086 Dioses patrones de La Corona: comunidad y poder. Joanne Baron – Simposio 26, 2012

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086 Dioses patrones de La Corona: comunidad y poder.

Joanne Baron

 

XXVI Simposio de Investigaciones
Arqueológicas en Guatemala
Museo Nacional de Arqueología y Etnología
16 al 20 de julio de 2012
Editores
Bárbara Arroyo
Luis Méndez Salinas

 

Referencia:

Baron, Joanne
2013 Dioses patrones de La Corona: comunidad y poder. En XXVI Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2012 (editado por B. Arroyo y L. Méndez Salinas), pp. 1029-1040. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

 

Dioses patrones de La Corona: comunidad y poder
Joanne Baron
Palabras clave
Petén, La Corona, deidades patronales, período Clásico.

Abstract
After five years of excavations in Structures 13R-2, 13R-3, 13R-4, and 13R-5 of La Corona, it has been possible to define a chronology spanning roughly 500 years and six phases of construction. During this period, these structures shifted in function from Early Classic funerary shrines to Late Classic patron deity temples. The reasons for this shift can be ascertained by attention to epigraphic evidence at La Corona. Monumental inscriptions suggest that La Corona underwent a period of civil conflict, and that the re-dedication of the structures as patron deity shrines helped the new king Chakaw Nahb Chan consolidate political power and to suppress the claims of rival elites.

 

El Grupo Coronitas del sitio La Corona se encuentra en el lado este del núcleo del sitio. Está compuesto de una plaza rodeada de estructuras en las cuatro direcciones cardinales y limitado por un cival en sus lados este y oeste (Fig.1). En el lado norte de la plaza se encuentra una estructura residencial elitista construida sobre una plataforma grande junto con otras estructuras monumentales. Estas estructuras serán discutidas por Jocelyne Ponce (este volumen). En el lado este del grupo se localiza una fila de cinco plataformas piramidales (Estructuras 13R-1 a 13R-5). Sus puntas parecen formar una corona, dándole al Grupo Coronitas su nombre, al igual que al sitio. En este artículo, serán discutidos los resultados de las excavaciones en cuatro de estas plataformas piramidales (Estructuras 13R-2 a 13R-5). El descubrimiento más interesante de estas investigaciones es que estas estructuras cambiaron su función durante la historia del grupo. Durante el Clásico Temprano, servían como templos funerarios, mientras en el Clásico Tardío, se usaron como templos para deidades patronales.

Deidades patronales
Aunque las deidades patronales no se discuten con frecuencia en la literatura académica de prácticas religiosas Mayas, aparecen frecuentemente en textos jeroglíficos de varios sitios y en documentos etnohistóricos como el Popol Vuh y el Título de Totonicapán. Las deidades patronales son dioses que tenían una relación especial con comunidades Mayas particulares. Se cree que protegían a las comunidades de perjuicio y las proveían de éxito en la guerra y fertilidad, entre otros. Cada sitio Maya poseía sus propias deidades patronales. Algunas de éstas son dioses que son ampliamente reconocidos en varios sitios Mayas, como los Héroes Gemelos. En otras ocasiones, son aspectos particulares de deidades más generales, como en el caso de la Triada de Palenque (Stuart 2006). Aunque una deidad patronal fuera única a un sitio en particular o ampliamente reconocida, se creía que tenía una relación especial con los habitantes del sitio en la que era patrón. En algunas ocasiones, estos dioses remontan de forma muy antigua en la historia de un sitio y están muy asociados con el fundador del mismo. Otras veces, se introducían nuevas deidades patronales, lo que llevó a la acumulación progresiva de éstas y cada sitio tenía su propia combinación.

Las deidades patronales eran diferentes de los ancestros en varias maneras. Aunque los antiguos mayas practicaban la veneración a los ancestros, los textos e imágenes relacionados a éstos los representan de forma distante, viendo a sus descendientes desde arriba, frecuentemente en la forma del dios solar o diosa lunar, pero no participaban directamente en asuntos humanos. Por otro lado, los dioses patrones interactuaban directamente con los humanos. Usualmente, esto era en la forma de una efigie física que necesitaba ser alimentada, vestida, bañada y cuidada. Parte de cuidar a las deidades patronales incluía la construcción de templos para éstas, llamadas wayibes, o “lugares de descanso”, (Houston and Stuart 1989) donde la deidad podría descansar en aislamiento. La Estructura 13R-5 y las otras estructuras mencionadas en este panel, se describen como wayibes. En regreso de todo este cuidado personal, las deidades intervenían en eventos humanos. Los textos jeroglíficos de los antiguos mayas le dan crédito a las deidades patronales por el éxito en la guerra y por el paso seguro del tiempo.

