046 Bak’tunes vs. K’atunes: reflexiones sobre el uso de la Cuenta Larga por los mayas prehispánicos. Tomás Barrientos Q. – Simposio 26, 2012

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046 Bak’tunes vs. K’atunes: reflexiones sobre el uso de la Cuenta Larga por los mayas prehispánicos.

Tomás Barrientos Q.

 

XXVI Simposio de Investigaciones
Arqueológicas en Guatemala
Museo Nacional de Arqueología y Etnología
16 al 20 de julio de 2012
Editores
Bárbara Arroyo
Luis Méndez Salinas

 

Referencia:

Barrientos Q.,Tomás
2013 Bak’tunes vs. K’atunes: reflexiones sobre el uso de la Cuenta Larga por los mayas prehispánicos. En XXVI Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2012 (editado por B. Arroyo y L. Méndez Salinas), pp. 553-566. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

 

Bak’tunes vs. K’atunes:
reflexiones sobre el uso de la
Cuenta Larga por l os mayas prehispánic os
Tomás Barrientos Q.
Palabras clave
Cuenta Larga, Bak’tun, K’atun, Tikal.
A
bstract
According to the calendar known as the Long Count, the end of a 13 Bak’tun cycle will be commemorated in 2012. This event exemplifies how pre-Columbian Maya culture is being revitalized and it also serves as a means for political vindication for the modern Maya. However, in order to understand the original meaning of these cycles, it is important to evaluate the epigraphic, archaeological and etnohistoric evidence relating to the end of cycles in the pre-Columbian period. As a result, this paper presents data to support the idea that the basis of the Long Count was not the Bak’tun, but the K’atun. This measuring time system had an imminent political character, which legitimated and supported the ruler’s authority. In addition, this paper defines four stages that show the origins and development of this calendrical system.
Entre los distintos calendarios usados en la época prehispánica, adquiere gran relevancia e importancia la llamada Cuenta Larga, porque es el sistema que permitió el registro de eventos históricos y es el fundamento del evento que se conmemora en el año 2012. La Cuenta Larga se define como la cuenta de días a partir de una fecha inicial, que en este caso ha sido identificada como 13.0.0.0.0 4 Ajaw 8 Kumk’u (11 de agosto de 3,114 AC en nuestro año Gregoriano, usando la constante 584283GMT). Sucede entonces que el 21 de diciembre de 2012 se cumple un ciclo de 13 Bak’tunes (13 períodos de 144,000 días), que equivalen a 11872,000 días o 5,125.26 años a partir de esa fecha inicial.
Cabe destacar que por la incidencia de la inquisición católica, la Cuenta Larga dejó de utilizarse a mediados del siglo XVI, a diferencia del calendario Tzolk’in o Cholq’ij (260 días) y el Ha’ab (365 días), que se siguieron usando ininterrumpidamente hasta la actualidad. A pesar que el conteo de K’atunes pudo sobrevivir incluso hasta el siglo XIX, los conceptos fundamentales y los detalles del uso de la Cuenta Larga desaparecieron del conocimiento de la población Maya para siempre. Por lo tanto, hay que tomar en cuenta que la concepción actual de la Cuenta Larga es el resultado de un proceso de redescubrimiento, reinterpretación y revitalización, iniciado desde finales del siglo XIX, cuando el alemán Ernst Förstemann pudo identificar dicho calendario en varias páginas del códice de Dresden. Ha sido fundamental también el aporte de Joseph Goodman, Juan Martínez-Hernández y J. Eric Thompson para correlacionar la Cuenta Larga con el calendario Gregoriano. De esta manera, a partir de 1936 se han podido “traducir” las fechas de Cuenta Larga a nuestro sistema calendárico gracias a esta correlación conocida como GMT (Goodman-Martínez-Thompson).
Los descubrimientos arqueológicos han permitido crear una importante base de datos que agrupa una gran cantidad de fechas de Cuenta Larga, las cuales se encuentran en edificios, monumentos de piedra y diversos objetos de cerámica, madera, hueso, concha, jade y otros minerales, así como en pinturas en vasijas, murales y códices. Ahora bien, esta base de datos solamente cubre un segmento del ciclo de 13 Bak’tunes, por lo que sólo se tienen fechas desde finales del Bak’tun 7 a inicios del Bak’tun 10. Los registros históricos contenidos en este período permiten entonces estudiar por lo menos 4 fines de Bak’tun, lo que puede ayudar a comprender lo que estos ciclos significaron para estas poblaciones, para así entender de la mejor manera lo que el final del Bak’tun 13 puede representar para nosotros.
Antes de entrar en detalles sobre el funcionamiento y función de la Cuenta Larga, hay que reflexionar sobre la naturaleza de los calendarios como medios para contar el tiempo. En primer lugar hay que definir a los calendarios como una invención puramente humana. Aunque es cierto que muchas mediciones temporales se basan en la observación de fenómenos naturales, la definición de las unidades de tiempo y sus divisiones es siempre un producto puramente arbitrario que depende de conceptos y convenciones que son particulares de cada grupo social. Es por eso que no existe un calendario universal per se, sino son los procesos sociales los que nos obligan o no a ajustarnos a un sistema particular de medición del tiempo.
