067 La Temporada 2013 del Proyecto Naachtun: primeros resultados. Philippe Nondédéo, Carlos Morales-Aguilar, Ignacio Cases. Alfonso Lacadena, Dominique Michelet, Eva Lemonnier, Julio A. Cotom-Nimatuj, Julio Caal, Julien Sion, Julien Hiquet, Céline Gillot, Alejandra Díaz, Paulo Estrada, Melanie Forné. Gustavo Martínez, Chloé Andrieu, Isaac Barrientos, Divina Perla, Evelyn Melía, Enrique Morales, Jackeline Quiñónez, Cyril Castanet, Louise Purdue, Lydie Dussol, Mariana Colín y Marina Encuentra – Simposio 27, 2013

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067 La Temporada 2013 del Proyecto Naachtun: primeros resultados.

Philippe Nondédéo, Carlos Morales-Aguilar, Ignacio Cases. Alfonso Lacadena, Dominique Michelet, Eva Lemonnier, Julio A. Cotom-Nimatuj, Julio Caal, Julien Sion, Julien Hiquet, Céline Gillot, Alejandra Díaz, Paulo Estrada, Melanie Forné. Gustavo Martínez, Chloé Andrieu, Isaac Barrientos, Divina Perla, Evelyn Melía, Enrique Morales, Jackeline Quiñónez, Cyril Castanet, Louise Purdue, Lydie Dussol, Mariana Colín y Marina Encuentra

 

XXVII Simposio de Investigaciones
Aqueológicas en Guatemala
Museo Nacional de Arqueología y Etnología
22 al 26 de julio de 2013
Editores
Bárbara Arroyo
Luis Méndez Salinas
Andrea Rojas

 

Referencia:
Nondédéo, Philippe; Carlos Morales-Aguilar, Ignacio Cases, Alfonso Lacadena, Dominique Michelet, Eva Lemonnier, Julio A. Cotom-Nimatuj, Julio Caal, Julien Sion, Julien Hiquet, Céline Gillot, Alejandra Díaz, Paulo Estrada, Melanie Forné, Gustavo Martinez, Chloé Andrieu, Isaac Barrientos, Divina Perla, Evelyn Melía, Enrique Morales, Jackeline Quiñónez, Cyril Castanet, Louise Purdue, Lydie Dussol, Mariana Colín y Marina Encuentra
2014 La Temporada 2013 del Proyecto Naachtun: primeros resultados. En XXVII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2013 (editado por B. Arroyo, L. Méndez Salinas y A. Rojas), pp. 823-834. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

 

La Temporada 2013 del Proyecto Naachtun: primeros resultltados
Melanie Forné
Gustavo Martinez
Chloé Andrieu
Isaac Barrientos
Divina Perla
Evelyn Melía
Enrique Morales
Jackeline Quiñónez
Cyril Castanet
Louise Purdue
Lydie Dussol
Mariana Colín
Marina Encuentra

Philippe Nondédéo
Carlos Morales-Aguilar
Ignacio Cases
Alfonso Lacadena
Dominique Michelet
Eva Lemonnier
Julio A. Cotom-Nimatuj
Julio Caal
Julien Sion
Julien Hiquet
Céline Gillot
Alejandra Díaz
Paulo Estrada

Palabras clave
Petén, Naachtun, Resultados de investigaciones, Período Clásico

Abstract
The 2013 season of Proyecto Naachtun marks a gradual shift in the research issues about time periods and aspects less understood at the date. This paper will focus on the early classic period, when the site has been set, and will deal with the results of the different operations developed both in the monumental core and the periphery. Particular attention will be given to the late classic elite residences, especially in the Group B. Finally, in 2013, the first results of the epigraphic works will be given, to explain the political history and relate archaeology and inscriptions. Finally, we will try to offer a complete view of the results obtained both in the field and in laboratory.

Introducción
El sitio de Naachtun se encuentra en el norte de Petén, a unos 15-20 km al este de Mirador y Nakbe (Fig.1). Fue una ciudad algo grande del periodo Clásico ubicada a medio camino entre Calakmul y Tikal. El sitio está asentado a orillas de un gran cibal y se compone de un área monumental de 50 ha ocupada por tres grupos, los Grupos A, B y C, y de una periferia que alcanza actualmente 150 ha (Fig.2).