Entre todos los miembros de la comunidad Maya antigua, se consideraba que el gobernante tenía una relación particularmente cercana con las deidades patronales. Frecuentemente, son descritas como sus acompañantes, o usando lenguaje similar a la de una madre con su niño: algo precioso que debe ser cuidado (Houston and Stuart 1996:294). Los gobernantes eran responsables por el cuidado y mantenimiento de las efigies de las deidades y en el Popol Vuh se menciona que eran responsables por rituales intensivos requeridos para implorar a los dioses patronales. Estos rituales requerían que los gobernantes ayunaran y se abstuvieran de tener relaciones sexuales. De hecho, en el Popol Vuh, es esta obligación de realizar ayunos la que definen a los señores K’iche como gobernantes:

“ayunaban todos los días, llorando en sus corazones, pidiendo por sus vasallos, y cuando hacían su oficio cada uno de los Señores pedían también por sus mujeres y sus hijos. Este era el precio con que se compraba la claridad y la existencia, y con lo que se compraba el Señorío, que era la autoridad de los Principales y Señores” (Estrada Monroy 1973:186–187).

Por estas razones, la veneración de deidades patronales era un parte importante de las relaciones de poder entre los antiguos sitios Mayas. Los gobernantes vinculaban su autoridad a la veneración de estas deidades y por lo tanto al bienestar general de la comunidad. La identidad comunitaria también estaba en parte definida por la devoción a deidades patronales, igual como se da la veneración de santos patrones en las comunidades católicas modernas. Es así como los actos públicos que involucraban deidades patronales, como la construcción de templos o la introducción de nuevas deidades patronales, hubiesen tenido implicaciones fuertes para la autoridad del antiguo gobernante Maya. Por estas razones, fue importante entender la naturaleza de los templos de deidades patronales en La Corona, incluyendo su uso e historia constructiva.

Antecedentes
La investigación de los templos del grupo Coronitas comenzó en 2005, cuando Marcello Canuto descubrió un panel jeroglífico in situ (Panel 1) en la trinchera de saqueo de la Estructura 13R-5 (Canuto et al. 2006). Durante la siguiente temporada, Canuto llevó a cabo excavaciones en esta estructura para determinar el contexto del panel (Canuto 2006). Este panel fue dedicado en 677 DC por el gobernante de La Corona K’inich ¿? Yook (Guenter 2005) e indica que en esa fecha, el rey dedicó la Estructura 13R-5 como un templo para una deidad patronal de La Corona. También menciona un evento más temprano realizado en 658 DC, en el que el padre de K’inich ¿? Yook, Chakaw Nahb Chan, dedicó tres templos para otras tres deidades patronales de La Corona. Al examinar el texto, surgió la pregunta: ¿Cuáles estructuras de La Corona son los tres templos dedicados en 658 DC?

La Estructura 13R-5 es la plataforma que se encuentra más al sur de la línea de cinco templos en el lado este de la plaza de Coronitas. Las Estructuras 13R-2, 13R-3 y 13R-4 se encuentran inmediatamente al norte de ésta. Estas tres estructuras poseen aproximadamente la altura de 9 m, por lo que parece que forman un solo programa arquitectónico. Dada esta consistencia y su proximidad cercana con la Estructura 13R-5, se creía que estas tres estructuras son los templos discutidos en el texto jeroglífico, por lo que fueron dedicadas en 658 DC Por esta razón, se diseñó una estrategia de excavación para probar esta hipótesis y obtener la mayor cantidad de información posible acerca de la veneración de deidades patronales en La Corona.