En base a lo anterior, hay que considerar entonces que los calendarios están sujetos a cambio, tal como ha sucedido con el calendario Gregoriano, para dar un ejemplo. Tomando en cuenta que las sociedades son entes dinámicos, siempre en proceso de transformación, de la misma manera los calendarios se adaptan con el paso del tiempo a las necesidades de la sociedad que los ha creado. Por lo tanto, cuando se aborda un tema con el de la Cuenta Larga, hay que considerar que una vez inventado, sufrió cambios en sus mecanismos, funcionalidad y en su significado. Este trabajo tratará de mostrar entonces la manera en que la Cuenta Larga se desarrolló a lo largo de la época prehispánica, en especial lo relativo a la función que tuvo dentro de la sociedad Maya del período Clásico.
L
a Cuenta Larga: base de la cronología maya prehispánic a
El primer intento de establecer períodos históricos para los Mayas fue realizado por Sylvanus Morley (1947:53) que corresponde a los períodos “Pre-Maya”, “Viejo Imperio” y “Nuevo Imperio”. La definición del Viejo Imperio se basó en la fecha de Cuenta Larga más antigua conocida en ese entonces (Placa de Leyden), que era 8.14.3.1.12 (320 DC), hasta la fecha 10.8.0.0.0 (987 DC), momento asociado a la fundación de Mayapán. El mismo Morley destacó la importancia de la Cuenta Larga como el medio fundamental para definir períodos históricos, y correctamente identificó el séptimo Bak’tun como el momento en que se inició el registro de eventos en monumentos de piedra:
“El propio sistema cronológico maya suministra la prueba de haber sido concebido primeramente, según una autoridad en la materia, al final del Baktún 7, o sea en 7.0.0.0.0 de la era maya (353 AC) o, según otros, un poco más tarde, o sea en 7.6.0.0.0 (235 AC).” (Morley 1947: 63).
Cuatro años más tarde, J. Eric Thompson también definió este momento como el momento de invención de la Cuenta Larga y del concepto de Bak’tun:
“La Cuenta Larga fue probablemente inventada en el baktun 7 u 8 de la cuenta actual… Cuando la Cuenta Larga fue inventada, el período más grande parece haber sido el baktun” (Thompson 1950: 10, traducción del autor).
El esquema cronológico de Morley fue reemplazado por el de J. Eric Thompson (Thompson 1943: 106, Thompson 1950:5-7, Gann y Thompson 1935), que consistía de cuatro períodos: “Formativo”, “Series Iniciales” o “Clásico (Classical)”, “Mexicano” y “Absorción mexicana”. La definición del período Clásico se basó en la existencia de fechas de Cuenta Larga, en este caso, entre 8.14.3.1.12 y 10.3.0.0.0 (320-909 DC):
“The initial series period spans the six centuries (A.D. 325-900) during which the Maya, particularly in the central area, were erecting stelae with initial series inscriptions or related forms of dating. It is the classical age of Maya history” (Thompson 1943: 106).
No obstante, la definición de lo que hoy conocemos como período Clásico (Classic, en inglés) fue mejorada por Tatiana Proskouriakoff (1950: 1), quien definió a los Mayas Clásicos (Classic Maya, en inglés) como “los que usaron la Serie Inicial y las fechas de fin de período” (traducción del autor), fortaleciendo así la idea de usar la Cuenta Larga como el medio para clasificar la historia prehispánica de los Mayas. A este respecto, también enfatizó la importancia de las celebraciones de fines de períodos de la Cuenta Larga como una característica fundamental del período Clásico. Además, en su análisis de las esculturas Mayas de este período, ella utilizó rangos de K’atunes para definir épocas con estilos particulares y que al mismo tiempo se correlacionaban con la evolución política de las ciudades. Años más tarde, en su obra póstuma titulada Maya History, Proskouriakoff (1993) definió el rango de la historia escrita Maya entre 8.12.10.0.0 y 10.4.0.0.0 (288 DC a 938 DC). Este libro fue dividido por capítulos que corresponden a períodos de varios K’atunes y no utilizó el término “Clásico Temprano” o “Clásico Tardío”. Es decir, fue un intento por usar una aproximación “emica”, usando períodos de tiempo definidos por los mismos Mayas a través de la Cuenta Larga.
Se puede concluir entonces que los períodos Preclásico, Clásico y Postclásico se definieron en base al inicio y fin del uso de la Cuenta Larga, por lo que son momentos que reflejan cambios en la manera que los Mayas mismos concibieron el tiempo y su historia.
L
os fines de K’atun
La gran base de datos que existe de inscripciones Mayas revela que la mayor parte de las dedicaciones de monumentos, edificios y artefactos estuvo ligada a la celebración de fines de períodos o ciclos de la Cuenta Larga. En cuanto a los monumentos tallados en piedra se hace bastante evidente que su principal objetivo fue conmemorar dichos eventos. Aunque Morley (1915: 166, citado en Thompson 1934: 1) ya había recalcado la importancia de los fines de período, fue J. Eric Thompson quien enfatizó la importancia de la celebración de los fines de K’atun:
“Nevertheless one can scarcely call them units, since most emphasis was placed on the interval that coincided with the end of Katuns”(Thompson 1934: 2).
De manera más reciente, Prudence Rice ha definido el K’atun como el elemento principal de la Cuenta Larga (Rice 2004, Rice 2007) y también ha estudiado el papel de los ciclos de K’atunes a lo largo de toda la época prehispánica, los cuales han sido conocidos pero poco reconocidos por los especialistas:
“…the Long Count originated as a count of k’atuns or as a means of facilitating such counts” (Rice 2007: 176).
“The role that truly cyclical concepts of time might have played in Maya political activities and histories has by no means been ignored by Maya archaeologists, art historians, epigraphers, and ethnographers, but neither has its salience been fully apprehended… Among the Maya this concept of cyclical time, particularly cycles of the k’atun, seems to have been revered even more profoundly” (Rice 2004: 53).
