065 La evidencia cerámica del montículo C-IV-4 Kaminaljuyu durante el Preclásico Tardío. Dora Maritza García y Donaldo Castillo – Simposio 28, 2014

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065 La evidencia cerámica del montículo C-IV-4 Kaminaljuyu durante el Preclásico Tardío.

Dora Maritza García y Donaldo Castillo

 

XXVIII Simposio de Investigaciones
Arqueológicas en Guatemala

Museo Nacional de Arqueología y Etnología
14 al 18 de julio de 2014

Editores
Bárbara Arroyo
Luis Méndez Salinas
Lorena Paiz

 

Referencia:

García, Dora Maritza y Donaldo Castillo
2015 La evidencia cerámica del montículo C-IV-4 Kaminaljuyu durante el Preclásico Tardío. En XXVIII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2014 (editado por B. Arroyo, L. Méndez Salinas y L. Paiz), pp. 809-822. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

 

La evidencia cerámica del montículo C-IV -4 Kaminal juyu durante el Preclásico Tardío
Dora Maritza García
Donaldo Castillo
Palabras clave
Altiplano Central, Kaminaljuyu, cerámica, áreas de actividad, Providencia, Verbena, Arenal.

Abstract
Ceramic evidence of Kaminaljuyu’s Mound C-IV-4 shows us evidence of habitational, domestic and ritual areas during Providencia, Verbena and Arenal phases, becoming a reference point to define and investigate this archaeological site that buried under the city’s growth still amazes us with new findings and proposals.

 

Introducción
Kaminaljuyu es un sitio prehispánico ubicado en el Valle de Guatemala que durante el periodo Preclásico se caracterizó por su amplio desarrollo económico, social, cultural y político. Parte de su desarrollo se reflejó en una tradición cerámica que durante este periodo fue de gran importancia para la interpretación de la actividad doméstica, económica y ritual del sitio.

Como complejo cerámico que encierra un conjunto de tipos y variedades que comparten una misma cronología y localización geográfica, que permite establecer la presencia de tipos especiales de cerámica para la interpretación de su cultura, Kaminaljuyu ha mostrado a través del tiempo un corpus de formas, acabado y decoraciones típicas de este. El complejo conocido como Las Vacas para el Preclásico (Popenoe 1997:86), muestra un inventario de vajillas locales del Valle de Guatemala que también tuvieron difusión en otras regiones y viceversa, compartiendo características que permiten establecer relaciones entre espacios geográficos mayores a partir de los cuales es posible conocer las dinámicas de actividad local en común.
El montículo C-IV-4 se ubica dentro del inmueble ubicado en la Calzada San Juan 13-83 de la zona 7 de la ciudad capital (Fig.1), a partir de junio del año 2012 dio inicio el proyecto de investigación, teniendo como objetivo realizar excavaciones intensivas para identificar la ocupación prehispánica del área, así como recuperar el material arqueológico. Debido a su carácter de rescate el tiempo de análisis fue mínimo, además de los recursos limitados para realizar dataciones de radiocarbono y otro tipo de análisis más profundos, sin embargo se espera continuar con el análisis de los materiales que son abundantes. A pesar de la alteración del montículo y su entorno debido a las construcciones actuales, la evidencia indica que fue un espacio realmente importante dentro de la dinámica de este sitio reflejado en la abundancia de material cerámico en contextos claros de actividad.

En este sentido las excavaciones realizadas por Marco Antonio Urbina, Silvia Alvarado y Carmen Ramos dieron a luz una cantidad impresionante de cerámica que por sí sola no puede decir nada sobre la ocupación de esta área, pero al realizar el análisis de distribución espacial y su contexto es posible establecer las dinámicas sociales y culturales de sus pobladores (Fig.2). Además de establecer una cronología de ocupación es necesario establecer conceptos que ayuden a definir los espacios de actividad cultural es decir los espacios registrados arqueológicamente con el fin de dar un significado a la evidencia de actividad humana (Manzanilla 1986).

Para este análisis la evidencia cerámica se ha enmarcado en el estudio de los espacios, en el conjunto arquitectónico, lo doméstico, lo ritual y simbólico (Geertz 2001), contextos únicos de interpretación del comportamiento humano si se piensa que “el pasado existe únicamente en las cosas que decimos sobre el mismo”. En este sentido se presentará el análisis y secuencia cronológica establecida a partir de las vajillas identificadas por Popenoe (1997) a través del método vajilla para analizar la evidencia de una sociedad estratificada, con un sistema ideológico, político y económico que rige grupos sociales organizados para un mismo fin.