El Proyecto Naachtun ha sido concebido como un programa de investigación de cinco años 2010-2014 en el que se escogió abordar ciertos aspectos y ciertos periodos del sitio (Nondédéo y Michelet 2011; Nondédéo et al. 2012, Michelet et al. 2013). El énfasis fue puesto sobre el Clásico Tardío y Terminal, dos periodos de apogeo en el sitio que corresponden a la construcción y ocupación de los complejos de patios que conforman el Grupo B. Se eligió este enfoque dado el tamaño del sitio y aunque se sabía pertinentemente que la ocupación del Clásico Temprano en el sitio era sin lugar a dudas de las más importantes en términos de construcciones monumentales. Tres ejes de investigación fueron diseñados para esta primera fase:

– rastrear las bases económicas de la prosperidad observada en el sitio a lo largo de su historia,
– evaluar el impacto de los cambios político-dinásticos y diferentes crisis en el cambio de sedes de poder al interior de la ciudad,
– y finalmente entender los procesos de aglomeración que favorecieron la construcción de los complejos de patios del Grupo B.
La cuarta temporada (2013) del proyecto duró dos meses (marzo-abril) e incluyó a más de 20 colaboradores Tenía varios objetivos principales en el marco de este programa plurianual:

– seguir con el estudio de los patios del Complejo Sur del Grupo B, en particular los patio 28, 31 y 34, los cuales ilustran la última ocupación del sitio en el Clásico Terminal (Fig.3);
– iniciar las excavaciones en los patios del Complejo Central del mismo grupo, en los que buscábamos ocupaciones relacionadas con el Clásico Tardío, un periodo poco estudiado hasta la fecha;
– Para este mismo periodo, se trataba también de entender mejor el papel de la Plaza Este con el Palacio XXV, y su anexo la XXVbis, así como la función de las estructuras alargadas que delimitan dicha plaza o rodean a la pirámide XXVII. Además de una serie de excavaciones intensivas, se procedió en este sector (Complejo Oeste y Plaza Este) a un levantamiento minucioso con estación total de manera a tener un plano lo más preciso posible y ahora completo de este Grupo B.
– Más al oeste, en el Grupo A, se siguió el estudio de la Plaza Sur y del juego de pelota en relación con las ocupaciones tempranas en el sitio, fechadas éstas del final del Preclásico Tardío y del Clásico Temprano.
– Especial atención fue también dada a las periferias del sitio con la continuación de la prospección por un lado, tanto en el suroeste como en el noreste del sitio, y con la intensificación del programa de sondeos por el otro, destinado a fechar las unidades habitacionales en este sector, con un especial enfoque sobre el Clásico Temprano.
Finalmente, cabe subrayar dos operaciones adicionales que caracterizaron esta temporada 2013:
– por una parte, el inicio de los trabajos epigráficos, a cargo de Ignacio Cases y Alfonso Lacadena. Consisten en el registro escrupuloso de todos los monumentos e inscripciones presentes en el sitio, de manera a precisar la historia del sitio e identificar sin a priori el Glifo-Emblema asociado al sitio:
– por el otro, se empezó este año los primeros estudios paleo-ambientales destinados a reconstituir la intricada relación entre el hombre y su medio ambiente, eso a través de diferentes ejes: los hidrosistemas, en particular a través del estudio del cibal de Naachtun, los agrosistemas en el sitio; la gestión del bosque y el uso de los recursos leñosos en el marco de estudios antracológicos sistemáticos.

Complejos Sur del Grupo B
Patio 28
En 2011 y 2012, se excavaron los lados oeste, sur y este del Patio 28 y se liberó toda una serie de cuartos construidos en el último tercio del Clásico Tardío y principalmente ocupados durante el Clásico Terminal (Sion 2012). De hecho, varios basureros habían sido localizados atestiguando la intensidad de la ocupación en este último periodo (Sion en prensa). En 2013, se completó este trabajo por la excavación del lado norte del patio donde pensábamos muy probable la existencia de una fila de cuartos adosados contra el basamento del edificio 6O5 el cual da la espalda al Patio 28 ya que abre hacia la Plaza Río Bec. La excavación a cargo de Alejandra Díaz permitió localizar dos cuartos simétricos colocados de ambos lados del basamento (6O7-bis y 6O5-ter), y que abren hacia el sur. Al pie mismo de 6O5 se encontró un cuarto alargado, 6O5-sur, que tiene tres entradas (la principal al sur y dos pequeñas laterales al este y al oeste que fueron posteriormente tapadas). Por el hecho de haber sido construida encima del piso del patio 28 –el cual pasa por debajo del edificio–, esta estructura es más tardía que sus dos vecinas. Sin arreglos internos (con excepción de la puerta oeste convertida más tarde en una silla), esta estructura se diferencia de los demás cuartos por no mostrar un carácter residencial.