Edmonson (1979) y Rice (2004: 66, 85: 2007: 2) han sugerido que las prácticas asociadas a los fines de K’atun, en especial el ciclo llamado may de 13 K’atunes, fue el fundamento para la organización sociopolítica de las poblaciones yucatecas del Postclásico, e incluso pudo existir desde el período Clásico en las Tierras Bajas.
En las inscripciones del período Clásico, el glifo tsuts’, que significa “completar”, fue utilizado para identificar el fin de un período y consiste en una mano de cuyo dedo índice cuelga un objeto. El evento más frecuente asociado al glifo tsuts’ es la completación de un K’atun, aunque son igualmente comunes los fines de “medio período”, es decir, diez Tunes o un Lajuntun. En sitios como Piedras Negras, Copán y Quiriguá, fue importante erigir uno o más monumentos de piedra (estelas, altares o zoomorfos) para celebrar los fines de Jotun, que son los períodos de cinco Tunes.
Lo anterior indica que para los gobernantes Mayas del periodo Clásico fue de gran importancia la Cuenta Larga, y la evidencia parece indicar que las celebraciones de fines de K’atun constituyeron eventos claves para la legitimación del poder político. En cierta manera, se puede inferir que una de las principales atribuciones de los gobernantes era el realizar dichas celebraciones cíclicas, que seguramente involucraron grandes rituales y eventos festivos. Como se verá más adelante, en sitios como Tikal las celebraciones de fines de K’atun adquirieron más relevancia, ya que no solo estuvieron asociadas a la erección de estelas y altares, sino con la construcción de plazas con edificios conmemorativos.
Para resaltar la importancia del K’atun en la sociedad Maya del período Clásico hay que recordar que fue la unidad de tiempo utilizada para referirse a la edad de los gobernantes. Así, un monarca que sobrepasaba los 80 años recibía el título de “señor de cinco K’atunes”, como el caso de Itz’amnaj B’ahlam de Yaxchilán o K’inich Hanab Pakal de Palenque. Otros gobernantes como Jasaw Chaan K’awiil de Tikal llevaron el título de “señor de los cuatro K’atunes”.
R
egistro de fines de Bak’tun
Como ya se expuso, las inscripciones del período Clásico reflejan la importancia del registro de fines de K’atun, pero ¿Qué hay de los fines de Bak’tun? La verdad es que la evidencia es bastante escasa, por lo que es necesario cuestionar la importancia que se le ha dado a los fines de Bak’tun, en especial al ciclo que termina en 2012. Por lo tanto, es necesario revisar las inscripciones y otras evidencias asociadas a los cambios de Bak’tun en la época prehispánica.
Antes de entrar a los detalles históricos, vale la pena indicar que desde fines de la década de los setentas, varios autores han tratado de demostrar la “incidencia” de los fines de Bak’tun en los eventos históricos de la historia Maya prehispánica. Por ejemplo, Puleston (1979) y Coggins (1990) atribuyen al final del Bak’tun 10 como uno de los factores que causaron el “colapso” en las Tierras Bajas al final del período Clásico, en el sentido que estos patrones de tiempo pudieron sugestionar a las poblaciones sobre fines o destinos inevitables. Hoy en día, con el final cercano del treceavo Bak’tun, este concepto de ‘baktuniarismo” (Normark 1998) ha retomado importancia, por lo que se ha tratado de correlacionar los principales hechos históricos de los Mayas prehispánicos con los cambios de Bak’tun. Sin embargo, como se verá más adelante, el intento de relacionar eventos del pasado con los fines de Bak’tun no es apoyada por los datos arqueológicos y epigráficos, por lo que debe entenderse como un producto de una visión del presente, que pretende atribuir a la Cuenta Larga un carácter profético.
E
l desarrollo de la Cuenta Larga y los cambios de Bak’tun
Primera Etapa: 7.0.0.0.0 a 8.14.0.0.0
(354 AC – 357 DC)
Hasta el momento no se conocen fechas de Cuenta Larga anteriores al octavo Bak’tun o Ciclo 7, por lo que la mayoría de autores coinciden que dicho sistema calendárico fue inventado entre el tercer y el primer siglo AC. Este rango de fechas corresponde a la primera mitad del Preclásico Tardío cuando se construyen las primeras ciudades monumentales como El Mirador, Nakbe, Cival, Cerros, San Bartolo, Tak’alik Ab’aj, Izapa y Kaminaljuyu. Esta relación no es una simple coincidencia, por lo que la invención de la Cuenta Larga debe considerarse como un proceso paralelo al desarrollo de la Civilización Maya, y de manera más específica, al surgimiento de sistemas de organización sociopolítica compleja vinculados a la presencia de reyes dinásticos.
En cuanto al lugar y momento de invención de la Cuenta Larga, hay varias propuestas. Normark (1998: 100) sugiere que la Cuenta Larga se concibió antes de 7.0.0.0.0, tomando en cuenta que el desarrollo de las ciudades Mayas inicia desde el Preclásico Medio. Por su parte, Edmonson (1988: 117, citado por Rice 2004: 72) considera que su inicio se dio en la región del Golfo de México en 6.19.19.0.0 (8 de Junio 355 AC), fecha que coincide con el inicio sincronizado de una Rueda Calendárica y un ciclo may de 13 K’atunes. Rice también apoya la idea de su origen en el área Olmeca, el cual pudo remontarse hasta 550 AC (Rice 2007: 57), mientras que Justeson y otros autores han propuesto que su uso se inició de manera más reciente, entre 235 y 255 AC (Justeson et al.1985, citado en Rice 2007: 176).
