063. Posibles imágenes del trono Olmeca encontrado en Estero Rabón, Veracruz, México 

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Posibles imágenes del trono Olmeca encontrado en Estero Rabón, Veracruz, México 
Introducción

El sitio arqueológico de Estero Rabón se encuentra en el Sur del actual Estado de Veracruz, México, a unos 12 km al Oeste de la primera capital olmeca San Lorenzo. Debido a la ubicación y la presencia de esculturas olmecas incluyendo la parte superior de un trono pequeño olmeca al igual que Loma del Zapote y Laguna de los Cerros, también se considera como uno de los centros secundarios de dicha capital durante Preclásico Inferior (Borstein 2001, Symonds et al. 2002, Cyphers 2004) (Fig.1).

Este sitio fue reportado primera vez por Alfonso Medellín Zenil en 1959, posteriormente por Francisco Beverido en 1974 con la presencia de las esculturas olmecas (Medellín 1960, Beverido 1974). La primera investigación recibida en este sitio fue un recorrido y levantamiento topográfico por el “Proyecto Sociedades Olmecas” dirigido por Juan Yadeun (Gómez Rueda 1996). Luego hubo otros reconocimientos de superficie por Stacey Symonds y Roberto Lunagómez (1997) y Joshua Borstein (2001) como parte del Proyecto Arqueológico San Lorenzo Tenochtitlán dirigido por Ann Cyphers. Aunque también hubo algunos rescates realizados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (comunicación personal Roberto Lunagómez 2012 y Lourdes Hernández 2014), no recibió otra investigación sistemática hasta el año 2012 cuando se inició el Proyecto Arqueológico Estero Rabón (PAER) enfocándose a la vida cotidiana prehispánica a través de excavaciones controladas (Kotegawa 2012, 2013 y 2014, Kotegawa coord. 2013 y 2014).

Hasta la fecha no se ha encontrado evidencia arqueológica de la sociedad olmeca en este sitio debido a que una gruesa ocupación más tardía de la fase Villa Alta. Sin embargo, ésta ocupación es interesante e importante para la comprensión del proceso de desarrollo en este sitio y la región (Kotegawa 2015, García Hernández 2016). En la temporada 2015 hubo una oportunidad de observar detalles de la parte superior de un trono olmeca durante las actividades de arqueología pública para la construcción de la base de estructuras prehispánicas resguardadas en la comunidad actual San Isidro, que se asienta encima de este sitio arqueológico. El motivo de esta actividad fue para construir una base de exposición de esculturas de piedra del sitio, ya que todas estaban abandonadas sobre la tierra sufriendo con la difícil condición climática de esta región. También el otro motivo de esta actividad fue dignificar estos patrimonios olvidados a través de la adecuada presentación para que los pobladores de la comunidad resPetén la cultura antigua y cuiden su patrimonio cultural. El PAER define la arqueología pública como la búsqueda de una mejor estrategia para que la arqueología funcione en la sociedad contemporánea (Kotegawa 2015).

En el presente estudio, nos enfocaremos en el trono olmeca de extraordinaria importancia y recuperado junto a otros corpus de las esculturas olmecas de esta región nuclear.

Descripción del monumento 8 de Estero Rabón

Este trono olmeca, nombrado el Monumento 8 de Estero Rabón (Fig.2), fue encontrado accidentalmente en el año 1996 en la parte sureña de dicho sitio arqueológico. Desde este momento del hallazgo, el monumento fue resguardado frente a la casa ejidal de la comunidad moderna de San Isidro. Como se menciona en la obra de Cyphers (2004) sobre las esculturas olmecas de la región de San Lorenzo Tenochtitlán, aunque se encuentra actualmente sólo la parte superior de un trono pequeño, es idéntico a la parte superior de otro trono, el Monumento 2 de Loma del Zapote, según su tamaño y diseño decorativo (Fig.3). Sin embargo, en la realidad el Monumento 8 de Estero Rabón es un poco más grande que el Monumento 2 de Loma del Zapote (1.28 m de largo, 0.61 m de ancho y 0.91 m de altura), ya que las medidas de la parte superior del Monumento 8 de Estero Rabón son 1.41 m de largo, 0.81 m de ancho y 0.32 m de grosor. Cabe recordar que esta medida no es la medida de la pieza original completa, ya que se ha perdido la parte inferior en el momento del hallazgo. Según la información de los pobladores quienes fueron testigos de este hallazgo, debajo de esta parte superior del trono hubo una “caja” de piedra que parecía ser la parte inferior del mismo. Sin embargo, los informantes indicaron que esta “caja” era muy pesada para sacarla de la tierra y trasladarla al pueblo, por lo que la dejaron en el mismo lugar donde se encontró y la enterraron con la tierra extraída al excavar el trono.