Excavaciones en las Estructuras 13R-2, 3, 4 y 5
En 2008, la autora comenzó a trabajar en La Corona y realizó excavaciones en las Estructuras 13R-2, 3, 4 y 5 hasta la Temporada 2012 (Baron 2009; 2010; 2011; Baron 2012). Las cuatro estructuras fueron fuertemente saqueadas, probablemente en la década de 1960. En años posteriores, las trincheras de saqueo colapsaron, causando daños considerables a las estructuras y en algunos casos confusión en la estratigrafía. Sin embargo, después de cinco temporadas de excavación, se tiene una mejor comprensión de la estratigrafía, permitiendo una descripción de la historia constructiva de estas edificaciones.

En estas estructuras se realizaron tanto excavaciones horizontales, como verticales (Fig.2). Las terrazas frontales de las plataformas fueron expuestas para buscar artefactos in situ. Las terrazas posteriores también fueron investigadas para buscar basureros que contuvieran desechos de actividades rituales. Se realizaron pozos de prueba en las Estructuras 13R-2 y 13R-4 y una trinchera profunda fue excavada en la parte posterior de la Estructura 13R-5. Las trincheras de saqueo en las cuatro estructuras fueron limpiadas y perfiladas para obtener información cronológica. En total, se identificaron seis fases constructivas principales (Tabla 1). Dos de éstas fueron fases constructivas de la Estructura 13R-5, mientras que tres fueron de las Estructuras 13R-2, 3 y 4. Finalmente, una serie de modificaciones tardías realizadas a las cuatro estructuras constituyó la sexta fase. Estas fases serán descritas en orden cronológico.

La fase constructiva más temprana de las cuatro estructuras, denominada K’inich, fue encontrada en la Estructura 13R-5 (Fig.3). Esta fase fue identificada en 2006 cuando se limpió la trinchera de saqueo de esta estructura (Canuto 2006). Sin embargo, debido a que el saqueo puede confundir la estratigrafía, se realizó una trinchera en la parte trasera de la estructura en 2012 para definir las fases constructivas de la edificación. El piso de esta fase se encontró a menos de un metro sobre la roca madre, por lo que era una plataforma extremadamente baja. Rellenos encontrados en 2012 contienen cerámica correspondiente a la fase Chicanel de Uaxactún (Caroline Parris, comunicación personal 2012). Sin embargo, es la fase constructiva más antigua reconocida en La Corona hasta el momento. Las excavaciones en 2006 revelaron que la fase K’inich contiene una tumba debajo de la estructura cortada en la roca madre (Entierro 1 de La Corona). Desafortunadamente, esta tumba fue saqueada y los pocos huesos que se encontraron fueron contaminados al manipularlos y por acción del agua. Es interesante que el panel jeroglífico de la última fase constructiva de 13R-5 posee una referencia a un individuo que llegó a La Corona en 314 DC llamado Tahn K’inich Lajua’ (Zender 2011). Esta es la referencia histórica más temprana en las inscripciones de La Corona y pudo haber sido un fundador de la comunidad. Debido a la fecha temprana del relleno, es posible que la tumba en la Estructura 13R-5 sea el entierro de este individuo.

La siguiente fase constructiva principal de estas plataformas, denominada Mam, fue encontrada en los pozos de prueba de las Estructuras 13R-2 y 13R-4 (Baron 2011; 2012) (Fig.4). Es posible que también se encuentre en la Estructura 13R-3, pero no se han realizado excavaciones profundas en esta estructura. La fase Mam consistió de plataformas de 3 m de alto, de las cuales solamente se expusieron las terrazas traseras. No se han realizado excavaciones en el interior de estas plataformas, por lo que no se han recuperado rellenos y su función permanece desconocida. Sin embargo, es posible que hayan sido templos funerarios, como los de la fase K’inich en la Estructura 13R-5. Se descubrió un basurero de la fase Mam en la plataforma trasera en la Estructura 13R-2 con cerámica que corresponde a la fase Tzakol 2/3 de Uaxactun, indicando una fecha en algún momento de mediados a finales del siglo VI (Caroline Parris, comunicación personal 2012).

