066 Cabezas de borde de Tak’alik Ab’aj. Miguel Medina – Simposio 28, 2014

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066 Cabezas de borde de Tak’alik Ab’aj.

Miguel Medina

 

XXVIII Simposio de Investigaciones
Arqueológicas en Guatemala

Museo Nacional de Arqueología y Etnología
14 al 18 de julio de 2014

Editores
Bárbara Arroyo
Luis Méndez Salinas
Lorena Paiz

 

Referencia:

Medina, Miguel
2015 Cabezas de borde de Tak’alik Ab’aj. En XXVIII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2014 (editado por B. Arroyo, L. Méndez Salinas y L. Paiz), pp. 823-832. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

 

Cabezas de borde de Tak’alik Ab’aj
Miguel Medina
Palabras clave
Costa Sur, Tak’alik Ab’aj, cabeza de borde, rim-head, vasija de tres cabezas,
incensario de tres picos, tradición ritual.

Abstract
The collection of rim-heads at Tak’alik Ab’aj evidence the utilization of a variety of rim-head vessels along some centuries, these vessels have a strong relationship to the three-pronged incense burners regarding its significance, form and function. The rim-heads have been frequently found on the South Coast of Guatemala and some sites in the Maya Highlands, demonstrating that the vessels were used in rituals performed by different groups.

 

Vasijas de tres cabezas
Las vasijas de tres cabezas fueron objetos de uso ritual y se caracterizan por tener tres cabezas similares equidistantes adheridas al borde del cuenco o plato. Se han encontrado fragmentos de estas vasijas y las cabezas en Guatemala, México, Honduras y El Salvador (Pereira 2004:2). Particularmente interesante es la abundancia de cabezas encontradas en la Costa Sur de Guatemala, son menos frecuentes en Tierras Altas y están ausentes en Tierras Bajas, por el momento. Se les ha conocido como rim-heads y se propone que se les llame cabezas de borde para el registro arqueológico.

Kaminaljuyu tiene una considerable colección conocida. En general, estas cabezas son muy similares: bulbosas ovaladas vacías sin pelo ni tocado, los ojos son dos bandas aplicadas al igual que la nariz prominente que a veces presenta un adorno de disco arriba del labio superior o a cada lado de las fosas nasales. La boca es pequeña formada por un trozo de barro pellizcado. Las orejas son barras verticales que a veces visten orejera circular. La barbilla está directamente pegada al borde de la vasija, presenta agujero en la parte posterior para la ventilación durante la cocción. La mayoría muestra restos de pintura fugitiva blanca y roja. La forma de la vasija es un cuenco poco o medianamente profundo con pared recta-divergente hacia un borde directo redondeado, base plana con tres soportes cónicos sólidos; hay desde pequeños hasta muy grandes. Estas vasijas se limitan al Preclásico Tardío y por lo tanto son buenos marcadores cronológicos (Popenoe 1997:120; cf. Borhegyi 1950:75). Son las piezas de este tipo más antiguas registradas y por lo tanto se considera que Kaminaljuyu fue su lugar de origen (Pereira 2004:8). No se han identificado huellas de quema en el interior de las vasijas de tres cabezas de este sitio (Kidder y Shook 1946:55).

Un buen registro proviene de la excavación en el sitio Quebrada la Culebra, Nueva Concepción, Escuintla, que fue un taller de manufactura de piezas cerámicas durante el Clásico Tardío, entre ellas incensarios de tres cabezas cuya forma específica constaba de un cuenco profundo y amplio con base pedestal y tres cabezas en el borde, la mayoría moldeadas con representaciones antropomorfas o zoomorfas, y algunas tal vez sobrenaturales. Se recuperó una cantidad considerable de moldes. Estas vasijas fueron usadas como contenedores para la quema de sustancias aromáticas, se sugiere que otro recipiente era colocado sobre las tres cabezas para contener cualquier otro tipo de ofrenda (Pereira 2004:75).

El único ejemplar completo que se conoce hasta ahora en Guatemala proviene de la región del Río Coyolate, Escuintla, fechado para el Clásico Tardío. Es un cuenco de base pedestal con decoración de impresiones en la cintura, tres cabezas humanas en el borde y, entre dos de ellas, una depresión en forma de “U” en el borde; pasta oscura sin engobe. Pertenece a la colección Pullin (Kidder 1943:89). Se sabe que hay más cabezas de borde en colecciones privadas del país.