La excavación de la esquina noreste del Patio 28 permitió mejor precisar datos arquitectónicos que habían sido encontrados en 2012: lo que habíamos interpretado como una entrada abovedada al Patio 28, soportada por dos macizos de albañilería se convirtió en realidad, en un cuarto N-S que permitía el acceso al patio. De fecha tardía, esta estructura-filtro controlaba la entrada principal al patio durante el Clásico Terminal. Al pie de la jamba norte del vano oeste se encontró una vasija completa descansando sobre el piso, un posible resto de un ritual de abandono.
Finalmente, la trinchera realizada entre el Patio 28 y el basamento 6O4, la cual tenía que entender la relación entre dicho basamento y el patio, permitió identificar los dos cuerpos inferiores del basamento, al pie de los cuales se documentó un espeso basurero compuesto por una gran variedad de materiales: tiestos, lítica, mano y piedras de moler, figurillas, cuentas de piedra verde y muchas conchas, al estado natural o trabajadas. Entre ellas, algunas son de origen marino, del Caribe precisamente, tales como un Cassis tuberosa completo.

Patio 31/34
La excavación en los Patios 31 y 34 tenía como objetivo comparar los datos ahí recolectados con los del Patio 28, intensamente estudiado, y que fue ocupado por la cúspide de la elite Clásico Terminal de Naachtun. Si el Patio 31 con sus edificios de cierta magnitud representaba un estatus social intermedio, en cambio el Patio 34 con sus estructuras bajas y su ubicación periférica con respecto a la Plaza Río Bec correspondía más bien a un grupo social de estatus inferior y a una construcción a priori de las más tardías (Sion 2013).

Las excavaciones a cargo de Julien Sion confirmaron en buena medida estas hipótesis. El Patio 31 se compone de tres edificios organizados en U que dan hacia un patio estucado abierto hacia el oeste. Construido principalmente en Ma’ax 3 (final del Clásico Tardío) la unidad ha sido ocupada sobre todo durante el Clásico Terminal, cuando se hicieron varias modificaciones en los cuartos (reducción de entradas, construcción y ampliación de banquetas). El edificio principal (6O15) ocupa el lado este y se compone de dos cuartos. En el cuarto delantero, se encontraron un posible depósito de abandono compuesto por un hueso largo junto asociado con una mancha de cenizas y dos manos, un patrón ya observado en otros contextos. El edificio 6O14 se compone de 4 cuartos de sentido E-O, cada uno equipado con una banqueta. Al pie del edificio (esquinas NO y NE) se documentaron capas de desechos de ocupación mientras que en la esquina sureste del patio se encontró la sepultura en cista (Sep. 37) de un infante colocado debajo del piso del patio. El antropólogo físico, Isaac Barrientos, pudo determinar que la cista había sido reabierta al menos una vez para realizar diversos rituales y colocar varios depósitos en particular al pie y encima del individuo. Estos depósitos consisten en muchos núcleos y navajas de obsidiana y de varios otros materiales (como conchas, vértebras de un pez globo, espina de manta raya, piedra verde). Otra sepultura alterada ha sido encontrada en la estructura 6O16. Se trata de un cuarto que da al norte y que está totalmente recubierto por una banqueta interior que fue recortada en su extremo oeste justo donde se encontró un individuo cuya sepultura en cista fue removida varias veces en el momento de uso de la estructura. Isaac Barrientos pudo determinar que los tratamientos mortuorios post-inhumación y el desmantelamiento de esta cista se hicieron en un tiempo más o menos cercano a la muerte ya que algunos huesos tenían aún sus conexiones ligamentarias. Estas alteraciones del entierro parecen coincidir con las modificaciones arquitectónicas del cuarto.

Las excavaciones en los Patios 34-35 permitieron observar los últimos momentos de la ocupación en Naachtun (Sion 2013). Si, al principio, la estructura principal 6O42-43 se componía de tres cuartos que abrían hacia el norte, este edificio sufrió cambios importante al final del Clásico Tardío y durante el Clásico Terminal cuando se taparon las entradas norte del edificio 6O43 y se abrieron, rompiendo los muros mismos de la fachada sur, nuevas entradas mal hechas y bastante angostas. Este cambio de orientación se relacionaba con la edificación de los Patios 34 y 35 al sur, el cual se acompañó de la construcción de nuevas banquetas, la subdivisión de ciertos cuartos por el tapado de las puertas de comunicación, y el re-uso de piedras esculpidas con signos de poder (motivo trenzado) arrancadas de otros edificios ya abandonados. También se acompañó del depósito de sepulturas de ocupación, en particular de un adulto (cuya mitad suprior del cuerpo ha sido recubierta por una capa de ceniza) colocado en una fosa sencilla debajo del piso y en el eje de la nueva puerta abierta en la fachada sur de 6O43. Finalmente, al pie del cuarto este de este mismo edificio se localizó un importante basurero que se fecharía del último momento de ocupación en el sitio y que contiene aún con mucho material y varios bienes importados, lo que parece confirmar el poder económico de los habitantes de Naachtun hasta los últimos tiempos.