La siguiente fase, denominada Muk, fue identificada en los pozos de prueba de las Estructuras 13R-2 y 13R-4, al igual que en la trinchera de saqueo de la Estructura 13R-3 (Baron 2009; 2011; 2012). En esta fase constructiva, se edificaron nuevas plataformas encima de la fase Mam, elevando su altura a aproximadamente 8 m y moviendo sus ejes centrales hacia atrás (lado este) (Fig.4). Debajo del nuevo eje central de las Estructuras 13R-2 y 13R-4 se cortaron tumbas en la roca madre de una manera similar a la tumba de la fase K’inich en la Estructura 13R-5.

Desafortunadamente, la tumba en la Estructura 13R-4 (Entierro 2) fue fuertemente saqueada, por lo que destruyó toda la parte central de la estructura y confundió la estratigrafía considerablemente. Como parte de las excavaciones en 2010 se limpió esta trinchera de saqueo que colapsó en las décadas posteriores al saqueo y llenó la cámara de la tumba con relleno de colapso (Baron 2011). Se recuperaron algunos huesos y cerámica del Entierro 2. Los análisis de radiocarbono dieron una fecha calibrada entre 540 y 600 DC (1 sigma).

La tumba debajo de la Estructura 13R-2 (Entierro 6) no estaba saqueada. Fue excavada en 2011 y proveyó información valiosa acerca del status del ocupante (Baron 2012). La tumba había sido cortada en la roca madre y cubierta con un techo de madera. Encima de este techo había un petate tejido, cuya impresión fue preservada en el relleno superior. Encima de este petate se colocaron ofrendas cerámicas y todo el contexto fue cubierto con un estrato de fragmentos de pedernal y obsidiana. Se estima que un total de aproximadamente 30,000 fragmentos de lítica cubrían originalmente la tumba. Dentro de la cámara, el ocupante fue colocado con su cabeza hacia el este. Fue enterrado con cientos de conchas y almejas de agua dulce, al igual que con una tortuga y un cocodrilo (Baron et al. 2011). En total, se recuperaron 15 vasijas cerámicas de la tumba correspondientes a las fases Tzakol 2/3 de Uaxactun, dándole una fecha aproximada similar al Entierro 2 (Caroline Parris, comunicación personal 2012). Sin embargo, excavaciones en las terrazas traseras de las Estructuras 13R-2, 13R-3 y 13R-4 indican que la fase Muk fue construida en la Estructura 13R-4 primero, seguida de la 13R-3 y 13R-2 posteriormente. Cada una probablemente fue construida a medida que moría un nuevo individuo, por lo que la tumba de la 13R-2 es la más tardía de las tres. Por esta razón, se fecha el entierro alrededor de 600 DC.
Sin duda, el ocupante del Entierro 6 era un miembro de status alto de la comunidad, debido a la gran plataforma construida sobre su tumba, el ensamblaje de la tumba y la presencia de un petate tejido. Puede que haya sido el gobernante del sitio o un miembro de una familia de elite. Lo mismo probablemente era cierto para el ocupante del Entierro 2, debido a la similitud entre ambos contextos.

Es probable que haya una tercera tumba en la fase Muk de la Estructura 13R-3. Sin embargo, la trinchera de saqueo en la parte posterior de esta estructura es considerablemente más profunda de lo que permitió la limpieza y es probable que los saqueadores hayan entrado en la tumba. Dada la naturaleza inestable de la trinchera y de la estructura, no se intentó excavar este contexto.

La siguiente fase constructiva, denominada K’uh, también fue encontrada en las Estructuras 13R-2, 13R-3 y 13R-4 (Baron 2012). En los tres casos corresponde a agregados arquitectónicos delgados (Fig.4). No parece que se haya modificado la parte posterior de las estructuras, sino solamente la parte frontal, añadiendo nuevas escalinatas y piso a las superestructuras. Los rellenos de estas fechan al Clásico Tardío (Caroline Parris, comunicación personal 2012). Se cree que esta fase de construcción corresponde a la fecha de dedicación en 658 DC mencionada en el panel de la Estructura 13R-5. El propósito de esta fase constructiva será discutido posteriormente.

La siguiente fase constructiva principal, denominada Ub, constó de la re-dedicación de la Estructura 13R-5 en 677 DC como se mencionó en el texto jeroglífico (Canuto 2006; Baron 2012). El piso de esta fase fue construido aproximadamente 2 m encima del piso de la fase K’inich (Fig.3). De esta manera, la Estructura 13R-5 es más pequeña que las vecinas.

