028 Proyecto Arqueológico San Andrés, temporada 2011, El Salvador. Hugo Díaz, Oscar Camacho, Katty García, Juan Guerra, Karla López, David Messana, Shione Shibata y Masaki Yoshidome – Simposio 26, 2012

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028 Proyecto Arqueológico San Andrés, temporada 2011, El Salvador.

Hugo Díaz, Oscar Camacho, Katty García, Juan Guerra, Karla López, David Messana, Shione Shibata y Masaki Yoshidome

 

XXVI Simposio de Investigaciones
Arqueológicas en Guatemala
Museo Nacional de Arqueología y Etnología
16 al 20 de julio de 2012
Editores
Bárbara Arroyo
Luis Méndez Salinas

 

Referencia:
Díaz, Hugo; Oscar Camacho, Katty García, Juan Guerra, Karla López, David Messana, Shione Shibata y Masaki Yoshidome
2013 Proyecto Arqueológico San Andrés, temporada 2011, El Salvador. En XXVI Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2012 (editado por B. Arroyo y L. Méndez Salinas), pp. 343-351. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

 

Proyecto Arqueológico San Andrés, temporada 2011, El Salvador
Hugo Díaz
Oscar Camacho
Katty García
Juan Guerra
Karla López
David Messana
Shione Shibata
Masaki Yoshidome
Palabras clave
Arqueología Salvadoreña, Sitio Arqueológico San Andrés, Levantamiento Topográfico y Arquitectónico,
Abandono, Clásico Tardío.

Abstract
For the Season 2011 of the Archaeological Project of San Andrés, in charge of the Department of Archaeology of the National Direction of Cultural Patrimony of the Secretary of Culture of the Presidency, was carried out the topographical and architectural surveying of the Acropolis and its around. The above gave as result the map of this part of the site, the understanding of the architectural development and its spacial distribution. This was the basis for determining the place where would located two trenches at the East of Structure 3, with the object of understanding the type of the architectural structure buried. In this report are presented the preliminaries results of these investigations.

Introducción
En los primeros días del mes de enero del año 2011 dio inicio el Proyecto Arqueológico San Andrés, a cargo de la Dirección de Arqueología de la Secretaría de Cultura de la Presidencia. Este Proyecto consistió en el levantamiento topográfico y arquitectónico (ambos ejecutados por arqueólogos y estudiantes de Arqueología miembros del equipo) en el área de la Acrópolis y su alrededor, así como la excavación de calas de prueba. Esta primera temporada tuvo lugar del 10 de enero al 3 de febrero y del 4 de abril al 6 de mayo de dicho año.

El objetivo del levantamiento realizado no fue solamente elaborar un mapa del área de investigación (Fig.1), sino observar la configuración geomorfológica y comprender los tipos de vestigios arquitectónicos sepultados bajo la tierra, tales como pirámides, plataformas y patios, entre otros; siendo entendida la distribución espacial entre los mismos por parte de los investigadores participantes del proyecto. Además se hizo el respectivo análisis de las fases de construcción, comparándolas con las etapas propuestas por Stanley Boggs en la década de 1940 (Fig.2).

En consecuencia del trabajo topográfico se decidió el lugar de excavación de las calas de prueba, ubicándolas sobre una pequeña elevación al este de la Acrópolis, misma que se encuentra en la prolongación del eje central de la escalinata de la Estructura 3. Lo anterior tuvo como finalidad conocer el tipo de estructura que se encuentra bajo la elevación ubicada en esa zona y cuál es la relación (temporal y arquitectónica) de la misma con la Acrópolis.

 

Antecedentes
El Parque Arqueológico San Andrés está ubicado a 32 km al oeste de San Salvador, en el departamento de La Libertad entre los ríos Sucio y Agua Caliente.
Las primeras investigaciones arqueológicas en San Andrés iniciaron en el siglo pasado bajo el auspicio y la dirección de investigadores estadounidenses. No obstante los primeros reportes sobre la existencia de sitios prehispánicos en el área del Valle de Zapotitán se remontan a 1892 (Cobos et al. 1997).

En 1910 se descubrieron varios montículos en la hacienda San Andrés gracias a las descripciones de un grupo de cartógrafos que llevaban a cabo mediciones en dicha hacienda (Cobos et al. 1997).