Complejo Centntral del Grupo B (Fig.4)
Las excavaciones en el Complejo Central del Grupo B tenían como objetivo precisar el estatus social de los ocupantes de este complejo, en relación primero al poder real y a la Plaza Río Bec y, segundo, en relación al Patio 28 y al Complejo Sur. A tales fines, se escogió estudiar la estructura 5O131 ya que apareció como la estructura principal del Patio 22, misma que colinda con la Pirámide 6O3. Se trata de una estructura alargada E-O compuesta por dos filas de cuartos. A cargo de Céline Gillot, la excavación permitió establecer que el edificio fue el resultado de una serie de modificaciones a través del tiempo: se construyó primero, la fila sur de cuartos, que comprende de cuatro a cinco recámaras de carácter residencial, edificadas probablemente hacia la mitad del Clásico Tardío. Posteriormente se adosó, la fila norte con cuartos que se apoyan directamente contra el muro de fachada exterior (norte) de los cuartos sur. Estos nuevos cuartos descansan sobre una plataforma y dan hacia el Patio 26 abierto al norte. Son también de carácter habitacional por las banquetas laterales que se encuentran en cada uno de sus extremos. No sabemos en qué medida la construcción de estos nuevos cuartos tuvo repercusiones sobre los cuartos sur pero se observa un cambio de función importante en, al menos, uno de ellos. Estos cambios, que intervienen al final del Clásico Tardío o ya en el Clásico Terminal, consisten en la subdivisión del cuarto principal en dos espacios sin comunicación: el del este se cubre de una banqueta que ocupa todo su espacio interior mientras que el oeste se vuelve un espacio para preparaciones culinarias. Ahí se encontró, ente otros, dos fogones asociados con muchos materiales domésticos, que contenían adentro una cantidad importante de cenizas. De hecho estaban además totalmente recubiertos por una capa de ceniza de más de 40 cm de grosor, tal vez colocada ahí en el marco de un ritual de abandono. La ocupación larga de este edificio, inclusive tarde en Clásico Terminal, y el cambio de función de los cuartos al sur borraron las evidencias de la etapa inicial y dificultan la identificación de la función inicial de estos cuartos, la determinación del estatus social de sus primeros ocupantes así como su relación con la realeza en la segunda parte del Clásico Tardío.

Complejo Oeste y Plaza Estedel Grupo B
Levantamiento
En 2011 se había iniciado el levantamiento topográfico y planimétrico con estación total de los Complejos Sur y Central del Grupo B, con la idea de tener una imagen fidedigna de la morfología de estos patios y de las relaciones espaciales que los unen. Este año, se siguió esta tarea, a cargo de Celine Gillot y Dominique Michelet, y se mapeó un total de 4.15 ha que incluyen la totalidad del Complejo Oeste (con sus 15 patios) y la Plaza Este. Este nuevo mapa, aún en proceso, necesitó cerca de 6500 puntos topográficos y arquitectónicos y abarcó una centena de montículos.

Excavaciones en las Estructuras XXV y XXVbis
La excavación de la Estructura XXV tenía como meta precisar la función y la morfología de un edificio que se consideraba a priori principal por su situación frente a la Plaza Este y por la presencia de dos estelas al pie como un posible palacio real. En 2011, se había excavado parte de la plataforma superior, la cual domina de 4.6 m la plaza, así como el cuarto central en el que se había encontrado muchos incensarios quebrados en el marco de un ritual de abandono (Nondédéo et al. 2012). En 2013, se siguió con la excavación de los dos cuartos laterales para tener el plano completo del edificio y ver si el patrón de abandono se repetía en dichos cuartos. Se sabe ahora que el edificio XXV ha sido concebido originalmente como un cuarto sencillo y alargado de aproximadamente 22.6 m. Tenía tres entradas que daban hacia la plaza y dos pequeñas puertas laterales que daban al este y al oeste. Esta configuración inicial, fechada de los inicios del Clásico Tardío por la dedicación de la Estela 1 en 9.9.10.0.0., fue rápidamente modificada por la subdivisión del espacio interno en tres cuartos, que siguen comunicándose entre sí, lo cual generó cierto desequilibrio en la configuración de los espacios internos con respecto a las puertas. Uno se puede preguntar además, si este cambio en la morfología tiene algo que ver cronológicamente con la erección de la Estela 2, un Katun después en 9.10.10.0.0. Se liberó también el extremo oeste de la escalera de acceso para entender el sistema constructivo y buscar si la erección de la Estela 2 fue pretexto a la remodelación de la escalera. Todo indica que ésta siguió sin modificaciones.