Una fase final de construcción, denominada Unen, consiste de una serie de modificaciones tardías realizadas a estas estructuras (Baron 2010; 2011; 2012). Al frente de la Estructura 13R-3, se hicieron agregados para sostener las decoraciones de estuco (Fig.5). Un rasgo de rampa, cuya función es desconocida, fue construido entre las Estructura 13R-2 y 13R-3, bloqueando gran parte de la escalinata de 13R-2. En la parte posterior de las Estructuras 13R-4 y 13R-5, se construyeron una serie de muros que conectaban sus terrazas posteriores. Un muro pequeño también corría de la Estructura 13R-4 a la parte posterior de la Estructura 13R-5, posiblemente creando algún tipo de cuarto interior detrás. Se encontró cerámica en el piso de este cuarto, posiblemente como un basurero. Esta cerámica incluía tiestos Gris Fino, indicando que este contexto fecha para 760 DC o posteriormente (Caroline Parris, comunicación personal 2012). También se encontraron vasijas en las terrazas frontales de las estructuras, incluyendo Gris Fino y otros tipos del Clásico Tardío.

La evidencia más tardía para actividad ritual en estas estructuras fue el hallazgo de un incensario posclásico que fue dejado al frente de la Estructura 13R-3 (Baron 2011) (Fig.6). Esto debió haber sido después de que el sitio fue abandonado, ya que se recuperó cerca de la superficie después de que se acumuló el colapso por casi un metro en esa área. El incensario estuvo asociado a una punta de pedernal, posiblemente usada durante algún tipo de ritual. Se han encontrado incensarios similares en La Corona (Guenter 2010:76; Guirola y Martínez 2012:177), indicando la presencia de peregrinos al sitio durante el periodo Posclásico.

Cambio de función
Hay evidencia que las cuatro estructuras cambiaron de función en algún punto durante su historia, de ser recintos funerarios a templos de deidades patronales. En el caso de la Estructura 13R-5, el panel jeroglífico provee sustento fuerte para esta interpretación. La fase temprana de la estructura (K’inich) contenía una tumba temprana, mientras que la fase tardía de construcción (Ub), contiene un panel jeroglífico que discute la dedicación de la estructura como un templo de deidad patronal. De hecho, parece que el panel justifica de manera retórica este cambio en función. Indica que la deidad patronal a quien le fue construido el templo fue el dios del “Lugar Seis Nada” (Guenter 2005). Luego dice que Tahn K’inich Lajua’, el posible ocupante de la tumba, llegó a La Corona en 314 DC. Sin embargo, después indica que el individuo llegó a La Corona del “Lugar Seis Nada” en antiguo tiempo mitológico. En otras palabras, las conexiones de La Corona al dios del “Lugar Seis Nada” se describen de manera más antigua que las conexiones al fallecido Tahn K’inich Lajua’. Puede que esto se haya hecho para justificar el cambio del templo funerario de Tahn K’inich Lajua’ para otros propósitos.

También existe evidencia circunstancial para sugerir que las Estructuras 13R-2, 13R-3 y 13R-4 también cambiaron de funciones. Como se discutió anteriormente, el panel hace referencia a la dedicación de otros tres templos para deidades patronales en 658 DC por el rey Chakaw Nahb Chan. Dada su proximidad cercana la Estructura 13R-5 y su similitud en tamaño, estas tres plataformas siempre han sido consideradas como buenas candidatas. La evidencia arqueológica revela que durante la fase K’uh se unieron estas tres edificaciones en un solo programa arquitectónico, mientras que antes habían sido una serie de templos funerarios construidos secuencialmente. De hecho, durante la fase Muk, cada estructura tenía una altura levemente diferente. La arquitectura de la fase K’uh era de aproximadamente 30 cm de ancho en la Estructura 13R-3, 1 m en la 13R-2 y al menos 1.5 m en la 13R-4. El resultado final fue llevar estas estructuras a una misma altura.

