30. Modificación del paisaje y adaptación al entorno en Chaculá

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Modificación del paisaje y adaptación al entorno en Chaculá

Abstract

Located in the north-western part of Huehuetenango, this site has been investigated for the third year in sequence by the Proyecto Arqueológico de la Región de Chaculá (PARCHA). Without doubt, Chaculá is of great importance in its social dynamics as well as the relations it maintained with other settlements of this zone. Although at this moment there exist more questions than answers, this ancient site dating to the Late Classic, is beginning to give important hints at the technological knowledge of its founders, which allowed them to modify the landscape in such a way that permitted construction and subsistence of a large community in a terrain that presented various topographic difficulties.

Introducción

El sitio arqueológico Chaculá se localiza en el noroccidente de Huehuetenango, en el municipio de Nentón, sobre la franja transversal del norte en el área protegida de la aldea Nueva Esperanza Chaculá.

Actualmente se cuenta con un registro de cinco grupos de estructuras distribuidas en las laderas de un terreno escarpado y boscoso. Estos conjuntos mantienen como patrón, una orientación que es determinada por las aguadas o reservorios que se localizan al pie de las pendientes mencionadas.

Durante las investigaciones efectuadas en la temporada 2015 se pudo comparar los datos obtenidos en los años anteriores y también con otros sitios de la región para obtener un panorama más amplio sobre la ocupación en este lugar. Al momento se han podido realizar algunas inferencias sobre las dinámicas sociales de la zona, las cuales deberán ser confirmadas conforme se ahonde en la generación de datos más profundos sobre este emplazamiento del Clásico Tardío.

Temporadas 2013 y 2014

Desde el año 2013 el ha realizado investigaciones extensas en toda la región. El proyecto fue establecido con el fin de localizar sitios arqueológicos que fueron reportados por Seler en la región a finales del siglo XIX; elaborar mapas precisos de dos sitios arqueológico principales, Chaculá y Pueblo Viejo Quen Santo; investigar la cronología regional a partir de excavaciones estratigráficas y estudios de los materiales recuperados; y finalmente promover el registro y la protección de los sitios arqueológicos (Wölfel 2016:1).

En 2013 se inició el levantamiento topográfico del Sitio Chaculá a cargo de Victor Castillo y Ulrich Wölfel, obteniendo mapas preliminares de cinco grupos (Grupo A a Grupo E).

En 2014 Wölfel y Paola Torres efectuaron excavaciones en los grupos A y B para establecer una cronología preliminar de dichos conjuntos como del sitio, determinando una ocupación para el Clasico Tardío. Con lo anterior, Wölfel (2014:209) refiere una posible ocupación muy breve del sitio, y una sola fase constructiva del mismo.

Temporada 2015

Se continuó con la elaboración del levantamiento topográfico iniciado en las temporadas anteriores, con lo cual se cuenta con una nueva actualización de los mapas de cada grupo y del sitio.

Se excavaron 21 unidades de sondeo con el fin de recuperar material que permitiera corroborar la cronología preliminar establecida en la temporada 2014. Estos se realizaron en cuatro grupos diferentes: dos en el Grupo A, once en el Grupo C, cuatro en el Grupo D y cuatro en el Grupo E (Figs.1 a 4).

En el Grupo A se excavaron dos pozos en el reservorio del grupo, de los cuales puede confirmarse la función ya mencionada de la propiedad de los niveles inferiores para retener el agua que se filtra de las áreas de ocupación que se encuentran en las terrazas superiores. Se recuperó poco material, aunque pudo establecerse una sola fase de ocupación.

En el Grupo C se trabajaron dos áreas generales: el reservorio y sectores aledaños a las estructuras principales. Para la primera se excavaron tres pozos, el primero (TP-C-1) de los cuales se realizó en una depresión (Fig.5) que, según los hallazgos, fue formada intencionalmente ya que se observaron rellenos de diferentes materiales y sin orden aparente. La estratigrafía de los otros dos pozos (TP-C-2 Y TP-C-10) demostró que el lugar fue modificado y acondicionado por medio de rellenos para la acumulación de agua. Observaciones directas permitieron establecer que el agua se acumulaba por filtración y gravedad.