Las interrogantes planteadas giran en torno a conocer patrones de ocupación y actividad a partir de la cerámica en contexto, a este propósito ¿cuáles son los patrones de deposición y carácter del material recuperado?, ¿qué conceptos adecuados se utilizan para definir e interpretar una unidad habitacional y área de actividad? y por último ¿qué tipo de actividad era realizada en el área de estudio que permite identificar procesos culturales, económicos y rituales?.

Hallazgos del montículo C-IV IV -4 y su evidencia cerámica
Como ya se mencionó anteriormente las excavaciones realizadas tanto en el montículo como en la Plaza Suroeste del C-IV-4 dieron a conocer una serie de interesantes hallazgos y materiales que aportan más al conocimiento de la antigua sociedad del Valle de Guatemala. A continuación se presenta un resumen de los mismos:

Depósito de obsidiana y núcleos
En la Operación C6-2 se encontró una concentración abundante de navajas de obsidiana que según Chavarría y Carpio (2012), fueron utilizadas para la elaboración de ciertos alimentos o corte de materiales. La evidencia cerámica de la Operación C5-3, a una profundidad de 2 m, consistió en un cuenco de la vajilla Sumpango, posteriormente a 3.36 m se encontró un vaso con un cuenco utilizado como tapadera, de la vajilla Café Negro Kaminaljuyu inciso fino (Figs.3 y 4). Ambas vasijas presentaban evidencia de quema en el interior y se encontraban asociadas a la deposición de once núcleos de obsidiana.

Canales
En la Operación A6-2 se encontró un canal de manejo de agua tallado en el talpetate a 3 m de profundidad, rellenado con tierra café suelta, encontrando en el fondo a 3.50 m 12 cráneos humanos. En asociación a este hallazgo se localizó a 2.80 m una concentración de cerámica y posteriormente a 3.50 m se identificó un cántaro de la vajilla Sumpango (Figs.5 y 6). Otras vasijas fragmentadas mezcladas con carbón y obsidiana se encontraron en el nivel más profundo. En las Operaciones A6-3 y A6-4 se localizaron otras secciones del canal rellenado con bloques de talpetate y tierra suelta mezclada con fragmentos de cerámica, obsidiana y carbón. Destaca la evidencia de un comal de la vajilla Terra a 3 m de profundidad y un cántaro de la vajilla Navarro con un pequeño cuenco de la vajilla Chiltepe en el interior, que contenía a su vez pigmento rojo (cinabrio) (Fig.7).

Un segundo canal fue identificado en la Operación B5-4, este de menor tamaño igualmente en el talpetate y cubierto con lajas como tapaderas, sobre estas piedras se encontró evidencia de carbón y cráneos asociados, además de algunos fragmentos de cerámica y artefactos de obsidiana, al igual que en la intersección de ambos canales.
Por otra parte en la Operación B6-4 se encontró a 3.30 m de profundidad el mismo rasgo sellado por bloques de talpetate y una de las tapaderas de este consistía en una piedra de moler reutilizada. En el perfil norte se evidenció una estructura de bloques de talpetate que consiste en varios terrones grandes que forman cuadrados a manera de esquinas (Alvarado 2012). Los terrones grandes al sur están en un nivel más bajo a 0.20 m y varios presentaban señales de quema.

Concentraciones de cerámica
En la Operación C2-2 ubicada al noroeste del montículo a una profundidad de 1.40 m se encontró gran cantidad de fragmentos cerámicos que continuaron hasta 3.00 m aproximadamente, además de cerámica se encontraron otros artefactos como figurillas, cuentas, obsidiana, etc. Destaca un cántaro fragmentado de la vajilla Sumpango que tenía en su interior un fragmento de piedra. Un desnivel en el nivel de talpetate se presenta a manera de una pequeña grada.

Paralelamente en la Operación C3-2 ubicada al oeste del montículo se tuvo evidencia a 1.60 m de un piso bien compacto con abundante material cerámico. Posteriormente al llegar al nivel de talpetate se evidenció un segundo piso con evidencia de dos agujeros de 0.15 m de diámetro y un tercero de entre 0.50 y 0.60 m, en la extensión al norte; posiblemente son agujeros de poste de una vivienda. Otros sectores cercanos al canal (Op. B6-3) presentaron los mismos rasgos de deposición.

Botellón
En la Operación B5-3 se encontró a 2.50 m de profundidad en la esquina sureste un botellón de 1.20 m de largo y 0.65 m de ancho entre los estratos de talpetate y arena blanca. Fue interesante que en su interior se encontraran pocos fragmentos de cerámica y obsidiana.