El hecho que la arquitectura de la fase K’uh fuera tan delgada apoya la hipótesis que corresponde al evento de 658 DC mencionado en el panel. Esto se debe a que otra inscripción de La Corona afirma que Chakaw Nahb Chan llegó al poder solamente 35 días antes del evento de dedicación, por lo que los tres templos mencionados en el panel de 13R-5 debieron haber sido completados de manera apresurada. Esto es consistente con modificaciones arquitectónicas delgadas que se realizaron solamente en las partes frontales de los templos.

Existe más evidencia para un cambio de función en los basureros encontrados detrás de las estructuras. Se han recuperado basureros de la fase Mam (en el pozo de prueba de la Estructura 13R-2), de la fase Muk (detrás de la Estructura 13R-4) y de un contexto mixto que incluye basureros de las fases Muk y K’uh (también detrás de la Estructura 13R-4). Aunque este último basurero está mezclado con la fase Muk, su componente de la fase K’uh es lo suficientemente significativo para ser diferenciado de los basureros de las fases más tempranas. Las formas de vasijas identificables de los basureros de las fases Mam y Muk incluyeron 51% platos, 14% cántaros, 35% cuencos y no se encontraron formas de vasos. Las formas de vasijas identificables del basurero Muk/Kuh contenían 15% platos, 17% cántaros, 48% cuencos y 20% vasos. Esto sugiere un cambio de consumo ritual de alimentos sólidos a uno de consumo de bebidas. Esto probablemente refleje diferencias en prácticas rituales entre ritos funerarios y rituales de deidades patronales.

Razones para el cambio de función
Como se discutió anteriormente, las deidades patronales son una categoría distinta de entidades supernaturales a los ancestros difuntos, por lo que el cambio de función de recintos funerarios a templos de deidades patronales es significativo. Los recintos funerarios fueron construidos sobre las tumbas de los ancestros difuntos y frecuentemente eran elaboradas por sus descendientes a través del tiempo. Los recintos funerarios de un solo linaje a veces eran agrupados juntos en una sola necrópolis como el caso de la Acrópolis Norte de Tikal. Esto es probablemente lo que sucedió en La Corona, con los recintos funerarios de las fases K’inich, Mam y Muk formando las tumbas de una sola familia real o elite de La Corona. Patricia McAnany (1995) argumenta que los recintos funerarios y veneración ancestral eran utilizados por los descendientes para proclamar vínculos hereditarios a figuras históricas importantes y por lo tanto reclamar ciertos derechos y privilegios. Es así como la veneración ancestral debe ser percibida como algo que define diferencias sociales en las líneas familiares.

Por otro lado, los recintos de deidades patronales poseían una función diferente. Como se discutió anteriormente, las deidades patronales pertenecían a toda la comunidad, protegiéndola del daño y brindándole abundancia. Los templos de deidades patronales eran “lugares de descanso”, donde las efigies físicas de éstas “dormían” mientras no realizaban sus funciones supernaturales. Se creía que los gobernantes tenían una relación especial con estas deidades y eran directamente responsables de su cuidado y suplicación en nombre de la comunidad. Es así como la construcción de templos de deidades patronales y otros actos realizados por los gobernantes para estos dioses creaban distinciones sociales, no entre líneas familiares sino entre líneas de clase (gobernante vs seguidores).

En sitios como Tikal y Palenque, los templos funerarios y de deidades patronales existen juntos, sin que uno remplace al otro. Es por esto que el remplazo de recintos funerarios con templos para deidades patronales requiere una explicación. Se puede aprender más de las circunstancias de este cambio de función haciendo referencia nuevamente a las inscripciones de La Corona. Un panel jeroglífico saqueado, el Panel 2, provee más información del contexto del ascenso de Chakaw Nahb Chan, ya que indica que el padre de este gobernante, Sak Maas, llegó al poder en 625 DC, probablemente una generación después de que se construyó la última de las tumbas de la fase Muk. En 641 DC, Chakaw Nahb Chan probablemente fue designado como su heredero y nació el hijo de Chakaw Nahb Chan, K’inich ¿? Yook. Sin embargo, aunque parecía que el ascenso estaba garantizado, un hombre diferente llamado K’uk’ Ajaw llegó al poder en 655 DC. El panel no provee detalles acerca de él, pero parece que fue enemigo de Sak Maas, quien murió de forma violenta “con el filo de una piedra” (Grube in Grube et al. 2002:85) menos de un año después (Stanley Guenter comunicación personal 2009). Esta secuencia de eventos sugiere que Sak Maas fue despojado del trono en un golpe de estado y posteriormente fue asesinado por su rival.