La colecccción de Tak’alik Ab’aj
Hasta ahora se han recuperado 14 cabezas de borde en Tak’alik Ab’aj por distintos investigadores a lo largo de varios años de investigación bajo la dirección de los arqueólogos Miguel Orrego Corzo y Christa Schieber de Lavarreda (Fig.1). Evidencian una variedad de estilos en diferentes contextos durante varios periodos. La temporalidad de cada una ha sido determinada por la Dra. Marion Popenoe de Hatch (Fig.2).

Las cabezas 1 y 2 (Fig.3) pertenecen a una misma vasija que fue depositada como parte de la ofrenda al norte del personaje del Entierro No. 1 en el Grupo Central, fechado en 100 DC por radiocarbono (Beta-187675 Cal 60 AC-90 DC [Cal BP2010-186]) (Schieber 2003). Se encontró fragmentada más o menos en un 40%: parte de la pared, solo un soporte, una de las cabezas en su lugar (cabeza 1) y la otra suelta (cabeza 2), no se encontró la base. Se puede sugerir que la vasija fue “matada” antes de depositarla con el difunto, separando el resto en un lugar desconocido hasta ahora. El modelado es bastante burdo y la cocción media, lo que sugiere que fue hecha con cierta rapidez luego de la muerte del personaje con la intención de utilizarla en el entierro.

La vasija es un cuenco de 16 cm de alto total (2.5 cm de soporte, 13.5 cm de pared, 7 cm de alto de cabeza de borde); 36 cm de diámetro del borde y 30 cm de diámetro de base, pared recta-divergente, decoración de impresiones en el labio y en la orilla de la base. Pasta marrón con engobe alisado del mismo color. Las cabezas tienen el interior vacío y agujero de 2 cm en la parte posterior. Representan formas animales con rasgos antropomorfos: cejas, orejas, ojos redondos saltados con perforación circular, nariz alargada con fosas, pómulos resaltados, boca abierta y dos dientes, una moldura rodea la cara formando un tipo de banda real torcida o cordel real (comunicación personal C. Schieber 2014; cf. Taube et al. 2010:17, Fig. 11). La cabeza 1 fue hecha sin orejas y representa un búho. La cabeza 2 es un jaguar. No presentan evidencia de humo, tampoco las paredes del cuenco (Popenoe 2009:6; Schieber 2003).

Las cabezas 3, 4 y 5 (Fig.4) se recolectaron de rellenos de nivelación de la Fase Ruth (200 AC-150 DC) del Preclásico Tardío, en el acceso principal (Estructura 74) a la Terraza 3, Grupo Central. La cabeza 3 es la única de toda la colección que evidentemente era parte de un plato de pared muy baja. Representa una forma humana abstracta, esto es: ojos y boca punzados circulares hechos aún con la pasta fresca que traspasan hasta el interior vacío dejando un anillo o bulto alrededor de cada agujero en la parte interna. Esta cabeza mide 9.5 cm de alto, tiene un gran agujero posterior desde la base hasta la altura de los ojos, viste un adorno redondeado tipo sombrero sobre la cabeza y el cordel real como corona. Nariz ausente y orejas muy erosionadas. No presenta evidencia de humo. Pasta marrón claro con abundante pómez, ligero alisado como acabado de superficie. Fragmentada y restaurada (comunicación personal C. Schieber 2014).

La cabeza 4 representa una cara humana realista sutilmente de perfil. Está modelada toscamente con el interior vacío, no tiene agujero posterior. Mide 7.5 cm de alto. Ojos, nariz, boca y orejas son muy simples, aplicados y pellizcados. No presenta evidencia de humo. Pasta marrón claro con abundante pómez (comunicación personal C. Schieber 2014).

La cabeza 5 es una representación humana realista mucho mejor lograda que la anterior, mide 7 cm de alto, modelada, interior vacío y agujero posterior de 2.5 cm. Lleva el cordel real cuyos extremos parten de la frente arriba de los ojos y da la vuelta rectangularmente atrás de la cabeza. Los ojos son pequeñas punzadas que no traspasan al interior, enmarcados por molduras que se hacen más prominentes en las cejas, la nariz era respingada aunque ya se perdió casi la mitad, la boca está abierta con agujero que traspasa al interior. La oreja izquierda es redondeada adornada con una orejera circular con perforación central. No se encontró la oreja derecha que seguramente era igual. Tiene una pequeña mancha de humo en la frente. Pasta marrón rojizo con un poco de pómez. Solo alisada de la superficie (Marroquín 2006; Popenoe 2006:12).