En el resto de pozos (TP-C-3 a TP-C-9 y TP-C-11), se encontró gran cantidad de material cerámico y fragmentos de hueso animal en algunos casos. Las profundidades máximas se encuentran alrededor de 0.5 m, donde aparece suelo estéril o roca madre. Los sondeos TP-C-3, TP-C-5 Y TP-C-6 evidenciaron la manera en que las plataformas fueron elaboradas a través de rellenos para acondicionarlas a la topografía irregular. En el caso de los sondeos TP-C-5 y TP-C-6, estos mostraron algunos detalles arquitectónicos de pequeños tamaños, posiblemente de infraestructura de uso exterior, ya sea ornamental o utilitaria.

En el Grupo D se realizaron cuatro sondeos. Los hallazgos de TP-D-2 demuestran que el lugar pudo haber sido utilizado como patio asociado a la Estructura D-5 ya que se encontró la roca madre a una profundidad promedio de 0.2 m y la misma presentaba una superficie bastante plana. La unidad TP-D-4 evidenció la presencia de estratos que corresponden a rellenos colocados sobre la roca madre acondicionando así el terreno para la construcción de las estructuras aledañas.

En los pozos restantes (TP-D-1 y TP-D-3), ubicados en el reservorio del grupo, se pudo determinar que el lugar fue acondicionado para que pudiera cumplir con las expectativas de almacenaje de agua. Esto se infiere por los estratos encontrados y los niveles a los que se hallaron. También se limpió y documentó un saqueo de grandes dimensiones en la Estructura D-6, en el cuál se encontraba una construcción subterránea similar a las que existen en muchas estructuras y cuya función original aún no ha sido determinada fehacientemente. Durante la limpieza de esta depredación se encontraron restos de un piso de estuco, hallazgo que llama la atención debido a que este tipo de rasgos no había sido detectado con anterioridad.

En los cuatros pozos realizados en el Grupo E se mantiene la recurrencia de llegar a suelo estéril o roca madre a profundidades similares a las que se localiza en excavaciones de los otros grupos. Se recuperó una buena muestra de material cerámico para la poder establecer cronología del lugar. El sondeo TP-E-3 fue fundamental pues se recuperaron cuatro vasijas fragmentadas y dos puntas de pedernal, artefactos que sobresalen del resto de materiales misceláneos. Estos restos pudieron formar parte del relleno de la plataforma aunque hayan sido colocados de forma premeditada. Aunque no se descartan otras posibilidades, se considera necesaria la comparación de este hallazgo con otros similares que puedan darse en futuras investigaciones para tener una interpretación mejor fundamentada.

Adaptación y modificación al paisaje físico

Como anteriormente se mencionaba, en el patrón de asentamiento se evidencia que la orientación de los diferentes grupos va en torno a ciertas depresiones ubicadas al pie de las laderas en las que se sitúan las estructuras. Es indudable que el factor hídrico fue uno de los elementos vitales para la subsistencia de los pobladores del sitio (como para cualquier asentamiento humano), y como tal debió de haber jugado un papel determinante en su planificación. Esto explicaría, al menos en parte, el particular aprovechamiento del terreno en Chaculá, y que lo distingue de los otros sitios de la región.

Dado el relieve kárstico de la región, el paisaje se caracteriza por la presencia de depresiones circulares en su superficie, las cuales usualmente aparecen citadas como “conos de denudación” o dolinas (Wölfel, 2013: 6).

Debido a los suelos arcillosos presentes, en éstas el fondo se impearmibiliza, dando como resultado la captación y retención de agua; con lo que sucesivamente se convierten en aguadas o reservorios naturales de manera temporal o permanente durante las temporadas de lluvia (Fig.6). Lo anteriormente permite inferir que el área de Chaculá fuera apta para un establecimiento humano relativamente prolongado.

No fue un hallazgo inesperado, aunque muy significativo, el encontrar evidencia de modificaciones efectuadas por los antiguos pobladores a las referidas depresiones; ya que, habiendo elementos naturales que facilitaban la subsistencia, es deducible que se pretendiera optimizar los recursos vitales modificando su entorno. Lo que permitieron las excavaciones efectuadas en 2015 en los grupos A, C y D fue revelar dichas modificaciones realizadas a las aguadas.

El reservorio del Grupo C fue el que principalmente aporto datos en cuanto a su función asociada al recurso hídrico debido a la depresion con otra menos pronunciada al lado, a manera de pozo, que se encontraba en la sección central del reservorio (Fig.7). Durante la temporada de 2014 se advirtió la peculiaridad de que dicho pozo contenía agua la mayor parte del año. Las posteriores excavaciones pusieron en evidencia estratos formados de rellenos muy compactos y poco permeables, que permitian retener gran cantidad de agua. Con las lluvias se confirmó que la depresión filtraba y captaba el agua de los niveles superiores del terreno situados a su alrededor.