Entierro
La Operación D4-1 se realizó en el centro del montículo, la evidencia de cerámica fue abundante y con diferentes rasgos, a 0.40 m se encontró una pequeña concentración de cerámica mezclada con fragmentos de carbón y restos óseos. El relleno del montículo consistió en capas continuas de barro compacto y arenas que se observan de forma inclinada en los perfiles, cada capa extraída era abundante en cerámica, fragmentos de figurillas, obsidiana, lítica y otros materiales. A 2.60 m se localizó un cráneo fragmentado acompañado por un cuenco de la vajilla Café Negro Kaminaljuyu inciso con la figura de un tecolote.

El entierro fue encontrado a 3.00 m de profundidad en mal estado de conservación, consiste en un individuo de aproximadamente 40 y 50 años (Castillo citado por Alvarado 2012). Con una orientación suroeste a noreste en decúbito ventral extendido y en un estrato de barro compacto color café con inclusiones de arena. Al lado derecho del área de los pies se encontró evidencia de ceniza. La ofrenda cerámica consistió en dos vasijas fragmentadas colocadas a la altura del brazo derecho y otra junto al brazo izquierdo de la vajilla Café Negro Kaminaljuyu.

Excavaciones en el montículo
La intervención del montículo se realizó a partir de trincheras distribuidas en todo el contorno del mismo, sin embargo la mayoría de los hallazgos se encontraron en el lado noroeste y suroeste. La trinchera D4-4 se ubicó en la parte sur del montículo, en la sección B se recuperó abundante material que incluye un cuenco de la Vajilla Café Negro Inciso Grueso, por otra parte la sección C también presentó abundancia de material incluyendo una vasija miniatura con restos de pigmento rojo y otros artefactos. Las trincheras C4-2 y D4-3 presentaron abundante material mezclado con barro cocido en el nivel de barro café compacto, además de cerámica se recuperaron fragmentos de lítica, obsidiana y carbón en la sección C.

La mayor evidencia de ocupación se encontró en las siguientes operaciones:
En la operación D3-1 las concentraciones de cerámica iniciaron en el estrato de barro café compacto con pómez con algunos fragmentos óseos y abundante carbón, las concentraciones de cerámica fueron levantadas por capas y se identificaron algunas vasijas incompletas asociadas a un fogón (Figs.8 y 9). Las extensiones al este, oeste y norte permitieron recuperar mucha más información del sector. La extensión Norte B, al noreste del montículo, presentó una concentración de materiales en un relleno de barro color café, mezclado con piedra pómez y arena amarilla, que incluye cerámica, obsidiana, lítica, figurillas, huesos de animal, carbón y otros. El rasgo más predominante fue la colocación de las vasijas en forma invertida, incluyendo en esta operación el hallazgo de una pieza única, un cántaro de boca restringida de la vajilla Café Negro Kaminaljuyu sin decoración en asociación con barro quemado y una posible semilla de aguacate carbonizada. Al mismo nivel, en la ampliación Norte A, se localizó un fogón de forma rectangular de 0.50 m de largo por 0.35 m de ancho, a base de barro quemado y en su interior contenía evidencia de olotes de maíz carbonizados con mucha ceniza y carbón, hacia el este de este fogón continuaba la concentración de cerámica.

En la extensión Este A en el mismo estrato nuevamente se encuentra una concentración de materiales donde destacan algunas vasijas miniatura, fragmentos de manos y piedras de moler, carbón, huesos de animal, entre otros. A una profundidad de 1.45 m se encontró evidencia de quema y pigmento rojo. En la extensión Este C debajo de un estrato de barro café con pómez y arena amarilla se localizó un piso con pigmento rojo y concentración de cerámica, obsidiana, lítica, figurillas y pequeñas láminas de mica, además de carbón abundante en los siguientes niveles.

El hallazgo más particular en la extensión sur consiste en un piso de color negro en un estrato de barro café con evidencia de carbón, piso debajo del cual se ubica un segundo de color blanco. Sobre el piso 1 se encontró un fragmento de hueso, machacador, cuentas y una tapadera pequeña de la vajilla Café Negro Inciso Grueso.

La última unidad excavada E3-3, se ubica al noreste del montículo con dos extensiones, encontrando a 3 m de profundidad dos vasijas fragmentadas de las vajillas Xuc y Café Negro Kaminaljuyu, en un estrato de barro negro. En la extensión Norte a una profundidad de 0.50 m se encontraron algunos fragmentos de figurillas, un cántaro miniatura de la vajilla Sumpango y un cántaro de la vajilla Corinto Daub colocada nuevamente de forma invertida y acompañada de una piedra laja y abundante carbón. A 3 m de profundidad se encontró sobre el nivel de talpetate otro cántaro de la vajilla Sumpango colocada de forma invertida. En la extensión Norte A en el estrato de barro y arena se encontró una vasija de la vajilla Café Negro Kaminaljuyu Inciso Fino fragmentada acompañada de abundantes fragmentos de cerámica, obsidiana y lítica, además de fragmentos de hueso.