Sin embargo, K’uk’ Ajaw no fue exitoso en mantener la autoridad, ya que en 658 DC también murió de forma violenta “con el filo de una piedra” el mismo día que Chakaw Nahb Chan llegó al poder. Esto sugiere que Chakaw Nahb Chan vengó la muerte de su padre y tomó de regreso el trono que creía que le correspondía. Luego, 35 días después, re-dedicó las Estructuras 13R-2, 3 y 4 como recintos de deidades patronales, siendo éste su primer acto conocido como rey.

La prisa con la que re-dedicó estas estructuras sugiere que de alguna manera este acto estaba vinculado a las circunstancias de ascensión, posiblemente para consolidar su autoridad después de un período de conflicto civil. Patricia McAnany (1995: 150) ha sugerido que la destrucción de recintos de ancestros de otros linajes era una manera efectiva para que los nuevos gobernantes simbólicamente negaran las reivindicaciones de rivales potenciales. Por lo tanto, es posible que las tumbas en las Estructura 13R-2, 3 y 4 pertenecieran a los ancestros de K’uk’ Ajaw, el gran rival de Chakaw Nahb Chan. Es posible que estos ancestros hayan sido alguna vez reyes de La Corona, como lo sugiere el contenido de la tumba del Entierro 6 y su veneración continua pudo haber sido una manera para que K’uk Ajaw proclamara legitimación después de su golpe de estado. Al remplazar la veneración de estos ancestros con nuevos cultos a deidades, Chakaw Nahb Chan simbólicamente negó cualquier reclamo a legitimidad que todavía tenía este linaje rival.

Sin embargo, había otra razón por la que Chakaw Nahb Chan introdujo deidades patronales tan pronto después de su ascensión. Como se mencionó, las deidades patronales eran percibidas como símbolos de comunidad por sí mismas. Al introducir tres nuevas deidades, Chakaw Nahb Chan pudo haber tenido la intención de crear vínculos comunitarios en el borde de un conflicto civil violento. Sin embargo, este nuevo sentido de comunitas fue creado a expensas de sus rivales. Así, la nueva imagen presentado por Chakaw Nahb Chan de la comunidad de La Corona no era inclusiva, sino excluía a la gente que podía poner en peligro su autoridad. Las prácticas de veneración de deidades patronales también apartan al rey de los demás miembros de la comunidad, ya que tenía una relación especial y obligaciones especiales con estas deidades. Es así como la re-dedicación de estos templos unió a la comunidad y enfatizó el status especial de Chakaw Nahb Chan, mientras también eliminaba los reclamos simbólicos de sus rivales.

Chakaw Nahb Chan no re-dedicó la Estructura 13R-5, ya que cuando su hijo K’inich ¿? Yook llegó al poder en 675 DC probablemente todavía estaba siendo utilizada como recinto funerario. Es posible que Chakaw Nahb Chan no re-dedicó esta estructura debido a que el ocupante de la tumba era mucho más antiguo que el que de las otras que remplazó. Puede que la veneración continua de Tahn K’inich Lajua’ no haya sido una amenaza inmediata a su legitimidad como la de otros ancestros más recientes de K’uk Ajaw. Sin embargo, K’inich ¿? Yook aparentemente vio la necesidad de re-dedicar esta estructura durante su reinado. Tenía más tiempo para hacerlo, por lo que la completó dos años después de su ascenso. En el panel jeroglífico que lo acompañó, parece que justifica la re-dedicación, como se discutió anteriormente, al reclamar que la deidad patronal tenía una historia más antigua en La Corona que Tahn K’inich Lajua’.

Se desconoce si la función de estos templos permaneció igual por el resto de la historia del sitio o si cambió nuevamente durante la fase Unen. Otras estructuras en el Grupo Coronitas también poseen modificaciones tardías y algunas están asociadas a basureros que sugieren festines rituales (Jocelyne Ponce, este volumen). Cuencos grandes y cántaros que fueron encontrados en las terrazas frontales de las Estructuras 13R-2, 3 y 4, al igual que cerámica que se encontró detrás de la Estructura 13R-5 sugieren que la actividad ritual en estos templos estaba relacionada a actividades tardías de las otras estructuras del grupo. Sin embargo, se necesita más investigación para entender la naturaleza de los cambios realizados en los siglos VIII y IX.