Los resultados preliminares del trabajo sobre este edificio sugieren que si la Estructura XXV fue un palacio real, sirvió sobre todo para celebraciones, eventos y rituales públicos, pero de ninguna manera sirvió de residencia para el gobernante ya que no se detectó arreglo interno de tipo residencial. El edificio en sí marca un cambio radical, una ruptura en la historia política del sitio, ya que con él se inició la translación progresiva de la sede del poder desde el Grupo A al oeste, hacia el Grupo B al este.

La excavación de la Estructura XXVbis, ubicada al oeste del palacio, tenía como meta principal buscar la función y la relación de este edificio con el palacio: ¿Se trataba una dependencia, de un edificio administrativo, para almacenamiento, reuniones? La excavación dirigida por Divina Perla permitió establecer que XXVbis ha sido construido tiempos después del Palacio. Se trata de un cuarto sencillo y alargado de 13.5 m por 2.20 m sin arreglos internos. Tiene tres entradas desde la Plaza y dos puertas en su fachada trasera. Claramente, el edifico representa una segunda etapa con respecto al palacio y descansa sobre el último (cuarto) piso exterior construido al pie del Palacio. La plataforma de XXVbis se edificó directamente sobre una capa de desechos de ocupación. El material no ha sido analizado aún, a pesar de ello se puede deducir que el uso de XXVbis fue durante el Clásico Terminal, a diferencia del palacio mismo, abandonado un poco antes. Al pie de la puerta noreste, se encontró una especie de fogón circular acomodado sobre una capa de mortero y que contenía mucha cerámica, lítica y carbones. Podría representar otro ritual más de abandono en el Clásico Terminal. Es posible aun de pensar que fuera esta misma gente quien haya organizado el ritual en el cuarto central del palacio.

Finalmente, las últimas operaciones en relación con la Plaza Este fueron a cargo de Dominique Michelet y Jackeline Quiñonez y se dedicaron al estudio de toda una serie de estructuras alargadas que delimitan dicha plaza así como los alrededores de la Pirámide XXVII (Fig.5). En dos casos (XXVIIA y XXVIIIS), se pudo determinar que las estructuras al sur y al noreste de la pirámide no eran de carácter residencial, tampoco en relación con almacenamiento, sino que sirvieron como especies de tribuna para asistir a eventos políticos (tipo recorrido ritual) que se llevaban a cabo en el espacio de circulación conformado por estos edificios. Sólo compuestas por un importante núcleo central detenido por muros de contención, estas estructuras presentan a veces un aspecto escalonado hacia el espacio de circulación. En otro caso (XXVIIA), el elemento escalonado está reemplazado por un alto muro vertical y un talud; sirve más bien para restringir el acceso y la visibilidad hacía el espacio al pie de la pirámide. En cambio, la Estructura XXVIIIN que bordea la Plaza Este en su lado oeste, es bien distinta en su configuración ya que consta de un solo cuarto sin subdivisiones internas de 30 m de largo, abierto hacia la plaza por 7 puertas. Sin ningún arreglo interno, esta estructura parece más bien ser un edificio de reunión, similar a las casas grandes observadas en muchos otros sitios mayas.