Durante las actividades de Arqueología Pública del PAER en 2015, este trono olmeca fue movido por primera vez después de casi 20 años de haber estado expuesto directamente sobre la tierra. En este momento se observó la parte donde siempre estaba en contacto con la tierra. Según la historia contada por los pobladores, hemos pensado que la parte inferior del trono debe tener una huella de fractura rectangular que muestre la representación similar al Monumento 2 de Loma del Zapote para la parte inferior del trono como un cuerpo sólido rectangular con alguna imagen. También supusimos más razonable que tuviera una imagen de dos “enanos” gemelos como lo de Loma del Zapote aunque por supuesto hay una gran posibilidad de otra imagen de un personaje principal saliendo de un nicho como los demás tronos olmecas. Estas dos posibilidades parecen más lógicas porque ambos temas son muy comunes tanto en la iconografía olmeca como la mesoamericana en general. Sin embargo, lo que mostró el detalle de esta parte, fue muy diferente de lo que se imaginaba.

Cuando se levantó una orilla de esta escultura aparecieron dos “soportes” en la forma semiesférica en las esquinas. Luego aparecen los mismos “soportes” en las otras esquinas del lado opuesto. Sin embargo, a través de una limpieza rápida de estos “soportes” se observa que no sólo presentan la forma semiesférica sencilla, sino tienen la forma de un puño humano que están quebrados en la parte de la muñeca. Observando la posición de los dedos de cada puño, se comprende que estos sostenían la tabla del trono hacia arriba como los “enanos” del trono de Loma del Zapote.

Entre los dos puños representados en cada orilla de la parte superior del trono, se encuentran otras dos huellas circulares de quiebres aunque no son círculos completos sino son ligeramente oblongos. Según las escasas secciones conservadas de estas huellas, se supone que tuvieron algún objeto cilíndrico como columnas que fueron cuatro en total.

Finalmente después de la limpieza completa de la pieza, se observa que el lado donde siempre estaba en contacto con la tierra, tiene ocho huellas de quiebres y los demás espacios está bien trabajados, teniendo la parte plana (Fig.4). Esta situación nos muestra que el Monumento 8 de Estero Rabón no es idéntico al Monumento 2 de Loma del Zapote, ya que este último tiene una parte inferior sólida rectangular debajo de la tabla del trono al igual que los demás tronos olmecas. Más bien, no se encuentra un trono parecido al Monumento 8 de Estero Rabón en todo el corpus de la escultura olmeca. Por ello, es un trono extraordinario representante de las esculutras olmecas del Golfo de México.

Reconstrucciones hipotéticas

Aunque es un trono extraordinario de la cultura olmeca y no se sabe la representación original, es necesario intentar unas reconstrucciones hipotéticas para futuras investigaciones, ya que es muy probable que la parte inferior de este trono se perdió completamente.

Hipótesis 1 (Fig.5)

No se puede saber exactamente cómo era la parte inferior. Sin embargo, a través de la comparación con otras esculturas olmecas y la observación del lado ventral de la tabla del trono de Estero Rabón, la primera posibilidad es la representación del mismo con cuatro columnas cilíndricas y dos figuras humanas en ambos lados viéndose una frente a otra. Es muy extraño que estos dos “enanos” estén viendo hacia el interior del trono porque se considera que este trono fue utilizado en algún evento público en el sitio. Si hubiera sido utilizado así, las representaciones sobre el trono deben observarse por los participantes de evento quienes rodeaban el trono y el líder quien se colocaba encima de él. Pero con esta primera reconstrucción hipotética, los participantes solamente pudieron ver los lados de estos “enanos” o el lado trasero de ellos. Sin embargo, según la observación de la posición de los cuatro puños nos muestran que los dos “enanos” no pueden representarse viendo hacia afuera del trono por la ubicación de los dedos. Además, si fueran representando estos dos “enanos” viéndose entre ellos, es lógico pensar que no existiría algún objeto estorbando la vista de ellos. También en este caso, es muy probable que las cuatro columnas estaban funcionando como los soportes del trono porque no tiene razón de la presencia de estas columnas si las piernas de los “enanos” estuvieran funcionando como sus soportes.