Conclusión
La combinación de evidencia epigráfica con investigación arqueológica ha sido particularmente efectiva en la interpretación de las Estructuras 13R-2, 3, 4 y 5 de La Corona. Las fuentes de información se han complementado, ya que sin evidencia arqueológica, hubiese sido imposible saber que estas estructuras cambiaron de función. De igual manera, sin evidencia epigráfica las razones de este cambio hubiesen quedado opacas. Afortunadamente, el sitio de La Corona posee un registro epigráfico abundante, con más monumentos descubiertos cada año. Estos datos le permitirán al proyecto proveer interpretaciones cuantiosas del sitio por muchos años más.

Agradecimientos
Estoy en deuda con varios miembros del Proyecto Regional Arqueológico La Corona. Los directores Marcello Canuto y Tomás Barrientos han proveído apoyo logístico, financiero y académico durante los cinco años que he trabajo en el proyecto. Caroline Parris ha trabajado incansablemente para analizar la cerámica de mis excavaciones. Diana Fridberg identificó restos de animales y Erin Patterson analizó los restos humanos de los entierros. Jocelyne Ponce, además de traducir este documento, ha realizado excavaciones en el Grupo Coronitas y amablemente ha compartido sus hallazgos conmigo, permitiendo enriquecer mis interpretaciones. Todos los demás miembros del proyecto han hecho de La Corona un lugar maravilloso para trabajar durante cinco temporadas de campo y les aprecio a todos.

El apoyo financiero fue proveído por la Universidad de Pennsylvania y Penn Museum y por una beca de investigación de la Fundación Wenner-Gren. Agradezco profundamente su apoyo.

Referencias
Baron, Joanne
2009 Operación 12: Excavaciones en la Estructura 13R-3. En Proyecto Regional Arqueológico La Corona: Informe Final Temporada 2008, editado por M. Canuto y T.

Barrientos, pp. 129-138. Informe presentado a la Dirección General del Patrimonio Cultural y Natural. Guatemala.
2010 Operación CR12: Excavaciones en la Estructura 13R-3, Grupo Coronitas, La Corona. En Proyecto Regional Arqueológico La Corona: Informe Final Temporada 2009, editado por Marcello A. Canuto y Tomás Barrientos, pp. 135-158. Informe presentado a la Dirección General del Patrimonio Cultural y Natural de Guatemala.
2011 Operaciones CR12, CR14 y CR15: Excavaciones en las Estructuras 13R-3, 13R-4, y 13R-2 de Grupo Coronitas. En Proyecto Regional Arqueológico La Corona: Informe Final Temporada 2010, editado por Tomás Barrientos, Marcello A. Canuto y Mary

Jane Acuña, pp. 249–276. Informe presentado a la Dirección General del Patrimonio Cultural y Natural de Guatemala.
2012 OperAciones CR14, CR15 y CR17: Excavaciones en las Estructuras 13R-2, 13R-3, 13R-4, y 13R-5. En Proyecto Regional Arqueológico La Corona: Informe Final Temporada 2011, editado por Tomás Barrientos, Marcello A. Canuto y Jocelyne Ponce, pp.231-264. Informe presentado a la Dirección General del Patrimonio Cultural y Natural de Guatemala.

Baron, Joanne P., Diana Fridberg y Marcello Canuto
2011 Entró al Agua. En Utilización de Especies Acuáticas en Contextos Mortuorios de La Corona, Guatemala. Campeche, México.

Canuto, Marcello A.
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Fig.1: Mapa del Grupo Coronitas.

Fig.2: Mapa de unidades de excavación realizadas por la autora.

Fig.3: Perfil de Estructura 13R-5.

Fig.4: Perfil de Estructura 13R-2.

Fig.5: Fotografía de los muros de la fase Unen al frente de la Estructura 13R-3,
usadas para sostener las decoraciones de estuco.

Fig.6: Fotografía de un incensario posclásico recuperado al frente de la Estructura 13R-3.