El Grupo A, Plaza Oeste
Las excavaciones en el Grupo A, a cargo de Carlos Morales-Aguilar, concernieron en 2013 tres sectores de la Plaza Oeste en su extremo oeste: la cancha de Juego de Pelota, la calzada y el acceso a la Plaza del Grupo Tipo E. Esta operación tocó con las partes más tempranas del sitio, situadas al final del Preclásico/inicios del Clásico Temprano. La cancha del juego de pelota tuvo dos etapas sucesivas, ambas del Clásico Temprano (Morales-Aguilar 2012). En su primera fase, el área del juego se limitaba a un ancho de 3.5 m y fue ampliada mediante la construcción de un nuevo piso que vino a cubrir la banqueta inicial. Estas dos fases constructivas se encuentran también en los dos edificios que bordean la cancha al este y oeste. En el edificio oeste (XIII) existen dos escaleras sucesivas y sobrepuestas que permiten el acceso a la parte superior de la superestructura y que parecen coincidir con las etapas de la cancha. El material recolectado en el relleno del piso inferior indica que la cancha fue edificada al inicio del Clásico Temprano (mezcla de material Balam Temprano con material Kutz’ del Preclásico Tardío). La cancha está directamente conectada con una calzada que llega hasta el Grupo C más al oeste. Las exploraciones en ella indicaron al menos tres etapas constructivas: la primera consiste en un posible primer piso de calzada encima de la roca y que se fecharía del Preclásico Tardío. Sería, a la fecha, aunque la muestra cerámica es todavía reducida, el único contexto primario de este periodo en el sitio. Esta primera construcción está recubierta por una enorme calzada edificada durante el Clásico Temprano. Esta está delimitada en su lado norte por un talud totalmente estucado de aprox. 5.m de alto (Fig.6). Ejemplos de calzadas delimitadas con este tipo de talud se encuentran en la región de Mirador, pero se trata de construcciones mucho más antiguas. Finalmente, más tarde, siempre durante el Clásico Temprano, esta calzada ha sido totalmente recubierta por otra, más ancha, de la que no tenemos aún muchos datos en cuanto a morfología y tamaño.

Trabajos en las periferias
Desde 2011 se va completando el plano original de la Carnegie (Ruppert y Denison 1943), modificado por el equipo Canadiense (Morton 2007), agregando año tras año las zonas residenciales que conforman lo que llamamos la periferia inmediata al área monumental. La idea era definir a grandes rasgos los límites del sitio y entender la distribución del asentamiento a mayor escala y su integración con los hipotéticos campos de cultivo. Si entre 2011 y 2012, Eva Lemonnier y Julio Cotom han cubierto un total de 82 ha en la periferia sur, llegando a un total de 378 estructuras (o sea 4.88 estr/ha), en 2013 completaron las prospecciones en el sector suroeste (18.5 ha) e iniciaron las exploraciones en el sector noreste (18 ha).

En el sector suroeste se agregó 25 estructuras repartidas en 5UH y se piensa haber localizado el límite oeste de la periferia cercana, ya que la densidad baja a 2.54 estr/ha y el asentamiento aparece ahí mucho más disperso con amplios espacios vacíos entre las unidades. En el noreste, 26 estructuras fueron agregadas al plano, repartidas en 10UH. Ahí la densidad es equivalente a la de la Periferia Sur y se observa una baja de la complejidad de las unidades a medida que uno se aleja del Grupo B (Lemonnier, Cotom e Hiquet 2013). El sitio parece encontrar sus límites noreste donde empiezan pendientes abruptas hacia el cival y al este donde corre un arroyo N-S. Por su densidad general, la cual asciende a más de 4 estructuras por hectáreas, Naachtun presenta cifras comparables a los grandes sitios mayas.
En paralelo a este registro sistemático de las unidades habitacionales, se emprendió a partir de 2011 un programa de sondeos en los patios de estas unidades, coordinado por Julio Cotom, de manera a tener una idea bastante precisa sobre la fundación y la ocupación de estas zonas residenciales y reconstituir in fine dinámicas poblacionales. Si hasta 2012 un total de 10 sondeos fueron realizados en 7 unidades, en 2013 este programa se amplió sustancialmente con 22 sondeos más en ocho unidades, siendo algunas de ellas de tipo multi-patios. La mayoría de los pozos fueron hechos por Julien Hiquet quien está realizando su tesis doctoral sobre la estimación demografía de la población viviendo en la periferia durante el Clásico Temprano. Los sondeos 2013 reforzaron las tendencias observadas en los años anteriores pero revelaron una ocupación Clásico Terminal más presente de lo pensado.

El Preclásico sigue ausente, sin contexto asociado. El Clásico Temprano es bastante fuerte y se caracteriza por la fundación de varios grupos importantes. La ocupación llega a un apogeo demográfico durante el Clásico Tardío cuando se fundan nuevos patios mientras que se sigue ocupando la mayoría de los anteriores. Finalmente, una ocupación Clásico Terminal más contractada, concentrada sobre todo en el extremo este, cerca del Complejo Sur. Estos sondeos confirmaron además, que la prosperidad observada en el área monumental se encontraba también en las zonas habitacionales con la presencia de muchos bienes y materias exógenos.