Independientemente de cuándo o dónde se inventó la Cuenta Larga, hay que notar que el inicio de la escritura tallada en monumentos de piedra va acompañado de las primeras fechas en Cuenta Larga, cuyos ejemplos más antiguos se encuentran en los sitios de Chiapa de Corzo (7.16.3.2.13) y Tres Zapotes (7.16.6.16.18). Sin embargo, también hay fechas tempranas en la costa pacífica de Guatemala, en sitios como El Baúl y Tak’alik Ab’aj (Fig.1). Por lo tanto, parece que la invención de la Cuenta Larga se dio fuera de las Tierras Bajas, y posiblemente fue el resultado del intercambio de ideas y conceptos entre la zona de la Costa del Golfo de México y la Costa Pacífica. Además, es evidente que la Cuenta Larga fue usada por varios grupos lingüísticos, incluyendo a los Mayas y mixe-zoques.
En cuanto al desarrollo de la Cuenta Larga en sí, hay que notar también que estas inscripciones tempranas todavía no hacen uso de los glifos que representan los cinco períodos: Bak’tun, K’atun, Tun, Winal y K’in. Por lo tanto, las fechas son escritas usando solamente los numerales que corresponden a cada uno de estos cinco ciclos. Entonces, el uso de glifos de la Cuenta Larga es una característica propia de las inscripciones de las Tierras Bajas, pero este calendario llegaría a esta zona hasta fines del siglo III DC.
Otro rasgo de esta primera etapa de la Cuenta Larga es su función. Aunque se tienen pocas fechas, es notorio que ninguna corresponde a Fines de Período. Incluso, las tres fechas más tempranas de las Tierras Bajas tampoco son eventos relacionados a fines de K’atun o Bak’tun. Sin embargo, aunque no existe ningún registro del final del octavo Bak’tun (8.0.0.0.0), no significa que no lo hayan calculado o que no lo hayan celebrado. El punto aquí es que en este momento no era relevante su registro. Esto reflejaría entonces que en sus inicios, la Cuenta Larga sirvió como un medio para registrar eventos definidos por los mismos gobernantes y no para conmemorar períodos ya definidos. Como se verá a continuación, esto se revirtió drásticamente durante el período Clásico, cuando la Cuenta Larga alcanza una segunda etapa en su desarrollo y función.
Segunda Etapa: 8.14.0.0.0 a 9.3.0.0.0
(357 DC – 495 DC)
El inicio del período Clásico en el siglo III DC está marcado por cambios importantes en la naturaleza de las ciudades de las Tierras Bajas, especialmente porque constituye un desarrollo posterior al abandono de muchas ciudades Preclásicas. Posiblemente el rasgo más sobresaliente es la proliferación paulatina del culto altar-estela, especialmente en la zona circundante a Tikal en las Tierras Bajas. De igual forma se dan cambios importantes en las Tierras Altas y la Costa Pacífica, donde desaparece la escritura y las inscripciones calendáricas. Por lo tanto, la zona de Tikal evidencia un desarrollo de gobiernos dinásticos que utilizan los monumentos, la escritura y el calendario como medios de legitimación de poder político.
Esta segunda etapa en el desarrollo de la Cuenta Larga esta marcada por la celebración de fin de K’atun más antigua conocida hasta ahora, la cual se encuentra inscrita en las estelas 18 y 19 de Uaxactun y corresponden a la fecha 8.16.0.0.0, 357 DC (Law 2006: 30). Aunque es posible que existan otros registros de Fin de Período y que no se han descubierto, por el momento las interpretaciones deben sustentarse con la evidencia que se tiene (Fig.2).
Como se mencionó anteriormente, el uso de la Cuenta Larga en sus inicios no estaba relacionado a la conmemoración de Fines de Período, por lo que esta práctica se inició en la primera parte del Clásico Temprano. Hay que recalcar que la presencia del Fin de Período más antiguo en Uaxactun no debe tomarse como casualidad. Es más, lo más relevante es que ambas estelas se encuentran en el Grupo E, el cual funcionaba como plaza conmemorativa del calendario solar, ya que sus tres estructuras se orientaron de tal forma que marcan los equinoccios y solsticios. Este tipo de complejos arquitectónicos fueron muy comunes en las ciudades preclásicas, por lo que las ceremonias asociadas al ciclo del sol sirvieron como rituales de legitimación para los gobernantes de ese período. La colocación de estas dos estelas en esta plaza reflejaría entonces cambios importantes en la forma de gobierno, ya que la conmemoración de ciclos solares estaría siendo sustituida por la celebración de otro tipo de ciclos temporales, que en este caso serían los K’atunes.
De igual forma, la presencia del siguiente Fin de Período en Tikal tampoco es casualidad. La fecha 8.17.0.0.0 se encuentra registrada en la Estela 39 e indica claramente que para este momento (376 DC) la celebración de fines de K’atun en esta zona estaba totalmente institucionalizada. A menos de dos años después de esta fecha ocurre la llamada “Entrada Teotihuacana”, que involucra la llegada a Tikal de un personaje llamado Siyaj K’ak, posiblemente desde Teotihuacan. Antes de descubrirse la Estela 39, Coggins (1990) había propuesto que la celebración de Fines de Período había sido parte de un “Nuevo Orden” introducido por los teotihuacanos a la región. Sin embargo, ahora ya se considera que esta es una tradición Maya que se originó mucho antes de este evento. Por otro lado, de ser un concepto teotihuacano, se hubiera esperado que dicha entrada sucediera durante un Fin de Período, incluso con el fin del noveno Bak’tun, pero no fue así.
Con su alianza con Teotihuacan, Tikal consolidó su poder sobre las Tierras Bajas y continuó registrando fines de K’atun en 8.18.0.0.0 (Estela 18) y 8.19.0.0.0 (Estela 28) (Law 2006: 50). Este momento también significó la consolidación de un sistema de gobierno basado en el título de K’ujul Ajaw, que se representó con los llamados “Glifos Emblema”. Por lo tanto, los sistemas políticos que se originaron a inicios del Clásico Temprano interrelacionaron el poder político y los conceptos de tiempo y espacio, para definir las obligaciones de los gobernantes de una manera “sacralizada” (Rice 2004: 53).