Cronología de ocupación
Kaminaljuyu cuenta con una secuencia cerámica definida para su ocupación, sin embargo la historia se ha fragmentado debido al crecimiento de la ciudad y proyectos aislados con metodologías y análisis distintos debido al carácter de proyectos de rescate. Esto hace necesario establecer conceptos tomando como punto de partida el estudio de la cerámica que permitan asociar los distintos contextos. A partir de la evidencia cerámica de las áreas anteriormente descritas y de la identificación de vajillas en estos contextos se presenta la cronología de ocupación del área.

Providencia, Verbena y Arenal
Partiendo del análisis realizado se identificó según la cronología de Hatch y Shook, la primera ocupación para la fase Providencia (600-400 AC), aunque la presencia de la cerámica de esta fase es mínima en relación a Verbena y Arenal (300 AC-100 DC), las vajillas típicas Xuc, Sumpango, Monte Alto Rojo, Morfino y Naranja Zinc, además de los característicos incensarios de tres picos y comales Terra, aparecen con sus formas y decoraciones característicos. Para esta fase el material del montículo, al encontrarse encima de las capas de talpetate y arena hacen referencia a una mayor actividad durante este momento, asociado a la construcción del canal mayor tallado en el talpetate.

La fase Verbena en este sector es ya un rasgo relevante, considerando las vajillas características con sus modos típicos de forma y decoración, la presencia de las vajillas Izote, Terra, la abundancia de Café Negro Kaminaljuyu con incisiones finas y el aumento de Rofino y Decoración Usulután, además de los soportes sólidos pequeños y pestañas labiales que son bien definidos para este periodo. Sin embargo los materiales más significativos analizados corresponden a la fase Arenal, con vajillas como Arenante y Sumpanguito y los modos más tardíos de las formas y decoraciones.
Los depósitos ubicados al noroeste este del montículo (Op. C2-2 y C3-2), indican una mayor presencia de materiales Arenal. En el caso de las capas continuas de materiales de aproximadamente 1 m de grosor, de la Operación C2-2, indican la acumulación periódica de los mismos un rasgo que no se repite en los demás sectores. Por otra parte en la Operación C3-2 se observan dos ocupaciones, el primer piso a 1.60 m (Arenal) y el segundo piso que corresponde a la última ocupación con evidencia de perforaciones para postes de alguna vivienda (Verbena).

En el lado sureste del montículo se ubica el depósito de obsidiana, y es en la Operación C5-3 donde nuevamente aparece material Verbena y Arenal. Dentro de este material se recuperaron algunas piezas completas, la primera a 2 m (Arenal) de la vajilla Sumpango y la segunda asociada a la deposición de once núcleos de obsidiana con evidencia de quema (Verbena) en la forma y decoración típica de la vajilla Café Negro Kaminaljuyu.

El relleno y vasijas depositadas en el área de los canales (Op. A6-2, A6-3 y A6-4), presentan una fuerte actividad para estos periodos, primero en la deposición de vasijas asociadas a los cráneos de la vajilla Sumpango, Navarro, Chiltepe y Terra, que indican un tipo de ritual que corresponden a una primera ocupación y el relleno de estos que marcan una segunda etapa. Lo interesante de este material es que estas vajillas consideradas de uso utilitario aparecen en un contexto ritual por la presencia de quema y cinabrio. El material Verbena fue escaso, al considerar que es en esta fase en la cual el canal continúa en uso y la presencia de material Arenal abundante corresponde al cierre y desuso del canal.

El canal menor de lajas (Op. B6-4, B6-5 y B5-6), presenta material de la fase Providencia, nuevamente haciendo referencia al momento de su construcción, el material de Verbena es relativamente mínimo y nuevamente abundante en Arenal, cerámica mezclada con carbón, obsidiana y otros. El momento de cierre de éste pudo ser poco posterior al canal mayor, el cual está asociado a una estructura identificada lo que refiere el uso del agua para actividad doméstica y abastecimiento del área. El botellón y un depósito al oeste del canal mayor (Op. B5-3 y B6-3), corresponden a la fase Arenal y Verbena respectivamente, asociado a los rasgos de actividad y cierre del canal y vivienda.

La operación ubicada en el centro del montículo (Op. D4-1), muestra que la actividad durante la fase Arenal fue significativa, la primera concentración de cerámica a 0.40 m, las capas de relleno con abundante material y ofrenda cerámica del entierro a 3 m corresponden a la fase Arenal con abundancia de las vajillas Café Negro Kaminaljuyu, Arenante, Zambo, Navarro, Sumpango y Terra.