Una depresión similar, aunque de menor tamaño, se encuentra cerca de la sección central del reservorio del Grupo D, y que en efecto el agua de lluvia filtrada de niveles superiores llego a desembocar y a estancarse allí. Esto terminó por confirmar su funcionalidad.

Aunque en el Grupo A no se encontró una depresión como en los reservorios de los otros grupos, la estratigrafía de las dos unidades de excavación fue similar a la de las anteriores, caracterizandose por su capacidad de filtrar el agua.

El estudio de los sistemas hidráulicos en otros sitios arqueológicos del área Maya permite establecer analogías concisas con los depósitos de agua de Chaculá. En sitios de primer orden como Tikal, fue fundamental el uso de las depresiones naturales del terreno como reservorios al modificarlas para que pudiera drenar el agua de la elevación sobre la cual se construyó la parte central de la ciudad; y así asegurarse el abastecimiento de dicho elemento valiendose del relieve topográfico natural (Grazioso 2013:262).

El uso intensivo de tales depresiones para la captación de agua no solamente se dio en sitios en los que dicho recurso era escaso. En Cancuén se ha documentado la existencia de dos aguadas y dos reservorios, pese a estar circundado por el río La Pasión, que cumplian tambien una función ritual además de la doméstica (Alvarado 2011:108).

Reservorios semejantes a los presentes en Chaculá se hallan en la aldea La Trinidad, en el sitio conocido como Tres Lagunas. Estos consisten en dos depresiones o pozos circulares, uno de los cuales es delimitado por un muro y posee una rampa de acceso cerca de uno de sus bordes (Wölfel 2013:17-18).

Lo más destacable respecto al papel jugado por los reservorios como modeladores del patrón arquitectónico recurrente en el sitio, es que reflejan claramente la adaptación cultural al medio ambiente. Probablemente la corta ocupación cultural en el área de determinado grupo social no haya permitido imprimir un carácter menos “funcional” al paisaje físico. Esto quiza se evidencie en la función esencialmente residencial de las estructuras y la ausencia de plazas o centros ceremoniales definidos. Así tambien es particular el hecho de que no se muestre a grandes razgos una diferenciación jerarquica marcada entre uno y otro grupo que conforma el sitio.

Con las excavaciones realizadas en el terreno sobre el que se asientan las estructuras, se pudo confirmar que para construirse se necesito nivelar la superficie irregular del suelo calizo con relleno conformado de piedrín y barro marrón. Esto represento una modificación notable al paisaje físico y demuestra la habilidad técnica de los pobladores de adaptación y aprovechamiento del espacio, usando tambien de base para las construcciones inclusive secciones relativamente estables y uniformes de la propia Roca Madre.

Era evidente que para que los antiguos pobladores de Chaculá pudieran asentarse en un área escarpada se valieran de terrazas para ser aprovechable su entorno. Esto confirma que el patrón de asentamiento del sitio de Chaculá fue determinado por las características morfológicas inherentes al paisaje natural del área, el cual a su ves fue alterado inevitablemente al establecerse los antiguos pobladores del lugar.

La dinámica generada en dicha interacción finalmente se materializo en los vestigios arqueológicos que actualmente se observan. Por lo tanto “cada tipo de arquitectura representa un paisaje, en el mismo sentido, en cada paisaje contiene su arquitectura” sintetizando lo referido (Criado 2014:6).

Otro ejemplo de modificación y adaptación se puede observar en la arquitectura del sitio, en particularmente en lo que parece ser un patrón constructivo de las bóvedas subterráneas localizadas en algunas estructuras (Fig.8).

Las características particulares consisten en que la mayoría de las localizadas a la fecha se encuentran en las esquinas de las plataformas que fueron acondicionadas como terrazas en el terreno. Esto puede responder a la facilidad de su construcción conforme se realiza la mampostería, en comparación de que se tenga que excavar en la roca madre, la cual se encuentra a pocos centímetros de la superficie.

Lo anterior pudo corroborarse a partir de la información recuperada del saqueo perpetrado a uno de estos subterráneos en la estructura 6 del grupo E (Fig.9), en el cual se pudo observar como una de sus paredes es la roca madre y las otras tres están compuestas por bloques del relleno.

Llama la atención las similitudes que existen en cuanto a la ubicación de estos recintos comparados con los que se encuentran en el sitio Chinkultic, en Chiapas, México, en donde se han observado dichos elementos en las plataformas (Fig.10).