Las cabezas 6, 7, 8 y 9 (Fig.5) se encontraron dentro de basureros ricos en material cultural desechado a inicios de la Fase Alejos (150-300 DC) del Clásico Temprano, en el acceso y sobre la Terraza 1, al sur del Grupo Central. Las cabezas 6 y 7 se recuperaron de un basurero de 50 cm de profundidad y 9 m de amplitud excavado parcialmente en un área de 10 m2, donde también se recuperaron más de 2,000 tiestos de uso doméstico, entre otros materiales. Ambas son modeladas con el interior vacío y agujero posterior pero difieren en los estilos.

La cabeza 6 mide 8.5 cm de alto, es una de las dos representaciones humanas más realista de toda la colección, la parte de arriba está fragmentada pero todavía se pueden apreciar dos mechones de cabello en la frente, tiene cejas prominentes, los ojos son resaltados con perforaciones circulares que traspasan al interior, nariz respingada con depresiones haciendo las fosas, boca abierta con agujero que traspasa al interior. Los agujeros de boca y ojos se hicieron cuando la pasta estaba fresca porque quedaron los anillos sobrantes alrededor de las perforaciones en el interior. Pómulos resaltados, mentón y orejas bien modelados. Agujero posterior de 2 cm. Presenta mancha de exposición al fuego en la parte del ojo y pómulo izquierdos. Pasta marrón rojizo con abundante pómez. Solo alisada de la superficie.

La cabeza 7 mide 7 cm de alto, es la más fina y pequeña de toda la colección, de representación humana abstracta. Destaca el cordel real o banda real torcida que circula la cara y termina en nudo arriba de la cabeza, y otro que da vuelta a la cabeza como corona y termina en nudo en la frente. Nariz chata redondeada, orejeras verticales de dos prominencias cada una, muy semejantes a las pestañas verticales de algunos incensarios de tres picos. Agujero posterior de 2.5 cm. Presenta huella de exposición al fuego en el nudo de la frente. Pasta marrón claro, engobe del mismo color bien alisado (Medina 2013:24; Popenoe 2014:6, 8).

La cabeza 8 se encontró en un basurero de 1.10 m de profundidad y 1.4 m de diámetro excavado en el suelo natural, conteniendo también más material de desecho. Mide 12 cm de alto, es la más grande y pesada de toda la colección, no tiene agujero posterior. Es una representación humana abstracta. Tenía dos adornos de cordel real que se conservan parcialmente, uno en forma de “X” que partía desde debajo de cada oreja y se cruzaba arriba de la boca, el otro que coronaba arriba de la cabeza y se cruzaba en la frente. No tenía nariz. La oreja derecha estaba adornada con una orejera que es un diseño de cordel enrollado. No se encontró la oreja izquierda que seguramente era igual. Presenta evidencia de exposición al fuego en la parte de la frente y ojo izquierdo. Pasta marrón rojizo con pómez, superficie alisada (Popenoe 2011:7; Schieber y Flores 2011:40).

La cabeza 9 se encontró dentro de un basurero de 4.4 m de largo en la Terraza 1, fechado para el Clásico Temprano. Mide 15 cm de alto, representa un jaguar bien modelado viendo de lado respecto del cuerpo del incensario del cual formaba parte. Las orejas son redondeadas, cejas salidas, pómulos resaltados. Tiene la boca bien abierta mostrando la lengua de fuera y cuatro colmillos cortos. Viste un collar estilo cordel con cuentas redondas. Es vacío. Presenta huellas de humo fuertes afuera y más ligeras adentro. Pasta marrón arenosa con partículas pequeñas de pómez. Superficie alisada, sin engobe. (Popenoe 2006:10; Schieber y Pineda 2007:24).

