033 Excavaciones en el Grupo de la Casa Colorada en Chichén Itzá, Yucatán. Ma. Rocío González de la Mata, José Francisco Osorio León, Francisco Pérez Ruiz y Peter J. Schmidt – Simposio 28, 2014

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033 Excavaciones en el Grupo de la Casa Colorada en Chichén Itzá, Yucatán.

Ma. Rocío González de la Mata, José Francisco Osorio León, Francisco Pérez Ruiz y Peter J. Schmidt

 

XXVIII Simposio de Investigaciones
Arqueológicas en Guatemala

Museo Nacional de Arqueología y Etnología
14 al 18 de julio de 2014

Editores
Bárbara Arroyo
Luis Méndez Salinas
Lorena Paiz

 

Referencia:

González de la Mata, Ma. Rocío; José Francisco Osorio León, Francisco Pérez Ruiz y Peter J. Schmidt
2015 Excavaciones en el Grupo de la Casa Colorada en Chichén Itzá, Yucatán. En XXVIII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2014 (editado por B. Arroyo, L. Méndez Salinas y L. Paiz), pp. 409-420. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

 

Excavaciones en el Grupo de la Casa Colorada en Chichén Itzá, Yucatán
Ma. Rocío González de la Mata
José Francisco Osorio León
Francisco Pérez Ruiz
Peter J. Schmidt
Palabras clave
Yucatán, Chichén Itzá, excavaciones, Clásico Tardío-Terminal.

Abstract
New field research at Chichen Itza concentrated on the Red House Group, an aggregate of structures that surround a plaza. Three unique components stand out: first, the existence of a long hieroglyphic inscription in structure 3C9; second, the first complete stelae from the site located in the central plaza; and third, the fusion of architectural styles that led us to transparent the evolution of an architectural style known only to Chichen Itza. The excavations of the first stage concentrated on structure 3C10, “the Small Ball Court”, the second of eleven known ball courts excavated at the site.

 

Introducción
En el centro neurálgico de la antigua metrópoli de Chichén Itzá, se localiza este grupo de edificios de mediano tamaño. Se despliega en un eje oriente-poniente, a unos 150 m al sur del Castillo. Como es usual en Chichen, las estructuras del conjunto se construyeron sobre una plataforma artificial que se circundó en parte con una muralla de piedra, más como componente de un propósito sistemático propio del sitio, que funcionalmente protectora. El arreglo arquitectónico del grupo se abre al sur hacia la imponente explanada que forman el conjunto de Las Monjas y el Caracol.
Los edificios más significativos del Grupo de Casa Colorada fueron erigidos sobre altos y empinados basamentos que enmarcaban una plaza. Estos son los templos conocidos como la “Casa Colorada” o “Chichanchoob” (estructura 3C9) al oriente -que le da el nombre al grupo- y la Casa del Venado (estructura 3C7) al norte. Dos galerías largas con columnatas, enclavadas al norte y al sur del cuadrángulo, son las estructuras 3C27 y 3C12. Se suman para completar la distribución de los edificios dentro de esta plazuela, una plataforma central, estructura 3C8, y algunas otras plataformas bajas. Hacia el oriente y fuera de la plaza, un juego de pelota chico (3C10) y otro templo alto pero de dimensiones menos llamativas (Templo 6 del plano de Maudslay o estructura 3C11), completan el conjunto (Maudslay 1974). Para rematar el diseño arquitectónico, el sacbe 4 une la Casa Colorada con el Grupo del Osario, de acuerdo a los arreglos urbanísticos de los grupos en Chichen (Fig.1).

Exploraciones más tempranas en Casa Colorada fueron insustanciales y breves. Los primeros trabajos de relevancia realizados en el Grupo se limitaron a registros planimétricos, dibujos y fotografías, llevados a cabo, a través del Siglo XIX, por John Stephens, Frederick Catherwood, Desirée Charnay, William Holmes y Alfred P. Maudslay. No fue sino hasta 1931, con el desarrollo de los trabajos de la Institución Carnegie en Chichén Itzá, que se efectuaron algunas calas en el interior de la cancha del juego de pelota del grupo, cuando se localizaron los tableros centrales. O’Neill, Kilmartin y Ruppert, con la misma Institución, pusieron al grupo en los planos del sitio (Ruppert 1952). En la década de 1960, William Folan realizó trabajos de mantenimiento en el basamento y la crestería del templo de Casa Colorada y consolidó los tableros centrales del juego de pelota en el afán de que no se disgregaran. En 1980, Don Patterson a su paso por el sitio, las registró como parte de su búsqueda de relieves en Chichén Itzá.