El inicio del décimo Bak’tun es el primero de estos ciclos que es conmemorado en una inscripción, ya que esta referencia se encuentra talladas en estelas, altares y una placa de jade (Fig.3). La fecha 9.0.0.0.0 (435 DC) aparece como la dedicación de la Estela 5 de El Zapote, un pequeño sitio cercano a Tikal y seguramente súbdito de éste. También se conmemora en la Estela 15 de Waka’ (El Perú) y en la Estela 114 de Calakmul, así como en el texto de la Estela 31 de Tikal. No obstante, el sitio que más ejemplos tiene de esta fecha es Copán, ya que se registró en la Estela 63, Marcador Mot Mot, Estela 34, Estela J y en la Estela 28 (Law 2006: 60). La importancia del cambio de Bak’tun parece ser alta en Copán por haber sucedido a casi 10 años de la llegada del fundador dinástico, Yax K’uk Mo’. Esto indicaría entonces que no fue una fecha sumamente importante en todas las Tierras Bajas, sino adquirió importancia local en Tikal y Copán, ya que se asoció a eventos propios de cada ciudad. Rice (2004:279) sugiere que fue en 9.0.0.0.0 cuando se estableció un sistema cuatripartito de capitales: Tikal, Copán, Calakmul y Palenque, de acuerdo con lo inscrito en la Estela A de Copán.
Tercera Etapa: 9.3.0.0.0 – 10.4.0.0.0
(495 DC – 909 DC)
La mayor parte de este ciclo constituye lo que ahora se conoce como el Clásico Tardío. Su primera mitad, que abarca los siglos VI y VII DC, se caracteriza por el surgimiento de Tikal y Calakmul como potencias políticas antagónicas, hasta que su enfrentamiento final a fines del siglo VII DC conllevó a una ruptura de las grandes redes de alianzas que cada una había consolidado por casi cuatro siglos. Por lo tanto la segunda mitad del ciclo se caracteriza por la proliferación de ciudades independientes, cada una con su propio “glifo emblema”, pero que finalmente se abandonarían a lo largo del siglo IX DC.
En esta etapa se han observado tres cambios importantes en la Cuenta Larga: la aparición de inscripciones correspondientes a la “Gran Cuenta Larga”, el inicio de las notaciones abreviadas y la manifestación arquitectónica en Tikal. A continuación se describe cada una:
La Gran Cuenta Larga constituye el ciclo de tiempo que casi se puede considerar lineal. Comprende los ciclos de tiempo mayores al Bak’tun y se refiere a un tiempo “metahistórico” de carácter mitológico, que va más allá del pasado o presente cercano. La primera aparición de estas fechas esta en la Estela 10 de Tikal, fechada para 506 DC, que fue anotada como 1.12.19.9.3.11.2.6, indicando así que ya se estaba concibiendo la presencia de piktunes, kinchiltunes, kalabtunes y alawtunes como parte de un ciclo mayor al de los 13 Bak’tunes. No obstante, a pesar de la fecha temprana de este monumento, es en la segunda parte del Siglo VII que aparecen la mayoría de notaciones de la Cuenta Larga que se refieren a un futuro o pasado remoto, así como las dos referencias al final del ciclo de 13 Bak’tunes. Haciendo una síntesis general, el Monumento 6 de Tortuguero fue dedicado en 669 DC, la Estela 1 de Cobá en 682 DC, los Tableros del Templo de las Inscripciones en Palenque en 688 DC, el Tablero del Templo de la Cruz de Palenque, en 692 DC y la Escalinata Jeroglífica 2 de La Corona en 696 DC Es interesante entonces que todas estas inscripciones se realizaron en un período de solamente 27 años, lo que puede reflejar un momento en que los temas del pasado mitológico y el futuro lejano tomaron relevancia para los escribanos y pensadores de la época.
Otro cambio que sucede con el uso de la Cuenta Larga a inicios del Clásico Tardío es la notación abreviada de los Fines de Período. Este formato, que representa los primeros indicios de la Cuenta Corta, consiste en colocar como Serie Inicial solamente la fecha en Rueda Calendárica, seguido del numeral del K’atun que se completa y el glifo de “completación”. Este tipo de notación es bastante evidente en los altares de Caracol y Tikal, que incluyen un glifo Ajaw gigante, que expresan directamente la concepción de los fines de período como K’atunes Ajaw.
Asimismo, es en esta época cuando ciudades como Copán, Piedras Negras y Quirigua erigen sistemáticamente estela con fechas de Fin de Período, pero en lugar de celebrar cambios de K’atun, se usó para registrar cambios de Jotun, o período de cinco Tunes.
Otra característica de esta etapa, pero que es propia solamente de Tikal y sus alrededores, son los Complejos de Pirámides Gemelas, que fueron conjuntos arquitectónicos para conmemorar los cambios de K’atun, y mantuvieron un mismo diseño base a través de su historia (Fig.4). El esquema básico incluía dos pirámides radiales (cada una con cuatro escalinatas orientadas a los cuatro puntos cardinales) y truncadas (sin superestructura en su parte superior) en los extremos este y oeste. La pirámide oriental presentaba frente a su escalinata occidental un conjunto de 5 o 9 estelas lisas con sus respectivos altares, posiblemente simbolizando los niveles que sube el sol desde el inframundo al amanecer. En el lado norte, que solía asociarse con los ancestros (Ashmore 1991, 1992), se ubicaba un recinto cuadrangular y sin techo, con una entrada de bóveda falsa en el lado sur. En su interior se colocaba la estela y altar conmemorativo, cuyas inscripciones registraban el fin de K’atun. Al sur, asociado al inframundo, se colocaba un pequeño edificio alargado que podía contener nueve puertas o nichos.