En los años de 1940 y 1941 con la expedición Dimick, a cargo de John Dimick y con la ayuda de Maurice y Muriel Ries, y de Stanley H. Boggs, dio inicio una larga lista de temporadas y proyectos de investigación en San Andrés (Cobos et al. 1997). En esta época se realizaron las primeras labores de consolidación en algunas estructuras del sitio (Amaroli 1996).

Las investigaciones continuaron en 1977 por Jorge Mejía en la Estructura 7, bajo la dirección de Stanley H. Boggs (Begley et al. 1997; Mejía 1977). Se realizó la restauración de dicha estructura junto con el arqueólogo Richard Crane, además se descubrió como ofrenda el pedernal excéntrico (datado en para el Clásico Tardío) así como ciertos artefactos asociados a él como la espina de mantarraya, cuentas de jadeíta y conchas (Mejía 1984).

Consecutivamente se le encomendó la labor de restaurar y consolidar estructuras a Richard Crane en 1978 (Mejía 1984) así como también de realizar excavaciones en la Acrópolis y en la Estructura 7 (Amaroli 1996; Cobos 1994).

En la época en que Boggs era el director del Departamento de Arqueología, se ordenó un sondeo en la zona propuesta para ser cubierta con las nuevas instalaciones del parque. Sin embargo debido a que solo un pozo correspondía a la zona de las instalaciones, se dio la necesidad de realizar nuevas excavaciones en el área para determinar el menor daño a posibles estructuras o hallazgos (Amaroli 1996).

Como consecuencia, en 1995 el Patronato Pro-Patrimonio Cultural da el aval para iniciar otra temporada de excavaciones en el lugar donde serían ubicadas las nuevas instalaciones del Parque. Las investigaciones estuvieron a cargo de Paul Amaroli y a través de ellas se descubrió un obraje de añil que data de la época de la Colonia, situado al oeste del río Sucio (Amaroli 1996). Entre los años de 1996 y 1997 se realizó una segunda temporada de investigaciones en el obraje de añil, pero esta vez a cargo de Inez Leonthine Verhagen (Verhagen 1997).

En 1996 se realizaron excavaciones específicamente en la Estructura 5 (La Campana) así como en la plaza asociada a ella. Esta temporada de investigaciones se ejecutó bajo el apoyo y financiamiento del Patronato Pro-Patrimonio Cultural, y con la dirección de Christopher Begley y Timothy Sullivan (Begley et al. 1996).

Para 1997 se realiza una segunda temporada de excavaciones en La Campana, siempre a cargo de Christopher Begley, sin embargo en esta ocasión no solo se investigó dicha estructura, sino también el Montículo B, ubicado al oeste de ésta, y para ello se contó con el apoyo de Jeb Card (Begley et al. 1997).

En el mismo año, Brian Mckee inicia una temporada de reconocimiento de la zona residencial de San Andrés, específicamente en la zona ubicada al oeste de la Acrópolis y la Plaza Norte. En julio del mismo año, como resultado del reconocimiento, se inicia la excavación de un pozo de sondeo en un montículo ubicado en la zona antes mencionada (McKee 1997).

En el año 2007, FUNDAR daba a conocer el inicio de otra temporada de investigaciones a cargo nuevamente de Paul Amaroli. En esta ocasión se enfocarían en una sola estructura, la Estructura 3, en la cual se realizaría un túnel (Cruz 2009).

Excavaciones
La fase de excavación dio inicio el 5 de abril de 2011 y finalizó el 6 de mayo del mismo año, periodo en el cual se realizaron dos trincheras, ubicadas al este y oeste de la elevación.
Las dimensiones de la trinchera este (TR-E), fueron de 1 por 6 m. La excavación en esta trinchera alcanzó una profundidad de 2.80 m, finalizando sin alcanzar suelo estéril ni Tierra Blanca Joven (TBJ). El corte sur de La TR-E, presentaba una estratigrafía de seis capas, tres pisos de argamasa y capas de relleno (Fig.3):
• Estrato I: Tierra de color café, suelta, con limitada presencia de material cultural. Esta capa estuvo expuesta a alteraciones debido a diversas actividades, tales como la agricultura moderna. Evidencia de lo anterior es la presencia de material no prehispánico, posible vidrio.