El caso de la evidencia recuperada en las excavaciones al noroeste del montículo es diferente debido a la alteración causada por la construcción moderna sobre el montículo que contaminó los primeros niveles que corresponden de acuerdo al análisis, a los tipos del Clásico. En este sentido la cronología de esta área del montículo corresponde a contextos definidos. Los materiales recuperados en la operación C4-2 y D4-3 al pie del montículo corresponden a concentraciones aproximadamente a 0.60 m de profundidad de las vajillas Navarro, Izote, Arenante, Sumpango, entre otras que corresponden a la fase Verbena y Arenal.

Las operaciones D3-1 y E3-3 corresponden a la mayor evidencia de actividad doméstica durante las fases Verbena y Arenal, donde las vajillas presentes en mayor cantidad son Sumpango, Navarro, Izote, Arenante, Zambo, Chiltepe, Terra, Corinto Daub y Café Negro Kaminaljuyu, Decoración Usulután, abundancia de Tipos Finos, entre otros. Las características de estos depósitos ubicados en el nivel de talpetate y en el barro café con pómez y arena, indican una ocupación continua desde Verbena y más fuertemente en Arenal, en capas superpuestas de materiales abundantes asociados a fogones y pisos.

Vajillas Utilitarias y Finas
Según Popenoe (1997), las vajillas de Kaminaljuyu se separan según su tipo en utilitario y fino, porcentualmente las vajillas utilitarias se presentan con mayor frecuencia en todos los contextos descritos, aunque la diferencia en relación a las vajillas finas es mínima, lo que hace pensar que el uso de la cerámica y/o utilitaria no es restringida a las divisiones realizadas por los ceramistas. Hecho que se confirma por la presencia de cerámica utilitaria en contextos diferentes: rituales, de relleno ó de actividad cotidiana.

Sin embargo las vajillas de uso doméstico tuvieron mayor frecuencia en asociación a actividades cotidianas y de subsistencia de grupos humanos (Op D3-1 y E3-3), por otra parte la gran cantidad de vajillas finas pueden indicar su función de servir y consumir alimentos, además de las ofrendas del entierro y en la cerámica en asociación al depósito de obsidiana y núcleos con evidencia de quema. En estos contextos la vajilla con mayor frecuencia es Café Negro Kaminaljuyu.

Definiendo a través de la cerámica
El montículo C-IV-4 presenta una serie de contextos definidos, el área de canales, evidencia de unidades habitacionales, concentraciones de material, el entierro, fogones y evidencias de una fuerte actividad, es por ello necesario establecer patrones de deposición del material y su relación contextual y espacial, su relación con áreas cercanas y la dinámica de ocupación y actividad que definan el tipo de relacionales sociales y la unidad habitacional a la cual corresponde.

En la literatura e investigación arqueológica se ha hecho referencia a conceptos variados como depósito, ofrenda, basurero, relleno, que para cada caso se aplican indistintamente, de acuerdo a los criterios, observación y apreciaciones del investigador, como ha sido el caso de Kaminaljuyu. En este sentido la interpretación de la evidencia cerámica es diversa, la diferenciación de un depósito doméstico, ceremonial y/o ritual, o basurero, en el montículo C-IV-4 Kaminaljuyu, se refleja en su deposición, materiales y estratigrafía asociados, específicamente en tres áreas importantes de actividad cultural, el montículo, el área de plaza y los canales.

En este sentido al establecer un sistema de análisis e interpretación del material se busca obtener resultados que aporten significativamente a la interpretación arqueológica a través de la cerámica. Los estudios de patrón de asentamiento, establecen que la distribución de artefactos, en este caso de distribución de concentraciones de cerámica, permite establecer correlaciones en la distribución, lugar central y jerarquía de asentamientos, es decir una interpretación visual.
La identificación de contextos culturales y materiales (cerámica), pretende identificar el contenido de los hallazgos, supone analizar la forma en que las ideas que subyacen de los materiales mismos, y como desempeñan un rol en la configuración y estructuración de la sociedad. En este sentido el concepto de sociedad y de cultura es también politético, es decir que depende de un número determinado de rasgos diferentes que se producen juntos, que puede ser en base a la reunión de grupos de objetos. En el caso de la evidencia del montículo C-IV-4 se tienen precisamente rasgos simultáneos con características distintas, grupos de objetos en un espacio definido que responden a la estructura de su sociedad.