La construcción de los Complejos de Pirámides Gemelas se institucionalizó durante el gobierno de Jasaw Chaan K’awiil I, ya que fue el responsable de erigir tres de estos conjuntos: el Complejo M, que albergaba la Estela 30 y el Altar 14 (9.13.0.0.0, 692 DC); el Complejo N, con la Estela 16 y el Altar 5 (9.14.0.0.0, 711 DC) y posiblemente el Complejo O, que pudo conmemorar fin de ciclo en 9.15.0.0.0 (731 DC). El sucesor de Jasaw Chaan K’awiil I, llamado Yik’in Chaan K’awiil fue el constructor más prolífico de Tikal, y fue el responsable de la construcción del Complejo P, que forma parte del Grupo Norte y que albergaba la Estela 20 y el Altar 8 (9.16.0.0.0, 751 DC). El siguiente fin de K’atun en 9.17.0.0.0 (771 DC) fue conmemorado por su hijo, llamado Yax Nuun Ayiin II, para lo cual se construyó el Complejo Q, el mayor de los Complejos de Pirámides Gemelas en Tikal y que se ubica al este del Complejo O. La estela conmemorativa de este evento fue la Estela 22, acompañada del Altar 10. El siguiente K’atun (9.18.0.0.0, 790 DC) fue celebrado por el mismo gobernante y registrado en la Estela 19 y el Altar 6, ambos ubicados en el recinto norte del Complejo R, construido inmediatamente al oeste del Complejo Q y entre éste y el Complejo O (Sharer y Traxler 2006: 313). Este mismo fin de período se conmemoró en la vecina ciudad de Yaxha, para lo cual se construyó un Complejo de Pirámides Gemelas al mismo estilo que los de Tikal, el cual se ubica al norte de la Acrópolis Este. Aunque actualmente no se encuentra ninguna estela conmemorativa en el recinto norte del complejo de Yaxha, se cree que ésta fue la ubicación original de la Estela 13, que corresponde a este período (Rice 2004: 145) (Figs.5 y 6).
Finalmente, hay que mencionar que al final de período Clásico existen alrededor de 30 sitios que erigen estelas para conmemorar el final de Bak’tun 10, en el año 830 DC (Stewart 2009: 243-332) (Fig.7). Esto indica que la celebración de los fines de período de la Cuenta Larga, incluyendo los Bak’tunes, ya constituía una práctica diseminada por todas las Tierras Bajas. Para Rice (2004: 279) este cambio de Bak’tun significó el establecimiento de nuevas capitales en Ceibal, Uxmal y Chichén Itzá. Por ejemplo, en Ceibal se erigieron 5 estelas para conmemorar el final del primer K’atun (10.1.0.0.0), las cuales se colocaron alrededor de la Estructura A-3, construida para tal propósito (Fig.8). Sin embargo, en este nuevo ciclo solamente se celebraron 4 K’atunes más, ya que la última fecha de Cuenta Larga registrada en monumentos es 10.4.0.0.0 (909 DC), tal como aparece en el monumento 101 de Toniná y la Estela 61 de Calakmul. (Fig.9)
Cuarta Etapa: 10.4.0.0.0 – 11.16.0.0.0
(909 DC – 1539 DC)
Las ciudades de las Tierras Bajas que tuvieron su auge durante el Postclásico se constituyeron de distinta manera, especialmente porque se desarrolló el Popol Nah (consejo) como sistema de gobierno, indicando así una manera más descentralizada de distribución de poder. Aunque la Cuenta Larga se siguió utilizando en códices para realizar registros y cálculos astronómicos, su uso como herramienta política llegó a su fin. Además, la cuenta de los ciclos de la Cuenta Larga se modificó a una forma más abreviada, conocida como la Cuenta Corta, que se basaba en el conteo de los K’atunes en ciclos de 13 (may), es decir ciclos de 260 Tunes o 93,600 días, que son aproximadamente 256 años solares.
Aunque no existen registros históricos específicos, si se sabe que los sacerdotes de las pequeñas ciudades de Yucatán y Petén llevaban la cuenta de los K’atunes, cuyo ciclo may servía para el ordenamiento geopolítico de sus territorios, ya que el gobierno se rotaba entre 13 diferentes capitales o “asentamientos”. La última celebración de inicio de un may se registró en Mérida en 1539, que corresponde a 11.16.0.0.0 (Rice 2004: 79).
Conclusiones
Todo lo expuesto anteriormente hace posible elaborar algunas conclusiones generales y específicas con respecto al significado y función de la Cuenta Larga y los ciclos de Bak’tunes para los Mayas prehispánicos:
• La historia prehispánica Maya que hoy utilizan los arqueólogos (Clásico, Preclásico y Postclásico) puede ser correlacionada con el inicio y fin del uso de la Cuenta Larga en monumentos de piedra.
• La Cuenta Larga fue inventada alrededor de 300 AC como una herramienta política que sirvió a los gobernantes de las ciudades. Su uso abarca desde el final del Bak’tun 8 (periodo Preclásico) hasta inicios del Bak’tun 10 (final del periodo Clásico), y su forma, significado e importancia varió a lo largo de este rango de tiempo.
• Los Fines de Período constituyeron rituales que debían hacerse de manera periódica por los gobernantes para legitimar su poder. En la mayoría de ciudades se conmemoró los fines de K’atun, mientras que otras el Jotun fue la base temporal.
• Solamente el Bak’tun 10.0.0.0.0 fue registrado de manera significativa, ya que el Bak’tun 9.0.0.0.0 solamente se registró directamente en uno o dos textos. Por lo tanto, la cuenta de los K’atunes fue más importante que los ciclos de Bak’tunes, por su aplicación directa como medio de legitimar el poder a corto plazo.
• Los Complejos de Pirámides Gemelas constituyen el legado material más importante de las conmemoraciones de fin de ciclo y solamente se encuentran en Tikal, Yaxha e Ixlu. Su diseño representa conceptos muy importantes de la cosmovisión Maya.