La cabeza 10 (Fig.4) se recuperó dentro de un relleno constructivo del Clásico Tardío en la Terraza 6 donde se asienta el Grupo Oeste. Es una representación antropomorfa modelada, interior vacío y agujero posterior de 3.5 cm. La cabeza es bien redondeada similar a las cabezas de Kaminaljuyu, ojos hechos primero con depresiones cuando la pasta estaba fresca y luego con aplicaciones que después fueron punzadas circularmente al centro sin traspasar al interior. No se encontró la nariz. Boca en técnica aplicada alargada horizontalmente. No se encontraron las orejas. Está fragmentada de la boca hacia abajo y atrás, lo que se conserva mide 10.5 cm de alto. No muestra evidencias de humo. Pasta marrón rojizo con pómez, engobe alisado del mismo color. Fragmentada y restaurada (Popenoe 1999:3; Wolley 1999:28)
Las cabezas 11 y 12 (Fig.6) se fechan para el Clásico Tardío (500-900 DC), recolectadas de superficie, la primera en la Terraza 7 Grupo Norte, la segunda de procedencia desconocida. La cabeza 11 es un fragmento de poco más de la mitad superior de una representación antropomorfa, mide 7.3 cm de alto, modelada, sólida sin agujero. Ojos y boca son punzados, esta última alargada, de la que solo se conserva su parte superior. Abajo del ojo derecho falta un fragmento. La nariz alargada está erosionada, al igual que la oreja izquierda, mientras que la oreja derecha está más arriba que la otra. Leve mancha de humo en la frente y orejas. Pasta marrón rojizo con bastante pómez y cristales finos; superficie alisada.

La cabeza 12 mide 9 cm de alto, modelada, interior vacío y agujero circular posterior de 2.5 cm, representa una cara humana realista. Al igual que la anterior, ojos y boca son punzados que no traspasan al interior, esta última alargada. La nariz es bien respingada sin fosas. Orejas pequeñas. No presenta evidencia de humo. Pasta marrón rojiza con escaso pómez, algunas partículas blancas muy pequeñas y aún menos cristales; superficie alisada.

La cabeza 13 (Fig.5) proviene de un basurero de la Fase Sibaná (900-1250 DC) del Posclásico Temprano en la Terraza 7, Grupo Norte. Es un venado bien modelado viendo de lado respecto de la vasija. Mide 10.5 cm de alto, orejas punzadas, ojos nariz y boca con incisiones. Es vacío con sonaja y tiene pequeño agujero en la parte de abajo. Pertenece a un cuenco de pared curvo-divergente del tipo Plomizo Tohil de Tradición K’iche’ con el característico acabado gris vitrificado brillante (Popenoe 2000; Wolley 1999:29).

La cabeza 14 (Fig.4) proviene del estrato cultural más tardío de la plaza entre las estructura 6 y 7, cerca de la fachada oeste de la Estructura 7, fechado para el Posclásico. Mide 15.5 cm de alto. Ésta y la cabeza 6 son las dos representaciones humanas realistas mejor logradas. Similar a la cabeza de jaguar (cabeza 9), probablemente formaba parte del cuerpo de un incensario y también es vacía, aunque no presenta huellas de humo. Viste el cordel real trenzado en forma de “X” en la frente. Los ojos están cerrados y la boca abierta sin dientes ni lengua. Orejera circular derecha, seguramente también tenía la izquierda pero no se encontró. Pasta marrón claro de textura fina, acabado liso y restos de baño blanco talvez similar a la pintura blanca de las cabezas de Kaminaljuyu. Fragmentada y restaurada (Marroquín 2004:11; Popenoe 2003:7).

Así como ya se ha descrito individualmente, hay representaciones humanas realistas y abstractas, y representaciones de animales. Tomando en cuenta estas características formales básicas se propone una tipología ilustrada en la Fig.7. Las cabezas de borde de Tak’alik Ab’aj, a excepción del venado plomizo, pertenecen a la tradición cerámica local Ocosito y fueron hechas con la técnica de modelado, la mayoría vacías y con agujero en la parte posterior (al interior de la vasija) que servía para la ventilación durante la cocción (Popenoe 1997:120). La vasija de tres cabezas del Entierro No. 1 es un cuenco profundo mientras que la cabeza 3 estaba adherida a un plato de pared baja (ver Figs.3 y 4), evidenciando así estos dos tipos de formas en el Preclásico Tardío. Los adornos del cordel real ó banda real retorcida se presentan en cabeza, cara y orejas, destacándose el diseño con nudo de la cabeza 7 (ver Fig.5); así también el adorno protuberante redondeado tipo sombrero sobre la cabeza 3 (ver Fig.4).
Las cabezas 6, 7, 8 y 9 recuperadas dentro de basureros de inicios del Clásico Temprano al sur del Grupo Central, presentan claras evidencias de humo en la cara. Las vasijas pudieron estar cerca de fuego cuando se utilizaron en el ritual. Se propone que las vasijas de tres cabezas de Tak’alik Ab’aj seguramente se utilizaron como contenedores de cierto material especial durante las ceremonias, talvez una especie de ofrenda. No se colocaba otra vasija sobre las cabezas ya que ninguna tiene desgaste en la parte superior. Por el contrario, los incensarios de tres picos como La Niña y El Jaguarcito del Preclásico Tardío presentan huellas de humo entre los picos que servía para calentar lo que se ofrendaba dentro de los platos arriba (Schieber y Orrego 2012; 2013).