Antes de dar paso a la descripción de las exploraciones recientes, se cree necesario presentar un panorama general sobre el Clásico Tardío en la comarca alrededor de Chichén Itzá, con el fin de enmarcar y justificar la intervención arqueológica de este grupo.

El Clásico Tardío en las cercanías de Chichén Itzá
En los últimos 20 años se han realizado proyectos de investigación en sitios cercanos a Chichén Itzá que han permitido establecer nuevas hipótesis sobre la geografía política, militar, económica, y social de la región durante el Clásico Tardío (600-830 DC), años en que el asentamiento de Chichén Itzá se estaría incubando para llegar a ser, en siglos inmediatos por venir, la potencia hegemónica que controlaría todo el norte de Yucatán.

Los frutos de estos trabajos hablan de una generalizada ocupación durante este periodo, que abarcó casi toda la Península de Yucatán. Las características que definen la parte tardía de esta etapa de desarrollo se reflejan principalmente en las fachadas de los edificios decoradas por estucos modelados con gran maestría, con imágenes de extensas escenas mitológicas, monstruos de la tierra como entrada al inframundo, aves mitológicas, personajes con el acompañamiento de diversos dioses ancestrales. Ek Balam, que floreció en el 600-800 DC, ubicado 50 km al noreste de Chichen, es el ejemplo cercano más relevante y claro que manifiesta este estilo. La mayoría de estos vestigios tempranos son subestructuras cubiertas por edificaciones posteriores.
Otros aspectos inherentes y fundamentales que se compartieron en este periodo cultural en el área, fueron, en primer lugar, la utilización de la cerámica Pizarra Temprana y, en segundo lugar, la construcción de sacbeob o calzadas que trazaban límites de influencia política y militar. Podían enlazar ciudades aliadas, o podían mostrar dominio de un centro sobre el otro, como en el caso de los caminos que vinculaban a Coba con Yaxuna, a Izamal con Ake y, en el oeste de la Península, Uxmal con Kabah.

El Clásico Tardío en Chichén Itzá
Pero, ¿qué pasaba en Chichén Itzá para esa época? El hallazgo en 1998 de una subestructura durante la exploración llevada a cabo en el Templo de la Serie Inicial (5C4), la subestructura 5C4-I ó subestructura de los Estucos, asociada a elementos arquitectónicos y cerámicos de un ciclo constructivo anterior al apogeo de sitio, posibilitó establecer un periodo de ocupación temprana en Chichen con un desarrollo arquitectónico y estilístico que se asociaría al Clásico Tardío (600-800 DC), fase de la que se sabía que había presencia, pero que no se había comprobado sino hasta entonces, con evidencia arquitectónica y arqueológica (Osorio 2004a; 2004b).
La importancia de este hallazgo llevó a la corrección cronológica de las fechas conocidas del sitio y permitió acercarse a los desconocidos moradores de Chichén Itzá de los años 650-830 DC, cuando formaban un asentamiento contemporáneo a otras ciudades que en esa época eran centros rectores y gobernaban los destinos del Norte de Yucatán: Yaxuna, Ek Balam, Coba, Izamal, Dzibilchaltun, Dzilam. Chichen para entonces, sería una población que crecía alrededor de numerosas fuentes de agua como los cenotes, cercana a cavernas, a rejolladas y a tierras aptas para la agricultura, ubicada en un punto estratégico de la Península. Como se ve, sin embargo, ya poseía una arquitectura elaborada que habla de una sociedad afianzada en el sitio y próspera (Fig.2).

Poco tiempo después del descubrimiento de la subestructura 5C4-I del Templo de Serie Inicial, en el Grupo de los Dinteles, el área más meridional de Chichen, se encontró un basamento temprano perteneciente este mismo periodo, 600-830 DC, cuya construcción superior fue desmontada en su totalidad para edificar la estructura que se conoce actualmente como Templo de los Tres Dinteles (7B3). Al excavar al interior del basamento, se rescataron seis entierros primarios y uno secundario, todos ellos con vasijas cerámicas como ofrenda. Estas piezas permitieron establecer y definir lo que se conoce actualmente como el Complejo Yabnal/Motul de Chichén Itzá (600-800/830 DC), al que se sumaban las evidencias del Grupo de Serie Inicial antes descritas (Pérez de Heredia 2010).