• Estrato II: Tierra de color café grisáceo, suelta, con escaso material cultural.
• Estrato III: Tierra de color café claro, compacta, con alta presencia de cerámica y piedrín en pequeña cantidad. De acuerdo a sus características posiblemente formaba parte del material de relleno de la estructura, depositado por la acción de deterioro.
• Estrato IV: Depósito de material volcánico de El Boquerón, conocido como Toba San Andrés (Talpetate 1) cuya última datación corresponde al periodo de 964 DC – 1040 DC (Ferrés et al. 2011).
• Estrato V: Tierra de color café claro, compacta, con presencia de material cultural y piedrín. Capa depositada al este sobre el Piso 1.
• Estrato VI: Material constructivo colapsado, el cual presentaba gran cantidad de material cultural utilizado como relleno. La parte inferior de este estrato se encontraba delimitada al oeste por una pared de argamasa, cubierta en su totalidad por dicha capa.
• Piso 1: Capa apisonada de material compacto, con un espesor de 0.3 m ubicada a 452.0427 m sobre el nivel del mar, que contenía barro y alta cantidad de piedrín, formando ambos la argamasa. Este piso se encontraba cubierto al este por la capa V y al oeste por la capa VI (material constructivo colapsado) hasta limitar con la pared de argamasa.
• Piso 2: Esta capa presentaba algunas diferencias, por lo que fue dividida en dos secciones, Piso 2a y Piso 2b. Ambas partes estaban apisonadas, sin embargo el 2b presentaba una mayor cantidad de piedrín que el 2a. Este piedrín era sumamente suelto y delimitaba al oeste con el arranque de la pared de argamasa. El Piso 2a estaba compuesto por una mayor cantidad de barro y poco piedrín.
• Relleno: Material sumamente compacto de color café oscuro con incrustaciones de color amarillo-naranja.
• Piso 3: Consistía en una capa apisonada de argamasa de 0.04 m de espesor, cuya superficie era muy poco acabada.
• Capas de relleno: Estratos de tierra más oscura, muy compacta y con presencia de cerámica.
Las dimensiones de la Trinchera Oeste fueron de 1 por 4 m, alcanzando los 2.38 m de profundidad, la cual fue detenida por el aparecimiento de un apisonado. El corte sur de la TR-O estaba compuesto por siete estratos y dos pisos de argamasa (Fig.4):
• Estrato I: Tierra de color café claro, muy suelta como resultado de perturbaciones por diversas actividades. Poca presencia de material cultural.
• Estrato II: Tierra de color café grisáceo, suelta, con escaso material cultural.
• Estrato III: Tierra de color café claro, compacta, con alta presencia de cerámica y piedrín en pequeña cantidad. De acuerdo a sus características posiblemente formaba parte del material de relleno de la estructura, depositado por la acción de deterioro.
• Estrato IV: Depósito de material volcánico de El Boquerón, conocido como Toba San Andrés (Talpetate 1) cuya última datación corresponde a 964 DC – 1040 DC (Ferrés et al. 2011)
• Estrato V: Tierra de color café claro, compacta, con presencia de material cultural y piedrín, depositada sobre el Piso 1 y sobre restos de material arquitectónico colapsado sobre dicho piso. Este rasgo consta de dos elementos, el primero de ellos consistía en el arranque de una pared de argamasa que continúa hacia el norte y un bloque de piedra que continúa en el corte sur, el cual presentaba restos de argamasa que lo cubrían. Preliminarmente se pueden establecer semejanzas a partir del bloque con la Estructura 5 o La Campana.
• Piso 1: Apisonado de argamasa, con alta cantidad de piedrín y sobre el cual se encontraba el arranque de la pared y el bloque de piedra. Sobre el mismo se observaron los restos de la pared colapsada.
• Relleno: Tierra de color café oscuro muy compacta, que presenta gránulos naranja-amarillento, el cual podría consistir en un posible relleno.
• Adobes: Se encontraron dos adobes, posiblemente utilizados para rellenar y nivelar el Piso 1.
• Piso 2: Apisonado de tierra con escasa presencia de piedrín. Tal como se mencionó, este es el único piso que presenta una razonable relación de altura con el Piso 1 de la TR-E.

Materiales arqueológicos
La cantidad total de material recolectado en ambas trincheras fue de 1,090. De estos, 1,065 son fragmentos de cerámica (incluyendo dos fragmentos de figurilla), 17 son fragmentos de barro quemado, cuatro fragmentos de argamasa y cuatro de toba. Con relación a la obsidiana se localizó un total de 69 fragmentos, 48 en la TR-E y 21 en la TR-O.