Estudios Epigráficos
En 2013 iniciaron los trabajos epigráficos a cargo de Ignacio Cases y de Alfonso Lacadena. Estos trabajos consistieron en la realización de un censo de los monumentos presentes en el sitio siguiendo los criterios y el nivel de exigencia del Maya Corpus. Este censo es imprescindible ya que existen muchas confusiones y ambigüedades acerca de los monumentos a raíz de las visitas sucesivas de Morley (1922), Lundell (1932), Ruppert y Denison (1943) quienes nombraron distintamente los monumentos. Peter Mathews (et al. 2005) intentó recopilar la información, pero este trabajo quedó inconcluso. El censo iniciado en 2013 consiste en localizar por GPS cada monumento, entrar las dimensiones de los mismos, hacer un comentario sobre el estado general y una evaluación preliminar de los daños. En paralelo, se elaboró un catálogo de fotografías preliminares. De este trabajo resulta la presencia en el sitio de al menos 27 estelas, o fragmentos de estelas, con inscripciones, siete altares y al menos 18 estelas cuyo estado no permite aún determinar si contenían o no inscripciones grabadas. En total, aún se conservan 52 monumentos de interés epigráfico, lo cual hace de Naachtun un centro importante desde el punto de vista histórico-político.

También en un número contado de estelas, se hicieron trabajos específicos: en tres estelas se realizaron bocetos preliminares a partir de fotografías con luz rasante y para cinco otras se utilizó estereofotonía.
Aunque aún es pronto para extraer conclusiones definitivas, se tienen buenas expectativas para dilucidar el Glifo-Emblema del sitio.

Estudios Paleoambientntales
En 2013, a cargo de Cyril Castanet y Louise Purdue, se iniciaron los primeros estudios paleoambientales en Naachtun. Consisten en el estudio de los sistemas hidráulicos y agrarios a lo largo de la ocupación del sitio. Varios aspectos fueron abordados:
Varios sondeos con nucleadoras, así como trincheras, fueron realizados en diversos sectores inundados o temporalmente emergidos del gran cival norte. Indicaron en sectores emergidos, la presencia de fuertes episodios de erosión tal vez relacionados con la agricultura o el desarrollo del sitio, y en sectores inundados, la presencia de una profunda estratigrafía, de más de 5 m, con depósitos aluviales que confirman la existencia de un entorno acuático. Ahora cabe determinar con análisis de suelos y de los biomarcadores si el cival fue antiguamente un cuerpo de agua permanente o temporal.

Las investigaciones relativas a la cuestión agraria permitieron identificar varios sistemas de terrazas en la orilla del cival con la presencia de niveles posiblemente cultivados. En la periferia sur, se pudo identificar, mediante trincheras, un sector con suelos profundos que corresponde a una posible zona agrícola.

Finalmente, debajo del Complejo Oeste del Grupo B, se analizaron las capas de arcillas negras que enciman la roca natural y que muestran horizontes cultivados en las capas superficiales, pero también la presencia de antiguas aguadas en las partes más profundas. Quedará por determinar con muestras de suelo si estas arcillas proceden bien del cival.

Finalmente en 2013 se inició un estudio antracológico de los restos botánicos carbonizados encontrados en el sitio, a cargo de Lydie Dussol, en el marco de su tesis doctoral. El objetivo consistió, entre otros, en reconstituir la gestión por los mayas de sus recursos leñosos a lo largo del tiempo. Se hizo, en una primera fase, una colección de referencias de las especies actuales a partir de muestras de madera actuales que fueron carbonizadas. Esto permitió determinar las esencias arqueológicas por comparaciones con las especies actuales. Se hizo en una segunda fase un muestreo sistemático de los sedimentos que salieron de los lotes con el fin de recolectar, mediante flotación y tamizaje, muestras de carbón representativas de todos los contextos y todas las épocas. Cerca de 260 unidades estratigráficas fueron estudiadas, procedentes de diversos contextos, lo que corresponde a un total aproximado de 30 000 fragmentos de carbón. Este estudio permitirá conocer la dinámica de gestión del bosque, así como la selección de las esencias según las actividades realizadas.