Por otro lado, al centro del sitio en la plaza del Castillo, durante las excavaciones ejecutadas para instalar el espectáculo de Luz y Sonido, se halló material cerámico que señaló también una ocupación dentro de la época Yabnal. El análisis de la cerámica que se obtuvo en el interior del Cenote Sagrado mostró también la misma ocupación. Todos estos restos podrían asociarse además, con los jades del tipo “palencano”, fechados para el 627-700 DC, que se encontraron entre las ofrendas que se arrojaban al Cenote. Es posible que ya para entonces se escenificaran allí ceremonias y rituales (Osorio y Pérez de Heredia 2001).

Con el estudio de todos los materiales reseñados, se consiguió entender e interpretar que el Complejo Yabnal/Motul se manifestaba en dos fases, por lo menos, en Chichén Itzá. Es importante mencionar aquí que cerámica mucho más temprana, del Preclásico y también del Clásico Temprano –que marcaría una primera fase, de 600 a 730 DC, para este complejo- se encuentra en algunos lugares dentro de los límites de Chichén Itzá pero no parece constituir evidencia de un asentamiento notable durante esos periodos en la zona en discusión.

1).- La fase media, cerca del 730-780 DC. Se expresa y comprueba al sur del sitio, en primer lugar, con el material cerámico obtenido dentro de la plataforma temprana sobre la que se asentó, tiempo después, el edificio de los Tres Dinteles y, en segundo lugar, dentro del Grupo de la Serie Inicial, en la plataforma que sirvió de base para levantar la edificación de mampostería, 5C4-I o Templo de los Estucos. El material rescatado en su interior contiene un alto porcentaje del complejo Yabnal/Motul, con fechas entre 700 y 800 DC. Una excelente colección de desechos de facto se halló sobre el piso de este templo, marcando la faceta terminal de este complejo.
Es evidente que en estos años ocurre un perfeccionamiento en el manejo de ciertos materiales de construcción y en el desarrollo de la técnica del modelado de estuco, cuya influencia viene de otros sitios cercanos, como Ek Balam. Un estudio reciente sobre la composición de estucos en ambos lugares, para estas fechas, revela la similitud en su elaboración, incluidas las fuentes para producir los colores. Se sugiere que artistas de Ek Balam trabajaron en Chichen, o enseñaron sus técnicas a los artistas locales. De cualquier forma, es un factor más que confirma la relación Ek Balam-Chichen para esta fase (Vázquez de Agredos 2010).

2).- La fase tardía-terminal, cerca del 780-830 DC. Se ratifica en el conjunto de Los Falos, construido para esta época sobre la plataforma Yabnal del Grupo de Serie Inicial, y en el Templo del Yugo, estructura 5C2, que se localiza al norte del Templo de la Serie Inicial. El basamento de este edificio, con esquinas redondeadas y una amplia escalinata al frente, pertenece estilísticamente a esta época y se construyó sobre la ampliación Cehpech de la plataforma del Grupo de Serie Inicial. Este basamento fue reutilizado en años posteriores para edificar sobre él el edificio columnado que lo corona. Es para esta época que los revestimientos de piedra de los muros denotan un labrado fino, a diferencia de la etapa precedente y se empieza a hacer uso de basamentos prominentes con escaleras al frente, sin alfardas, para alcanzar la estructura superior, lo que implica un cambio tecnológico en los procedimientos constructivos en el sitio.

Después de este paréntesis, se retorna al Grupo de Casa Colorada.
Exploraciones en el Grupo de la Casa Colorada
A raíz de los resultados obtenidos y descritos sobre la extensa distribución en campo del asentamiento previo en la zona, se consideró necesario ampliar investigaciones en algunos puntos al centro del sitio, área en donde menor información al respecto se tenía. Nuevos trabajos aquí podían dar más luz en el marco de las preguntas sobre el desarrollo de la ciudad.