En las excavaciones no se encontró material cerámico completo in-situ, solo fragmentos bastante deteriorados, que de acuerdo a sus características físicas y ubicación estratigráfica pertenecen, casi en su totalidad, a relleno y en mínima cantidad a intrusiones. Ese desgaste presente en los fragmentos de cerámica solo permitió el reconocimiento y clasificación de 113 fragmentos del total de 1,063 (excluyendo los dos fragmentos de figurilla), lo cual representa el 10.54 %, porcentaje distribuido entre ambas trincheras.

El sistema de clasificación utilizado es el Tipo-Variedad, de acuerdo a Sharer (Copador, Arambala, Gualpopa y Tecoluca Inciso) (Sharer 1978) y Beaudry (Guazapa Engobe Raspado, variedades Majagual, Obraje y Chorros) (Beaudry1983), con excepción del Policromo Bandera, el cual es descrito por Karen Brunhs (Brunhs1980).
El material cerámico de mayor presencia en estas trincheras, en orden descendente, es el siguiente:
• Fases Vec, Xoco y Payu, Grupo Guazapa, Tipo Engobe Raspado, siendo la variedad Majagual la de mayor porcentaje, seguido de la Obraje y por último la Chorros.
• Fase Xoco y Payu, Grupo Gualpopa
• Fase Payu, Grupo Copador y Grupo Arambala.
En menor presencia se encuentran tiestos Usulután (Grupo Indeterminado) y Policromo Bandera, relacionado con el Mixteca Puebla (Brunhs 1980). Siendo el de la mínima cantidad el Tipo Tecoluca Inciso, el cual pertenece a las fases Chul y Caynac, Grupo Cerámico Olocuitla (Sharer 1978), con solo un tiesto

Consideraciones
El primer elemento en tomar en cuenta es que no se alcanzó el nivel de Tierra Blanca Joven (TBJ), es decir el horizonte temporal que divide las ocupaciones más tempranas en San Andrés con el inicio de la desocupación del sitio por la erupción del Ilopango, el llamado hiato. Bajo la posibilidad que la TBJ haya sido removida para otros fines, tampoco se llegó a suelo estéril. Lo anterior permite plantear que el desarrollo arquitectónico mostrado por la estratigrafía haya ocurrido durante el periodo Clásico Tardío, tal como se reforzará más adelante.

Bajo este supuesto, estratigráficamente se muestra un proceso dinámico de construcción, evidenciado a partir de la cantidad de pisos relacionados con el rasgo arquitectónico encontrado. Este rasgo corresponde a una pared compuesta por varias capas de argamasa, siendo la última de ellas la de mayor acabado (repello). Fue encontrada tanto en la trinchera este como en la oeste y basado en la estratigrafía se puede considerar que ambas correspondan a una misma etapa constructiva, a pesar que presentan diferencias en cuanto a la altura en la que se encuentran los pisos que les sirven de arranque y que la del lado oeste presenta como parte constituyente un bloque de piedra. Ya que el Piso 3 de la TR-E continuaba por debajo del rasgo arquitectónico se plantea la posibilidad que pertenezca a una subestructura (estructura más temprana), sobre la cual se erigió la estructura descubierta.

El arranque de la pared de argamasa al lado este, se encontraba en el Piso 2, mientras que al oeste en el Piso 1, por lo tanto, se puede deducir que el material constructivo que se encontraba sobre estos pisos provenía de la parte superior de la pared y de la estructura misma. Este rasgo arquitectónico se extendía a lo ancho de las unidades, continuando hacia los lados norte y sur de las excavaciones.

Junto a lo anterior, la no presencia de apisonados en capas más tardías, indica que desde el abandono de la estructura (antes de la erupción de El Boquerón) no se edificó nuevamente en este sitio y que posiblemente no fue reocupado en el periodo Postclásico, a diferencia de la Acrópolis (Amaroli 1996). Tanto el Piso 2 como el 3 de la trinchera este no pueden ser relacionados por medio de altura a los pisos encontrados en la trinchera oeste. Solo el Piso 1 de la TR-E corresponde en altura con el Piso 2 de la trinchera oeste, con el cual tiene una mínima diferencia de 0.10 m de altura. Esto puede estar determinado por procesos constructivos en desarrollo, nivelaciones y principalmente por la posible relación entre la estructura excavada y la Estructura 3 de la Acrópolis como el acceso a la misma.