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Fig.1: Monumentos con inscripciones del Ciclo 7 (dibujos no a escala). Arriba: Estela 2 de Chiapa de
Corzo, Chiapas, México (izquierda) y Estela C de Tres Zapotes, Tabasco, México (dibunjos tomados de
Harris y Stearns 1997). Abajo izquierda: Estela 2 de Tak’alik Ab’aj, Retalhuleu (Orrego y Lavarreda 2001).
Abajo derecha: Estela 1 de El Baúl, Escuintla (Tomado de Benson y Griffin 1988).

Fig.2: Monumentos con inscripciones del Ciclo 8 que conmemoran fin de k’atun. Arriba izquierda: Estela 18, Uaxactun (lado posterior), 8.16.0.0.0 (Tomado de Graham 1986). Arriba derecha: Estela 39, Tikal (lado posterior), 8.17.0.0.0 (Schele y Freidel 1990). Abajo izquierda: Estela 18, Tikal (lado posterior), 8.18.0.0.0 (En Jones y Satterthwaite 1982). Abajo derecha: Detalle de la Estela 15 de Waka’, 8.19.0.0.0 (Dibujo de I. Graham).

Fig.3: Inscripciones que conmemoran el inicio del Ciclo 9. Arriba, de izquierda a derecha: Parte posterior de Celta de jade (proveniencia desconocida; Dibujo de J. Montgomery). Parte posterior de la Estela 5 de El Zapote (Tomado de Schele, Fahsen y Grube 1992). Lateral de la Estela 114 de Calakmul (Tomado de Pincemin et al. 1998). Detalle del texto de la Estela 31 de Tikal (Tomado de Jones y Satterthwaite 1982). Parte posterior de la Estela 63 de Copán (Tomado de Fash 1991). Abajo: Marcador Mot-mot, Copán (Tomado de Martin y Grube 2007).