Sobresalía entre las áreas el Grupo de Casa Colorada, conjunto que todavía permanecía sin haber sufrido intervenciones arqueológicas de consideración. La arquitectura evocadora del estilo Puuc, la escritura glífica al interior del Templo de Casa Colorada -la banda de glifos más larga en el sitio-, la localización de una estela, semi-destruida, al centro de la plaza del grupo, las fechas de las inscripciones ubicadas entre el 869 y el 890 DC, así como vestigios de un sacbe temprano, enterrado, hacían de este conjunto un punto crucial en el avance de las investigaciones sobre las actividades precedentes en Chichén Itzá. Bajo las edificaciones que se ven, se tenía la posibilidad de encontrar, por lo menos, la etapa media del Clásico Tardío.
Se Iniciaron las excavaciones en el Juego de Pelota, estructura 3C10, que consiste de una cancha plana con eje norte-sur de 22 m por 9.27 m delimitada en sus extremos por una hilera de piedras de 10 cm de largo cada una, labradas con serpientes entrelazadas, dos taludes laterales que culminan con una pared vertical y al norte, un cabezal en forma de “U”, elemento del que carece el lado sur, que está llano. Dos aros de piedra, uno sin su espiga, que probablemente pertenecieron a esta estructura, fueron localizados en las cercanías (Fig.3).

El talud poniente se encuentra adosado al alto basamento de la estructura 3C9, Casa Colorada. Se excavó el interior a través de calas estratigráficas y durante los trabajos se identificaron restos de un juego de pelota anterior. Se halló indicio de piso, con señales de que las piedras que configuraban la construcción más temprana, habían sido desmontadas para erigir la que actualmente se ve (Fig.4). Para armar el macizo vertical que hoy se observa coronando este talud, se reutilizaron algunas piedras con relieves alusivos a jugadores, sin un orden especial, que provenían seguramente de secciones de tableros de algún otro juego de pelota del sitio. Este macizo remata, al norte y al sur, con un muro inclinado. Atrás de esta pared, todavía se distingue completa la pared de la estructura previa, hecha a base de piedras labradas de corte rústico que en algunas partes aún conservaban recubrimiento de estuco.

Al retirar de la superficie del talud al este el escombro y tierra acumulado por los años, al centro del cuerpo aparecieron 35 piedras con relieves colocadas de manera dispar, solamente cuatro de ellas guardaban un orden. Se nota que se trataba de mosaicos de piedra esculpidos con motivos relacionados a jugadores de pelota, provenientes también de algún otro juego de Chichen. No eran del juego original porque al armarlas, se percató de que tenían una mayor altura que el paño del primer juego, además de que el estilo decorativo no coincidía con la época. Se cree que estas piedras labradas constituyeron la ofrenda que se hizo al construir la estructura 3C10 y probablemente tenían un significado especial para los moradores del lugar, al tomarse el trabajo de colocarlas de manera muy cuidadosa, un acomodo seguramente tardío.
Al interior de este mismo talud se localizó el piso de estuco de la etapa previa, como antes se mencionó, donde también había huella de que las piedras pertenecientes a esa construcción se habían arrancado de lugar.

Este cuerpo oriental, posee una construcción superior de 18 m de largo por 3.5 m de ancho, con seis columnas, originalmente techada por una larga bóveda. Se accedía a ella a través de una amplia escalinata al este del montículo. Este edificio miraba hacia la cancha del juego, y sus corredores servían para albergar a espectadores privilegiados, que podían observar bien lo que ocurría en el terreno de juego.
Con los datos conseguidos en la excavación de ambos laterales, se lograron conocer las medidas del juego de pelota original: la cancha midió 7.89 m de ancho por 18.56 m de largo. Las banquetas laterales, que fueron planas, tenían un ancho de 4.21 m, y una altura sobre la cancha de 1 m. La pared superpuesta a estos laterales, donde alguna vez se colocaron los aros, tuvo una altura de 1.90 m y una longitud de 17 m, un poco más corta que la banqueta (Fig.5).

El cabezal norte del juego es un muro de 33 m de largo, 1.50 m de altura y 2.35 m de grosor. Su extremo este se proyecta 14 m hacia el sur y el remate oeste se une a la estructura 3C8 para cerrar el perímetro de la cancha por este lado. Engloba al centro al exterior, un adosamiento que presenta vestigios de un basamento que sostuvo un pequeño templo, del cual solamente se localizaron en el derrumbe las molduras y cornisas esquineras. Dos accesos escalonados, hechos probablemente para subir al templo y a la explanada superior del cabezal, se localizaron contiguo a esta prominencia. Interesante es observar los trabajos de ingeniería que efectuaron los constructores para controlar las inundaciones de la cancha, forjando canales en la roca madre y otros drenajes en este sector del juego de pelota.