Hay tres contextos donde se han encontrado las cabezas de borde: el Entierro No. 1 con una vasija semicompleta, un contexto altamente elitista; los rellenos de nivelación y constructivos en el Grupo Central y en el Grupo Oeste, un contexto de rango alto; y los basureros al sur del Grupo Central en contexto más común. Esto sugiere que se realizaban ceremonias similares con piezas semejantes en diferentes partes del sitio, como parte de una tradición ritual general.

Relación con los incensarios de tres picos y otras vasijas
Existe un paralelismo que ya había sido observado por Borhegyi (1950:63) entre las vasijas de tres cabezas y los incensarios de tres picos, que guardan semejanzas estilísticas y funcionales ya que ambos se utilizaron como objetos rituales. Algunos incensarios de tres picos tienen caras o figuras modeladas en los picos o bien en el cuerpo el incensario (comunicación personal C. Schieber 2014).

La tradición de incensarios de tres picos de Tak’alik Ab’aj abarca varios diseños durante el Preclásico Tardío, como El Jaguarcito de la Fase Rocío (400-200 AC), el Dios sol, La Niña y El Niño de la Fase Ruth (200 AC-150 DC), encontrados en sus contextos originales. Estos incensarios son cilíndricos vacíos de base abierta, tienen diseños modelados que les dan sus nombres. En la superficie plana cada uno tiene tres picos lisos que sostenían un plato. En La Niña, el plato está adherido a los picos mientras en los demás son piezas aparte. Entre los picos se hacía el fuego que calentaba el material depositado en el plato, seguramente sustancias aromáticas (Schieber y Orrego 2012; 2013; comunicación personal C. Schieber 2014).

En sitios como Chiapa de Corzo y Mirador se han encontrado vasijas relacionadas a esta tradición ritual en contextos del Preclásico Tardío y Protoclásico Temprano (Preclásico Tardío de Tak’alik Ab’aj). Hay un incensario de tres efigies de la Fase Horcones (0-100 DC) que consta del cuerpo cilíndrico liso con tres figurillas antro-zoomorfas sentadas en la orilla de la superficie, haciendo las veces de los “picos” de otros incensarios; pertenece a una ofrenda de terminación de 123 vasijas colocadas en el piso del Cuarto 1 de la Estructura 5-H1. Otras vasijas rituales son los cuencos con tres “cuernos” pequeños internos en el centro de la base que presentan huellas de quema. Y receptáculos cóncavos con agarradera interna soportados por pedestales anulares altos (Lowe 1962:11, 25, 33, 39, 87).

También se encontraron los incensarios de las fases Mirador IV-V (450-100 AC) cuyos tres picos son desmontables y se colocan en agujeros del cilindro cuando se quiere soportar el plato arriba. Estos picos a veces son lisos y a veces tienen diseños zoomorfos modelados (Peterson 1963:67, Fig. 100). Un incensario similar desmontable del Clásico Tardío, con huellas de quema en el plato, fue encontrado en un escondite en San José, Belice (Borhegyi 1959). En las Tierras Bajas Mayas pudieron existir otras piezas con cierta forma y función semejantes, como un pequeño incensario de engobe negro con una cara antropomorfa modelada que lleva un adorno trifoliar arriba de la frente, tiene tapadera y diseños circulares alrededor de la cara, fue encontrado como parte de la ofrenda de un entierro del Preclásico Tardío en un chultun del área residencial del sitio K’o, región de Holmul, Petén (Estrada-Belli 2008:18).

En Kaminaljuyu, la mayoría de las vasijas de tres cabezas se encontraron en el mismo contexto de los incensarios de tres picos, cerca de La Acrópolis, las primeras sin huellas de quema, los últimos con huella de quema entre los picos (González y Wetherington [1978: 294] en Pereira 2004:13).