Hablando sobre el significado que subyace de los materiales, la existencia de sistemas simbólicos creados por el pensamiento social, son generadores de la cultura y su estructura (Geertz 2001), es decir individuos sociales que dentro de la estructura social ocupan un lugar creando un espacio de interacción y experiencia. Estos aspectos son fundamentales para el análisis del material cerámico, no visto desde una perspectiva tradicional de establecimiento de cronologías, vajillas o tipos cerámicos que tienen un valor estético, cuantitativo y meramente subjetivo que no dice nada por si mismo, sino más bien, como producto cultural cargado de esos sistemas simbólicos donde el individuo social es quien los crea y produce en un tiempo y espacio, espacio de interacción y experiencia social.

Con el objetivo de llegar a la interpretación del material cerámico, se partió de la definición de unidades habitacionales y áreas de actividad de su contexto y distribución espacial. El estudio de una unidad habitacional se puede abordar desde la definición de unidad residencial, según Wilk y Rathje (citado por Manzanilla 1986) se basa en el número de miembros (lo social), el material (áreas de actividad y posesiones), y del comportamiento (actividades que se realizan, producción, distribución, etc.).

En este sentido el área de actividad representada por las concentraciones de material, se delimitan por volúmenes específicos de artefactos que reflejen actividades particulares, áreas delimitadas espacialmente por elementos constructivos (Manzanilla 1986:11). A partir de esta categoría se identificaron: ofrendas o depósitos rituales, rellenos, depósitos de actividades domésticas y productivas y basureros.

Ofrendas o depósitos rituales
La mayor evidencia de este tipo de área de actividad se ubica hacia la plaza al suroeste y sureste del montículo, el primer rasgo se ubica en el área de los canales donde se encontraron una serie de vasijas de tipo doméstico, que por su disposición y asociación a elementos rituales: cráneos, abundancia de carbón (quema) y cinabrio son de carácter ceremonial. Es posible entonces que el manejo y uso del agua de carácter doméstico, tuviera sus implicaciones ideológicas, al considerar el agua como un elemento sagrado que es conservada precisamente en cerámica doméstica (cántaros), lo que le otorga el carácter simbólico.

En este supuesto el cántaro Navarro, que contenía en su interior un cuenco Chiltepe con cinabrio, elemento reportado en contextos de rituales y depósitos especiales asociados a lugares ceremoniales (Terry et al. 2000), es evidencia del carácter ritual de la cerámica de este contexto. Un ejemplo de este tipo de depósitos se reporta en la plaza superior de la periferia de La Palangana, formada por dos cuencos de la vajilla Zambo (Arenal), ensamblados que contenían algún material perecedero, alimentos o líquidos, según las manchas del interior, o bien incienso (Alvarado 2005).

El segundo rasgo se encuentra asociado al depósito de obsidiana y la ofrenda de once núcleos, lo que sugiere un área de actividad especializada (Chavarría y Carpio 2012), en este sentido las vasijas depositadas forman parte de algún tipo de ritual de deposición y terminación del área de actividad, que precisamente está asociada al cierre de los canales, pudo ser un acto conmemorativo donde fueron depositadas navajas completas y semi completas, sellando uno de los rasgos que resalta la importancia del manejo de agua a través de los canales (Ibíd.), por lo tanto es seguro que la actividad especializada que realizaban en el área estaba ligada al uso de agua.
El tercer rasgo está asociado a la ofrenda del entierro en el montículo, que en relación a las ofrendas reportadas en el montículo E-III-3 (Shook y Kidder 1952), y otros entierros reportados en Kaminaljuyu, es relativamente sencilla consistente en dos vasijas Café Negro Kaminaljuyu sin decoración.

Según Chavarría y Carpio (2012), las navajas que acompañaban al individuo son más finas que las depositadas dentro del canal. En este sentido ambos depósitos que refieren un contenido simbólico distinto, pero que comparten el mismo sentido ritual de sus pobladores, están asociados cronológicamente y espacialmente. A propósito otro caso similar es reportado por Velásquez (1993), de una ofrenda de 33 cráneos, vasijas y concentraciones de lascas de obsidiana. Por ello al observar el rasgo de cráneos asociados a quema y materiales dedicatorios (cerámica), hacen referencia a un ritual de cierre de los canales.

Rellenos
Se ha reportado en la Plaza Superior de La Palangana que diversos rellenos hacen referencia a una intensa actividad constructiva durante el Preclásico (Ivic y Alvarado 2004:259), otros rellenos y pisos que marcan nuevas etapas de actividad han sido reportados en los montículos C-IV-1 y C-IV-2, cercanos al montículo C-IV-4. La evidencia de rellenos en el área fue fundamental para definir las fases cerámicas, es este tipo de material el que permite realizar un análisis de la secuencia de ocupación y realizar el análisis tipológico de la cerámica. Los rellenos localizados en el área de plaza del montículo C-IV-4 son evidentes en el caso del relleno de los canales, con abundancia de fragmentos cerámicos mezclados con diferentes materiales, fragmentos de obsidiana, lítica, figurillas y otros artefactos.