Comentarios finales

Fue posible determinar que los vestigios encontrados durante la temporada 2015 corresponden cronológicamente al periodo Clásico Tardío, corroborando así los datos preliminares de la temporada 2014. Debe hacerse mención que los grupos excavados durante ésta investigación no habían sido proyectados de esta manera, exceptuando el Grupo A. Con esto se pretende enfatizar que la evidencia recuperada en los grupos sondeados hasta el momento (A-E) indica que fueron construidos y ocupados únicamente en el Clásico Tardío.

A lo anterior se puede agregar que las estructuras tienen una sola fase de construcción/ocupación, y que las estructuras tienen detalles arquitectónicos poco elaborados ya que fueron construidas con piedras irregulares. En contraste, la densidad de estructuras es notable y sugieren una población considerable. Estos datos indican que el sitio fue construido con mucha premura y gran cantidad de personas, pero que no fue ocupado por un periodo muy prolongado. Por lo tanto, la interrogante que nace de esta interpretación preliminar es ¿por qué construir una gran cantidad de edificios con tanta rapidez para abandonarlos con el mismo apuro con que fueron erigidos? Se espera que en futuras investigaciones se pueda ahondar en la búsqueda de respuestas a esta pregunta, no sólo por medio de excavaciones dirigidas en el sitio, sino también contrastando los datos del sitio Chaculá con sitios cercanos para tener una visión regional sobre este asunto.

Agradecimientos

La realización de la temporada de campo 2015 del Proyecto Arqueológico de la Región de Chaculá (PARCHA), fue posible gracias al apoyo incondicional de varias instituciones y personas que respaldaron las investigaciones efectuadas Dirección General del Patrimonio Cultural y Natural, al Departamento de Monumentos Prehispánicos y Coloniales, a la Fundación Alemana de América Antigua (Deutsche Altamerikastiftung), al Dr. Nikolai Grube. Junta directiva y toda la comunidad de la aldea Nueva Esperanza Chaculá.

Referencias

Alvarado, Silvia

2011   Análisis funcional de las reservas de agua en Cancuén, evidencia de canales de desagüe y abastecimiento. Tesis de licenciatura, Área de Arqueología, Escuela de Historia, USAC, Guatemala.

Criado-Boado, Felipe

2015   Arqueológicas del espacio: aproximación a los modos de existencia de los “xscapes”. Instituto de Ciencias del Patrimonio (Incipit), Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Santiago de Compostela (España).

Grazioso Sierra, Liwy y Vernon L. Scarborough

2013   Lo húmedo y lo seco: el manejo del agua y la construcción del paisaje en Tikal. En Millenary Maya Societies: Past Crises and Resilience (editado por M.-Charlotte Arnauld y Alain Breton), pp.249-264.

Wölfel, Ulrich

2014   Proyecto Arqueológico de La Región de Chaculá. Reporte de Actividades de Campo de La Temporada 2013. Guatemala: Informe Presentado al Instituto de Antropología e Historia de Guatemala.

2015   Proyecto Arqeuológico de La Región de Chaculá. Reporte de las Actividades de Campo de la Temporada 2014. Guatemala: Informe Presentado al Instituto de Antropología e Historia de Guatemala.

2016   Proyecto Arqueológico de La Región de Chaculá. Reporte de Actividades de Campo de La Temporada 2015. Guatemala: Informe Presentado al Instituto de Antropología e Historia de Guatemala.

Fig. 1: Mapa con pozos de sondeo, grupo A. Dibujo por U. Wölfel.

Fig. 2: Mapa con pozos de sondeo, grupo C. Dibujo por U. Wölfel.

Fig. 3: Mapa con pozos de sondeo, grupo D. Dibujo por U. Wölfel.

Fig. 4: Mapa con pozos de sondeo, grupo E. Dibujo por U. Wölfel.

Fig. 5: Depresión en reservorio, grupo C. Foto por B. Hernández.

Fig. 6: Acumulación de agua en reservorio, grupo A. Foto por B. Hernández.

Fig. 7: Perfiles de pozo de sondeo TP-C-1. Foto por B. Hernández.

Fig. 8: Acceso a subterráneo, estructura 22, grupo E. Foto por B. Hernández.

Fig. 9: Saqueo en subterráneo de estructura 6, grupo D. Foto por B. Hernández.

Fig. 10: Subterráneo en el sitio Chinkultic, México.