Cuando se realizaron las primeras labores de limpieza, se habían recuperado, dispersas, varias de las piedras con relieves que decoraron los tableros tallados que adornaban la estructura del juego de pelota que hoy se tienen a la vista. Totalizan tres paneles con escenas labradas, en cada lateral. Después de armarlas como rompecabezas, en la reposición a su lugar de origen solo fueron colocadas las piezas que se tenía la certeza de que pertenecían a un cierto lugar. Debido a su exposición a la intemperie, el estado de conservación de los bajo-relieves es muy deteriorado y es difícil comprender todos los detalles que tuvieron, aunque todavía se perciben algunas huellas de color rojo sobre el estuco que los cubría. A continuación se describen sucintamente:

Tablero 1: esquina suroeste, mide 2.10 m de largo por 0.65 m de altura. Solo se rescataron diez piedras. El relieve muestra cuatro personajes, dos desfilan hacia el norte y dos hacia el sur que calzan sandalias con borlas. El único actor casi completo, muestra un tocado de plumas muy elaborado.
Tablero 2: al centro al oeste, mide 2.15 m de largo por 0.68 m de altura. Está casi completo, sólo le faltan tres piezas. Muestra cinco personajes ricamente ataviados que portan penachos de plumas que caen hacia atrás. Tienen un cinturón grueso con plumas en la espalda, orejeras circulares y un pendiente redondo que cuelga del cuello.
Tablero 3: esquina noroeste, con 2.10 m de largo por 0.72 m de alto, con 14 piezas, hace falta más de la mitad. Apenas se observan tres personajes, dos enfilados hacia el norte y uno al sur. Se aprecia parte de sus ricos penachos.
Tablero 4: esquina noreste, con 2.17 m de largo por 0.73 m de altura, el mejor conservado y más completo, sólo le faltan tres piezas. Muestra cinco actores muy ataviados, tres mirando hacia el sur y dos hacia el norte. Sus adornos coinciden con los de los personajes del tablero 2; se aprecian los cinturones con cabeza de serpiente que llevan el personaje sacrificado y el que lo ejecuta (Fig.6).
Tablero 5: parte central del lado este, mide 2.12 m de largo por 0.67 m de altura. Muy erosionadas están las 21 piezas que lo componen. Cinco individuos aparecen con magníficos penachos y atuendos de jugadores. En la parte superior al extremo sur, es posible distinguir una media estrella de Venus sobre la cabeza del jugador. Se nota que hay una desarmonía en el diseño por la manera en que se pegaron las piezas del tablero en la década de 1960. Hay una confusión en su colocación, aunque esto no modifica el sentido de la ceremonia que se representa.
Tablero 6: en la esquina sureste, mide 2.18 m de largo por 0.68 m de altura. Cinco jugadores participan en el acto, calzan zapatos que cubren el pie con un nudo al frente, los brazos están protegidos por cintas y no se aprecian las manos de los individuos. Es posible observar algunas diferencias entre los penachos que cargan un equipo y otro.

En síntesis, todas las escenas de los relieves exhiben a dos equipos enfrentados y al capitán del equipo triunfante que corta la cabeza al capitán derrotado. Como elemento central aparece un círculo o pelota. De la garganta cercenada del vencido, brotan enredaderas con lirios acuáticos, que envuelven todo el acontecimiento. Llama la atención la desigualdad numérica de los participantes en ambos equipos: los ganadores forman un bando de dos personas y los perdedores uno de tres, sin faltar a la regla. Destaca un detalle interesante: a excepción del capitán vencedor, los demás actuantes no poseen sus manos, las extremidades superiores terminan como muñones. Los jugadores llevan zapatos diferentes en cada pie y el zapato cerrado con un nudo al frente predomina sobre la sandalia. Las volutas de habla no se marcan en todos los personajes, son pocos los que parecen estar hablando o cantando.
Se cree que este juego de pelota cronológicamente es contemporáneo al Juego de Pelota Grande de la Gran Nivelación, por el estilo de los relieves, sus escenas de sacrificio y su asociación a edificios con columnas. Se añade, además, que este es uno de los once juegos de pelota en Chichén Itzá que han sido registrados, localizados y levantados planimétricamente.