Estudios de Materiales
Cerámica
El análisis 2013 del material cerámico, a cargo de Melanie Forné, Alejandro Patiño y Gustavo Martínez (2013) contempló la clasificación de un total de 347 unidades estratigráficas, sumando un total de 28,133 tiestos. Este año se ha dado la prioridad a la clasificación de los contextos potencialmente tempranos, ya que en los años anteriores se ha obtenido una buena visión de la cronología del Clásico Tardío y Terminal. El enfoque sobre el Clásico Temprano y eventualmente, el Preclásico, permitirá obtener una secuencia cronológica completa del sitio. Los análisis anteriores (Forné y Patiño 2012) presentaron una secuencia cronológica dividida en cuatro complejos cerámicos divididos en ocho facetas crono-cerámicas enfocadas sobre todo en fases tardías (Fig.7). Gracias a una mejor muestra de los contextos tempranos podremos pronto llegar a una subdivisión cerámica del Clásico Temprano en tres facetas. Por su parte, el Preclásico quedará escaso en la secuencia, reflejo de la poca ocupación del sitio para este periodo.

Obsidiana
Según Chloé Andrieu (2013), la obsidiana es el material más destacable de la colección de Naachtun. Un total de 1800 fragmentos de obsidiana fueron recolectados en las cuatro temporadas y representa el 12% de la colección lítica total. Sitios como Becan o Río Bec en el Sur de Campeche tienen apenas 1% de obsidiana mientras que la obsidiana en Calakmul representa sólo un 5%. Estas proporciones contrastan con la abundancia de este material en Tikal en el que se encontró por toneladas, y podría sugerir que Naachtun estaba involucrado en redes distintas de la de los sitios del Sur de Campeche.

Además, la colección de Naachtun se distingue por la alta frecuencia (10%) de materiales que no proceden de las fuentes guatemaltecas tradicionales (El Chayal, Ixtepeque y San Martin Jilotepeque) sino de las fuentes mexicanas. Se trata en particular de las de color verde y las de color negro y gris opaco.
Un análisis por XRF en Missouri permitió corroborar estas identificaciones visuales revelando que las obsidianas verdes procedían de Pachuca y las de color gris o negro de las fuentes de Zacualtilpan, Ucareo y Otumba. Si se cruza ahora las fechas con el contexto de procedencia uno se da cuenta de que estas obsidianas mexicanas están asociadas con periodos tardíos (Clásico Tardío y Clásico Terminal). La importación de obsidiana durante el Clásico Terminal ha sido observada por varios autores, en cambio muy pocos sitios presentan desde el Clásico Tardío cantidades importantes tales como las observadas en Naachtun, es decir antes del pleno desarrollo de las redes de intercambio.

Análisis de las conchas
En 2013, un total de 2154 moluscos fue recolectado de las operaciones de excavación. Según Julio Cotom (2012), un 85% de las especies son de origen terrestre, 13% dulceacuícolas y 2% de origen marina (o sea 42 especímenes). La mayoría de la muestra la componen los gasterópodos con 88%. Entre las especies marinas cabe mencionar que sólo un espécimen proviene del Pacifico (Oliva porphyria) en tanto que los demás son del Caribe. A nivel de contexto de procedencia, las conchas provienen de manera preferencial de los basureros del Grupo B, los cuales se fechan del Clásico Tardío y Terminal, y también de contextos de depósitos (Sep. 37).

Trabajos de restauración
Finalmente, se termina este panorama sobre el trabajo realizado en el sitio con el programa de restauración que se está llevando año tras año a cargo de la restauradora Mariana Colín y que consistió, en 2013, en la restauración completa de 19 vasijas, 17 figurillas y una mandíbula mientras que otras 26 piezas están todavía en proceso de intervención. La temporada 2013, resumida aquí a grandes rasgos, mostró todo el potencial de investigación que presenta Naachtun para los futuros años.

Referencias

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Fig.1: Ubicación de Naachtun en el Norte de Petén (después de Hansen 1998).

Fig.2: Plano del sitio de Naachtun (al final de la temporada 2013).

Fig.3: Plano de los Complejos Sur y Central del Grupo B con la localización de los patios intervenidos.

Fig.4: Plano parcial del Complejo Central del Grupo B con la ubicación de la estructura 5O131.

Fig.5: Plano parcial de la Plaza Este y de los alrededores de la pirámide XXVII
indicando las trincheras realizadas (Dibujo S. Elies).

Fig.6: Talud norte de la calzada del Clásico Temprano que relaciona el Grupo A
con el Grupo C (Foto. C. Morales-Aguilar).

Fig.7: Cuadro crono-cerámico de Naachtun, elaborado a partir de una seriación de más de 62000 tiestos
(Forné y Patiño 2013).