Aunque fue negada la existencia de otro objeto entre los dos “enanos” en esta primera reconstrucción hipotética, se puede colocar algún objeto independiente del trono porque tiene suficiente espacio. Por supuesto, también puede existir algún objeto entre ellos siendo parte de la misma escultura pero en este caso debe conectarse con los “enanos” o las cuatro columnas debido a la ausencia de otra huella de quiebra en el lado ventral de la parte superior del trono. Esta forma de una escultura de piedra en la época prehispánica necesitaría mucha habilidad técnica escultórica y energía de trabajo que no parece lógica.

Es importante aclarar por qué los dos “enanos” de ambos lados deben estar viéndose entre ellos. Como se ha mencionado anteriormente, esta hipótesis fue creada por la posición de los cuatro puños. Cada par de los puños sobre la orilla corta de la parte superior del trono muestra que el dedo pulgar está representando en el interior de los dos puños y los demás dedos están hacia exterior del trono colocando la palma hacia arriba (Fig.6). Para tener esta posición de manos viendo hacia exterior del trono, los “enanos” deben cruzar sus brazos frente o arriba de la cabeza. Por supuesto esta postura no es adecuada para sostener la tabla donde el líder del pueblo se debió asentar.

Hipótesis 2 (Fig.7)

Otra posibilidad con dos personas sosteniendo la parte superior del trono en esta posición de cuatro manos, sería una persona en la parte frontal y la otra en la parte trasera viendo hacia frente y atrás del trono, extendiendo mucho sus brazos. Al igual que la hipótesis 1, por la presencia de las cuatro columnas, es muy probable que funcionaron como los soportes del trono.

También al igual que la hipótesis 1, esta reconstrucción hipotética tiene algunos problemas. Como se ha mencionado anteriormente si su uso fue como los tronos olmecas, no es lógico tener una imagen trasera del trono porque nadie podría estar atrás del mismo por la seguridad del líder quién debe sentarse encima en algún evento público en el sitio. Tal vez, por esta razón, los demás tronos olmecas no tienen una imagen principal o destacada en el lado trasero del mismo.

Además de esta representación ilógica de personaje trasero, se encuentra otro problema que es una forma del cuerpo extraña anatómicamente. Para que lleguen suficientemente a la ubicación de los puños, ellos deben tener los brazos muy largos destruyendo la armonía anatómica de su cuerpo. Así, para conservar mejor la proporción anatómica de estos “enanos”, ellos deben tener más altura que longitud rompiendo la proporción de dimensiones del otros tronos olmecas que generalmente tienen más longitud que altura.

Hipótesis 3 (Fig.8)

Entonces, tal vez sea necesaria dejar la imagen de dos “enanos” en este trono de Estero Rabón. Así, es posible que fueron cuatro personajes, dos en la parte frontal y los otros dos en la parte trasera, sosteniendo la parte superior del trono por un brazo de cada uno de ellos. En las esculturas olmecas se encuentra un ejemplo similar en el Monumento 18 de San Lorenzo (Cyphers 2004), que es un fragmento inferior de un trono. En este fragmento se representan dos “enanos” quienes levantan un brazo hacia arriba y parecen estar sosteniendo la parte superior aunque la parte superior ya fue perdida.

Sin embargo, esta hipótesis también tiene el mismo problema de la hipótesis 2 mostrada en este estudio, ya que se representan dos “enanos” en la parte trasera del trono. Tal vez, una manera sea colocar este trono 90 grados girado de la posición normal de otros tronos. Es decir que se le coloca poniendo una cara corta como el lado frontal. Pero esta manera tampoco es tan fácil de aceptar comparando a otros tronos olmecas y mesoamericanos.