El análisis cerámico de 17,428 fragmentos de tiestos comprobó una ocupación antigua, mínima para el Clásico Temprano pero más abundante desde el Clásico Tardío Medio y Tardío–Terminal. El complejo mejor representado es el Sotuta (900-1150 DC) y la cerámica más tardía se fecha para 1150-1350 DC, correspondiente al complejo Hocaba del norte de Yucatán y el complejo Culub de Chichén Itzá (Góngora 2012). No se extenderá más en este renglón porque los análisis detallados los presentará Dulce Góngora Cetina, arqueóloga ceramista del proyecto, en este mismo Simposio.

Hay otros aspectos notables que muestra el Grupo de Casa Colorada, a los que ya se refirió en párrafos anteriores y que ameritan puntualizarse. Destaca la banda glífica con la fecha 10.2.0.1.9 6 Muluc 12 Mak (septiembre 5 de 869) en el formato de cuenta corta muy común en Yucatán, situada en el arranque de la bóveda del muro este de la estructura 3C9 o Casa Colorada. Los glifos hablan de ceremonias para encender el fuego, una de ellas ejecutadas por el dios Yax U K’uk’um K’auiil, “Verdes son las plumas de K’auiil”. Se menciona el lugar donde el conjuro tuvo lugar “–tu-HA”, “en el agua”, “tu-NAAB”, “en el sol, en el agua entre los lirios acuáticos”. Los últimos glifos en la banda muestran el nombre de K’ak’upacal K’auiil (“Fuego es el escudo de K’auiil”), con sus títulos, y es su primera mención en Chichen. En la misma banda se revela una segunda fecha, 10.2.0.15.3 7 Ak’bal 1 Ch’en (junio 6 del 870) seguida de eventos sobre el fuego con la mención de una localización donde se prende y quema. Como testigos de estos sucesos había tres individuos diferentes, dos jerarcas de Chichen y uno de Ek Balam, lo que quiere decir que este sitio era, para entonces, todavía preponderante al ser mencionado en una inscripción en Chichén Itzá (Grube et al. 2003).

Otro aspecto que se detallará es el rescate que realizó, en la plaza de la Casa Colorada, el Dr. Peter Schmidt quien reconstruyó, de muchos fragmentos, una estela con inscripciones glíficas. Parte de ella se encontraba semi-enterrada en la plataforma 3C8 que se localiza frente a la Casa del Venado. Muestra la fecha 1 Ahaw y 12 Ahaw, 890 DC, sugiriendo que algunos de los eventos y/o personajes sobre los que se habla en el texto, caen dentro del katun que termina en 10.3.0.0.0, otros inmediatamente después, entre 869 y 890 DC (Schmidt 2007).

La sección superior de la estela muestra un pájaro de “alas acuchilladas”. Hay dos cartuchos redondos en las alas que pudieron haber portado los símbolos del sol y la luna. El texto glífico empieza con una dedicación y el resto está tan erosionado que es muy difícil distinguir la sintaxis. En la segunda doble columna se menciona a uno de los dioses comunes, Yax U K’uk’um K’auiil, mismo que se nombra en la banda de Casa Colorada. Hay varias frases en la estela que señalan a este dios y a otros dioses en combinación con otros individuos. Una referencia ideográfica a K’ak’upakal también se manifiesta en el texto (Grube et al. 2003).

Conclusiones
A finales del Siglo VIII y durante el Siglo IX surgieron en Chichén Itzá algunos edificios que mostraban reminiscencias del estilo arquitectónico Puuc, estilo que se desarrolló durante el Clásico Terminal (800-1000 DC) en el oeste de Yucatán y noroeste de Campeche. Cuando se analiza el mapa de Chichen, se puede advertir que la mayoría de estas edificaciones se sitúan al sur del Castillo. Entre ellas se destacan el Grupo de la Casa Colorada, el conjunto de Las Monjas y el Grupo de los Dinteles. La manifestación de este estilo aparentemente estuvo vigente durante un corto periodo de tiempo en Chichen, según se desprende de los estudios cerámicos y del desciframiento de las inscripciones asociadas a estas estructuras. La cantidad de tiestos y vasijas del Complejo Huuntun-Cehpech (830-950 DC), propio de esa época en Chichén Itzá, indican un lapso de 80 a 120 años.

