo-arqueológicos.

Conclusión

A manera de conclusión, se debe de reconocer que la temporada 2017 fue bastante rica en datos nuevos por analizar, tanto a nivel arqueológico como ambiental. En lo arqueológico, recordaremos esta nueva percepción que tenemos ahora del Clásico Temprano, un periodo belicoso y guerrero en Naachtun tal como lo ilustran probablemente los numerosos depósitos que se hallaron y que contenían restos humanos, tal vez unos decapitados, al menos en ciertos casos. Asimismo, las 3 nuevas cámaras funerarias fechadas para el Clásico Temprano y halladas afuera de la Acrópolis V muestran que este último lugar no fue la única residencia de los ilustres personajes de la ciudad. Por otra parte, dicha acrópolis parece tener una secuencia más compleja de lo pensado y que, además, abarcó todo el periodo clásico. En todo caso, el patrón de desarrollo de este conjunto parece reproducir a una escala menor el modelo de la acrópolis norte de Tikal. Finalmente, nuevos datos bien interesantes y desconocidos en Naachtun aparecieron en relación con las prácticas funerarias y rituales en el momento del abandono de ciertos edificios, y que pueden relacionarse con una veneración a los antepasados, reflejando también cierta memoria a los muertos.

Referencias

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Taschek, Jennifer T. y Joseph W. Ball

1999 Las Ruinas de Arenal: Preliminary report on a subregional major center in the western Belize Valley (1991–1992 excavations). Ancient Mesoamerica 10(2): 215-235.

Figura 1: plano de la Acrópolis V de Naachtun con la ubicación de las excavaciones 2017 (Levantamiento. C. Gillot y D. Michelet; Información: P. Nondédéo)

Figura 2: Acrópolis V: Depósito 33 (Foto: P. Nondédéo)

Figura 3: Acrópolis V: Ubicación de los Depósitos 34, 38-42 al pie del altar (Dibujo: J. Begel)

Figura 4: Estela 24 de Naachtun después de la intervención (Foto: M. Colín)

Figura 5: Grupo tipo E: Depósitos 47 y 48 al pie del altar de la estructura XXIIIb (Foto J. Hiquet)

Figura 6: Grupo B, Patio 6: intrusiones en el cuarto 3 de la estructura 5O59/65 (Foto: J. Sion)