En el caso del montículo el relleno de barro compacto con arena en los niveles superiores al entierro contenía una cantidad impresionante de fragmentos cerámicos bien conservados de la fase Arenal en cada nivel de 0.20 m (más de 500 fragmentos cada uno), que permitieron hacer el fechamiento del montículo con mayor cantidad de cerámica de tipo utilitario y excelentes muestras diagnósticas de cerámica fina.

Depósitos de actividades domésticas y productivas
Los llamados depósitos de actividades domésticas y productivas se refieren a aquellos que por su disposición y asociación a elementos constructivos y domésticos denotan actividades relacionadas con etapas de producción, tanto para subsistencia, como para otros aspectos tales como el aprovisionamiento de materias primas, preparación de alimentos o procesos continuos a escala relativamente amplia (Manzanilla 1986:12).

En Kaminaljuyu/ San Jorge se reporta gran cantidad de materiales cerámicos y obsidiana asociados a unidades domésticas que muestran áreas de actividad relacionadas con elaboración de alimentos y producción, ya que ciertas vajillas como Monte Alto Rojo tienen un objetivo definido, en este caso el de almacenamiento (Popenoe 1997). En los montículos C-IV-1 y C-IV-2 se reportan plataformas de actividad doméstica y depósitos de actividad doméstica para la fase Verbena.
Valdés (1997), identifica rasgos similares al montículo C-IV-4, para el preclásico Medio (fase Las Charcas) en los montículos B-V-6, C-III-6 y CIII-9, restos de pisos, fogones, basureros y cerámica utilitaria que indican desarrollo y diferenciación social, por otra parte sitúa para la fase Providencia mayor complejidad social, y para las fases Verbena y Arenal la época de mayor apogeo sociopolítico y administrativo, siendo característico la ubicación de edificios que forman plazas. Reporta para estas fases los mayores índices de construcción asociados a materiales cerámicos y elementos rituales, vasijas utilizadas para servir líquidos ceremoniales especiales. Ponciano (2000), resalta la presencia de densas concentraciones de material cultural en el área de Miraflores I y montículo C-IV-7, relacionado a una arquitectura de carácter doméstico y ritual.

En esta línea el montículo C-IV-4 presenta rasgos similares en cuanto a la disposición de los materiales y fases, con algunas variaciones, siendo su mayor ocupación durante las fases Verbena y Arenal. La disposición de vasijas de forma invertida, abundancia de cerámica utilitaria (vajillas Sumpango, Sumpanguito, Navarro, Corinto Daub, Terra, Chiltepe, Zambo), y fina de servicio (Tipos Finos, Decoración Usulután, Café Negro Kaminaljuyu), en asociación a fogones, pisos quemados, carbón, evidencia de huesos y olotes de maíz quemados (evidencia de alimentos), confirman el área de actividad doméstica de alimentación y servicio del montículo relacionado con la actividad del depósito de obsidiana y canales.

Basureros
Al lado noroeste del montículo se presenta la única concentración de cerámica considerada como basurero (Op. C2-2), asociado precisamente al área de actividad doméstica. Suasnávar y Flores (1997), llaman a estas concentraciones de materiales depósitos, botellones o formaciones troncocónicas tallados en la arena que están relacionados a áreas habitacionales (Grupo A-IV-1). Es interesante notar la poca presencia de materiales cerámicos y de otro tipo en el botellón (B5-3), ubicado al suroeste del montículo, por lo que no puede ser considerado como un basurero, posiblemente pudo contener otro tipo de material perecedero asociado a la actividad doméstica del área.

A este propósito, según Manzanilla (1986), dentro de las áreas de actividad se clasifican las de evacuación, es decir los basureros donde se acumulan desechos o desperdicios secundarios lo que significa que fueron abandonados en el mismo sitio donde se usaron como en el caso de las áreas de actividad doméstica ya descritas.
En los basureros se pueden encontrar materiales de distinto tipo que pertenecen a actividades diferentes, sin embargo puede ser que existan basureros que por su contenido material y asociación de elementos correspondan a una sola actividad, o que existan materiales perecederos que no se conocen. En el caso de la cerámica del C2-2, que se encuentra asociada con  materiales diversos como fragmentos de figurillas, de obsidiana, artefactos, lítica, entre otros, en fragmentos variados y depositados en capas continuas mezcladas que corresponden a la fase Arenal, muestran una fuerte ocupación y paulatina deposición.