Por supuesto, todavía nos quedan otras posibilidades de las mismas formas y con más personajes. Sin embargo, para tener más personajes, la dimensión del trono es muy pequeña comparando con el tamaño de los puños, ya que estos puños son más grandes que nuestros puños reales (Fig.9). Así, es muy difícil representar más personajes en cualquier hipótesis mostrada en este estudio.

También cabe mencionar que solamente esta última reconstrucción hipotética se agregó un bloque rectangular sólido entre los cuatro “enanos” porque los pobladores de la comunidad actual San Isidro nos informaron la existencia de una “caja” debajo de la parte superior del trono al momento del hallazgo. Por lo tanto, esta forma con un bloque sólido en la parte inferior del trono se puede aplicar en otras hipótesis presentadas en este estudio. Sin embargo, se representa alguna parte libre que sólo se conecta con los brazos y las columnas al igual que todas hipótesis por la situación de la parte ventral de esta parte superior del trono.

Conclusión preliminar

Aunque todavía no se ha podido elegir una sola posible reconstrucción del trono de Estero Rabón, se encuentran esculturas parecidas en otra zona mesoamericana. Son algunos tronos y/o altares mayas del periodo Clásico.

Las posibles reconstrucciones mostradas del trono de Estero Rabón es muy parecida con muchos tronos reportados en la zona maya como el trono de Piedras Negras que tiene dos soportes frontales, el altar Q de Copán que tiene cuatro soportes, el trono de Incienso que también tiene cuatro soportes y entre otros (cf. Ito 2010, Kaplan 1995). Además de estas esculturas, en la iconografía maya se encuentran varios tronos dibujados que tiene soportes en la parte inferior. Estos ejemplos nos recuerdan las reconstrucciones mostradas del Monumento 8 de Estero Rabón en esta investigación. Así, el trono de Estero Rabón es un trono olmeca extraordinario.

Se considera que los grupos humanos en el Preclásico tuvieron contactos con las personas de distintas regiones mesoamericanas a través de comercios de larga distancia. Si fuera así, es muy probable que el trono de Estero Rabón fue un prototipo de los tronos o altares mayas de la época posterior a través de esta relación que tuvieron desde aquella época desarrollándolo y/o transformándolo en su forma y función.

Es necesario encontrar la parte inferior perdida de este trono para la buena comprensión de la forma, origen y desarrollo de los tronos mesoamericanos. Por ello, el PAER intentó excavar una posible ubicación informada por los pobladores de la comunidad en la temporada 2015 para recuperar y registrar el contexto arqueológico de esta parte perdida. Sin embargo, los resultados nos muestran que esta información no fue correcta. Por ello, es necesario continuar la búsqueda del contexto arqueológico de este trono y el PAER propone más investigación en esta parte sur del sitio a través de pruebas de barreno y otras excavaciones en las siguientes temporadas.

Agradecimiento

El Proyecto Arqueológico Estero Rabón: Reconstruyendo la vida de los olmeca (PAER) se inició con el aval académico de la Universidad Veracruzana. Luego fue aprobado en el Consejo de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia de la República Mexicana. Durante todo el proceso del Proyecto también recibimos mucho apoyo de maestros y amigos arqueólogos como la Dra. Ann Cyphers y el Dr. Roberto Lunagómez. Por supuesto, el PAER no podría desarrollarse sin el enorme apoyo de la comunidad actual de San Isidro. Además, todos los participantes del proyecto como estudiantes o voluntariados nos ofrecieron su fuerza para planear este proyecto, trabajar en campo y analizar todos los materiales y datos en laboratorio. Así, el PAER les agradece mucho a todos ellos por sus grandes apoyos. También le agradecemos a la Dra. Bárbara Arroyo por su comentario en el día de la ponencia para futuras investigaciones sobre este trono.

Rerefencias

Beverido Pereau, Francisco

1974   Tres monumentos olmecas más de la zona nuclear. Notas Antropológicas 1(19):147-152. México.

 

Borstein, Joshua A.

2001   Tripping over colossal heads: Settlements patterns and population development in the upland Olmec Heartland. Tesis doctoral. Departmento de Anthropología, Pennsylvania State University. Pennsylvania.