Hasta el momento, la excavación muestra que sobre el eje este-oeste la estructura era asimétrica, ya que existen considerables diferencias de altura entre los rasgos, especialmente en los arranques de ambas paredes de argamasa; los elementos constructivos del lado oeste presentan mayor altura. Tal como se mencionó anteriormente, los únicos pisos que corresponden razonablemente son el Piso 1 de la trinchera este y el Piso 2 de la trinchera oeste, con una mínima diferencia de 0.10 m de altura. Cabe recordar que el Piso 1 de la TR-E finaliza sobre el arranque de la pared, cubriéndola cerca de 0.3 m de altura. Preliminarmente esto sugiere que en algún momento el Piso 2 de la TR-O sirvió de guía para una nivelación (Piso 1 de la TR-E), la cual constituye el apisonado existente al momento del abandono.

También existe la posibilidad que la similitud en alturas sea coincidencia y que el piso más tardío en el lado este haya quedado en proceso de construcción cuando el sitio fue abandonado.

Esta asimetría también se puede deber a la cercanía del montículo excavado con el lado este de la Estructura 3 de la Acrópolis, lo que se traduce en una nivelación que permitiera la unión de ambas.

Tal posibilidad sugiere que los adobes encontrados sobre el Piso 2 de la TR-O formaban parte de un cuerpo o terraza adosada a la Estructura 3. En las excavaciones realizadas por Begley se encontró un elemento arquitectónico similar en La Campana (Estructura 5). Esta terraza adosada (Fig.5) se ubicaba en el lugar donde culminaban las escalinatas de la Estructura 5 al oeste (Begley et al. 1996), lo anterior abre la posibilidad de la presencia de escalinatas pertenecientes al lado este de la Estructura 3.

Tomando como base el hiato ocasionado por la erupción del Ilopango (Escamilla 2000 y Amaroli 1996) se puede establecer que el apogeo del sitio se dio durante el periodo Clásico Tardío y que su decadencia coincide con el llamado colapso Maya. Contrastando los datos resultantes con excavaciones precedentes se puede deducir que el abandono de la estructura ocurrió tentativamente con el del sitio en su totalidad, basado en las investigaciones realizadas en la Estructura 5 (La Campana) en 1996 y en la Acrópolis en 1940.

Los cortes estratigráficos muestran que la estructura encontrada colapsó mucho antes de la caída de la Toba San Andrés (erupción de El Boquerón), cuya última datación da como resultado el periodo comprendido entre el 964 DC al 1040 DC (Ferrés et al. 2011), ubicando el abandono durante el Clásico Tardío. En los perfiles presentados por Boggs (Boggs1943), en la década de 1940, la Toba San Andrés (en el dibujo aparece como talpetate) se ubica sobre la plaza, lo cual indica que la misma fue depositada en la última etapa de construcción y refuerza la posibilidad del abandono antes de la caída del material.

Por otro lado, los resultados estratigráficos poseen grandes similitudes con las excavaciones realizadas en 1996 en la Estructura 5 (La Campana) de acuerdo al informe presentado por Christopher Begley (Begley et al. 1996) y con las documentadas por Stanley Boggs en la década de los 1040 sobre la Acrópolis (Boggs 1943). Estas semejanzas además incluyen el sistema constructivo utilizado: estructura construida con adobes (núcleo de la estructura) recubiertos o repellados con una mezcla de piedrín y barro (Begley et al. 1996). Al igual que lo anterior, bloques de piedra fueron encontrados en el lado norte de La Campana, para los cuales Begley sugiere que formaban parte de una pared de contención (Fig.6).

Otro elemento que aporta datos para la ubicación temporal del auge y caída del sitio es la cerámica. Entre los materiales cerámicos recolectados en la excavación, los de mayor presencia son los relacionados con la Fase Payu, Grupo Guazapa Engobe Raspado: Tipo Majahual, Obraje y Chorros, los cuales son indicativos del periodo Clásico Tardío (Beaudry 1983) siguiéndoles en cantidad el Polícromo Copador, Arambala y Gualpopa los cuales también son indicativos del mismo periodo (Sharer 1978); lastimosamente el análisis cerámico no es decisivo en esta etapa de la investigación, ya que no se encontraron piezas completas in-situ, lo cual hubiera dotado de un análisis mucho más completo y concluyente. Todo el material cerámico encontrado, por sus características físicas, correspondía a material fragmentado que fue ocupado de relleno.

Referencias
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Begley, C., Roberto Gallardo, Jeb Card, Aixa Wilson, Linda Brown y Nicholas Herrmann
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