Es nuestra opinión que el centro político y administrativo para este periodo tenía su sede en este sector de la ciudad. Se adquirió esta certeza cuando se sopesó la concentración y la cantidad de edificios con características evocadoras del Puuc (el conjunto de Las Monjas, el Caracol, el Akabdzib, el Grupo de la Casa Colorada, todos en la misma región). Factores primordiales también, para esta aseveración, son las abundantes inscripciones glíficas que van del 869 al 890 DC, así como por la presencia de la cerámica que aparece en este sector y que se relaciona con el Complejo Huuntun-Cehpech. Otro tercer aspecto relevante que induce a pensar esto es el hecho de que, específicamente, el Grupo de Casa Colorada es el asiento de la primera y última mención escrita en piedra sobre el gran dignatario de Chichén Itzá, K’ak’upakal (Fig.7).

Por otro lado, los estudios llevados a cabo en Casa Colorada más las investigaciones de años anteriores y nuevos aportes en los análisis cerámicos del sitio, exhortan a proponer una secuencia arquitectónica para Chichen, ligada a claros indicios cronológicos. Con este soporte, se proponen cambios en los nombres que hoy denominan popularmente a los estilos arquitectónicos que se desarrollaron en esta ciudad, nombres que han sido utilizados por mucho tiempo y por muchos investigadores.

Esta propuesta será muy somera y básica, resaltando sólo algunos detalles, dada la complejidad y el análisis que implica el asunto, ya que multitud de estudiosos se han referido al tema. Esta cuestión será objeto de disertación exclusiva en una futura ocasión.

Tres son, hasta el momento, las expresiones arquitectónicas en el sitio:
1-. El que se denominará como “Estilo Yabnal”, estilo temprano que se desarrolló alrededor del 730-780 DC, ligado a restos cerámicos de esta época (Fig.8). Su testimonio yace en la sub-estructura de Los Estucos y la plataforma sobre la que se construyó posteriormente el conjunto de Los Falos –Grupo de Serie Inicial–, así como en la plataforma del Grupo de los Dinteles, donde años después se erigió la estructura 7B3.

Se singulariza por el uso en los muros de piedras burdas casi sin carear, que fueron adheridas con argamasa hecha a base de tierra roja (pakluum) y piedras pequeñas como cuñas. Los elementos de fachada que pertenecieron al Templo de los Estucos hablan del uso de estucos modelados de textura y acabado fino. La decoración consistía en diseños florales, personajes ataviados con tocados de plumas y serpientes y gran gama de colores. Estos temas relacionan los vestigios descritos con las características que se despliegan en las fachadas de otros edificios en sitios cercanos, durante esta época.

2-. El que se llama “Estilo Maya Chichen”, que se desarrolló del 780 al 950 DC (más-menos), conocido comúnmente como “estilo Puuc de Chichen” y que es nada más alusivo a ese estilo ya que carece de muchas de sus características fundamentales (Fig.9). La mayoría de las inscripciones halladas en el sitio se relacionan a las edificaciones de este ciclo. Se distingue por la innovación en el sistema constructivo en que se utiliza un mortero a base de cal y sascab para formar los muros rellenos con grandes piedras, base a donde se adhirieron finas piedras talladas que conformaban el aspecto exterior de los edificios. Se deja de utilizar el estuco modelado en las fachadas pero prolifera el motivo de los mascarones de dioses narigudos en mosaicos. Aparecen los templos sobre empinados basamentos y el empleo de escalinatas al frente sin alfardas. Se utilizaron algunas cresterías para coronar los templos, como en el de Casa Colorada.
Es tal vez, una etapa de experimentación en cuanto a la ejecución de las plantas de los edificios, de ensayo en la utilización de nuevas técnicas constructivas y de la reutilización y ampliación de espacios. Esta expresión estilística cubre la mancha urbana de Chichen, desde la sub-estructura del Castillo hasta el sector más meridional en el Grupo de los Dinteles.

3-. El estilo que se denominará como “Estilo Chichén Itzá” que se desarrolló del 950 al 1200 DC y que corresponde al Complejo Sotuta, época del gran apogeo de la metrópoli. Es el más conocido del sitio, al cual muchos autores han denominado como “Maya-Tolteca”. Se identifica por las plazas, por los altos basamentos con cuerpos y el uso de escalinatas por los cuatro lados para acceder a los templos superiores, por la construcción de imponentes espacios con columnas, techados por largas bóvedas apuntaladas por vigas de madera, que podían albergar grandes multitudes. Se caracteriza por usar un sistema constructivo más compacto y firme en las paredes de los edificios, que se revistieron con piedras finamente labradas.