 

Cyphers, Ann

2004   Escultura olmeca de San Lorenzo Tenochtitlán. Instituto de Investigaciones Antropológicas. Universidad Nacional Autónoma de México. México.

 

García Hernández, Melina

2016   Rasgos arqueológicos de la fase Villa Alta en el sitio arqueológico de Estero Rabón. Tesis de Licenciatura, Carrera de Arqueología, Facultad de Antropología, Universidad Veracruzana, México.

 

Gómez Rueda, Hernando

1996   Las Limas, Veracruz, y otros asentamientos prehispánicos de la región Olmeca. Colección científica 324. Instituto Nacional de Antropología e Historia. México.

 

Ito, Nobuyuki

2010   Investigación de cultura mesoamericana en el Preclásico. Hiroshima. Japón.

 

Kaplan, Jonathan

1995   El Trono Incienso y otros tronos de Kaminaljuyu, Guatemala. En VIII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1994 (editado por J.P. Laporte y H. Escobedo), pp.338-361. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).

 

Kotegawa, Hirokazu

2012   Proyecto Arqueológico Estero Rabón: Reconstruyendo la vida de los Olmecas. Temporada 2013. Propuesta de investigación arqueológica entregado al Consejo de Arqueología del Instutito Nacional de Antropología e Historia. México.

2013   Proyecto Arqueológico Estero Rabón: Reconstruyendo la vida de los Olmecas. Temporada 2014. Propuesta de investigación arqueológica entregado al Consejo de Arqueología del Instutito Nacional de Antropología e Historia. México.

2014   Proyecto Arqueológico Estero Rabón: Reconstruyendo la vida de los Olmecas. Temporada 2015. Propuesta de investigación arqueológica entregado al Consejo de Arqueología del Instutito Nacional de Antropología e Historia. México.

2015   Después de los olmecas: Algunos resultados preliminares del Proyecto Arqueológico Estero Rabón a través de Prácticas de campo de la Universidad Veracruzana. Boletín del Instituto de Estudio Latinoamericanos de Kyoto 15:67-95. Japón.

 

Kotegawa, Hirokazu (Coord.)

2013   Proyecto Arqueológico Estero Rabón: Reconstruyendo la vida de los Olmecas. Temporada 2013. Informe parcial entregado al Consejo de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia. México

2014   Proyecto Arqueológico Estero Rabón: Reconstruyendo la vida de los Olmecas. Temporada 2014. Informe parcial entregado al Consejo de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia. México

 

Medellín Zenil, Alfonso

1960   Monolitos Inéditos Olmecas. La Palabra y El Hombre 16:75-97.
 México.

 

Symonds, Stacey; Ann Cyphers y Roberto Lunagómez

2002   Asentamiento prehispánico en San Lorenzo Tenochtitlán. Serie San Lorenzo 2. Instituto de Investigaciones Antropológicas, Universidad Nacional Autónoma de México. México.

 

Symonds, Stacey y Roberto Lunagómez

1997   Settlement System and Population Development at San Lorenzo. En Olmec to Aztec: Settlement Patterns in the Ancient Gulf Lowlands (editado por B. L. Stark y P. J. Arnold), pp.144-173. The University of Arizona Press, Tucson.

Fig. 1: Ubicación del sitio arqueológico de Estero Rabón. Elaborado por autor.

Fig. 2: Monumento 8 de Estero Rabón. Fotografiado por autor.

Fig. 3: Monumento 2 de Loma del Zapote. Fotografiado por autor.

Fig. 4: Lado ventral de la parte superior del Monumento 8 de Estero Rabón. Fotografiado por autor.

Fig. 5: Reconstrucción hipotética 1 del Monumento 8 de Estero Rabón. Elaborado por autor.

Fig. 6: Los puños que muestran la posición de los dedos. Fotografiado por autor.

Fig. 7: Reconstrucción hipotética 2 del Monumento 8 de Estero Rabón. Elaborado por autor.

Fig. 8: Reconstrucción hipotética 3 del Monumento 8 de Estero Rabón. Elaborado por autor.

Fig. 9: Comparación de tamaño de puños. Fotografiado por autor.