Fig.4: Reconstrucción del Complejo Q de Tikal.

Fig.5: Complejos de Pirámides Gemelas en Tikal (Adaptado de Rice 2004).

Fig.6: Monumentos de Tikal del Clásico Tardío que conmemoran fines de k’atun. Arriba Izquierda: Estela 30 (9.13.0.0.0; Tomado de Jones y Satterthwaite 1982). Arriba Centro: Estela 11 (9.14.0.0.0; Tomado de Jones y Satterthwaite 1982). Arriba Derecha: Estela 20 (9.16.0.0.0; Tomado de Jones y Satterthwaite 1982). Abajo Izquierda: Estela 22 (9.17.0.0.0; Tomado de Jones y Satterthwaite 1982). Abajo Centro: Estela 19 (9.18.0.0.0; Tomado de Jones y Satterthwaite 1982). Abajo Derecha: Estela 24 (9.19.0.0.0; Tomado de Jones y Satterthwaite 1982).

Fig.7: Algunas inscripciones que conmemoran el inicio del Ciclo 10. Izquierda: Parte posterior de la Estela 10 de Uaxactun (Tomado de Graham 1986). Centro: Parte posterior de la Estela 8 de Xultun (Tomado de von Euw y Graham 1978). Derecha: Altar 21 de Caracol (Tomado de Beetz y Satterthwaite 1981).

Fig.8: Grupo A de Ceibal, que conmemoró el primer k’atun del Ciclo 10. Arriba: Reconstrucción
de la Estructura A-3 y sus monumentos alrededor (Dibujo por T. Proskouriakoff, en Smith 1982). Abajo,
de izquierda a derecha: Estela 10, Estela 11, Estela 8, Estela 9 y Estela 21 (Tomado de Graham 1996).

Fig.9: Monumento 101 de Toniná,
con la fecha 10.4.0.0.0 (Graham y Mathews 1986).