Comentarios finales
Todas las cabezas de borde de Tak’alik Ab’aj, a excepción del venado plomizo, son de la tradición cerámica local Ocosito y modeladas, algunas presentan huellas de humo en la cara pero ninguna en el lado interno a la vasija. El jaguar (cabeza 9) evidentemente es parte del cuerpo de un incensario por sus huellas de humo. Las cabezas de borde de Kaminaljuyu también son modeladas, muy homogéneas y se restringen a la fase Arenal del Preclásico Tardío, no presentan huellas de humo (Popenoe 1997:120). El uso de molde es común en la región de Escuintla en el Clásico Tardío, donde sí presentan evidencia de quema. Las vasijas de tres cabezas en Tak’alik Ab’aj y Kaminaljuyu seguramente se utilizaron para colocar ofrendas, en la región de Escuintla sí fueron incensarios (Pereira 2004:59, 75).

En Tak’alik Ab’aj resalta la importancia del cordel real en las cabezas del Preclásico Tardío, Clásico Temprano y Posclásico, tanto en las zoomorfas (vasija del Entierro No. 1) como en las antropomorfas (p.e. cabezas 5, 7 y 14). Es un adorno que inviste de alta jerarquía a la vasija y al ritual completo. Los diseños de las cabezas variaron a lo largo del tiempo, hubo cambios en estilos y estética, pero se mantuvo la esencia de quemar y ofrendar como función ritual practicada por distintos grupos.

Las vasijas e incensarios de tres cabezas forman parte de una rica tradición ritual regional que abarcó varios siglos y que también se valió de incensarios de tres picos, incensarios con espigas, braseros, platos con agarradera interna o con tres “cuernos” pequeños internos y otras vasijas, para lograr el contacto con la divinidad.

El número tres de las vasijas puede estar ligado a aspectos simbólicos del pensamiento mesoamericano como el fogón de tres piedras donde se llevó a cabo la creación que conecta todos los niveles del universo, así como aspectos más cotidianos como el fogón de los hogares donde se cocinan los alimentos diariamente (Pereira 2004:75).

Agradecimientos
Esta investigación fue posible gracias a la colaboración de varias personas e instituciones. Arqueólogos Christa Schieber de Lavarreda y Miguel Orrego, directores del Parque Arqueológico Nacional Tak’alik Ab’aj, por su impulso y seguimiento, especialmente la Licda. Schieber quien compartió y discutió mucha información y todas las ideas que se presentan en este documento. Dra. Marion Popenoe de Hatch por sus comentarios y referencias de las publicaciones de Carnegie Institution of Washington. Compañeros del PANTA, especialmente Laura Escobar, Geremías Claudio, José Pineda, Omar Alvarado, Robin de León, Heydi Pérez, Isrrael Soto, Armando López, Víctor Flores y Carlos Espigares. Ceramoteca del IDAEH, especialmente Licda. Ana Lucía Arroyave y Rita Casas. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, especialmente MA Daniel Aquino. Museo Popol Vuh de la Universidad Francisco Marroquín, especialmente Licdas. Andrea Terrón y Elisa Mencos. Museo Miraflores, especialmente MA Liwy Grazioso. Licdas. Silvia Alvarado, Sonia Medrano, Flory Pinzón y Jessica McLellan. Dra. Melanie Forné. Patricia Mah y Oliver García.

Referencias
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Fig.1: Mapa de Tak’alik Ab’aj con la ubicación relativa donde se han recuperado las cabezas de borde
(Johnson y Pope 1983, adaptado por Parque Arqueológico Nacional Tak’alik Ab’aj, Ministerio de Cultura
y Deportes, DGPCN/IDAEH, 2014).

Fig.2: Listado de las cabezas de borde de Tak’alik Ab’aj.

Fig.3: Cabezas 1 y 2 de la vasija de tres cabezas incompleta encontrada en el Entierro No. 1
(Parque Arqueológico Nacional Tak’alik Ab’aj, MICUDE, DGPCN/IDAEH).

Fig.4: Cabezas 3, 4, 5, 10 y 14, encontradas en rellenos de nivelación, constructivos y estratos culturales
(Parque Arqueológico Nacional Tak’alik Ab’aj, MICUDE, DGPCN/IDAEH).

Fig.5: Cabezas 6, 7, 8, 9 y 13, encontradas en basureros
(Parque Arqueológico Nacional Tak’alik Ab’aj, MICUDE, DGPCN/IDAEH).

Fig.6: Cabezas 11 y 12, recolectadas en superficie
(Parque Arqueológico Nacional Tak’alik Ab’aj, MICUDE, DGPCN/IDAEH).

Fig.7: Tipología propuesta para las cabezas de borde.