Consideraciones finales
A partir de contextualizar la evidencia cerámica del montículo C-IV-4, fue posible establecer que es durante el Preclásico Tardío en las fases Verbena y Arenal, donde se observan los rasgos de ocupación y mayor auge del área, con una fuerte actividad doméstica y ritual/ceremonial que no pueden ser concebidas de forma separada, ya que están íntimamente ligadas una a otra, es decir que las vajillas utilitarias y finas se entrelazan y se combinan en su uso, pero que existen ciertos rasgos que son distintivos de ofrendas dedicatorias y rituales y otros que responden a ciertas actividades relacionadas a procesos cotidianos.

La identificación de vajillas finas y utilitarias en contextos variados, considera que las actividades rituales y/o ceremoniales están íntimamente unidas a las actividades cotidianas y domésticas, si se considera el rol que juegan las estructuras simbólicas e ideología en la organización social y económica. En este sentido los espacios definidos a partir de los grupos de artefactos (cerámica), son fundamentales para identificar a los individuos en su espacio de interacción y actividad social.

La presencia de depósitos y/o ofrendas dedicatorias son un rasgo que marca ciertos acontecimientos importantes de cambio y legitimización del orden, configuración social y económica de sus habitantes. Paralelamente existen áreas de actividad doméstica que satisfacen necesidades inmediatas de consumo que definen a una unidad residencial de nivel medio subyugado a un centro de rango mayor dentro del sitio (Fig.10).

La relación espacial de los hallazgos y vajillas cerámicas fue determinante, definiendo dos áreas espacialmente importantes, primero la relación de los depósitos u ofrendas rituales de cerámica fina vajilla Café Negro Kaminaljuyu y algunos tipos finos, asociados contextualmente a actividades especializadas en el caso del depósito de obsidiana (evidencia de quema), y por otra parte en el entierro ubicado en el montículo y el depósito ubicado antes del relleno de este.

La segunda relación espacial se plasma en los depósitos de actividad doméstica y/o productiva, en el área noreste del montículo, y sectores de vivienda cercana a los canales, que tienen relación directa a la actividad especializada del depósito de obsidiana y el uso del agua de los canales. Por último casos particulares como el basurero y botellón al noroeste del montículo complementan las zonas de producción y muestran la distribución y organización de sus habitantes, donde posiblemente el individuo del entierro formaba parte de los dirigentes del área.

El montículo C-IV-4 permite analizar espacios de interacción que fueron intensos durante el Preclásico Tardío, fases Verbena y Arenal, que a través de su material cerámico define una unidad residencial de actividad especializada clave para entender el tipo de organización jerárquica y de aprovechamiento de recursos humanos y materiales en Kaminaljuyu.

Este sitio arqueológico es y ha sido constantemente amenazado por el crecimiento de la ciudad y construcción de nuevos centros comerciales y residenciales, bajo la enajenación de las marcas y el consumismo. En este sentido al publicar la información de los hallazgos e interpretaciones se espera aportar a la concientización y sensibilización para la protección de nuestro patrimonio cultural, porque Kaminaljuyu continúa vigente.

Agradecimientos
A Kaminaljuyu por su legado cultural. Agradecemos al equipo de trabajo del Proyecto Arqueológico Montículo C-IV-4 Kaminaljuyu, Silvia Alvarado, Mauricio Díaz, Marco Antonio Urbina, Jessieca Mejía, Carmen Ramos, Paulino Morales, Edgar Carpio que hicieron posible esta investigación y por la colaboración de Alejandra Cordero y Alejandra Morales.

Referencias
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Fig.1: Ubicación del montículo C-IV-4 (Michael y Sanders 1973).

Fig.2: Ubicación del área excavada y sus operaciones (Raxjal y Morales 2012).

Fig.3: Vista de planta de ofrenda cerámica Op. C5-3 (Alvarado y Díaz 2012).

Fig.4: Vaso Café Negro Kaminaljuyu inciso fino Op. C5-3 (Alvarado 2012).

Fig.5: Vista de planta de ofrenda de cráneos y cuenco en canal Op. A6-2 (Urbina y Díaz 2012).

Fig.6: Cuenco Sumpango en canal Op. A6-2 (Alvarado 2012).

Fig.7: Cántaro Sumpango con cuenco Chiltepe en el perfil norte del canal A6-3 (Alvarado 2012).

Fig.8: Cerámica asociada a fogón Trinchera D3-1 Sección A (Alvarado 2013).

Fig.9: Vasijas asociadas a fogón Trinchera D3-1 (Alvarado 2013).

Fig.10: Ubicación del área de canales al suroeste de la plaza
y depósitos de actividad doméstica al noreste del montículo (Díaz 2014).