La decoración al interior de los templos con murales alusivos a grandes batallas y ensalzando el poderío de los Itzaes, y al exterior en las fachadas con relieves en mosaico cubiertos por estuco en múltiples colores, sustituía las inscripciones glíficas en piedra empleadas en la época precedente. A su vez servía, este nuevo modelo, como las páginas de un códice, forma que utilizaron los dirigentes para comunicarse con sus súbditos.

Para finalizar, nada más queda por decir que las excavaciones dentro del Grupo de Casa Colorada no han concluido más que en una primera fase. Próximas temporadas serán de vital importancia para determinar con mayor precisión la ocupación temprana de Chichen, la evolución de su arquitectura y el esclarecimiento de los factores que llevaron a Chichén Itzá a convertirse en la potencia que fue durante su auge.

Referencias
Góngora Cetina, Dulce Aurora
2012 La secuencia cerámica de las estructuras 3C9 (Casa Colorada) y 3C10 (Juego de Pelota Chico) del Conjunto de la Casa Colorada en el sitio de Chichén Itzá. Tesis de Licenciatura. Universidad Autónoma de Yucatán, Mérida, Yucatán.
Grube, Nikolai; Alfonso Lacadena y Simon Martin
2003 Chichen Itza and Ek Balam: Terminal Classic Inscriptions from Yucatan. En Maya Hieroglyphic forum at Texas, March 2003. Notebook for the XXVII th. Maya workshop, Austin.

Maudslay, Alfred Percival
1974 Biologia Centrali-Americana. 4 Vols.; Milpatron Publishing Corp.; New York, New York.

Osorio León, José
2004a La estructura 5C4 (Templo de la Serie Inicial) un edificio clave para la cronología en Chichén Itzá. Tesis de Licenciatura. Universidad Autónoma de Yucatán, Mérida, Yucatán México.
2004b La Sub-estructura de los estucos (5C4-I), Un ejemplo constructivo temprano en Chichén Itzá. En XVIII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2003 (editado por J. P. Laporte, B. Arroyo y H. Mejía) pp. 867-877; Museo Nacional de Arqueología y Etnografía; Guatemala.

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Pérez de Heredia, José Eduardo
2010 Ceramic contexts and chronology at Chichen Itza. Tesis para obtener el grado de Doctor. Faculty of Humanities and School of Historical and European Studies, Archaeology Program. LaTrobe University, Budoora, Victoria, Australia.

Ruppert, Karl
1952 Chichen Itza: Architectural Notes and Plans. Carnegie Institution of Washington, Publ. 595; Washington.

Schmidt, Peter J.
2007 Birds, Ceramics, and Cacao: New Excavations at Chichen Itza. En Twin Tollans: Chichen Itza, Tula, and the Epiclassic to Postclassic (editado por J. K. Kowalski y C. Kristan-Graham), pp. 151-204. Dumbarton Oaks Research Library Collection; Washington, DC.
Vásquez de Agredos Pa scua l, María Luisa
2010 La pintura mural maya: materiales y técnicas artísticas. Vol. 11, UNAM, Centro Peninsular en Humanidades y Ciencias Sociales; Mérida, Yucatán.

Fig.1: Plano del Grupo de Casa Colorada.

Fig.2: Plano que muestra la extensión del Clásico Tardío dentro de la mancha urbana de Chichén Itzá.

Fig.3: Planta del Juego de Pelota Chico (3C10) del Grupo de Casa Colorada,
se muestran las pierda del derrumbe.

Fig.4: Vestigios del Juego de Pelota original al excavar el talud oeste.

Fig.5: Alzados que muestran cómo eran el Juego de Pelota original
y el Juego de Pelota posterior del Grupo de Casa Colorada.

Fig.6: Foto y dibujo de campo del tablero noreste
del Juego de Pelota Chico en Casa Colorada (foto Bruce Love).

Fig.7: Plano del área del Grupo de Casa Colorada, el Caracol, Las Monjas, el Akabdzib y el Cenote Xtoloc, asiento del poder en Chichén Itzá durante el Clásico Tardío-Terminal.

Fig.8: Estilo arquitectónico Yabnal: planta, alzados, pared y estucos de la fachada del Templo de los Estucos,
en el Grupo de Serie Inicial, y vasijas cerámicas de la época, del Grupo de los Dinteles.

Fig.9: Estilo arquitectónico Maya Chichén, hasta ahora conocido como el estilo “Puuc” de Chichén.